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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LOS LLANOS OCCIDENTALES

“EZEQUIEL ZAMORA”
VICE RECTORADO DE PLANIFICACION Y DESARROLLO SOCIAL
PROGRAMA CIENCIAS SOCIALES – SUB PROGRAMA DERECHO
SUBPROYECTO: DERECHO CONSTITUCIONAL I
BARINAS, ESTADO BARINAS

TEMA: EL PODER CONSTITUYENTE

PROFESORA: BACHILLERES:
Madrid Crisleidy Hernández
CI: 30.052.704
Carlen Rivas
CI: 30.202.569
Israel Suarez
CI: 6.068.977

Barinas, marzo 2020


Introducción

La historia del Estado y de la Constitución en Occidente es particularmente


fértil en acontecimientos y pensadores que han contribuido a transformar sus
originales concepciones desde la Antigüedad hasta el presente.

En tal sentido, en este trabajo se aborda el tema poder constitucional,


desplegando su concepto, clasificación, poder originario, poder constituido;
extensión, límites y legitimidad, además de indicar las bases legales de los
artículos 340, 341 – 346 – 347 al 350.

Todo lo expuesto, apegado a la naturaleza jurídica del derecho público,


como sinónimo de lo social o común, que puede ser definido como una serie de
normas que regulan de manera jurídica la organización y el buen funcionamiento
del estado, también las relaciones entre las personas y el Estado. Son las reglas
jurídicas sobre la propia organización del aparato estatal, y sus funciones.

Así pues, es la aspiración de los autores de este trabajo, aportar elementos


que sirvan para la discusión y reflexión de lo que representa el poder constituyente
ante una triada (Constitución, poder y Estado), que con mayor o menor acento han
acompañado la vida de los hombres al punto que ineludiblemente se imponen en
la dimensión social, económicas, jurídica y política moderna.

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Poder constituyente

Partiendo del hilo conductor de la historia de la Constitución, es importante


resaltar lo siguiente: esta época que transcurre desde finales del siglo XV hasta
los inicios del siglo XVIII, corresponde a la vez al desarrollo y justificación de las
monarquías absolutas, así como también corresponde al surgimiento del Estado
moderno, al nacimiento del concepto de soberanía y de las teorías del poder
constituyente y en el surgimiento de la moderna teoría Constitucional con un
sentido jurídico- político.

El poder constituyente ha sido definido como la "voluntad política creadora


del orden, que requiere naturaleza originaria, eficacia y carácter creadora" y como
la "voluntad originaria, soberana, suprema y directa que tiene un pueblo, para
constituir un Estado dándole una personalidad al mismo y darse la organización”.
En otras palabras, es la suprema potestad del Estado que lo autoriza para imponer
decisiones de carácter general y regir, aun coercitivamente, según reglas
obligatorias, la convivencia de cuantos residen en su territorio sujeto a sus
facultades políticas y administrativas que los obedecerán.

El Poder constituyente es la voluntad originaria, soberana, suprema y


directa que tiene un pueblo, para constituir un Estado dándole una personalidad al
mismo y darse la organización jurídica y política que más le convenga. El poder
constituyente puede ser delegado a una asamblea o a una convención.

Titularidad del Poder constituyente

En lo que respecta a la titularidad de la soberanía, a partir de la Revolución


Francesa es el pueblo quien la ostenta, y no el rey. Y en la misma medida en que
la soberanía se concibe como parte inherente del pueblo, el poder constituyente
también corresponde, como ya se ha señalado, única y exclusivamente al Pueblo.

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En otras palabras, el poder constituyente, se puede definir como una
asamblea extraordinaria, compuesta por unos legisladores llamados
constituyentes, electos por el poder constituyente para redactar una nueva
Constitución. El concepto de poder constituyente, en cambio, varía de acuerdo con
el país del que se esté hablando. Siempre se alude a que es quien tiene la
soberanía: por ende, si se habla de un sistema monárquico, el soberano será el
rey. Muy por el contrario es en una República, donde la soberanía reside en el
pueblo.

El poder constituyente originario no puede encontrar fundamento en ninguna


norma y por tanto no puede poseer una naturaleza jurídica. Como se ha afirmado,
la tarea del poder constituyente es política, no jurídica. El poder constituyente, al
ser origen del Derecho, no puede tener dicha naturaleza.

Emmanuel Joseph Sieyès, en su obra “Qué es el Tercer Estado”, atribuía dos


características al poder constituyente: es un poder originario y único, que no
puede encontrar fundamento fuera de sí; y que era un poder incondicionado, es
decir, que no posee límites formales o materiales.

Caracteres del poder constituyente

 Es supremo. No es constituido y no depende de ningún poder anterior.


 Es supremo, porque se coloca encima de los demás poderes que va a
constituir.
 Es extraordinario. Porque es único. Solo se presenta en circunstancias muy
especiales, como en las revoluciones, y solo ocurre una sola vez.
 Es directo. Porque proviene directamente de la voluntad del pueblo.
 Es soberano. Porque a través de esta potestad el pueblo puede establecer
lo que más le convenga y porque no se encuentra sometido de antemano a
ninguna norma.

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 Es incondicionado. Porque establece su ordenamiento jurídico de la manera
que el pueblo quiera.

Clases de poder constituyente

 Poder Constituyente Originario


 Poder Constituyente Derivado

Poder constituyente originario

Aquel que funda un Estado o que cambia la constitución de un Estado luego


de una Revolución. Llamado también Poder  Constituyente Absoluto, Político,
Revolucionario, Fundacional o En Etapa de primigeneidad.

Es el verdadero Poder Constituyente, se da luego de las revoluciones. Su


principal carácter es: destruye todas las instituciones preexistentes y crea nuevas.

Poder constituyente derivado

Es aquel cuyo ejercicio está regulado y limitado por el poder constituyente


originario a través de la Constitución. Llamado también Poder Constituyente
Jurídico o Reformador. Actualmente ya no se acepta esta clase de poder
constituyente, ahora todo Poder Constituyente, es originario.

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Límites del poder constituyente originario

El poder constituyente no tiene restricciones porque su carácter es


extraordinario, supremo y directo, algunos autores como Sieyes (Op. Cit.)
establece que las únicas limitaciones podrán ser algunos derechos naturales y
éticos (derecho la vida) por la sencilla razón de que los derechos
fundamentales del hombre valen como anteriores y superiores al estado. Aunque
es refutado por autores que dicen que los derechos fundamentales no son límites
al poder constituyente, sino su base, el fundamento, el principio del mismo.

Pero otros autores dicen que el Poder Constituyente si tiene restricciones,


solo la voluntad divina no tiene restricciones, la voluntad humana está
condicionada y el poder constituyente, está condicionado por el proceso político
del momento en que es ejercido por el pueblo.

Según a las ideas de la Ilustración que aportaron a la Teoría del Poder


Constituyente dice que el límite del Poder Constituyente es el Principio de la
división de poderes, asumido como dogma por el constitucionalismo liberal. Es
decir, el Poder Constituyente no se puede eliminar esta división al constituir, al
conformar un Estado.

Bases legales de los artículos 340-341, 343, del 347 al 350 de la CRBV

Cuando el Estado moderno asumió el carácter de Estado de derecho, la


legitimidad del poder ejercido por el Estado se fundamentó en su sometimiento a
la legalidad, en dos aspectos: quienes ejercen el poder estatal deben estar
autorizados para ello por el ordenamiento jurídico, se trata de la legitimidad en el
origen del poder; pero además, dicho poder debe ser ejercido conforme a lo
establecido en la ley. Entonces se encuentra allí la relevancia de la legalidad
propia de la teoría del Derecho y la legitimidad propia de la teoría política, que dan
origen y fundamentos al Derecho Venezolano como Institución Social, es decir, en

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palabras de Maurice Hauriou 1, “una obra que perdure en el tiempo de la sociedad”.
Se podría decir que el principio de legalidad es la regla de oro del Derecho público
y en tal carácter actúa como parámetro para expresar que un Estado es un Estado
de Derecho, pues el poder del mismo tiene su fundamento y límite en las normas
jurídicas que emergen y evolucionan con la sociedad y están plasmados en su
constitución y las leyes.

A continuación se interpreta lo que reza en el Título IX, De la Reforma


Constitucional - Capítulo I, II y III de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela:

Artículo 340: La enmienda tiene por objeto la adición o modificación de uno o


varios artículos de esta Constitución, sin alterar su estructura fundamental. Los
límites a la reforma constitucional constituyen impedimentos que se establecen
deliberadamente a la revisión de ciertos contenidos asegurados por la
Constitución, imposibilitando así, la reforma o eliminación de dichas instituciones y
respetando la continuidad constitucional. Asimismo, corresponde al órgano de
jurisdicción constitucional hacer efectiva la defensa de la Constitución y declarar la
invalidez de dicha reforma.

Artículo 341: Las enmiendas a esta Constitución se tramitarán en la forma


siguiente:
1. La iniciativa podrá partir del quince por ciento de los ciudadanos inscritos y
las ciudadanas inscritas en el Registro Civil y Electoral; o de un treinta por
ciento de los o las integrantes de la Asamblea Nacional o del Presidente o
Presidenta de la República en Consejo de Ministros.
2. Cuando la iniciativa parta de la Asamblea Nacional, la enmienda requerirá
la aprobación de ésta por la mayoría de sus integrantes y se discutirá,
según el procedimiento establecido en esta Constitución para la formación
de leyes.

1
Maurice Hauriou, Principios de Derecho Público y Constitucional. Editorial Comares 2003

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3. El Poder Electoral someterá a referendo las enmiendas a los treinta días
siguientes a su recepción formal.
4. Se considerarán aprobadas las enmiendas de acuerdo con lo establecido
en esta Constitución y en la ley relativa al referendo aprobatorio.
5. Las enmiendas serán numeradas consecutivamente y se publicarán a
continuación de esta Constitución sin alterar el texto de ésta, pero anotando
al pie del artículo o artículos enmendados la referencia de número y fecha
de la enmienda que lo modificó.

En esta época contemporánea, el derecho internacional puede imponer


límites al poder constituyente de un Estado. Louis Favoreu sostenía que ya, a
partir de mediados del siglo XX, cada vez más se podían considerar normas de
Derecho del Estado aquellas obtenidas del Derecho Internacional y del Derecho
Comunitario, las cuales podían denominarse normas internacionales o
supranacionales supraconstitucionales.

Artículo 343: La iniciativa de reforma constitucional será tramitada por la


Asamblea Nacional en la forma siguiente:
1. El proyecto de reforma constitucional tendrá una primera discusión en el
período de sesiones correspondiente a la presentación del mismo.
2. Una segunda discusión por Título o Capítulo, según fuere el caso.
3. Una tercera y última discusión artículo por artículo.
4. La Asamblea Nacional aprobará el proyecto de reforma constitucional en un
plazo no mayor de dos años, contados a partir de la fecha en la cual
conoció y aprobó la solicitud de reforma.
5. El proyecto de reforma se considerará aprobado con el voto de las dos
terceras partes de los o las integrantes de la Asamblea Nacional.

Para la interpretación de este artículo (343), se utilizara la ilustración


infundada en la realidad:

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Impulsado por el avasallante triunfo electoral obtenido en diciembre de 2006,
el presidente Chávez se planteó  –y le propuso al país–  la necesidad de acelerar
los cambios para conducir a Venezuela a lo que él ha dado en llamar   socialismo
del siglo  xxi.  Desde los primeros días de 2007 comenzó a definir   –no sin
tensiones y roces con adversarios y aliados–   estrategias, herramientas y
consignas para alcanzar los nuevos objetivos políticos:   los cinco motores
constituyentes; comisiones presidenciales para la reforma constitucional y para el
poder popular; un partido unido de las fuerzas políticas y sociales afectas al
proyecto; sustitución de la consigna central de su primer período   –Democracia
Participativa y Protagónica– por  Patria, Socialismo o Muerte.

La reforma constitucional fue presentada como pieza clave de la nueva


estrategia, siendo uno de los cinco motores requeridos para prender el carro que
conduciría al país al socialismo. El Presidente, en enero de 2007, nombró para
ello la Comisión Presidencial de la Reforma Constitucional, que sería la encargada
de presentarle una propuesta de reforma “integral y profunda” de la Constitución
para remover cualquier obstáculo constitucional   –económico, político o social–
que impidiese o entorpeciese el avance al socialismo.

En tres meses de trabajo la comisión entregó su proyecto al Presidente. En


los cuatro meses siguientes, de abril a agosto, Chávez trabajo sobre el proyecto
presentado para elaborar una propuesta que satisficiera sus aspiraciones. Fue la
propuesta de reforma a 33 artículos que el 15 de agosto de 2007, presentó a   la
Asamblea Nacional, por cadena nacional de radio y televisión, al país.

La Asamblea Nacional inició un debate en torno a la propuesta para cumplir


con lo contemplado en el artículo 343 de la Constitución. -Aunque en ese artículo
constitucional se da a la Asamblea un plazo de hasta dos años para aprobar la
propuesta de reforma, no considero ni necesario, ni pertinente extender el debate
por más de dos meses y medio-. A fines de octubre, con algunas modificaciones a
las reformas propuestas por el Presidente y con el añadido de reforma a 36

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artículos más, la Asamblea aprueba una propuesta de reforma constitucional que
es entregada al Consejo Nacional Electoral para su sometimiento al referendo de
rigor, realizado el 2 de diciembre del mismo año.

Artículo 347: El pueblo de Venezuela es el depositario del poder


constituyente originario. En ejercicio de dicho poder, puede convocar una
Asamblea Nacional Constituyente con el objeto de transformar el Estado, crear un
nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución.

Artículo 348: La iniciativa de convocatoria a la Asamblea Nacional


Constituyente podrán tomarla el Presidente o Presidenta de la República en
Consejo de Ministros; la Asamblea Nacional, mediante acuerdo de las dos
terceras partes de sus integrantes; los Concejos Municipales en cabildo, mediante
el voto de las dos terceras partes de los mismos; o el quince por ciento de los
electores inscritos y electoras inscritas en el Registro Civil y Electoral.

La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, mediante sentencia


de 31 de mayo de 2017, interpretó los artículos 347 y 348 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, señalando que “no es necesario ni
constitucionalmente obligante, un referéndum consultivo previo para la
convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, porque ello no está́
expresamente contemplado en ninguna de las disposiciones del Capítulo III del
Título IX”. (Sentencia SC TSJ)

Artículo 349: El Presidente o Presidenta de la República no podrá objetar la


nueva Constitución.
Los poderes constituidos no podrán en forma alguna impedir las decisiones de la
Asamblea Nacional Constituyente.
Una vez promulgada la nueva Constitución, ésta se publicará en la Gaceta Oficial
de la República Bolivariana de Venezuela o en la Gaceta de la Asamblea Nacional
Constituyente.

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Artículo 350: El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su
lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen,
legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías
democráticos o menoscabe los derechos humanos.

El poder constituyente en Venezuela es el pueblo, como lo ratifica el artículo


5 de la Constitución: la soberanía no reside en un estrato social determinado, o en
una asociación colectiva específica (como las comunas),   sino en la totalidad del
pueblo, sin intermediarios. Y sus representantes, los constituyentes, deben ser
elegidos por todos los ciudadanos.

Lo curioso de esto es que es un poder que, al contrario de los que consagra


la Constitución, no está regulada por la misma.   Es decir, mientras la Carta Magna
se dedica a la organización de los Poderes Constituidos (Ejecutivo, Legislativo,
Judicial, Ciudadano y Electoral), la información que arroja sobre el poder
constituyente es ínfima. Contrario a lo que se pueda pensar, esto se considera en
el mundo del Derecho Constitucional un exabrupto.

Ello es así porque las constituciones modernas no se dedican a invocar el


poder constituyente por el peligro que representa y porque viola el espíritu mismo
de la Constitución. En efecto,  un texto fundamental debe tener vocación de
permanencia, de perdurar en el tiempo, para garantizar la estabilidad general del
Estado de Derecho, pero que se amolde a las circunstancias conforme vayan
cambiando.  Por esto el constituyente, en otras cartas magnas, se dedica a la
reforma y enmienda de la misma que a su destrucción, por la inestabilidad que
representaría. Es pues una anomalía, y no deja de ser peligroso, que una
Constitución contenga el germen de su propia destrucción.

Muchos juristas criticaron en su momento los artículos 347, 348 y 349 de la


Constitución, en atención a los criterios aludidos anteriormente. Y también que   el
constituyente fuera tan benévolo al otorgar facultades de iniciar una Asamblea

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Nacional Constituyente a los poderes constituidos ,  valga decir, al presidente de la
República en Consejo de Ministros, a la Asamblea Nacional por sus dos terceras
partes, y a los concejos municipales en cabildo, por acuerdo de dos terceras
partes.

No es de extrañar que el desarrollo del poder constituyente, y de los


conceptos esbozados arriba, sean abordados por la doctrina en los manuales de
Derecho Constitucional. Y es que  la palabra misma ha sido utilizada por los
políticos para tergiversar la voluntad popular, como ocurre en estos
momentos.  Porque se ha concebido en el mundo del Derecho al poder
constituyente como algo muy peligroso, un ente sin límites; o al menos así lo ha
sido en nuestro país. Por considerar al poder constituyente como una entidad
sacrosanta, sin límites, fue lo que hizo que la Francia revolucionaria acabara en
una masacre: De hecho, fueron los franceses de esa época, encabezados por
Emmanuel Sieyés, quienes desarrollaron la teoría del poder constituyente.

Los legisladores han optado por omitir al poder constituyente en el


ordenamiento jurídico de otros países, por los peligros que conlleva el tan solo
invocarlo.  Ciertamente, es mejor mantenerlo calmado, que se mantenga en
estado de reposo, como se ha mantenido en Estados Unidos por más de 200
años, para garantizar la estabilidad institucional.

En efecto,  las potestades que un poder constituyente puede asumir pueden ir


de modificar algunos de los artículos de una Constitución, hasta aprobar la
redacción de otra  e incluso pasar de un sistema monárquico a uno republicano,
como ocurrió en nuestro país en 1811.

Y es que el procedimiento que esto conlleva es por demás lento, engorroso.


Se deben llamar cuatro veces a elecciones:   primero, para preguntarle al pueblo si
desea una nueva Constitución; una segunda consulta para elegir a los
constituyentes; una tercera para aprobar la nueva Carta Magna; para finalmente

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proceder a la elección de las autoridades de los poderes constituidos (presidente
de la República y diputados de la Asamblea Nacional).

El tiempo que demoran los constituyentes para redactar una Constitución es


indefinido:  pueden ser días, meses e incluso años. Y mientras ocurre esto el
presidente de la República permanece en su cargo.

Vistas las circunstancias,  es probable que de proceder la realización de una


Asamblea Nacional Constituyente se sancione una Constitución centralista,   de
clara tendencia ideológica izquierdista, donde el presidente de la República sea
electo en segundo grado (por medio de una asamblea nacional de las comunas,
por ejemplo).

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Conclusión

El poder de reforma constitucional es un poder constituido, un poder creado y


regulado por la Constitución, que tiene limitaciones formales y materiales, las
cuales no pueden ser sobrepasadas por éste, aunque se trate del poder dotado de
la máxima eficacia jurídica entre todos los previstos en el ordenamiento
constitucional, encontrándose subordinado al poder constituyente originario y por
encima de los demás poderes estatales instituidos con facultades normativas.

El ejercicio del poder constituyente instituido o de reforma de la Constitución


en cuanto poder subordinado a la Constitución, es un poder que puede ser objeto
de control de constitucionalidad por el órgano jurisdiccional de defensa de la
Constitución que ella misma haya establecido para su propia protección jurídica, el
cual tiene por tarea central hacer efectiva la fuerza normativa de la Constitución y
la supremacía constitucional, controlando que no sean sobrepasados los límites
materiales y formales establecidos en la misma, pudiendo determinar la
inconstitucionalidad de una reforma de la Constitución tanto por infringir
procedimientos como por vulnerar las líneas estructurales esenciales, la identidad
y continuidad de la Constitución y la fórmula política establecida por el poder
constituyente originario.

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Referencias Bibliográficas y Webgrafía

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela – CRBV – 1999

De Vega García, Pedro, La reforma constitucional y la problemática del poder


constituyente. Madrid, Tecnos, 1985. pp. 24 y ss.        [ Links ]

Emmanuel Joseph Sieyès. Político y abate francés que escribió el famoso panfleto
titulado ¿Qué es el tercer estado? 
(http://www.der.uva.es/constitucional/materiales/libros/Sieyes_Cap_V.pdf),
publicado de forma anónima en 1789 en París para reivindicar los derechos
del denominado tercer estado (uno de los tres estamentos sociales
franceses desde la Edad media; los otros dos eran el clero y la nobleza).

Favoreu, L. (1990) "El bloque de constitucionalidad" en Revista del Centro de


Estudios Constitucionales., No 5.

Favoreu, L. (1994) Los tribunales constitucionales. Barcelona, Ariel.

Machicado, Jorge,” ¿Qué es el Poder Constituyente?“, Apuntes Jurídicos ™,


2013 http://jorgemachicado.blogspot.com/2009/07/pcac.html

Sánchez Viamonte, Carlos, El poder constituyente, Buenos Aires, Editorial


Bibliográfica Argentina, 1957. p. 564.         [ Links ]

Sieyés, Emmanuel. Qu'est ce que le Tiers Etat, 1789. Traducción al castellano:


¿Qué es el Estado Llano?, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales.
1988.        [ Links ]

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Vanossi, 1975,  “Los límites del poder constituyente” en Estudios De Teoría
Constitucional, Bs.As. Argentina, disponible en:
http://www.bibliojuridica.org/libros/1/208/15.pdf

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