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OSCAR SNEYDER HERRERA MAHECHA

LEBECS

SEMESTRE VIII

PROYECTO 1
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Reseña del texto: Geografía de una novela

Bassols, M. (2017) Geografía de una novela, Sociedad y Ambiente, núm. 12, noviembre
de 2016-febrero de 2017, (p.31-59)

Palabras clave: espacio geográfico, mapa, novela, texto, relato, subjetividad.

Hemos de resaltar el papel preponderante del espacio en la creación de cualquier obra


literaria que incluya elementos geográficos, su estudio en objeto de análisis especial por
algunos geógrafos postmodernos que supieron ver en la literatura un medio más por el
cual conseguir no solo información sino a la vez nuevas formas de acercarse a una
comprensión espacial del espacio que habitamos. En este sentido el autor nos recuerda
la importancia trazada por obras como las de Eric Dardel y Yi-Fu Tuan en cuanto al
reconocimiento de la subjetividad, indispensable en el campo de la geografía humana,
del enfoque que solo se puede recoger desde las experiencias que nuestros semejantes
logran hacerse con el mundo y la naturaleza. Y es aquí donde la literatura cobra mayor
relevancia, ya que toda literatura es una forma de representación donde el ser se
reinventa a la vez que reinventa el mundo que ha sido capaz de percibir.

La significación del espacio desde el lente de la literatura se hace necesariamente desde


la subjetividad, ella es la que le da la carga necesaria para completar el empoderamiento
de la visión particular que el literato pretende mostrar. Dota a los lugares de emociones
tan fuertes como el miedo como el peligro o el amor. Estas emociones entran en firme
alianza con las significaciones que el espacio es capaz de contener. Literatura y
geografía se encuentran de esta manera gracias al requerimiento de una condición
espacial que, pese a estar sometida a la percepción de quien contempla, puede derivar en
un valioso aporte a las concepciones que del paisaje se tienen.
Esta labor del escritor llega a complejizarse de maneras insospechadas; recrea los
espacios sociales, los dramas personales de sus personajes, todo su actuar o donde se
desarrollan sus acciones y los hechos que quien escribe quiera resaltar. En el fondo lo
que la geografía puede esperar de la literatura es la forma de llegar a estos actores por
medio de las subjetividades que se retratan como símbolos en el espacio. Sus
representaciones serán esos significados impresos en el espacio.

De lo anterior podemos entender por qué la ciudad sería un universo geográfico de


notables facultades, no solo por la inmensa masa de población que puede enriquecer las
percepciones que en conjunto se tengan de un lugar, en este caso urbano, sino por la
inmensa cantidad de lugares comunes y privados desde donde se puede trazar un tejido
geográfico. Lugares que contienen la memoria de un pueblo de una ciudadanía y que en
muchas ocasiones solo son comunicables por medio de la literatura. La crítica
geoespacial tendrá que decirnos más gracias a críticos como Franco Moretti.

En este autor la importancia de los mapas en vital, llenando de significados el mero


hecho de la escogencia de un autor a la hora de usar este recurso en sus escritos
llámense cuentos novelas, ya que la inclinación particular por un lugar depara los
acontecimientos que allí se gesten. De igual manera las ideas que el escritor obtenga de
estas circunstancias se convertirán en catálogos sobre los que este extenderá toda su
intencionalidad.

Moretti es el creador de un atlas de la novela europea 1800-1900 donde se exponen


asuntos tan destacados como la ruta de los personajes de las novelas, así como las
distintas ciudades en que estas se desarrollan. Su configuración parece señalar las
representaciones de la ciudad y los campos de acción donde sus actividades cobran
mayor fuerza. Es así también que Moretti busca consolidar su teoría de la geografía de
la trama, o como el poder se representa en el espacio, evidenciando el hecho de que todo
espacio incluye a unos grupos a la vez que excluye a otros. Trama y sistema espacial se
ordenan así dentro del atlas buscando hacer más evidente la relevancia del espacio
dentro del quehacer narrativo.

Todo espacio, por complejo o simple que sea determina los componentes que dan origen
a las historias.

Unidad de trama y espacio se vuelven inseparables en Moretti, este supo visibilizar la


dependencia de cualquier historia a partir del espacio. Por otro lado, esto no quiere decir
que la subjetividad del autor no sea determinante en la recreación de la trama de la
historia, pero el lugar será escogido siempre de acuerdo a las connotaciones implícitas
en el espacio.

En este punto entran en escena la importancia del tiempo, quien cobra su lugar al
determinar las circunstancias que se pueden presentar en un tiempo específico,
determinado. Todo cambia con el tiempo, especialmente los personajes de una historia o
novela. De por mas, cada unidad de trama implicara una suficiente tensión del
momento, esto naturalmente la llevara a un servicio más específico del espacio y así,
consecuentemente, de cualquier decisión que tomen los personajes dentro de la trama.
Esto servirá también en la ubicación de lugares resueltamente rechazados o elegidos por
un escritor, conllevando así a la concreción de las identidades que de allí se pueden
llegar a desprender, bien sea por las cualidades del espacio o del grupo social
protagonista.

La literatura vista desde de lejos, será junto con el atlas, la otra obra de Moretti en la
cual busca un entendimiento más preciso del lugar de la geografía dentro de la
literatura, esta vez más acentuado en lo visual. La obra en conjunto parece rebasar las
condiciones propiamente literarias de su crítica, sin embargo, esto se debe a la
flexibilidad que el autor cree necesaria al momento de abordar las inclinaciones más
modernas de la década del 2000 en las que los estudiantes universitarios parecen
preferir temas como el cine o el comic.

Para este caso remarcaremos sobremanera la importancia de la geografía de la trama, la


cual parece consolidarse como una expresión definitiva de la contemporaneidad, en la
que tanto los lugares (cada vez más definidos) como la globalización y el tiempo que
ahora esta demanda, parecen estar más cercanos y de alguna manera prestablecidos.
Esto iría de la mano con la sobreposición de diagramas (esto como un valioso
instrumento) que expliquen las relaciones reciprocas que llegan a darse dentro de la idea
de un lugar moderno, es decir, dentro de sus características, lo mejor posiblemente
definidas.

La geografía de la trama seria también esa medida en la espacialidad que alude a las
cualidades de un personaje dentro de una narración, así como a las delimitaciones que
por necesidad muestran sus espacios más cotidianos con relación a sus recorridos más
vivenciales, más vitales, esto nos permitirá seguir hablando de las formas ocultas que se
desarrollan en las relaciones espaciales de toda trama.

Hay que tener en cuenta que este enfoque no era la primera vez que se ponía en práctica
“En primera instancia debe reconocerse que el giro dentro de la geografía cultural ya se
había producido a partir de los años sesentas del siglo XX, cuando, de acuerdo a
Fernández-Christlieb (2008), operó el tránsito de un estudio centrado en grandes
colectividades a uno centrado en los sujetos productores de cultura y ligados al espacio
(Bassols, 2017, p.9). Esto comporta cambios irreversibles pues desde ahí surge el sujeto
en literatura. La forma en que se iban acercando las labores del creador de relatos y del
geógrafo eran evidentes, aunque se intentaba reducir su juicio a una simple agudeza en
la forma de representación que el literato es capaz de percibir en el paisaje.

Entonces llegaría James Kneale para rescatar el papel del texto literario como
herramienta geográfica y más aún como parte integrante de ciertos análisis geográficos
cuya existencia solo es posible gracias a la ficción de una buena trama literaria. Bassols
(2017) afirma: “En este sentido, después de las aportaciones iniciales de Marc Brosseau,
quien insistía en profundizar en cómo una novela genera su propia geografía, se produce
un vacío en el análisis propiamente geográfico, que durará varios años. Las narrativas
literarias se van a convertir en materia de investigación geográfica, pero ello se
producirá al iniciar el siglo XXI. Además de Moretti, otro de sus impulsores va a ser
James Kneale” (p.9). El Departamento de Geografía de la University College London
(UCL) fue una de las instituciones que desde la isla del reino unido impulso el estudio
del espacio dentro de las características de la novela; sumado a la flexibilidad que
añadieron las corrientes geográficas postmodernas.

Kneale definitivamente sentó bases tan importantes en esta orientación tomada desde las
preocupaciones de la disciplina geográfica; esto a partir de preguntas tan importantes
sobre el cómo la literatura puede ser abordada como tema de estudio por parte de la
geografía. En suma, se trataría de esa representación de la realidad y del espacio que la
literatura esta en capacidades de ofrecernos. Para Kneale existen tres perspectivas
generadas a partir de los relatos que intentan expresar la realidad.

Relatos de viaje, crónicas, diarios, estos estarían dentro del primer grupo y nos hablarían
de aquellas características espaciales que abren un espacio a las costumbres, tradiciones,
folclor, en fin, todos los rasgos que representan un pueblo en general. El siguiente grupo
seria aquel que busca un reconocimiento más cercano a la realidad y con esto un mayor
componente de posición y crítica social. El tercero estaría conformado por las obras
literarias que intentan relacionarse con algunos componentes de la realidad pero que
buscan ir siempre más allá, rebasándola para incrementar el interés propiamente literario
de dichos relatos.

La geografía en el texto es muy reveladora nos dirá el autor, esta denota el enfoque y la
tendencia particular que mueve los intereses del autor, que pueden convertirse en los
móviles de un momento especifico del lugar narrado, cierta recurrencia a los lugares
comunes o privados ayudara a la comprensión por ejemplo de un espacio urbano, de
igual manera que el desarrollo de elementos de la geografía física pueden servir a la
hora de expresar los rasgos específicos que nos acercan a un relieve en particular.

Este tipo de rumbos marcan las posibilidades de analizar una geografía que no solo
surge desde las condiciones de un espacio fijo sino también desde las condiciones que
por naturaleza constructiva se han ido configurando desde la simple movilidad dentro de
un espacio definido, de allí resulta que aspectos tan básicos como las acciones de los
personajes y el efecto que estas producen, generando ambientes, despertando
sensaciones comprendiendo el significado que su vivencia les transmite sean
determinantes en la función geográfica que se les ha pretendido atribuir en este tipo de
estudio.

Bibliografía

Bassols, M. (2017) Geografía de una novela, Sociedad y Ambiente, núm. 12, noviembre
de 2016-febrero de 2017, (p.31-59)

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