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Universidad Nacional de Colombia

Rafael Andrés Cuasquer Herrera


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Introducción a la Literatura

INTRODUCCIÓN A LA NOVELA

El Quijote como primera novela moderna, novela tal como la conocemos, irrumpe con la
tradición de la tragedia al respecto del individuo y su destino, su realidad ya prescrita. El quijote
transgrede los comandos divinos de ese destino predeterminado y pasa ser él quien lo forja. Así
mismo, encarna una inquietud universal escondida como propia: una doble reflexión del
individuo vertida sobre el mundo también, que se la devuelve. La novela siempre tiene un lugar
de enunciación particular, permeado del contexto, la experiencia y las verdades de su autor. Por
eso, esa idea de género novelístico, como lo conocemos hoy, es el más tardío y de los más
extensos en aparecer y perdurar. La novela se permite muchas libertades, entre ellas destaca la
expresión de la individualidad desde su propio lugar en el entramado social, dentro del mundo,
que me hace preguntarme si acaso la novela es lo que más esté cerca de la realidad, de la realidad
construida en un contexto y en un momento, pero al fin y al cabo realidad, al menos en lo que
respecta en su sincronía.
Denis Diderot dificulta el discernimiento de unos límites que de por sí eran difusos en su
momento al respecto de la tradición novelística: los de la ruptura de la novela en sí misma, la
pretensión de un anti de la imaginería que componía esas novelas lineales, irreflexivas al
respecto del carácter humano, el debate entre su moralidad y las circunstancias y en especial una
propiedad metaliteraria que Cervantes había abrazado y popularizado y que Diderot expande y
con la que él mismo se regocija en sus personajes ficcionalizados, en su inclusión y su
consciencia, en la actividad y la reiteración de su existencia real en lo que parece ser una
ficción1. En la novela moderna ya no hay héroes-dioses, ya no nos cuentan las guerras ni las
minucias burguesas, tampoco los grandes amores inasibles de personajes imposibles, hay una
pérdida del símbolo omnipotente y de la divinidad regente para pasar a contar las historias de los
hombres. Fatum y libertad.
Hablar de todos los seres humanos.
1
Parece ser porque al final, la ficción es la reflexión de la realidad del autor que mencioné al inicio.
De principio, leeremos a un narrador que busca hablarles a todos los seres humanos que
buscan una tradición, a través de una imagen imaginada sobre un lector ideal, que no esperará
nada de lo que Jacques el Fatalista se propone a contar.
Novelas hay muchas. Podría decirse que hay un molde (aunque la idea es rebatida por
Octavio Paz en tanto …) ya establecido en lo que se refiere al menos a contar en una novela, en
el cómo contarla, pero Antinovela parece ser uno único, una salida del molde que se convierte
contradictoriamente en otro muy específico, que contesta a los muchos. De la contrariedad se
pasa a la contradicción inversa, pues se enfoca en el único que no contiene al resto y por eso es
tan difícil, en principio, hallar más de una o dos antinovelas, porque el factor de anti se perdería,
se volvería a integrar al otro molde del que ha salido y por sí misma se amarra a una tradición
adyacente, extendida, pero parte de un todo.
Jacques el Fatalista pone en duda la moral de una época, contesta y exige a toda una
sociedad vista desde muchas caras: invierte papeles y prescripciones, se pone de su lado, pero
también la cuestiona, se abre paso y se busca un lugar en ella para poder narrarla desde un óptica
sesgada e imperfecta que hace de la novela, de nuevo, un tejido que se cierne sobre uno y lo
vuelve universal. Se acerca tanto al mundo porque el narrador no puede saberlo todo, el lugar de
Diderot escritor y el Diderot narrador ficcionalizado es de lo más fiel, de lo más real porque
siempre se mantiene en un margen de vulnerabilidad, de no ubicuidad, de ser humano.
La novela se toma la palabra dentro de las palabras – busca que se habite la alteridad en
esta y por tanto se habite el mundo. La consciencia de tener palabra dentro de las palabras
implica un montón de filosofías de las cuales no hablaré porque no tengo menor idea al respecto,
pero especulo sobre ello. Especulo que, si la palabra que posee Jacques mata la cosa, la palabra
que representa una ausencia en tanto signo, se re-fleja, entonces hay una doble pérdida y un
doble entendimiento que subliman y otorgan mucho más poder porque hay cuenta de una
performatividad que entonces permite a cualquiera hacer parte de un mundo del que
generalmente no haría parte, que no podrían habitar en una sola dimensión de realidad que una
sola investidura de palabra otorgaría – how to supress -
Para cerrar, quisiera hilar entonces este tejido con la historia y la literariedad:
Es decir, hacer de la novela, de la literatura, ese espejo fragmentado, múltiple, caleidoscópico,
uno universal. Un espejo que refleje la realidad ampliada del mundo y que no solo se limite
precisamente a reafirmar una única perspectiva individual -un espejo del ego- sino una que
expanda e identifique al uno con el todo.

Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años. Fue una de
esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia
de la familia numerosa. Veinte años después mi hermano Eloy sacaba
agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse.
En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en el
interior. «Este es un mundo como otro cualquiera», decía el mensaje. 
En la insondable oscuridad que trae consigo el comienzo del otoño, las brujas se preparan para
sobrevolar aquellos incautos que se pasean por el camino. Cae la primera hoja sobre un borracho
que se encuentra con un par de ojos encendidos cómo lámparas en el momento en que decide
alzar la vista.

Al comenzar el otoño, ellas salen en busca de pequeños incautos que todavía jueguen en la
oscuridad del bosque.

- Allí va el primero

La bruja sopla su lámpara y el grito del niño se ahoga con el viento.

El otoño comienza con un pequeño incauto que todavía juega cuando la oscuridad ya se ha
cernido sobre el bosque.

- Allí va el primero

La bruja sopla su lámpara y el grito del niño se pierde con el viento.

No alcanzas la lámpara que está al lado. Ya despertaste, pero no puedes mover un músculo.
Sientes esa oscuridad cernirse sobre tu pecho, aunque su piel es blanca como una hoja y su
cetrina sonrisa te hace dormir otra vez.
El otoño comienza y un pequeño incauto todavía juega cuando la oscuridad ya se ha cernido
sobre el bosque.

- Allí va el primero

La bruja sopla su lámpara y el grito del niño se pierde con el viento.

Ya despertaste, pero no puedes mover un músculo. No alcanzas la lámpara que está al lado. La
oscuridad cerniéndose sobre tu pecho tiene la piel blanca como una hoja y una sonrisa cetrina
que te hace dormir de nuevo.

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