Está en la página 1de 34

Enoch de Oliveira

Iglesia
la

Adventista
frente al movimiento

Enoch de Oliveira

Digitalizado por IMERMERA

ASOCIACIÓN CASA EDITORA SUDAMERICANA


Av. San Martín 4555, Bl604CDG Florida Oeste
Buenos Aires, República Argentina
Diseño del interior y de la tapa: N elson Espínoza
Ilustración de la tapa: Shutterstock

IMPRESO EN LA ARGENTINA
Printed in Argentina

Tercera edición
MMXI-1,5M

Es propiedad. © 1976 Asociación Casa Editora Sudamericana.

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.

ISBN 978-987-567-814-9

Oltveíra, Enoch de
La Iglesia Adventista frente al movimiento carismático - 3 a ed. - Florida:
Asociación Casa Editora Sudamericana, 2011.

32 p.: 20x 14 cm.


ISBN 978-987-567-814-9
1. Iglesia Adventista. I. Titulo.
CDD 286

Se terminó de imprimir el 08 de septiembre de 2011 en talleres propios (Av. San Martín


4555, Bl604CDG Florida Oeste, Buenos Aires).

Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto, imágenes y diseño),


su manipulación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia u
otros medios, sin permiso previo del editor.

-104632-

2 IMERMERA
Tabla de Contenido

Introducción 4

1. El movimiento carismáticocomo fenómeno


religioso popular en Sudamérica 5

2. Tres peculiaridades
del movimiento pentecostal 12

3. Cómo tratar con ellos 21

4. La respuesta adventista ; 24

Referencias 28

Bibliografía 30

IMERMERA

3
Introducción
El presente trabajo trata acerca del fenómeno actual de la glosolalia y
la posición de la Iglesia Adventista frente a ella.
Mi propósito es presentar un estudio objetivo del problema en el con-
texto de la realidad que se vive en Sudamérica, territorio en el que resido
y trabajo:
La figura de un hombre que duerme tranquilamente, cubierta su cabeza
con un gran sombrero mejicano, se emplea frecuentemente para describir
a los latinoamericanos como gente libre de cuidados. Pero esta imagen
amodorrada ya no revela correctamente la realidad iberoamericana.
Sudamérica está atravesando una etapa deviolentos cambios sociales,
como resultado de una sorprendente y repentina revolución industrial y tec-
nológica. Estos cambios han precipitado la aparición febril y tumultuosa de
doctrinas políticas, sociales, económicas y religiosas. Vivimos en la época
de una gran guerra ideológica. Los modernos y multiformes "ismos" salen
a la lucha para conquistar a las masas. En las instituciones de enseñanza
superior los estudiantes reciben la influencia del humanismo, el existencia-
lismo, el freudismo y el transformismo. En los sindicatos se adoctrina a los
obreros en la filosofía del marxismo y en la dialéctica emparentada con él.
En el campo de la religión, presenciamos una vigorosa campaña prose-
litista enla cual están empeñados grupos religiosos heterogéneos. Las mis-
mas iglesias que en otros países están dando cada vez menos importancia
a la obra misionera, aquí son muy activas en hacer discípulos.
En este agitado conflicto de ideas, merecen especial análisis los grandes
logros alcanzados por el movimiento carismático, sus métodos, su teología,
y la respuesta adventista a sus pretensiones.

* Nota del editor: La presente obra fue publicada originalmente en el año 1976, cuando el
autorvivía y trabajaba enSudamérica. Actualmente descansa enel Señor, aguardando la bendita
esperanza de la resurrección.

4
Capitulo 1

El movimiento carismático como


fenómeno religioso popular en
Sudamérica
Hoy día, el movimiento carismático constituye una compleja realidad. Un
examen superficial y parcial relaciona inmediatamente este movimiento con
el fenómeno de la glosolalia, delfanatismo religioso y el fervor sectario. Sin
embargo, este movimiento tiene un significado más amplio. Implica más que
el mero hablar en lenguas o laexcitación mística. Tiene profundo significado
teológico, histórico y social.
El movimiento tuvo su fase inicial cuando presentó una cruzada desantifi-
cación en las iglesias establecidas. Inmediatamente después vino lasegunda
fase, cuando sus integrantes rompieron con las iglesias establecidas para
formarnúcleos eclesiásticos independientes como sectas separadas. Esta
ruptura ha sido definida por algunos historiadores como latercera reforma.
De un libro escrito por Ignacio Vergara, citamos el siguiente párrafo:

"Era un tipo de'reforma' dentro dealgunas de las iglesias


tradicionales que habían perdido en parte suvitalidad interna.
Ya hemos dicho que losmetodistas nacieron de una deestas
'reformas' (la segunda); a la otrapor antonomasia selallamó
la Reforma del siglo XVI (la primera)".'

Luego, en una tercera etapa, el movimiento pentecostal pasó por un


proceso evolutivo en el cual la mayoría de las comunidades pentecostales
obtuvo finalmente una categoría eclesiástica equivalente a la de las otras
iglesias establecidas. Fueron evolucionando gradualmente desecta a iglesia,
sin perder su fervor y sentido de misión.
Hay aún una cuarta etapa. En nuestros días, el movimiento pentecostal
invade abiertamente las iglesias que representan elprotestantismo histórico
-luteranos, bautistas, metodistas, presbiterianos, etc.- ytambién laIglesia
Católica. En estacuarta fase, hallamos divorciado al pentecostalismo de su
tradición sectaria. Ahora aparece en algunas delas antiguas denominaciones

5
históricas. En lugar de permanecer como un grupo religioso separado, lo
hallamos implicado en el "ecumenismo", asociado con estas denominacio-
nes. Al comentar estafase, John A. MacKay afirmó:

"La fuerza que parece estar haciendo la mayor contribu-


ción al reavivamiento cristiano actual alrededor del globo es
el pentecostalismo. Este movimiento, que comenzó hace ya
varias décadas, y que en sus primeros años fue de carácter
muy sectario, ahora seestá volviendo ecuménico en elsentido
más profundo. Últimamente ha aparecido un neopentecos-
talismo que incluye a muchos millares de católicos [...]. Ha
comenzado una nueva era del Espíritu. La experiencia caris-
mática lleva a los cristianos mucho más allá de la glosolalia
[...[. Hay luz en el horizonte. Un renacimiento evangélico se
está haciendo visible a lo largo de la vía cristiana desde las
fronteras de las sectas hasta el elevado asiento de la comu-
nión católico-romana. Este parece ser uno de los momentos
más estratégicos de la historia de la iglesia"."

Para los que forman parte de este movimiento, se trata de un retorno


al cristianismo primitivo, de un reavivamiento del pueblo de Dios, mediante
el cual hombres y mujeres se están preparando para la venida de Cristo;
de una reforma de la iglesia en momentos en que se está ahogando en el
institucionalismo."
Para otros, es un fenómeno psicológico fácilmente explicable motivado
por lastensiones, la angustia y las ansiedades en medio de las cuales vive
el hombre en el mundo moderno.'
Para nosotros, el movimiento carismático constituye un sutil esfuerzo
de Satanás para engañar "si fuere posible, aun a los escogidos"." Por los
escritos delEspíritu de Profecía sabemos que habrá un reavivamiento falso
antes que venga un genuino reavivamiento del pueblo de Dios que prepare
a la iglesia para terminar la tarea.

"Antes que llegue el tiempo para que se produzca tal rno-


vimiento, [Satanás] tratará deevitarlo introduciendo una falsa
imitación. Hará aparecer como que la bendición especial de
Dios esderramada sobre las iglesias que pueda colocar bajo

6
su poder seductor; allíse manifestará lo que se considerará
como un gran interés por lo religioso. Multitudes se alegra-
rán de que Dios esté obrando maravillosamente en su favor,
cuando, en realidad, la obra provendrá de otro espíritu. Bajo
un disfraz religioso, Satanás tratará deextender su influencia
sobre el mundo cristiano"."
Satanás "a algunos los engaña de una manera; y a otros,
deotra. Tiene diferentes seducciones preparadas para afee-
tar diferentes mentalidades. Algunos consideran con horror
un engaño, mientras que reciben otro confacilidad. Satanás
seduce a algunos con el espiritismo. También viene como
ángel de luz y difunde su influencia sobre la tierra por medio
defalsas reformas. Las iglesias sealegran, y consideran que
Dios está obrando en su favor de una manera maravillosa,
cuando setrata de losefectos de otro espíritu. La excitación
se apagará y dejará al mundo y a laiglesia en peorcondición
que antes".'

Los adventistas han sido claramente amonestados acerca deesta forma


seductora de engaño.

Avances asombrosos
En los últimos años, como hemos visto un crecimiento fenomenal
del movimiento carismático en Sudamérica. Su magnitud sobrepasa a
la de todo otro movimiento religioso de la historia de la iglesia desde la
Reforma del siglo XVI.8 Se calcula que los seguidores de este movimiento
constituyen entre el 80% y el 85% de las fuerzas protestantes en l.ati-
noamérica. Naturalmente, no incluimos en este porcentaje a los millares
que permanecen dentro de las iglesias establecidas, pero que creen en
el fenómeno carismático y tratan de poner en armonía los ideales de este
con su propia fe y sus creencias tradicionales.
Aunque el movimiento ha estado en existencia durante alrededor de un
siglo, solamente en las últimas décadas comenzó la"explosión pentecostal".
Alan Walker, conocido en todo el mundo como notable evangelista, dice en
su libro Breakthrough -Rediscovery of the Holy Spirit:

7
"La Iglesia Pentecostal en Sudamérica se ha convertido
en la iglesia de crecimiento más rápido en todo el mundo
[...]. En Chile, desde 1930el pentecostalismo ha doblado su
feligresía cada diez años".?

En 1909 un médico misionero norteamericano que se hallaba en Chile,


el Dr. Willis C. Hoover, se interesó en los dones del Espíritu Santo y en el
fenómeno de hablar en lenguas que se había manifestado en su iglesia.
El Dr. Hoover pronto recibió órdenes de las autoridades de su iglesia para
que regresara asu patria. Sin embargo, apoyado porsu congregación, senegó a
obedecer las órdenes y fundó laprimera Iglesia Metodista Pentecostal deChile.
Su pequeña congregación tardó veinte años en ganar a los primeros
10.000 miembros, pero estos se multiplicaron en una forma tan rápida en
las siguientes décadas que para 1970 había unos "750.000 miembros con
1.350 iglesias y 120 pastores. Cada año crece a un ritmo asombroso"."
Actualmente, la Iglesia Metodista Pentecostal de Chile cuenta con más de
dos millones de miembros.
En contraste con este crecimiento galopante, observamos un melan-
cólico estancamiento en la denominación madre, la Iglesia Metodista, que
ellos abandonaron, la cual en 1970 tenía apenas unos 6.000 miembros en
ese país y hoyes casi inexistente."
Este movimiento religioso también tuvo un crecimiento notable en el
Brasil. En 1930, representaba el 9,5% de la población protestante; en 1958
alcanzaba el 55%; en 1964constituía el 73,6% detodos losprotestantes de
ese país." Aunque actualmente no hay datos confiables sobre el pentecos-
talismo en el Brasil, seestima que lospentecostales representan alrededor
del 80% deltotal de la población protestante del país.
En otros países sudamericanos, la Iglesia Pentecostal y otros grupos
religiosos que abarca el movimiento carismático, están creciendo casi con el
mismo vigor que en Brasil y en Chile. Sin embargo, en toda Sudarnérica este
crecimiento cuantitativo no va acompañado por un crecimiento cualitativo
y orgánico equivalente.

Por qué tienen éxito

La siguiente parábola presentada en Pensamiento Cristiano ilustra hu-


morísticamente las razones del éxito pentecostal:

8
"Había una pequeña ciudad con cinco iglesias. Cuatro de
ellas eran de las así llamadas iglesias históricas. Pero la más
pequeña, lamás pobre, era pentecostal. Las iglesias históricas
tenían hermosos edificios, congregaciones respetables y degen-
te acaudalada, y pastores que ostentaban títulos académicos.
"La Iglesia Pentecostal reclutaba a sus miembros entre
el elemento más pobre de la ciudad; el pastor no era muy
instruido y su templo era una casa vieja. Los servicios de
cultode las otrasiglesias eran formales, solemnes, rituales,
elegantes, ortodoxos y fuera del alcance de toda crítica en
su forma. La mejor gente de la ciudad asistía a ellos.
"Las reuniones de la Iglesia Pentecostal eran ruidosas,
tumultuosas, desordenadas y demasiado largas. Asistía a
ellas la gente más pobre.
"A pesar de todo, los cinco pastores colaboraban en-
tre si y se reunían regularmente para celebrar reuniones de
oración. En esas reuniones el pastor pentecostal siempre
era el 'hermano pobre'. Sencillamente vestido, tímido, muy
humilde, sequedaba deslumbrado porlaconversación desus
compañeros de ministerio que usaban palabras que éljamás
podría entender: 'deontología', 'apologética', 'escatología',
'demitologización', 'hagiógrafos' y muchas más.
"Se desquitaba hablando en lenguas, que losotrospodían
comprender menos aún.
"Cierto día llegó a laciudad un ingeniero católico muy rico
que acababa de sufrir una gran tragedia familiar.
"Cada ministro trató de ganarlo para su iglesia, usando
las mejores técnicas ecuménicas que conocía. Hubo 'diálogos
de alto nivel', 'conciertos conferencias' (lecture concerts),
'charlas sobre ética sexual', 'comentarios conciliares y pos-
conciliares', 'problemas de laiglesia en América', 'la discrimi-
nación racial en Rodesia y elevangelio', 'la guerra en Vietnam'
y muchos otros temas, todos ellos de escasa importancia
real. El ingeniero asistía a todas las reuniones, asentía con
la cabeza y saludaba a todos muy cortésmente.
"Finalmente el ministro pentecostal juntó valor para invi-
tarlo a su tumultuosa iglesia. Los otros cuatro ministros se

9
tomaban la cabeza horrorizados. ¿Cómo podría ir allíel inge-
niero? ¿Qué pensaría de los evangélicos? ¡Él, un intelectual,
graduado en la Universidad de Milán, un hombre de mundo,
un millonario!
"¿Lo creerían? Sucedió. El ingeniero llegó a ser pente-
costal. Y plenamente convertido también, con lágrimas de
gozo y gritos. Ninguno de los otros, con todas sus buenas
intenciones, pudo hacer lo que hizo ese pobre pastorcon la
oración ferviente y una fe tremenda, gigantesca, monumental.
"Ahora elingeniero esmiembro deesa pequeña iglesia. Su
diezmo es tan grande que el ministro se ha podido comprar
una camioneta. Mientras tanto, los otros ministros siguen
hablando acerca de 'Jesús enel movimiento obrero', o 'hacia
una mejor comprensión entre León X y Lutero"."

Mientras losministros de las iglesias históricas seocupan decuestiones


concernientes al evangelio social y al pensamiento teológico contemporá-
neo, lospastores pentecostales están dedicados, a su propia manera y con
sorprendente entusiasmo, a proclamara Cristo y los dones del Espíritu.
La estrategia misionera pentecostal no gravita solamente en torno de
las actividades profesionales del ministro, sino que es también responsa-
bilidad y privilegio de todos los creyentes, que son animados a proclamar
públicamente su fe dando testimonio en las esquinas de las calles.
Cuando los ministros y los dirigentes del Movimiento Pentecostal Sud-
americano fueron entrevistados para que dieran a conocer lasrazones del
crecimiento de su iglesia, declararon:

"Creemos que se debe a que nosotros predicamos al


aire libre. Noesperamos hasta que la gente se interese en ir
a la iglesia. Nosotros vamos a ellos para interesarios. Todo
aquel que use este método también vaa crecer. Los hombres
están interesados en lo que nosotros mismos hemos expe-
rimentado. Nosotros les decimos cómo Cristo nos ayudó y
nos sanó. Hablamos de la vida victoriosa y describimos el
gozo que sentimos. Cantamos himnos alegres que confirman
nuestras palabras. Cuando enseñamos a los hombres que
Dios prometió hacer lo mismo por todo aquel que lo pida,

10
muchos de ellos encuentran a Dios. En la reunión siguiente
están con nosotros para dar su testimonio"."

Si la iglesia se propone completar su misión de evangelizar a toda cria-


tura, debe estar dispuesta a librar a sus miembros deltrabajo relacionado
con la "súper organización" de sus departamentos y exhortarlos a salir a
la calle como los pentecostales y a dedicar más tiempo a representar a
Cristo en la comunidad.
El problema que estáagobiando a muchas iglesias evangélicas -y aquí
incluimos también a la nuestra- es que estamos demasiado ocupados
organizando nuestros planes de acción en lugar de estar agonizando por
las almas como los pentecostales. Esto no debe interpretarse como argu-
mento en contra de nuestro programa eclesiástico, sino como llamado a la
iglesia para tomar una parte más activa en la difusión del mensaje por todo
el mundo. Melvin L. Hodges estaba en lo cierto cuando dijo en el Congreso
de Evangelización celebrado en Bogotá, Colombia:

"Una iglesia cristiana puede ser una gran bendición cuan-


do proporciona a loshermanos un lugar donde pueden unirse
para renovar su fuerza espiritual y recibir nueva inspiración
para servira un mundo necesitado de Dios. El mismo edificio
puede servir como prisión de laiglesia cuando sus miembros
sucumben al espíritu de aislamiento L..]' Es necesario sacar
a los miembros de sus iglesias y ponerlos en las calles, en
los suburbios, en las escuelas, en las universidades, en los
grandes edificios urbanos y en los centros comerciales"."

En síntesis, podríamos decir que el éxito del movimiento carismático


se basa en el sistema usado por la iglesia durante la edad apostólica: el
evangelismo personal, todos los días, en todas partes.
Este es el modelo que la iglesia necesita recuperar.

11
Capítulo 11

Tres peculiaridades del movimiento


pentecostal
l. Excesos en los cultos. Durante las tinieblas de la Edad Media, el
silencio caracterizó el culto de la iglesia. Los fieles, meros espectadores,
entraban en el santuario, se hacían reverentemente la señal de la cruz, y
asistían al imponente ritual litúrgico en actitud contemplativa. Solamente la
voz del sacerdote resonaba en el ámbito de la iglesia en contraste con el
taciturno silencio de los adoradores.
La Reforma, rompiendo con la tradición medieval, entre otras innova-
ciones, introdujo la participación de los fieles en el culto público. Lutero
definió su concepto del culto en forma clara y objetiva: "Dios nos habla a
nosotros a través de su Palabra, y nosotros le hablamos a él a través de la
oración y los himnos"."
Pero laparticipación de los creyentes en elculto, tal como fue restaurado
por Lutero, el genio de la Reforma, fue quedando gradualmente relegada a
un segundo lugar con el transcurso de los años.
Hoy, en latradición evangélica encontramos dos formas típicas deculto: la
luterana y lacalvinista. La primera es más estética y litúrgica. Lasegunda es
más austera y objetiva, alhacer hincapié en lamajestad deDios y lamagnitud
de su reino. Las otras iglesias evangélicas siguen a una o a otra de estas
formas clásicas de liturgia protestante. Sin embargo, en ambas tradiciones
evangélicas los adoradores actúan como espectadores pasivos. Siguen me-
cánicamente los movimientos determinados por el ritual mientras cantan y
oran. Pero elcorazón con frecuencia noparticipa en elservicio deadoración.
Para ellos, el culto no es una actitud de participación colectiva en la cual la
adoración seconvierte en expresión desu más profunda experiencia y deseo.
Rebelándose contra ese rígido formalismo y esa liturgia fría y vacía,
los pentecostales desarrollaron una forma de culto caracterizada por la
espontaneidad y la ausencia de inhibiciones. Un escritor pentecostal dijo
que un servicio de culto nunca se repite dosveces.
Sin embargo, esta espontaneidad frecuentemente degenera en desor-
den, manifestaciones histéricas, contorsiones corporales, gestos extáticos,
fuertes gritos, ruidos estridentes y excesos incontrolables.

12
La exuberancia de este culto concuerda con el temperamento latino
propio de un pueblo ardiente en su fe y emotivo para expresarla. Aquí halla-
mos otra razón del éxito de los movimientos carismáticos en Sudamérica.

¡Que Dios nos proteja de estos extremos!


Jesús vino para librar asu pueblo del yugo del formalismo va-
cío, pero nolollevó alotroextremo. Pablo escribió alos efesios:
"Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual
fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de
vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia,
y toda malicia"."

No contristemos al Espíritu Santo con gritos histéricos. Estas costum-


bres se justifican solamente en el culto de Baal.

"Y aconteció al mediodía, que Elías se burlaba de ellos,


diciendo: Gritad en alta voz, porque dios es; quizá está medi-
tando, o tiene algún trabajo, o vade camino; tal vez duerme,
y hay que despertarle; Y ellos clamaban a grandes voces,
y se sajaban con cuchillos y con lancetas conforme a su
costumbre, hasta chorrear la sangre de ellos"."

El creyente en Cristo en su angustia también clama a Dios, pero su clamor


es más el grito del alma que el estallido de algún deseo apasionado. "Pues
Dios no es Dios de confusión, sino de paz, como en todas las iglesias de
los santos [...l. Hágase todo decentemente y con orden".'?
Nosotros nopodemos repetir la experiencia de la iglesia corintia (l Coro
14:26-40), ni la espontaneidad pentecostal en la cual la participación del
adorador engendra desorden y confusión. Pero esnecesario que señalemos
con énfasis que el servicio religioso enel cual el adorador nohace más que
pararse, sentarse y escuchar, no representa exactamente el modelo del
Nuevo Testamento.

"Cada uno debe sentir que tiene una parte que desem-
peñar para hacer interesantes las reuniones del sábado. No
hemos de reunimos simplemente por formalismo, sino para
un intercambio de pensamientos, para relatar nuestra expe-

13
riencia diaria, para expresar agradecimiento y nuestro sincero
deseo de ser iluminados divinamente, para que conozcamos
a Dios y a Jesucristo al cual él envió",20

2. Uso y abuso de las emociones. Los pentecostales asignan gran


importancia a las emociones en laexperiencia religiosa. El fallecido educador
chileno José Gálvez, hablando acerca delaobra protestante en Chile, declaró:

"Estoy convencido de que los protestantes jamás alcan-


zarán el alma de los 'rotos chilenos', como allídenominan a
las clases más pobres. Los protestantes, con su fríadoctrina
moralista, jamás podrán tocar sus corazones",

Y añade:

"En los primeros días de nuestra historia llegaron los


católicos y con sus impresionantes ceremonias e imponen-
tes ritos lograron suscitaren ellos (los 'rotos') un profundo
sentimiento religioso, Pero todo esto ha pasado, Los 'rotos'
han vuelto a su condición primitiva"."

Sin embargo, donde las iglesias establecidas fallaron con su mensaje


intelectual, lospentecostales triunfaron con su predicación emocional. Con
su extravagante excitación mística conquistaron en forma abrumadora a
las masas urbanas.
¿Qué lugar ocupan las emociones en nuestra experiencia religiosa? ¿Hay
algo de malo en expresar sentimientos místicos? ¿Deberíamos dominar
nuestras emociones en nuestro culto a Dios?
Jesús noreprimió sus emociones cuando clamó ante laimpenitente Jeru-
salén y ante la tumba de su amigo Lázaro. Fue movido a compasión cuando
vio lasmuchedumbres que eran como rebaño sin pastor. Sin embargo, sus
emociones siempre estuvieron perfectamente controladas, y nunca cegaron
su razón y su conciencia,
En contraste con la actitud de Cristo, que dominaba sus emociones por
medio de la razón, tenemos la experiencia del adorador pentecostal. En su
arrobamiento místico es transportado a la cima de la excitación emocional
en la cual se manifiesta la pérdida del control consciente, En éxtasis es-

14
pasmódico trata de expresar su gozo místico, pero sus palabras salen en
torrentes, tumultuosos y desordenados, sin lógica ni sentido.
Estas extravagancias emotivas evidentemente no son manifestaciones
delEspíritu Santo, y aquel que seencuentra bajo la influencia de este poder
está equivocado cuando declara que no es responsable de su conducta
porque estaba bajo el control del Espíritu de Dios.
El Espíritu Santo obra en el hombre plenamente integrado: cuerpo, alma
y espíritu. Pero cuando las emociones asumen el control de la persona y
las actividades mentales y la voluntad llegan a quedar en estado latente,
como frecuentemente ocurre en el culto pentecostal, las manifestaciones
sobrenaturales no pueden considerarse como obra del Espíritu Santo. Ale-
jandro R. Hay escribió:

"Hemos visto pentecostalismo en el África donde han


ocasionado un gran estrago a ese pueblo emotivo. Muchas
congregaciones sehan dividido porello. Mientras estábamos
ministrando al remanente de una de esas congregaciones,
en lajungla, a unos veinte metros de distancia, el grupo que
había sido engañado por el pentecostalismo cantaba himnos,
bailaba y aplaudía alcompás que marcaban lostambores pa-
ganos. Había desaparecido el elevado nivel moral y espiritual
que se requería en la congregación que habían abandonado,
y se toleraban diversas clases de pecados. La emotividad
había tomado el lugar de la realidad espiritual. El Espíritu
Santo estaba entristecido yel Señor ya noestaba presente,
pero ellos estaban convencidos de que su emotividad era
manifestación de la presencia del Espíritu. Era un retorno a
lasformas paganas de culto"."

Las manifestaciones genuinas del Espíritu a través del creyente, están


sometidas en todo momento al control de la conciencia. Pablo dijo: "Oraré
con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el
espíritu, pero cantaré también con el entendimiento"." Para lospentecosta-
les, las obras del Espíritu Santo son producto de las emociones, pero para
nosotros las emociones pueden serun producto delaobra del Espíritu Santo.

15
Las emociones, y nuestra manera de evangelizar

Podemos comparar la conquista de un alma a la toma de una ciudad


amurallada. Esta muralla -que rodea el alma- está formada por los pre-
juicios, los malos hábitos, la ignorancia religiosa, la indiferencia espiritual,
las obligaciones sociales y familiares, etc. Pero en esta muralla hay cuatro
puertas. Sus nombres son: razón, sentimiento de necesidad, conciencia
moral y emoción. Estas son las cuatro puertas vulnerables de la defensa
de la voluntad. El evangelista, con la ayuda delEspíritu Santo, penetra en la
fortaleza del alma a través de alguna de estas cuatro puertas. Para mayor
seguridad en su misión, no debe descuidar su ataque a ninguna de ellas.
Elena de White escribe:

"Debemos tener más que una creencia intelectual en laver-


dad. Muchos de los judíos estaban convencidos de que Jesús
era elHijo deDios, pero eran demasiado orgullosos y ambiciosos
para entregarse. Decidieron resistir laverdad, y mantuvieron su
oposición. No recibieron laverdad en su corazón así como esen
Jesús. Cuando laverdad esconsiderada como laverdad única-
mente porlaconciencia; cuando elcorazón noesestimulado y
hecho receptivo, tan sólo lamente resulta afectada. Mas cuando
laverdad esrecibida como verdad porelcorazón, ha pasado por
la conciencia y ha cautivado el alma con sus principios puros.
Es colocada en el corazón por el Espíritu Santo que revela su
hermosura a la mente, para que su potencia transformadora se
manifieste en el carácter"."

Hace algunos años, uno denuestros ministros se encontró con un fervien-


te pentecostal que no podía ocultar su entusiasmo por los adventistas y su
obra. Dijo: "Antes de miconversión asistí a doscampañas deevangelización
dirigidas por predicadores adventistas. De ellos aprendí la hermosura y la
lógica de la interpretación profética. De ellos aprendí acerca de las bestias
de Daniel y el Apocalipsis. Sin embargo, con los pentecostales aprendí
acerca de Cristo y los dones del Espíritu". ¡Qué tragedia!
En el Espíritu de Profecía hallamos una clara condenación de aquellos
que hacen "prominentes las emociones religiosas". "Su religión -dijo Elena
de White-, parece tener más la naturaleza de un estímulo que de una fe

16
permanente en Cristo"." Por otro lado, la pluma inspirada nos exhorta en
contra de la predicación completamente intelectual, incapaz de inspirar las
emociones y de despertar los sentimientos más íntimos del alma.

"Las escenas del Calvario despiertan la más profunda


emoción. Tendrás disculpa si manifiestas entusiasmo por
este terna"."

"Cristo, y Cristo crucificado debiera ser el tema de nues-


tros pensamientos y debiera sacudir las más profundas emo-
ciones de nuestras almas"."

Debieran evitarse dos extremos. Uno es la predicación que apela so-


lamente a las emociones, como hacen los pentecostales. El otro es la
exposición de la verdad en forma glacial, sin vibración y sin vigor, tal como
es presentada por los ministros liberales de las iglesias establecidas.
La sabiduría está en el medio del camino.

3. Curaciones por fe. Hoyvemos un crecimiento a escala mundial del


interés en la curación por fe que tanto recalca el movimiento carismático.
Leemos acerca deél en periódicos y revistas. He aquí las palabras textuales
de un aviso publicado en una revista acerca de un programa de curación
por televisión:

"Ocurren milagros reales delante de sus ojos. Desapare-


cen el cáncer, lostumores y el bocio. Se abandonan muletas,
sillas de rueda y camillas. Los ojoscon estrabismo vuelven a
su posición normal. Esto ocurre ante miles de testigos que
forman fila para curarse"."

Los pentecostales levantan carpas en diferentes lugares donde seapiñan


centenares y miles depersonas llevadas por una ola deemociones. La gente
no quiere seguir el consejo de Jesús cuando dijo: "A nadie digas". Hoy la
idea es: "Cuéntale a todos acerca de esto".
Algunos evangelistas sanadores han convertido su movimiento en un
gran negocio con entradas que varían entre quinientos mil y tres millones
de dólares al año. 29

17
Tristes han sido los resultados de esta obra. Ha dejado en pos de sí
legiones de personas desesperadas y chasqueadas, que han descubierto
que la mejoría física obrada por la excitación emocional no es duradera.
Estos sanadores por medio de la fe usan los mismos recursos psicoló-
gicosy el poder de sugestión de los curanderos para realizar sus milagros.
Generalmente, las enfermedades que el curandero es incapaz de curar
son las mismas que el sanador por la fe no puede sanar. Fernando Chaij, al
escribir acerca de este tema, afirmó:

"Sabido es que la neurosis puede dar por resultado toda


clase deirregularidades funcionales en el organismo, y hasta
puede producir ceguera y parálisis por causas puramente
emocionales, y que estas disfunciones pueden desaparecer
en determinado momento si selogra hacer el debido impacto
sobre elsubconsciente, donde muchas veces sehunde laraíz
del trauma psíquico"."

Pero además de lasenfermedades neuróticas, admitimos la posibilidad


deque ocurran verdaderos milagros decuración de lesiones corporales. De
acuerdo con lasEscrituras, estos milagros severán con más frecuencia en
los días finales como resultado de la obra de espíritus engañadores. Elena
de White escribió:

"Algunos estarán tentados a recibir estos prodigios como


provenientes de Dios. Habrá enfermos que sanarán delante
de nosotros. Se realizarán milagros ante nuestra vista. ¿Es-
tamos preparados para la prueba que nos aguarda cuando
se manifiesten más plenamente los milagros mentirosos de
Satanás? ¿No serán entrampadas y apresadas muchas almas?
Al apartarse de los claros preceptos y mandamientos de
Dios, y al prestaroído a lasfábulas, la mente de muchos se
está preparando para aceptar estos prodigios mentirosos"."

En armonía con la Biblia, nuestras enfermedades están sometidas a los


propósitos infinitos de Dios. En Romanos 8:28 Pablo afirma: "Y sabemos
que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a
los que conforme a su propósito son llamados".

18
Silacuración denuestra enfermedad concuerda con sus propósitos, Dios
nos sanará; pero si la continuación de la enfermedad sirve para crear en no-
sotros una imagen más clara deCristo, entonces Dios en su amor y sabiduría
se negará a darnos la curación esperada. Esa fue la experiencia de Pablo:

"Y para que la grandeza de las revelaciones no me exal-


tase desmedidamente, mefue dado un aguijón en mi carne,
un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me
enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he
rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate
mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.
Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis de-
bilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo, Por
lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en
afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias;
porque cuando soydébil, entonces soy fuerte"."

En su caso, como en muchos otros, la enfermedad tenía un propósito


disciplinario y vitalizador, y élse regocijó y benefició espiritualmente cuando
comprendió los propósitos de Dios.
Dios a veces permite que mueran algunos de los enfermos por los
cuales la iglesia ora, y declara en Apocalipsis 14:13: "Bienaventurados de
aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu,
descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen".

"Algunas veces la restauración del enfermo no es lo me-


jor, tanto para los amigos como para la iglesia, sino que
tendría como resultado un entusiasmo desmedido y una mani-
festación de fanatismo que llevaría a algunos a concluir que
el impulso constituye el fundamento de nuestra fe. La única
conducta segura consiste en seguir la Palabra escrita. Des-
pués de haber hecho todo lo posible por el que sufre, debe
colocarse su caso en las manos del Señor. Puede ser que
su muerte sea para su gloria. El Señor permite que mueran
algunas personas que habían estado enfermas durante meses
y años. Él considera que esconveniente dardescanso a esos
hijos suyos que sufren"."

19
De acuerdo con las palabras de las Escrituras, la genuina fe sanadora
debe ser precedida por la contrición, la confesión y el abandono de los
pecados, y también por la disposición del enfermo de abandonar todos los
hábitos y prácticas que debilitan el vigor físico. Por ejemplo, sería incon-
secuente rogar a Dios por la curación de un enfermo de cirrosis hepática
que sigue siendo esclavo del alcohol, como hacen los sanadores por la fe
pentecostales.
Además, en armonía con elejemplo deCristo en el Getsemaní, la oración
por el enfermo debe ser de naturaleza intercesora. En campañas a las que
dan gran publicidad, lossanadores por lafe, con sus oraciones imperativas,
se olvidan del modelo: "No se haga mi voluntad, sino la tuya".
A las fanáticas pretensiones de los pentecostales sanadores por la fe,
nosotros losadventistas respondemos con elesplendor denuestro mensaje,
el mensaje del tercer ángel, en su triple aplicación para el alma, la mente
y el cuerpo.

20
Capítulo III

Cómo tratar con ellos


Cuando nos encontramos con miembros delosgrupos carismáticos ellos
siempre secolocan en un nivel superior. Se juzgan poseedores deuna mente
espiritual, y a nosotros como de mente carnal, porque no hemos tenido la
experiencia de la glosolalia. Considerando esta gran diferencia, piensan que
notenemos nada que enseñarles. Con aires de superioridad dicen: "Ustedes
tienen lateoría bíblica, y el conocimiento de la interpretación profética, pero
nosotros tenemos una experiencia religiosa personal. Sólo aceptaremos un
diálogo en igualdad decondiciones, cuando ustedes tengan esta experiencia
religiosa". Según ellos, si no se ha hablado en "otras lenguas" no se tiene la
plenitud del Espíritu Santo nielderecho dehablar deeste tema o deotros asun-
tos relacionados con el mismo. Es inútil tratar de probar que hemos recibido
el bautismo del Espíritu Santo sin la experiencia de la glosolalia. Esta actitud
desuperioridad, aunque noseexprese en palabras, se manifiesta tácitamente
en su conducta. De hecho, es la actitud más objetable de los pentecostales.
Juntamente con su aversión hacia las iglesias cristianas que se oponen
al pentecostalismo y a sus pretensiones, manifiestan un espíritu intolerante
contra aquellos que tratan de enseñarles algo denuestro mensaje. Hay dos
preguntas que, aunque no las hagan, están siempre en su subconsciente
alimentando sus reacciones intolerantes: ¿Quién es usted, que pretende
ser maestro? ¿Ha experimentado usted el gozo interior (Pneupasmia 34 ) que
viene como resultado del derramamiento del Espíritu Santo?
Para ellos, nosotros somos fríos tradicionalistas incapaces decompren-
der laexuberancia desu culto, su fe y las manifestaciones gloriosas de Dios
mediante el Espíritu Santo.
Este antagonismo y esta autosuficiencia son resultado delas vicisitudes,
la oposición y del ridículo que sufrieron cuando se unieron al pentecostalis-
mo, y dificulta mucho la obra de evangelización entre ellos.
Por lasrazones expuestas, es de gran importancia adoptar una actitud
cauta y prudente en nuestros esfuerzos en su favor.
1. Es preferible postergar elcomienzo de losestudios bíblicos hasta que
hayamos ganado su confianza y su intolerancia esté atenuada.
2. Necesitamos un espíritu de humildad. A pesar de la abundante luz
que tenemos, debiéramos repetir con el apóstol Pablo: "Ahora conozco en

Zl
parte"." Debemos recordar que aun la menor evidencia de superioridad o
de orgullo denominacional es suficiente para eliminar la posibilidad de un
diálogo exitoso.
3. Al acercarnos a ellos debiéramos tener en consideración que cada
individuo tiene sus características peculiares que influyen en sus reacciones
personales. Un inescrutable japonés jamás será tanemotivo como un africa-
noo tan extrovertido como un latino; ni el austero calvinista podrá apreciar
la belleza de la liturgia anglicana. ¡Cuán variada es la naturaleza humana!
4. Debemos acercarnos a ellos con un corazón lleno de simpatía, rebo-
sante de amor. "Los obreros de Dios, en cualquier ramo de servicio en que
estén empeñados, han de colocar en sus esfuerzos la bondad, la benevo-
lencia y el amorde Cristo"."
5. Nodebiéramos atacar las herejías desu sistema doctrinal. Pablo felicitó
a los ultrapoliteístas de Atenas, diciendo: "En todo observo que sois muy
religiosos"." Desde esa base comenzó a hablarles acerca delDios verdadero
que en su ignorancia estaban tratando de adorar. Como Pablo, debiéramos
alabarlos porlasinceridad y elintenso fervor con que viven y comparten su fe.
6. Debiéramos evitar las discusiones doctrinales. Fulton J. Sheen, que
ha ganado a muchas personas de influencia para la Iglesia Católica, dice:
"Ganar una discusión es perder un alma". Dale Carnegie escribió: "La mejor
manera de ganar una discusión es evitarla".

"El discutir acerca de la verdad meramente para demos-


trar a los oponentes la habilidad de los combatientes, es
un mal método; porque favorece muy poco el avance de la
verdad. [...] Demasiado a menudo se lanzan agudas saetas,
se atacan personalidades y con frecuencia ambas partes
descienden alsarcasmo y a los dichos jocosos. El amor porlas
almas queda eclipsado porelmayor deseo depredominio. Los
prejuicios, profundos y acerbos, son a menudo elresultado","

7. Debiéramos usarfrecuentemente las Escrituras. Los pentecostales


tienen una devoción por las Escrituras más profunda que la de muchos
miembros de las iglesias tradicionales. El evangelista personal que se en-
frente con un pentecostal sin llevar su Biblia será como un cirujano sin su
bisturí, como un maestro sin su libro, como un marino sin su brújula, como
el soldado de infantería sin su fusilo el pescador sin caña y anzuelo.

22
Felipe, cuando evangelizaba personalmente al etíope, "comenzando
desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús"." Mediante el uso
de la Biblia debemos dejar en ellos la profunda impresión de que nodamos
el mensaje simplemente con "palabras [...1 de humana sabidurfa?" sino
según la Palabra de Dios.
8. Debiéramos exaltar a Cristo. En nuestro diálogo con ellos debiéramos
presentar un evangelio completo: Cristo y nada menos. Un evangelio sencillo:
Cristo y nada más. Un evangelio puro: Cristo y ninguna otra cosa.

"Muchas más personas de lo que pensamos están an-


helando hallar el camino a Cristo. Aquellos que predican el
último mensaje de misericordia deben tener presente que
Cristo ha deserensalzado como refugio del pecador. Algunos
predicadores creen que noesnecesario predicar el arrepen-
timiento y la fe; dan por sentado que sus oyentes conocen
el evangelio, y que deben presentarse cosas diferentes a
fin de conservar su atención. Pero muchos hay que están
en triste ignorancia acerca del plan de salvación; necesitan
más instrucción acerca de este tema de suma importancia
que en cuanto a cualquier otro"."

9. Debiéramos orar al fin de nuestro diálogo. La oración debe hacerse


de rodillas, yaque muchos pentecostales noaceptan ninguna otraforma de
oración. Sería útil evitar los giroscomunes en nuestra oración, y la oración
elaborada que, aun cuando sea teológicamente perfecta, no satisface las
necesidades del alma. La oración debe ser una súplica espontánea de la
iluminación divina sobre el tema estudiado y los problemas o dudas parti-
culares de la persona con la cual hemos estudiado.
En algunos casos la oración podrá ser acompañada por una manifesta-
ción de glosolalia, pero debiéramos seguir orando con tanto fervor como
podamos. No debiéramos prolongar el diálogo después de la oración. De-
jemos que la última impresión sea el sentimiento de haber estado en la
presencia de Dios y no con el evangelista.
En el siguiente capítulo de este folleto presentaremos algunas consi-
deraciones que creemos fundamentales en los diálogos con aquellos que
han sido seducidos por los movimientos carismáticos y sus enseñanzas.

23
Capítulo IV

La respuesta adventista
La falsificación de los dones del Espíritu en algunas de sus manifesta-
ciones ha sidola gran obra maestra de Satanás en estos últimos días. Hay
quienes pretenden usar losdones decuración en forma peculiar. Al hacerlo,
niegan laexistencia del dolor y delaenfermedad y pretenden sanar todas las
dolencias con la oración. Aun cuando creemos en los infinitos recursos de
la oración, nos negamos a aceptar lo que ellos consideran como "ciencia".
Otros pretenden haber recibido una revelación profética especial, escri-
ta con caracteres misteriosos sobre planchas de oro. Están aquellos que
representan una falsificación del don delainterpretación profética. Crearon
una teoría dispensacionalista en la cual aplicaron arbitrariamente los siete
tiempos de Nabucodonosor (Daniel 4) a la historia del hombre. Finalmente
están aquellos que pretenden haber recibido el bautismo del Espíritu Santo
que los capacita para hablar en lenguas desconocidas.
Estas son algunas de las falsificaciones más conocidas de los dones
del Espíritu Santo.
Atodas estas imposturas debiéramos aplicarles las dos pruebas bíblicas:
"iA la leyy altestimonio! Sino dijeren conforme a esto, es porque no lesha
amanecido"." "Por sus frutos los conoceréís"."
No podemos aceptar como legítimo un don de lenguas que produce
escenas de desorden y misticismo histérico. "Pues Dios no es Dios de
confusión"." Tampoco podemos aceptar que un sanador por medio de la
fe esté dirigido por el Espíritu Santo, cuando en sus enseñanzas proclama
la salvación mediante la gracia y anuncia que ha caducado la leyde Dios.
Sin embargo, estas imposturas y falsificaciones del poder y delapalabra
del Espíritu Santo han hallado gran aceptación en nuestros días y han pertur-
bado aun a miembros denuestra iglesia. Deploramos lainterpretación espuria
de losdones del Espíritu Santo presentada por losheraldos del movimiento
carismático. Pero también deploramos la indiferencia de muchos cristianos
frente a las promesas del derramamiento del Espíritu deDios, indiferencia que
resulta en lasustitución del fuego delfanatismo pentecostal por laausencia
del fuego, hecho que a veces caracteriza a algunas de nuestras iglesias.
Debiéramos hablar más del Espíritu Santo, de su naturaleza y de su
obra en favor del hombre. Cierto miembro de iglesia dijo una vez: "Para

24
mí el Espíritu Santo es algo muy nebuloso". Si se les preguntara, muchos
creyentes deberían confesar que el Espíritu Santo es para ellos algo vago,
sutil e impersonal. Conocen a Dios como el Padre y a Dios como el Hijo, pero
Dios el Espíritu Santo es para ellos un poder abstracto, una mera energía
sobrenatural. De hecho, para muchos el Espíritu Santo es el más desco-
nocido y olvidado miembro de la Santa Trinidad. Según Samuel Chadwick:

"El credo apostólico contiene diez artículos acerca de


la persona y la obra de Cristo, y solamente uno acerca del
Espíritu Santo. La proporción dediez a uno representa aproxi-
madamente el interés en la doctrina delEspíritu en lahistoria
delpensamiento cristiano. Ninguna doctrina delafe cristiana
ha sido tan descuidada. Hay muy pocos sermones e himnos
referentes a este tema en particular"."

Al enfrentar esta realidad, ¿cuál debiera ser la respuesta de la iglesia?


No es suficiente condenar la manifestación espuria del Espíritu Santo. De-
bemos predicar más acerca de la urgente necesidad de cada creyente de
experimentar estepoder, tal como lo hizo laiglesia en los días delPentecos-
tés. Cristo prometió: "Recibiréis poder", pero ¿dónde está hoyeste poder?
"Como pueblo -dijo Elena de White-, somos tan áridos como las colinas
de Gilboa, que carecían de rocío y de lluvia"."
Así como los apóstoles oraron por el derramamiento del poder prome-
tido, nosotros también somos invitados a orar:

"Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía. Jehová hará


relámpagos, y os dará lluvia abundante, y hierba verde en el
campo a cada uno"."

El Espíritu Santo fue dado a la iglesia primitiva en respuesta a laoración


acompañada por la confesión del pecado y la entrega completa. Como
resultado, los apóstoles, que eran tímidos y vacilantes, recibieron valor y
se convirtieron en antorchas que alumbraron a las muchedumbres con las
llamas del cristianismo.
El Espíritu Santo será derramado nuevamente con poder -la lluvia tardía-
en respuesta alas mismas condiciones que señalaron laexperiencia del aposento
alto, yen movimientos rápidos y vibrantes completaremos latarea inconclusa.

25
Respuesta a la objeción pentecostal

Algunos de los exégetas de la teología carismática rechazan la inter-


pretación adventista de las dos grandes visitaciones del Espíritu Santo,
representada en el simbolismo de las dos lluvias: la temprana y la tardía.
Basan su posición en algunas versiones de Joel 2: 23 que traducen "en el
primer mes" la frase final "como al principio".

"Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en


Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a
su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana
y tardía
como al principio".
en el primer mes".

Su apresurada conclusión es que las dos lluvias caerán juntas desde el


comienzo (del Pentecostés), "el primer mes", hasta el fin.
Si aceptamos esta interpretación, el simbolismo de las dos lluvias per-
derá su extraordinaria belleza y significado. Además, es importante notar
que la palabra "mes"48 nofigura en el original, y ha sido añadida por algunos
de los traductores para completar el sentido.
En laera apostólica, laiglesia fue favorecida por lavisitación del Espíritu
Santo en una forma maravillosa. Ese fue el derramamiento de la lluvia tem-
prana, que fertilizó la tierra para la gloriosa siembra del evangelio.

"Sobre los discípulos que esperaban y oraban vino el


Espíritu con una plenitud que alcanzó a todo corazón. El Ser
Infinito se reveló con poder a su iglesia. Era como si durante
siglos esta influencia hubiera estado restringida, y ahora el
Cielo se regocijara en poder derramar sobre la iglesia las
riquezas delagracia del Espíritu. Ybajo lainfluencia del Espíri-
tu, laspalabras dearrepentimiento y confesión semezclaban
con cantos dealabanza porel perdón delospecados. Se oían
palabras de agradecimiento y de profecía. Todo el cielo se
inclinó para contemplar y adorar lasabiduría del incomparable
e incomprensible amor. Extasiados deasombro, losapóstoles
exclamaron: 'En esto consiste el amor'. Se asieron del don

26
impartido. ¿Y qué siguió? La espada delEspíritu, recién afilada
con el poder del cielo y bañada en sus rayos, se abrió paso
a través dela incredulidad. Miles seconvirtieron en un día".'?

Laexperiencia del aposento alto inauguró la así llamada "era carismáti-


ca", cuando el Espíritu actuó poderosamente por medio de los apóstoles.
Sin embargo, con la llegada de la Apostasía, la "era carismática" sufrió
una solución decontinuidad. Los milagros que fueron realizados porelpoder
delEspíritu Santo y que confirmaron laPalabra (Mar. 16: 20) no se repitieron
como durante el período de la iglesia apostólica.
En todas las épocas hubo manifestaciones esporádicas del poder del
Espíritu, pero sin losgloriosos y estupendos resultados que caracterizaron
a laiglesia cristiana primitiva. Fueron chaparrones ocasionales del Paracleto
que refrescaron a la iglesia en algunos reavivamientos históricos.
La segunda visitación del Espíritu Santo está en el futuro de la iglesia
de Dios, y bajo su influencia los fieles siervos de Cristo escribirán el último
y más glorioso capítulo de la historia de la iglesia. Elena de White afirma:

"Cuando elpueblo deDios vuelva alafey a las prácticas de


laiglesia primitiva, como seguramente lohará bajo lainfluencia
del postrer mensaje, sobrevendrá la lluvia tardía y se reaviva-
rán todos los dones, [...] Y cuando al final de la dispensación
cristiana sobrevenga la lluvia tardía para madurar la áurea
cosecha destinada a losalfolíes deDios, entonces se volverán
a manifestar en toda suplenitud los dones delEspíritu Santo",50

Esta esperada visitación no tendrá características ecuménicas. Pedro,


en su discurso ante el Sanedrín, declaró que el Señor dará el Espíritu "a los
que le obedecen"." El profeta Ezequiel enseña: "Ypondré dentro devosotros
mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos,
y los pongáis por obra",52
Los que "guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús"53 son
aquellos que en los últimos días recibirán el poder del Espíritu y bajo sus
operaciones gloriosas y sobrenaturales saldrán "venciendo y para vencer"."

27
Referencias
1 Ignacio Vergara, El protestantismo en Chile, p. 110.
2 John A. Mackay, "Toward an Evangelical Renaissance", Christianity To-
day, t. 16, n° 9 (4 de febrero de 1972), p. 6.
3 Alan Walker, Breakthrough-'-Rediscovery of the Holy Spirit, p. 58.
4 John P. Kildahl, The Psychology of Speaking in Tongues, p. 68.
5 Mateo 24:24.
6 Elena de White, El conflicto de los siglos, p. 517.
7 Elena de White, Primeros escritos, p. 261.
8 William R. Read, Avance evangélico en la América Latina, p. 289.
9 Alan Walker, ibíd., p. 60.
10 Ibíd., p. 61.
11 R. Kenneth Strachan, "La tarea de mañana en la América Latina", El
Predicador Evangélico (abril-junio de 1959), p. 283.
12 Waldo A. César, Protestantismo e Imperialismo na America Latina, p. 105.
13 Epaminondas Talero, "Las cartas impublicables", Pensamiento Cristiano,
t.19, n° 73 (marzo de 1972), p. 30.
14 William H. Read, Ibíd., p. 293.
15 Ismael E. Arnaya, "Me seréis testigos", Pensamiento Cristiano, t. 18, n°
19 (marzo de 1971), p. 32.
16 Guillermo K. Anderson, Espíritu y mensaje delprotestantismo, p. 225.
17 Efesios 4:30, 31.
18 1 Reyes 18:27, 28.
19 1 Corintios 14:33, 40.
20 Elena de White, Joyas de los testimonios, t. 3, p. 28.
21 John A. Mackay, "El encuentro con Dios y la idolatría del sentimiento",
Pensamiento Cristiano, t. 17, n° 66 (junio de 1970), p. 84.
22 Alejandro R. Hay, Falsificación del don de lenguas, p. 76.
23 1 Corintios 14:15.
24 Elena de White, El evangelismo, p. 215.
25 Ibíd., p. 366.
26 Elena de White, Joyas de los testimonios, t. 1, p. 229.
27 Elena de White, La maravillosa gracia de Dios, p. 175.
28 John S. Bonnell, "Healing by Faith, Fraud, or Reality?", El Predicador
Evangélico (julio de 1957), p. 13.
29 lbíd.

28
30 Fernando Chaij, Fuerzas misteriosas que actúan en la vida humana, pp.
251,252.
31 Elena de White, Joyas de los testimonios, t. 1, p. 101.
32 2 Corintios 12:7-10.
33 Elena de White, Mensajes selectos, t. 2, p. 399.
34 La expresión Pneupasmia (espasmo con el Espíritu) ha sido usada por
escritores pentecostales para indicar el gozo místico del creyente des-
pués de haber experimentado el extraño sentimiento religioso que pro-
cede del fenómeno de la glosolalia.
35 1 Corintios 13:12.
36 Elena de White, El evangelismo, p. 456.
37 Hechos 17:22.
38 Elena de White, Obreros evangélicos, pp. 392, 393.
39 Hechos 8:35.
40 1 Corintios 2:4.
41 Elena de White, Obreros evangélicos, pp. 166, 167.
42 Isaías 8:20.
43 Mateo 7:16.
44 1 Corintios 14:33.
45 Samuel Chadwick, The Way to Pentecost, p. 9.
46 Citado por Arturo G. Daniells, en Christ OurRighteousness, p. 48.
47 Zacarías 10:1.
48 Bari'shon, "en el principio". La NewKing James Version, como también
varias versiones portuguesas y castellanas, añade "mes". Pero en la
Septuaginta y la Siríaca se lee Jari'shou, que probablemente sea la ex-
presión correcta: "como antes" o "anteriormente".
49 Elena de White, Los hechos de los apóstoles, p. 31.
50 Elena de White, Testimonios selectos, t. 2, p. 12. (Énfasis añadido.)
51 Hechos 5:32.
52 Ezequiel 36:27.
53 Apocalipsis 14:12.
54 Apocalipsis 6:2.

29
Bibliografía
Libros
Anderson, Guillermo K. Espíritu y mensaje del protestantismo. Buenos
Aires: Editorial La Aurora, 1946.

César, Waldo A. Protestantismo e Imperialismo na America Latina. Río


de Janeiro: Vozes, 1968.

Chadwick, Samuel. The Way to Pentecost. Fort Washington: Christian


Literature Crusade, 1932.

Chaij, Fernando. Fuerzas misteriosas que actúan en la vida humana.


Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1968.

Daniells, Arturo G. Christ Our Righteousness. Washington D.C.: Review


and Herald, 1941.

Hay, Alejandro R. Falsificación del don de lenguas. Buenos Aires: Unión


Misionera Neotestamentaria, 1970.

Kildahl, John P. The Psychology of Speaking in Tongues. Nueva York:


Harper and Row, 1972.

Read, William R. Avance evangélico en la América Latina. Buenos Aires:


Casa Bautista de Publicaciones, 1970.

Vergara, Ignacio. El protestantismo en chile. Santiago: Editorial del Pa-


cifíco, 1962.

Walker, Alan. Breakthrough-Rediscovery of the Holy Spirit. Nashville:


Abingdon Press, 1969.

White, Elena de. El conflicto de lossiglos. Buenos Aires: Asociación Casa


Editora Sudamericana, 1993.

30
_ _ _~. El evangelismo. Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sud-
americana, 1978.

____.. Joyas de los testimonios, 3 tomos. Buenos Aires: Asociación


Casa Editora Sudamericana, 1970.

_ _ _--'o La maravillosa gracia de Dios. Buenos Aires: Asociación Casa


Editora Sudamericana, 1973.

_ _ _--'o Los hechos de los apóstoles. Buenos Aires: Asociación Casa


Editora Sudamericana, 1977.

____.. Mensajes selectos, tomo 2. Mountain View, CA: Publicaciones


Interamericanas, 1967.

____.. Obreros evangélicos. Mountain View, CA: Publicaciones Intera-


mericanas, 1971.

____.. Primeros escritos. Mountain View, CA: Publicaciones Interame-


ricanas, 1962.

_ - - -.. Testimonios selectos, tomo 2. Buenos Aires: Casa Editora Sud-


americana, 1939.

Revistas
Amaya, Ismael E. "Me seréis testigos", Pensamiento Cristiano, tomo 18, W
19, marzo de 1971.

Bonnell, John S. "Healing by Faith, Fraud, or Reality?" El Predicador Evan-


gélico, julio de 1957.

Mackay, John A. "El encuentro con Dios y la idolatría del sentimiento", Pen-
samiento Cristiano, tomo 17, W 66, junio de 1970.

31
____,. "Toward an Evangelical Renaissance", Christianity Today, tomo
16, W 9, 4 de febrero de 1972.

Strachan, R. Kenneth. "La tarea de mañana en la América Latina", El Predi-


cadorEvangélico, abril-junio de 1959.

Talero, Epaminondas. "Las cartas impublicables", Pensamiento Cristiano,


tomo 19, W 73, marzo de 1972.

32

También podría gustarte