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Los gerentes, por definición, son tomadores de decisiones. Uno de los roles del gerente es
precisamente tomar una serie de decisiones grandes y pequeñas.
Tomar la decisión correcta cada vez es la ambición de quienes practican la gerencia. Hacerlo requiere
contar con un profundo conocimiento, y una amplia experiencia en el tema.
Las decisiones
Una decisión es un jucio o selección entre dos o más alternativas, que ocurre en numerosas y diversas
situaciones de la vida (y por supuesto, la gerencia).
De emergencia: ante situaciones sin precedentes, se toman decisiones en el momento, a medida que
transcurren los eventos. Pueden tomar la mayor parte del tiempo de un gerente.
Para estas últimas, la literatura gerencial ofrece una amplia gama de herramientas, como: análisis de
pareto, árboles de decisión, programación linear, análisis costo-beneficio, simulación, matriz DOFA,
análisis “what if”, modelos y hojas de cálculo, entre otros
1. ¿Qué es Toma de decisiones?
La toma de decisiones es un proceso que atraviesan las personas cuando deben
elegir entre distintas opciones. Diariamente nos encontramos con situaciones
donde debemos optar por algo, pero no siempre resulta simple. El proceso de la toma
de decisiones hace hincapié en conflictos que se presentan y a los cuales hay que
encontrarles solución.
Por ejemplo, quienes tienden a ser ansiosos suelen agobiarse incluso aunque el
conflicto sea pequeño para algunos. Alguien que ha sufrido violencia de
género constantemente, es probable que tenga perturbada su capacidad de tomar
decisiones. Por otra parte, un sujeto que sea sumamente creativo podrá tener muchas
más habilidades para encontrar curiosas salidas.
Por ello han sido diversos los modelos creados a partir de distintos enfoques teóricos,
éstos sirven tanto para encontrar la explicación a la conducta en situaciones
problemáticas, como para tener las bases en la elaboración de técnicas terapéuticas
para ayudar, a quienes lo precisan, a desarrollar y potenciar la toma de decisiones.
Resolver un problema necesita de los siguientes conceptos, ya que todos ellos son
importantes no sólo para encontrar un resultado inicial, sino para el aprendizaje y
mejoría de la resolución de problemas, favoreciendo ampliamente la detección de las
propias herramientas (competencias).
Decisión: Todas las posibles combinaciones que incluyen tanto las acciones a llevar a
cabo como las situaciones.
Resultado: Hipotéticas situaciones que tendrían lugar si se toma una u otra opción de
las decisiones antes señaladas.
Consecuencia: Evaluación basada en la subjetividad, por ejemplo ganancias o pérdida.
Incertidumbre: Aquí juegan un papel fundamental tanto la probabilidad, como la
confianza y posibilidad, frente a lo desconocido, sobre todo cuando no se tiene
experiencia en algún problema en particular.
Preferencias: Tendencia a tomar una alternativa y no otra, se ve condicionada por la
experiencia.
Toma de decisión: Acción de decidir.
Juicio: Evaluación.
El lenguaje de la paz
30 junio, 2016
escribano
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«C
uervo». Caricatura: Átomo Cartún.
Por: Gearóid Ó Loingsigh – junio 30 de 2016
Llevamos casi cuatro años de los diálogos de paz con las FARC y por fin se nota un leve
cambio. Es aceptable criticarlos, ya que existen muchos debates sobre el alcance y
naturaleza de los acuerdos firmados. Todavía, las FARC-EP son las voces de una minoría,
pero por lo menos existen. Sin embargo, hay un elemento del proceso que no solo no ha
cambiado sino que se ha fortalecido y es la cuestión del lenguaje que usamos para
describirlo.
En todos los procesos de paz se ha hablado de una falsa unidad nacional, que no solo no
existe sino que no puede existir, salvo cuando las clases populares se rinden y aceptan
como normal el dominio de gentuza como Juan Manuel Santos y la clase de hampones y
mafiosos que él representa.
Las víctimas
Como parte de esa unidad debemos olvidar las causas del conflicto y presentar a todas las
víctimas como si no fueran responsabilidad de nadie, como si hubiera que pasar por alto
que la mayoría de ellas son víctimas del terrorismo del Estado y que en su mayor parte se
trata de luchadores sociales asesinados por sus convicciones políticas y sus militancias.
Simple y llanamente, son víctimas.
Según el diccionario de la RAE, una víctima es una persona que padece las consecuencias
dañosas de un delito. Así que, bajo la escueta categoría de víctimas, podrían ubicarse
personas como Álvaro Uribe Vélez, pues, según él, las FARC mataron a su padre. También
los hermanos Castaño, siendo que Vicente resaltó su propia condición de víctima en una
entrevista, afirmando: “nosotros también hemos sido víctimas, el solo hecho de vernos
obligados a ingresar a una guerra que nunca quisimos nos convirtió en víctimas desde el
primer momento”.
Se ve claramente que el uso escueto de la palabra ‘víctima’ es, en el mejor de los casos,
algo vacío de contenido, pues todo el mundo dentro de esa categoría es igual y no se
distingue entre unos y otros; o, en el peor de los casos, se esconde la verdad del conflicto
bajo un manto de impunidad que equipara a los caídos por el terrorismo de Estado con
cualquier otra clase de persona.
Aún en el caso de los campesinos encontramos a pocas personas que sean ‘simples
víctimas’. En 1998, 13.000 campesinos se tomaron la ciudad de Barrancabermeja y la
ocuparon durante 103 días. Llegaron a un acuerdo con el gobierno de Pastrana y
regresaron a sus casas. Nada más volver a sus fincas, los paramilitares, cuya presencia
según el propio Pastrana era abierta y contaba con la ayuda de servidores públicos,
comenzaron a asesinar a los dirigentes y desaparecieron a uno de los principales voceros
de los campesinos, Édgar Quiroga. Ellos tampoco son meras víctimas sino luchadores
asesinados por el Estado.
Sí, hay algunas personas que se pueden llamar víctimas a secas, como los jóvenes
secuestrados y asesinados por las fuerzas estatales y presentados ante los medios como
guerrilleros muertos en combate. Son víctimas, no eran luchadores sociales, pero son
víctimas de una campaña mediática del Estado: cada mal llamado ‘falso positivo’ era una
muestra ante los medios de la efectividad de las políticas gubernamentales para hacerle
frente a la guerra.
En el marco del proceso de paz, el uso a secas del término ‘víctima’ incluye a mucha gente
de muchos tipos y pone a los Uribe, los Castaño y otra gentuza en el mismo plano que las
víctimas del terrorismo de Estado, lo cual sólo sirve para crear confusiones sobre la
naturaleza de la guerra en Colombia. Esa palabra, despojada de significado, da una
oportunidad a ciertas ONG para proponer una solución al problema de tantas víctimas: una
salida o solución política.
Las hinchas sin crítica del proceso de paz hablan de la necesidad de una salida o solución
política, otra frase engañosa. ¿Qué es una solución política? Pues, la derrota militar de las
insurgencias sería una solución política. La vieja frase de Clauswitz «la guerra es la
continuación de la política por otros medios» nos dice todo. Sería la victoria de una política
estatal guerrerista, la misma que llevan implementando durante los últimos 50 años los
gobiernos colombianos.
Una victoria de la insurgencia sería otra solución política, aunque es poco probable. Una
revolución sería otra solución política. Aunque semejante escenario está muy lejos y no se
puede plantear como una propuesta inmediata.
La llamada solución política tiene que ser negociada con la burguesía. Con esto, sus
impulsores quieren decir que el Estado tiene una voluntad de negociar asuntos de fondo.
No obstante, si el Estado quisiera resolver la cuestión agraria no tendría que negociar con
nadie y lo podría hacer por sí mismo, si quisiera cambiar las políticas minero energéticas
también lo podría hacer sin consultar a las insurgencias.
No es por nada que la otrora dirigente del Polo Democrático, Clara López, sea hoy en día
la ministra de Trabajo para la paz. La solución política de la que tanto hablan consiste en
aceptar las reglas de juego de la clase capitalista y reconocer su victoria.
La reconciliación
Y esto nos lleva a otra frase tan común en todos los procesos de paz en el mundo: la
reconciliación.
Dicen que hay que buscar la paz y la reconciliación porque la reconciliación es buena. Es
buena en las relaciones personales y lo es en la sociedad en su conjunto. Nos tratan como
si fuera un asunto parecido a un problema de pareja: se trata de buscar una situación
donde nos abracemos, nos besemos y vivamos felices para siempre. A diferencia de los
cuentos de hadas, ese fin mítico no existe y no existirá jamás. No ha pasado en ninguna
sociedad como resultado de un proceso de paz.
La reconciliación es vivir todos juntos. Es, como dice Robert Meister, “la esperanza que
fundamenta el moderno discurso de derechos humanos es que las víctimas de los males
del pasado no lucharán contra aquellos que se beneficiaron y siguen beneficiándose una
vez los malhechores se han ido”. Es decir, la reconciliación obliga a no luchar, es la
negación del conflicto de clases: hay que vivir felizmente con las empresas petroleras, las
mineras, los partidos de la oligarquía, los terratenientes, las empresas palmeras y con los
Uribes y Santos del país. Quien quiera luchar contra ellos busca volver al pasado y a la
violencia, y a esa gente es a la que se le considera el verdadero problema en la sociedad.
La justicia transicional
Y con ese fin de exigir que no luchemos inventaron otra frase: la justicia transicional.
¿Transición de qué a qué? Sería interesante si nos pudieran contestar esa pregunta tan
sencilla, pero no solo no lo hacen sino que no aceptan el cuestionamiento. Todos hablan
de justicia transicional, pero no explican de qué se trata o, mejor dicho, no lo explican en
términos que los familiares de las víctimas del terrorismo de Estado puedan entender.
Nunca dicen: ‘mire, su hijo murió y a su verdugo lo vamos a soltar en nombre de la paz
porque hay que avanzar’.
Tampoco dicen que no nos pueden mostrar ni un solo ejemplo en el mundo donde esa
justicia transicional haya metido en la cárcel a un presidente o alto mando militar. De
hecho, en el acuerdo firmado con las FARC se prohíbe explícitamente la posibilidad de
llevar a un expresidente ante las cortes.
La justicia transicional es el engaño que promete que algún día encontraremos la justicia.
La justicia que prometen es tan ilusoria como el oro que, según la mitología, tienen
escondido los duendes al final del arco iris. Sólo hay que mirar el caso de Ríos Montt en
Guatemala o el de las empresas mineras sudafricanas beneficiaras del apartheid y de una
justicia transicional que no les persiguió y que permitió que, hoy en día, causen estragos en
las comunidades colombianas. En nombre de la reconciliación no se tocará
a BP, Oxy, Chiquita, Indupalma, etc. y ni siquiera serán investigadas esas compañías.
Toda confrontación bélica promueve la propaganda como género y como herramienta preferencial
de comunicación de los bandos en conflicto.
Los actores militares, tanto los oficiales como los ilegales, tienden a favorecer
modalidades instrumentales y propagandísticas de la comunicación, concebida no
como un intercambio recíproco de mensajes y significaciones donde cada quien
aprende, compara, concede y obtiene un conocimiento nuevo, sino como un modo
unidireccional y vertical de persuasión del otro alrededor de un mensaje, un sentimiento
o una idea.
Las Fuerzas Militares, presas de su visión instrumental de la guerra, acaban por dar
prioridad a la propaganda y a las lógicas de persuasión de los guerrilleros o de las
poblaciones mediante “operaciones psicológicas”. Y por su parte la comunicación
institucional del Estado y la del sistema de medios públicos y privados han acabado
estando atravesadas por las lógicas instrumentales de persuadir a la población a favor
del Estado.
Aunque los colombianos deben valorar con justeza el esfuerzo de los oficiales y de los
miles de militares rasos que juegan diariamente un papel clave en el cuidado de la
infraestructura y en la seguridad de las vías, ese régimen comunicativo de los héroes
imperante en Colombia que funciona como una especie de respaldo simbólico de la
acción contrainsurgente, resulta problemático, en la medida en que desfavorece los
procesos de fiscalización ciudadana y de la justicia frente a graves abusos y delitos
cometidos por miembros de la Fuerza Pública, como los “falsos positivos” y las alianzas
indebidas con grupos paramilitares o de delincuencia común.
Ese régimen propagandístico tendrá seguramente que ser replanteado una vez que el
acuerdo con las FARC haga innecesaria esa propaganda de los héroes y se reduzcan
los delitos cometidos por miembros de la Fuerza Pública derivados de la degradación
de la guerra.
Es obvio que para incorporarse a la vida civil y para poder ganarse un lugar en la vida
política y social después del acuerdo, los miembros de las FARC y la organización
política que resulte de su proceso de paz tendrán que replantear esa concepción
instrumental de la comunicación a favor de una multidireccional que les permita
comprender la complejidad de la sociedad colombiana y la de sus habitantes y zonas
urbanas.
De Uribe a Santos
En Colombia hemos tenido períodos de intensa confrontación armada y ciclos
importantes de diálogo y búsqueda de soluciones negociadas a la guerra:
El gobierno de Uribe fue especialmente consciente del valor del uso instrumental del
lenguaje para alinear ideológica y afectivamente a la población, con su política de
contención militar de las FARC. Ese gobierno adoptó una política lingüística explícita y
sistemática al prohibir el uso de la expresión “conflicto armado” en los documentos y
discursos oficiales e instalar en su lugar la noción de “amenaza terrorista”. Fue un
intento decidido de transformar los significados a través de operaciones lingüísticas,
donde la realidad era redefinida y subordinada a las necesidades de la ideología.
El gobierno de Uribe fue especialmente consciente del valor del uso instrumental del lenguaje para
alinear ideológica y afectivamente a la población
Pero el presidente en efecto está haciendo una sugerencia plenamente pertinente para
el momento que vive el proceso de La Habana. Por el contrario, el presidente Uribe sí
intentó alinear ideológicamente al periodismo alrededor de un Manual de
Estilo oficialista y tendencioso que hizo llegar a las redacciones de distintos medios de
comunicación.
¿Dejación o entrega?, ¿Desmovilización o
reincorporación?
El replanteamiento y renovación del lenguaje se hacen necesarios también entre los
grandes medios masivos de comunicación, para disminuir el odio de la sociedad hacia
las FARC.
En estos casos – y en todas partes del mundo – las armas no se entregan al enemigo,
sino a alguna organización internacional, o se funden para hacer una escultura que
simbolice la paz. En estos procesos, el lenguaje es por lo tanto fundamental en su
dimensión de respeto al otro. Y hay que respetar a ese interlocutor guerrillero que está
tomando una decisión difícil y costosa en términos personales y en términos de grupo
(la desintegración de la organización armada y su conversión en algo nuevo,
desconocido e incierto), que además tiene unos márgenes de incertidumbre enormes.
Requerimos que se creen agendas públicas para el post-acuerdo que vayan más allá
de una paz negativa (la mera supresión de la guerrilla como un factor del conflicto
armado) y que permitan proyectar un país con desarrollo y justicia social, con menos
desequilibrios regionales y con una sociedad más pluralista, más tolerante y más
consciente de sus deberes y derechos ciudadanos.
Adolescencia
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Para otros usos de este término, véase Adolescencia (desambiguación).
Grupo de adolescentes
La adolescencia es un periodo de
desarrollo biológico, psicológico, sexual y social inmediatamente posterior a la niñez y
que comienza con la pubertad. Es un periodo vital entre la pubertad y la edad adulta, su
rango de duración varía según las diferentes fuentes y opiniones médicas, científicas y
psicológicas, generalmente se enmarca su inicio entre los 11 y 13 años, y su
finalización a los 19 o 21 años.1
Anteriormente, la Organización Mundial de la Salud consideraba la adolescencia como
el período comprendido entre los 10 y 19 años, comprendida dentro del período de
la juventud —entre los 10 y los 24 años—.1 La pubertad o adolescencia inicial es la
primera fase, comienza normalmente a los 10 años en las niñas y a los 11 en los niños
y llega hasta los 14-15 años. La adolescencia media y tardía se extiende, hasta los 19
años. A la adolescencia le sigue la juventud plena, desde los 20 hasta los 24 años de
edad.21
Algunos psicólogos consideran que la adolescencia abarca hasta los 21 años de edad 3
e incluso algunos autores han extendido en estudios recientes la adolescencia a los 25
años.3
Índice
o 1.1Etapas
o 1.2Características
2Maduración sexual
o 2.1Mujeres
o 2.2Varones
3Crecimiento y desarrollo
3.2.1Masa corporal
3.2.2Grasa corporal
3.2.3Cabeza
3.2.4Crecimiento muscular
3.2.5Dentición
6Cyberbullying o ciberacoso
7Tradiciones
8Iconología
9Véase también
10Referencias
11Enlaces externos
Etapas[editar]
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que una de cada cinco personas en
el mundo es adolescente, 85% de ellos viven en países pobres o de ingresos medios, y
alrededor de 1,7 millones de ellos mueren cada año. 5 La OMS define
la adolescencia como la etapa comprendida entre los 10 u 11 años hasta los 19 años, y
considera dos fases: la adolescencia temprana, de los 11 o 12 hasta los 16 años, y
la adolescencia tardía, de los 17 a los 19 años.6 Sin embargo, la condición de juventud
no es uniforme y varía según el grupo social que se considere apto.
Características[editar]
La adolescencia se caracteriza por el crecimiento físico y desarrollo psicológico, y es la
fase del desarrollo humano situada entre la infancia y la edad adulta. Esta transición
debe considerarse un fenómeno biológico, cultural y social.
Muchas culturas difieren respecto a cuál es la edad en la que las personas llegan a ser
adultas. En diversas regiones, el paso de la adolescencia a la edad adulta va unido
a ceremonias y/o fiestas, como por ejemplo en el Benei Mitzvá, que se celebra a los 12
años para las niñas y 13 años para los niños (12 años para los niños ortodoxos). 7
Aunque no existe un consenso sobre la edad en la que termina la
adolescencia, psicólogos como Erik Erikson consideran que la adolescencia abarca
desde los doce o trece años hasta los veinte o veintiún años. 8 Según Erik Erikson, este
período de los 13 a los 21 años es la búsqueda de la identidad, define al individuo para
toda su vida adulta quedando plenamente consolidada la personalidad a partir de los
21 años.9 Sin embargo, no puede generalizarse, ya que el final de la adolescencia
depende del desarrollo psicológico, la edad exacta en que termina no es homogénea y
dependerá de cada individuo, etc.
Maduración sexual[editar]
Ciclos de retroalimentación hormonales. 1.- hormona foliculoestimulante - FSH, 2.- hormona luteinizante -
LH, 3.- progesterona, 4.- estrógeno, 5.- hipotálamo, 6.- glándula pituitaria, 7.- ovario, 8.- embarazo - hCG
(gonadotropina coriónica humana - hCG), 9.- testosterona, 10.- testículo, 11.- incentivos, 12.- prolactina PRL.
Véase también sistema endocrino y retroalimentación negativa endocrina.
Mujeres[editar]
El primer cambio identificable en la mayoría de las mujeres es la aparición del botón
mamario. La adolescencia en las mujeres comienza a los 10 o 12 años. Además,
comienza su primera menstruación.
Se caracteriza por un agrandamiento en el tejido glandular por debajo de la areola,
consecuencia de la acción de los estrógenos producidos por el ovario. La edad de
aparición es después de los 8 años; puede ser unilateral y permanecer así por un
tiempo, y casi siempre es doloroso al simple roce. Al avanzar la adolescencia, el
desarrollo mamario, además de ser cuantitativo, es cualitativo: la areola se hace más
oscura y más grande, y sobresale del tejido circundante, aumenta el tejido glandular, se
adquiere la forma definitiva, generalmente cónica, y se desarrollan los canalículos.
Puede haber crecimiento asimétrico de las mamas.
El vello púbico, bajo la acción de los andrógenos adrenales y ováricos, es fino, escaso
y aparece inicialmente a lo largo de los labios mayores, y luego se va expandiendo. El
vello púbico en algunos casos coincide con el desarrollo mamario y en otros puede ser
el primer indicio puberal. Suele comenzar a notarse a los 9 o 10 años de edad. Al pasar
los años, el vello pubiano se hace más grueso y menos lacio, denso, rizado y cubre la
superficie externa de los labios, y se extiende hasta el monte de Venus, y alcanza la
forma triangular característica adulta después de 3 a 5 años (aproximadamente entre
los 15 y 16 años de edad). El vello axilar y el vello corporal aparecen más tarde.
Los genitales y las gónadas cambian de aspecto y configuración. Los labios mayores
aumentan de vascularización y aumenta la cantidad de folículos pilosos, hay
estrogenización inicial de la mucosa vaginal, los ovarios y el cuerpo del útero aumentan
en tamaño. Las trompas de Falopio aumentan después de tamaño, y aumenta el
número de pliegues en su mucosa. Los labios menores se desarrollan, los labios
mayores se vuelven luego delgados y se pigmentan y crecen, para cubrir el introito. La
vagina alcanza una profundidad de 8 cm y, luego, de 10–11 cm. Por efectos
estrogénicos, la mucosa se torna más gruesa, las células aumentan su contenido
de glucógeno y el pH vaginal pasa de neutro a ácido un año antes de la primera
menstruación (conocida con el nombre de menarquia o menarca).
Se desarrollan las glándulas de Bartolino, aumentan las secreciones vaginales, la flora
microbiana cambia (aparece el bacilo de Doderlein), la vulva sufre modificaciones en su
espesor y coloración. Por último, en las mujeres que nacen con himen, este se engrosa
y su diámetro alcanza 1 cm.
La menarquia o menarca, que es la primera menstruación, aparece precedida por un
flujo claro, inodoro, transparente y bacteriológicamente puro que, visto al microscopio,
tiene aspecto de hojas de helecho. La menarquia tiende a presentarse a los 11 o 12
años. Se denomina pubertad precoz cuando aparece de manera anormalmente
temprana (8-10 años).
Varones[editar]
Los testículos prepuberianos tienen un diámetro aproximado de 2,5 a 3 cm, el cual
aumenta por la proliferación de los túbulos seminíferos. El agrandamiento
del epidídimo, las vesículas seminales y la próstata coinciden con el crecimiento
testicular, pero no es apreciable externamente. En el escroto se observa un aumento
en la vascularización, adelgazamiento de la piel y desarrollo de los folículos pilosos.
La espermatogénesis —es decir, la producción de espermatozoides— se
detecta histológicamente entre los 11 y 16 años de edad, y la edad para la primera
eyaculación o espermarquia es entre los 12 y los 16 años. El pene comienza a crecer
en longitud y también a ensancharse aproximadamente un año después de que los
testículos aumentan de tamaño. Las erecciones son más frecuentes y aparecen
las emisiones nocturnas.
El vello sexual aparece y se propaga hasta el pubis, donde se aprecia más grueso y
rizado. Puede comenzar a aparecer el vello axilar y, en ocasiones, en el labio superior
(bigote). El vello en los brazos y en las piernas se torna más grueso y abundante entre
los 13 y 14 años. Aumenta la actividad apocrina —es decir, de la secreción de las
glándulas suprarrenales— con la aparición de humedad y olores axilares.
Crecimiento y desarrollo[editar]
Desde el punto de vista práctico, los cambios habituales del crecimiento tienen tres
grandes características:
De 8 a 10 años: 4 premolares
De 9 a 11 años: los segundos premolares
De 9 a 13 años: los caninos
De 10 a 12 años: los segundos molares
De 13 a 25 años las llamadas muelas de juicio, con lo que se completa la dentadura
adulta.
Factores de riesgo en los adolescentes[editar]
A diferencia de lo que sucede en los niños, en los adolescentes, en la medida que
aumenta la edad, se incrementa la mortalidad.5 La prevención primordial y la promoción
de factores generales y específicos de protección evitan y controlan los daños y
trastornos en la salud del adolescente. Algunos de estos factores de protección
incluyen la educación, la nutrición, las inmunizaciones, el ejercicio físico, el tiempo libre
justo, la promoción de las actividades familiar, la atención al desarrollo emocional, las
oportunidades de trabajo y el desarrollo de cambios en las legislaciones favorables
para el niño y el adolescente. En los servicios de salud se debe promover la prevención
del cáncer pulmonar, la prevención de los embarazos precoces, de las infecciones de
transmisión sexual y de los accidentes y la evaluación de los patrones de crecimiento y
desarrollo.
Factores de riesgo en adolescentes
Alteraciones en el desarrollo
Menarquía precoz, discapacidad o retraso mental.
puberal
Desatención y otros problemas Fugas frecuentes o deserción del hogar, desempleo del jefe del hogar
en la relación familiar mayor a 6 meses.
Malnutrición, hipertensión
Trastornos de la conducta
arterial, arteriosclerosis, diabetes, enfermedades crónicas, como
alimentaria
el cáncer, tuberculosis, etc.11
Aislamiento, depresión, gestos suicidas,
Factores sociales
conductas delictivas y/o agresivas, nomadismo.
Cyberbullying o ciberacoso[editar]
Artículo principal: Ciberacoso
Además de la adicción, otros problemas que surgen del uso de los dispositivos
tecnológicos son las bromas, actos ilícitos o agresiones para perjudicar a algún
adolescente. Este fenómeno es conocido como el cyberbullying y ocasiona la pérdida
de la autoestima del individuo que es atacado y en casos muy graves puede llegar a
causar depresión y la necesidad de que la víctima sea cambiada de centro de
estudios.28Estas agresiones pueden desembocar en reacciones negativas como la
adicción a las drogas o el suicidio.
Tradiciones[editar]
La llegada a la adolescencia se ha celebrado siempre con distintos rituales y ritos de
paso, como pueden ser, por ejemplo, las distintas fiestas que, organizadas por
los quintos, se realizan en España e Hispanoamérica. También por ejemplo, la
celebración de Japón de esto se llama seijin shiki (la "venida de la edad").
Iconología[editar]
Femenina. Joven de semblante risueño, colores vivos y facciones delicadas. Se
representa coronada de flores y sosteniendo una guirnalda, emblema de la felicidad
pasajera de esta brillante edad. Sus vestidos de color tornasolado demuestran la
volubilidad de las diversas alecciones del alma desde los quince hasta los veinte años.
El pavo real indica el gusto de parecer bien y ataviarse tan natural en esta edad.
Masculina. Joven ricamente vestido, coronado de flores apoyándose sobre una harpa y
teniendo un espejo. Su pie puesto sobre un reloj de arena indica el poco caso que la
adolescencia hace del tiempo.29
Adolescencia y Juventud
Introducción
La salud de los adolescentes y jóvenes es un elemento básico para el avance social, económico y
político de un país. Los cambios que ocurren desde el punto de vista biológico, psicológico y social
hacen que sea la adolescencia, después de la infancia, la etapa más vulnerable del ciclo vital, por lo
que debe ser privilegiada y atendida de manera especial.
Este trabajo pretende realizar un análisis de lo que los adolescentes y jóvenes deben saber sobre los
cambios y transformaciones que ocurren en esta etapa del desarrollo en este grupo poblacional con
el objetivo de esclarecer los puntos más vulnerables, hacia los que debe orientarse el
trabajo educativo en adolescentes y jóvenes, de manera que se abarque el adolescente
como individuo, su familia, el grupo escolar y el contexto socioeconómico en que se desarrolla.
Desarrollo
Jean Jacques Rosseau y G. Stanley Hall. (L., Kaplan. , 2004) destacan el hecho de cómo la
adolescencia es una noción ambigua que se confunde fácilmente con otras
parecidas: pubertad, juventud... Es una noción en claroscuros, por decirlo de algún modo. Todos nos
la imaginamos de algún modo, creemos conocerla, reconocerla. Cada disciplina científica la define a
su manera, por lo que existen definiciones médicas, psicológicas, etnológicas, jurídicas, históricas y
sociológicas de la adolescencia. Sin embargo, ninguna de ellas podría dar cuenta de la complejidad
de un fenómeno que es biológico y mental, pero que no podría suceder ni ser pensado fuera de lo
cultural y social.
Es necesario desde este momento de análisis evitar confusiones que nos llevaría a considerar ciertos
elementos como una totalidad. La adolescencia no es la pubertad, o más bien es solo uno de sus
componentes. Evitemos también caer en el prejuicio, según el cual, la pubertad marca el comienzo de
la adolescencia.
Estamos inclinados a pensar que hoy en día, los fenómenos culturales, y no de la pubertad, marcan la
entrada a la adolescencia, cada vez más temprano, y también cada vez con más fuerza, por medio
del lenguaje, el modo de vestir, los gustos musicales...
Ya no podemos confundir las palabras. Ya no reduzcamos la adolescencia a un asunto de cuerpo y
espíritu, es también y sobre todo un conjunto de prácticas culturales y de conductas sociales, es un
grupo de edad y no sólo de cuerpos hermosos en formación o mentes traviesas que entran en acción.
Es plural, y es singular.
A Jean-Jacques Rousseau se atribuye la invención de la adolescencia, como fase de la vida distinta de
las demás, que no existió hasta fines del siglo XVIII, o bien que la adolescencia moderna fue una
imaginativa construcción de Rosseau. En realidad, este filósofo no inventó la adolescencia,
solamente llamó la atención al mundo moderno, sobre el particular problema humano que se
plantea, cuando alguien hasta entonces considerado como un niño, tiene que comenzar a asumir las
responsabilidades sexuales y morales de la edad adulta.
Este problema existía esperando ser descubierto, y ya le había otorgado reconocimiento cultural las
civilizaciones cazadoras-recolectoras y de la antigüedad que precedieron la Ilustración.
A principios del siglo XX, el psicólogo norteamericano G. Staley Hall redescubrió la adolescencia y
encontró en ella las mismas tensiones sexuales y morales que describiera Rosseau unos ciento
cincuenta años antes
Petrovsky hace coincidir los límites de la adolescencia se ha convertido "naturalmente" en la edad de
todos los peligros, de todos los excesos, mucho se ha escrito sobre la "crisis de adolescencia",
nosotros todavía vivimos con esa idea, que también evoca excesos, y en cuyo nombre se frustra, se
margina y se aparta la adolescencia de los centros de decisión.
Indudablemente, de la pubertad a la integración, el camino es cada vez más largo, y el recorrido cada
vez más arriesgado. La negación de la "crisis de la adolescencia" no es la negación de los "desordenes
de la pubertad" y de las readecuaciones psicológicas En nuestros días, muchas personas tienden a
considerar a los adolescentes como si fueran bárbaros inmorales, o bien "jovencitos de cabeza
hueca", que pronto crecerán y superaran sus modos torpes y fastidiosos. Otros están convencidos de
que la adolescencia equivale a divinidad, porque los adolescentes emulan a esos dioses poderosos
que temen y envidian. Los historiadores sociales modernos dicen que todo este asunto, de la así
llamada adolescencia, no es mas que un invento de Jean Jacques Rosseau y G. Stanley Hall. (L.,
Kaplan. , 2004)
"La palabra adolescente es antigua, se encuentra por ejemplo en Ovidio, en "El arte de amar", o
en Platón, en "El banquete". La palabra parece proceder de una raíz indoeuropea que significa
"nutrir". En realidad, se pueden identificar tres familias semánticas: la de "alere", que quiere decir a
la vez "nutrir" y "hacer crecer"; la de "altus" que significa "que acabó de crecer" y finalmente, la de
"ol", que dio en particular "adolecere", "crecer", "adulescens", que está cresceiendo, "adultus", que
dejo de crecer"
La adolescencia es incierta en su duración, ya que es un proceso. Sólo se sabe que se extiende por sus
dos extremos, al empezar, en la actualidad, más temprano y concluir más tarde. El criterio de edad
varía de acuerdo a los diferentes autores estudiados.
De un modo convencional se considera que la adolescencia, o sea, el periodo de transición de la niñez
a la edad adulta cubre la segunda década de la vida entre los10 y 20 años en ella no solo se
comprende la pubertad que incluye los cambios genitales y otros caracteres biológicos, sino que
abarca transformaciones psicológicas y sociales.
La palabra adolescencia proviene del latín adolescere y significa crecer. Elsa Gutiérrez, especialista
en Ginecología y Obstetricia, la define como "una etapa entre la infancia y la adultez, íntimamente
relacionada con ambas, pues están presentes muchas características de fases anteriores con otras
nuevas no evidenciadas hasta entonces. Comienza con la pubertad y tiene expresiones en las esferas
biológica, psicológica, social y espiritual. Su duración es variable, irregular y no
tiene límites exactos".
La adolescencia y la pubertad se usan a menudo una por la otra pero no son sinónimos ya que:
Adolescencia: Tiene que ver con los cambios psicológicos que se operan en el ser humano. Su
inicio es variable como el de la pubertad, pero por consenso se plantea que comienza cerca de los 13
años.
Pubertad: Es uno de los estadios de la adolescencia. Se relaciona con los cambios biológicos en los
adolescentesLa Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la adolescencia se extiende
entre los 10 y 19 años de vida y la juventud entre los 15 y 24. Estas edades pueden variar, por
ejemplo, en Cuba a partir de los 21 años se considera que el individuo es adulto.
Indudablemente, de la pubertad a la integración, el camino es cada vez más largo, y el recorrido cada
vez más arriesgado. La negación de la "crisis de la adolescencia" no es la negación de los "desordenes
de la pubertad" y de las readecuaciones psicológicas, a veces dolorosas, que acompañan el
crecimiento físico, por lo tanto de acuerdo con Michel Fize (2001), "dichas alteraciones son tanto
más marcadas cuanto que los adolescentes están sometidos a un sistema social sin miramientos, y a
la inversa, dichas alteraciones se imponen tanto menos cuanto que la comunidad le asegura a
este grupo de edad un verdadero reconocimiento de derechos y de responsabilidades."
En cuanto a los trastornos de la pubertad, fácilmente estigmatizados, no son una fatalidad. Se
pueden prevenir sus riesgos recurriendo a la confianza (que no excluye la vigilancia) y a
la responsabilidad (que no elimina la autoridad)
La adolescencia no se reduce ni a la pubertad, ni a la reorganización de la personalidad. No sólo es
singular, no solo está hecha de individuos (chicos y chicas), con características propias en relación
con otros individuos, niños o adultos. Es un tipo social en sí mismo. También es plural, sean cuales
sean las denominaciones que se le atribuyen, "grupo de edades", "actor social", etc.
La adolescencia tiene rasgos que la distinguen de otros grupos de edad, de otros grupos a secas. Se
sabe que posee un lenguaje particular, valores y ritos específicos. Aquellos y aquellas a quienes
llamamos adolescentes, construyen una realidad propia, en la misma medida en que emplean sus
capacidades de creación y de innovación. Tienen desde luego entonces una personalidad social que
varía según las condiciones políticas y económicas, y según las mentalidades colectivas. Por ese
motivo, el adolescente cambia con el tiempo, porque los tiempos cambian. A este respecto, si no
tienen nada en común el adolescente de hoy y el del siglo pasado, salvo la pubertad, como es natural.
Dicho de otro modo, la adolescencia no sólo es un estadio entre dos edades, atrapado entre la
infancia y la edad adulta; también es un estar en sí. "Es una especie de sí mismo con el otro, por
medio del otro, que se manifiesta a través de la comunidad y se afirma mediante una cultura propia."
(Fize, M., 2001)
Siguiendo la misma línea de análisis, vale la pena tomar lo expuesto por I. S. Kon (1990), quien
señala que existen tres enfoques en al Psicología del Desarrollo que contienen explicación de las
principales tendencias de esta etapa, estudiada desde diversos ángulos. Estos son (Domínguez, L.,
2003, página 10, 11 y 12):
"Enfoque Biogenético: En este se destacan autores como S. Hall y S. Freud. Sus teóricos enuncian
la maduración de los procesos biológicos como base del análisis de los restantes procesos del
desarrollo.
Enfoque Sociogenético: Caracteriza esta etapa en función de las regularidades que adopta el
proceso de socialización del individuo, estrechamente vinculado a las tareas que plantea
la sociedad a cada momento del desarrollo humano
Enfoque Psicogenético: … los enfoques anteriores, según I. S. Kon tienen
un carácter extrapsíquico al situar la interpretación del desarrollo psíquico en condiciones externas a
este, por lo que le restan protagonismo al sujeto y lo ven como un ente pasivo. Sin embargo, el
enfoque psicogenético, sin negar la importancia de lo biológico y lo social, sitúa al individuo como
sujeto activo y centro de atención en la explicación de las funciones y procesos psíquicos que
caracterizan una etapa determinada."
Anteriormente hicimos referencia a un término vinculado a la adolescencia que es la "pubertad",
sabemos que el adolescente tiene malos ratos, que sufre de "mal" humor, según sus allegados, o por
lo menos de "cambios bruscos" de humor. La adolescencia biológica consiste en formidables energías
que se liberan, en un nuevo ánimo que se despierta. Nacen reivindicaciones, se afirma una necesidad
de autonomía. Muere un niño, surge un nuevo ser que sorprende, se desespera, se alegra (según los
casos) de lo que sucede, y que lo coge por sorpresa. "Ni un niño, ni adulto", "mitad niño, mitad
adulto"; se tata efectivamente un estar entre dos edades.
El adolescente experimenta entonces sentimientos y situaciones que se confunden "… entre pubertad
y madurez, entre ritos y mitos, entre deseo y acción, entre sentimientos y juicios... entre alegrías y
penas, entre dependencia y autonomía, entre soledad y solidaridad, entre temor y audacia, entre
pudor y provocación, entre pasado y futuro, entre amor y amistad, entre vida y muerte..."
(Glowczewski, B., 1995).
Las fronteras en esta edad son frágiles. De un lado de la línea, resignación, duda, afecto; del otro
lado, determinación, certidumbre, odio. Vaivenes alrededor de esta línea, escenificaciones, excesos.
En esos momentos se dice que el adolescente desea pasar por la fuerza y acceder a un nuevo mundo.
También se dice que lo quiere todo, que no es razonable, y también lo contrario, que es pura
ambigüedad.
Con los nacientes cambios biológicos que implica la adolescencia y su repercusión psicológica,
unidos a las exigencias que se realizan al comportamiento del adolescente, desde lo social, estamos
en la edad de lo indeterminado, de los experimentos, de la incoherencia, de la discordancia, de la
atracción, de la repulsión, del conformismo, del reformismo...
Entonces, los allegados al adolescente evocan la llegada de la "crisis", como si manifestaran la
voluntad de conjurar la mala suerte, de la que súbitamente se sienten victimas. Pero la crisis de la
pubertad, llega para romper el sereno crecimiento del niño, se amplifica con actitudes sociales de
distanciamiento e indiferencia ante las nuevas aspiraciones que surgen en la mente del adolescente.
Es en parte el resultado de respuestas sociales y familiares inadecuadas.
Nos referimos anteriormente a que durante este período, el sujeto sufre considerables
transformaciones psicológicas y sociales que no pueden ser desconocidas, tales como la relación del
sujeto y del entorno. También este período se caracteriza por un conjunto de cambios biológicos,
psicológicos y sociales, que acompañan y complementan la aparición de la capacidad reproductora.
Por otra parte, hicimos referencia a que la pubertad involucra los aspectos biológicos de la
adolescencia, durante ella aparecen los caracteres sexuales secundarios, se produce el segundo
estirón, logrando el adolescente la talla adulta.
Las transformaciones puberales
A modo de curiosidad, antes de profundizar en cuanto a las transformaciones puberales que ocurren
en esta etapa, quisiéramos expresar que el término "pubertad" viene del latín PUBERTAS (pubertad,
facultad, viril), púber de pubes (vello, signo, de virilidad), y pubescente del participio presente activo
del verbo pubeszco, que significa cubrirse de vello, llegar a ser púber. También la pubertad para los
romanos, implica las ideas de procesos cuyo signo extorno es mas evidente para el cubrirse de vello.
(Bowley, C, 2003)
La pubertad tiene una gran variabilidad individual, tanto en la edad de inicio como en su evolución,
dependiendo fundamentalmente de la interacción de factores genéticos con el ambiente nutricional,
psicosocial y climático. De todas formas, a modo de orientarnos, según
algunas investigaciones realizadas, puede comenzar a los 10 años y terminar a los 17. La pubertad se
sitúa, para la mayoría de los muchachos y muchachas, entre los 12 y 15 años. A partir de ese
momento, están preparados fisiológicamente para la reproducción.
Según Domínguez, L. (2003) los cambios puberales están orientados fundamentalmente en cuatro
direcciones:
Cambios Antropométricos.
Cambios Fisiológicos.
Cambios Endocrinos.
Maduración Sexual.
Cambios antropométricos: Durante la adolescencia se observan cambios físicos, los cuales son
diferentes de acuerdo con el sexo. Entre estos cambios físicos se encuentra el "segundo estirón",
durante el cual hay una aceleración del crecimiento. Se observa en las niñas hacia los once o doce
años, y en el varón, a los trece o catorce años.
Para ambos sexos, después de este segundo estirón viene un crecimiento más lento hasta llegar a los
dieciocho años. En cuanto al peso hay un aumento muscular en el varón, mientras que en las
hembras es en los tejidos adiposos o grasos, los cuales serán los responsables de la formación de la
figura femenina (ensanchamiento de caderas, trasero, etc.).
Cambios fisiológicos: Entre ellos tenemos algunas deficiencias que se producen en el sistema
circulatorio, por el rápido crecimiento del corazón, en comparación con el de los vasos sanguíneos, lo
que trae como consecuencia alteraciones neurovegetativas (mareos, palpitaciones, dolores de cabeza,
etc.).
También se observan desórdenes funcionales del sistema nervioso que provocan agotamiento físico e
intelectual, irritabilidad, hipersensibilidad, trastornos del sueño y susceptibilidad a
contraer enfermedades infecto-contagiosas.
Cambios endocrinos: Los cambios puberales son secundarios a la maduración eje hipotálamo-
hipófisis-adrenal y la reactivación del eje hipotálamo-hipófisis-gonadal, relación tal que presenta su
culminación en la pubertad, de un proceso madurativo que inicia en el útero.
En cuanto a la acción de las hormonas en el desarrollo puberal, vemos en el varón, que la FSH
(hormona folículo estimulante), estimula el desarrollo del epitelio germinativo, espermatogénisis y
aumento de los túmulos seminíferos, lo que se traduce en aumento del tamaño testicular. La
hormona luteinizante estimula las células de Leydig, aumentando la producción de testosterona, que
a su vez induce crecimiento de genitales externos, desarrollo de vello púbico, facial, acné, desarrollo
muscular y laríngeo, estimulo del crecimiento óseo y cierre epifisiario. Los estrógenos son
responsables de la ginecomastia y probablemente del crecimiento estatural.
En el desarrollo puberal femenino, la FSH promueve la maduración de folículos ováricos y
la producción de estrógenos. La LH (hormona luteinizante) estimula la ovulación, formación de
cuerpo lúteo, producción de progesterona y estrógenos. Los estrógenos promueven el desarrollo
mamario, uterino y vaginal, el cierre epifisiario y el crecimiento estatural. La progesterona incide en
el desarrollo mamario y tiene una acción madurativa en el endometrio.
Los andrógenos suprarrenales, sumados a los andrógenos gonadales, inducen el crecimiento del vello
corporal, particularmente del vello pubiano y axilar, la aparición del acné y la aceleración del cierre
epifisiario.
Maduración sexual: "Comienza en las hembras con la menarquia, o primera menstruación y en
los varones con la primera eyaculación nocturna o espontánea. La ocurrencia de estos fenómenos no
garantiza de manera inmediata la posibilidad de procrear." (Domínguez, L. 2003, página 65)
Según la autora en las transformaciones que se producen como consecuencia de la maduración
sexual, se distinguen las que condicionan las llamadas características sexuales primarias, de aquellas
denominadas características sexuales secundarias. Se denomina características sexuales primarias a
aquellas que se refieren a los propios órganos reproductivos, y secundarias, a las que no
perteneciendo a las mismas, son típicas de uno u otro sexo y que, por lo tanto, los diferencian. Las
principales características sexuales secundarias son el vello púbico, axilar y facial; en el vello del
cuerpo y su distribución; la estructura morfológica; el tono de voz; y los senos en la mujer.
En el varón los principales órganos del aparato reproductor masculino son; pene, escroto, conducto
eferente, testículos (externos) próstata, uretra y vesícula seminales (internos). El crecimiento del
tamaño de los testículos constituye el primer ciclo de maduración sexual del varón, mientras el
crecimiento del pene es algo posterior, casi al mismo tiempo del inicio del incremento de la estatura.
El vello pubiano inicia su aparición generalmente en la base del pené, presentándose un poco antes
del crecimiento de este.
En la mujer el aparato reproductor está conformado por dos ovarios, dos trompas de Falopio, el
útero, la vagina y la vulva. Todos ellos sufren transformaciones durante la pubertad, siguiendo una
secuencia que puede sufrir variaciones importantes.
El primer signo de maduración en la mujer es el crecimiento de los senos, aunque en una parte
importante de ellas va procediendo por la aparición del vello pubiano. El útero, vagina, clítoris y
labios también experimentan crecimientos.
Designamos de este modo la adolescencia como etapa en la cual surgen un conjunto de nuevas
relaciones, del sujeto consigo mismo y con los demás, que cuestionan el yo infantil con respeto a
la identidad física, sexual y social. Estas relaciones se entablan consigo mismo (a través de un nuevo
cuerpo púber), con sus semejantes (a través de adultos y de los amigos que se han elegido) y con una
pareja (a través de la experiencia amorosa).
Dichas relaciones confrontan la intimidad del yo a la del prójimo y generan incertidumbre, pero
también aportan respuestas a la búsqueda de identidad de los adolescentes.
La primera etapa de la adolescencia va desde los 11 a los 15 años y se caracteriza psicológicamente
por:
Desarrollo de la pubertad con sus cambios físicos notables, es decir aumento de la talla, el
peso, la fuerza, los caracteres sexuales primarios y secundarios, y el aumento del deseo sexual.
Sensibilidad marcada ante todo lo referente a su aspecto y atractivo físico.
Aparición del sentimiento de orientación hacia la adultes como una realidad psicológica que
guían su desarrollo.
Aspiración de ocupar un lugar en las relaciones con los y las adolescentes y necesidades de
decidir las cosas por si mismo o misma, que acompaña normalmente, de la necesidad de
parecerse a los demás adolescentes.
Deseo de conquistar la autoridad y el reconocimiento en el colectivo, y por esta misma razón,
tienen gran sensibilidad con respecto a las exigencias de este y su opinión.
Necesidad de que se tome en cuenta su opinión, y que se reconozca y respete debidamente su
mundo espiritual.
Intensa actividad social y elevadas exigencias hacia si mismo.
Período de turbulencia y agitación, pero ala vez de goce y felicidad.
Gran curiosidad sexual con fantasías sexuales intensas, practica de la masturbación y
exploración de los genitales, pueden ocurrir conductuales homosexuales o presentarse
sentimientos homosexuales.
Necesidad de independizarse de sus padres.
Su amor propio se torna muy vulnerable y se vuelven muy sensibles y reactivas ante las
bromas, las ofensas y las criticas.
Para la solución de sus problemas se apoyan principalmente en otros adolescentes, aunque
siguen apoyándose en sus padres y familiares.
Se incrementa sus capacidades intelectuales, pero es típico no saber ver la relación que existe
entre sus elevadas aspiraciones y las exigencias de la conducta diaria.
Con la ayuda de otras y otros adolescentes redefinen su identidad sexual y empiezan a
sentirse atraídos y atraídas por el sexo de su preferencia con las relaciones inestables y efímeras.
Algunos o algunas adolescentes inician las relaciones sexuales hacia el final de este periodo, pero
no con la elevada frecuencia que a veces piensan o dicen las personas y ellos mismos.
El juicio moral es aquella dimensión que nos permite declarar lo bueno y lo malo; lo justo y lo
injusto; lo honesto y lo deshonesto; etc. en tales acciones y situaciones. Es la capacidad que le
permite hacer estimaciones o prescripciones sobre las acciones o relaciones humanas a la luz de un
valor moral. Por otro lado, todo juicio moral se hace sobre un fundamento o base que podemos
descubrir cuando le preguntamos a la persona ¿por qué lo dices? Típicamente las respuesta de las
personas tienden a reflejar unas motivaciones o razones para su juicio que pueden clasificarse en
niveles de juicio moral. Esto niveles van de la heteronomía a la autonomía. El desarrollo de la
capacidad del juicio moral implica un desarrollo en dirección de la autonomía.
La deliberación moral tiene como fin determinar qué curso de acción o práctica es la correcta para
favorecer o alcanzar un cierto valor que se tiene como bueno o justo. La deliberación busca
determinar cuál en una situación específica y concreta es el medio más adecuado para alcanzar ese
fin. La deliberación consiste en tratar de establecer con claridad los hechos y clarificar los valores que
se tienen para entonces decidir por medio del razonamiento y la argumentación cuál es el curso de
acción correcto.
Al ser humano que tiene que actuar se le presentan diversos cursos de acción. Cada curso de acción
tiene su abogado, su estímulo o motivo y sus consecuencias. Los cursos de acción son examinados
en atención a cómo contribuyen, es decir, sus consecuencias para ciertos fines. Cuando escogemos el
curso de acción más acorde con nuestra jerarquía de fines y valores, es decir con nuestro proyecto de
vida, la voluntad se torna racional y moral. La voluntad moral es una dimensión o aspecto de la
conciencia moral; su función ejecutiva. La voluntad es moral cuando, al hacer decisiones o elegir,
obedece a los valores y fines morales; es decir a un ideal del bien que la persona ha adoptado o a un
proyecto de vida; que es el contenido de su conciencia moral; entonces es una buena voluntad. La
voluntad moral es voluntad de perfeccionamiento humano individual y colectivo.
Por su parte la ética se refiere, por un lado, a nuestra capacidad para analizar la moral; la conciencia
ética es la conciencia de la conciencia moral; o más simplemente, la autoconciencia. La
autoconciencia o conciencia ética no nos dice como actuar; pero mejora la conciencia moral
haciéndola más clara en sus contenidos, mejorando sus proceso y haciéndola más coherente. Por
otro lado la ética busca formular valores o deberes deliberadamente y de carácter "universal", es
decir a un nivel de generalidad que trasciende loa valores particulares. Estos valores son necesarios
en aquellas sociedades con una pluralidad de sistemas de moral porque crean un consenso en torno a
ciertas fines de la sociedad en su conjunto. Tal es el caso de los valores de dignidad y solidaridad, los
cuales pueden ser aceptados, en su formulación general, por diversas tradiciones religiosas y
filosóficas.
Por: Hervi Lara B.
15,- Las élites del mundo entero se contactan entre sí, pero no
se contactan con sus propios pueblos. Viven en los
alrededores de las ciudades en paraísos artificiales que
abandonan para viajar a los paraísos turísticos o a los paraísos
fiscales que son el símbolo de la ruptura de la solidaridad. No
pagan impuestos. Quieren un Estado débil que sólo les
garantice privilegios y que reprima el desorden. No se
interesan por la educación pública, ni la salud, ni la vivienda, ni
la previsión.
31.- Los DDHH los han reducido a no ser molestados por nada ni
nadie, lo que se expresa en el egoísmo. Es así como la
situación actual es de barbarie. No hay alternativa: educación
en derechos humanos o barbarie.