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M O N O G R A F I E S

Presentació
(Lluís Lloveras, Carme Rissech, Jordi Nadal i Josep Maria Fullola)
Archaeothanatology in the English-speaking world: the belated spread and potential applications of a methodologically
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rigorous approach to mortuary analysis
(Jo Appleby)
Aplicación de los análisis de ADN antiguo e isótopos estables en Arqueozoología
(Lídia Colominas, Maria Saña y Carlos Tornero)
Hacia una distinción métrica entre los astrágalos de oveja y cabra WHAT BONES TELL US /
(Simon J.M. Davis)
La tafonomia, una eina clau per interpretar la història de les restes osteoarqueològiques i forenses
EL QUE ENS EXPLIQUEN ELS OSSOS
(Lluís Lloveras)
La ictioarqueología. La identificación de los restos de peces de yacimientos arqueológicos
(Arturo Morales Muñiz, Laura Llorente Rodríguez, Nayeli Jiménez Cano, Begoña López Arias y Eufrasia Roselló Izquierdo)
Osteoarqueología y cazadores-recolectores. Más allá de la subsistencia
(Jordi Nadal) Lluís Lloveras, Carme Rissech, Jordi Nadal, Josep Maria Fullola (eds.)
C Desarrollo de la remodelación angular del fémur durante la pubertad mediante telemetrías en población viva española actual
M (Aniol Pujol)
Y
Descripció morfològica de vuit cranis pocedents del sector de l’antic cementiri parroquial del jaciment arqueològic
CM de Sant Julià de Ramis (Girona)
MY (Francisco Reina, Anna Carrera, Carme Rissech, Neus Coromina, Josep Burch, Jordi Sagrera i Jordi Vivo)
CY
Estimació de l’edat d’individus immadurs mitjançant el creixement longitudinal dels elements esquelètics
CMY (Carme Rissech)
K
Towards the characterization of different butchery activities on leporid carcasses through experimental studies

What bones tell us / El que ens expliquen els ossos


(Nadihuska Y. Rosado-Méndez, Lluis Lloveras and Jordi Nadal)
La estimación de la edad en esqueletos adultos a través de la morfología acetabular
(Marta San Millán)
El conejo en la subsistencia humana del Paleolítico superior inicial en la zona central del Mediterráneo ibérico
(Alfred Sanchis, Cristina Real, Manuel Pérez Ripoll y Valentín Villaverde)

S E R P

12
MONOGRAFIES

12

What bones tell us


El que ens expliquen els ossos

Lluís Lloveras, Carme Rissech, Jordi Nadal i Josep Maria Fullola (eds.)

SERP
(Seminari d’Estudis i Recerques Prehistòriques)
UNIVERSITAT DE BARCELONA
2016
MONOGRAFIES DEL SERP

INFORMACIÓ I VENDES: SERP (Seminari d’Estudis i Recerques Prehistòriques)


Montalegre, 6
Facultat de Geografia i Història
Universitat de Barcelona
08001 Barcelona
E-mail: fullola@ub.edu

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© del text, els autors


Producció: Albert Rubio
Impressió: Gráficas San Sadurní
Dipòsit legal: B 22458-2016
ISBN: 978-84-944730-1-2
Imprès a Espanya
Barcelona, 2016
La ictioarqueología. La identificación de los restos de peces
de yacimientos arqueológicos

Arturo Morales Muñiz*, Laura Llorente Rodríguez*, **, Nayeli Jiménez Cano*, Begoña
López Arias* y Eufrasia Roselló Izquierdo*
* Laboratorio Arqueozoologia, Depto. Biologia, Universidad Autónoma de Madrid
C/ Darwin, 2, 28049 Madrid
** BioArCh-Department of Archaeology. University of York. Environment building,
Wentworth Way YO10 5NG York. United Kingdom,
arturo.morales@uam.es, laura.llorente-rodriguez@york.ac.uk, nayeli.jimenez@estudiante.uam.es,
begonna.lopez@uam.es, eufrasia.rosello@uam.es,

Resumen

La ictioarqueología se ocupa del análisis de restos de peces procedentes de yacimientos arqueológicos,


con la finalidad de la reconstrucción paleoecológica de los medios acuáticos antiguos y de la paleoeco-
nomía de las poblaciones humanas del pasado. Entre los restos de peces se incluyen huesos, otolitos,
dientes y escamas, siendo su análisis una aportación relativamente reciente dentro de la investigación
zooarqueológica. Las dimensiones generalmente pequeñas de los restos de peces arqueológicos y la
gran diversidad taxonómica existente, la falta de aplicación de técnicas de recuperación adecuadas y
una falta general de colecciones de referencia, sin duda, contribuyeron a tal efecto. En este artículo se
realiza una revisión de las técnicas tradicionales, así como de las más innovadoras, relativas a la iden-
tificación de los restos de peces procedentes de yacimientos arqueológicos. Todas ellas combinadas,
permiten al analista profundizar en el fascinante mundo de la evolución humana.

Palabras clave: peces, ictioarqueología, identificación

Abstract

Ichthyoarchaeology is the analysis of fish remains from archaeological sites for the purposes of recons-
tructing the paleoecology of former aquatic environments and the paleoeconomy of past human popula-
tions. Fish remains include bones, otoliths, teeth, and scales, but their analysis has been a comparatively
recent development within zooarchaeological research. Given the generally small size of archaeological
fish remains and the large taxonomic diversity fishes exhibit, the lack of implementation of adequate
retrieval techniques and a general lack of reference collections no doubt contributed to that effect. In this
paper we provide an overview of the traditional and innovative techniques concerning the identification
of fish remains from archaeological sites that, combined, allow the analyst to probe further into this most
fascinating sphere of human evolution.

Keywords: fish, ichtyoarchaeology, identification

1. Introducción recogida de los, con frecuencia, diminutos restos


de peces y una notable ampliación de técnicas
La Ictioarqueología, campo casi marginal dentro analíticas, especialmente las biomoleculares, ex-
de la investigación arqueozoológica, conoce ac- plican parcialmente este auge. Tal práctica resulta
tualmente un desarrollo espectacular. La imple- de una generalizada toma de conciencia entre los
mentación de técnicas de recuperación que, como excavadores sobre las enormes pérdidas de evi-
el cribado y la flotación, aseguran una meticulosa dencias que suponía la recuperación manual del
78 what bones tell us / el que ens expliquen els ossos

registro arqueoictiológico (Bødker-Enghoff, 2005; gías? En realidad, la identificación de los restos


Zohar y Belmaker, 2005). Dado que el interés por arqueológicos de peces continúa planteando pro-
estos restos arqueobiológicos disminuyen cuan- blemas que el tiempo no ha cambiado. Por ello, en
do se dispone de registros alternativos, las etapas este trabajo, querríamos incidir someramente so-
más recientes de nuestra historia, caso de la Edad bre esta cuestión, revisando los usos y limitaciones
Media y Moderna, se encuentran paradójicamente tanto de los métodos clásicos como de las nuevas
mucho menos documentadas a nivel ictioarqueoló- propuestas analíticas.
gico que las de nuestra prehistoria. Sea como fue-
re, estamos aún lejos de poder establecer patrones
que nos permitan comprender de qué modo inte- 2. Identificación e identificabilidad: antiguos
ractuaron humanos y peces a través del espacio y problemas y nuevos enfoques
del tiempo.
Un segundo factor explica este reciente interés La diversidad anatómica a la que se enfrenta el
por la ictioarqueología. La pesca atraviesa actual- analista de peces arqueológicos continúa siendo,
mente una profunda crisis que se teme pueda inclu- hoy como ayer, una barrera formidable que sólo
so conducir a su desaparición a efectos prácticos una adecuada colección de referencia es capaz de
(Worm et al., 2006). Hablamos aquí de la pesca solventar, si bien raramente de modo definitivo.
extractiva, que nada tiene que ver con la acuicul- Para empezar, a nivel de materiales, esta identifi-
tura, culminación de la (mal) llamada Revolución cación anatómica implica tratar con cuatro tipos
Neolítica a nivel de los ecosistemas acuáticos. En distintos de piezas ya que además de los huesos y
efecto, estamos asistiendo en estos momentos a la dientes que presentan casi todos los vertebrados,
definitiva desaparición de las economías cazado- los peces añaden escamas y otolitos («osículos»
ras-recolectoras en mares y aguas dulces y ello, al del oído interno). A nivel cuantitativo, insistir en el
igual que la utópica idea de conseguir una «pesca enorme número de piezas esqueléticas que compor-
sostenible», causa desconcierto, cuando no preo- ta cualquier pez ya que mientras un esqueleto con-
cupación en no pocos ámbitos. Situados ante tal vencional de mamífero suele tener en torno a los
escenario, tanto investigadores como gestores de 200 huesos, ese mismo número podremos encon-
la pesca están intentando recabar información a trarlo solamente en las cabezas de muchos peces, y
marchas forzadas en los lugares más insospecha- a éstos habremos de añadirle, entre otros, cientos
dos (Pauly, 1995). En tal afán, algunos se percata- de piezas asociadas con los radios de las aletas.
ron de que, a diferencia de la investigación en pes- Pero las dificultades no se detienen a este nivel
querías o las estadísticas pesqueras, cuyos rangos para quien intente dotarse de una buena colec-
temporales se mueven en el entorno de décadas, ción de referencia. Problemas tanto de «logística»
la ictioarqueología ofrece un marco temporal de y planificación como de variabilidad esquelética
siglos, cuando no milenios, mucho más adecuado conspiran para que esta tarea demore años y nun-
para valorar cuestiones de largo alcance como son ca podamos darla por concluida. Empezando con
los fenómenos de sobre-explotación pesquera o el los primeros comentemos dos limitaciones:
esquilmado de caladeros a lo largo del tiempo. Es
por ello que muchos se afanan ahora por rastrear a) Número de especies a incorporar. Incluso cir-
en el registro ictioarqueológico lo que no propor- cunscrita a una zona relativamente pequeña
cionan los registros documentales o biológicos. Y como es la Península Ibérica, la diversidad de es-
también porqué, súbitamente, la ictioarqueología pecies es un problema de primera magnitud. En
ha adquirido una nueva dimensión en el ámbito de España constan unas 500 aunque muchas son
la conservación de los recursos naturales que ali- lo suficientemente raras como para que el no
menta el auge científico al que estamos asistiendo tenerlas en la colección no nos preocupe dema-
dentro de la disciplina. siado. Sin embargo, otros agentes actúan para
Al tiempo que se ampliaban los marcos de la incrementar el número de las que una colección
investigación, o quizás en parte por ello, las ana- de referencia operativa precisa. La temperatura
líticas se han diversificado sobremanera. Y ante del agua, y más específicamente la de las capas
esta nueva etapa del «renovarse o morir» una vieja más superficiales del mar y los ecosistemas dul-
cuestión se ha visto afectada. Nos estamos refirien- ceacuícolas, es el principal agente que determina
do a la identificación de los restos arqueológicos. qué peces pueden aparecer en una zona (Kettle
Por ello, una vez más, parece lícito preguntar: ¿es- et al., 2010). Comoquiera que el ictioarqueólo-
tamos en trance de superar las viejas metodolo- go trabaja faunas que cubren el período Pleis-
la ictioarqueología. la identificación de los restos de peces de yacimientos arqueológicos 79

toceno donde las fluctuaciones térmicas en uno


u otro sentido, han sido notables, es necesario
saber qué especies de las hoy consideradas como
exóticas en aguas ibéricas pudieron no haberlo
sido en el pasado. Así por ejemplo, en la Cueva
de Nerja (Málaga), pudo comprobarse que es-
pecies hoy en día caracterizadas como boreales
(e.d., ajenas a las aguas ibéricas) como el baca-
lao y otros gádidos, habitaron el Mediterráneo
occidental desde el periodo Solutrense hasta el
Epipaleolítico (20-8 ka BP; Morales y Roselló,
2008). Más al norte, las ictiofaunas magdale-
nienses de la Cueva de Santa Catalina (Lequei-
tio, Vizcaya) incorporaban, además de estas
especies de interés pesquero, otras boreales de
minúsculo tamaño que sólo pudimos identificar
gracias a la cesión de ejemplares por parte de
colegas escandinavos. Por ello, este estudio de-
moró años y evidenció que, incluso disponiendo
de buenas colecciones de referencia, las limita-
ciones son inevitables (Roselló et al., 2015). Por
idéntica razón, el calentamiento experimentado
durante los pulsos interglaciales del Pleistoceno,
incluido el óptimo climático del Neolítico, obli-
ga a recolectar especies del Atlántico subtropical Figura. 1. La ausencia de cambios alométricos por
y tropical como las que hoy, en plena fase de debajo de ciertos umbrales de tallas en espáridos,
calentamiento, vemos proliferar en nuestras cos- puede ser causa de identificaciones erróneas debido
tas y mercados. Por ello, esas 500 especies hoy a la ausencia de características diagnósticas en los
huesos. En el caso de la breca (PE) y el besugo (PP),
constatadas en aguas ibéricas muy bien podrían
por ejemplo, el hueso palatino (A) y el dentario
representar el número que requeriría el ictioar-
(B) son fáciles de identificar a nivel de especie en
queólogo para poder abordar análisis con ple- ejemplares mayores de 15-20 cm. Por debajo de ese
nas garantías en nuestros yacimientos durante tamaño, las características diagnósticas tienden a
los últimos veinte milenios. volverse confusas (huesos sobre la línea de puntos),
b) Provisionalidad de la identificación en grupos por tanto no puede realizarse una caracterización
incompletos. Por diversa que sea una colección taxonómica a nivel de especie. Este problema es
de referencia, a menos que se disponga de todas todavía más complejo en muestras subfósiles donde
las especies de un determinado grupo, incluidas han actuado agentes diagenéticos (Modificado de:
las potencialmente existentes en la zona en el Morales et al., 1994).
pasado, nunca tendremos la seguridad de que,
por coincidente que sea la anatomía del ejem-
plar arqueológico con alguno de la colección, Por lo que se refiere a los problemas asociados
estemos identificando la pieza con total seguri- con la variabilidad, debemos advertir que éstos se
dad. Este problema suele ser norma en la mayo- plantean a dos niveles, intraespecífico e interespe-
ría de los grupos, incluidos los taxones más im- cífico, sin que ninguno de ellos nos conste adecua-
portantes como espáridos o gádidos, y resulta damente valorado a nivel de las piezas esqueléticas
acuciante en grupos muy especiados como los para ninguna especie, incluidas las más importan-
babosos (blénidos y góbidos) y las rayas (géne- tes de interés comercial. En realidad, nos hemos
ro Raja), donde podemos encontrar las especies podido ir percatando de este tipo de problemas
más frecuentes y algunas de las infrecuentes, a medida que nuestras colecciones se han venido
pero rara vez la totalidad del conjunto. Se trata ampliando con el tiempo.
de una limitación que obliga a ser cautelosos y A nivel inter-específico, una limitación im-
estar siempre dispuestos a revisar protocolos y portante se plantea cuando los huesos de algún
propuestas a medida que la colección de refe- grupo son, a todos los efectos, imposibles de
rencia aumenta. diagnosticar a nivel de especie. Esto ocurre es-
80 what bones tell us / el que ens expliquen els ossos

pecialmente con las vértebras de grupos tan im- nas ajenas a donde se recogieron los ejemplares
portantes como pueden ser los atunes del género comparativos. Se trata de un problema que, de
Thunnus (Nakamura, 1965), los salmónidos (gé- momento, sólo hemos constatado en especies
neros Salmo y Onchorhynchus) e, incluso, algu- sedentarias y territoriales (e.d. principalmente
nas vértebras de espáridos (brecas, besugos y afi- litorales) donde existe mayor endogamia, ya
nes) con el agravante de que con frecuencia estas que en especies migradoras, pelágicas y cosmo-
piezas son las que monopolizan las colecciones politas, la exogamia homogeniza la variedad,
arqueológicas. Se trata de un problema en donde también a nivel esquelético. Sin embargo, ante
las técnicas biomoleculares se antojan muy útiles el esquilmado al que están siendo sometidas
(ver abajo). muchas especies pelágicas como los atunes, los
Por el contrario, la variabilidad dentro de una ejemplares que hoy recolectemos para nuestras
misma especie no sólo es problemática sino difícil- colecciones pudieran muy bien no representar
mente solventable con otro tipo de analíticas. Esta toda la variabilidad exhibida por sus parientes
variabilidad intra-específica es fundamentalmente arqueológicos y, por lo mismo, resultar inade-
de dos tipos, a saber: cuados a efectos de identificación en muchos
casos.
a) Variabilidad ontogenética. Como consecuencia
del ininterrumpido crecimiento de los peces a ¿Pueden los atlas osteológicos y las colecciones
lo largo de la vida, se producen cambios alo- comparativas online solventar algunas de las limi-
métricos en determinadas partes del cuerpo que taciones que hemos referido? Sin duda, aunque de
afectan con frecuencia al esqueleto. El principal momento solo de modo parcial y haciendo sal-
problema que nos causan estos cambios es que vedades. En realidad, no existen alternativas a la
la identificación de determinados huesos puede colección de referencia. Los atlas y publicaciones
venir determinada por la talla. Así, elementos equivalentes son infrecuentes y no tan útiles como
óseos que suelen ser diagnósticos a nivel de es- uno piensa, excepto quizás para el analista expe-
pecie por encima de un determinado umbral, rimentado (Roselló, 1988). Existen buenas razo-
por debajo del mismo dejan de serlo (figura 1). nes para que esto sea así (p.ej. la imposibilidad de
Este problema puede ser importante cuando la proporcionar una revisión exhaustiva de taxones
colección comparativa no alberga más que un y elementos) pero en la mayor parte de los casos
solo ejemplar de cada especie y ésta, a su vez, las limitaciones son más de índole práctica (p.ej.
exhibe un amplio rango de tallas (generalmente nunca se representan fragmentos). En términos de
por encima del medio metro), cosa que ocurre «identificaciones convencionales» los atlas onli-
en la mayoría de las especies de interés pesque- ne, como el recientemente puesto en marcha en el
ro y arqueológico. Archaeological Fish Resource site (http://fishbo-
b) Variabilidad geográfica. En peces, este tipo ne.nottingham.ac.uk), pueden ser útiles en tareas
de variabilidad, resultado de la diferenciación de campo y por ello estar llamados a convertirse
regional de poblaciones, continúa pasando des- en herramientas esenciales en el futuro, pero se
apercibida en la mayoría de los casos toda vez encuentran aún en un estado incipiente de desa-
que los ejemplares de una colección de referen- rrollo y adolecen de los inconvenientes menciona-
cia suelen proceder de las lonjas y mercados dos en el caso de las publicaciones impresas. Uno
donde la misma se ubica. Al obtener ejemplares puede imaginarse futuros desarrollos de estas he-
de una misma especie en lugares distantes de su rramientas donde no sólo el número de especies
área de distribución, hemos detectado diferen- incorporadas ha aumentado notablemente, sino
cias, a veces muy apreciables, entre los ejempla- también donde se incorporen fragmentos, piezas
res de una misma especie. Así, hemos aprendido de diferente tamaño para una misma especie, ca-
que no resulta aconsejable identificar con lubi- pacidad de rotar las piezas, etc. Es sólo cuestión
nas ibéricas (Dicentrarchus labrax L.) restos de de tiempo aunque, hoy por hoy, el principal be-
lubina procedentes del Mediterráneo oriental neficio es que los atlas online disponibles cubren
por cuanto la morfología vertebral de unas y una amplia serie de regiones donde un analista
otras no sólo es distinta sino que puede en al- desconocedor de la fauna local puede empezar a
gunos casos confundirse con la de los mújoles dar sus primeros pasos, especialmente cuando,
(F. Mugilidae). El caso no es aislado e ilustra como ocurre ya con mucha frecuencia, los restos
un problema que puede ser relevante cuando un arqueológicos sólo pueden estudiarse en el país
analista estudia materiales arqueológicos de zo- de origen.
la ictioarqueología. la identificación de los restos de peces de yacimientos arqueológicos 81

3. Identificación biomolecular Aun así, los recientes avances en la secuenciación


de ADNa, que maximizan la información genómi-
Incluso en condiciones óptimas, la identificación ca, están permitiendo una aplicación mucho me-
taxonómica basada en la anatomía resulta com- nos costosa de esta técnica por lo que la situación
pleja. Y ello porque, además de que la mayoría podría cambiar rápidamente en un futuro no muy
de las piezas suelen estar fracturadas, erosionadas lejano.
o deterioradas de algún modo, casi el 95% de los Los problemas de conservación de ADN en pe-
elementos óseos de un pez no permiten discri- ces arqueológicos suelen ser más acusados que en
minar la especie. En estos casos, la arqueología otros vertebrados debido la porosidad del hueso,
biomolecular se nos revela como una herramienta pero algunos estudios ya han puesto de manifiesto
discriminante de gran eficacia potencial (Brown y el potencial de esta técnica en aquellas especies y
Brown, 2011). En efecto, por minúsculo, deterio- elementos cuya identificación anatómica suele ser
rado o fragmentado que sea o se encuentre una complicada cuando no imposible. En el caso de los
pieza esquelética, su identidad permanece en las salmónidos, la discriminación específica que po-
moléculas que lo integran. De éstas, el ADN y el sibilita el ADNa permite inferir usos diferenciales
colágeno permiten, en función de su especificidad, del recurso pesquero a lo largo del año como se
identificar taxonómicamente al resto, como si de constató en los yacimientos del Pacífico canadien-
un DNI molecular se tratase. Además de éstas, los se de Keatley Creek y Namu (Yang et al., 2004;
isótopos estables de ciertos átomos permiten ca- Speller et al., 2005; Butler, 2011). Identificando
racterizar parámetros biológicos que, aunque de restos arqueológicos de arenque (Clupea palla-
forma indirecta, complementan la identificación si Valeciennes, 1847) de este modo, Speller et al.
genética. Las moléculas que se han conservado en (2012) han demostrado adicionalmente las posibi-
restos arqueológicos son referidas habitualmente lidades del estudio del ADNa para reconstruir la
con el epíteto «antiguo», pues su estructura y com- diversidad genética y la estructura de poblaciones
posición se ven transformadas tras la muerte del pretéritas y, con ello, sus implicaciones de cara a
organismo. implementar un uso racional de caladeros.
En el caso de la Península Ibérica, el poder di-
ferenciar entre salmónidos anfídromos (salmón y
3.1. ADN reo) y dulceacuícolas (trucha), serviría para acla-
rar, entre otros, la naturaleza, si estacional o per-
La utilidad de los análisis de ADN antiguo (ADNa manente, de la pesca paleolítica y mesolítica de
o aDNA) se hizo patente desde los primeros tra- la cornisa cantábrica algo que ya hemos hecho en
bajos donde se demostraba la existencia de frag- otras zonas con restos de esturiones (Ludwig et al.,
mentos de estas moléculas tanto en especímenes 2009, 2011). Pero aquí, el problema que se nos
de museo como arqueológicos (Pääbo, 1985; Hed- plantea reviste una complicación adicional toda
ges y Sykes, 1993). Esta «revolución molecular» vez que truchas y reos son subespecies (ecotipos,
se potenció tras el desarrollo de la técnica de la dirían otros) de una misma especie (Salmo trutta
reacción en cadena de la polimerasa (PCR) que f. fario y S.t. f. trutta, respectivamente). En este
permitió clonar con rapidez pequeños fragmentos caso, aunque están apareciendo métodos genéticos
de ADNa en muestras bioarqueológicas; pero sólo para tratar de diferenciar subespecies (Hindar et
fue a principios de siglo cuando estos estudios se al., 1991; Jamshidi y Kalbassi, 2011; Dudu et al.,
hicieron rentables, rigurosos y fiables. En efecto, 2014), el deterioro que presenta el ADNa compli-
cuando se comenzó a trabajar con ADNa no se caría dicho análisis en las muestras arqueológicas.
era consciente de las consecuencias de la contami-
nación de muestras (Pruvost et al., 2005), ni de
la con frecuencia brutal pérdida de moléculas tras 3.2. Proteinas
desenterrar el resto orgánico (Pruvost et al., 2007)
o de las posibles falsas lecturas producidas por al- Entre las proteínas con mejor conservación en el
gunos de los reactivos empleados en los análisis registro arqueológico se encuentran las que for-
(Geigl, 2008). man los tejidos de soporte donde destaca el colá-
Los análisis de ADNa como herramienta de de- geno, uno de los componentes estructurales del es-
terminación taxonómica no son frecuentes hasta queleto de vertebrados. La pobre conservación del
la fecha al ser más rápido y menos costoso realizar ADN en la mayoría de los ambientes y los riesgos
las identificaciones con técnicas convencionales. de contaminación que todavía limitan su aplicabi-
82 what bones tell us / el que ens expliquen els ossos

lidad a nivel arqueológico pueden ser contrarres-


tados con una nueva técnica basada en la identi-
ficación de los péptidos del colágeno, a través de
la espectrometría de masas que se conoce como
ZooMS (Zooarchaeology by Mass Spectrometry).
En peces, además de las dos cadenas de triple héli-
ce presentes en todos los vertebrados, aparece una
tercera cadena que se ha demostrado de alto po-
tencial discriminativo a nivel taxonómico en una
serie de especies (Buckley et al., 2009; Collins et
al., 2009). Estos análisis tienen la doble ventaja
que implica una alta disponibilidad molecular en
muestras arqueológicas y una técnica más simple,
más barata y menos destructiva que la del ADNa.
Aún así, aunque el avance de la proteómica es, sin
duda, una de las principales apuestas para poder
realizar identificaciones fiables en un futuro, la
técnica está aún en pañales por lo que resulta di-
fícil saber si la capacidad discriminatoria que ha
revelado la ZooMS en grupos como los ciprínidos
y gádidos resulta extrapolable a otros peces. Sea
como fuere, los espectrómetros de masas, impres-
cindibles en la generación de colecciones biomo-
leculares de referencia, no son instrumental a dis-
posición de la mayoría de los analistas de fauna
arqueológica, principales interesados en disponer
de esta herramienta.

3.3. Isótopos estables

Aplicables a cualquier biomolécula, en muestras


arqueológicas estas analíticas se centran en proteí-
nas estructurales, lípidos y el hidroxiapatito, espe-
cíficamente en sus átomos de carbono, nitrógeno,
oxígeno, estroncio, azufre e hidrógeno. Las infor-
maciones que se pueden inferir se refieren a dieta,
lugar de procedencia del individuo y determinadas
variables (paleo)climáticas. F igura . 2. Representaciones de tembladera
Los valores isotópicos de restos arqueoictiológi- (Torpedo torpedo) en mosaicos romanos
cubriendo un gradiente iconográfico desde lo
cos se utilizaron tradicionalmente para evidenciar
estrictamente naturalista (A) a lo estrictamente
la composición de la dieta humana (p.ej. Chisholm
figurativo o abstracto(C) [A: Casa del fauno
et al., 1982; Schoeninger et al., 1983) pero ahora (Museo arqueológico de Nápoles); B: Museo
se centran en obtener información sobre la señal del Hospital de Santa Cruz, Toledo; C: Museu
isotópica identificativa de los diferentes stocks Arqueològic de Tarragona].
(poblaciones regionales) de una misma especie.
Ello permite, por ejemplo, detectar cuándo los
peces fueron producto de una pesca local o ale- nación específica entre trucha y reo que —puede
jada del asentamiento, resultado de un comercio resultar imposible con ADN— sería factible obte-
repetidamente evidenciado en el bacalao en época nerla al diferir las señales isotópicas marinas de las
medieval (Barret et al., 2008, 2011; Orton et al., dulceacuícolas en una misma zona. Son este tipo
2011; Hutchinson et al., 2015). En el caso de los de identificaciones intra-específicas las que, en teo-
salmónidos que antes comentamos, la discrimi- ría, nos permitirán establecer los isótopos estables
la ictioarqueología. la identificación de los restos de peces de yacimientos arqueológicos 83

Figura. 3. Representaciones iconográficas de peces en culturas del Nuevo Mundo. A) tiburón del códice
Azteca Fejérvary-Mayer, México (tomado de Castro, 2014), B) pez sierra en la Cerámica Cloqué, Panamá
(tomado de Linares, 1977), y C) supuestos peces gato en vasija tipo Códice Maya, Guatemala (© Justin
Kerr, K 3256, http://www.mayavase.com/)

con ayuda de otras técnicas, ora anatómicas, ora pectiva cultural, integrando las especies dentro de
biomoleculares. El espectro analítico se ampliará contextos tanto funcionales (pesca, alimentación)
notablemente en el futuro cuando sea posible de- como rituales (simbología) (Linares, 1977; Schele,
tectar cambios en estas señales isotópicas para una y Miller, 1986; Benson y De La Fuente, 1996; Mc-
misma especie en diferentes momentos de la ocu- Davitt, 2002; Guzmán y Polaco, 2003; Guzmán,
pación de un yacimiento debido a cambios climá- 2007).
ticos o a fenómenos de sobrepesca, que obliga con Desde la perspectiva de la estricta identificación
frecuencia a muchas especies a cambiar sus hábitos de fauna habremos de notar que, con independen-
alimentarios. cia que tratemos con dibujos, grabados, bajorre-
lieves o mosaicos, existen dos tipos de categorías
bien delimitadas: las representaciones realistas (na-
4. Fuentes complementarias: la iconografía turalistas) y las figurativas o abstractas. Se trata de
los extremos de un rango de variación cuya cate-
Dentro de las fuentes complementarias de las que gorización resulta en extremo complicado definir
el ictioarqueólogo dispone, las representaciones para etapas intermedias ya que un buen número de
iconográficas se han revelado recientemente como estas representaciones combinan elementos reales
una insospechada herramienta auxiliar en el co- con otros exagerados o imaginarios (ver figura 2).
nocimiento histórico sobre la biología de especies Por razones obvias, a pesar del innegable interés
(Castro, 2014) pero también en estudios de con- artístico y simbólico del arte figurativo, son las re-
servación marina (Guidetti y Micheli, 2011). Estos presentaciones realistas y, en menor grado, las
estudios son continuación de una larga tradición parcialmente realistas las que más ayuda pueden
histórica donde la iconografía fue utilizada en el brindar al analista. En efecto, aunque en el arte
marco de la investigación etnológica que aborda figurativo algunos atributos resulten de innegable
el conocimiento de la ictiofauna desde una pers- carácter diagnóstico, tanto de forma directa (p.ej.
84 what bones tell us / el que ens expliquen els ossos

el espolón rostral del pez sierra; figura 3B) como sults. Journal of Archaeological Science 35 (4),
indirecta (p.ej. el pie que asoma por las fauces del 850-861.
«tiburón»; figura 3A), lo cierto es que los caracte- Barrett, J.H., Orton, D., Johnstone, C., Harland,
res «morfológicos» que presentan la mayoría de J., Van Neer, W., Ervynck, A., Roberts, C., 
estas representaciones figurativas están tan exa- Locker, A.M., Amundsen, C., Bødker Enghoff,
gerados que imposibilitan siquiera saber con que I., Hamilton-Dyer, S., Heinrich, D., Huftham-
grupo estamos tratando (figura 3C). Otro proble- mer, A.K., Jones, A.K.G., Jonsson, L., Makow-
ma que presenta este tipo de registros es el referido iecki, D., Pope, P., O’Connell, T.C., de Roo, T.,
a la utilidad que podemos dar a las representacio- Richards M., 2011. Interpreting the expansion
nes a nivel de la interpretación de un registro. En of sea fishing in medieval Europe using stable
efecto, incluso en los casos más fidedignos y salvo isotope analysis of archaeological cod bones.
que lo que aparezca representado sea una espe- Journal of Archaeological Science 38, 1516-
cie ajena a la zona donde se ubica un yacimiento, 1524.
el dibujo sirve para poco más que constatar una Benson, E.P, De La Fuente, B., 1996. Olmec art of
«presencia» que, en muchos casos obedece a mo- ancient Mesoamerica. National Gallery of Art,
das y poco o nada tiene que ver con lo que allí Washington D.C.
fue pescado, consumido o comerciado. La desco- Bødker-Enghoff, I., 2005. Viking Age fishing in
nexión entre el registro iconográfico y el material Denmark, with particular focus on the fresh-
suele ser norma (e.d., los restos de peces no suelen water site Viborg, methods of excavation, and
reflejar las especies representadas y viceversa) y es smelt fishing. In: Hüster-Plogmann, H. (ed).
por ello que este campo a pesar de sus potencia- The Role of Fish in Ancient Time. Paper pre-
lidades no constituya más que excepcionalmente sented at: Role of Fish in Ancient Time: Pro-
una herramienta analítica en el «arsenal» del ic- ceedings of the 13th Meeting of the Icaz Fish
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Una correcta identificación de restos, en arqueoic- Buckley, M, Collins, M, Thomas-Oates, J, and
tiología como en cualquier otro campo de la bioar- Wilson, J.C., 2009. Species identification by
queología, es la base sobre la que se asienta todo analysis of bone collagen using matrix-assisted
el «edificio» pues todo lo que sigue, tanto a nivel laser desorption/ionisation time-of-flight mass
analítico como interpretativo, deriva de ella. Si el spectrometry. Rapid Communications in Mass
edificio se sustenta sobre cimientos frágiles el re- Spectrometry 23(23), 3843-3854.
sultado, a efectos prácticos, puede ser letal. Quizás Butler, V.L., 2011. Anadromous salmonids in the
nunca lleguemos a percatarnos del daño, o incluso Upper Klamath basin before hydro-develop-
quizás nunca nadie llegue a hacerlo, pero éste será ment? Identification of Pacific salmonid (On-
en cualquier caso irreparable y su transcendencia chorhynchus spp.) species and life history
dependerá del propósito último para el que haya- through mtDNA and geochemical analysis of
mos querido utilizarlo. Es por ello que, por nimia, archaeological remains. Paper presented at the
convencional o aburrida que se nos antoje la tarea 16th Meeting of the ICAZ Fish Remains Work-
de identificar correctamente, nunca dejaremos de ing Group, Jerusalem, October 23rd -30th, 2011.
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