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Introducción.

La situación del virus COVID-19 ha alarmado a las sociedades de las naciones, una

parte le genera angustia la situación médica, a otros les amenaza la caída económica que

podrían sufrir.

Los países van pensado cual es la mejor estrategia que pueden tomar frente a esta

situación de manera que sean lo menor posible afectados.


El martillo y la danza

“COVID-19”

La pandemia que se esta viviendo hoy en día a dado la perspectiva de que el mundo

tiene solidaridad, ya que las naciones se enfrentan ante el mismo enemigo, si es que se

le puede llamar así. Si bien este virus representa alto cuidado a nivel biológico

afectando por obvia razón la salud de las personas, también se ve amenazante a nivel

social y por supuesto económico.

Como ya había mencionado antes “lo de la solidaridad del mundo enfrentándose al

mismo enemigo” suena un tanto agradable y hasta motivador a simple vista, pero la

verdad es que se da lo contrario, es cierto que los países se enfrentan a la misma

amenaza, lo que los hace egoístas es la forma en la que se enfrentan a la situación. Hay

naciones que recurrieron al aislamiento total de las sociedades, dando pauta a ganar

tiempo para poder desarrollar o avanzar en investigaciones y los países que han

establecido este tipo de estrategias son aquellos que presentan una estabilidad

económica.

Países denominados como tercermundistas se enfrentan ante circunstancias un tanto

difíciles o que se les tornaran difíciles, enfrentándose primero al virus, después tienen

que crear una estrategia que controle por el momento este acontecimiento sin que caiga

el precio de moneda. Naciones latinoamericanas como el Salvador ponen en práctica el


confinamiento total, dando por querer disminuir o controlar la enfermedad pero

teniendo una afectación en su economía.

La estrategia que se tendría que aplicar para países que carecen de una economía

estable, tendría que ver desde el control de la pandemia y tener el control de su

estabilidad económica, siendo el recurso económico lo que más preocupa a la mayoría

de latinoamericanos, los países tendrían como mínimo controlar la situación y al mismo

tiempo seguir produciendo, para que no incremente la deserción económica.


Conclusión

Al menos para los países que pertenecen al denominado tercer mundo la inclusión de la

estrategia “el martillo y la danza” podría ser una de las mas aptas para no ser

perjudicados desde el punto económico y de salud, ya que tiene como fin aislar solo a

las personas que tengan este virus y no afecta tanto en la vida social del resto de la

población y mucho menos la economía. Aun que lo recomendable es que la mayoría de

los países obtén por esta herramienta y así evitar una gran caída de la economía

mundial.

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