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y China
18 marzo 2020
El nuevo coronavirus se convirtió en el último campo de batalla entre Estados Unidos y China.
La crisis sanitaria mundial por el covid-19 ha vuelto a evidenciar la tensa rivalidad entre las dos
superpotencias mundiales y dejado definitivamente atrás la aparente luna de miel tras su
acercamiento comercial.
Acuerdo EE.UU.-China: quién es el ganador de la guerra comercial entre las dos mayores
economías del mundo
"Transparente"
Esta última semana, una publicación en redes sociales chinas y extranjeras acaparó la atención.
"Podría haber sido el ejército estadounidense quien trajo la epidemia a Wuhan", manifestó
Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, el 12 de marzo.
La construcción de un hospital en 6 días y otras medidas de urgencia con las que China intenta
frenar el coronavirus
"¿El Chernóbil chino?": el virus que lo amenaza todo en el país asiático
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"¿Cuándo se registró el paciente cero en Estados Unidos? ¿Cuántas personas hay infectadas?
¿Cuáles son los nombres de los hospitales? Podría haber sido el ejército estadounidense quien
trajo la epidemia a Wuhan. ¡Sean transparentes! ¡Hagan pública la fecha! Estados Unidos nos
debe una explicación", señaló Zhao en Twitter.
El comentario, según apuntan medios como el diario hongkonés The South China Morning Post
(SCMP), parece hacer alusión a los Juegos Mundiales Militares, celebrados en Wuhan en
octubre con la participación de más de 100 países poco antes de que esa urbe se convirtiera en
la zona cero.
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Así se ve el coronavirus, según esta ilustración creada por los Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).
El Pentágono ha confirmado casos de coronavirus entre militares en Corea del Sur e Italia y se
prepara para que haya más casos, pero no se ha reportado ninguna enfermedad entre los
miembros que asistieron al citado evento, según publicó The New York Times.
Los comentarios del portavoz de la Cancillería china llevaron a que el Departamento de Estado
de EE.UU. llamara a consultas al embajador chino en Washington.
Pese a las quejas, el ministerio cerró filas en torno a las declaraciones de Zhao.
"En los últimos días, hemos visto numerosas discusiones sobre el origen del [virus que provoca
la enfermedad] covid-19. Nos oponemos firmemente a los comentarios infundados e
irresponsables realizados por altos funcionarios estadounidenses y miembros del Congreso
sobre esta cuestión para difamar y atacar a China", señaló otro portavoz de la Cancillería, Geng
Shuang, en rueda de prensa.
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Pese a que en un principio China no puso en duda el origen del brote en el país,
posteriormente referentes de su comunidad científica mostraron otra visión.
En enero, Gao Fu, director del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de China, dijo
que sabían que la "fuente del virus eran animales salvajes vendidos en el mercado" de
animales vivos de Wuhan.
"La gente no culpa al gobierno chino por el hecho de que el covid-19 apareciera primero en
China, les culpan por encubrirlo y ahora tratar de desviar la responsabilidad de cómo manejó la
epidemia desde el principio", señaló a BBC Mundo.
En febrero, los líderes chinos se enfrentaron a una oleada de críticas sin precedentes por su
gestión de la crisis, especialmente a raíz de que se conociera el caso del médico Li Wenliang.
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El médico Li publicó un foto suya desde su cama en el hospital en las redes sociales el 31 de
enero. Al día siguiente fue diagnosticado con covid-19.
Li, uno de los profesionales en primera línea de la epidemia, trató de alertar de la existencia de
esta nueva cepa a sus compañeros, pero fue silenciado por la policía, que le acusó de difundir
información falsa.
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que advirtió sobre el nuevo coronavirus
Otra "teoría"
Otros expertos consultados por BBC Mundo también consideran que los comentarios del
portavoz de la Cancillería culpando al ejército estadounidense son una clara respuesta a otras
teorías de la conspiración impulsadas desde la primera potencia mundial.
Es el caso del senador estadounidense del Partido Republicano Tom Cotton, quien en febrero
insistió a través de diversos canales que el virus podría haberse originado en un laboratorio de
bioseguridad de Wuhan, una hipótesis refutada tajantemente por los científicos.
La comunidad científica parece estar de acuerdo en que el virus cruzó la barrera de las
especies, de animal a ser humano, en uno de los mercados de Wuhan.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que pese a que el recorrido exacto que
hizo el virus hasta saltar a los humanos aún no está claro, el SARS-CoV-19 "no era conocido
antes del brote que comenzó en Wuhan, China, en diciembre de 2019".
"El virus chino"
La última de ellas por parte del propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien en
un tuit el lunes se refirió al patógeno como el "virus chino".
La OMS recomienda no vincular un virus con una zona en particular o grupo, para evitar
estigmatizar a un colectivo.
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Trump se refirió al nuevo coronavirus como el "virus chino", poco después de los comentarios
de la Cancillería del país asiático.
Los medios oficiales del país asiático, que estos días resaltan el éxito de China en la lucha
contra el covid-19 y la ayuda que Pekín ofrece y está ofreciendo a otras naciones afectadas,
fueron más allá y tildaron las declaraciones del mandatario de "racistas y xenófobas".
Para los observadores de la política china, "este juego geopolítico de atribución de culpas es
una carrera hacia el abismo", en palabras de Bonnie Glaser, sénior para Asia y directora del
Proyecto el Poder Chino del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).
"Ambos países están jugando en su propio detrimento, en lugar de unir fuerzas para vencer a
un enemigo común que no reconoce fronteras políticas ni geográficas", subrayaba por su parte
Yonden Lhatoo, editor jefe de Noticias del diario hongkonés SCMP.
Para Glaser, además, es un disputa que resulta peligrosa, pues dificulta aun más que ambos
países gestionen adecuadamente los problemas de su relación, como sus diferencias
comerciales, lo que tendrá inevitables consecuencias para el resto del mundo.
"[Una competencia estratégica intensificada entre ambos] aumentará la presión sobre otros
países para que elijan entre Estados Unidos y China. La acritud actual hará que un incidente
militar sea más difícil de manejar", sentencia.
Lejos de calmar los ánimos, el gobierno chino lanzó otra "bomba" este martes: la expulsión de
China de los periodistas de nacionalidad estadounidense de tres periódicos de referencia de
ese país (The New York Times, The Washington Post y The Wall Street Journal), tanto del
continente como de zonas con mayores libertades como Hong Kong, donde suelen tener base
organizaciones que no pueden hacerlo en el continente chino (como ONG en defensa de los
derechos humanos).
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La medida -insólita en cuanto a la escala- responde, según Pekín, a las limitaciones que
Washington impuso sobre el número de ciudadanos chinos que pueden trabajar para medios
estatales, controlados por el gobierno, en EE.UU.
Una decisión que la Casa Blanca anunció después de que el ejecutivo de Xi Jinping echara a
tres reporteros del Wall Street Journal.