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se ha expirado tan frecuentemente que la familia es “la célula social por


excelencia”, que no se sabe ya a quien atribuir la paternidad de tan exacta formula. El
papel que le cabe a la familia como elemento natural de la sociedad, ha hecho
comprender a los juristas modernos que existe un derecho de familia como elemento
natural que ocupa una posición absolutamente propia y autonómica dentro de la órbita
del derecho privado aunque carezca de naturaleza patrimonial, porque sus normas
son imperativas y coactivas, como la de los derechos subjetivos patrimoniales o
sustrato económico.

Los romanos tuvieron una concepción muy particular de la familia, la que debido a la
falta de solidez de la organización estatal de los primeros tiempos de Roma se
convirtió en un organismo vital dentro de la civitas, puesto que la confederación de
familias constituía una casa o gens, que tenía por base presuntos orígenes comunes.

uno de los términos integrantes de la institución familia, en la acertada


definición de Savigny, lo constituye el parentesco, nombre que designa un género de
relación permanente entre dos o más personas, que puede tener como lazo
aglutinante la sangre, el origen o un acto reconocido por la ley. El parentesco podía
ser civil o agnación o natural o cognación. También la legislación romana reconoció un
tercer vínculo parental, la afinidad.

se llamaba agnación al parentesco civil reconocido por el derecho romano que


unía a todos las personas que estaban sometidas a la patria potestad (patria potesta)
o potestad marital (manus) de un jefe o paterfamilias común.

es el parentesco fundado en el vínculo de sangre que unía a las personas


que descendían unas de otras o de un autor común, que tanto podía darse en la línea
masculina como en la femenina, se denominaba en Roma cognación (cognati o
cognatio naturalis).

el vínculo que nacía entre los cónyuges por el matrimonio y el que existía entre
uno de ellos y los parientes consanguíneos del otro, se llamaba afinidad.

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: el conjunto de poderes que el paterfamilias ejercía sobre las personas
libres que constituían la comunidad familiar, especie de autoridad soberana del jefe, se
denominaba en Roma patria potestad. Ya la palabra manus había expresado este
poder sobre el conjunto de la familia, hasta que se la reservo para designar la potestad
sobre la mujer casada, quedando los términos patria potestad para significar la
autoridad de pater.

: el derecho romano reconoció diversos modos de


adquisición de la patria potestad o, lo que es igual, de entrar a formar parte de la
familia agnaticia del titular de potestas. Entre los modos de adquisición podemos
nombrar al nacimiento, legitimación, adopción, adrogación.

el modo normal de entrar a la familia y someterse a la potestad del jefe de


ella fue el nacimiento o procreación ex iustis nuptiis, por individuo varón, ya fuera pater
o filius. Los descendientes por línea femenina no eran miembros de la familia romana
propio iure, ya que pertenecían a la familia de su respectivo padre.

los hijos habidos en concubinato, llamados liberi naturales, seguían la


condición de la madre, en virtud del hecho cierto de la maternidad. Para favorecer al
matrimonio legítimo, por influencia de las ideas cristianas, el derecho postclásico
introdujo la legitimación como el medio jurídico por el cual el hijo natural alcanzaba el
carácter de legítimo, quedando sometido a la patria potestas en calidad de alieni iuris.

: el paterfamilias podía recibir en su familia a personas extrañas a ella. Esta


recepción, que se realizaba mediante un acto jurídico por cuya virtud un extraño
ingresaba a una familia sometiéndose a la potestad de su jefe, se llamaba en general
adopción.

por la adrogatio un paterfamilias pasaba bajo la potestad de otro pater. Una


domus, un culto, un patrimonio se extinguían como consecuencia de la adrogación.

: sin él, no había familia o domus, pero el solo constituía una


domus. Sobre todo lo que integraba la familia, tanto personas, como cosas, tenía no
solo un derecho, emanado de la costumbre o de la ley, sino un poder (potesta) cuya
fuente originaria y definitiva era el propio paterfamilias. El poder unitario del pater
comprendía, como sabemos, cuatro potestades: la patria potestas, sobre lo hijos; la
manus maritalis, sobre la esposa; la dominica potesta, sobre los esclavos y el

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mancipiun o cuasi servidumbre de personas libres vendidas al paterfamilias. A tales
potestades había que agregar, como emanación de su poder, el dominiun o señorio
absoluto las cosas.

: por principio, la patria potestad romana tenía carácter


perpetuo y por ello la mayoridad del hijo no le ponía fin. Pero hubo acontecimientos
fortuitos que hacían imposible su ejercicio; tal, la muerte del pater, causa natural de
extinción; la capitis deminutio máxima, que lo convertía en esclavo, y la media, que le
hacía perder la ciudadanía, porque la patria potestad solo era ejercitable por
ciudadanos romanos. Claro está que cuando el pater caía en esclavitud era de
aplicación el ius postliminium, que la restablecía como si jamás hubiera cesado.

A estas causas de extinción de la potestad paterna se agregan otras de antiguo


origen, como la elevación del hijo varón a sacerdote de Júpiter y la mujer a virgen
vestal y en el derecho justinianeo el desempeño de funciones públicas de importancia,
como si el hijo era designado miembro del concejo imperial, cónsul, prefecto del
pretorio, etc.

es así es como el páter podía provocar voluntariamente la salida de sus


hijos de su potestad y el traslado de ellos a otra familia civil o agnaticia, pudo hacer
extinguir el vínculo de potestad sin que el hijo se sometiera a una nueva potestad.

otro de los elementos básicos del derecho de familia lo constituye el


matrimonio o iustae nuptiae. El matrimonio, en el concepto romano, puede definirse
como la cohabitación de dos personas de distinto sexo, con la intención de ser marido
y mujer, de procrear y educar a sus hijos y constituir entre ellos una comunidad
absoluta de vida.

El matrimonio podía ser “cum manu” o “sine manu” una de las principales
diferencias era que en el primero la mujer que se casaba integraba la familia del
marido y en la segunda la mujer seguía bajo la autoridad su paterfamilia y no integraba
la familia del marido.

: el matrimonio de Roma solía ir precedido de una promesa formal de


celebrarlo, realizada por los futuros conyugues o sus respectivos paterfamilias, que se
llamaba esponsales (sponsolia), nombre que deriva de sponsio, contrato verbal y
solemne que se usaba para perfeccionar la promesa

el derecho romano exigió para la validez del matrimonio la


presencia de ciertos presupuestos o requisitos. Entre ellos se cuenta los siguientes:
capacidad jurídica o ius connubii, capacidad sexual para procrear, consentimiento de

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los contrayentes y consentimiento del paterfamilias, cuando los desposados fueran
alieni iuris.

: constituían impedimentos matrimoniales hechos o situaciones


de diversa índole, éticas, sociales, políticas, religiosas, que importaban obstáculos
legales para la realización de las legítimas nupcias.

el matrimonio, como institución básica del


derecho de familia, producía importantes consecuencias jurídicas tanto respecto de los
conyugues, como en relación a los hijos. En cuanto a los esposos, los efectos del
matrimonio se traducían, no solo en las relaciones de carácter personal, sino también
en las de orden patrimonial. Principal consecuencia del matrimonio era el deber de
fidelidad entre los conyugues. El derecho romano trato más severamente la infidelidad
de la esposa que la del marido y en este sentido la mujer adúltera cometía un delito
público que se castigaba severamente; en cambio, el adulterio del marido, siempre
que no tuviera lugar en la ciudad del domicilio conyugal, no era causal de divorcio.

la filiación: dentro de los efectos del matrimonio


en cuanto a los hijos, merece especial tratamiento la filiación, o sea, la relación
paterno-filial, que podía ser legitima o ilegitima, según que los hijos nacieran o no de
padre y madre unidos en iustum matrimoniun. La filiación legítima, que era aquella en
que el nexo entre el engendrado y sus progenitores derivaba de legítimas nupcias,
daba al hijo la calidad de legítimo, que la ley presumía cuando hubiera nacido después
de los cientos ochenta días de la celebración del matrimonio y antes de los trescientos
de su disolución.

el matrimonio en Roma se disolvía por muerte de uno de los


conyugues, por perdida de la capacidad matrimonial, por sobrevenir un impedimentos
y por una causa especifica: el divorcio. Había disolución del vínculo conyugal por
perdida de la capacidad de los esposos en los casos de capitis deminutio máxima de
cualquiera de ellos, porque las nupcias solo eran para personas libres. Se extinguían,
asimismo, las nupcias por sobrevenir un impedimento, como en el caso del incestus
superveniens, que se producía si el suegro adoptaba al yerno, de modo que este se
convertía en hermano de su esposa. Se podía evitar que sobreviniese el incesto,
emancipando previamente el pater a su hija.

causa especifica de disolución del matrimonio fue el divorcio, que era la falta
de affectio maritalis en uno de los conyugues o en ambos, como el matrimonio exigía
en Roma un acuerdo continuado, cuando este faltaba en los esposos se disolvía el
vínculo y no podían ser considerados ya como marido y mujer.

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el derecho romano conoció otra forma de comunidad conyugal, el
concubinato (concubinatus), en el que existía unión estable del hombre y la mujer sin
que medie intención reciproca de estar unidos en matrimonio.

las relaciones patrimoniales entre los conyugues, o lo


que es lo mismo, el régimen de los bienes en el matrimonio, es uno de los aspectos de
mayor interés que ofrece la institución en el derecho romano, a la vez que a través de
sus normas peculiares aparecen nítidas las diferencias que separan las iustae nuptiae
cum manu y sine manu.

Cuando por el matrimonio el marido adquiría la potestad marital sobre su


esposa, todos los bienes que esta poseía, si era sui iuris, pasaban aquel, del mismo
modo que las adquisiciones realizadas que realizara se hacían propiedad del
conyugue, porque la mujer sometida a la manus maritalis era patrimonialmente
incapaz. A la muerte del esposo le sucedía como si fuese una hija.

El matrimonio libre, como la mujer seguía perteneciendo a su familia paterna, había


una separación de bienes. De esta manera, si era alieni iuris las adquisiciones
realizadas durante el matrimonio se hacían propiedad de su paterfamilias y si tenía la
calidad de sui iuris era propietaria de todos sus bienes y de los que adquiera durante
las nupcias, con amplio poder de disposición. Sin embargo, según una regla atribuida
al jurisconsulto de fines de la Republica, Q Mucio Scaevola, todas las adquisiciones de
la mujer durante el matrimonio se presumían hechas por el esposo, salvo prueba en
contrario.

En el matrimonio sine manu, al existir un régimen de separación de los bienes de los


conyugues, estos no se debían alimentos. Tampoco se reconocía derecho de sucesión
mutua intestada, de acuerdo con el derecho civil, y en el derecho pretorio el viudo o la
viuda eran llamados en ultima termino por una bonorum possessio unde vir et uxor.

tutela, curatela: en roma las personas que gozaban de


plena capacidad jurídica o de derecho, esto es, los sujetos libres, ciudadanos y sui
iuris, podían hallarse imposibilitadas de ejercer por si misma los derechos de que eran
titulares. En tales casos, a fin de no hacer ilusorio el ejercicio de negocios
patrimoniales, el derecho romano admitió que los incapaces de hecho o de obrar
tuvieran representantes legales o necesarios que suplieran esta incapacidad. Esta
función protectora de los derechos de los sujetos con incapacidad de obrar, fuera
absoluta o relativa, fundada en razones de edad, sexo, enfermedad mental o

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tendencia a la dilapidación de bienes, se cumplió en Roma por medio de dos
especiales instituciones: la tutela y la curatela.

Los hijos sometidos a la potestad del pater se hacían sui iuris a la muerte de este.
Adquirían entonces plena capacidad de derecho y aptitud para poseer un patrimonio
propio, pero no todos ellos eran capaces pare ejercer por si mismos sus derechos. En
esta situación se encontraban los sui iuris impúberes, que eran los que no habían
cumplido los catorce años, y las mujeres sui iuris de cualquier edad. Tanto unos como
otras, en razón de su incapacidad de obrar, estaban sometidos al poder de un tutor,
pero la tutela por razón del sexo perdió ya en el periodo clásico su antiguo rigor.

palabra que proviene de la voz latina tueri, que significa proteger, tenía sobre
los impúberes y las mujeres un poder de protección similar, en cierto modo, al
reconocido al paterfamilias, atenuado por su finalidad tuitiva y de salvaguardar de los
intereses patrimoniales respecto del incapaz o pupilo.

Otros incapaces de obrar, al margen de los impúberes y las mujeres, quedaban


supeditado a la intervención de un administrador o curador (curator).

fue la otra institución creada por el derecho romano para proteger el


patrimonio de lo incapaces no sometidos a tutela. Desde la ley de las XII tablas se
conoció una curatela para el caso de los enfermos mentales o demente (furiosi) y para
los pródigos (prodigi) sujetos a interdicción. Sin embargo la institución alcanzo su
verdadero desarrollo cuando aparecieron figuras especiales de curatela y, en
particular, la curatela del menor púber.

1. Buscar en el libro y explicar que eran la dote, las donaciones nupciales y


las donaciones entre conyugues.
2. Buscar en el libro y explicar las distintas clases de tutelas y curatelas.

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