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"SI USTED ES CAPAZ DE TEMBLAR DE INDIGNACIÓN CADA VEZ QUE SE COMETE UNA

INJUSTICIA EN EL MUNDO, SOMOS COMPAÑEROS" – Ernesto “El Che” Guevara.

No podemos negarlo, es la fuerza de la juventud la que agita o interrumpe el desarrollo de una


sociedad. Es la juventud, con su presencia y protagonismo, la que constituye pueblos o
ciudades activas, emprendedoras y promisorias de esperanza. Por lo tanto, no perdamos el
rumbo. Sólo se pierde el horizonte cuando somos desorganizados, desinformados,
individualistas, indiferentes.

Somos testigos como últimamente estamos sometidos a una restauración capitalista. Los
grandes medios callan, y quienes nos gobiernan, someten y comprometen nuestros recursos al
mejor postor. Y parece que aquí no pasa nada. Nadie quiere levantar la voz para que se abran
esos oídos pasivos y obstruidos con tanta desinformación maquiavélica, distorsionada y
derechizada.

Vemos como el Ecuador ha firmado acuerdos con el Fondo Monetario Internacional – FMI,
como ya lo hizo antes del 2008 y estoy segura que los adultos aquí presentes recuerdan las
catastróficas consecuencias económicas y sociales que les tocó vivir. Ahora, se proponen
cuatro categorías de intervención: la primera será el reajuste de la masa salarial del sector
público, lo cual implicará despidos masivos – se renovará solamente el 50% de contratos que
expiren en sectores no sociales -, reducción de salarios, y no renovación para contratos
ocasionales.

La segunda área será la reducción de subsidios a combustibles, especialmente diésel industrial.


La tercera una reforma tributaria con mayores beneficios para los deciles más altos de la
sociedad, es decir para los ricos; y para terminar una reducción del gasto público de capital,
bienes y servicios.

Por eso es urgente, juventud y ciudadanía de mi patria, priorizar nuestras acciones, ¿cómo?:

La primera prioridad es actuar. No se trata de caer en el activismo sin rumbo, sino tomar
iniciativas en todos los campos. Así creceremos y no nos cansaremos en vano o
equivocadamente. Nuestras actuaciones deben ser transformadoras de nosotros mismos, de
nuestro entorno, de nuestras relaciones, de situaciones que nos atropellan y de estructuras
que nos deshumanizan.

La segunda prioridad es la organización. Sin organización no se avanza a ninguna parte. La


puerta del éxito y de la verdadera felicidad no es la del individualismo. La organización
comienza en la familia, primera escuela de una vida exitosa.

La tercera prioridad es la formación. Esta no termina con la escuela; no termina nunca.


Debemos fortalecer nuestro pensamiento crítico porque la TV y otros grandes medios de
comunicación buscan a diario domesticarnos y despertar nuestros instintos para hacernos
sumisos, ciegos, sordos, inconscientes y pasivos.

Cada uno de nosotros tenemos en nuestras manos el poder para decidir el futuro de nuestro
país. Seamos más activos y fortalezcamos la presencia en espacios de participación y
organización. Además, elevemos la discusión de temas trascendentales que necesitan de
nuestro interés. Hay los medios y la tecnología nos los facilita. No dejemos que destruyan la
patria, no permitamos que regresemos al pasado, porque somos fuerza, presencia y espíritu
joven.

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