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Tratamiento quirúrgico del pie


diabético
L.-A. Dumont, J. Martini, J.-L. Grolleau-Raoux, J.-P. Chavoin

Las complicaciones de la diabetes mellitus en los pies son frecuentes, complejas y


potencialmente graves. En 2003, por ejemplo, constituyeron más del 50% de las
amputaciones realizadas en países como Francia. Para mejorar el tratamiento de estos
pacientes de algo riesgo, debe correr a cargo de un equipo pluridisciplinario
especializado. Los pies de los pacientes diabéticos requieren, ante todo, cuidados locales
atentos y rigurosos, así como una prevención eficaz. El cirujano sólo interviene como
segunda opción cuando los cuidados locales son ineficaces. Se debe adaptar a las
peculiaridades de esta enfermedad relacionadas con la tríada fisiopatológica neuropatía-
isquemia-infección, dando prioridad al tratamiento más conservador posible. El objetivo
del cirujano consiste en encontrar un equilibrio entre cicatrización rápida y correcta y
conservación de una estática equilibrada para evitar la recidiva o el agravamiento;
asimismo, en caso de isquemia se deben plantear todas las posibilidades de
revascularización de los miembros inferiores, con el fin de aumentar las probabilidades
de cicatrización cutánea. Por último, a pesar de las posibilidades limitadas en los
pacientes de riesgo, se pueden utilizar todos los procedimientos de cirugía reconstructora
en función de la localización y del tamaño de la pérdida de sustancia, sobre todo los
colgajos locales y los injertos cutáneos.
© 2010 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras Clave: Pie; Diabetes; Cirugía reconstructora; Infección;


Amputaciones del miembro inferior

Plan equipo multidisciplinario o una red asistencial. Se trata


de un objetivo principal del tratamiento de los diabéti-
cos. En la actualidad, un número demasiado grande de
¶ Introducción 1
estos pacientes recibe tratamiento sin ningún tipo de
¶ Epidemiología 1 colaboración ni proyecto asistencial global. La reducción
¶ Cirugía del pie diabético 2 del número de heridas y de amputaciones en los diabé-
Cirugía urgente 2 ticos requiere la educación de los pacientes, la preven-
Cirugía conservadora 2 ción de las heridas y una homogeneización de las
Cirugía mutilante 3 prácticas medicoquirúrgicas.
Cirugía reconstructora 5 Los conceptos de fisiopatología, de anatomía quirúr-
¶ Conclusión 8 .
gica y la actitud práctica frente a un paciente diabético
pueden consultarse en la página de internet de
EM-consulte (http://www.em-consulte.com/es/).

■ Introducción
■ Epidemiología
El pie de los pacientes diabéticos constituye el punto
de confluencia de las complicaciones relacionadas con La diabetes es una enfermedad frecuente. Un estudio
esta enfermedad, constituidas en gran medida por la sanitario realizado en Francia en 2003 [1] atribuía a la
tríada neuropatía-isquemia-infección. El riesgo de diabetes una prevalencia del 3,14%. Se estima que el
desarrollar trastornos tróficos, a menudo a partir de 15% de los diabéticos tendrá una herida en el pie
traumatismos leves, es elevado y potencialmente grave. durante su vida [2]. En el ámbito del estudio ENTRED,
La afectación del pie influye en el pronóstico de la realizado con pacientes, la prevalencia de las heridas
enfermedad diabética, tanto en términos de morbilidad actuales o cicatrizadas se estimó en un 6% [3].
como de mortalidad, sobre todo debido a un riesgo El elevado coste de esta enfermedad sigue depen-
elevado de amputación. El tratamiento de estos pacien- diendo de las hospitalizaciones y de su duración. Por
tes de alto riesgo es complejo y debe llevarlo a cabo un ejemplo, en Francia, en 2003, 35.900 hospitalizaciones

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se debieron a una herida en el pie, con un aumento


Figura 1. Resultado de una
anual estimado en el 8,8% entre 1997 y 2003, que fue
escisión-sutura de la bóveda
más marcado aún para los ingresos en servicios médicos
plantar.
(17%/año). La duración media de la hospitalización fue
bastante estable en los 6 años, con 18,1 días en 2003
frente a 19,6 días en 1997.
La diabetes es la primera causa no traumática de
amputación del miembro inferior [4]. En todo el mundo,
se realiza una amputación en un paciente diabético cada
30 segundos y, en el 70-90% de los casos, la amputación
está precedida por una ulceración del pie [5, 6] . En
Francia, por ejemplo, según los datos del PMSI de 2003,
15.353 personas sufrieron una amputación, de las que
7.995 eran pacientes diabéticos (52%), es decir, una
incidencia de 184/100.000, que corresponde a un riesgo
14 veces superior al de una población no diabética [7].
Algunos datos recientes han mostrado que la incidencia
de las amputaciones no ha disminuido en los últimos
años [8]. Las amputaciones bajas son más frecuentes y
representan el 67% de los casos. La incidencia en
varones es el doble, con independencia de la edad. La
mortalidad durante la hospitalización aumenta con el
nivel de amputación, que va del 3,8% de una amputa-
ción de un dedo del pie a un 21% para una a nivel del
muslo. El riesgo de fallecimiento en un diabético se
multiplica por 2,4 [9] si tiene una úlcera del pie y se
cuadriplica si ha sufrido una amputación, respecto a un
diabético sin lesiones del pie. La presencia de una Desbridamiento/drenaje quirúrgico
afectación renal u oftálmica desempeña un papel agra- El desbridamiento quirúrgico en el quirófano bajo
vante. Además, en los 5 años posteriores a la interven- anestesia local o locorregional suele ser necesario
ción inicial, en cerca del 50% de los casos se requiere cuando la necrosis tisular es excesiva para poder elimi-
otra amputación, con un porcentaje de supervivencia de narla mediante la simple detersión mecánica, como
tan sólo un 58% [10]. prevención de una infección, para el drenaje de un
absceso o cuando el hueso está expuesto [11].

■ Cirugía del pie diabético Escisión-sutura


Se utiliza en las pequeñas heridas que no siguen una
evolución favorable a pesar de utilizar un tratamiento
Cirugía urgente médico adecuado. Este retraso de la cicatrización puede
En el contexto urgente, se recomienda evitar cual- tratase de forma radical, mediante una escisión bajo
quier intervención quirúrgica inicial que llevaría en la anestesia local, en la mayoría de las ocasiones con una
mayoría de las ocasiones a una exéresis demasiado resección fusiforme (Fig. 1). Sin embargo, esta técnica
amplia, porque es difícil encontrar un límite entre sólo se puede plantear si el cierre puede efectuarse sin
infección y piel sana. Por tanto, el tratamiento quirúr- tensión. Este criterio es determinante para obtener una
gico urgente debe reservarse a una sepsis grave que cicatrización primaria de buena calidad. Si la zona es
comprometa la conservación del miembro o el pronós- demasiado amplia, se puede plantear un desbridamiento
tico vital del paciente, a un absceso complicado con un quirúrgico en primer lugar, seguido de una segunda fase
síndrome compartimental o con una necrosis o incluso de cobertura. En caso de osteítis demostrada, se puede
a una dermohipodermitis bacteriana necrosante. En realizar una resección ósea limitada, pero completa,
estos casos, debe ser lo más conservador posible y asociada a una escisión sutura de la herida para facilitar
asociarse siempre a un tratamiento médico completo. su cicatrización.
Cualquier amputación, incluso menor, debe ser excep-
cional. En todos los demás casos, las complicaciones Osteoartrectomía
infecciosas del pie diabético requieren un tratamiento Está indicada en caso de mal perforante plantar sobre
inicial sólo médico. una articulación metatarsofalángica infectada como
alternativa a la amputación. Sólo puede plantearse ante
Cirugía conservadora una infección ósea limitada y en ausencia de necrosis
cutánea del dedo afectado. Se lleva a cabo a través de
Se plantea como primera elección cuando se constata una incisión dorsal longitudinal de alrededor de 3 cm
una ausencia de mejoría a pesar de un tratamiento entre los tendones extensores de los dedos. El extensor
médico adecuado. Engloba todas las intervenciones que se reclina y se realiza la resección osteoarticular sin
no modifican la arquitectura funcional del pie, como el asociar un enclavado con agujas, porque parece inútil y
desbridamiento quirúrgico, la escisión-sutura de una facilita la infección. Esta vía permite el tratamiento de
herida crónica, el legrado óseo y la osteoartrectomía, así los dos radios vecinos si fuese necesario. Para la resec-
como las amputaciones del segundo, tercer y cuarto ción de tres articulaciones, se puede emplear una vía
dedo. Sus principios son los siguientes: desbridamiento transversal (Fig. 2). El acortamiento óseo obtenido
cutáneo conservador, tratamiento de un foco osteítico produce una laxitud cutánea y permite la escisión-
con toma sistemática de muestras bacteriológicas y sutura del mal perforante plantar asociado en la misma
mantenimiento del aspecto exterior y del volumen de intervención. Este tratamiento simple y barato permite
todo el pie para permitir el calzado y disminuir las obtener un 88% de curaciones [12-14]. Disminuye las
consecuencias psicológicas en los pacientes. En todos los presiones plantares sobre la zona de mal perforante
casos, es necesario poner el pie en descarga hasta que se plantar sin un aumento compensador en las cabezas
complete la cicatrización. metatarsianas adyacentes. La conservación del dedo

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Figura 2.
A. Mal perforante plantar sobre la cabeza del tercer metatarsiano asociado a una artrosis metatarsofalángica de los cuatro radios laterales.
B, C. Resultados postoperatorios tras una osteoartrectomía múltiple y escisión-sutura del mal perforante.

colgante permite un calzado simple y la preservación mediante hilo no reabsorbible de un calibre adecuado
del volumen del antepié sin provocar una desviación de (2/0, por ejemplo). Si es necesario, se puede asociar un
los dedos contiguos. plano subcutáneo cerrado con hilo reabsorbible y
La osteoartrectomía interfalángica es útil en el trata- puntos invertidos. Dependiendo del nivel de amputa-
miento de las artrosis de la interfalángica asociadas a ción, se puede dejar un drenaje con crin de Florencia o
una lesión cutánea dorsal secundaria, por ejemplo a un con una lámina de silicona para limitar la aparición de
dedo en garra. un hematoma. Sin embargo, el cierre cutáneo no es
sistemático si no se puede efectuar en buenas condicio-
Cirugía mutilante nes. Después de la intervención, se debe llevar a cabo
un seguimiento periódico, porque es frecuente encon-
La cirugía mutilante sólo se usa como última alterna- trar heridas postoperatorias después de la amputación.
tiva, pero con mucha frecuencia sigue siendo la única La tríada desvascularización-desnervación-infección, que
opción terapéutica en caso de lesiones profundas, ha motivado la amputación, puede perpetuarse, sobre
graves, extensas e irreversibles, sobre todo si se asocian todo si el nivel de amputación es demasiado distal. Estas
a isquemia. Corresponde a las cirugías que modifican heridas cicatrizan con dificultad y requieren cuidados
gravemente la arquitectura funcional del pie. locales minuciosos para evitar las amputaciones deno-
Sin embargo, la ausencia de cicatrización de una minadas en «salchichón», cuyo pronóstico es catastró-
herida crónica no es una indicación sistemática de fico. Por tanto, es fundamental escoger de entrada el
amputación. La elección del nivel de amputación nivel adecuado de amputación, recurriendo en ocasio-
depende de la infección, del estado vascular y cutáneo nes a la oximetría transcutánea (TCPO2).
del paciente, así como de las posibilidades de apoyo
posterior. Por tanto, su indicación no debe depender
sólo del estado de la herida o de la extensión de los Amputaciones del antepié
tejidos necrosados. En los pacientes diabéticos, el Es fundamental conservar la longitud del pie a la vez
objetivo consiste en encontrar un compromiso entre que se preserva un recubrimiento cutáneo de calidad. El
«estática equilibrada» y cicatrización correcta y rápida. objetivo es utilizar al máximo la piel sana para permitir
Conviene utilizar un máximo de piel sana, adaptando el un cierre sin tensión.
trazo de amputación. También se debe anticipar una
recidiva posterior o un fracaso, por lo que se deben Amputaciones de los dedos [17, 18]
dejar las máximas alternativas (hay que pensar en el Según la localización y la extensión de las lesiones, es
«siguiente corte»). A continuación se describirán los posible realizar una amputación parcial (transfalángica o
distintos niveles de amputación, desde el antepié a la interfalángica) o completa (metatarsofalángica) de uno o
pierna, así como las ortesis adaptadas que pueden varios dedos. La amputación más distal es la que se
proponerse a los pacientes una vez lograda la realiza a nivel trans-F2 en el primer dedo o trans-F3 en
cicatrización. los demás dedos. Antes de realizar una amputación, es
esencial planificar un colgajo de dedo, si es posible, para
Reglas generales [15, 16] cubrir una herida sobre una cabeza de un metatarsiano
En la mayoría de las ocasiones, el paciente se coloca próximo.
en decúbito supino, bajo anestesia locorregional. La Para las amputaciones parciales, se prefieren los
utilización de un torniquete neumático colocado en el colgajos frontales, porque permiten un apoyo satisfacto-
muslo permite una comodidad quirúrgica considerable, rio sobre el muñón [19]. El colgajo plantar es más largo
pero no debe utilizarse en los pacientes con una arteritis para crear una neopulpa sensible, con una zona de
grave. El cirujano y el ayudante se sitúan en el extremo apoyo de buena calidad. Si se ha realizado una desarti-
de la mesa, sentados. Los trazos de las incisiones cutá- culación interfalángica, las prominencias condíleas se
neas se realizan antes de la preparación con antiséptico. resecan a los lados para obtener un extremo distal
Deben tomarse muestras bacteriológicas tanto para redondeado de forma regular. Con independencia de
aerobios como para anaerobios (tejidos blandos profun- cuál sea el nivel, las arterias colaterales se electrocoagu-
dos y hueso) de forma sistemática para adaptar la lan. Los nervios colaterales se disecan y se seccionan a
antibioticoterapia en el postoperatorio. Conviene evitar distancia de las zonas de presión. Los tendones flexores
que el cierre cutáneo quede en la cara plantar del pie, y extensores simplemente se seccionan.
es decir, en una zona de apoyo. El plano cutáneo se Para las amputaciones metatarsofalángicas, el trazado
cierra con puntos no isquemiantes de tipo Blair-Donati de las incisiones es idéntico. Los colgajos se dibujan en

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Figura 3. Amputación metatarsofalángica del tercer dedo del


pie. La cara medial sana ha permitido cubrir la pérdida de
sustancia interfalángica y realizar un cierre sin tensión.

Figura 5. Amputación transmetatarsiana.


A. 1. Límites de resección ósea; 2. colgajo cutáneo plantar; 3.
colgajo cutáneo dorsal.
B. 1. Colgajo cutáneo plantar.

también favorecería la aparición de dedos en garra. La


resección de uno o varios radios se realiza mediante una
incisión en «raqueta» dorsal de la piel y de los tejidos
Figura 4. Ejemplos de amputaciones sagitales. subyacentes, en la vertical del radio o entre dos radios
A. 1. Incisión cutánea dorsolateral. adyacentes afectados por la resección. La desarticulación
B. 1. Límites de resección ósea; 2. incisión cutánea dorsal. del dedo correspondiente permite mejorar la visualiza-
C. 1. Base del segundo metatarsiano. ción de la cara plantar del metatarsiano. Los autores de
este artículo realizan una osteotomía de la base del
metatarsiano en lugar de una desarticulación.
función de la piel sana utilizable para que su aproxima-
Amputación transmetatarsiana [25, 26] (Fig. 5)
ción permita cubrir la pérdida de sustancia cutánea
(Fig. 3). El cartílago articular de las cabezas de los El nivel de resección, que en la mayoría de las oca-
metatarsianos se reseca con una pinza-gubia [20, 21]. siones es mediodiafisario, depende del estado cutáneo
La ortesis debe descargar los apoyos anteriores sobre plantar, porque la técnica se basa en un colgajo plantar,
los dedos restantes, utilizando, por ejemplo, una planti- con una vascularización perfecta, más largo y que se
lla con una barra retrocapital. También debe rellenar el rebate hacia arriba para obtener una cicatriz dorsal y un
volumen que falta para evitar una desviación secundaria buen «relleno» de los metatarsianos hacia delante.
de los dedos adyacentes. El trazado transversal es oblicuo y conecta la diáfisis
de M1 con la de M5 a un nivel equivalente. Se sitúa en
Amputaciones sagitales [21, 22] la vertical de la línea de resección ósea. El trazado
Las amputaciones de un radio suelen ser una alterna- plantar se sitúa de forma obligatoria por delante del
tiva a una amputación completa de los dedos del pie trazado dorsal, en el mejor de los casos en la base de los
(sobre todo para el segundo y el quinto radio), con dedos. Estos dos trazados se unen sobre los bordes
resultados muy satisfactorios (Fig. 4). laterales del pie. Es esencial biselar las osteotomías de
Sin embargo, conviene evitar al máximo la amputa- los distintos metatarsianos en sentido inferoposterior
ción del primer radio, que tiene consecuencias funcio- para evitar las prominencias plantares, así como en
nales graves. El impulso terminal de la fase de apoyo se sentido lateral para M1 y M5 [27]. Berlemont [28] pro-
perdería y pasaría a recaer en la parte proximal del pone una tenoplastia de los extensores a nivel plantar
primer metatarsiano [23], de modo que la distribución de para evitar cualquier posición en equino secundaria y a
las presiones se haría de forma anómala sobre las fin de conservar una movilidad activa adecuada en
cabezas de los metatarsianos restantes [24] . Además, posición dorsal. Los autores de este artículo no la

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largo al inicio y adaptarlo al final de la intervención


para evitar un exceso o un defecto de los tejidos blan-
dos. Sus límites laterales se sitúan, en la cara medial de
la pierna, a 2 cm por detrás del borde interno de la tibia
y en la cara lateral de la pierna, sobre el peroné.
La incisión se inicia en el colgajo anterior hasta el
periostio tibial, que se rechaza hacia arriba unos 3 cm. El
compartimento anterolateral se secciona, procurando
ligar los vasos tibiales anteriores. El nervio se secciona
más arriba. La tibia se secciona en horizontal y el peroné
en oblicuo y en sentido inferomedial, a 3 cm por encima
de la sección tibial, porque es móvil y podría lesionar la
parte lateral del muñón. El ayudante puede a continua-
ción «abrir» la pierna y permitir que se continúe la
disección hacia abajo. El paquete vasculonervioso tibial
posterior se respeta siempre hasta el extremo distal del
colgajo, donde se liga para permitir completar la ampu-
tación. Los bordes prominentes de la tibia se eliminan
(lima, pinza-gubia). El ángulo anterior tibial (Farabeuf) se
suprime y la masa muscular posterior (músculos tibial
posterior, flexor largo de los dedos y sóleo) se elimina en
sentido craneocaudal con un bisturí de Farabeuf, por
ejemplo. Algunos autores proponen fijar la aponeurosis
Figura 6. Amputación transtibial. 1. Colgajo cutáneo anterior; del músculo gastrocnemio al periostio tibial y realizar
2. colgajo cutáneo posterior; 3. límites de resección ósea tibial y una mioplastia, aislada o de tipo miodesis con puntos
peronea; 4. tuberosidad tibial anterior. transóseos sobre la tibia [34]. Los autores de este artículo
simplemente suturan la aponeurosis del gastrocnemio a
la aponeurosis del compartimento anterior con hilo
practican, porque parece que, por el contrario, limita las reabsorbible. Conviene cerrar el muñón eliminando las
movilidades del tobillo en flexión; simplemente se posibles «orejas» laterales y dejando un drenaje de tipo
seccionan los flexores en flexión plantar máxima. lámina de silicona. Para evitar un flexo, se debe mante-
La ortesis [29] debe rellenar el volumen que falta y ser ner la rodilla en extensión sin elevarla (sin utilizar un
rígida para evitar una discontinuidad entre el antepié y «cojín», aunque los pacientes suelen pedirlo) y hay que
el retropié, que causaría una ulceración del muñón. planificar una kinesiterapia precoz.
Consta de una barra retrocapital alta para descargar el La prótesis de pierna de tipo «contacto» es una de las
antepié y corrige la tendencia al varo gracias a una mejores en términos de distribución de los apoyos sobre
concavidad pronadora en el talón. el muñón, de comodidad y de calidad de marcha [35].

Amputaciones del mediopié y del retropié Cirugía reconstructora


Esta cirugía se realiza en pocos casos en estos pacien-
Engloban muchos tipos de intervenciones, depen-
tes de riesgo. La frecuencia elevada de arteriopatías
diendo de la localización afectada, de la interlínea
graves en estos enfermos tiende a disminuir en gran
tarsometatarsiana hasta la interlínea transversa del tarso
medida el porcentaje de éxito. Además, existe un riesgo
e incluso más posteriores aún, en la vertical de la
de agravamiento de la pérdida de sustancia si fracasa.
cortical anterior de la tibia (tipo Syme) [30]. Algunos
Por tanto, la cirugía reconstructora se emplea sobre todo
autores [15] recomiendan la artrodesis tibiocalcánea con
en pacientes jóvenes con un buen estado vascular distal
astragalectomía, porque satisface los objetivos funciona-
o en los que se han sometido a una revascularización y
les y permite usar una ortesis estética. Sin embargo,
en aquellos que puede esperarse una cicatrización
requiere que la cubierta del talón esté indemne y exige
satisfactoria. Por tanto, conviene ofrecerles una infor-
contar con una experiencia sólida, así como con un
mación clara y completa en cuanto a los riesgos y
material de osteosíntesis adecuado. Estas intervenciones
beneficios previsibles.
no se realizan de forma habitual en el servicio de los
Se pueden utilizar todas las técnicas de la cirugía
autores y no se detallarán en este artículo.
reconstructora, desde el simple injerto de piel al colgajo
libre, pasando por los colgajos locorregionales. Sin
Amputación transtibial (Fig. 6)
embargo, se describirán aquí sólo las técnicas utilizadas
Es la amputación más frecuente del miembro inferior en la práctica habitual. Siempre se preceden de una
(tomando todas las etiologías en conjunto). Sin primera intervención de desbridamiento quirúrgico, con
embargo, debería ser excepcional. Conviene dar priori- toma de muestras bacteriológicas de forma sistemática.
dad a la longitud residual del esqueleto, a la vez que se La técnica apropiada se define en función de la etiolo-
consigue un buen «acolchado» del muñón. Por tanto, la gía, de la localización, del tamaño y de la profundidad
amputación en el tercio distal no debe ser una alterna- de la pérdida de sustancia, así como de las características
tiva prioritaria. La calidad de los tejidos que recubrirán del paciente, sobre todo de su estado vascular.
el muñón sigue siendo el principal factor determinante Si es posible, conviene dar prioridad a las técnicas que
de la cicatrización. Según algunos autores, el nivel de permiten recuperar una sensibilidad de protección.
amputación más favorable se sitúa a 12,5-15 cm bajo la También hay que pensar en las posibilidades posteriores
interlínea femorotibial [31, 32] . Los autores de este si se produce una recidiva o un fracaso (pensar en el
artículo toman como referencia para la osteotomía tibial «corte siguiente») y, en especial, no eliminar la posibili-
una línea situada a unos 8 cm bajo la tuberosidad tibial dad de una amputación, sobre todo transtibial, para la
anterior. que se usan los colgajos de pierna. A continuación se
Los autores de este artículo utilizan una técnica con describirán las posibilidades de reconstrucción del pie,
un colgajo posterior largo basado en un colgajo cutáneo según Colen y Uroskie [36] , que se divide en cuatro
dependiente de los vasos tibiales posteriores [33] . La partes:
longitud de este colgajo se calcula para poder realizar un • el tobillo, la parte dorsal del pie y la región del
cierre sin tensión. Sin embargo, se aconseja trazarlo más tendón de Aquiles;

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Figura 8. Colgajo neurovascular de dedo del pie.


A. Cara plantar, mal perforante sobre la cabeza del tercer meta-
Figura 7. Cobertura de la cara anterior del tobillo mediante un tarsiano con artrosis metatarsofalángica y necrosis parcial (mitad
injerto de piel de espesor delgado expandido. medial del tercer dedo del pie). 1. Mal perforante plantar.
A. Preoperatorio tras desbridamiento y fase de granulación. B. Cara dorsal. 1. Necrosis.
B. Postoperatorio a los 10 días. C. Amputación parcial del tercer dedo del pie con conservación
de la mitad sana.
D. Utilización de la parte sana para cubrir el mal perforante
plantar.
• la parte anterior de la planta;
• la parte posterior de la planta;
• el talón. Otros colgajos
Los colgajos siguientes son poco fiables en pacientes
Cobertura del tobillo, de la parte dorsal
con alteraciones vasculares, por lo que se utilizan poco
del pie y de la región del tendón de Aquiles en la práctica habitual:
En la mayor parte de los casos, las pérdidas de sus- • colgajo muscular de abductor del primer dedo, aso-
tancia de esta zona pueden tratarse mediante un injerto ciado en ocasiones al flexor corto del primer dedo
dermoepidérmico de espesor delgado después de la para cubrir las pequeñas pérdidas de sustancia de las
granulación del lecho, que debe estar bien vascularizado partes anterior y medial del tobillo [38];
(Fig. 7). Esta granulación se puede obtener antes • colgajo muscular de extensor corto de los dedos,
mediante el uso de un apósito con presión negativa [37]. cuyas cuatro digitaciones, que son delgadas y cortas,
Este tipo de apósito puede utilizarse en otras regiones permiten cubrir en pacientes adultos lesiones de
del pie, pero en menos casos. alrededor de 4,5 × 6 cm situadas sobre los maléolos o
En las grandes pérdidas de sustancia con exposición en la parte anterior del tobillo [39];
tendinosa u ósea, suele estar indicado un colgajo de • colgajo supramaleolar lateral [40] , que es un gran
cobertura. Sin embargo, en estos pacientes que suelen colgajo fasciocutáneo (de hasta 20 × 9 cm), cuyo fin
tener enfermedades médicas graves asociadas, es prefe- es cubrir las pérdidas de sustancia del maléolo lateral
rible la escisión de un tendón desprovisto de su periten- y la parte proximal del dorso del pie, pero su uso
dón asociada a un injerto cutáneo, en lugar de realizar sigue siendo excepcional en los pacientes diabéticos.
uno de los colgajos que se detallan a continuación.
Cobertura de la parte anterior de la planta
Colgajo neurocutáneo sural Las lesiones del tercio anterior de la planta son muy
Este colgajo se utiliza en traumatología para cubrir el frecuentes, en especial sobre las cabezas de los metatar-
talón y la región del tendón de Aquiles. También puede sianos. En la mayoría de las ocasiones se utilizan
cubrir la parte anterior del tobillo y los maléolos. En los colgajos locales para rellenar las pérdidas de sustancia
pacientes diabéticos, en los que los fracasos son fre- profundas.
cuentes, plantea el problema de que secciona el colgajo
Colgajos de dedo (Fig. 8)
posterior de una posible amputación transtibial. Por
tanto, un fracaso obligaría a realizar una amputación Se debe pensar en ellos de forma sistemática en caso
más proximal, de modo que se utiliza en muy pocos de amputación digital, porque la cara sana de un dedo
casos. se puede utilizar para cubrir una pérdida de sustancia en
Esto también es válido para los otros colgajos fascio- los puntos de apoyo sobre las cabezas de los metatarsia-
cutáneos de la pierna. nos. Se basan en el pedículo colateral correspondiente,

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Figura 9. Colgajo con pedículo subcutáneo en V-Y. 1. Piel; 2.


cierre de la V en Y; 3. plano adiposo, 4. fascia. Flecha: vector de
translación.

que debe respetarse manteniéndose en contacto con el


hueso. Algunos autores [41] sacrifican un dedo con el fin
de levantar un colgajo neurovascular de pulpa de dedo
basado en sus dos pedículos colaterales para cubrir una
herida de la cabeza del metatarsiano correspondiente y
otros [42, 43] utilizan la cara lateral del primer dedo en
isla neurovascular sin sacrificar hueso, cerrando o
injertando la zona donante. Sin embargo, parece difícil
plantear el sacrificio de un dedo sano (en especial el
primero) para cubrir una pérdida de sustancia en este
tipo de paciente.
Colgajos de pedículo subcutáneo avanzados
en V-Y [44] (Fig. 9)
Son los más utilizados, junto con los colgajos de
dedo. Existe un gran número de perforantes verticales
en la planta, que permiten realizar estos colgajos de
forma «aleatoria», es decir, sin centrarlos en un eje
vascular específico. Para hacerlos avanzar con facilidad
y estar seguros en el aspecto vascular, conviene avanzar
la piel, la grasa y la fascia de forma conjunta, sin ejercer
una tensión excesiva sobre el colgajo.

Cobertura de la parte media de la planta


El arco lateral, que está sometido a presiones conside-
rables, debe recubrirse con piel plantar resistente. En las
lesiones pequeñas, puede bastar con un colgajo local de
tipo V-Y a partir de la bóveda (de este modo, las cica-
trices no están sometidas a carga). Si la pérdida de Figura 10. Colgajo prefascial de rotación con pedículo medial.
sustancia es mayor, se debe plantear un colgajo de A. 1. Maléolo lateral; 2. zona no de apoyo de la bóveda plantar;
rotación basado en el plexo plantar subcutáneo o en la 3. pérdida de sustancia del talón; 4. diseño del colgajo.
arteria plantar medial. B. 1. Ramo cutáneo del nervio plantar lateral; 2. ramo cutáneo
La bóveda plantar, que es una zona que no soporta del nervio plantar medial; 3. plexo plantar proximal subcutáneo;
carga, se recubre con facilidad mediante un injerto de 4. músculo abductor del dedo gordo; 5. músculo abductor del
piel de espesor delgado. quinto dedo.
C. 1. zona no de apoyo que debe injertarse.
Cobertura del talón
Esta región representa la mayor dificultad para el
cirujano plástico a la hora de cubrir las pérdidas de correr el riesgo de lesionar uno de los nervios, la
sustancia del pie, porque el fracaso suele culminar en incisión distal debe situarse al menos a 3 cm de las
una amputación transtibial. Esto explica también la cabezas de los metatarsianos y no se realiza ninguna
utilización preferente, aunque excepcional, de un incisión en el territorio del nervio calcáneo medial. Se
colgajo libre en esta región. Hay que señalar que comienza por la incisión del borde lateral del colgajo,
muchos autores [45, 46] han demostrado que la presencia que se levanta a ras del músculo abductor del quinto
de sensibilidad no es obligatoria para conservar la dedo. En la unión entre el músculo y la fascia plantar,
función del talón y que no correlacionaba con la tasa de es posible identificar y disecar el ramo cutáneo del
éxito [47]. nervio plantar medial, que se sitúa entre la fascia y el
músculo abductor del primer dedo. A continuación, el
Colgajo de rotación prefascial de pedículo interno
colgajo se levanta de distal a proximal a ras de la fascia.
(Fig. 10)
El cierre provoca un defecto cutáneo en una zona que
Las pequeñas pérdidas de sustancia (menos de 6 cm) no es de apoyo y que se rellena con un injerto de piel
del talón en una zona de apoyo pueden cubrirse con de espesor delgado. La reanudación del apoyo no
este colgajo descrito por Hidalgo y Shaw [48, 49] y vascu- comienza antes de 4-6 semanas.
larizado por el plexo plantar medial subcutáneo. Está En los pacientes con múltiples patologías, en quienes
inervado por el ramo calcáneo medial del nervio tibial la realización de un colgajo libre es imposible, se puede
y, de forma accesoria, por los ramos cutáneos proceden- asociar a este colgajo de rotación una calcanectomía
tes de los nervios plantares medial y lateral. Para no parcial para cubrir pérdidas de sustancia más extensas.

Cirugía plástica reparadora y estética 7


E – 45-880 ¶ Tratamiento quirúrgico del pie diabético

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Se trata de un colgajo cutáneo sensible, difícil desde 176:436-41.
el punto de vista técnico. Se levanta en isla neurovascu- [13] Griffiths GD, Wieman TJ. Metatarsal head resection for
lar sobre los vasos y los nervios plantares mediales. Se diabetic foot ulcers. Arch Surg 1990;125:832-5.
deben disociar los ramos del nervio plantar medial para [14] Patel VG, Wieman TJ. Effect of metatarsal head resection for
conservar la sensibilidad del primer dedo. Su paleta diabetic foot ulcers on the dynamic plantar pressure
cutánea se sitúa en la zona que no soporta carga de la distribution. Am J Surg 1994;167:297-301.
bóveda plantar, por detrás de la cabeza del primer [15] Camilleri A, Anract P, Missenard G, Ménager D. Amputations
metatarsiano. Dado que su arco de rotación es limitado, et désarticulations des membres : membres inférieurs. EMC
permite cubrir sobre todo la zona de carga del talón. (Elsevier Masson SAS, Paris), Techniques chirurgicales -
Orthopédie-Traumatologie, 44-109, 2000.
Colgajo neurocutáneo sural
[16] Barret A, Accadbled F, Bossavy JP, Garrigues D, Chaufour X.
Siempre plantea el problema de seccionar el colgajo Amputations des membres inférieurs au cours de l’évolution
posterior de una amputación transtibial. des artériopathies chroniques oblitérantes. EMC (Elsevier
En la Figura 11 se muestra un esquema resumen de Masson SAS, Paris), Techniques chirurgicales - Chirurgie
las distintas posibilidades de cobertura de la planta en vasculaire, 43-029-M, 2005.
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a cabo por un equipo multidisciplinario que defina un ankle: review of techniques and results. Orthopedics 1997;
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los problemas agudos como al seguimiento a largo [21] Lange TA, Nasca RJ. Traumatic partial foot amputation. Clin
plazo. Este plan de tratamiento se establece después de Orthop Relat Res 1984;185:137-41.
realizar una valoración global, clínica y con pruebas [22] Millstein SG, McCowan SA, Hunter GA. Traumatic partial
complementarias, del paciente. El principal objetivo foot amputations in adults. A long-term review. J Bone Joint
consiste en evitar al máximo las heridas, amputaciones Surg Br 1988;70:257-61.
y recidivas, que dan lugar a secuelas funcionales y [23] Dahmen R, Haspels R, Koomen B, Hoeksma AF. Therapeutic
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Agradecimientos : Los autores quieren expresar su gratitud al doctor foot pressures after great toe amputation in diabetes. Diabetes
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artículo, así como al doctor Fabre por su ayuda y sus críticas [25] Early JS. Transmetatarsal and midfoot amputations. Clin
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L.-A. Dumont, Interne des hôpitaux.


Centre hospitalier universitaire de Toulouse-Rangueil, service de chirurgie plastique, esthétique, reconstructrice et des brûlés, 1, avenue
du Pr Jean Poulhès TSA 50032, 31059 Toulouse cedex, France.
J. Martini, Praticien hospitalier.
Centre hospitalier universitaire de Toulouse-Rangueil, service de diabétologie et centre de cicatrisation des plaies, 1, avenue du Pr Jean
Poulhès TSA 50032, 31059 Toulouse cedex, France.
J.-L. Grolleau-Raoux, Professeur des universités, Praticien hospitalier.
J.-P. Chavoin, Professeur des universités, Praticien hospitalier, chef de service (chavoin.jp@chu-toulouse.fr).
Centre hospitalier universitaire de Toulouse-Rangueil, service de chirurgie plastique, esthétique, reconstructrice et des brûlés, 1, avenue
du Pr Jean Poulhès TSA 50032, 31059 Toulouse cedex, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo original: Dumont L.-A., Martini J., Grolleau-Raoux J.-L., Chavoin J.-P.
Prise en charge chirurgicale du pied chez le diabétique. EMC (Elsevier Masson SAS, Paris), Techniques chirurgicales - Chirurgie plastique
reconstructrice et esthétique, 45-880, 2009.

Disponible en www.em-consulte.com/es
Algoritmos Ilustraciones Vídeos / Aspectos Información Informaciones Autoevaluación Caso
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias clínico

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