CÍRCULO MILITAR ^BIBLIOTECA DEL OFICIAL

PREMIADA CON MEDALLA Y DIPLOMA DE HONOR EN LA EXPOSICIÓN

DE RÍO DE JANEIRO (1923}
 ¡Renunciad a las engañosas doctrinas con que, quizás, se alimentó
vuestra juventud militar en ese abandono intelectual que se ha
formado en vosotros, por la nefasta práctica de la receta y del
DE DESCARTES
esquema!
No hay, para el combate, reglas de juego. Toda fórmula absoluta,
toda teoría rígida, es nefasta.
No pueden existir doctrinas inmutables para hacer la gue
AL GENERAL X...
rra. Todo razonamiento basado en principios no conduce más POR
que al error. ........_____
Sólo el método puede dar la solución a los problemas infini- P. PERRIER DE LA BATHIE
tamente .variados que se presentan en la guerra, pues solamente él CORONEL DE ARTILLERÍA DIPLOMADO DE E. M.
lleva cuenta exacta de los hechos, de las situaciones y de los medios.
Dedicaos a razonar y a obrar con método.
En la guerra no hay leyes. No hay más que circunstancias y TRADUCIDO
acontecimientos. El jefe dominará siempre estas circunstancias y estos POR EL
acontecimientos si, a "una viva inteligencia, une una voluntad MAYOR ARTURO j. ROGGERO
inflexible y un impecable método. OFICIAL DE ESTADO MAYOR
Maguncia, 11 de febrero de 1926.

1 COLEGIO mi;msm LA M&mn

...............................................
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BUENOS AIRES
TALLER. GRÁFICO DE LUIS BEBNABD
BlLLINGHUKST 623
1928
 CAPÍTULO I DEL BUEN

CRITERIO AL MÉTODO

¿Es suficiente, cuando se trata de cuestiones de guerra o de

combate, fiarse únicamente en su buen criterio?
Grandes capitanes lo han dicho. Napoleón mismo lo ha escrito.
¿Pero debemos tomar estas afirmaciones como artículo de fe?
Parece más bien que ellas han aparentado todo su valor debido a las
circunstancias en las cuales fueron emitidas. Nada tienen de. axioma.
Porque hay buen criterio y.. . buen criterio-.
Se dice de un' hombre mediocre de pocas luces: tiene buen criterio,
como se dice de una niña poco bonita y no muy inteligente : «es una
buena] niña».
X... es serio,, sin gran realce; habla poco y, por consiguiente, dice
pocas necedades; no t rabaja...; X... tiene buen criterio.
«El buen criterio—ha dicho Descartes—es la cosa mejor repartida
en el mundo; todos creen hallarse tan bien provistos que hasta los más
difíciles de contentar en cualquier otra cosa no desean más que el que
tienen.»
A los ejércitos jamás les faltarán, entonces, hombres de buen
criterio.
¿Quiere esto decir que este buen criterio bastará en sus
jefes y les dará por intuición la inmediata solución de los com
plejos y variados problemas que le presentará la .guerra rao-
derna ? ______._ .
Es permitido dudar y pensar, todavía como Descartes, que
«no es suficiente tener buen .espíritu; lo principal es. aplicarlo
bien.» '■
J
 24 P. PERRIER DE LA BATHIE
Es decir, es necesario tener im método, tanto en materia militar
como en cualquier otra ciencia.
¿Cuál será este método?
¿Tendrán los hombres de guerra el privilegio de emplear un
método especial o, abdicando "de todo carácter particular, se
contentarán modestamente en razonar como todo el mundo?
Antes de contestar esta pregunta nos parece útil echar una rápida
mirada retrospectiva y recordar, aunque someramente, cuáles fueron
en Francia las sucesivas etapas seguidas por nuestros teóricos
militares.
Sería injusto decir, apresurémonos a afirmarlo, que nuestros
antepasados, ■ desde^l^pTínto "de""vista militar, carecían de método.
Si se admite con Helvetius «que un método no es más que un medio
que sirve para llegar al fin que uno se propone», es justo reconocer
que los primeros que se han batido lo tenían, desde que ellos utilizaron
la experiencia de sus combates para obtener los medios más
apropiados para suprimir a su adversario.
Como base de los métodos primitivos hallamos aquí, como en
todas las ciencias, la experiencia y la observación.
Poco a poco los procedimientos de combate fueron, perfec-
cionándose y pasaron a ser objeto de una enseñanza. Los escritores los
analizaron; la historia los registró.
Después, cuando los combates se hicieron menos frecuentes, la
historia suplió a menudo a la observación y a la experiencia.
Desde ese momento el método experimental se hace peligroso.
En efecto: al generalizar los datos históricos, verdades de orden
experimental, no se tiene siempre en cuenta que las condiciones de la
experiencia han cambiado y se interpretan mal las lecciones de esta
experiencia. Luego uno se deja inducir a dar a esas lecciones un
sentido favorable a la.causa que se quiere defender.. Porque, es muy
fácil adaptar los hechos históricos a una tesis dada, y es muy tentador,
a veces, cortar en el relato de una campaña o en el de un día de batalla
la página que permita conectar los hechos según una
DE DESCARTES AE G-ENEEAL X... 25
relación concebida a priori, desatendiendo las causas de orden moral
y físico que han influido sobre los acontecimientos.
¿ Será esa una de las razones que dieron tanta fama al método
histórico? Los fundadores de teorías sobre la guerra explotaron con
entusiasmo la historia, que era para ellos una fuente inagotable de
ejemplos tan variados como contradictorios. El retórico halló una
mina riquísima en. argumentos irrefutables, el bizantinismo ■militar
un apetecible manjar.
Cuando se piensa en el valor .real de lo que los escritores
militares'llaman el hecho histórico, se concibe, sin esfuerzo, los
resultados que se podían esperar de tales razonamientos.
Y se comprende cómo ciertos teóricos, vacilando en basar sus
doctrinas sobre tan frágiles fundamentos, fueron inducidos a pedir a la
especulación y a la hipótesis, lo que la experiencia no podía darles y
cómo, persiguiendo del mismo modo que los partidarios del método
histórico la quimera de las doctrinas, han sido llevados a edificar los
sistemas.
« Un sistema —dice Condillac—no es otra cosa que la disposición
de las diferentes partes de un arte o de una ciencia, en un orden en el
cual todas estas partes se sostienen mutuamente y donde las últimas se
explican por las primeras. Aquellas que dan razón a las otras se llaman
principios y el sistema es tanto más perfecto cuanto menos numerosos
sean los principios; hasta sería deseable reducirlos a -uno.»
Construir un sistema de guerra ha sido una idea seductora.
Tomar como punto de partida un hecho bien comprobado;
analizar esta experiencia fundamental, luego las experiencias re
lacionadas con ella y que forman como su prolongación, dedu
ciendo las leyes generales de la guerra, pidiendo a los hechos la
verificación de su inmutabilidad y la invariabilidad de los .ele
mentos que ellos comportan; llegar así a agrupar alrededor del
postulado inicial determinados resultados sintéticos que se lla
marán los Principios, faros luminosos que mostrarán, a todos la
________...._JiuenaL^ia+iilire._de_io_do escollo. .., ese era, al parecer, el solo me
dio de llegar a una doctrina-clara y precisa.
Sin embargo, el método falló, llevando a sus protagonistas
( bien lejos de aquella verdad, que esperaban alcanzar.
 26 P. PEBRIER DE LA BATHIE
Quizás haya .sido mal aplicada. Por otra parte, se debe reconocer
que era muy difícil ponerla en práctica con todo el rigor, sin el cual no
tiene razón de ser.
Los militares, como todos los profesionales, tienen prejuicios.
Ciertas ideas, de origen casi" anónimo, han sido reproducidas por ellos
desde tiempo inmemorial, en sus obras técnicas.
Dichas ideas fueron haciéndoseles familiares y, con el tiempo, les
han parecido evidentes. De ellas se han hecho frecuentemente los
principios.
Las primeras ideas en táctica, por ejemplo, se aplicaban a
elementos muy simples, siendo ellas mismas muy simples. Verificadas
por la experiencia, resultaron incontestablemente ciertas para esos
elementos en cuyo medio habían nacido. Generalizadas
inconsideradamente, fueron aplicadas a elementos más complejos; se
convirtieron en principios.
Los estrategas, buscando reglas para la conducción de los ejércitos
en campaña, han creído notar un empleo constante de disposiciones,
por parte de ciertos maestros en el arte de la guerra, a las cuales le han
dado un carácter de inmutabilidad. De simples procedimientos han
hecho principios.
Multiplicando así los principios, los teóricos militares mul-
tiplicaron los puntos de partida de sus raciocinios. De sus postulados,
unos eran buenos y otros no valían nada. Los primeros pudieron
conducirlos, por deducción, a justas conclusiones; los otros no podían
llevarlos más que a errores.
Por otra parte, si hubiesen tomado como base de un sistema un
único principio, un solo hecho indiscutible y perfectamente
comprobado, ¿quién habría podido asegurarle su eterna in-
variabiliclad? Una experiencia, por más verificada que sea, no'
garantiza más que el pasado. ¿Quién puede asegurar el porvenir ?
Ese es.el gran inconveniente que tienen los sistemas. Hay otros.
Desde el punto de vista filosófico, su proceso ya no puede hacerse.
En resumen: los creadores de sistema y los panegiristas del
método histórico cometían el mismo error fundamental queriendo
edificar con todas las piezas una Doctrina de guerra.
DE DESCARTES AL GENERAL X... 27
La guerra no es, de manera alguna, algo imputable; es hoy lo que
ella es, y será mañana lo que será. Es posible prepararse moral,
intelectual y materialmente para una determinada guerra; pero no es
permitido decidir a priori cuál, será, por regla principal, el modo de
acción a elegir.
Es cierto que el. estudio de la historia es muy útil. Pero es
menester no abusar ni imitar a esos eruditos personajes inaptos para
las fecundas realizaciones que, según la frase de Descartes,
«demasiado curiosos por las cosas que se practicaban en los siglos
pasados, permanecen muy ignorantes de las que se practican en éste».
Hay que estudiar con extrema prudencia, con cierta desconfianza, sin
generalizaciones precipitadas, separando los hechos de las
circunstancias accesorias que ocultan las causas profundas.
'Es, también, muy conveniente aplicar las fuerzas del. espíritu para
deducir las consecuencias lógicas de las ideas que parecen
indiscutibles. Pero es necesario verificar esas conclusiones en el libro
de los hechos.
Lo que no está permitido es querer sacar de esos estudios una doctrina
eterna, hecha de principios absolutos y rígidos y querer imponer a un
ejército esta doctrina y esos principios. Por otra parte, exigir en
Francia la aplicación de una ciencia dogmática, admitida por disciplina
más que por convicción, sería una utopía. El francés es, por
temperamento, demasiado individualista para aceptar el rígido y
estrecho cuadro de. una doctrina esquemática.
Pero, en cambio, es posible obtener, por educación, una común manera
de razonar; de donde resultará, dadas las circunstancias, la misma
manera de obrar, o, en otros términos, la aplicación general de un
mismo método. O, más bien dicho, del Método.
No es cuestión de tener para las ciencias militares un método
particular; las otras ciencias tampoco tienen métodos esencialmente
diferentes. En todas partes se afirma la unidad del
método.
Es sin razón que desde tanto tiempo se ha opuesto el análisis a la
síntesis, la inducción a la deducción, la experiencia a
 CAPITULO III

TÁCTICA Y MÉTODO

Etimológicamente la palabra «táctica» viene de Taxtos, adjetivo

derivado de un verbo que significa arreglado, puesto en orden.
También se ha definido la táctica como: «la ciencia que permite
discernir la manera de combinar y de ordenar las maniobras de las
tropas en la forma más apropiada para alcanzar el objetivo que se
propone».
Relacionemos esta definición con la del método. Se impone la
conclusión: quien dice táctica dice método.
Y no Principios.
La imposibilidad de la existencia de esos principos, axiomas o
postulados inconmovibles, resulta, en efecto, déla definición misma de
la táctica. Los Principios tácticos no pueden ser inmutables, a menos
que el conocimiento de los medios empleados no intervenga, en
ningún momento, en los raciocinios que conducen a establecer su
existencia, pues los medios son factores esencialmente variables.
Porque en táctica todo es acción, y, por consiguiente, se trata de
medios dinámicos; una verdad a la que se llegaría por un raciocinio
lógico, que no tuviese en cuenta los datos relativos a esos medios
cuando se trata de reglar su empleo, no sería una verdad táctica.
También por definición el dominio de la táctica es inmenso.
Se puede decir que en la guerra todo el. mundo, desde el grado de
cabo hasta el de mariscal, hace táctica. En consecuen-cia, solamente el
generalísimo puede pretender hacer estrategia. Y-todavía.Napoleón,
para quien no existía la estrategia, sólo le acordó el derecho de hacer
«Gran Táctica».
En efecto: todo jefe que manda 4 hombres o 100.000 debe
70 P. PERRTETÍ- DE LA BATHIE BE DESCARTES AL GENERAL X...

71
ordenar y emplear sus medios para alcanzar nn objetivo determinado.
Hace, pues, sin cesar táctica.
Cada vez que quiere obrar, tiene un problema táctico- a resolver.
La solución de este problema es una resolución. Esta resolución se
traduce en una orden.
"Vamos a estudiar cómo se hará la aplicación del mecanismo del
método a ese problema táctico, que es la fórmula diaria de la
ejecución de la ciencia táctica.
En táctica el objetivo a perseguir—los tácticos son en principio
subordinados—es impuesto. Si no lo es siempre en el sentido verdadero
y precísó^e''l¥_pálabra, ló^és al menos en el hecho, pues el táctico que
elige su objetivo debe hacerlo en función de su misión general, del
objetivo más lejano qué "también" se le ha indicado. Este objetivo debe
ser perfectamente determinado. Ante todo¡ es menester saber a dónele
se va. Si esta condición no ha sido llenada, todo trabajo lógico es
absoluta-mente_ilusorio.
.Es para conocerlo mejor, para precisarlo, que someteremos, antes
que nada, ese objetivo al análisis.
De este análisis resultará, además, el descubrimiento de im-
portantes elementos que deben contribuir a la solución del problema,
a veces también, ese elemento esencial que Descartes llama el
absoluto de la cuestión.
Para más claridad, tomemos un ejemplo.
Supongamos una división de ejército que, en el transcurso de la
batalla, se mantuvo en reserva a unos 15 kilómetros del frente de
combate. El comandante de esta división recibió, a las 14 horas del....,
la siguiente misión:
« El enemigo en ... La División X efectuará, el ... un contraataque
en la dirección de . .. a objeto de volver a llevar el frente sobre el cual
acaba de ser rechazada la División Y. '.., hasta la línea A. B. C. . .., de
manera de mantener las crestas a, b y c, y las partes superiores de la
altura que desciende hacia ..., a fin de impedir que el enemigo haga
una nueva salida.»
¿ Qué se desprende de inmediato de un rápido análiyis de esta
cuestión?
1.° Contraatacar.—Esto implica:
a) Sorpresa, secreto en los. preparativos.. . por lo tanto ataque al
aclarar el . . .
b) Situar las tropas en el lugar .. ., en el momento de la caída de
la noche, a fin de ver sin ser visto.
c) Empleo de potentes medios que permitan una ejecución rápida
.. ., por lo tanto, preparación violenta de artillería, reducida al
mínimum en cnanto a la duración, tanques, toda la aviación
disponible.
2° Volver a llevar el frente de ... a . . ., a casi 2 kilómetros. De
esto resulta:
a) Posibilidad de un esfuerzo violento, ejecutado de un solo
salto, sin tiempo de detención;
b) Una primera noción ele la fuerza a dar a la línea ele combate
y su escalonamiento.
3.° Mantener las crestas . . . y las partes superiores de la altura ...,
a fin de impedirle al enemigo una nueva salida. Esto conduce a:
a) La previsión de una ocupación de posición a realizar, de
donde surgen consecuencias para el dispositivo de las tropas, las
reservas destinadas a un relevo eventual, etc.
b) La instalación de la artillería sobre emplazamientos tales que
pueda íntegramente, desde la detención sobre la línea conquistada,
contribuir con sus' fuegos a la defensa de la nueva posición.
Así, en este caso particular, un somero análisis de la misión recibida
nos da ya indicaciones preciosas. De inmediato nos señala que el
dispositivo de la división debe ser tomado el mismo día a la caída de la
noche; que el ataque se efectuará al aclarar.del siguiente día;" que sin
tardar debemos asegurarnos el'apoyo de toda la artillería disponible (la
del cuerpo de ..£Jército.,_unidades^vecinas-) ; que la división debe
tomar un dispositivo tal que le facilite la ocupación de nn nuevo frente
y la organización de los relevos; por último, que la artillería debe
adelantarse lo suficiente para que toda ella pueda contribuir a
Tí P. PEBRIEH BE LA BATHIE DB DESCARTES AL GENERAL X... 73

la defensa de la nueva posición, sin tener que cambiar sus em- nudo, relacionando detalles que por sí mismos parecen de poca
plazamientos. importancia, puede surgir la luz. Esto debe aplicarse igual* mente a
Se ve inmediatamente cómo la experiencia interviene en el trabajo los datos de orden psíquico como a los factores materiales, pues la
intelectual lógico. Es ella, la que automáticamente inspira todas las importancia de los primeros es primordial.
conclusiones sucesivamente deducidas en el transcurso del análisis y En el curso del análisis se está obligado a tener en cuenta factores
que confirma su valor. esencialmente hipotéticos, tales como las intenciones del enemigo, o
Comprobemos esto de paso y veamos cómo se efectúa el análisis elementos extremadamente difíciles de conocer y precisar, como
de los datos del problema. serían las consideraciones de orden moral. Se podría temer que la
% Cuáles son esos datos ? introducción de semejantes datos en el trabajo lógico sea una
Analizando la misión recibida acabamos de ver por qué debemos dificultad y. un peligro.
obrar. Falta determinar sobre quién, dónde y con quién debemos No lo es.
obrar. En efecto: la experiencia demuestra que, si no se omite nin ■ guna
En otros términos, una vez que se sabe cuál es el objetivo a hipótesis y ningún factor, la hipótesis más probable surge fácilmente y
alcanzar, para saber cómo se debe actuar, los datos a estudiar son el uno es llevado a conclusiones firmes que pueden constituir preciosos
puntos de apoyo para la resolución.
objeto sobre el cual se accione, el lugar en el cual se acciona, los
Y como es exacto que tomar como postulado, en un raciocinio
medios con los cuales se acciona.
lógico, ;una hipótesis no verificada, constituye un error grave de
Es decir: .— X-.--.El enemigo: su situación, su naturaleza, su
método, no nos expondremos a cometer esta falta. Porque examinar
fuerza, su dispositivo, sus intenciones probables o posibles, su estado
todas las hipótesis posibles sobre las maniobras que puede ejecutar el
moral, sus medios materiales, las características del. terreno, etc.
adversario para encontrar y organizar la contramedida y ponerse
2." El lugar: la posición relativa y la situación de las unidades
asimismo en acción en todos los casos, a pesar del enemigo, no es
vecinas, el terreno sobre el cual se opera, las vías-de comunicación
basar el propio modo de acción en una simple hipótesis.
que se pueden utilizar, el estado atmosférico, el clima, estación del
Es razonable, en este examen de hipótesis, atribuirle al enemigo la
año, etc.
tendencia a elegir el más lógico modo de acción. Sin duda, con ciertos
3.° Los medios: las fuerzas de que se dispone, sus efectivos, su
adversarios, se podrá así ser inducido a error, y los alemanes,' en el
naturaleza, su estado moral, el valor del comando de las diversas
transcurso de la Gran Guerra, han debido experimentar a veces alguna
unidades, el material que se posee, y el que es posible conseguir en
sorpresa al ver descubiertas todas sus conjeturas. Si
tiempo oportuno, etc.
hubiesen.descuidado menos el análisis de los factores psíquicos, que
Estudiemos sucesivamente cómo el análisis se aplicará a cada uno
deben intervenir en casos de esta naturaleza* no se habrían expuesto a
de esos factores y completará los primeros elementos que nos ha
esos percances.
proporcionado el examen de la misión recibida.
En resumen: dado el objeto que se persigue estudiando una
1.° EL ENEMIGO.—Decir que las'noticias constituyen una de las
cuestión táctica, que es, por su misma esencia, la de regular—un-
bases más sólidas para tomar la resolución táctica, es formular una
aeto_£aturí)r-no. debe sorprender si, en el transcurso del .trabajo
verdad que no exige demostración.
lógico, se tienen que examinar factores hipotéticos.
Sin- insistir sobre la forma ■ del análisis que se ha llamado la
En cuanto a los datos de orden psíquico o de orden moral, son
explotación de las noticias, nos contentaremos con decir que este
conocimientos de orden experimental que pueden ser ad-
análisis debe ser minucioso, preciso y completo, pues a me-
 74
P. PERRIER DE LA BATHIE
quiridos ya por el estudio, ya por noticias. Ellos constituyen factores
esenciales; descuidarlos expondría a los más grandes errores; ellos
contribuyen y conducen a menudo al descubrimiento de los elementos
más importantes para la resolución.
Además, ellos pueden también, a veces, p'or sí, indicar bases
nuevas para el empleo táctico de un arma y, por consiguiente, para el
empleo de una parte de nuestros medios.
En 1918 el procedimiento de «infiltración» fué convertido en
sistema por la infantería .alemana. A menudo tuvo éxito contra
nosotros porque estaba basado sobre un elemento de orden psicológico
bien conocid_o_ por todos los pueblos que anteriormente tuvieron que
combatir contra Francia. El soldado francés prefiere tener que luchar
cara a cara contra diez enemigos que saber la existencia de uno solo
detrás suyo, y se desmoraliza muy fácilmente cuando oye decir cerca
de él: « i Estamos envueltos!» La explotación de esta observación
estaba justificada. Pero el procedimiento sólo podía ser eficaz duran--
te-cierto tiempo, porque la defensa era fácil; bastó mostrar a los
combatientes, para darles confianza, que, cuando una patrulla alemana
llegaba a infiltrarse en nuestro dispositivo de combate, era ella quien
en realidad se hallaba envuelta.
El mismo año, en el momento del trastorno alemán, cuando las
divisiones francesas llevaron sobre la frontera a los ejércitos enemigos
en derrota, fué, en cambio, un error de psicología y al mismo tiempo
una apreciación inexacta del estado -moral de su adversario, el que
llevó a la mayor parte de nuestros generales a recargar sus
vanguardias con regimientos enteros- de artillería de campaña, a veces
también con baterías pesadas, a riesgo de'hacer más lenta la
persecución. Los alemanes cedían a los primeros cañonazos; hubieran
bastado dos piezas de 75 en la vanguardia de cada división.
Vale la pena agregar que el conjunto de noticias ya recibidas
sobre el dispositivo del enemigo, sobre el emplazamiento y cantidad
de sus xeservas,- sobre el carácter y los hábitos de su jefe, sobre los
movimientos que ha efectuado, sobre las vías de comunicación que
puede utilizar, así como el atento examen del terreno, de su
organización y de las posibilidades que ofrece,
DE DESCARTES AL GENERAD X...
75
arrojarán una cJ .ra luz a favor de la cual se eliminarán por sí mismas
las hipótesis menos probables sobre las intenciones y medidas del
adversario.
Los elementos que quedarían, terminado el análisis, tendrán toda
la solides deseada para poder contribuir íYtilmente a la síntesis.
2.° EL LUGAR.—-La situación de las tropas vecinas influirá, en
cierta medida, sobre el dispositivo elegido, puesto que es necesario
obrar con ellas en estrecha unión. Importa saber, además, qué apoyo
nos podrán prestar llegado el caso. El análisis nos dará indicaciones a
este respecto.
Será bueno, por otra parte, no atenerse solamente a los factores de
orden material e informarse del estado moral de esas tropas.
¿Será menester recordar■'las cruentas pérdidas que sufrieron
durante la Gran Guerra ciertas unidades escogidas únicamente porque,
mal informadas sobre el valor de las grandes unidades vecinas, no
había tomado un dispositivo que les permitiera prever su defección?
En- cuanto al terreno, su análisis tiene una importancia pri-
mordial.
En efecto: ¿qué le pedimos al terreno1?
$% el ataque:
1.° Una dirección de ataque, siendo la mejor aquella que permite
la continuación ulterior de la acción;
2.° Comunicaciones; después los caminos:
Para la marcha de aproximación de los elementos de contacto y de
empeño;
Para la salida de los gruesos frente a sus objetivos;
Para la maniobra;
3.° Posiciones de artillería que permitan preparar y apo
yar el ataque;
____á^_JihserYatQrios^ „ .
En la defensa: .
1.° Una posición de resistencia y eventualmente una posición de
avanzadas;
76 P. PEKHJBB DE .LA BATHIE
2.° ■Posiciones de artillería, escalonadas en profundidad, que
permitan a toda la artillería tomar parte en la lucha' delante de la
posición de resistencia, asegurando la posibilidad de cumplir las
misiones de contrabatería, de interdicción lejana, etcétera;
3.° Observatorios;
4.° Cubiertas para cubrir las reservas y sus movimientos.
Todos son elementos de primera importancia. El análisis nos los
dará, sea por el examen de la. carta, sea por el reconocimiento efectivo
del terreno.
Señalemos que, por sí mismo, el terreno no tiene valor propio. No
lo adquiere sino en "Vista cíe la situación y de la misión táctica.
Es solamente cuando el problema ha sido bien planteado y
claramente expuesto que regiones apropiadas para la maniobra de los
gruesos, zonas de difícil tránsito, crestas, cortaduras, campos de tiro,
posiciones, observatorios, puntos de apoyo, direcciones peligrosas,
comunicaciones, etc., tomarán igualmente un aspecto determinado, de
cierto modo una orientación correspondiente a la cuestión a resolver.
Desde luego, el terreno analizado nos indicará por sí mismo las
facilidades que ofrece para permitirnos adaptar nuestro esfuerzo,
disimular los preparativos de nuestra acción y precipitar las fases en el
momento deseado; contribuye así a la realización del secreto y de la
rapidez, los dos factores de la sorpresa, el elemento más apto para
llevar la desmoralización al enemigo, objeto de la batalla. Estas
cualidades preciosas dan al terreno y a su análisis toda su importancia.
Hoy ya no se combate solamente sobre el sítelo. La guerra lia
conquistado el cielo; ahora se la hace en el espacio a tres dimensiones.
Surge de aquí un nuevo factor para el problema táctico: el estado
de la atmósfera.
Las intemperies, ya ejercían sobre las operaciones terrestres una
influencia que podía ser considerable. El invierno riguroso, el frío
extremo, los sufrimientos inauditos que resultaron para las tropas,
fueron las causas de los desastres delGran
DE -DESCARTES AL G-EÍTEEAL X... 77
Ejército en 1812. Durante la Gran Guerra la niebla favoreció a
menudo, la iniciación de un ataque; las' lluvias persistentes han
interrumpido las ofensivas empeñadas sobre terrenos que se hicieron
impracticables; largos períodos brumosos han permitido algunas veces
disimular los preparativos de una operación de gran envergadura.
Esta importancia del factor «atmósfera» no hará más que crecer
con el empleo cada vez más intensivo, sobre los campos de batalla del
porvenir, de las máquimas aereas y de los gases de combate.
El avión se ha convertido a la vez en máquina de combate para la
acción próxima y en máquina, de combate para la acción lejana; utiliza
el arma de la infantería; suple a la artillería de gran potencia. Es el ojo
del jefe. Pero, tanto para combatir como para explorar, el avión
necesita ver. Una bruma intensa no lo permite.
Las consecuencias de este hecho son asaz complejas. Así, será de
la incumbencia del jefe decidir, en el transcurso del análisis, si puede
pasarse sin ayuda de la aviación. Hay casos en que, siendo malas las
circunstancias atmosféricas para ambos adversarios, habrá interés en
aprovecharla para una determinada operación, si el enemigo tiene el
dominio del aire. También se planteará la cuestión de saber si no sería
útil tender sobre la región ocupada, prestándose para ello las
condiciones atmosféricas, un velo de nubes artificiales, sin que turben
la pureza del aire del.lado enemigo.
En cuanto a los gases de combate, que én la guerra del porvenir
será el arma más terrible, su empleo es esencialmente una función de
la dirección y velocidad del viento; He ahí los factores que el servicio
meteorológico pondrá constantemente a disposición de nuestro
análisis.
3.° Los MEDIOS.—Es a la luz de los análisis precedentemente .hec-
hos,~e-n-par-tie.ular-del. de. la misión recibida, que se hará el examen
de los medios existentes y el de los medios necesarios para alcanzar el
objetivo.
Esos medios son de orden moral y de orden material..
liilí
7S P. PüKRIER DE LA BATHIE DE DESCARTES AL GENERAL X. ■ ■

79
 Los primeros son de una importancia capital. Privados de su
influencia bienhechora, los medios materiales pierden todo su valor.
Mens agitat molem (es el espíritu quien vivifica la materia).
Antes de determinar cuál será el empleo de una unidad, interesa
entonces en el más alto grado precisar su estado moral. El análisis lo
hará conocer y permitirá discernir la misión que puede dársele a su
jefe.
No es indiferente, en efecto, lanzar al ataque tal o cual división, o
emplazar en un punto sensible tal o cual regimiento. Los recuerdos de
la Gran Guerra están aún demasiado frescos para que sea necesario
insistir aquí sobre el hecho de que siempre habrá en un ejército tropas
escogidas y también tropas mediocres.
O, más exactamente, tropas bien mandadas y tropas mal
mandadas. Porque la tropa vale lo que vale el jefe.
En el transcurso del análisis de los medios, la atención se ..fíjarjL-
imiy particularmente sobre este valor del comando y del
encuadranúento de las unidades. Al más apto, le será reservada la tarea
más ardua; al menos apto la más simple. No es el azar ni la simetría
quienes deben presidir la repartición ele las unidades en el dispositivo
adoptado antes de la-batalla, sino una elección hecha después- de una
madura reflexión.
En el orden material están los medios necesarios' que será
menester determinar ante todo.
Ellos resultarán naturalmente del análisis mismo de la misión y
del de los medios que posee el enemigo.
Una vez calculados, ellos serán comparados con los medios
existentes. Y si estos últimos son insuficientes, será necesario
procurarse el complemento de los medios reconocidos como in-
dispensables.
¿Cómo? Pidiéndolos. El comando superior' dispone, en efecto, de
medios para reforzar las unidades subordinadas: reservas de
infantería, artillería, tanques, aviones, municiones, etcétera. Hará su
repartición según las necesidades.
Pero es menester pedirlos; y deben ser acordados, por más
grandes que sean los esfuerzos a realizar para procurarlos.
Queda bien entendido que esto presupone en todos los jefes de
todos los grados la existencia de carácter. ¿ Qué pensar, en efecto, de
un jefe que rehusara pedir los medios reconocidos como necesarios
por temor de comprometer su reputación de empuje y de coraje? ¿Qué
decir de un subordinado que solicita los medios que él sabe que no le
podrán ser acordados, únicamente con el fin de eludir las
responsabilidades en caso de fracasar?
Un verdadero jefe, que posea inteligencia, método y voluntad, no
pedirá más que los medios que le son necesarios; pero sabrá pedirlos.
Él dará a sus subordinados los medios que reclaman sus tareas; si no
los tiene, sabrá crearlos o provocar su creación.
Y esta creación será casi siempre posible, pues no hay ejemplo de
que un obstáculo no pueda ser vencido, cuando se tiene la firme
voluntad de dominarlo.
Para eL ataque alemán del 15 de julio de 1918, a efectuarse en el
Mame y en la Champagne, los consejeros técnicos de-la artillería de
los tres ejércitos empeñados habían calculado que necesitaban, en
total, alrededor de 2'.800 baterías. Un ataque habíase preparado en
Flandes. La artillería disponible era insuficiente. Se la creó.
Numerosas baterías, no atalajadas y sin personas, fueron atraídas de
los arsenales del interior y se las repartió entre las baterías existentes,
para formar sus 5.a y 6.a pieza. Para sus servicios se instruyeron
hombres de las columnas de municiones y de aprovisionamientos (1).
Muchos ejemplos análogos podrían citarse, también, para orgullo
de la artillería francesa. En nuestros jefes de artillería, en todos los
grados, el trabajo de método para el transporte y empleo de sus
medios ha sido de los más notables.
Se deben citar, en particular, como modelos de los análisis'
efectuados previamente a todos nuestros ataque desde 1915 a 1918,
para el cálculo de los medios necesarios. Basados en el
(1) Coronel Bnichmüller: Die Deutsche Artülerie ináen Dwchbruch-schlachten
des WeWcrieges (La artillería alemana en las batallas de ruptura do la guerra mundial).
Tomo XLIV de la Biblioteca del Ofioial,— (Nota del Traductor.)
:*-T
'80 P. PERHIBR-DE LA' BATHIE .
 estudió detallado y.preciso de las .-misiones y en el. examen mi
nucioso de las. organizaciones del adversario, esos análisis de
bían .llevar adujar el número de piezas indispensables, a deter-
- minar esas piezas y sus calibres, a. avaluarlas-municiones ne-
.'■.cesarías. Los .cálculos efectuados:.gamas fueron encontrados: de-
■-fectúososV Sino fué siempre posible satisfacer lospedidos/de.la
"artillería, y. si, por este hecho, el éxito no ha sido aquel que el'
comando había descontado, desde luego injustamente.: puesto
-i.que no.disponía de los' medios requeridos, esto sólo-es impüta-
~T¡I(TOra~rétaT3óir'^^
todo^ p ara jla jcrjacjórj^de_esog■medios.__________ ..-_,..'
 Henos aquí l¿rterntirro^aF"ñuestro gnaZmsr~Ello~s "ños han
'permitido ver exactamente, dónde- debemos- ir; nos. han hecho,
.conocer los obstáculos que.tendremos que vencer.; ños han-dado'
indicios sobre las facilidades y las dificultades^_que._enconj!;xa=_
remos en el .lugar.'donde debemos, obrar; en"-fin;-nos-han~ilus--
^-trado:'Sobre._el-^alor.iV.la fuerza.de .nuestros, medios. .';v - ;: :" -r--¡

Queda por. realizar la síntesis. Esta será la adaptación; .de ios

medios,al-"objetivó; será la maniobra; será el disppsitivo-.de. .las
tropas;, será, encuna- palabra, :1a resolución.-qué\■traducirá
la orden. '■'■. ■■ ■ ■'-.--'--------------------------— ■■■— '■ ' '.■'■ - ■ ■ ; . ■ - . ■ ■ • ■ ■ ■ ' :.'.--■■:..
.Esta síntesis ha.surgido, progresivamente,_en:el:tranácúrsq'''
, dé los -análisis-sucesivos;' ella aparecerá, siii.'esfuerzos -desde'"qué;
■ se pongan en .presencia :.tpdQ3;;Tós .resultados- óbtenidós..-4Cpmo,'
consecuencia'lógica,-de los.raciocinios precisos"y. eompletds;"::ella.■ ■ -■■'.V"J,4
■■;.:^'í&
será ciara'-y.nítida.-' ;-^v-^-v;/. '■■■"..'■:::'\-- r': -;-r ""^'VOÍ',
 La guerra y la política no cesan de actuar la una sobre la otra. En
esto no hay nada sorprendente.
La guerra es el, instrumento de la política; una nación no puede
hacer otra política que aquella que le permite su fuerza militar.
----Sr la estrategia, en el más alto concepto del vocablo, es la
ciencia de la conducción de la guerra, depende entonces estrechamente
ele M política. Si, por el contrario, se entiende por estrategia, como lo
dice von Moltke, la ciencia que señala al jefe que opera" en un
determinado teatro de operaciones el mejor camino que conduce a la
batalla, ella será, por un tiempo, estando fijado el objetivo, casi
independiente de la política.
Se ve a qué contradicciones aparentes puede conducir el uso
abusivo de las palabras.
Parece que, para evitar todo malentendido y traer un poco de
claridad a una ciencia que no pertenece más, exclusivamente, a los
dioses de la guerra, sería bueno, siempre que se traté de tener para las
cuestiones militares una división muy difícil de delimitar, reservar la
palabra «estrategia» para la conducción de la guerra en unión con la
política, dando el nombre de «Táctica General» u otro semejante a la
conducción de las operaciones en un determinado teatro de
operaciones.
Hay, en todo caso, distinciones netas a establecer en estos dos terrenos,
en las modalidades de la obra a cumplir, sea en j.ieiapji-da-paKr-sea-
en■■■el- curso de las hostilidades, pues los factores de los problemas
a estudiar no son los mismos. "KTienómeno es de orden general. Si se
parte del comando
108 P- PEIÍRIEK DE LA BATHIE
supremo, se puede decir que la curva que representa la influencia de
la política sobre las resoluciones del jefe va, sin. cesar, decreciendo.
Los elementos dependientes de la política predominan al principio,
pero se eliminan poco a poco de los problemas militares. Los datos
para el raciocinio varían, entonces, en cada escalón; el método los
tendrá en cuenta.
No siendo nuestro objetivo determinar cómo debe realizarse
la organización del comando, cuestión qxxe está estrechamente
ligada al hecho que acabamos de señalar, nos contentaremos,,
revistando las cuestiones, con estudiar el papel del método en
la búsqueda de..las.r_esiilueionra_.a_tomar _o_en el establecimien
to de los planes a prever, siguiendo el orden lógico impuesto
por la fuerza de las cosas. . . ._
Es claro que para realizar, tanto en tiempo de -paz como en tiempo
de guerra, un concurso armónico y mantener una constante correlación
entre el impulso dado a la política interior y ■exterior y la preparación
o la conducción de las operaciones militares, es necesario que la
'política y los asuntos militares estén sometidos a una dirección única.
Cualquiera sea la manera cómo se haya realizado esta dirección, le
pertenece determinar desde el tiempo de paz cuál será el empleo ¡ de
las fuerzas militares de la nación en. tiempo de guerra, y prever en un
plan, por una parte, el objetivo a asignar y, por otra, a grandes rasgos,
el modo en que serán aplicadas.
Este plan, que se llamará «Plan de Guerra», o que se designará con
otro nombre, será un trabajo a la vez de orden político, diplomático y
militar. No podrá ser resuelto* sino en sus líneas generales. Será, en
esencia, un estudio metódico, retocado sin cesar, en el cual los análisis
se mantendrán al día y en ■ el que la síntesis se hará en el momento
necesario.
Este plan podrá no ser único si las probabilidades de guerra son
tales que pueden ser encaradas varias hipótesis.
El método impone el modo de agrupar los análisis que comporta.
El sumario sería aproximadamente el siguiente:
DE DESCARTES AL G-EEÍBJKAÍJ. X...
109
1." El objetivo:
Análisis del objetivo de la eventual guerra. Objetivo nacional a
perseguir. Objetivos particulares que se propondrán verosímilmente
los probables aliados, etc.
2." El enemigo:
Análisis de los medios de las naciones enemigas. Fuerzas morales
y fuerzas materiales. Posibles alianzas. Estudio de los puntos débiles
que pueden -presentar esas alianzas. Diversas hipótesis sobre las
intenciones probables del adversario, etcétera.
3.° El ambiente:
Situación política de los diferentes Estados; los aliados, los
neutrales. Análisis de la situación de la política nacional interna.
Estudio de la influencia que puede tener la situación geográfica de los
teatros probables de operaciones sobre la preparación política y
militar de la guerra, etc.
4.° Los medios:
Análisis de las fuerzas nacionales, desde el punto de vista general
de las posibilidades que ellas ofrecen; fuerzas morales, militares y
económicas. Igual estudio para las'fuerzas de . las potencias aliadas.
Negociaciones diplomáticas perseguidas a fin de. mejorar la situación
nacional en vista de la guerra, etc.
En el momento que se impondrá tomar la resolución, ella resultará
inmediatamente, en forma lógica y clara, de la síntesis en que el
paciente trabajo de análisis del tiempo de paz habrá preparado los
elementos.
Esta resolución dirá por qué, con quién, dónde y cómo se liará la
guerra. Ella fijará, nítidamente, el objetivo de esta guerra, determinará
los adversarios contra los .cuales será lleva-da,-p-r-ecisará4os-teatros
de operaciones sobre los cuales tendrá lugar, e indicando cuál será el
teatro de operaciones principal, ■preverá la primera actitud a adoptar,
ofensiva o defensiva, se* bre cada uno de esos teatros de 'operaciones.
 110 P. PEREIBR DE LA BATHIE
Es evidente que el papel político y diplomático de la Dirección
Suprema no se limitará a la preparación de la guerra, sino que
continuará y tomará también una importancia primordial después de
iniciadas las, hostilidades. Sin embargo, su acción tendrá que limitarse
a explotar, en la mejor forma posible, los éxitos conseguidos para la
aceptación de negociaciones, evitando trabar la acción militar y de
intervenir en la conducción de las operaciones, o a limitar los grandes
fracasos, obrando vigorosamente con todos los recursos de la política
y de la diplomacia.
Este papel será.particularmente^ delicado si la guerra es de
coalición, puesto que actuando con nuestros aliados y con la mayor
lealtad, jamás habrá de perderse de vista que sus intereses no serán
completamente los nuestros y que si no adoptamos y seguimos una
línea de conducta muy firme, en vista do nuestro objetivo nacional,
corremos el riesgo de ser eventual -mente sacrificados en el momento
de recoger los frutos de la
------victoria.
Es claro que la resolución tomada, al comienzo de las hostilidades
por la persona o las personas:que forman la Dirección Superior de los
asuntos políticos y militares, constituirá, propiamente hablando, la
misión dada al Comandante en Jefe de las fuerzas militares.
A su turno, el Comandante en Jefe tendrá que ejecutar un trabajo
metódico, sea para la preparación, sea para la conducción de las
operaciones.
La base de ese trabajo se hallará igualmente en un plan cuyos
grandes lincamientos serán aproximadamente los siguientes:
1.° Objetivo.—Análisis del objetivo fijado. Los objetivos
particulares a perseguir en cada teatro de operaciones.
2.° El enemigo.—Riguroso análisis de lo que constituye la fuerza y
potencia del enemigo, de donde, por deducción, se determinará el
punto donde es menester golpear. Informaciones directas.
Informaciones indirectas sobre el valor y las tendencias del comando
enemigo. Los medios del enemigo. Diversas hipótesis sobre su
empleo.
DE DESCAECES AL GENERAL X...
111
¿Cuál será racionalmente la conducta del enemigo? ¿Cuál será la
repartición probable de sus fuerzas en los teatros de operaciones?
Estudio geográfico de las zonas iniciales de operaciones del enemigo;
vías de invasión, etc., etc.
3.° El ambiente.—Los países aliados o neutrales; su situación
geográfica. Forma de las fronteras. Actitud de los países vecinos.
Geografía de los teatros de operaciones: comunicaciones, estaciones
de desembarque, regiones en las cuales los ejércitos serán llamados a
operar, sus recursos, etc.
4.° Los medios.—Las fuerzas militares nacionales, Las fuerzas
militares aliadas. Repartición inicial de estas fuerzas en el espacio.
Condiciones de tiempo para su intervención. Su constitución; su
movilización. Apreciación de su valor, etc. La síntesis de los elementos
obtenidos por estos análisis conducirá a la resolución sobre la
repartición inicial de los medios. Esto permitirá al Comandante en Jefe
determinar el fraccionamiento de las fuerzas según el objetivo especial
que se le ha asignado, afectando el máximum de «sas fuerzas a la
operación principal, el mínimum a las operaciones secundarias, etc.
Esto suministrará todos los elementos necesarios pa-' ra establecer,
para cada teatro de operaciones y siguiendo el mismo método, el plan
de protección, el plan de concentración y el plan de las primeras
operaciones.
Creemos inútil dar el sumario de estos planes, cuyo título índica
.suficientemente el objeto. Ellos entrarán progresivamente en los
detalles siguiendo los mismos procedimientos metódicos. Además,
será imposible llevar más lejos las previsiones. «Es ist eine Taüschung
—dice Moltke—wenn man glaubt, einen Feldzügsplan auf weit
h.inans feststellen und bis zu Ende durchführen zu kónnen.» (.1).
El primer contacto con el enemigo crea una nueva situación.
« Víeles wird unausfÜhrbar was man beabsichtigen riiochte.
Díe geanderten Verháltnisse richtig auffassen, darauf auf eine
-absehba-re—F-rits-das'Zweclímassige anordnen und entsehlossen
(1) «Es una ilusión creer que se puede fijar"'mi plan ele campaña a largo
plazo y que se lo puede, realizar hasta el final.»
112 DE DESCARTES AL GENERAL X...
P. PERRIER DE LA BÁTHIE
113
durchfühxen ist alies, was die Heeresleitung zu tun ver-mag.»
(1). de escudriñar las realidades. La moral de la nación francesa había sido
En cada situación corresponderá", a todos-los escalones del estimada en menos, y no se había tenido en cuenta la capacidad de
Comando, un nuevo problema a resolver, una resolución a tomar. resistencia que podrían darle su voluntad y su tenacidad. Y es en esta
El método, que da los elementos de esta resolución, permanecerá falta de método donde' es necesario buscar la verdadera causa de la
siendo el mismo. derrota del Marne.
Sin duda este método no es infalible. Es el alcance considerable que puede tener el desconocimiento u
En la guerra, los acontecimientos, las situaciones, los factores que olvido de un elemento del raciocinio, lo que da importancia a la
pueden intervenir-enHcas^ combinaciones-varían---has-ta el infinito. búsqueda de la información.
El campo que se-ábre-a-las posibilidades es inmenso. Los errores serán Esta parte del trabajo de análisis puede tener una influencia capital
posibles. Perorcon-un-método-rigi>-roso, se llegará a disminuir sobre la resolución.--Se comete a-Menudo el-error de limitarse al
considerablemente las probabilidades de cometerlos. Ellos podrían análisis .de los actos del enemigo y a no tener suficientemente en
también ser evitados con seguridad, si los análisis 1 se hacen completos cuenta las noticias obtenidas sobre sus tendencias o sus intenciones.
y si no se olvida alguno de los elementos que intervienen en los Esta falta tiene su origen en la repugnancia que tenemos, en un
problemas planteados. trabajo lógico, en utilizar previsiones, por más fuerte-
Sería fácil demostrar que la omisión de un elemento en el trabajo mente_.establecidas que estén, y a dejarlas voluntariamente en el
de análisis es, en estrategia como en táctica, el error más común de dominio de las simples hipótesis. Ella ofrece grandes peligros.
método.
Razonar como si el enemigo no existiese, peligroso error
cometido demasiado a menudo, ¿no es, en efecto, olvidar uno de los
factores del raciocinio y no de los menos importantes: el enemigo f
Considerar al adversario, cuya situación se ha determinado
pacientemente como inmóvil, ¿no es descuidar dos de los factores
que se imponen en toda combinación de operaciones: tiempo y
espacio?
En 1914 los alemanes aplicaron, en Francia, el plan de guerra de
Schlieffen, después de haberlo retocado ligeramente. Este plan era
una. obra de lógica notable, pero contenía un error. El análisis de los
factores. morales del problema había sido mal hecho; se había basado
en apariencias, sin buscar
(1) .«Mucho de lo que se intentaba resultaba inejecutable. Lo único que puede
hacer el Comando en Jefe es apreciar acertadamente las condiciones modificadas,
ordenar en base a esto para un período que se pueda prever lo más conveniente y
realizarlo con decisión.»