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Farmacologia
Farmacologia
RECEPTORESe e
-Membrana celular
-Núcleo
a VD también puede ser usada para determinar cuan rápido un medicamento llegará a los
tejidos del cuerpo en relación con la sangre:
Donde:
VP = volumen plasmático
Las
reacciones de fase I o de funcionalización consisten en
reacciones de oxidación y reducción, que alteran o crean
nuevos grupos funcionales, así como reacciones de hidrólisis,
que rompen enlaces ésteres y amidas liberando
también nuevos grupos funcionales. Estos cambios producen
en general un aumento en la polaridad de la molécula
y determinan algunos o varios de estos resultados:
a) inactivación; b) conversión de un producto inactivo en
otro activo, en cuyo caso el producto original se denomina
profármaco; c) conversión de un producto activo en
otro también activo, cuya actividad aprovechable con fines
terapéuticos puede ser cualitativamente similar o distinta
de la del fármaco original, y d) conversión de un productoproducto
activo en otro activo, pero cuya actividad resulta
tóxica. Las reacciones de fase II son reacciones de conjugación,
en las cuales el fármaco o el metabolito procedente
de la fase I se acopla a un sustrato endógeno, como
el ácido glucurónico, el ácido acético o el ácido sulfúrico,
aumentando así el tamaño de la molécula, con lo cual casi
siempre se inactiva el fármaco y se facilita su excreción;
pero en ocasiones la conjugación puede activar el fármaco
(p. ej., formación de nucleósidos y nucleótidos).
En la fase I, por lo tanto, se introducen grupos
eliminación de fármacos
Orina,
Lágrimas,
Sudor
Saliva
Respiración
Leche materna
Heces
Bilis
En lo que respecta al riñón, los fármacos son excretados por filtración glomerular y por
secreción tubular activa siguiendo los mismos pasos y mecanismos de los productos del
metabolismo intermedio. Así, las drogas que filtran por el glomérulo sufren también los
procesos de la reabsorción tubular pasiva. Por filtración glomerular solo se eliminan las
drogas o los metabolitos no ligados a las proteicas plasmáticas (fracción libre), y muchos
otros (como los ácidos orgánicos) son secretados activamente. En los túbulos proximal y
distal las formas no ionizadas de ácidos o bases débiles son reabsorbidas pasiva y
activamente. Cuando el fluido tubular se hace más alcalino, los ácidos débiles se excretan
más fácilmente y esto disminuye la reabsorción pasiva. Lo inverso ocurre con las bases
débiles. Por eso en algunas intoxicaciones puede incrementarse la eliminación del fármaco
tóxico, alcalinizando la orina y forzando la diuresis.
En otras ocasiones los fármacos son eliminados en la bilis con la que llegan hasta el
intestino. Allí se unen a la fracción no absorbida del fármaco y se eliminan con las heces o
bien pueden sufrir un nuevo proceso de absorción y ser eliminados finalmente por el riñón.
Las otras vías tienen poca transcendencia, salvo para fármacos muy concretos, como la vía
respiratoria para el alcohol o los gases anestésicos, aunque en el caso de la leche materna es
de especial transcendencia. El recién nacido presenta todavía cierta inmadurez de hígado o
riñones y es más sensible a los efectos tóxicos del fármaco. Por ello hay que conocer qué
fármacos pueden eliminarse a través de la leche materna para evitarlos.
Aclaramiento
Artículo principal: Aclaramiento.
Es fácil comprender que cada órgano tendrá sus condicionantes del aclaramiento, en
función de su mecanismo de acción para realizar la depuración. En lo que respecta al
aclaramiento renal, viene determinado por factores como el grado de unión a proteínas
plasmáticas del fármaco (sólo se filtra el fármaco libre), saturación de los transportadores
(la secreción activa depende de proteínas transportadoras, que son saturables), o el número
de nefronas funcionantes (de donde la importancia de situaciones como la insuficiencia
renal).
En el caso del hígado, el aclaramiento hepático es fruto del metabolismo y por tanto está
determinado por los factores que alteran el mismo así como por la cantidad de hepatocitos
funcionantes, lo que justifica la importancia clínica de la insuficiencia hepática.
ida media
Para ello, se han desarrollado diferentes modelos que simplifiquen los numerosos procesos
que tienen lugar entre el organismo y el fármaco. Aún cuando dentro de los mismos el
modelo policompartimental es el más próximo a la realidad, la complicación que conlleva
ha hecho que sean los modelos monocompartimental y en todo caso el bicompartimental
los más usados. Desde esos prismas, el estudio detallado de los sucesivos pasos que
atraviesa el fármaco en el organismo, se agrupan bajo el anagrama LADME:
Mecanismos receptoriales
El receptor recibe el impacto del
neurotransmisor y lleva a cabo la
transducción (recibe una señal y
transmite otra). El ATP necesario
para la síntesis de neurotransmisor
es proporcionado por las
mitocondrias de la terminal
presináptica. Esta síntesis debe ser
muy rápida, debido a que la
cantidad del mismo almacenada en las vesículas se halla limitada para unos
segundos o minutos de actividad plena. Los receptores son proteínas bajo control
genético.
Las fuerzas que gobiernan la interacción entre los átomos y entre las moléculas son la
base de las interacciones entre los fármacos y sus receptores.
Fuerzas de Van der Walls
Uniones de hidrógeno
Estos enlaces junto con las fuerzas de Van der Walls, constituyen la masa de casi todas
las interacciones entre fármaco y receptor.
Uniones iónicas
Los enlaces de este tipo se forman entre iones con carga opuesta, por ejemplo
acetilcolina positivo y cloruro negativo. Su importancia puede apreciarse claramente en
el caso de los agentes bloqueadores neuromusculares de enlaces iónicos que actúan a
una velocidad muy grande.
Uniones covalentes