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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COSTA RICA

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES


ESCUELA DE RELACIONES INTERNACIONALES
DERECHO CONSULAR Y DIPLOMÁTICO

TRABAJO FINAL:
Asalto y destrucción de la Embajada
Española en Lisboa (1975)

Alumnos:
Daniel Corrales
Katty López

Heredia

Octubre, 2015
Introducción

1
En el marco de las relaciones diplomáticas entre Portugal y España, dos países
vinculados de manera muy cercana por sus bordes territoriales, existe un incidente
diplomático que resalta entre los demás por la gravedad de lo sucedido. Este
incidente se lleva a cabo en setiembre de 1975, pocos meses antes de la deposición
que fin a la dictadura hispana. El evento en cuestión involucra agentes propios de
Portugal y su sistema político-cultural como agentes españoles dirigidos en contra
del gobierno.

El presente trabajo plantea una reevaluación del incidente a la luz de la Convención


de Viena sobre Derecho Diplomático y la Convención de Viena sobre Derecho
Consular, para identificar los puntos infringidos durante el incidente de 1975. Los
mismos serán identificados y explicados para justificar la transgresión diplomática a
la embajada y al consulado.

Al mismo tiempo, y no menos importante, se realiza una contextualización de los


hechos para menoscabar los pormenores de lo que impulsó a que el asalto a la
Embajada y al Consulado se concretaran, dadas las relaciones cordiales, aunque con
altos y bajos que ambos Estados conservaban a través de las décadas, y según el
presente documento, desde la década de los 40 hasta la de los 70, misma en que
ocurrieron los hechos.

El texto, además de dar un panorama del marco jurídico y de la contextualización de


los hechos, pretende también evaluar si las resoluciones o sus accionares post hecho,
fueron las adecuadas para la conveniencia de ambos Estados.

Presentación del Tema

2
El diario de acontecimientos referentes a España durante los meses de agosto y
setiembre de 1975, narra que la noche del 27 de setiembre de 1975, las oficinas de la
Embajada y Consulado españoles en Portugal fueron saqueadas por cientos de
manifestantes.

El grupo de manifestantes pertenecía a grupos de extrema izquierda se reunieron


frente al Edificio donde funcionan los servicios de la Embajada y Consulado
españoles. Este grupo logró entrar en el edificio dada la insuficiencia de las fuerzas
de la policía que lo guardaban, una vez dentro empezaron a saquear los muebles del
edificio para posteriormente prenderle fuego, ante lo cual se presentaron dos
camiones de bomberos pero fue imposible acabar con el incendio.

La bandera de España fue arriada del mástil de la Embajada y fue cambiada con una
bandera que tenía las iniciativas FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y
Patriótico) inscritas en ella. La Policía Militar intentó intervenir pero un cordón de
manifestantes formaron una barrera humana entre los soldados y el edificio de la
Embajada y el Consulado, misma por la cual fue imposible que el cuerpo de
bomberos accediera a la escena, informa la recopilación mencionada al inicio.

Justo después del incidente provocado en el Consulado, el grupo de manifestantes se


dirigió hacia la plaza de España, donde estaba situada la residencia del Embajador
español en Lisboa, el Palacio de Palhave 1, que fue saqueada por cerca de tres mil
manifestantes que nuevamente, incendiaron el mobiliario y, una vez más, la policía
de guardia no pudo impedir el ingreso. Además del mobiliario, quemaron varios
tapices y cuadros pertenecientes al Museo del Prado en depósito en la Misión
Diplomática, que para ese entonces el daño total fue calculado en cien millones de
pesetas.

Tal como lo hicieron en el consulado, los grupos manifestantes arriaron la bandera


española para poner la misma en la Embajada. Dichosamente, no habían personas
dentro de ninguno de los edificios, por lo que no se lamentaron vidas humanas.

Además del FRAP, había otro grupo importante de manifestantes pertenecientes a la


Unión Democrática Popular (UDP), que es una organización maoísta y también los
acompañaban sujetos no controlados que acabaron robando y para lo cual, algunos
fueron detenidos.

1 El palacio de Palhave es Embajada de España y residencia del embajador

3
Pudieron acabar con las manifestaciones cuando una de las patrullas militares
disparó sus fusiles ametralladoras al aire y al suelo para evitar que el saqueo
continuase, sin heridos, según testigos presenciales.

Ante tal grave situación, las autoridades españolas decidieron la inmediata retirada
de la misión diplomática acreditada en Lisboa, incluyendo al mismo Jefe de Misión y
a los restantes funcionarios de las representaciones acreditadas en Lisboa.

No se debe dejar de lado que ambas naciones en las décadas que le anteceden, gozan
de buenas relaciones aunque con ciertas diferencias vinculadas a política exterior y
algunos intereses, en el marco del proyecto comunitario europeo 2, por lo que fue de
gran importancia para Portugal pronunciarse al respecto.

Quien además del gobierno portugués de Marcello Caetano (quien parecía mantener
el sistema del dictador Salazar, mismo que se detalla más adelante) podría tener
relevancia para disculparse en este atentado, es el dirigente comunista, dada la
vinculación de izquierda que tenía el origen de los manifestantes.

Textualmente, el Secretario General del Partido Comunista Portugués, Alvaro Cunhal


declaró: “Condenamos firmemente, sin vacilación alguna, la provocación realizada
esta madrugada contra la Embajada de España. Tal provocación no sirve a la lucha
del pueblo español, no sirve a la revolución portuguesa. Hay verdades que son
necesarias decir en el sitio debido y en el momento adecuado y no queríamos dejar
pasar este día sin afirmar nuestra reprobación por una iniciativa que ciertamente no
sirve al proceso portugués”3. Condenando de forma expresa los asaltos con fecha de
27 de setiembre en Portugal a la Embajada Española.

En una misma línea, el gobierno portugués calificó de vandálicos los hechos


registrados en Lisboa y Oporto y prometió a España las indemnizaciones pertinentes
al mismo tiempo que garantizó la no repetición de incidentes de esa naturaleza.
Declaró también que los hechos ocurridos merecían la “más vehemente condena” del
Consejo de Ministros Portugués, responsabilizando por esas acciones al “incalificable
vandalismo de grupúsculos políticos irresponsables y de refugiados de origen dudoso
que permanecen en el país”. El Consejo de Ministros manifestó que “a pesar de la

2 Entiéndase como la Comunidad Económica Europea (CEE) o la Asociación Europea de Libre


Comercio (AELC) liderado por el Reino Unido, antecedentes de lo que es hoy día la Unión Europea.
3 Las declaraciones fueron tomadas del periódico ABC de fecha 30 de setiembre. En la bibliografía se
muestra el documento.

4
gravedad de los acontecimientos, no serían puestas en causa la amistad entre los dos
pueblos ibéricos y las relaciones entre los respectivos gobiernos”.

Formalmente, el gobierno portugués se comprometió a reforzar las satisfacciones y


garantías ya dadas al Gobierno de España, ordenar un riguroso informe sobre los
individuos, grupos y organismos que participaron en los sucesos y promover el juicio
de los culpables, además de adoptar medidas contra la permanencia ilícita de
extranjeros, proceder a las indemnizaciones pertinentes, garantizar la no repetición
de incidentes de tal naturaleza y por último, interpretar el pesar del pueblo portugués
por la ejecución de las penas de muerte.

“El embajador de Portugal en España, señor Menezes, fue llamado al Ministerio de


Asuntos Exteriores, donde en una nota verbal se le comunicó que las autoridades
españolas hacían responsables a las portuguesas de la seguridad de los españoles que
se encuentran en Lisboa y que iban a ser repatriados. Esa nota verbal, que se
extendía, al parecer, en otras consideraciones, ha sido transmitida a las autoridades
de Lisboa por los conductos diplo- máticos normales.” mencionaba el diario español
ABC.

El atentado deja entrevisto que hay una situación vinculante de dos Estados, es decir,
se han visto afectados los intereses de uno en territorio del otro. Según la Convención
de Viena de Relaciones Consulares y la Convención de Viena sobre Relaciones
Diplomáticas queda en evidencia que en Portugal se violaron ambas Convenciones, y
que si bien es cierto, no fueron accionares ejecutados por el gobierno, o al menos no
comprobado, como lo recalca la Resolución aprobada por la Asamblea General de las
Naciones Unidas 56/83 de título Responsabilidad del Estado por hechos
internacionalmente ilícitos, que si bien para efectos del presente documento no se va
a tratar a cabalidad, es importante hacer mención del mismo, aunque el gobierno
portugués se haya hecho responsable de los hechos.

Desarrollo del Tema: Asalto y destrucción de la Embajada Española en


Lisboa (1975)

I. Actores

5
● (UDP) Unión Democrática Popular

Los manifestantes presentes (o al menos gran parte de los mismos) en el incidente


fueron vinculados al partido izquierdista UDP (União Democrática Popular). Según
el partido detalla en su portal en línea:

“La Unión Democrática Popular es una asociación política marxista que tiene
por objetivo intervenir la sociedad a partir del ideal comunista, un combate
por la emancipación social y política de los trabajadores y trabajadoras, de
superación del capital y de una lucha por el socialismo”

Se puede especular que las vinculaciones entre esta agrupación y el FRAP fueran
ideológicas y políticas, lo que propició el incidente bajo el marco del sentimiento
anti-españolista de la región ibérica.

● Policía de Seguridad Pública y Policía Militar

La policía de Seguridad Pública (Polícia de Segurança Pública) es el ente policial que


se encuentra repartido en las áreas urbanas de Portugal, y se encarga del
ordenamiento civil y la seguridad en áreas como Lisboa, por ejemplo. En la otra
mano, la Policía Militar es un órgano más especializado y con funciones no disímiles
a la policía de Seguridad Pública, pero con la tarea específica de mantener el orden
público.

● Embajada y Consulado Español

La misión diplomática y consular de España en el Estado vecino de Portugal son la


extensión de la gran relación entre ambas naciones, datando desde hace siglos.
Además de la embajada y el consulado de Lisboa, capital portuguesa, existen otros
dos en Valença y Vila Real de Santo António. En la época el enfoque de la relación de
ambos Estados era complicado, dado sus inclinaciones divergentes en aliados
exteriores y el aislamiento del régimen de Franco (aunque con algunos acuerdo que
buscan un mayor acercamiento en la península ibérica, como lo es la negociación
hacia la declaración del Bloque Ibérico en 1942.

El personal de la misión fue retirado tras el incidente.

● FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico)

6
Las siglas responden al partido de alineación marxista-leninista que alrededor de la
época del incidente a mano, utilizando métodos violentos para oponerse al régimen
del dictador Franco. tiene mano en el conflicto debido a que la bandera bajo la cual
se identifican los protestantes es la de esta agrupación, indicando cierto alineación
del movimiento que se opone al gobierno franquista.

II. Relaciones Diplomáticas España-Portugal: de 1940 a 1980

Carlos Costa, diplomático del Servicio Exterior de Portugal publica que a partir de la
nos años 40, las relaciones de ambos Estados empiezan a dinamizarse. En esta
década especialmente, debido al aislamiento a la España de Franco del escenario
internacional y la posición neutral del Portugal de Antonio de Oliveira Salazar (quien
entonces fungía como Presidente), es que los lazos de amistad se entrelazan, dada la
ayuda y apoyo brindado por los lusos.

Sin embargo, en esa década también empiezan a distanciarse aunque no de manera


significativa. En específico se trata de la “traición” o visto en términos
internacionalistas, el juego de intereses de los Estados, en el contexto de la II Guerra
Mundial. En especial, después de la ayuda brindada y del apoyo cuando Portugal fue
una de las únicas cuatro embajadas que quedaron en Madrid tras el aislamiento que
vivía España. Esa “traición” se refiere al momento en que Portugal se constituiría
como miembro fundador de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN),
dado que Portugal “pasaría a ser el titular de la diplomacia peninsular ante las
naciones occidentales”, dejando de lado a España, quien de inmediato postuló
argumentos en contra de la adhesión de Lisboa a esa Alianza Atlántica. A pesar de
esta rencilla, ambas naciones actuaron siempre animados por el cuidado de man-
tener al mejor nivel sus relaciones, cerrando en el 49, con la visita de Franco a
Portugal.

Sin embargo, la exclusión española de la OTAN, le significaría la reintegración al


escenario internacional de la mano de Estados Unidos, quien decidió llevar a cabo un
deshielo de las relaciones con Madrid tras el papel anticomunista de la España de
Franco.

En la década de los 50 las distintas percepciones con respecto de la cuestión colonial


provocaron otro distanciamiento. Esta vez debido a que en el caso de Portugal, se

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presentaba la cuestión colonial (que se extiende hasta el año 1974) donde en primer
lugar, los papeles se intercambiaron, es decir, en esta década Portugal había pasado a
un aislamiento internacional y España se liberaba del mismo y en segundo, era
evidente que ambos Estados visualizaban la temática colonial de manera distinta.

Conjuntamente, en ese decenio España entabla relaciones diplomáticas con la Unión


India, situación que aleja a los portugueses de los españoles, ya que desde 1953 había
roto las relaciones con este país a raíz del problema de Goa 4. Importante rescatar que
a pesar de las diferencias, en los discursos de Franco, Portugal sigue siendo una
prioridad en la política exterior de España, durante los años 50.

Una década más tarde, la posición anticolonialista vuelve a interferir con las
relaciones diplomáticas de los Estados vecinos, dado que se convertía en incoherente
el apoyo a la política portuguesa en el sentido de que si bien es cierto Franco enviaba
directrices de mantener lazos con Portugal, en reiteradas ocasiones el Representante
Permanente de España ante la Organización de Naciones Unidas votaba en contra de
Portugal, y para tratar de mantener relaciones, se abstenía en algunas otras.

En esa misma década Portugal cambia de Presidente. El pueblo pide un cambio de


régimen, hay movilidad. Sin embargo, se habla que cuando en 1968 Marcello
Caetano releva a Salazar en la Presidencia, se creía en una posible apertura de
régimen, que más tarde no se confirmó.

Entrados el decenio de 1970, las relaciones diplomáticas de ambos países parecen


fortalecerse. Caetano se desplaza a Madrid y suscribe algunos mecanismos de
diplomacia relevantes5. Sin embargo los contextos políticos (la caída del régimen de
Portugal en 1974 y la caída y muerte del franquismo en 1968) de ambos países
provocan profundas transformaciones en las relaciones bilaterales.

III. Campaña Antiespañola en el mundo

4 Enclave colonial portugués que fue ocupado por la Unión India en diciembre de 1961 pero
reconocidos como tales hasta la Revolución de los Claveles en 1975. Año del atentado de la embajada
española en Lisboa.
5 “El tercer Protocolo Adicional al viejo Tratado de Amistad de 1939, que amplía considerablemente
su ámbito, estableciendo reuniones anuales entre los dos países y, por vez primera, se refiere a la
necesidad de una cooperación económica y política entre España y Portugal” (Costa, C. 2001)

8
El movimiento antiespañolista se desarrolla bajo el precepto de rechazo al gobierno
español debido a identidades distantes a la figura social-cultural dominante de
España. Se refleja a través de la península ibérica en forma de rechazo mediático y
político, como en Cataluña o el País Vasco, además de la identificación nacionalista
gallega.

Alrededor del mundo se cuenta con numerosos ejemplos del malestar en contra del
pueblo español, sea por su movimiento de conquista en la forma de la búsqueda de la
independencia por parte de todas las colonias americanas o por intereses políticos de
otros Estados en contra de España (como son el caso de potencias europeas o
inclusive Estados Unidos).

En el caso del escenario planteado por el incidente de la Embajada y el Consulado


español en Lisboa, los movimientos políticos críticos de la dictadura franquista y
empeñados en impulsar la agenda marxista reflejan el desprecio por el sistema de
poder de la época, e incluso buscan plantear ante el gobierno portugués la necesidad
de mantener la propia identidad fuerte ante el país vecino.

Identificaciones iberistas son, por tanto, criticadas por autores como Rueda Hernán
que en “El Iberismo del Siglo XIX” habla sobre “los problemas generados en España
por el régimen de autonomías y las dificultades que esto entrañaría para una posible
unión entre España y Portugal”, además de “la existencia aún de un antiespañolismo
en ciertos sectores portugueses” (De La Torre, 1998).

Sumando en este escenario las fricciones de la época, no es difícil imaginar cómo se


orquestó el movimiento de protestantes en contra de la Embajada española no como
símbolo del gobierno portugués, sino como malestar del pueblo de Lisboa.

IV. Marco Jurídico


a. Convención de Viena sobre Relaciones Consulares

Los artículos infringidos de esta Convención en el Asalto y destrucción de la


Embajada Española en Lisboa en 1975 fueron:

● Capítulo II, Sección I, Artículo 29: “Uso de la bandera y escudos nacionales”


● Capítulo II, Sección I, Artículo 31: “Inviolabilidad de los locales consulares”
● Capítulo II, Sección I, Artículo 33: “Inviolabilidad de los archivos y
documentos consulares”

9
● Capítulo III, Sección I, Artículo 59: “Protección a los locales consulares”

Fueron cuatro los artículos no cumplidos por los portugueses en este atentado. El
primero de ellos, como se menciona, fue relativo al uso de la bandera. En la
presentación del caso, se mencionó que los manifestantes portugueses arriaron la
bandera de España del mástil del Consulado y fue cambiada por una del FRAP,
misma situación se repitió tanto en el Consulado de España como en la Embajada.

El segundo artículo se vio violentado cuando se violó el local consular y pues los
manifestantes ingresaron al mismo sin ninguna autorización previa y mediante
violencia, prendiendo fuego al local y a los archivos, que justamente lleva a
mencionar el tercer artículo que atropellaron, el artículo 33, sobre la inviolabilidad
de los archivos, dado que una vez que entraron al edificio empezaron a saquear los
muebles y posteriormente provocar el incendio a las afueras, a pesar de la presencia
de los dos camiones de bomberos, les fue imposible el rescatar algo dadas las cadenas
de manifestantes que impedían el paso.

El quebrantamiento del cuarto artículo es quizás el que más efecto tuvo sobre el
atentado. “El Estado receptor adoptará las medidas que sean necesarias para
proteger los locales consulares de una oficina consular, cuyo jefe sea un funcionario
consular, contra toda intrusión o daño y para evitar que se perturbe la tranquilidad
de dicha oficina consular o se atente contra su dignidad”. Si entonces hubiese habido
suficiente apoyo por parte de las autoridades portuguesas, el incidente habría tenido
menos cuantía en estragos, dado que como se menciona en el presentación del caso,
el grupo logró entrar en el edificio dada la insuficiencia de las fuerzas de la policía
que lo guardaban.

b. Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas

De igual manera, en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, se


infringieron varios artículos que se citan a continuación:

● Artículo 20: “La misión y su jefe tendrán derecho a colocar la bandera y el


escudo del Estado acreditante en los locales de la misión, incluyendo la
residencia del jefe de la misión y en los medios de transporte de éste”.
Claramente en este caso se violó este artículo dado, que al igual que con el

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Consulado, los manifestantes se dirigieron a cambiar la bandera de España
por la del FRAP a la Embajada.
● Artículo 22: “Los locales de la misión son inviolables. Los agentes del Estado
receptor no podrán penetrar en ellos sin consentimiento del jefe de la misión.
El Estado receptor tiene la obligación especial de adoptar todas las medidas
adecuadas para proteger los locales de la misión contra toda intrusión o
daño y evitar que se turbe la tranquilidad de la misión o se atente contra su
dignidad. Los locales de la misión, su mobiliario y demás bienes situados en
ellos, así como los medios de transporte de la misión, no podrán ser objeto de
ningún registro, requisa, embargo o medida de ejecución.”: En el asalto a la
Misión Diplomática española, al igual que en el Consulado, entraron a la
fuerza, saquearon el edificio y quemaron documentos y artículos de gran
valor, como la pintura de Goya, entre otras cosas, lo cual violenta por
completo el artículo 22. En una misma línea, la seguridad del Palacio también
fue insuficiente.
● Artículo 24: “Los archivos y documentos de la misión son siempre
inviolables, dondequiera que se hallen.”: Según se menciona en la
presentación del caso, la inviolabilidad en la Embajada no fue respetada al
ejecutarse el saqueo y posteriormente la quema de los mismos.
● Artículo 30: “La residencia particular del agente diplomático goza de la
misma inviolabilidad y protección que los locales de la misión. Sus
documentos, su correspondencia y, salvo lo previsto en el párrafo 3 del
Artículo 31, sus bienes, gozarán igualmente de inviolabilidad”: El palacio de
Palhave era la Embajada de España y residencia del embajador, por lo que de
nuevo, al entrar al lugar a la fuerza, se violenta también el artículo 30 de la
Convención.

V. Resolución del caso

En este asalto al Consulado y Embajada españoles en Portugal en el año 1975, los


procederes del Estado “responsable” fueron correctos, es decir, Portugal se
responsabilizó de los actos mediante la promulgación de una declaración de seis
puntos, los cuales fueron los siguientes:

● Reforzar las satisfacciones y garantías ya dadas al Gobierno de España.

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● Ordenar un riguroso informe sobre los individuos, grupos y organismos que
participaron en los sucesos y promover el juicio de los culpables,
● Adoptar medidas contra la permanencia ilícita de extranjeros
● Proceder a las indemnizaciones pertinentes
● Garantizar la no repetición de incidentes de tal naturaleza
● Interpretar el pesar del pueblo portugués por la ejecución de las penas de
muerte.

Por su parte, el Estado español decidió retirar su Embajada de la capital portuguesa


casi de inmediato, dejando en suelo luso a un Encargado de Negocios a.i. y
notificando posteriormente al Estado receptor como lo estipula la Convención de
Viena sobre Relaciones Diplomáticas.

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Conclusiones

Los contextos políticos de ambos Estados repercuten uno en el otro. Como se ha visto
en el marco de los conflictos internacionales, por lo general en movimientos
independentistas, o movimientos civiles, se da un efecto dominó, tal es el caso de la
Primavera Árabe por mencionar solo un ejemplo.

Era inminente que una situación así se iba a dar en países vecinos con regímenes
dictatoriales similares, por lo que el atentado a la Embajada española en Lisboa
parece tener relación directa, dada la “amistad” que se profesaban los líderes
principales, y en otras palabras la colaboración que parecía haber, aunque ninguno
de ellos estuviera presidiendo su país en el momento de los hechos, haciendo
referencia a Franco y a Salazar, eran dictaduras que de alguna forma continuaban y
que si ya en España lo habían logrado, en Portugal las manifestaciones eran solo una
expresión del malestar político que se vivía, tal muestra dieron los grupos de extrema
izquierda.

Concordamos en que desde la visión político-diplomática del atentado, la


compatibilidad de ambas dictaduras pudo haber sido uno de los focos y motivos para
que el incidente tomara lugar. Sin embargo, dada la evidencia que ha sido examinada
y la falta de participación o voluntad de cualquiera de los Estados en el incidente
como tal se puede tachar al pueblo de Lisboa como el agente beligerante, por lo que
el rol del Estado de Portugal se revierte a resguardar y asegurar la seguridad del
personal de la misión diplomática española.

Al mismo tiempo, se recalca que el accionar de parte de Portugal a nuestro parecer


fue el indicado a pesar de que los autores de los hechos no pertenecían o no se podía
probar que eran enviados por el gobierno, por el Estado, como lo data la Resolución
aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas 56/83 de título
Responsabilidad del Estado por hechos internacionalmente ilícitos, en la que se
hace mención de que para que un Estado sea responsable debe probarse que tuvo
involucramiento directo, sin embargo en el caso de Portugal pues no se probó la
injerencia por parte del gobierno y aún así levantó la Declaración donde se
comprometían a pagar los daños materiales (alrededor de mil millones de pesetas),
entre otras cosas.

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Asimismo encontramos que de nuevo, el accionar de Portugal fue el adecuado en el
sentido de que siempre estuvo vigilante por mantener la diplomacia como eje de
acción y sobretodo de mantener las relaciones bilaterales de ambas naciones, según
lo había perfilado tanto Franco como Salazar en sus largas dictaduras y lo
mantuvieron los Presidentes y Cancilleres de la década de 1970.

Referencias

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