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¿Cuál es la relación entre el rol de las fuentes (o evidencias) y las maneras de abordar la escritura

de la historia desde la década de 1950 a la actualidad?

Alex Aravena Rubio

La relación entre el rol de las fuentes y las maneras en que se aborda la escritura histórica desde la
década de 1950 es de una forma que promueve la reflexión en el sentido crítico del devenir
humano. Se realiza esta actividad crítica a través de la interpelación de fuentes, utilizando la duda
de manera constructiva, y no como sinónimo de incertidumbre, tal como se pensaba en la
historiografía positivista. De esta manera, resultan nuevas problemáticas, las que se buscan
resolver con enfoques específicos, además de usar categorías analíticas como género, raza, clase,
entre otras. Cabe destacar que la realidad ya no se concibe como sólida y verificable, por lo tanto,
la escritura histórica ha variado y la manera de relacionarse con las fuentes también lo ha hecho 1.
En la historiografía actual se comprende que los archivos, no solo reflejan los orígenes, procesos y
contextos específicos, sino que son capaces de romper de manera abrupta todo atisbo de solidez
planteado en la historia decimonónica, por ejemplo: imágenes preestablecidas, debido a que
mantienen relaciones infinitas con lo real 2.

Desde la década de 1950 a la actualidad el historiador se ha relacionado de una manera distinta


con las fuentes. A partir de esto, White plantea que el historiador debe ser juzgado por lo que dice
en su escrito tal como él juzga las fuentes, esto porque ha empleado técnicas de supresión y
subordinación al momento que incorpora acontecimientos en la narrativa histórica 3. Farge por su
parte, propone en que el archivo nos ofrece rostros y penas fundamentales para describir la
estructura de sociedades pretéritas 4. En este sentido, el archivo debe ser reinterpretado con el fin
de encontrar una multiplicidad de puntos de vista respecto a acontecimientos, sujetos y procesos
históricos. Por esta razón es que resulta producente avanzar en “las verdades” incontestables, que
ocultar y trastornar formas de realidad en la historia 5.

1
BRAUDEL, Fernand. Las responsabilidades de la historia. En: La historia y las ciencias sociales. Madrid:
Alianza, 1968-1970. p. 23.
2
FARGE, Arlette. Recorridos y presencias. En: La atracción del archivo. Valencia: Institucio Alfons el
Magnamim, 1991. p. 28-36.
3
WHITE, Hayden. El texto histórico como artefacto literario. En: El texto histórico como artefacto literario y
otros escritos. Barcelona: Paidós. p. 110-113.
4
Óp. Cit., p. 75.
5
Ibíd., p. 75-76.
Un archivo no muy común en la escritura histórica es el archivo judicial. Al acceder a éste, nos
encontramos con aquellos sujetos que la historia oficial omitía, por ejemplo: la mujer y el niño.
Parecían estar en silencio, quietos y petrificados, pero que hablan a través de la interpelación que
debe realizar el historiador a las fuentes. En consecuencia, la interpelación puede finalizar
discursos inacabados, lograr manifestar las relaciones de poder y esclarecer el esquema social,
marcado por el choque de vidas6.

Gabriel Salazar en su historiografía utiliza el archivo judicial además de prensa oficial, relatos
orales y manuscritos, para describir a un sujeto histórico ausente en la “historia adulta”, el niño
huacho7. En cuanto a la metodología empleada, declara lo siguiente: “Hacer historia de niños es,
sobre todo, una cuestión de piel, de solidaridad, de convivencia, de ser uno mismo, más que
métodos y teorías”8. Debido a esto, se reafirma que el relacionarse con fuentes como el archivo
judicial nos hacen escuchar voces débiles dentro de la historia 9.

Relaciones como éstas donde el historiador utiliza mecanismos investigativos como la


interpelación, el cuestionamiento, la interrogación, harán surgir nuevas problemáticas y nuevas
preguntas que complejizan la disciplina historiográfica. Farge, ahonda en que las palabras que
están dentro del archivo son ventanas que según la circunstancia se dejan aprisionar, aprehender,
o simplemente se llenan de contradicciones, hasta llegar a un punto de incomprensibilidad 10. Por
otra parte, esta nueva manera de relacionarse con las fuentes beneficia a la escritura histórica,
puesto que se hace posible “historizar” a aquellos sujetos históricos o categorías que no se
incluían en la historia positivista, complejizando lo sólido de una historia que parecía estar
completamente hecha, y por otra parte, demostrar que las fuentes traen consigo una atmósfera
enigmática e inexplorada11.

6
Ibíd., p. 28-33.
7
SALAZAR, Gabriel. Ser niño “huacho” en la historia de Chile. Santiago de Chile: LOM Ediciones, 2006. p. 87.
8
Ibíd., p. 91.
9
Ibíd., p. 87.
10
FARGE, Arlette. Recorridos y presencias. En: La atracción del archivo. Valencia: Institucio Alfons el
Magnamim, 1991. p.66-67.
11
Óp. Cit., p. 87.
Bibliografía:
- BRAUDEL, Fernand. Las responsabilidades de la historia. En: La historia y las ciencias sociales.
Madrid: Alianza, 1968-1970.

- FARGE, Arlette. Recorridos y presencias. En: La atracción del archivo. Valencia: Institucio Alfons el
Magnamim, 1991.

- SALAZAR, Gabriel. Ser niño “huacho” en la historia de Chile. Santiago de Chile: LOM Ediciones,
2006.

- WHITE, Hayden. El texto histórico como artefacto literario. En: El texto histórico como artefacto
literario y otros escritos. Barcelona: Paidós
Pauta de evaluación:

INDICADOR L (3) MAYL (2) ML (1) NL (0)

Se puede encontrar una respuesta explícita a la


pregunta hecha a partir de una idea principal que
va fundamentando a lo largo de su escrito.

Las relaciones que se establecen son las


adecuadas, evidenciando una lectura crítica de los
textos utilizados.

Fundamenta las ideas con sustentos teóricos y


citas bibliográficas de acuerdo a los criterios
entregados.

El texto demuestra que el/la estudiante maneja la


propuesta de cada uno de los autores citados.

El texto utiliza un léxico correcto, preciso, variado y


adecuado al contexto de producción.

El texto no presenta errores de ortografía acentual


ni literal.

El texto presenta un uso adecuado de la


puntuación. Esto se traduce en que el texto no
presenta problemas de coherencia.

El texto no presenta problemas gramaticales, es


decir, no presenta oraciones mal construidas,
problemas de referencia ambigua,
inconcordancias, mal uso de relativos.

EL texto usa conectores que indican relaciones


lógicas correctas.

El texto respeta cada uno de los aspectos formales


señalados en este documento (tipo y tamaño de
letra, interlineado, justificado y extensión del
documento).

Se incluye la bibliografía utilizada según las normas


de la Escuela de Historia.

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