De La Naturaleza de La Ausencia - 05 PDF

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1

CRISTIAN TON,
De la naturaleza de la ausencia
Buenos Aires Poetry, 2020.
74p.; 20x13 cm.
ISBN _
1. Poesía Argentina

©Cristian Ton
Reservados todos los derechos.
Primera edición.

Editorial ©Buenos Aires Poetry.


Colección ©Pippa Passes dirigida por Juan Arabia.
Diseño editorial ©Camila Evia.

BUENOS AIRES POETRY


editorial@buenosairespoetry.com
www.buenosairespoetry.com

2
3
ín dice

9 Fundac i ón de la fe

13 I. EN L A SOLEDAD FECUNDA

1 5 Lo s i ngular po éti c o
1 7 Pas o del ti empo
1 8 H ac i a el fi n
1 9 N arc i s o
2 0 E l ti rano
2 1 E l ofi c i o
2 2 N ombradí a
23 La i lus i ó n
25 La r uptura
26 E l que no supo amar
2 7 Inventi va
28 R ituales lí r i c o s
2 9 Aquella pro mes a
3 0 H as ta que vuelvas
3 1 E l des var í o

3 3 II. EN UN MÁGICO TAL VE Z

3 5 O da
37 Los ani males s exuales
3 8 At urdi mi ento
40 Sin las for mas
4 2 Poema hallado entre los p ape l e s
d e un mús i c o de ro c k ya mue r t o

4
4 4 Us anz a
4 5 Florec er
47 La lluvi a al des per t ar
4 8 Sáb ado
50 Tu b alc ón
51 Los lí mi tes s eguro s
del enc i er ro
57 Demas i ada luz
6 0 La terc era pers o na
6 2 A r te po éti c a

6 5 III. LA DISTANCIA IRREAL DE LOS AÑOS

73 S o bre el auto r

5
6
C R I ST I A N TO N

De la
natura leza
de la
aus enci a

7
8

Fun d a ción de la fe

tu padre no es tu padre
solo padre intelectual
una prosapia de actores
de envenenadores
príncipes de negocios
de madres
y de necios

si bien los historiadores se contradicen


pirronismo de sagacidad minuciosa
un criado astuto lo cuenta y lo registra
en el almanaque de la feria

yo solo te creo a vos, bufón vilipendiado


tus relatos sangrientos
acerca de los convictos de revueltas
de facciones enceguecidas
de los feroces entusiastas
las almas de bronce
de la canalla peligrosa

hay quienes al cabo de años


alcanzan a deletrear algo
pero de una pluma nunca
llegar a servirse pueden

9
soberano redentor
tuya es la palabra y el oficio de las marionetas

tus pequeños tablados


empezaron a convocar
donde el orviétan vendían
los charlatanes del pueblo

envidia hostilidad rencor

te acusaron de extravíos
de borracho peligroso
y ante un magistrado sus quejas
fueron presentadas

de brujo
finalmente
de brujo te acusaron

extraña costumbre antigua


degollarse entre sí
por pensar
de distinto modo

10
algunos se convierten en perseguidores
otros
en aborrecidos

guerras civiles y matanzas


rebeliones
regimientos de dragones

a la larga de que lo quemen


uno se cansa

servid a dios a vuestro modo en vuestras casas

y feliz quien estrelle


contra la piedra
a tus parvulillos

¿no ves que este mundo es un gran bedlam


donde otros locos arrastran
encadenados a los locos?

de pueblo en pueblo correremos


llevando la palabra revelada
sembraremos los bienes espirituales
para que cosechen los bienes materiales

11
sufriremos el martirio
y nos exigirán que adjuremos
nos acusarán de idólatras
de fanáticos
de nigromantes
de chapuceros

se enternecerán cuando a la liebre


su hocico bañado en sangre
la fiera desgarre

y a pesar de ello todo


súbditos fidelísimos
seguiremos batallando

y cuando dueños seamos


de la sangre teológica
que correr haremos

un retablo de marionetas será


el mundo entero

12
I. E n l a
s ol ed ad
fec unda

13
14

Lo singul ar po éti c o

quisiera conservar en la memoria


formas de la belleza
lo vivido lo soñado
todo abismo de los sentidos

quisiera guardar en la memoria


las luces desnudas de tus ojos
entre tanto vacío
esas luces que cautivan

la espera es adversa
la perfección lánguida
se aleja

presagio de primavera en la semilla


en las flores, en el aire
abundancia en los campos y en el mar

el deseo en un voraz desvelo


que arrastra hacia el frío silencio de la noche

quisiera conservar las primitivas huellas


de la experiencia poética
en un mundo anestesiado

15
de mirar sin ver
reproducción mecánica
repetición
encasillado en su trivial transparencia

16

Pa s o d el ti empo

llegará el día en el que este refinamiento


no será sino tierra infecunda
un fulgor envejecido y cansado

en los rasgos que ennoblecen ahora lozanía


verás apenas la miseria de tu declive

¿dónde buscarás de la que te alimentas la sensual delicia?

¿dónde tu vergonzosa boca hallará


la rosada tersura?

en vano de suplicar te cansarás, de perplejos enigmas

cuánto mejor si no hubiera necesidad de justificarse


una ficción para aplacar el agobio de los días malgastados
y el cuerpo consumido

renacer en otros,
entregar la sangre a los que aún estarán vivos

17

H a cia el fin

una cara en el espejo


el curso de la decadencia exhibe
sin estirpe
sin lozanía
sin nacimiento

todo vigor vetusto los alegres cuerpos desdeñan


naturaleza que es tumba de su propia simiente
naturaleza que no revela su origen
y que la juventud de la flor extingue

a través del rigor confuso


de los años apenas se distinguirán
los cantos de la inocencia

muere así todo linaje


sin recuerdos
sin mañana

18

N a rcis o

el profuso encanto de tu juventud


se apaga en un cuerpo desterrado

nacieron de la tierra tus días y tus ilusiones


pero en largas andanzas de vanagloria
sólo abrazos indolentes concedió tu aislamiento

la generosa suma de tu belleza


y no lograste ver más allá del reflejo
en el agua del crepúsculo

sólo el halago
de tus propias manos sobre el cuerpo
sólo tu propio engaño
las heridas el simulacro adverso

llega la noche desconocida


los pasos de la sombra silenciosa que nos cubre

una vez más la tierra reclama su siembra


y tu infecunda belleza es tumba
de soledad y vacío

19

E l t i ra no

artífice impiadoso de belleza


en irresistibles figuras florecientes
tentación
de la voz que atrapa y no suelta
ardiente deseo
el mismo tirano que cruel disuelve
incluso el pasado

la frescura en la vejez insípida


se muere

todo vigoroso impulso


se pierde

aniquilamiento estéril

el tiempo es tu condena
el recuerdo, tus imprecisos muros

20

El oficio

nacer morir vivir para la muerte


esa abstracción más
para la nada
nadie me responde

el poeta debe insistir en que estos


son sólo jirones que nos recuerdan
el deterioro

el enraizado enaltecimiento de la juventud


la exaltación del cuerpo

¿dónde están?
inquiere el poeta

la fatiga de los tópicos


la progenie de sus variantes

y los días le sustraen la ilusión de complacencia


hasta que se somete a la voluntad de repetirse
otra vez

21

N om b ra día

su grandeza noble todos admiraron

venerable, con prestigio, su fama


brillaba en el mítico cielo sacro
de los héroes
su voz era la voz de todos
sus palabras infundían fervor
deslumbrante belleza sus trabajos ofrendaban

nadie habría podido


hubiera querido
sospechar la mentira la inclemencia obstinada
de los años que borrarían su huella

mientras tanto
en la soledad fecunda
aterradora a veces, el poeta
emprende batallas antiguas
y lega su creación
a una posteridad sin rostro

22

La ilusión

según nos dicen, hay una armonía


oculta, fundamento último del mundo
amargor
extraña dulzura
alborozo tristor
amar sin contento y sufrir el vértigo
el único paisaje es el cielo
y no dejar nunca de caer

nos aseguran que las formas visibles


y su ilusorio cuerpo
no son más que engaño
confusión de voces enfermizas

sólo la interioridad secreta es


permanente

un tejido incierto de contrarios


inextricable
fragmentos que son trama del enigma
el dios está detrás de ellos

luego
el día es noche
el invierno, estío

23
la saciedad, hambre
la paz
siempre guerra

y una voz que dice


“toda opinión es falsa
es una enfermedad sagrada
ya sólo serás como si no fueras”

24

La rup t ura

tus lágrimas una tarde en aquel


ajetreo de una ciudad hostil
al amor

con certeza y desagrado el regreso


a la vida solitaria al confuso
soliloquio

la anticipación de las imágenes


que te irán cambiando, metamorfosis
del pasado

ya lo sé lo presiento, terminar
así abrazado a una tosca impostura
que te evoque

y querer convencerse de que todo


el goce y el cariño, en algún lado
permanece

25

E l que n o supo amar

las arrugas como una revelación incuestionable


ocaso
declinación
la incipiente señal de ruina en el día que se apaga

¿por qué habrías de vanagloriarte / de salvarte


cuando tantos argumentos te desmienten?

fuiste amado
(una vez más hay que falsificarse)

solo se trataba de urdir una conjura


(contra uno mismo)

en una súplica desenfrenada


la irrealidad perpleja se disfrazó

¿y de qué sirvió someterse al deseo?


¿quién, desapacible intruso, emponzoñó la ilusión?

otro sobrevive en la piel del cansancio

26

I nvent iva

tu piel tan delicada tus ojos tu risa siempre nueva


el amor o cualquier otra cosa que se le parezca
me quedo con vos o con lo que no se separa de vos
cuando te vas
vitalidad fragancias húmedas del cuerpo
labios destellos fluidos

la extrañeza en donde arden los impulsos

dejarse llevar por esa manía


por esa especie de locura
el mundo se aleja de nosotros
y ya no hay tiempo para envejecer

no finaliza el juego
solo las posibilidades terminan
se agotan poco a poco

breve incendio en una naturaleza indómita


que el deseo sea más que una forma de consumo

27

R it u a l es líric o s

el pasar de las horas cicatrices apenas incesantes

veo el día que enérgico nació


desvanecerse en una sombra pavorosa
me hundo en la noche del día
en la espera

el viento inclina los árboles que es alivio


contra el calor la sombra escapa
contra el ahogo
contra el cansancio

el verano de cielos no compartidos


el verano en este lugar, para nadie que es yo
y me pregunto sobre vos
y quiero descifrarte

cuando caiga entre las ruinas de impureza


cuando al fin renuncie a todo mí mismo
seguiré creyendo en vos

sólo los recuerdos de nuestro tiempo incongruente


los rituales líricos en torno a tu reflejo
podrán resguardarme

28

Aqu ell a promes a

El amor no está en vos


como vos no estás en nadie
nada prevalece, pero nada cambia
me veo en una parte de mí
una parte que no es yo
la ilusión de ser tiempo
en esta tierra
un eco
un ensueño
un fin.

La imagen de aquella promesa


que refleja en otra vez
nuestros cuerpos en la no muerte.

Acá quiero quedarme


aunque sé que mis voces se alejan.

No podrás decir
que en el naufragio de la noche
nuestras miradas no revelaron
la desesperada confusión
de no entrelazarnos
en frágil secreto.

29

H a st a qu e vuelvas

cielo en desgracia
miradas de recelo

el débil reflejo de un destello que se deshizo en lejanía

cielo a donde no llegan las plegarias


destino de injurias de improperios de agravios

las ilusiones ajenas, la alegría de los demás


amistosas esperanzas en abrazos para otros

los inalcanzables dones deseados


desde una miseria indolente

son estos los pensamientos vacíos


que se pierden en el cieno

hasta que vuelvas


y desde la torpe tierra
el canto se eleve y te rescate

llega a mí tu recuerdo
y ya no soy esa ruina de heridas y pérdidas

30

El d esva rí o

omne animal post coitum triste est

como descomposición de lo más puro


en un desierto viscoso
impúdico y viscoso
nos consume tanta luz

sexos ardientes de vitalidad carnal


entrelazados

insatisfacción por la cual se traiciona


insatisfacción que busca el engaño sangriento

salvajes cuerpos de excitación grosera


excesivos matices de la carne
enviciarse embrutecidos por el hábito inexplicable

después del sabor rosáceo


sólo un respiro lánguido

el desvarío del placer


desesperados
de nuevo perseguir
embriagador entusiasmo
enceguecido

31
indomable
el deseo de posesión
dominar más allá de todo límite
felicidad ilusoria
no más que intensa congoja

la ilusión de una delicia


que luego se recordará como un sueño confuso

todo es cuerpo libidinoso, todo es sensual impulso


un triste placer que nos encamina hacia el desconsuelo

32
II. E n un
m ágic o
tal ve z

33
34

Od a

En estas arenas de solitaria belleza inocente


encontrarás mi cuerpo.

Sin nombre
mi voz extiende el universal anhelo de la muerte.

Ni el mar ni la tierra me retienen ahora.

Los cielos, de prodigios secretos


apenas son un vago recuerdo.

Hacia todo conocimiento primitivo


las huellas ya han sido borradas.
Desorientado y rústico, incluso el sabio llega al olvido.

No hay desdicha ni alegres descansos.

Mis remotas creencias


ahora
les pertenecen a los que viven.

Ilimitadas, soberbias e ilimitadas eran las aspiraciones


de mi osadía mortal.

En este exiguo puñado de polvo concluye toda suerte.

35
Mar insaciable que se apaga en ocasos;
enfurecidos vientos que se llevan la memoria.

Una misma noche a todos nos cubre


y solo una vez se recorre la breve senda.

36

Los a nim ales s exuales

Ella se acerca
da vueltas
disimuladamente
pausada y en calma
la mirada que provoca
el cuerpo que insinúa

Ellos mantienen distancia


la fuerza oceánica contenida
hacia lo profundo del deseo arrastra el oleaje
se reconocen como adversarios
una lenta furia los gobierna, enemigos
el enfrentamiento cíclico

Ella conquista
en el final los señores están desposeídos
ningún dominio le pertenece ya al varón

37

At u rdim ient o

Él y Ella lamentan no poder conocerse


por medio de las palabras

apartan la vista, un poco desde el lado del desconcierto

palabras deformes
palabras que se escapaban de la boca
incoherentes impetuosas confusas
palabras sin cuerpo

el tiempo es
esas palabras
imprecisos sonidos
verborragia
arcilla sin forma

en débiles brazos palabras apretujadas


palabras mudas y torpes
lentas como gusanos
palabras que se arrastran por la tierra
inmundas dolientes enfermizas

pero también violentas


de ira
temibles palabras

38
palabras execrables

Él le arroja ese barro a la cara


Ella se limpia los ojos y se lo devuelve con más fuerza
intentan decirse algo
algo importante
el aire está viciado
deben esforzarse para poder respirar

lentamente
se van ahogando en sus palabras

39

Sin l a s formas

todo es real
nada existe sino esta monstruosa y enloquecedora
persistencia de lo real

sangre huesos cuerpo materia


el golpe que al animal mata
las casas derrumbadas por la brusca agitación
el viento que forma una ola en el mar
la fiera que despedaza su alimento
la herida que abre el cuchillo

nadie hable ya de Humanidad


¿qué hay en un sonido?
benevolencia y perversidad
orden y desconcierto
verdad y confusión
graves palabras que acumulan escoria con los años

su sórdido embrutecimiento lo real impone


con enceguecedor semblante
invade unos ojos cansados

realidad visible de las cosas


golpea nuestros cuerpos la inútil forma
aturden insensatos clamores
y la saliva se llena de tierra
40
lejos del odio
lejos de la piedad
sólo persisten estas indescifrables
variaciones sin causas

toda una Historia de imposturas


se aniquila en un instante
el origen y el destino del ser
el ser
las posibilidades del azar y los términos divinos
dios el hombre la muerte la vida
el ser otra vez el ser
todo se aleja se confunde se desvanece

y sólo se percibe la brutalidad insensata


de esta materia que es real

41

Poem a ha ll ado entre los p apeles


d e un músic o de ro c k ya muer to

tantas veces nos tiramos al río

hablaba conmigo mismo


enfrente estabas vos
enfrente de vos no había nadie

habíamos construido un mundo


un mundo de prodigios infinitos
un mundo que quedó deshabitado

¿cómo podíamos saber lo que pasaría?

debimos esperar
a la sombra de la inquietud
en temblorosos recelos

éramos tan jóvenes


que no teníamos miedo de arrojarnos
estábamos tan unidos

¿si me buscaras ahora


cómo podrías encontrarme?

tanto te necesitaba que te seducía


con desventuras y miserias

42
nadie nos reconoce ahora
¿si te buscara, cómo podría encontrarte?

hablabas con vos misma


enfrente de vos no había nadie

no habrá más atardeceres para nosotros


sólo el agua que pierde a los ahogados

43

Usa nza

ese presagio que ya conocés


color de la memoria venturosa
que se hace inquietud
que nunca se aleja
el espejo
de todo lo que se construyó
de todo lo que se construyó
y se derribó

de pronto tenés que encontrar refugio


ir más allá de esta ruina

frágiles palabras que vuelven


como animales enfermos

basta una imagen del sueño


para destrozar la ilusión

y juntás con temblorosas manos


la ya escasa tierra
de las raíces de un nombre

algo perdura
la certeza del hábito que vuelve
amor que es
acopio de fugaces deslumbramientos
y de una costumbre asfixiante
44

Fl orecer

me busca
me posee tu imagen
en el ahora inabarcable y desconocido

entre las grietas de la máscara cotidiana


hay algo de verde y encantamiento

no intento entender la ausencia


el concepto de ausencia
insólita sensación de que algo falta

apenas sé quién sos


tal vez una idea preconcebida
o una desesperada fatalidad

me asombra la rapidez con la que brota el misterio

lejos de simples impulsos o instintos


las palabras quisieran definir lo único e irrepetible
tu nombre mío

la posibilidad de algún acercamiento


es al mismo tiempo
lo que amenaza

45
en un mágico tal vez
lees estas líneas

mi deseo (un destierro


inscrito en lo más íntimo de la voluntad)
tan fuerte que debilita

aun cuando no sepas de mí


sigo descubriéndome en tus ojos
florecer

46

La lluv ia al des per tar

la mañana se humedece
detrás de un blanco nuboso

un velo transparente
una caída constante
no vertical
declinando con el viento

en un blanco sin orillas


en la soledad blanca del cielo

el manto cándido oculta los edificios toscos


burdos
aburridos en su monotonía

la lluvia limpia la mañana


la estremece
la confunde
la desaparece

47

Sá b a d o

inquieto
un poco agitado
como ante una advertencia
o a la espera de algo inminente
despertar

el reloj en la mesa de luz


sombras ligeras
la rutina se reanuda
ceremonia inverosímil por parecer aún temprano
amaneciente

a través de la ventana
una mujer
la luz se agita
de cabello oscuro y ojos cansados
descalza por la calle
trasnochada la cara
el maquillaje
las miradas se cruzan
en la bruma aún matinal sus ojos
todo permanece silencioso
en incongruente calma:
con las sandalias en la mano
ella cruza la mañana

48
en la mesa de luz
el reloj
una mirada leve
latidos de soledad trémula
una brisa inocente confirma la corazonada
mientras la veo alejarse
a ella tan en mí
girando apenas la cabeza

amo este instante en el que nada


todavía empieza

49

Tu b a l cón

tu balcón en desvelo se abre a la noche


tu balcón de susurros nocturnos

confidencias insomnes
para no ver la luz arrepentida del sol

tu balcón se abre a la primavera


el viento lleva las cenizas de la tarde ociosa
tu balcón y el verano en las macetas
el día se despierta entre las rejas

abajo, el ajetreo
abajo, más abajo, los pasos

la soledad de tu balcón y la espera

a veces todo ello se abre a las hojas indecisas


tu balcón y la luna
la luna y tu balcón

nunca deja de ser noche en tu balcón

noche en la frontera de lo que no está casi ausente

50

Los lím it es s eguro s del enc i er ro

te conoce aunque no sepa quién sos ahora


fueron muchos años
el tiempo de una a la otra
¿a quién le pertenece el recuerdo?

echaste a tu amiga
cuando ella oh te necesitaba

desconcertados sus ojos


recelados

llegó a vos
pensó en vos
ligerísima y desnuda

me quedé afuera, te dijo


no me alcanza

se conocen tanto
días de hallazgos y ocultamientos
lágrimas confesiones abrazos
el deseo los miedos los entusiasmos
desde una adolescencia sellada
marcada
herida
y el apego
51
¿cómo que se fuera decirle pudiste?
¿de dónde las fuerzas?

fiestas ataviadas más allá de la noche


desencajadas anécdotas
reuniones y aglomeraciones
las sonrisas y los secretos vicios
jergas íntimas
los amantes fastidiosos
enojosos
de lloriqueos y suspiros

los amantes deseados


aunque lejanos
por lejanos
inaccesibles

al fin se reían
con la dulzura habitual
de la mirada que comprende
nuestra amistad cierta
sólida
colmada

52
echaste a tu amiga
cuando ella oh huía de la ausencia

¿te asustaste?
¿fue cobardía?

¿te asustaste de que tu casa fuera testigo?


¿de tu vida?
¿tu vida cotidiana?

mientras nadie estuviera allí


podías pretender
¿mentir?
simular

en tu guarida se armó
la máscara del teatro de la complacencia
el desorden fingía los colores
el cielo entraba y arrinconaba las soledades

formas de la incertidumbre
revestidas por el estrépito

pero todo se complica con otros ojos


la mirada de alguien

53
de afuera

un trabajo suplicio
amarrada a tres palos y azotada
en cualquier horario
sin tiempo que concluya
un instante igual al otro
sin ritmo
sin rumbo
sin aroma

tu amiga vería también la ausencia de amigos


de relaciones incluso
ningún festejo ningún regocijo

vería tus pretendientes virtuales


las citas con desconocidos homogéneos
invariables similares

horas arreglándose
peinándose
vistiéndose
para no descubrir otra cosa
que la decepción

54
echaste a tu amiga
oh ¿qué más vería?

la cocina y vestigios sombríos


de frutos bucólicos
vería suciedad
en las paredes en las alacenas en los cajones

imanes grasientos en la heladera


anotaciones del pasado
indicios de la angustia

cuanto más intentás alcanzar la alegría


la calma
más aumenta la zozobra

signos de inquietud
vería

por las noches la pantalla que ilumina


tu modesto aislamiento
cuando caés exhausta
el vaso de vino a veces
la pastilla

55
echaste a tu amiga
para que no viera oh los viejos recuerdos
los restos
la desidia

ella está afuera


tu mundo protegido cercado quebrado

se acerca la noche
ya no hay amenaza
encendés las luces
buscás la botella
la pantalla te ilumina

ya no te asusta
la mirada de un otro
ya no hay peligro

cae la noche
una vez más
en los límites seguros de tu encierro

56

D em a sia da luz

tus palabras no dicen nada


peor aun
lo dicen todo

sin velos ofrecen la realidad desnuda


abierta
abiertamente

me gusta cuando las sagradas escrituras


se oscurecen
me gusta cuando sacamos la luz
y tu rostro conocido pasa a ser completamente otro
lo nuevo
la oscuridad que nos protege de lo igual
una capa
un símbolo
una noche

me arrojás información acerca de todo


un exceso burdo
lo decís todo nada guardás
no hay así juego estratégico
máscaras ni engaño

57
ojalá yo fuera el trovador
de los cortejos
y vos la dama a la que no llegue a tocar
jamás
quisiera ver solo el brillo borroso
de tus ojos
sin saber
sin certeza
en la honda ambigüedad que me impulse a buscarte
en la promesa de un placer indescifrable

armo los preludios de nuestro encuentro


imagino los espacios y los límites

porque vos no estás ahí


y yo debo las posibilidades tejer
las pérdidas
los placeres improbables

un secreto que juega con la libertad

pero no es así
no es ahí
sin cielos de movimiento del placer / de ilusión
toda distancia se borra

58
y esa ausencia
en vez de embellecer un misterio
en días insípidos nos ahoga

59

L a t ercera pers ona

la persona de la que te gustaría


deshacerte
la persona en cuestión

es lo que pasa cuando las cenizas


lo único
lo que queda

es lo que pasa cuando no es más


la inconsciente
la inocente
entrega al raudal
ardoroso
en la sombra de las horas
que detienen todo lo demás

cuando pasa
cuando ya no es nada
están impacientes por desembarcar
en otra orilla

¿quiere acabar con él?


la mirada como en una pantomima
que hace las veces de seña
como si se planteasen y respondiesen
ellos mismos la pregunta
60
es un crimen lo que están pidiendo
el precio
¿cuál es el precio?
no es más que un descenso

ya no hay lugar para sutilezas


el fin de un desvariado impulso

es lo que pasa cuando ninguno


se detuvo a pensar en lo que estaban haciendo

¿todavía quiere visitar el cementerio?


esperemos hasta mañana
de algún modo hemos estado ya
entre los muertos

61

A r t e p oét ic a

yo me pongo el despertador
temprano
y escribo, dijo el poeta
ocupo toda la mañana
los días todos
escribo y resplandecer me siento

qué vida más extraña


¿despertar?
¿escribir?
¿ocupar?

uno nunca escribe

escribir es reventar
ante el peligro
la adversidad
los obstáculos el cansancio la locura el sinsentido el
hastío lo monótono la mugre la desolación el gol-
pear insistentemente en vano la vanidad el trabajo
la rutina el castigo la pobreza el engaño los polí-
ticos el calor las goteras el alquiler y las tarifas el
hambre

62
uno nunca escribe sino recién cuando
logra sobrevivir
suerte de sísifo
a los pesados e incesantes
trabajos y días

recién cuando
recién después
de haber trabajado mil horas seguidas
en yugos embrutecedores
de haber braceado en la corriente caótica
de los que van y de los que vienen
hacia ningún lado
van y vienen
solo para estar ahí
delante de uno alrededor encima de mí
de haber pagado los impuestos
de haber levantado las paredes
de una casa que siempre se cae
de haber renunciado a escribir
de haber recuperado las ganas
la ilusión
el empecinamiento
de haber discutido
de haberse enamorado

63
distanciado
separado / reencontrado
de haber buscado
de haberse alimentado
de haber enfrentado la perversidad
arrastrado
arrodillado

uno recién puede intentar escribir luego


de haber agonizado de sueño
de frío
de hambre
uno recién puede cuando la noche llega
cuando en ella se diluye
la crudeza del día

solo entonces
y quizás entonces
uno dispone de algún tiempo
poco
y nunca está seguro de si escribe

64
III. La
distanc ia
irre al
d e l os
años

65
66

infalible
comienza así tu abismo
la insaciable noche, afuera

otro día
sin esa mirada
él es sólo una discrepancia frívola

mitológica fundación de la lectura


es al reflejarse en ella
cuando las palabras dejan de ser tan precarias

de cómo a veces no es tan fácil escapar


ella va descubriendo su libertad
él va perdiendo la suya

la audacia o el desasosiego
tal vez él tenía miedo de imaginarse junto a ella
o tal vez ella despertara en él
algo más que improbables futuros

67
corazonada a lo lejos
la lejanía se impuso como un instante incierto
una belleza indescifrable y secreta en la distancia

no había más que intuición


el conocimiento de los pasos de ella
en la clandestinidad de su deseo

conversaciones imaginarias
tanto sigo tu sombra
que ya de mí nada queda

lo que pasa es el amor


él no sabe qué hacer para que ese tímido cielo
de luz temblorosa lo encuentre

la mirada de ella lo deshace


como se deshacen las letras de una carta en la lluvia

y a pesar de eso
abandonarse
a esa leve felicidad tempestuosa
lo es todo

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más dudas que certezas
despierto y siento que la irrealidad
es una forma de regresar a tu lado

el recuerdo me trae a lo que nunca fui

tu silencio
tu silencio
por su misma complejidad
es una contradictoria forma de comunicación

indefenso ante tu mirada

desierto en la prudencia
que envuelve el deseo y la osadía

tu silencio
mensajes disímiles
que no llegan para ser entendidos

ganas de verte más


enamorarse
es alimentar la ausencia

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se conocen apenas
el encuentro parece imposible
sus vidas caminan a destiempo

pero de algún modo


saben que en algún lugar
sus soledades dialogan

ficción
amar es saber que no podemos unirnos
descubrir que no hay separación posible
porque no hay nada más allá de vos

amar es inventarte todo el tiempo


nombrarnos
y deshacernos en una ilusión

fin

70
~

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S ob re el au to r

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C ristian Ton Cristian Ton nació en 1980. Es escritor
y profesor de literatura.

Publicó los siguientes libros:

Papeles públicos (2008)


Discurso de la razón salvaje (2013)
Música de Cámara (2016)
Aniquilamiento de la voluntad (2018)

De la naturaleza de la ausencia es su primer libro de poesía.


Vive en la Ciudad de Buenos Aires.

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M ayo, 2 0 2 0
Impreso en Buenos Aires,
Buenos Aires Poetr y
w w w. b u e n o s a i r e s p o e t r y. c o m

buenosaires
poetry

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