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ESTUDIAMOS LA MUJER DE DOS

ÉPOCAS DIFERENTES

Fortunata y Jacinta constituye la obra culmen del escritor realista, Benito


Pérez Galdós, siendo considerada la obra más importante de la narrativa española,
después del Quijote de Cervantes.
En ella se retrata la sociedad decimonónica madrileña con todo lujo de
detalles; sus costumbres, sus pensamientos, su forma de vida,…
Publicada entre los años 1885 y 1887 y organizada en cuatro partes. Sin lugar
a dudas, enmarca la ciudad de Madrid desde las pupilas de este gran escritor que
nos da a conocer su experiencia vivida a través de sus relatos, transmitiendo lo
visionado en sus escritos, como si de un espejo se tratara.
Benito Pérez Galdós.

Texto 1.
[…]Iba [Fortunata] despacio por la calle de Santa Engracia y se detuvo un instante en una tienda a
comprar dátiles, que le gustaban mucho. Siguiendo luego su vagabundo camino, saboreaba el placer íntimo
de la libertad, de estar sola y suelta siquiera poco tiempo. La idea de poder ir a donde gustase la excitaba,
haciendo circular su sangre con más viveza. Tradújose esta disposición de ánimo en un sentimiento
filantrópico, pues toda la calderilla que tenía la iba dando a los pobres que encontraba, que no eran pocos...
Y anda que andarás, vino a hacerse la consideración de que no sentía malditas ganas de meterse en casa.
¿Qué iba a hacer en su casa? Nada. Conveníale sacudirse, tomar el aire. Bastante esclavitud había tenido
dentro de las Micaelas. ¡Qué gusto poder coger de punta a punta una calle tan larga como la de Santa
Engracia! El principal goce del paseo era ir solita, libre. Ni Maxi, ni doña Lupe, ni Patricia, ni nadie podían
contarle los pasos, ni vigilarla, ni detenerla. Se hubiera ido así... sabe Dios hasta dónde. Miraba todo con la
curiosidad alborozada que las cosas más insignificantes inspiran a la persona salida de un largo cautiverio.
Su pensamiento se gallardeaba en aquella dulce libertad, recreándose con sus propias ideas. ¡Qué bonita,
verbigracia, era la vida sin cuidados, al lado de personas que la quieran a una y a quien una quiere!... Fijose
en las casas del barrio de las Virtudes, pues las habitaciones de los pobres le inspiraban siempre cariñoso
interés. Las mujeres mal vestidas que salían a las puertas y los chicos derrotados y sucios que jugaban en
la calle atraían sus miradas, porque la existencia tranquila, aunque fuese oscura y con estrecheces, le
causaba envidia. Semejante vida no podía ser para ella, porque estaba fuera de su centro natural. Había
nacido para menestrala; no le importaba trabajar «como el obispo» con tal de poseer lo que por suyo tenía.
Pero alguien la sacó de aquel su primer molde para lanzarla a vida distinta; después la trajeron y la llevaron
diferentes manos. Y por fin, otras manos empeñáronse en convertirla en señora. La ponían en un convento
para moldearla de nuevo; después la casaban..., y tira y dale. Figurábase ser una muñeca viva, con la cual
jugaba una entidad invisible, desconocida, y a la cual no sabía dar nombre.

Ocurriole si no tendría ella «pecho» alguna vez, quería decir iniciativa..., si no haría alguna vez lo que
le saliera «de entre sí». Embebecida en esta cavilación llegó al Campo de Guardias, junto al Depósito. Había
allí muchos sillares, y sentándose en uno de ellos empezó a comer dátiles[…]

Texto 2.
Fortunata se retiró con la mente hecha a aquel orden de ideas. ¡Un hogar honrado y tranquilo!... ¡Si
era lo que ella había deseado toda su vida!... ¡Si jamás tuvo afición al lujo ni a la vida de aparato y
perdición!... ¡Si su gusto fue siempre la oscuridad y la paz, y su maldito destino la llevaba a la publicidad
y a la inquietud!... ¡Si ella había soñado siempre con verse rodeada de un corro chiquito de personas
queridas, y vivir como Dios manda, queriendo bien a los suyos y bien querida de ellos, pasando la vida sin
afanes!... ¡Si fue lanzada a la vida mala por despecho y contra su voluntad, y no le gustaba, no señor, no le
gustaba!... (…)
Lo malo era que en aquellas largas horas, a veces aburridas, que pasaba de rodillas ante el
Sacramento, la faz envuelta en un gran velo al modo de mosquitero, la pecadora solía fijarse más en la
custodia, marco y continente de la sagrada forma, que en la forma misma, por las asociaciones de ideas que
aquella joya despertaba en su mente. Y llegaba a creerse la muy tonta que la forma le decía con familiar
lenguaje semejante al suyo: “El hombre que me pides es un señor de muchas campanillas y tú una pobre
muchacha. ¿Te parece fácil que Yo haga casar a los señoritos con las criadas o que a las muchachas del
pueblo las convierta en señoras? ¡Qué cosas se os ocurren, hijas! Y además, tonta, ¿no ves que es casado,
casado por mi religión y en mis altares?, ¡y con quién!, con uno de mis ángeles hembras”.

En esta primera parte, trabajaremos la comprensión de los textos anteriores, al


mismo tiempo, que indagaremos sobre el contexto en el que se dan los
acontecimientos del mismo.

1. ¿Qué clase de mujer se retrata en estos fragmentos?

2. ¿Cuál es su situación?

3. ¿Con qué fin se ingresaban a las jóvenes del siglo XIX en los conventos? Busca
información sobre el convento de Las Micaelas.

4. Según el contenido de los textos, ¿qué supone para la protagonista ser libre?

5. ¿Cuáles eran los oficios de las mujeres de este período?

6. A través de la lectura, ¿cuál es el principal anhelo de Fortunata? ¿Qué ha


conseguido?

7. ¿Cómo era el perfil de la mujer en esta época? ¿por qué se denominaban ángel
del hogar al canon de la mujer ideal del siglo XIX?

8. En las últimas líneas del texto dos aparece reflejada la desagraciada historia
de Fortunata. Explícala con tus palabras.

9. ¿Cuál era la diferencia entre las mujeres de la clase baja y la clase media (la
burguesía?

10. Señala las palabras del texto que reflejen el habla común de Fortunata.
Tras un breve análisis y acercamiento a la figura de la mujer del siglo XIX a través
de una de las protagonistas de la obra galdosiana, vamos a realizar un contraste con
un referente femenino actual.

1. Realizamos un estudio sobre el personaje seleccionado (biografía, méritos,


trabajo actual,…).

2. Definimos el término feminismo.

3. Al día de hoy, ¿qué hemos logrado en materia de igualdad las mujeres?

4. ¿Cuáles han sido las figuras más relevantes que han contribuido a esos
logros?

5. Realiza una infografía en las que destaques los aspectos que definían a la
mujer del siglo XIX y aquellos que representan a la mujer actual.

Ángela Merkel
Lydia Valentín

Dialla Diarra

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defecto, bibliografía (si han consultado algún libro o manual).

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