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sonido. En el primer párrafo se muestra nuestro desacuerdo con lo que dice Gascó en
relación a la imagen y su relevancia. Desarrollamos nuestra posición hablando en el
segundo párrafo de la imagen en “La Ciénega”*, en el tercero de los planos, en el cuarto
la escenografía, en el quinto del poder de la imagen como anticipación y terminamos
afirmando que tanto el sonido como la imagen son importantes en la película de
Lucrecia Martel.
En un artículo sobre la película, Daniel Gascó afirma que la imagen es poco relevante:
“En La ciénaga importan menos el trueno que su estruendo […]. El sonido sucede
entonces, comparece siempre en primer plano, mientras que las imágenes, si surgen,
llegan después”1. Asimismo, Gascó asegura que: “Antes que la imagen el sonido marca
la unidad de todo el relato” 2 y “Más que la parte visual las palabras y sonidos indican
amenazas, afectando casi siempre acontecimientos futuros”3. La crítica de Gascó es
acertada, pero relega a la imagen, para el crítico esta última guarda detalles que
fácilmente pueden ser perdidos de vista. Empero, la imagen aporta a la creación de una
atmósfera propia en la película a través de cuatro elementos.
El segundo elemento son los planos que utiliza Martel para contarnos la historia. Utiliza
la cámara en mano durante los momentos de tensión y movimiento. Por ejemplo,
cuando unos chicos persiguen a las niñas con globos de agua o durante la fiesta de
carnaval. Por otra parte, la cámara toma planos estáticos, centrados en las camas de los
personajes, planos que aportan a la idea de que “La Ciénaga” terminará desembocando
en un punto carente de movimiento.
1 Daniel, Gascó. “Días de estío en “La mandrágora””. Básicos filmoteca siglo XXI. 10
nov. Del 2011. Impreso.
2 Loc cit.
3 Loc cit.
El tercer elemento es la escenografía, “La Mandrágora” está construida a partir del
desorden. A pesar de que las criadas estén limpiando la hacienda constantemente, la
dueña de la hacienda (Mecha) se queja del trabajo poco eficiente que realizan. Es cierto
que las criadas limpian, como también es cierto que el desorden de la casa es
abrumador. Entonces, el caos que envuelve “La Mandrágora” es interminable. Pero, se
debe destacar que este caos no sólo aporta a la atmósfera caótica y sofocante de la
película. También favorece a la construcción de un ambiente familiar, despreocupado.
Al mismo tiempo, los espacios herméticos (el cuarto de Isabel o el de Mecha) se
convierten en puntos de encuentro para compartir, confabular o pelear.
El cuarto elemento es el poder de las imágenes para anticipar sucesos, algunas escenas
sugieren algo que puede ser captado visualmente. Por ejemplo, la escena en la que
Isabel se encuentra con su novio (Perro). Detrás de ellos, se ve a una mujer sosteniendo
a un bebé, lo cual sugiere que Isabel está embarazada. Esta lectura no podría formularse
fácilmente si el espectador escuchara sólo un llanto de bebé.
4 Loc cit.