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ENSAYO DE ADAM SMITH Y KARL MARX

“LA RIQUEZA DE LAS NACIONES” Y “EL CAPITAL”

El siguiente ensayo persigue comparar las distintas concepciones sobre el crecimiento


económico, planteado en esta oportunidad por dos de los autores clásicos en el
transcurso del siglo XVIII y XIX.
Adam Smith, fue un crítico incisivo del pensamiento y las prácticas económicas que
existían en sus tiempos, un conjunto de acciones e ideas a las que él ha llamado como
“Sistema Mercantilista”.

Karl Marx, un filósofo y economista brillante que descubre muchos de los elementos de
la estructura de la sociedad capitalista, además de sus efectos en la vida del hombre.

Adam Smith atribuía que los mercantilistas tendían a calificar la riqueza de una nación
por el tamaño de sus reservas de oro y con la prosperidad de una clase privilegiada de
comerciantes. Adam Smith afirmaba que la riqueza de una nación no debe ser medida
por el tamaño de las reservas de oro, sino que, por el conjunto de bienes y servicios
reales que ponía a disposición a la totalidad de su población y no solo de unos cuantos.

Los mercantilistas proponían que la riqueza de una nación se lograba por el control
gubernamental sobre todos los aspectos del comercio, tanto a nivel nacional como
internacional.

Smith atribuía que la riqueza de las naciones se lograba a través de liberar en lo posible
a los individuos de tales controles; es decir, a lo que llama como “Sistema de Libertad
Natural”.

Según Smith, bajo ese sistema los individuos estaban en la libertad de participar en las
dos actividades promotoras de la riqueza como lo son: la división del trabajo y la
acumulación de bienes o capital. Smith, propone que a través del Sistema de Libertad
Natural, el interés personal de cada individuo funcionando a través de la división del
trabajo y la acumulación de capital genera beneficios para toda la sociedad
exitosamente, sin proponérselo.
Por su parte; Marx, haciendo una labor histórica, establece al trabajo como la esencia
del hombre, pues éste lo ha creado y lo ha hecho subsistir de forma consciente y
voluntaria, cosa que lo diferencia de los animales, cabe destacar que ésta esencia
evoluciona y se configura según el contexto en que se encuentre el proceso histórico.

El hombre en su esencia del trabajo produce mercancías que son productos o cosas
que sirven para algo, además de que todo lo que produce se puede intercambiar, por lo
que tienen un valor de uso y un valor de cambio, las dos propiedades que tiene una
mercancía.

En éste punto Marx hace una dicotomía teórica de las mercancías en base a las dos
propiedades que mencioné antes, el valor de uso y el valor de cambio. El valor se
entiende como el tiempo de trabajo abstracto y concreto necesario para lograr la
mercancía. El trabajo abstracto es cuando se le quita a una mercancía toda utilidad y en
general toda cualidad, resultando sólo en términos de cantidad. Y el concreto por el
contrario se refiere a las cualidades, es decir a los valores de uso. ¿Pero qué es un
valor de uso? En éste se encuentran los atributos de una mercancía, como la utilidad,
es decir para que sirve, la materialidad, que se refiere a cómo y de que está hecha y
también lo histórico de la mercancía, es decir cómo ha ido evolucionando el producto en
cuanto a su materialidad y utilidad. El trabajo de Marx se quedaría solamente en una
labor histórica si se hubiera puesto a analizar únicamente el valor de uso, pero intuye
que en el valor de cambio es donde se encuentra “la magia” del capitalismo.

Adam Smith también argumenta el libre mercado, es de hecho un mecanismo ingenioso


que se regula a si mismo mediante las acciones reciprocas de la oferta y la demanda.

Smith en otro apartado expone que el precio del monopolio es en cualquier


circunstancia, el precio más alto puede cobrarse; que por el contrario, el precio natural o
precio de libre mercado es el más barato que puede pedirse. Así mismo, consideraba
que los monopolios eran, ante todo, concesiones especiales que el gobierno otorgaba a
ciertas personas o grupos de personas favorecidos. Criticaba la creación de los
gremios o monopolios, explicaba que eran innecesarios para las relaciones del buen
comercio y que carecían de fundamento.
Dentro de “El Sistema de Libertad Natural”, la defensa de los derechos de las colonias
que aduce Smith solo refleja su compromiso por la libertad. Analiza que el sistema
antes mencionado es obvio y sencillo, que se instaura espontáneamente cuando se
eliminan todos los sistemas restrictivos o preferenciales y que mientras no se violen las
leyes de la justicia, todo hombre está en la total libertad de perseguir sus intereses
como mejor le plazca; y de, poner en competencia sus conocimientos, su capital e
intereses contra los demás hombres o grupo de hombres.

Mark argumenta que el valor de cambio como lo dice el nombre es una propiedad
cuantitativa que establece el mercado en el que se pueden intercambiar dos
mercancías, lo que las vuelve equiparables por diferentes y opuestas que sean en su
valor de uso y he ahí donde Marx encuentra algo prácticamente inefable. Pero si bien
las mercancías son de valores de uso muy diferente, existe algo que las reduce y
convierte en homogéneas, el dinero, que es una forma de valor que sirve de
equivalente general. Todas las mercancías, en la compra y la venta pueden trasmutar a
ser dinero, que Marx llama “dialéctica de las formas de valor”. Es por eso que el hombre
en la subjetividad capitalista (pues el capital también constituye subjetividades) se
enajenó con las mercancías y el dinero, pues hay un fetichismo con la mercancía ya
que creen, sienten y viven un poder aún más allá, que consiste en que éstas son las
que dan valor a los hombres, en tanto que son y en cuanto a sus relaciones sociales
con otros hombres, pues en ésta sociedad el dinero no sólo es una forma de valor que
sirve para realizar cambios de mercancías, también multiplica los vínculos.

La filosofía de Smith en cuanto a la función del gobierno, establece que el gobernante


de estado solo tiene tres asuntos importantes de atender: primero, la tarea de proteger
a la sociedad de la violencia o invasión de otras sociedades independientes; segundo,
la tarea de proteger a todo miembro de la sociedad de la injusticia o la opresión de
todos los demás miembros de la misma; y tercero, la tarea de construir o dar
mantenimiento a ciertas obras públicas e instituciones públicas que ningún individuo o
grupos de individuos tendría interés en construir o mantener, porque su rentabilidad les
impediría recuperar su inversión que dichas obras le implicarían. Dichas obras solo
podrán ser construidas o
mantenidas a través del gasto público, basado en el pago de pequeñas cuotas
extraídas del ingreso público.

En consecuencia, Adam Smith recomienda un mínimo de funciones para el gobierno y


advierte el peligro a los gobiernos demasiado ambiciosos. Expone a mi juicio,
eficazmente que el origen del empobrecimiento de los pueblos o grandes naciones no
radica en los errores de los ciudadanos, sino que, por el despilfarro o mal manejo de los
recursos de sus gobernantes; que por lo mismo, es de su suma impertinencia y
arrogancia que ministros pretendan vigilar la económica de los ciudadanos, puesto que
precisamente ellos son siempre y sin excepción, son los más grandes despilfarradores
de la sociedad; que primero cuidaran sus propios gastos, para después atender la
forma en que sus ciudadanos cuidan los suyos.

Smith favorece y promueve la instauración de un gobierno limitado; en el cual, los


súbditos de cada Estado deben contribuir al sostenimiento del gobierno los mas que
puedan, en proporción a sus aptitudes y capacidades. Es decir, en proporción a los
ingresos de que cada uno de ellos goce.

Smith en su obra finaliza su obra con que: la riqueza de las naciones se obtiene a
través del esfuerzo natural de cada individuo por mejorar su condición, cuando se le
permite actuar con libertad y seguridad, aduciendo que este es un principio tan
poderoso que por sí solo y sin ninguna ayuda podría lograr la riqueza y la prosperidad
de las naciones, hasta vencer los cientos de obstáculos con que las leyes humanas con
tanta frecuencia trata de obstaculizar su realización.

Por otro lado Mark argumenta que el capitalismo es una maquina muy compleja, que
con cada crisis se asienta y perpetúa más, una de las características que encontró en el
capitalismo es la producción inmensa y en masa de las mercancías y algo que en lo
particular a mí me produce ruido es que anticipa que las cosas que no son mercancías
en algún momento el capitalismo las convertirá en estas, volviéndose más y más
abstracto, haciendo mercancías no sólo a los objetos, también a los servicios, pasiones,
subjetividades, etc. Justo por eso se percata que el fundamento de la sociedad no es el
trabajo, sino que es el trabajo abstracto, en el que las cualidades desaparecen y sólo
queda lo cualitativo, en la mayoría de las ocasiones de manera muy ruin. Lo precario
de ésta situación es que la esencia del hombre que es el trabajo “consciente y
voluntario” el capitalismo lo tomó como instrumento de un trabajo casi mecánico y
enajena al hombre mucho antes de que produzca una mercancía ya que la idea o el
proyecto del trabajo que realizará no le pertenece, el objeto que producirá tampoco será
de su propiedad (ya que lo que le da valor a algo es el trabajo realizado para obtenerlo,
precio que fija el mercado, pero el realiza el trabajo no es dueño, sino el que invirtió el
capital) y el cuerpo tan mecanizado y estupidizado por éste trabajo terminará por
también abandonarlo como pertenencia y no sólo esto, la salud, juventud y vigor que
pudiera tener el hombre desaparecerá y desgastará en aras de algo que nunca fue
suyo, entonces el trabajo que es la esencia del hombre termina deshumanizándolo y
negándolo doble.

Todo esto conjugado, marca la diferencia y una fuerte brecha de desigualdad entre las
clases sociales, los burgueses por un lado que son los que pertenecen a la clase
dominante y tienen al Estado como instrumento de su servicio y además son dueños de
los medios de producción, mientras que por el otro el proletariado que es la clase pobre
que sufre en exceso los tormentos e injusticias del capitalismo y la clase dominante. De
aquí es donde surge la muy conocida “lucha de clases” que propone Marx en base a
una revolución, idea que ha sido muy discutida por muchos y desacreditada
comúnmente por los sucesos que ocurrieron en la URSS, a pesar de ésta no responde
ni se trató de lo planteando por Marx, principalmente porque no había un desarrollo de
las fuerzas productivas. Creemos que hay muchas críticas destructivas que se basan
en éste argumento, el decir que Marx falló, cuando ni si quiera se ha realizado lo que
propuso. Y tal vez lo propuesto caiga en una utopía, pero no podemos negar que las
denuncias que hizo del capitalismo, no sean acertadas o reales, ya que las estamos
viviendo y el sistema se está perpetuando cada vez más y parece que deberíamos
retomar a Marx y su análisis para encontrar alguna forma de perder el fetiche o por lo
menos retomar un poco de nuestra humanidad robada.

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