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Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
1
Universidad de Barcelona. ccoll@ub.edu
2
Universidad Autónoma de Madrid. elena.martin@uam.es
Introducción
1
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
Introducción
El desarrollo del campo del curriculum en España está estrechamente asociado a los
cambios políticos experimentados en el país como consecuencia de la restauración de la
democracia a partir de la segunda mitad de la década de 1970. La entrada en vigor de la
Constitución española de 1978 abre el camino a un amplio conjunto de reformas en
prácticamente todos los ámbitos del Estado. El sistema educativo, especialmente en los
niveles correspondientes a las enseñanzas previas a la universidad, aparece de inmediato
como uno de los focos prioritarios de atención de las políticas reformistas. En 1985 se
promulga la primera gran ley educativa de la nueva democracia española, la Ley Orgánica
del Derecho a la Educación –LOE–, que establece el derecho a la educación básica de
todos los españoles, regula la existencia de centros educativos públicos y privados y la
participación de los diferentes sectores de la comunidad educativa en la enseñanza e
instaura la dirección democrática de los centros educativos. La LOE, sin embargo, no
modifica la estructura del sistema educativo ni introduce cambios curriculares. Hay que
esperar a la promulgación de la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema
Educativo –LOGSE– en 1990 para que estos cambios se produzcan1.
2
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
normativos del más alto nivel. Estos hechos permiten entender, a nuestro juicio, algunos
rasgos característicos de la constitución y desarrollo del campo del curriculum en España.
Nos estamos refiriendo a rasgos como, por ejemplo, el protagonismo de los
posicionamientos políticos e ideológicos en el abordaje de las cuestiones curriculares; la
escasez de investigaciones y estudios académicos, especialmente de carácter empírico,
sobre temas curriculares; su subordinación a las políticas curriculares de la administración
en lo que concierne a los temas investigados; o aún la escasa incidencia de los resultados
de estos estudios e investigaciones en los procesos de toma de decisión sobre el
curriculum.
Más recientemente, y al menos hasta el momento con menor intensidad, la reforma de las
enseñanzas universitarias ha empezado a jugar también un papel como plataforma para el
análisis, la reflexión y la investigación en torno al curriculum. La incorporación de España
al espacio europeo de educación superior promovido por la Declaración de Bolonia de
1999 ha comportado una modificación sustancial en la estructura de las enseñanzas
universitarias y ha supuesto una llamada de atención sobre la importancia de las cuestiones
curriculares en este nivel educativo. Ambos aspectos se reflejan con claridad en la Ley de
2007, que modifica la Ley Orgánica de Universidades de 2001, y en los dos Reales
Decretos que la desarrollan. Una lectura atenta de estas normas pone de nuevo de
manifiesto tanto la importancia de las cuestiones curriculares en la reforma de las
enseñanzas universitarias, como su vinculación con los cambios legales y normativos. A
ello habría que añadir además que, al igual que sucede en el caso de las enseñanzas previas
a la universidad, el foco de los aún escasos estudios e investigaciones empíricas son casi
siempre las innovaciones curriculares propuestas en las normas: el énfasis en la
funcionalidad de los aprendizajes, las competencias, la evaluación continua, el trabajo
autónomo del estudiante, etc. Aunque sin duda las enseñanzas universitarias están llamadas
a ser un ámbito importante para el desarrollo de la investigación y de la teoría curricular en
España, hasta el momento este campo ha estado asociado sobre todo a los procesos de
cambio curricular en los niveles educativos correspondientes a las enseñanzas previas a la
universidad.
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Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
La Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), aprobada por el gobierno
socialista en 1990 tras un proceso de experimentación, debate y consulta que se extiende a
lo largo de la segunda mitad de la década de 1980, opta por un modelo de curriculum
abierto, frente al modelo cerrado vigente hasta ese momento, tanto por razones políticas
como pedagógicas. En lo que concierne a las primeras, la Constitución de 1978 introdujo,
entre otras muchas novedades, una organización política y administrativa en la que las
competencias educativas, como las de otros ámbitos, ya no corresponden en exclusiva al
3
El lector interesado puede encontrar información más detallada sobre algunos de estos aspectos en Coll y
Martín (2006a) y Coll y Porlán (1998).
4
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
gobierno y la administración central, sino que han de compartirse con los gobiernos y las
administraciones de las Comunidades Autónomas. En lo que concierne a las razones
pedagógicas, sin duda más relevantes para los objetivos de este capítulo, cabe destacar en
primer lugar la idea de que el curriculum prescriptivo, el que se convierte en norma de
obligado cumplimiento para los centros escolares y para el profesorado, debía limitarse a
precisar los aprendizajes que toda persona necesita realizar para poder desenvolverse como
un ciudadano con plenos derechos y deberes en el grupo social de pertenencia. El resto de
los aprendizajes debían ser definidos por quienes en cada centro y cada aula conocen las
circunstancias específicas del contexto y las características del alumnado para poder así
ajustar la acción educativa. Una segunda razón de la opción de la LOGSE por un modelo
de curriculum abierto, de no menor importancia que la primera, fue el convencimiento de
que los docentes no pueden ser meros ejecutores de lo establecido por personas e
instancias alejadas de la realidad de las aulas y del ejercicio profesional de la docencia.
Así, mediante la opción por un modelo de curriculum abierto, con niveles sucesivos de
concreción que dejan en manos del profesorado un importante número de decisiones, se
pretendía favorecer procesos de reflexión conjunta de los docentes en los centros
educativos con el fin de mejorar su competencia profesional.
5
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
programaciones de aula.
4
Este debate dió lugar a un proyecto de Real Decreto –Proyecto de Real Decreto por el que se establecen las
enseñanzas mínimas correspondientes a las áreas de Ciencias Sociales: Geografía e Historia y Lengua
Castellana y Literatura en la Educación Secundaria Obligatoria– que, si bien no llegó a promulgarse, tuvo
una considerable repercusión mediática.
6
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
Por lo que respecta al segundo eje de análisis, la forma de definir y concretar las
intenciones educativas, el cambio sustancial se produjo de nuevo con la LOGSE. En
primer lugar, se optó, en coherencia con lo señalado más arriba, por aligerar el curriculum
limitándolo a los aprendizajes básicos irrenunciables. Sin duda éste fue un objetivo en
buena medida fallido, ya que finalmente los Reales Decretos de enseñanzas mínimas
incluyeron un volumen de contenidos de aprendizaje superior al inicialmente deseado. Las
siguientes leyes tampoco han sido capaces de disminuir la carga de contenidos
curriculares; más aún, en algunos casos, como en los Reales Decretos derivados de la
LOCE, sucedió lo contrario y el volumen de contenidos experimentó un aumento notable.
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Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
visión de la enseñanza como una ayuda a los procesos de aprendizaje que toma cuerpo en
la actividad conjunta de los alumnos y el profesor mientras realizan las tareas escolares. La
visión de la enseñanza como una ayuda ajustada a los procesos de aprendizaje y el hecho
de que los aprendizaje escolares requieren a menudo ayudas y ajustes específicos diversos
en intensidad, cantidad y calidad descartan la opción por una metodología didáctica
concreta como la más adecuada. El modelo, no obstante, sí incluía algunos principios
metodológicos susceptibles de orientar la acción docente.
8
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
9
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
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Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
estudio y el peso de los colectivos profesionales que los apoyan han llevado, por poner
solo dos ejemplos, a defender la ampliación del número de horas de Matemáticas y de
Lengua española en la Educación Primaria y la Educación Secundaria Obligatoria, o de
Filosofía en el Bachillerato. Por el contrario, ámbitos de conocimiento novedosos
introducidos en el curriculum por la LOGSE, como por ejemplo la Tecnología o la
Economía, han visto reducida su presencia. Se han incorporado además al curriculum otras
materias, fruto de nuevas demandas sociales, como las relacionadas con las Tecnologías de
la Información y la Comunicación, o la nueva asignatura del Bachillerato Ciencias para el
mundo contemporáneo. Asimismo, la desconfianza en la enseñanza de los valores desde un
enfoque transversal a todas las áreas, materias y asignaturas del curriculum, ha llevado a
introducir la asignatura de Educación para la ciudadanía y los derechos humanos en el
curriculum de la LOE.
Sin entrar a debatir la pertinencia y relevancia de unos u otros saberes, lo que estos
cambios ponen de manifiesto es una lógica curricular de mera adición en la que se añaden
nuevos contenidos y materias, o se modifica el peso de las ya existentes, como reacción a
nuevas demandas sin considerar el impacto que estos cambios e incorporaciones tienen
inevitablemente sobre el curriculum en su conjunto. Esta lógica, además de producir un
curriculum cada vez más sobrecargado de contenidos, ha ido deformando y pervirtiendo
los supuestos de interdisciplinariedad e integración de los conocimientos, así como los
criterios de selección de los contenidos escolares, que subyacían al modelo de partida
marcando una vuelta a enfoques más tradicionales.
Estas últimas consideraciones conectan directamente con el tercer eje de análisis que nos
hemos propuesto abordar: las decisiones sobre la comprensividad, la atención a la
diversidad y, en un sentido más general, el avance hacia una escuela cada vez más
inclusiva. Uno de los cambios más importantes introducidos por la LOGSE, si no el más
importante, fue la prolongación de la educación obligatoria en dos cursos, que pasó así de
ocho a diez cursos de duración, y la aparición de una nueva etapa de Educación Secundaria
Obligatoria –ESO– de cuatro cursos (ver figura 1a). Esta decisión no implicaba
necesariamente adoptar un modelo comprensivo. Como sucede en los sistemas educativos
de otros países, hubiera sido posible abrir dos itinerarios formativos –académico y
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Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
La deriva hacia una ESO menos compresiva, sin embargo, no llegó a hacerse realidad
debido a la paralización de la LOCE tras la victoria electoral y la vuelta al gobierno del
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Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
Para finalizar este apartado, haremos referencia al cuarto eje anunciado al comienzo: las
medidas de desarrollo curricular adoptadas para apoyar la implementación de los cambios
propuestos. La opción por un curriculum más abierto, que otorga mayor autonomía, y con
ello también mayor responsabilidad, a los centros y a los profesores, obliga a adoptar
medidas y a poner en marcha actuaciones de diverso tipo que la hagan posible. A mayor
autonomía, más necesidad de reforzar el liderazgo, de llevar a cabo procesos de evaluación
que permitan saber cómo se están concretando realmente las intenciones educativas, y de
ampliar los recursos y apoyos de formación y orientación psicopedagógica que se ofrecen
a las escuelas. En el desarrollo normativo de la LOGSE y en las políticas educativas
desplegadas en los años siguientes se tomaron iniciativas y se llevaron a cabo actuaciones
en todos estos ámbitos que describimos brevemente a continuación.
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Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
función, incluso cuando el profesor deja de ejercer la dirección, siempre que su ejercicio
haya sido valorado positivamente. Finalmente, se garantiza que al cesar en su puesto tenga
prioridad para cambiar de centro escolar, si así lo desea.
El modelo curricular de la LOGSE comportaba nuevas exigencias para los docentes tanto
desde el punto de vista didáctico como en lo relativo a la puesta en marcha de medidas de
atención a la creciente diversidad del alumnado. Para apoyar el desarrollo de estas
demandas se estableció una red de formación permanente del profesorado y se reforzaron
los servicios encargados de la orientación educativa y psicopedagógica. Así, con una clara
inspiración en el modelo anglosajón, en 1992 se crearon los Centros de Profesores,
6
Para más información, ver http://www.educacion.gob.es/ievaluacion.html
7
La consolidación del Estado de las Autonomías introducido por la Constitución de 1978 ha llevado a
transferir buena parte de las competencias en materia educativa a los gobiernos de las Comunidades
Autónomas. Actualmente la gestión del sistema educativo y la definición de políticas educativas en un
amplio abanico de cuestiones son asumidas por estos gobiernos autónomos, que están obligados sin embargo
a respetar lo establecido por las leyes y normas de aplicación para el conjunto de España. Los requisitos para
obtener la titulación al término de la educación obligatoria, la organización y estructura del sistema
educativo, las condiciones de acceso a la función docente o las enseñanzas mínimas del curriculum son
algunos de estos aspectos regulados con carácter general y de obligado cumplimiento por todas las
Comunidades Autónomas.
14
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
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Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
diversidad de origen étnico, cultural y lingüístico. La explicación de este hecho hay que
buscarla en la relativa homogeneidad de la población escolar española en este aspecto al
comienzo de la década de 1990. En el curso 1989-90, por ejemplo, el porcentaje de
alumnos extranjeros en los niveles educativos anteriores a la universidad era el 1,1 % del
total de la población escolarizada. En los años siguientes, sin embargo, el crecimiento
experimentado por este colectivo fue espectacular, de manera que en el curso 2008-09 el
porcentaje se situaba, para el conjunto de España, en el 9,2% (Instituto de Evaluación,
2011). Con el fin de atender a este colectivo, prácticamente inexistente diez años antes, en
el desarrollo normativo de LOCE –2002– se adoptan una serie de medidas y se promueven
un conjunto de actuaciones específicas orientadas a apoyar la escolarización del alumnado
que no conoce el español y que en ocasiones ha tenido una escolarización incompleta o
simplemente no ha estado escolarizado en sus países de origen. Y pocos años después, en
2006, la LOE identifica el colectivo de alumnos de incorporación tardía –es decir, a
quienes se incorporan a la escuela o el instituto una vez iniciado el curso escolar– como un
alumnado con necesidades de apoyo educativo específico.
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Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
Un primer grupo de factores con incidencia directa en el ámbito del curriculum remite a las
profundas transformaciones de todo tipo –no solo políticas y económicas, sino también
sociales y culturales– experimentadas por la sociedad española durante estos años. Ya
hemos aludido al incremento espectacular del alumnado emigrante durante la última
década del siglo XX y la primera del XXI y a cómo este hecho obligó, en un momento
determinado, a revisar los planteamientos, estrategias y actuaciones de atención a la
diversidad. En esta misma línea cabría señalar, por mencionar aún otro ejemplo, la
penetración creciente de las tecnologías digitales de la información y la comunicación
(TIC) en los más diversos ámbitos de la actividad individual y social, especialmente a
partir de la generalización de internet, y el surgimiento de nuevas necesidades de
formación asociadas al conocimiento y dominio funcional de estas tecnologías. También
en este caso las transformaciones sociales y culturales producidas por las TIC han acabado
teniendo un impacto curricular cuya manifestación más evidente ha sido la incorporación
de nuevos contenidos de aprendizaje y de nuevas competencias al curriculum escolar, así
como la aparición de metodologías didácticas y propuestas de innovación y mejora de la
enseñanza basadas en el uso de las TIC.
El interés de estos ejemplos, sin embargo, no reside tanto en el impacto curricular de las
transformaciones sociales y culturales, impacto a todas luces lógico y esperable, sino en la
17
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
Finalmente, entre los factores que han impulsado los cambios curriculares descritos
18
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
La estrecha relación existente entre los temas y cuestiones que han contribuido a
conformar el campo de estudios sobre el curriculum en España, por una parte, y los
procesos de reforma educativa, por otra, se manifiesta igualmente con claridad en dos
ámbitos académicos y de investigación de especial interés, a nuestro juicio, para el
desarrollo del pensamiento y de la teoría curricular. Nos estamos refiriendo a las didácticas
específicas y al análisis de las prácticas educativas. Coincidiendo básicamente con el
proceso descrito de transformación del sistema educativo español, y en buena medida
aprovechando el impulso de este proceso, ha habido un desarrollo importante de los
estudios e investigaciones de naturaleza didáctica relacionados con la enseñanza y el
aprendizaje de los contenidos de las diferentes áreas y materias del curriculum escolar. En
numerosas universidades se han constituido departamentos dedicados a las didácticas
específicas, lo que ha permitido el surgimiento y la consolidación de grupos de
investigación potentes y muy activos y la aparición de revistas arbitradas de alto nivel
especializadas en las diferentes materias y áreas curriculares8. Mención especial merecen
en este sentido los trabajos e investigaciones desarrollados en Didáctica de las
Matemáticas (Goñi, 2011; Planas y Alsina, 2009), de la Lengua (Camps, 2011; Ruiz,
2011), del Inglés y del Francés como lenguas extranjeras (Guillén, 2010; House, 2011), de
8
Cabe
destacar, entre ellas, en el ámbito de las ciencias de la naturaleza, Alambique (alambique.grao.com),
Enseñanza de las Ciencias (ensciencias.uab.es) e Investigación en la Escuela (http://www.diadaeditora.com/)
; en el de las matemáticas, Revista de Didáctica de las Matemáticas: UNO (uno.grao.com) y Revista para la
enseñanza de las Matemáticas: SUMA (www.revistasuma.es); en el de la la lengua y la literaturas, Textos.
Didáctica de la Lengua y la Literatura (textos.grao.com); y en el de las ciencias sociales, ÍBER. Didáctica de
las Ciencias Sociales, Geografía e Historia (iber.grao.com)
19
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
las Ciencias de la Naturaleza (Caamaño, 2011; Cañal, 2011; Pujol, 2003), de las Ciencias
Sociales (Hernández, 2002; Prats, 2011), de la Música (Giráldez, 2010) y de la Educación
Física (González y Lleixà, 2010).
Si bien los trabajos realizados en estos ámbitos están centrados lógicamente en cuestiones
estrechamente asociadas a la naturaleza de los saberes propios de cada área o materia, en
ellos se abordan también a menudo cuestiones curriculares de carácter general con una
mirada específica. Así, por ejemplo, desde la Didáctica de las Matemáticas y la Didáctica
de las Ciencias de la Naturaleza se han abordado en ocasiones cuestiones curriculares de
interés general como la comprensividad, la atención a la diversidad, las evaluaciones de
rendimiento del alumno, el carácter terminal o propedéutico de la Educación Secundaria
Obligatoria o la tensión entre las funciones pedagógica y social de la evaluación de los
aprendizajes Algo similar sucede con los trabajos de Didáctica de las Ciencias Sociales, en
los que se abordan a menudo tema curriculares de gran interés como la
interdisciplinariedad o la interculturalidad. O con los trabajos de Didáctica de la Lengua,
en los que es relativamente frecuente que se planteen cuestiones relacionadas con la
atención a la diversidad cultural y lingüística del alumnado.
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Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
se prescribe y ayuda a identificar los factores que subyacen a este desfase (Sánchez y
Rosales, 2005); proporciona material y referentes concretos para la formación inicial y en
servicio del profesorado a partir de un análisis reflexivo de la práctica (Pérez, 2010; Porlán
et al., 2001; Posada, Cascante y Arrieta, 1989); y aporta elementos para entender cómo
alumnos y profesores convierten en experiencias reales de aprendizaje las orientaciones y
prescripciones curriculares (Coll, Onrubia y Mauri, 2008; Cubero et al., 2008; Sánchez et
al., 2008).
Entre los temas en torno a los cuales se ha ido configurando el campo del curriculum en
España en el transcurso de las dos o tres últimas décadas, hemos seleccionado tres que,
además de haber generado un volumen de trabajos relativamente importante, a nuestro
juicio van a seguir teniendo un protagonismo destacado en el futuro inmediato. Se trata de
los estudios de evaluación del rendimiento del alumnado y su relación con el curriculum
escolar, del concepto de competencias y los enfoques curriculares basados en
competencias, y de la discusión en torno a los aprendizajes básicos en el siglo XXI y las
decisiones sobre qué enseñar y aprender en las escuelas. Por supuesto, hubiéramos podido
seleccionar otros temas igualmente importantes, relevantes y con proyección de futuro –
por ejemplo, la interculturalidad, la autonomía curricular de los centros educativos y del
profesorado, las funciones de la evaluación de los aprendizajes o la educación inclusiva,
por mencionar solo algunos–, pero los tres elegidos son sin duda merecedores de que nos
ocupemos de ellos con algo más de detalle.
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Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
Entre los múltiples y diversos factores que han contribuido a la difusión y aceptación
creciente del esquema que vincula la evaluación de rendimiento con la planificación y
conducción de los cambios curriculares, hay tres cuyo papel ha sido determinante. El
primero es la puesta en relieve de la función reguladora de la evaluación, es decir, la
propuesta de utilizar las informaciones proporcionadas por la evaluación para tomar
decisiones susceptibles de introducir medidas de corrección, y en consecuencia de producir
mejoras, en los diferentes componentes o elementos del sistema educativo y en su
articulación. El segundo, la importancia cada vez mayor atribuida en la sociedad actual a la
función de rendición de cuentas de la evaluación, es decir, al uso de los resultados de la
evaluación para mostrar el grado de consecución de los objetivos perseguidos. Y el tercero,
el establecimiento de estándares de calidad en la educación, definidos a menudo en
términos de los niveles de rendimiento que deben alcanzar -o de lo que deben saber y saber
hacer- los alumnos de una edad o de un nivel educativo determinado.
9
Es
el
caso
del
Programme
for
International
Assessment
Student
-‐PISA-‐
(http://www.pisa.oecd.org),
promovido
por
la
OCDE,
y
del
Third
International
Mathematics
and
Science
Study
-‐TIMSS-‐
(http://timss.bc.edu)
y
el
Progress
in
International
Reading
Literacy
Study
-‐PIRLS-‐,
ambos
impulsados
por
la
International
Association
for
the
Evaluation
of
Educational
Achievement
-‐IEA-‐,
por
citar
únicamente
algunos
ejemplos
ampliamente
conocidos.
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Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
rendimiento del alumnado que podemos agrupar en tres categorías: los estudios orientados
a evaluar el impacto de los cambios curriculares, los estudios comparativos internacionales
y las evaluaciones de diagnóstico nacionales –es decir, que cubren la totalidad del territorio
español– y autonómicas.
En lo que concierne al primer grupo de estudios, entre 1990 y 2003 se llevan a cabo tres
evaluaciones del rendimiento del alumnado de Educación Primaria y cinco del rendimiento
del alumnado de Educación Secundaria Obligatoria (INECSE, 2003; 2005). Estas
evaluaciones, que cubren áreas diversas y se realizan en diferentes momentos de la
escolaridad, están claramente orientadas a valorar el curriculum y el planteamiento
curricular de la LOGSE, y a menudo su diseño y sus resultados se inscriben en el marco
del debate ideológico sobre las ventajas y desventajas, los aciertos y los errores, de esta
ley. La conclusión general que puede extraerse de estos estudios es que el rendimiento del
alumnado se mantiene en niveles semejantes a los de periodos anteriores. Para interpretar
correctamente este resultado conviene sin embargo tener en cuenta dos hechos. El primero
es que la LOGSE no fue únicamente una reforma curricular; fue también, como se ha
señalado más arriba, una reforma estructural que introdujo cambios profundos en el
sistema educativo en lo que concierne al profesorado, a los centros educativos y a la
duración de la educación obligatoria. El segundo, que la Educación Primaria establecida
por la LOGSE empezó a implantarse en el curso 1992-93 y terminó de implantarse en el
curso 1995-96, lo que indica el escaso tiempo transcurrido entre el inicio de la
implantación y las evaluaciones de rendimiento dirigidas a valorar su impacto; algo similar
cabe decir de la Educación Secundaria Obligatoria, que empezó a implantarse en el curso
1996-97 y terminó de implantarse en el curso 1999-2000, justo dos años antes de que la
LOGSE fuera derogada y sustituida por la LOCE –2002.
23
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
páginas (ver Instituto de Evaluación, 2010; Roca, en prensa). Permítasenos, sin embargo,
dos comentarios relevantes para los propósitos de este capítulo. El primero es que la
presentación los resultados de los estudios PISA ha dado lugar frecuentemente a debates
curriculares y ha ido a menudo acompañada de propuestas para reforzar la presencia en el
curriculum de las áreas evaluadas, toda vez que sistemáticamente los resultados se han
situado en torno a la media o por debajo de la media. Y el segundo, la importancia
creciente, en volumen y difusión, de trabajos académicos que consisten en la explotación
de estos resultados mediante análisis secundarios de los datos PISA (ver, por ejemplo,
Ferrer, Castel y Valiente, 2009; Zancajo, Castejón y Ferrer, 2012).
10
El
hecho
de
que
estos
estudios
no
tengan
un
referente
curricular
no
impide,
como
hemos
comentado,
que
sus
resultados
se
utilicen
a
menudo
para
apoyar
propuestas
concretas
de
revisión
y
cambio
curricular
en
las
áreas
que
son
objeto
de
evaluación.
24
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
elaboren un plan de mejora, lo que constituye sin duda una explotación interesante de las
evaluaciones diagnósticas de rendimiento.
Llegados a este punto, cabe preguntarse sobre la fortaleza de la conexión entre los
resultados de la evaluación del rendimiento del alumnado y la puesta en marcha de
procesos de mejora educativa que está en la base de estos planteamientos. Los resultados
de las investigaciones y trabajos realizados hasta el momento obligan a ser cautos en la
respuesta. Por una parte, hay evidencia empírica de que, bajo determinadas condiciones, el
uso de las informaciones proporcionadas por las evaluaciones de rendimiento del
alumnado pueden desencadenar procesos de mejora de la calidad de la enseñanza
(Schleicher, 2005). Más aún, hay estudios que indican que la evaluación puede actuar
como "motor" o "palanca" de los cambios curriculares (Barnes, Clark y Stephens, 2000).
Por otra parte, sin embargo, hay estudios e investigaciones que muestran los efectos
inesperados y negativos de las reformas que ponen el acento de forma prioritaria o
exclusiva en la evaluación de los estándares de aprendizaje (Haymore, Ogawa & Paredes,
2004). Y también estudios e investigaciones sumamente críticos con las reformas
educativas y las reformas curriculares que ponen sobre todo el acento en las evaluaciones
de rendimiento del alumnado (Berliner, 2005).
En el caso español, al menos durante el período analizado, la conexión entre los resultados
de las evaluaciones de rendimiento, tanto nacionales como internacionales, y los procesos
de cambio curricular ha sido prácticamente inexistente. Cuando se analizan los cambios en
el curriculum descritos en el primer apartado de este capítulo, se comprueba que no se
derivan de las conclusiones de los estudios de rendimiento a los que acabamos de
referirnos (Coll y Martín, 2006a). De hecho, ni siquiera se justifican en base a los
resultados de estos estudios. Los factores que están en su origen son por lo general de otra
naturaleza (básicamente, debates ideológicos y transformaciones sociales que generan
nuevas necesidades de aprendizaje). Por supuesto, se trata de un caso particular que
excluye cualquier intento de generalización. Sin embargo, con independencia de su
especificidad, su análisis puede ayudarnos a comprender y valorar mejor el alcance y las
limitaciones del planteamiento que sitúa las evaluaciones de rendimiento en el centro de
los procesos de diseño y conducción de los cambios curriculares.
25
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
de recabar información sobre el rendimiento del alumnado para saber si se han alcanzado o
no las intenciones educativas expresadas en el curriculum está fuera de discusión. Las
intenciones educativas se plasman en el curriculum en forma de conocimientos,
habilidades, valores, actitudes o competencias que se pretende que los alumnos adquieran
o desarrollen como efecto de la enseñanza. En la medida, por tanto, en que las
evaluaciones de rendimiento del alumnado sean capaces de proporcionar efectivamente
información fiable y válida sobre el grado en que se ha conseguido que los alumnos
aprendan lo que se desea que aprendan, es evidente que son un instrumento valioso para la
conducción de los procesos de reforma curricular. Ahora bien, el hecho de poner el acento
en las intenciones educativas como referente último del curriculum pone también de
relieve algunas limitaciones y debilidades del planteamiento sobre las que conviene llamar
la atención (Martín, 2009).
Para empezar, algunos supuestos sobre los que se asienta son altamente cuestionables. Es
el caso, por ejemplo, de la aparente facilidad para pasar de las informaciones sobre los
resultados de rendimiento del alumnado a los factores que los explican; de la supuesta
posibilidad de realizar inferencias sobre las causas del rendimiento directamente a partir de
la medida del mismo; o aún de que las causas a las que se atribuyen los resultados de
rendimiento se sitúan inequívocamente en el ámbito del curriculum. Actualmente sabemos
que el proceso mediante el cual las intenciones educativas establecidas en un curriculum
acaban concretándose en unas determinadas experiencias docentes y de aprendizaje, y a
través de ellas en unos determinados niveles de rendimiento, es sumamente complejo y que
en él intervienen e inciden, orientándolo en uno u otro sentido, multitud de factores de
naturaleza muy diversa. Intentar recorrer y reconstruir el proceso en sentido inverso con el
fin de identificar y valorar los factores curriculares implicados en el mismo no es una tarea
imposible, pero sí costosa y de resultados previsiblemente discutibles.
26
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
qué se debe modificar en el curriculum hay un salto epistemológico que sólo puede
justificarse recurriendo a elementos ajenos en sentido estricto al esquema que estamos
analizando. El elemento clave de los procesos de toma de decisiones implicados en la
conducción de los cambios curriculares no son los resultados de las evaluaciones de
rendimiento, sino el filtro interpretativo utilizado para derivar, a partir de ellos, propuestas
concretas de acción. Y el ingrediente principal de este filtro son precisamente las
intenciones educativas, de cuya consecución el rendimiento evaluado es en definitiva un
indicador. De ahí la conclusión de que las evaluaciones de rendimiento pueden
efectivamente proporcionar informaciones útiles y valiosas sobre el grado de consecución
de las intenciones educativas, pero no son ni pueden ser la fuente de la que surgen estas
intenciones ni tampoco el instrumento adecuado para su legitimación.
Cuando se utilizan los resultados de las evaluaciones de rendimiento para tomar decisiones
sobre la legitimidad de las intenciones educativas, se ignora a nuestro juicio un hecho
fundamental: a saber, que todo curriculum es en gran medida el reflejo y la plasmación,
más o menos precisa y definida según los casos, de un determinado proyecto social y
cultural. De ahí que las propuestas de cambio curricular sean a menudo más bien el reflejo
de cambios sociales, y en consecuencia de cambios en los proyectos sociales y culturales
de los grupos dominantes, que un resultado de la dinámica interna del sistema educativo o
una consecuencia de los resultados de evaluaciones de rendimiento del alumnado. Y de ahí
también el peso y la importancia de los argumentos y de las opciones ideológicas en los
procesos de actualización y revisión del curriculum. El caso español al que hemos aludido
ofrece ejemplos claros e ilustrativos de ambos aspectos, lo que nos lleva a pensar que tal
vez no sea, en este sentido, tan singular como pudiera parecer en una primera
aproximación.
El recurso a las competencias como el elemento curricular elegido para definir y concretar
las intenciones educativas es sin duda otro de los temas que ha ocupado un lugar central en
estos últimos años en los debates y los estudios sobre el curriculum en España. Como ya se
ha mencionado, la incorporación de las competencias básicas al curriculum es una de las
novedades que introduce la LOE –2006– y se produce como consecuencia de los acuerdos
adoptados por el Consejo Europeo de Lisboa de 2000 y su concreción posterior en una
27
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
11
Mención
especial merece a este respecto el proyecto DeSeCo (Definition and Selection of Competencies),
impulsado por la OECD con el fin de proporcionar un marco conceptual sólido para la identificación de las
competencias clave. Los informes de este proyecto (Rychen & Salganik, 2001; 2003) han tenido una gran
influencia en los estudios e investigaciones sobre el tema realizados en España.
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Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
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Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
Llegamos así al cuarto y último elemento del concepto de competencia que queremos
destacar. Se trata del componente de actuación o ejecución intrínseco a las competencias.
Las competencias se manifiestan siempre a través de las actuaciones o comportamientos
que exhiben las personas ante las demandas o desafíos de una situación. Desde el punto de
vista del aprendizaje escolar, esto significa que el nivel de desarrollo o adquisición de las
competencias por los alumnos sólo se puede detectar a través de sus realizaciones, es decir,
de las actuaciones o comportamientos que exhiben ante las demandas o desafíos que se les
plantean. No tiene pues sentido apelar a una competencia sin hacerlo al mismo tiempo a su
correlato en términos de ejecución o "actuación competente". Esta es la razón por la que
los enfoques educativos y curriculares basados en competencias conceden gran
importancia a los resultados esperados del aprendizaje de los alumnos expresados en
términos de capacidades-en-contexto; es decir, de lo que deben ser capaces de hacer en un
determinado tipo de situaciones y bajo unas condiciones particulares12.
Los comentarios precedentes avalan la idea de que los enfoques curriculares basados en
competencias suponen efectivamente un avance, especialmente en lo que concierne a la
identificación, caracterización y organización de los aprendizajes escolares. Al menos en lo
que respecta a la concreción de las intenciones educativas, los enfoques basados en
competencias matizan y enriquecen los enfoques basados en capacidades que han sido
dominantes en el discurso pedagógico y en la definición de políticas curriculares en
muchos países durante las dos últimas décadas del siglo XX. En este sentido, es razonable
esperar que la incorporación de las competencias al curriculum a partir de 2006 acabe
generando procesos de transformación y mejora de la educación escolar. Los
investigaciones futuras nos dirán hasta qué punto estas expectativas son ajustadas. Lo que
no es razonable, sin embargo, es esperar de los enfoques curriculares por competencias
soluciones que manifiestamente no pueden ofrecer. Pese a sus aportaciones en este sentido,
el concepto de competencia sigue enfrentando importantes limitaciones en lo que
concierne a la identificación y concreción de las intenciones educativas. Además, algunas
interpretaciones del mismo, y sobre todo el reflejo de estas interpretaciones en el
curriculum, comportan riesgos, tienen implicaciones negativas y pueden generar prácticas
educativas discutibles. Ambos aspectos son también fácilmente identificables en la
12
También es la razón por la cual los enfoques curriculares basados en competencias se prestan con relativa
facilidad a interpretaciones conductistas o neoconductistas. Estas interpretaciones otorgan la máxima
prioridad al componente de ejecución formulado en términos de comportamientos observables, obviando los
otros componentes o relegandolos a un lugar secundario.
30
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
31
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
32
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
ideológicas determinadas.
Aprendizajes básicos en el siglo XXI: las decisiones sobre qué enseñar y aprender
El último tema seleccionado con el fin de ofrecer algunas claves sobre cómo se ha ido
configurando el campo del curriculum en España está también relacionado con las
intenciones educativas, y más concretamente con las decisiones sobre qué enseñar y
aprender. A diferencia de los dos anteriores –las evaluaciones de rendimiento y su relación
con el curriculum y la adopción de un enfoque curricular basado en competencias–, se trata
de un tema que hasta el momento ha dado lugar a un número más bien reducido de
trabajos. Sin embargo, se trata a nuestro juicio de un tema con gran proyección de futuro
en torno al cual se plantean algunas cuestiones fundamentales para la evolución y
desarrollo del campo del curriculum en España. Por supuesto, pensamos que su relevancia
e interés no se limita al contexto español, pero nuestra mirada esta lógicamente
condicionada por la especificidad de este contexto.
33
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
Frente a este estado de cosas, con unos u otros términos –formación fundamental, cultura
básica común, destrezas o habilidades básicas, competencias básicas, aprendizajes
fundamentales, etc.– y desde enfoques y planteamientos ideológicos, pedagógicos, y
didácticos diversos, la necesidad de redefinir qué es lo básico en la educación básica ha
empezado a abrirse en el debate pedagógico (Gauhier y Laurin, 2001; Coll, 2006). En lo
que sigue vamos a señalar y comentar brevemente algunas reflexiones y aportaciones
surgidos en el marco de este debate.
El punto clave es a nuestro juicio la aceptación de un principio, hasta cierto punto obvio y
de sentido común, al que no se ha prestado hasta el momento la atención que merece pese
a su relevancia para la toma de decisiones sobre los aprendizajes básicos. Este principio
puede enunciarse así: no es posible enseñar, en el transcurso de la educación básica y
obligatoria, todo lo que nos gustaría que los niños y jóvenes aprendiesen; ni siquiera es
posible enseñar lo que con toda seguridad sería beneficioso que aprendieran. La sobrecarga
de contenidos que caracteriza el curriculum escolar español es el resultado de la aplicación
reiterada de la lógica acumulativa que ha presidido los sucesivos procesos de revisión y
actualización curricular y que es totalmente opuesta a este principio. En efecto, la
ampliación, el refuerzo o la introducción de nuevos contenidos casi nunca ha ido
acompañada, contrariamente a lo que cabía esperar, de una reducción simétrica y
equilibrada de la presencia de otros contenidos, y mucho menos de una reestructuración en
profundidad del conjunto del curriculum. Y sin embargo el principio enunciado induce a
pensar que no es una manera adecuada de proceder. Cuando se amplían o se introducen
nuevos contenidos o nuevas competencias en el curriculum escolar, hay que recortar,
34
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
excluir o reformular otros. El curriculum y el horario escolar no son como un chicle o una
goma elástica que puedan estirarse a voluntad. Hay que hacer opciones. Hay que elegir.
Aparece así la distinción entre lo básico imprescindible y lo básico deseable como dos
categorías que pueden facilitar la toma de decisiones sobre los aprendizajes básicos. De
35
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
acuerdo con esta distinción (Coll, 2007; Coll y Martín, 2006b), se incluyen en lo básico
imprescindible los aprendizajes que, en caso de no haberse llevado a cabo al término de la
educación básica, condicionan o determinan negativamente el desarrollo personal y social
del alumnado afectado, comprometen su proyecto de vida futuro y lo sitúan en una
situación de claro riesgo de exclusión social; son además aprendizajes cuya realización
más allá del período de la educación obligatoria presenta grandes dificultades. Lo básico
deseable, por su parte, remite a los aprendizajes que, aún contribuyendo significativamente
al desarrollo personal y social del alumnado, no lo condicionan o determinan
negativamente en caso de no producirse; además, son aprendizajes que pueden ser
realizados sin grandes dificultades con posterioridad al término de la educación
obligatoria.
Sin duda la distinción es problemática y no se nos escapa la dificultad que comporta tener
que decidir qué contenidos y qué competencias concretas pertenecen a la categoría de lo
básico imprescindible y cuáles a la de lo básico deseable. Entre otras razones porque en
último extremo la decisión dependerá de la importancia acordada a las diferentes
finalidades o propósitos de la educación básica –no es lo mismo, por ejemplo, poner el
acento en el propósito de evitar los riesgos de exclusión social que en el de garantizar el
acceso a los procesos educativos y formativos posteriores–, del contexto social y cultural
en el que nos encontremos, y de la función o funciones que pensemos que tiene que
cumplir la educación escolar en la sociedad actual. Somos también conscientes de los
peligros que comporta la distinción, en la medida en que se presta a ser interpretada
abusivamente como una "vuelta a lo básico" en el sentido tradicional de este movimiento.
Con todo, se trata a nuestro juicio de una distinción útil en la medida en que de ella se
pueden derivar un procedimiento y unos criterios que ayuden a tomar decisiones
argumentadas, y por lo tanto susceptibles de ser sometidas al análisis crítico y al debate,
sobre qué enseñar y aprender en la educación básica (Coll et al., 2007). Lo que estamos
sugiriendo es, en primer lugar, someter los contenidos y competencias actualmente
incluidos en el curriculum de la educación básica –y los que se puedan proponer para su
incorporación futura– a un escrutinio sobre en qué medida y en qué sentido pueden ser
considerados "básicos", y renunciar a los que no superen esta prueba. En segundo lugar,
identificar, entre el conjunto de contenidos y competencias retenidos, los que remiten a
aprendizajes cuya no consecución al término de la educación básica conlleva las
36
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
La visión de conjunto que surge de las páginas precedentes apoya e ilustra la afirmación
con la que hemos iniciado el capítulo. La configuración del campo del curriculum en
España está marcada por la transición de un sistema político autoritario a otro democrático
que se opera en la década de 1970 y la consiguiente transformación de un estado de corte
centralista en otro basado en la existencia de Comunidades Autónomas con capacidad de
autogobierno. En este contexto, los esfuerzos reformistas dirigidos a adecuar el sistema
educativo a la nueva realidad conceden pronto un papel destacado al curriculum. Las
razones de este protagonismo, sin embargo, no son, al menos en principio, académicas,
sino políticas. Por una parte, se hace necesario revisar los contenidos escolares
despojándolos de las adherencias ideológicas propias de un sistema autoritario, así como
modernizar las metodologías de enseñanza incorporando los nuevos planteamientos
pedagógicos. Por otra parte, la existencia de unas Comunidades Autónomas con capacidad
de autogobierno obliga a revisar la distribución de competencias y responsabilidades en el
establecimiento del curriculum escolar, en manos del gobierno central exclusivamente
hasta ese momento.
37
Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
Sería sin embargo a nuestro juicio un error concluir, a partir de estas constataciones, que la
configuración y desarrollo del campo del curriculum en España responde única o incluso
principalmente a factores idiosincrásicos. De hecho, la mayoría por no decir la totalidad de
los temas identificados como relevantes a lo largo del capítulo han sido y son también
objeto de atención y de estudio a nivel internacional. En este sentido, ni las políticas
curriculares impulsadas desde las Administraciones educativas ni los temas investigados ni
los planteamientos teóricos y epistemológicos desde los que se llevan a cabo los estudios
son ajenos a los políticas, temas y enfoques que encontramos en otros países. La
especificidad, a nuestro juicio, no reside tanto en cada uno de estos aspectos por separado
como en el hecho de que en el caso español las reformas educativas y curriculares
impulsadas por la Administración han jugado un papel decisivo en la configuración y
desarrollo del campo del curriculum. Más que una transferencia de resultados y
planteamientos desde los estudios e investigaciones sobre el curriculum a los procesos de
cambio curricular, el panorama descrito en las páginas precedentes sugiere una influencia
en sentido contrario. Han sido más bien las reformas educativas y curriculares las que han
encauzado los estudios sobre el curriculum estableciendo prioridades y promoviendo
determinadas líneas de investigación.
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Coll & Martín, Curriculum Reforms and the Field of Curriculum in Spain
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Universidad
Formación
Empresa
Profesional
de
Grado
Mercado
de
empleo
Superior
Educación
17
-‐
18
Bachillerato
Formación
Secundaria
3
Profesional
de
Postobligatoria
16
-‐
17
Modalidades
Grado
Medio
Educación
15
-‐
16
2º
Ciclo:
no
Secundaria
14
-‐
15
Educación
S ecundaria
c omprensivo
13
-‐
14
Obligatoria
1er
ciclo:
com-‐
12
-‐
13
prensivo
Educación
11
-‐
12
Obligatoria
10
-‐
11
9
-‐
10
Educación
Primaria
8
-‐
9
7
-‐
8
6
-‐
7
5
-‐
6
4
-‐
5
Educación
Infantil
3
-‐
4
(carácter
educativo)
Educación
no
2
-‐
3
obligatoria
1
-‐
2
Educación
Preescolar
0
-‐1
(carácter
asistencial-‐educativo)
Edad
Figura
1b.
Estructura
del
sistema
educativo
español
de
acuerdo
con
la
Ley
Orgánica
de
Calidad
de
la
Educación
(LOCE,
2002).
Los
cambios
aparecen
en
sombreado.
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Universidad
Formación
Empresa
profesional
grado
Mercado
de
empleo
superior
Educación
17
-‐
18
Bachillerato
Formación
Secundaria
3
Profesional
grado
Postobligatoria
Modalidades
Medio
Educación
16
-‐
17
Secundaria
15
-‐
16
14
-‐
15
Educación
Secundaria
Organizada
en
13
-‐
14
Obligatoria
Comprensiva
4
cursos
12
-‐
13
11
-‐
12
Educación
10
-‐
11
Obligatoria
9
-‐
10
Educación
Primaria
8
-‐
9
7
-‐
8
6
-‐
7
5
-‐
6
2º
Ciclo
4
-‐
5
Gratuito
3
-‐
4
Educación
Infantil
Educación
no
2
-‐
3
(Carácter
educativo
de
1º
Ciclo
obligatoria
1
-‐
2
toda
l a
e tapa)
N o
g ratuito
0
-‐
1
Edad
Figura
1c.
Estructura
del
sistema
educativo
español
de
acuerdo
con
la
Ley
Orgánica
de
Educación
(LOE,
2006).
Los
cambios
aparecen
en
sombreado.
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