Está en la página 1de 7

El conocimiento de los recursos naturales, su ubicación, sus características y su potencial, es uno

de los prerrequisitos para encarar una planificación eficiente que conduzca al desarrollo armónico.

Uno de los recursos naturales más importantes es el suelo. Su conocimiento se obtiene a través de
levantamientos que indiquen las varias clases de suelos que podrían usarse para determinar los
cultivos que pueden desarrollarse exitosamente. Los estudios de suelos pueden usarse para
determinar la adaptabilidad de tierras nuevas para la colonización, o para proyectos de irrigación y
drenaje. Los estudios pueden ayudar también para determinar los problemas de erosión, que tan
seriamente atañe a las tierras de El Salvador. Estos levantamientos suministran la información
básica necesaria para los planes reguladores del uso de la tierra, de urbanización, carreteras, etc.

Aunque es de vital importancia hacer un inventario de los suelos, esta información sólo es de
utilidad en función de las condiciones sociales, económicas, tecnológicas y de otros recursos
físicos. El conocimiento sobre los suelos hace su mayor contribución a un desarrollo económico,
armónico y ordenado cuando se basa en la coordinación de los recursos físicos y humanos,
proyectados en las diferentes etapas de todos los sectores de la economía. La información
edafológica hace posible no solamente una selección sabia de los cultivos, la adaptación de
prácticas de manejo de acuerdo con las condiciones físico-químicas del suelo y otras aplicaciones
agrícolas, sino que también contribuye a lograr una mayor planificación del desarrollo económico
en general.

.1 Antecedentes

El informe "Recomendaciones para la Conservación del Suelo y del Agua en El Salvador" es uno de
los primeros estudios de los que se tiene noticia sobre las condiciones de la tierra en el país. Este
estudio fue realizado de octubre de 1945 a septiembre de 1946. El personal técnico fue el grupo
de conservación de suelos de la División de Salud Publica y Saneamiento del Instituto de Asuntos
Interamericanos. Con la participación de W. C. Bourne, agrónomo, especialista en conservación de
suelos; C. P. Stevens, ingeniero hidráulico y especialista en conservación; T. W. McKinley, ingeniero
forestal, especialista en conservación, y M. Pacheco, técnico local.

Además de las recomendaciones para la conservación del suelo y del agua, definía, en forma
general, las clases de tierras y el reajuste en el uso de las mismas. Además, estudiaba en forma
bastante detallada los bosques nacionales y las condiciones de las tierras, principalmente en los
aspectos de drenaje, fisiografía, climatología e hidrología.

Otro punto muy importante tratado en dicho informe es la relación de la distribución de los
habitantes y las características inherentes a la tierra en las diferentes regiones del país.

En 1958 se inició el levantamiento general de los suelos, por W. C. Bourne y M. Rico. El trabajo lo
efectuó la Sección de Suelos de la Dirección General de Investigaciones Agronómicas, dependencia
del Ministerio de Agricultura y Ganadería. Se usaron como mapa básico los cuadrantes
topográficos a escala 1:50000 levantados por la Dirección General de Cartografía (Instituto
Geográfico Nacional) del Ministerio de Obras Publicas. Dichos cuadrantes fueron preparados por
métodos aerofotogramétricos usando fotografías tomadas en 1949 y actualizados con
levantamientos terrestres realizados de 1955 a 1956.

Los objetivos del primer levantamiento eran la localización, descripción y clasificación de las
distintas regiones agrícolas para planear y llevar a cabo un programa de mejoramiento e
intensificación de la agricultura en el país.

Como información complementaria se describía, en forma general, el clima, la vegetación, la


fisiografía por paisajes y las características determinantes de los Grandes Grupos de suelos, así
como el uso actual y las posibilidades de desarrollo agrícola de cada cuadrante. Se describían las
unidades de mapas en función de su fisiografía, los Grandes Grupos de suelos que comprenden y
su uso actual. Se indica la superficie de cada serie y el porcentaje de las clases de tierras de
acuerdo con la posibilidad de uso agrícola de cada unidad de mapeo, y se dan las
recomendaciones para cultivo, mejoramiento y conservación de los suelos de cada clase y serie.
Los diferentes nombres comunes de lugares que aparecen denominados en las unidades de
mapeo se han usado únicamente por conveniencia para poder diferenciarlas. En cada cuadrante
aparece una tabla de clases de tierras de acuerdo con la vocación agrícola, y un sumario de la
extensión de cada una de ellas, de acuerdo con las indicaciones de su extensión en cada una de las
distintas unidades de mapeo, junto con la definición de cada clase.

Para fines de la zonificación agropecuaria se requiere el reconocimiento total de la capacidad


productiva de la tierra. Por tal motivo, se recomendó completar el 40 por ciento que faltaba por
reconocer en el territorio salvadoreño; el trabajo se inició el 16 de febrero de 1970, y finalizó en
diciembre del mismo año.

.2 Objetivos

Los objetivos del estudio son los siguientes:

i. Delimitar las zonas más adecuadas para las actividades agropecuarias y forestales en base a una
ubicación preferente, definida por las características edafológicas de la tierra.

ii. Hacer un diagnóstico del uso actual de la tierra.

iii. Dar lineamientos para la realización de una planificación regional que considere el potencial
productivo de la tierra.

El levantamiento de la capacidad productiva permitirá la formulación de políticas y programas de


conservación y uso de los recursos naturales; la evaluación de planes nacionales; la revisión o el
establecimiento de impuestos sobre la tierra; el reordenamiento del espacio físico; la orientación
del crédito agrícola; la instalación de las industrias agrícolas, y la formulación de planes sensatos
para el futuro desarrollo urbanístico.

El levantamiento se realizó a nivel de reconocimiento; fue enfocado hacia la programación agrícola


y ganadera a nivel nacional para poder identificar proyectos específicos de desarrollo que
merezcan estudios de factibilidad, y la previsión de una base de información sobre recursos
naturales para el país entero.

Al planear y diseñar el inventario de los recursos naturales se han considerado los varios niveles de
intensidad requeridos para determinar si los recursos naturales del país son de una calidad y
cantidad suficientes que signifiquen un potencial de desarrollo.

Para el propósito de planeamiento y ejecución se han reconocido cuatro categorías de niveles de


levantamiento:

a. Levantamientos exploratorios

Son las primeras investigaciones hechas en un país que identifican el tipo y la naturaleza de los
recursos existentes. El primer estudio exploratorio completo del país, es el que se ha mencionado
anteriormente.

b. Levantamientos de reconocimiento

El levantamiento general de suelos y complementación del 40 por ciento del territorio nacional,
reúne los requisitos para obtener información suficiente sobre los recursos naturales que han sido
previamente identificados por los estudios preliminares. Los estudios de reconocimiento
permitirán comprobar la posibilidad de desarrollo y seleccionar aquellas concentraciones de
recursos que parezcan justificar investigaciones más intensas. La información obtenida puede
utilizarse hasta nivel de municipio y podría identificar los suelos apropiados para cultivos, pastoreo
y uso forestal, y puede ser útil para la planificación del desarrollo regional como distritos de riego y
drenaje, caminos secundarios, etc. También se puede usar para determinar la ubicación de granjas
experimentales y de demostración, así como para delinear las áreas en las cuales podría utilizarse
la experiencia adquirida en estas granjas. Otro de los usos posibles podría ser para determinar las
áreas que presentan problemas definidos de manejo, como el control de la erosión y las
deficiencias de nutrientes. Este levantamiento puede servir de guía para el uso racional de grandes
extensiones de terreno.

c. Levantamientos semidetallados

Se realizarán en base a zonas previamente identificadas en los estudios de reconocimiento, para


comprobar que posibilidad de desarrollo existe y proporcionar la información necesaria para los
estudios de prefactibilidad. Estos estudios comprenderán bosquejos preliminares de estructuras y
otros costos que serán necesarios para los proyectos específicos. Se harán estimaciones
preliminares de beneficio/costo mediante presupuestos preliminares del costo de desarrollo y de
los probables beneficios en las clases agrológicas de tierras que comprenden los proyectos.

Los levantamientos semidetallados se harán a escala 1:20000 y se utilizará la fotointerpretación de


fotografía a la misma escala. El trabajo de campo se hará en forma más intensiva que a nivel de
reconocimiento.
d. Levantamientos detallados

Se ejecutarán a nivel de áreas específicas previamente definidas por los estudios anteriores, que
muestren una alta relación beneficio/costo o sean objeto de consideraciones especiales por los
proyectos zonales. Estos levantamientos comprenderán la recolección de información suficiente
sobre costos y beneficios para dar una base a los estudios de factibilidad económica de los
proyectos alternativos para permitir una decisión de inversión. Las escalas que deberían usarse
son a 1:10000 y a 1:5000.

Los usos de los levantamientos detallados y semidetallados pueden ser los siguientes:

i. La planificación de investigaciones agrícolas y la extensión de los resultados que se obtengan,


por tipo de suelos, aplicados a las fincas que los pueden utilizar.

ii. La clasificación de las tierras rurales, zonas rurales y manejo publico de tierras.

iii. La evaluación de las tierras para imposiciones tributarias, crédito agrícola y compra de
propiedades rurales.

iv. La orientación a compradores de fincas y a nuevos propietarios sobre selección de tierras y


tamaño de las fincas.

v. La planificación de proyectos, tales como aeropuertos y caminos, control de inundaciones,


erosión y sistemas de riego.

vi. La planificación detallada para la recuperación de tierras, utilizando riego y drenaje, localización
de problemas especiales como salinidad, pedregosidad, toxicidad o deficiencia de nutrientes,
texturas inadecuadas, hardpans, etc. así como las rotaciones de cultivos mas adecuadas.

vii. La determinación de la distribución potencial y la adaptabilidad de cultivos individuales,


rotación de cultivos, cultivos combinados y prácticas de manejo de suelos.

viii. La correlación entre las características de los suelos y la necesidad de fertilización para cultivos
específicos.

.3 Metodología

Con el objeto de poder contar con una base informativa amplia, se reunió y analizo considerable
información sobre suelos y su productividad. Entre las publicaciones existentes fueron consultadas
"Los Grandes Grupos de Suelos de El Salvador" de C. W. Bourne y M. Rico; el manual para
interpretar el mapa del "Levantamiento General de Suelos de El Salvador" por M. Rico; los
cuadrantes de suelos publicados por la DGIEA; Los resultados de fertilización realizados por la
DGIEA, y los resultados de los ensayos de la Campaña Mundial contra el Hambre MAG/FAO.
Además se consultó a los agentes de Extensión Agrícola, el Programa del Algodón, usuarios del
ABC, sobre los rendimientos de los diferentes cultivos en las diferentes regiones del país.
Para la parte geológica se consultaron los apuntes de geología de El Salvador, de H. Meyer Abich y
publicaciones del Servicio Geológico Nacional; la información hidrológica brindada por el
Departamento de Servicios e Investigaciones Hidrológicas también fue de gran utilidad; para la
información climática se tomó como base el mapa "Zonas Climáticas de E 1 Salvador", según
clasificación de W. Köppen, K. Sapper y Lauer elaborado por el Ing. Helmut Lessmann, y las
publicaciones del Servicio Metereológico Nacional.

Como normas de trabajo se han utilizado las trazadas por el Soil Survey Manual del USDA, y el
compendio de la Investigación de los Recursos Físicos para el Desarrollo Económico, publicado por
la Organización de los Estados Americanos.

Se tomaron como mapa base los cuadrantes topográficos a escala 1:50000 preparados por
métodos fotogrametricos y actualizados con levantamientos terrestres realizados por el Instituto
Geográfico Nacional. Se hizo un estudio previo de las fotografías aéreas a 1:50000 que sirvieron de
base para la elaboración de los cuadrantes topográficos; en ellas se hicieron las delineaciones que
resultaban claras y que podían fácilmente ser verificadas en el campo, lo que permitió adquirir una
idea de las relaciones entre las diferentes áreas y el área del levantamiento; de esta manera se
pudo observar las principales características del suelo y de la geomorfología, lo que sirvió para
dedicarles la atención y tiempo que aquellas áreas requieren, de acuerdo con su importancia
dentro del contexto de la productividad agrícola. En la primera fotointerpretación se trató de
evitar una excesiva e innecesaria delineación de características, que sólo servirían para complicar y
confundir el trabajo de campo.

Con las delineaciones de suelos en los cuadrantes fotográficos, se hicieron viajes a las áreas de los
diferentes cuadrantes para verificar los límites de las unidades y observar las características
edafológicas de la región. También se analizó el uso actual de la tierra, tipo de roca, drenaje y
otras características importantes para la clasificación agrológica. En los primeros viajes se hicieron
perforaciones y observaciones de carácter general de los perfiles en los cortes de los caminos y
vías férreas, pero por razones de economía el muestreo se hizo muy general.

Cuando se tuvo la primera fotointerpretación y verificación de campo, se procedió a hacer una


fotointerpretación más intensiva de corrección y correlación entre las unidades prelíminarmente
delineadas.

Al proceder a la fotointerpretación se utilizó la imagen estereoscópica de la fotografía de contacto


por medio del estereoscopio de bolsillo y de espejo.

Se separaron, en primer termino, las formas fisiográficas para dividir las áreas de reconocimiento
en unidades geomorfológicas que sirvieron para diferenciar las clases agrológicas. Las principales
formas fisiográficas que se determinaron fueron: a) planos y abanicos aluviales; b) pendientes
coluviales; c) macizos montañosos y colinosos.

De las formas fisiográficas se infirió la edad relativa de los suelos, material originario y patrones de
drenaje, y se relacionaron las formas fisiográficas y la vegetación.
La fotointerpretación de los patrones de drenaje rindió información muy valiosa de la topografía,
de los materiales originarios, y de la susceptibilidad a la erosión.

La información más valiosa que proporcionaron las formas fisiográficas fue la determinación de las
áreas con elevado potencial de desarrollo donde pueden justificarse estudios más intensivos,
eliminando desde el inicio del reconocimiento gran cantidad de trabajo en áreas marginales.

Las características geomórficas que se reconocieron por fotointerpretación sirvieron de guía para
determinar las características de la roca original y del material originario que se ha formado de la
misma.

La vegetación y el uso de la tierra fueron los factores que más ayudaron en la fotointerpretación, y
se pudieron delinear muchas clases agrológicas tomando en cuenta la vegetación y el uso actual
de la tierra. Con la fotointerpretación se pudieron delinear áreas con diferentes contenido de
humedad, correlacionando la profundidad, los patrones de drenaje y las precipitaciones pluviales.

De las diferentes tonalidades de las fotografías se pudo inferir la textura de los suelos, verificada
posteriormente en el campo; además se pudo estimar la fertilidad inherente del suelo cuando se
compararon las tonalidades fotográficas con los niveles de manejo de los suelos; la uniformidad de
la vegetación en ciertos casos indicaba clases agrológicas con problemas similares de manejo que
manifestaban rasgos característicos en las fotografías.

Cuando se tuvo la fotointerpretación definitiva, se continuó con el trabajo de campo en forma


detallada. Se verificaron los límites de las clases agrológicas y se procedió al examen y descripción
de estas.

Los límites de las clases agrológicas se definieron no sólo por las demarcaciones obtenidas por la
fotointerpretación sino también por características que son evidentes en el campo y que no son
fácilmente discernibles, como el nivel de tecnología utilizado y características inherentes al perfil
del suelo. Cuando la textura definía una clase, hubo que recorrer palmo a palmo el terreno para
determinar los límites correctos. Un ejemplo de ello fue el Valle de Omoa, donde hay texturas
arcillosas mezcladas con texturas franco-arenosas.

Se determinaron los sitios representativos de muestreo en las áreas demarcadas en las fotografías
y en las observaciones de campo; se evitó hacer una descripción muy detallada de los perfiles de
suelos, tratando, sin embargo, que la información obtenida fuera objetiva, clara y lo más completa
posible.

Para determinar las clases agrológicas se tuvo en cuenta la condición vegetativa de los cultivos, los
rendimientos pasados y los cálculos de los rendimientos futuros, además de la observación de las
propiedades físicas y químicas de los suelos.

De la información obtenida en los viajes de campo se determinaron los Grandes Grupos de suelos,
la fisiografía, el material originario, el drenaje, la presencia de piedras, la evidencia de erosión, la
profundidad radical de los cultivos predominantes, y la profundidad del suelo. En la descripción de
los horizontes se determinó la textura al tacto a diferentes profundidades y otras características
internas como el moteado.

También podría gustarte