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En esta clase, nos vamos a ocupar del planteo realizado por el

lingüista suizo F. de Saussure (1857-1913), una figura fundamental de la


lingüística del siglo XX, cuya obra no sólo otorga a esta disciplina un
estatuto científico, -le confiere un objeto, un método y le asigna un puesto
entre las ciencias-, sino que además inaugura una forma de trabajo y
señala el camino hacia un campo más general y abarcador: la ciencia que
se ocupa de los sistemas de signos.

Saussure y la constitución de una lingüística autónoma: punto de


vista y constitución del objeto. Dicotomías.

El Curso de Lingüística General

Este Curso de lingüística General, se basa en el contenido de 3


cursos dictados por Saussure en Paris y la Universidad de
Ginebra. Este sería editado y publicado por sus discípulos
Bally y Sechehaye luego de su muerte.

La lingüística pre-saussureana había pasado por tres etapas:

1. La primera etapa es la la "gramática normativa" de la antigüedad, cuyo


objetivo era separar las formas "correctas" de las "incorrectas".

2. La segunda, empieza a desarrollarse en el siglo XVIII, ésta fue la etapa


de la Filología, liderada por Wolf. El interés de la Filología radicaba
en fijar, interpretar y comentar textos convirtiéndose sus investigaciones
en la base de la lingüística histórica, pero se trata de un enfoque que se
olvida de la "lengua viviente" por poner el acento y el foco en los textos
escritos.

3. La tercera etapa empieza cuando se descubre que las lenguas


pueden compararse sistemáticamente. Este descubrimiento da origen
a la "Gramática Comparada": Franz Boop advirtió que era posible fundar
una ciencia que estuviera destinada a explicar una lengua a partir de las
formas de otra. Sin embargo, a pesar de sus méritos, la escuela
comparatista nunca determinó cuál era su objeto de estudio.
En este contexto comparatista, surge la escuela de los
neogramáticos, en su mayoría académicos alemanes que
colocaron los resultados de las comparaciones en una perspectiva
histórica demostrando que las lenguas cambian y que ese cambio se
relaciona con el espíritu colectivo de las comunidades de habla.

Ninguna de estas tres etapas logró, no obstante, conformar una ciencia de los
hechos de la lengua, y es en este punto precisamente donde se
encuentra el corte epistemológico promovido por Saussure:
mientras que los presaussureanos trabajaban con "las lenguas"
Saussure, discípulo de Bopp y de Paul, en medio de una tradición
positivista, intenta ordenar ese caos a través del estudio ya no de "las
lenguas" sino de "la lengua", más específicamente, del
mecanismo de funcionamiento de la lengua.

Es así como, entonces, Saussure toma una postura diferente respecto de


todo lo que había aprendido: desde los conceptos teóricos hasta la metodología
y terminología.
Plantea una duda radical y advierte que en los estudios lingüísticos pre-
saussureanos no hay un objeto definido que se preste a la observación y al
análisis, sólo hay referencia a un fenómeno sumamente complejo que entraña
procesos físicos, fisiológicos, psíquicos y psicológicos, libertad individual y
coerción social, cambio y estabilidad: el lenguaje, y dada su complejidad no es
apto para la clasificación o descripción; por lo tanto el primer planteo científico
es hacer distinciones guiado por estas preguntas:
¿cuál es la naturaleza del hecho lingüístico?, ¿cuál es la realidad de la
lengua?, ¿es verdad que no consiste más que en el cambio? Pero ¿cómo,
aun cambiando, sigue siendo ella misma en tanto siempre hay algo que
permanece?, ¿en qué reside, entonces, esa identidad?, ¿cómo funciona
entonces y cuál es la relación sonido-sentido?, ¿cuál es la realidad intrínseca de
la lengua?

Estas preguntas no sólo disparan todo el cuerpo de definiciones de la


teoría sino que también le permiten situar cada elemento en la red de
relaciones que lo determina y plantear que un dato sólo existe en virtud del
punto de vista que adoptemos y en virtud de la definición que le atribuyamos.

El objeto de estudio

El primer paso para empezar a responder estas preguntas es definir la


materia y el objeto de la lingüística.

Tulio de Mauro, señala:

La lengua, para Saussure, no es la cosa que la lingüística estudiaría con exclusión de toda otra,
sino algo muy diferente, a saber, el obiectum, el fin al que tiende dicha investigación: ésta
partiendo de todo lo que, en una forma u otra, puede ser denominado 'lingüístico' y, reelaborando
críticamente el análisis subjetivo del hablante, debe llegar a reconstruir el sistema
lingüístico al que tiende dicha investigación que actúa en una determinada situación histórica.
La totalidad de los hechos calificables como 'lingüísticos' constituye la materia; la lengua
como sistema formal es el objeto. En realidad, la lingüística tal como la concibe Saussure,
no desdeña ningún tipo de consideración (psicológica, sociológica, fisiológica, estilística) de
los hechos lingüísticos, y se plantea solamente el problema permanente de coordinar la
pluralidad de consideraciones en la unidad de un fin específico, a saber la reconstrucción del
sistema de valores que hace que una entidad lingüística sea tal unidad lingüística determinada
Saussure piensa en el carácter esencialmente universal del habla humana. Así, a su
juicio, las tareas de la lingüística son:

1) hacer la descripción y la historia de todas las lenguas que pueda;


2) determinar qué factores inciden en la lengua;
3) definirse ella misma como ciencia.

Con respecto a la lingüística, ésta crea su objeto a partir de su propio punto


de vista: ya que los aspectos en los que puede ser considerado el lenguaje, dada su
complejidad, parecen innumerables e inabarcables.
Saussure implícitamente destaca que los fundamentos de la lingüística servirán de base
para el estudio de toda lengua, postula entonces el atributo fundamental que
distingue a la Lingüística de las otras ciencias: Lejos de preceder el objeto al punto de
vista, se diría que es el punto de vista el que crea al objeto.
Este postulado no sólo constituye la primera operación metodológica de la teoría
saussureana sino que se instituyó en el postulado metodológico fundante de
la posibilidad de constituir, a partir de fenómenos circunscriptos en el dominio
del lenguaje, teorías lingüísticas.
Este postulado permite, además, dimensionar la enorme complejidad del lenguaje
en cuanto a la diversidad de hechos lingüísticos que involucra, entre los que se destacan
fenómenos como los siguientes:

1) Los sonidos son articulados por el aparato fonador y percibidos por el oído.
2) Los sonidos se corresponden con ideas, y de este modo se forma una unidad
fisiológica y mental, de sonido y de significado.
3) El lenguaje tiene un lado social y un lado individual, porque pertenece a toda
una comunidad y, también, porque cada uno de los hablantes en particular lo
conoce y lo tiene, para decirlo de alguna manera, internalizado en su mente.
4) El lenguaje supone, a la vez, un sistema en un tiempo determinado
(por ejemplo, el español bonaerense de fines del siglo XX) y una evolución
previa (que en el caso del español se remonta al latín vulgar y, aún más atrás
en el tiempo, a un hipotético indoeuropeo). En suma, el lenguaje es en
cada momento una institución actual y un producto del pasado.
Entonces como es "el punto de vista el que crea el objeto", Saussure considera que es
imprescindible que la lingüística se defina como ciencia, estableciendo con claridad
cuál es su objeto de estudio: Saussure impone la primacía del punto de vista como
criterio metodológico. La perspectiva es el comienzo de delimitación del objeto de
estudio.

Operaciones epistemológicas de Saussure para constituir el objeto de estudio de la


Lingüística.

1. La primera operación epistemológica fue separar la lengua del lenguaje,


descartar al lenguaje por la multiplicidad y heterogeneidad de los hechos
que involucra y ubicarse entonces en el terreno de la lengua. El punto de
vista saussureano es el de la lengua: la novedad saussureana consistió en
considerar a la lengua como un sistema formal de signos.

Dentro de este apartado, vale aclarar las implicancias de considerar a la lengua


como un sistema.
Cada una de las unidades de un sistema se define por el conjunto de relaciones
que sostiene con las otras unidades, por las oposiciones en que participa, por las
diferencias que sostiene con el resto de las unidades y por las negatividades, es decir por
ser lo que las otras unidades no son.
Entendemos por oposición: que determina la distinción; para percibir en cualquier
campo una oposición se tiene que percibir algo de una identidad para poder ver luego la
diferencia. Por ejemplo si yo tomo los signos que forman la palabra pero y perro
y los comparo, me doy cuenta de sus características y diferencias por la
oposición entre ellos, pero si los tomara por separado esto pasaría
desapercibido. ¿Por qué? Porque sólo son relevantes, distintivos, significativos
aquellos rasgos que establecen distinción. Así, la diferencia entre ambas
entidades no se encuentra en el aspecto material, sustancial, de los sonidos,
sino en lo que los diferencia, sobre un punto teórico que es la base de toda la
teoría. Esta oposición le otorga entidad a cada unidad del sistema. Por ejemplo,
si hablamos de una calle, la calle Cordoba y la modificaramos totalmente,
¿PODRÍAMOS DISTINGUIRLA Y LLEGAR A ELLA? Si, porque aunque su
materialidad cambió (su forma) por la oposición con las otras calles que las
rodean (las otras unidades del sistema) me doy cuenta que en ese lugar esta la

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calle Cordoba, gracias a la organización del sistema que es mayor que cada
unidad.
Entonces, podemos concluir que cuando hablamos de sistema, en la realidad
lingüística debe buscarse en oposiciones y relaciones que se establecen
en el marco de una organización mayor. El planteo saussureano se
sostiene sobre el principio de sistematicidad: es ante todo el sistema el que hay
que deslindar y describir.

De este modo se abandona la idea de que los datos de la lengua valen por sí
mismos y son "hechos" objetivos susceptibles de ser considerados
aisladamente. Las entidades lingüísticas no se dejan determinar más que
en el interior del sistema que las organiza y las domina, y las unas en
relación con las otras. No valen sino en tanto elementos de un
sistema. Por lo tanto es el sistema el que hay que deslindar y describir. La
noción positivista de "hecho lingüístico" es sustituida por la de relación, ya
no se considera cada elemento en sí, sino como parte de un conjunto. MUY
IMPORTANTE!!!!

2. Las segunda operación epistemológica de Saussure será el planteo


de las dicotomías (fundamentales en el desarrollo de su teoría). A +
B= C.

Lo primordial en la teoría saussureana, el principio que resume toda su


teoría es el hecho de que todo el mecanismo de la lengua gira en torno
y se define en términos dobles; todo lleva la impronta de la dualidad
opositiva: dualidad de sonido y de sentido, dualidad de lo formal y lo
material, dualidad de la identidad y la oposición.

Cada TÉRMINO extrae su valor del hecho de oponerse u otro. La ley de la


lengua es que nada puede residir en un solo término: así a es impotente para
designar a sin el socorro de b, a éste le pasa lo mismo sin el auxilio de a.
Ninguno de los dos vale más que por su recíproca diferencia.

La primera de estas dicotomías es la de Lengua versus Habla: encuentra uno


de sus fundamentos y su lugar teórico en el hecho de permitirle recortar y
delimitar definitivamente a la lengua como objeto de estudio.

La lengua es el sistema perteneciente a toda la comunidad lingüística, por


eso es de carácter social, está en la mente de todos los hablantes, la lengua es
mental. El sistema de la lengua no varía de un individuo a otro. Es, , una totalidad
en sí y un principio de clasificación.

El habla es la parte del lenguaje que pertenece exclusivamente al dominio


individual; es el uso del sistema (el uso de la lengua) en la interacción
cotidiana. Por su carácter efímero y variable de un caso a otro, tampoco puede
ser objeto de estudio de la lingüística.

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De Mauro señala el carácter de la distinción entre lengua y habla y cómo
debemos entender dicha relación.

La distinción entre lengua y habla tiene un evidente carácter dialéctico: la lengua es el


sistema de los límites dentro de los cuales se colocan y adquieren así, su
identidad funcional las significaciones y las fonías de los actos de palabra
individuales. Este sistema regula al habla, rige sobre ella, y en esto reside su única razón
de ser (sus límites, es decir, las distinciones entre un significado y otro); de tal suerte
que puede decirse que la lengua vive exclusivamente para regular al habla.
A través de un examen del habla podemos darnos cuenta de que la base para la
identificación de las significaciones o de las onías no reside en la realidad psicológica
o lógica de las unas o en la realidad fónica de las otras: puesto que
significaciones y fonías son, en cuanto tales, realidades individuales irrepetibles;
si podemos reconocer (como ocurre constantemente en el hablar) en dos fonías
diferentes, portadoras de significaciones diferentes, la realización de una misma
palabra, es porque se toma como fundamento de la identificación lo que
significaciones y fonías valen, es decir, su
'valor'. Dichos valores no están determinados por la realidad fónica de las fonías o
lógico-psicológicas de las significaciones y son, por consiguiente arbitrarios. Cada

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uno de ellos se determina por su relación con los otros, es decir que forman un
sistema.
Vale la pena agregar, que este sistema de valores significantes y significados no está
formado por materiales fónico-acústicos o lógico-psicológicos, sino que, al contrario,
es él lo que da forma en determinadas figuras, a dichos materiales: es,
pues, en este sentido, forma. Esta forma es abstracta desde el punto de vista de la
realidad perceptiva; es, en cambio, concreta, desde el punto de vista de la
conciencia de los hablantes, quienes se atienen a ella en su actividad verbal. Puesto que
la lengua, en tanto forma, deriva su validez de los hablantes y sólo de ellos, la
lengua es, precisamente en tanto forma, radicalmente social. La arbitrariedad del
signo es el principio prioritario en el ordo rerum: es la base en que se apoya el
edificio de la lengua en cuanto forma, la regla fundamental de todo posible juego
lingüístico; la distinción entre lengua como forma y habla, como realización es la primera
verdad a la que se llega una vez que se ha reconocido el carácter radicalmente
arbitrario del signo.

De este modo es como a través de un punto de vista, que en Saussure consiste en la


necesidad de describir los aspectos sistemáticos del lenguaje, se ha creado un
objeto de estudio, la lengua como sistema formal de signos. Muy importante!!!

La semiología
Dspués de haber fundamentado el objeto de la lingüística, Saussure reflexiona
sobre el lugar que ocupa la lengua en la vida social y la filiación de la
lingüística como disciplina.
Al plantearla como sistema de signos, Saussure halla el principio de funcionamiento de
la lengua en su carácter semiótico. Por él define su naturaleza, por él la
integra al conjunto de los sistemas del mismo carácter y le da un lugar de
preeminencia entre ellos.
A eso se circunscribe su dominio, dominio que además de la lengua comprende otros
sistemas homólogos a ella aunque, a su juicio, menos importantes: la escritura, el
alfabeto de los sordomudos, las formas de cortesía, etc.
Y es precisamente por ello que, para Saussure, lejos de integrarse a las
ciencias preexistentes, la lingüística forma parte de una ciencia que debe ser
construida, una “vasta ciencia de los signos” que se ocupará de los sistemas del
mismo orden en el conjunto de los hechos humanos: la Semiología.
De este modo, queda planteado el programa de la semiología como ciencia que
se fectivizará: se puede concebir una ciencia que estudie la vida de los signos en
el seno de la vida social. Tal ciencia sería parte de la psicología social y por
consiguiente de la psicología general. Nosotros la llamaremos semiología

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