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Humanización de la atención

sanitaria; retos y perspectivas


Primera Parte: La Deshumanización en la Práctica Sanitaria Actual
Dr. Aldo Miguel Santos Hernándezi
Dra. Margarita Peña Lageii

Resumen
La atención sanitaria desarrolla su acción en
estrecha cercanía a la persona, al servicio de
sus bienes más preciados: la vida y la salud, en
momentos tan cruciales de la existencia como
son su jubiloso inicio y su siempre dramático
fin, así como durante la enfermedad, esa situa-
ción en la que el individuo sufre, además de los
síntomas propios de su estado, la más radical
pobreza, limitación y dependencia. Es por ello
que este campo de ejercicio profesional experi-
menta hoy, quizás como ningún otro, los em-
bates y tensiones del proceso de deshu-
manización y despersonalización que sufre
nuestra sociedad global. En la primera parte
de este estudio, se pasa revista a los factores
que, a escala global, propician la desper-
sonalización y la deshumanización en la asis-
tencia sanitaria contemporánea.
Palabras clave: Deshumanización de la pobreza comunicativo-afectiva desplegada en
medicina; despersonalización de la medicina; las relaciones interpersonales, reservando en
atención sanitaria. cambio el segundo para aquellas de corte im-
personal, excluyentes de la identidad y subjeti-
Introducción vidad de sus protagonistas, fenómeno motiva-
La práctica médica actual, estrechamente asis- do por la superficialidad y la fugacidad de las
tida por el avance técnico y científico, detenta relaciones en las que interviene un elevado nú-
como nunca antes un insospechado poder so- mero de actores. Tal es el caso del enfermo que
bre las personas1. Ese poder, en ausencia de cla- es atendido de forma casi simultánea por un
ros referentes éticos, puede conducir al vértigo numeroso grupo de profesionales médicos,
del dominio y la manipulación más paramédicos y personal auxiliar, mientras que
deshumanizante y cruel, en lugar de lo que está por otro lado, cada uno de esos miembros del
realmente llamada a ser: el servicio más noble, equipo asistencial tiene a su cargo un enorme
honorable y dignificante, ámbito privilegiado volumen de pacientes. Como resulta lógico
de enriquecedores modos de relación suponer, por encima de tal distinción, es indu-
interpersonal y de encuentro a la verdadera al- dable la existencia de una estrecha interco-
tura y medida del ser humano, al decir de López nexión entre ambos fenómenos. Los rasgos más
Quintás. comunes de la despersonalización y
Algunos autores emplean deshumanización deshumanización en la práctica sanitaria son:
indistintamente junto al término des-  La «cosificación» del paciente que «pierde
personalización, aunque otros distinguen entre sus rasgos personales e individuales, se prescinde de
ambos conceptos, asociando el primero con una sus sentimientos y valores y se le identifica con sus
rasgos externos»2, y pasar a ser tratado como: «la
1
«La gente ignora el fabuloso poder del médico para influir cama número tal», «la colecistitis» o «la histo-
decisivamente sobre sus vidas: sobre el número de hijos, sobre el tipo de ria clínica más cual».
trabajo, sobre el modo de comer, sobre el modo de sentir o sobre el modo  Falta de calor en la relación humana,
de amar y, en fin, ahora sobre el modo de morir...». Manuel de
Santiago. La crisis de la conciencia médica en nuestro tiempo. distanciamiento afectivo por parte del perso-
Cuadernos de Bioética 1998; 36(9) p.670 nal, rayano en fría indiferencia o indolencia.
2
Javier Gafo. 10 palabras clave en bioética. Editorial  Ausencia de un entreveramiento creativo
Verbo Divino, Navarra 19991 p.26

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entre los ámbitos personales del paciente y de nes interpersonales experimentan un palpable em-
los miembros del equipo asistencial que favo- pobrecimiento al ser trastocadas en meras rela-
rezca formas mutuamente enriquecedoras de ciones interindividuales en las cuales sus actores se
encuentro3. autodegradan de sujetos a la categoría de objetos
 Violación de los derechos del enfermo que se usan mutuamente para buscar la satis-
(privacidad, confidencialidad, autonomía...), facción de sus propios intereses. La nefasta re-
que puede llegar incluso a la negación de sus percusión de este fenómeno en el mundo de la
opciones últimas. atención sanitaria no precisa comentarios.
En medio de la tendencia actual, que pa- b) Pluralidad de sistemas éticos
rece trasladar casi por completo el debate En un mundo tan plural en creencias,
bioético al mundo microscópico (clonación, posturas e ideologías, ha sido hasta ahora im-
transgénesis, células estaminales) y de la apa- posible alcanzar unos principios éticos funda-
rente crisis de la deontología como disciplina, mentales que nos permitan un consenso respon-
el presente trabajo pretende estimular la re- sable; esto es, una «ética de mínimos». Asisti-
flexión acerca de los principales factores cuya mos a la puja entre la ética clásica de Aristóteles,
presencia y compleja interacción, favorece la las posturas pragmáticas o utilitaristas de S.
aparición de rasgos de deshumanización en la Mill y W. James, la contractualista de Hobbes,
asistencia sanitaria contemporánea, así como Locke y Rosseau, la fundamentación discursiva
contribuir, en lo posible, a dilucidar los retos y de Habermas, la ética deontológica de Kant,
exigencias para una relación asistencial con la fenomenológica de M. Scheler y N.
mayor calidad y calidez humana. Hartmann, entre otras. Nos encontramos pues, en
medio de una Babel ética donde no logramos enten-
Desarrollo dernos.
A continuación, presentamos un apretado aná- c) Exigencias paradójicas
lisis fenomenológico de aquellos elementos que Por otro lado, en el seno del mundo con-
pensamos tienen un mayor peso en la temporáneo existe una profunda ambigüedad,
despersonalización y la deshumanización en la que consisten por un lado al personal sanitario
asistencia sanitaria contemporánea.. Hemos (médico y paramédico) se le exige de manera
creído de utilidad, con miras a facilitar la com- válida, una cuota de sacrificio, abnegación,
prensión, distinguir entre los factores de tipo entrega y desinterés, que sin embargo la socie-
sociológico, los atribuibles a la organización y dad actual, atenazada por el egoísmo indivi-
funcionamiento de las estructuras sanitarias, los dualista, el afán de lucro y el hedonismo, no
imputables al personal sanitario y los relativos esta dispuesta a asumir ni vivenciar y, por tan-
al paciente y su medio, así como aquellos ori- to, es la mayoría de las veces incapaz de
ginados por la aplicación inadecuada de los incentivar.
avances de la tecnociencia médica. Sin embar- d) Medicalización de la sociedad
go, tal distinción corre el riesgo de incurrir en Las numerosas problemáticas, tensiones e
enojosas simplificaciones, pues en realidad to- insatisfacciones de todo tipo que afrontan de
dos estos factores interactúan de forma tan com- manera constante los individuos, se traducen
pleja y proteica que en la praxis cotidiana se habitualmente en síntomas de origen funcio-
hace con frecuencia imposible tal categorización. nal, pertinaces y de muy difícil control. El gran
volumen de personas así enfermas, genera una
1.- Factores Sociológicos demanda que presiona a los sistemas sanitarios
a) Crisis de la cultura estimulando su hipertrofia. Este fenómeno,
Vivimos en sociedades secularizadas, en las unido al simplismo con el cual es enfocada la
que se impone cada vez más una cultura homo- solución de ciertas problemáticas sociales e in-
génea, en la cual prevalece el «tener» sobre el dividuales, ha dado paso a una creciente
«ser», entronizándose una visión utilitarista del medicalización de la sociedad. De esta forma,
hombre y de la sociedad. Lo valioso pasa a ser son invertidos en todo el mundo cuantiosos re-
solo aquello que reporta determinado beneficio cursos materiales y humanos que, con la pre-
o utilidad práctica. En tal ambiente, las relacio- tensión de solucionar «problemas de salud»,
solo están tratando sus signos y síntomas en
lugar de sus verdaderas causas, pues sus solu-
3
«Ninguna profesión como la de las ciencias de la salud tiene tal ciones rebasan ampliamente la perspectiva sa-
virtud de acercamiento a la persona, porque se vive y se ve vivir en el nitaria.
sufrimiento, dolor, esperanza, muerte y amor [...] el médico aprende a
ser más humano, a valorar lo que aún él tiene de salud, de integridad,
vida... a acompañar y compartir el sufrimiento [...], en fin, aprende 2.- Factores Secundarios a la Organi-
a amar». Ma. de la Luz Casas. Conocer y amar: vocación zación y Funcionamiento de las Estructu-
médica. Cuadernos de Bioética 1998;34(9): p.327. ras Sanitarias
BIOÉTICA 13
Con cierta frecuencia, es en la organiza-
ción y funcionamiento de las estructuras sani-
tarias donde se hallan algunos de los factores
que de forma directa o indirecta, atentan con-
tra una asistencia humanizada, entre estos se
encuentran:
a)Inestabilidad del personal y fragmentación
de los servicios de salud
Debido a la complejidad, dinamismo y
sobrecarga a los que están expuestos algunos
servicios de salud, no siempre es posible garan-
tizar la estabilidad de la atención y el segui-
miento del paciente por el mismo profesional.
A menudo el individuo enfermo se relaciona
no con un médico en particular, sino con un
equipo más o menos extenso de personas. Esto
impide la relación que es capaz de generarse en nanciera, en suma: ominosa deshumanización
una comunicación interpersonal estrecha y flui- de la asistencia sanitaria.
da, a la vez que diluye el compromiso con su Otra tendencia es la consistente en evaluar
cuidado y la responsabilidad con los resultados la calidad de los servicios con criterios de efectivi-
de las acciones diagnósticas y terapéuticas. dad, es decir, con el logro de determinados obje-
Otro peligroso factor de despersonalización de tivos y metas de tipo estadístico. La persona con-
la asistencia sanitaria es la cada vez mayor frag- creta afronta entonces el riesgo de ser ignorada o
mentación de los servicios, lo cual atenta con- vulnerada en su individualidad y su subjetivi-
tra la visión del individuo en su compleja e in- dad, puesto que sus intereses, necesidades e in-
divisible totalidad. cluso sus derechos (información, autonomía,
b) Criterios parciales de evaluación de la cali- confidencialidad), están supeditados al logro de
dad de los servicios de salud determinada cifra o indicador. Sumergido en esta
En las últimas décadas, ha tenido lugar el corriente, el personal sanitario puede llegar a
progresivo establecimiento, en la mayor parte percibir al paciente que tiene ante sí, no como a
de los países, de la economía de mercado de un ser humano investido de una dignidad abso-
corte neoliberal, en la que las leyes del libre luta, sino como a alguien que eventualmente
mercado disfrutan de un poder casi ilimitado. podría representar una inclinación favorable o
Al mismo tiempo, los estados parecen desen- no, de alguna tasa o índice estadístico, que es lo
tenderse cada vez más de su tradicional papel que en último término evaluaría la efectividad y
de velar por el interés general y de asistir a los la calidad de su trabajo. Este degradante
más desfavorecidos. Como una de sus conse- reduccionismo, deshumaniza la atención de sa-
cuencias negativas, ha ido ganando terreno la lud, desencadenando flagrantes abusos y todo
tendencia a evaluar también los resultados y la tipo de excesos.
calidad de los servicios de salud con fríos crite- c) Inadecuadas estrategias gerenciales y de di-
rios economicistas (competencia, productividad, rección
eficiencia) encaminados a rentabilizar al máxi- Estrategias inadecuadas de dirección y
mo los recursos sanitarios y originar ganancias. gerencia de salud, pueden favorecer la apa-
Las consecuencias de este enfoque han sido rición de rasgos deshumanizadores en la prác-
desastrosas tanto para los pacientes como para tica médico-asistencial. La dirección basada
el personal médico y paramédico, pues como lo en un excesivo centralismo, con el predomi-
describe Lelkens «Los hospitales están considerados nio de esquemas rígidos que otorgan muy
como empresas comerciales que deben someterse al cri- poco margen a la participación de los subor-
terio del provecho[...] la asistencia sanitaria propor- dinados en la toma de decisiones y en los que
cionada se ha convertido en un «producto» y el pa- casi todo está ya normado, de tal forma que
ciente en un «cliente», la calidad del producto que se la defensa de un criterio profesional o la
proporciona debe ser calibrada con el menor costo y ser adopción de una determinada postura, in-
lo más eficiente posible»4. En la práctica, esto se cluso en las materias o tópicos en los cuales
traduce en: recortes presupuestarios y de perso- no se ha legislado, necesita ser refrendado por
nal, aumento del volumen de pacientes-clien- los niveles superiores; frena la creatividad, ge-
tes, omisión de procedimientos diagnósticos o
terapéuticos costosos, así como la escandalosa 4
Joannes Lelkens. Deshumanización de la asistencia
carestía de servicios y seguros médicos, que ex- sanitaria dentro y fuera de las estructuras sanitarias.
cluye a todo aquel sin suficiente capacidad fi- Dolentium Hominum 2001; 46(16): p.22

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nerando descontento y frustración en el per- Por otro lado, a pesar de los progresos de
sonal, así como falta de compromiso con los la última década, aun se percibe la escasez de
resultados de la labor. Esto repercute negati- espacios de análisis y reflexión sobre la bioética
vamente en la calidad humana de la asisten- y la ética médica, e incluso en los existentes
cia sanitaria. puede observarse una focalización en los deba-
Otro tanto ocurre cuando las instancias tes suscitados por las nuevas tecnologías, de-
directivas no tienen en cuenta las aspiraciones jando un tanto de lado los viejos, pero nunca
y necesidades -entre ellas la de realización pro- fuera de moda, temas éticos de las praxis médi-
fesional- experimentadas por los miembros del co-sanitaria.
personal, supeditándolas por entero a situacio- b) La especialización
nes coyunturales y organizativas de la institu- El vertiginoso ritmo del progreso científi-
ción o la superestructura sanitaria. El profesio- co técnico, que ha propiciado la acumulación
nal que no puede decidir dónde y en qué tra- de un enorme volumen de información y cono-
bajar, cómo y cuando superarse o especializar- cimientos médicos, así como la necesidad de
se, en cuál campo investigar, ha sido privado estudiar con mayor profundidad y acuciosidad
de su autonomía y degradado a mero instru- los disímiles problemas de las ciencias de la sa-
mento. Y quien se siente instrumentalizado, será lud, ha motivado que en la segunda mitad del
difícil que a su vez no trate como objetos a cuan- pasado siglo fuera haciéndose imprescindible
tos de él dependen. una división de la asistencia médica por secto-
d) Excesiva burocratización res, denominada «especialización». Surgieron
La excesiva burocratización de los siste- de esta forma profesionales «macroexpertos» en
mas sanitarios provoca que el personal emplee «microtemas». A la par de sus innegables ven-
parte sustancial de su tiempo en actividades tajas, este proceso abrió una brecha para la
burocráticas, en detrimento de las asistenciales despersonalización en la atención médica. Bajo
o promocionales. Me permito citar a F. Torralba, este modelo de atención se ha cometido con fre-
quien ha dicho «Resulta evidente que la cuencia el error de tratar una entidad o una
burocratización es algo inevitable cuando se trata de parte del paciente, ignorando el resto de su
coordinar y atender a una masa humana [...] sin persona. Esta «fractura» atenta contra la uni-
embargo en el plano ético, la burocratización del cui- cidad de la persona, por lo que desvirtúa la re-
dar, altera negativamente el sentido y la esencia de lación médico-paciente.
este proceso,[...]dicha acción requiere el rostro a ros- c) Vulnerabilidad del personal asistencial: La
Francesc Torralba
tro, la salvaguarda de la identidad personal y esto, medicina defensiva.
en el seno de un mundo de vida radicalmente buro- Actualmente el ejercicio de la profesión
cratizado, es difícil llevar a cabo»5. médica se encuentra en una situación suma-
mente vulnerable. Sobre los profesionales pen-
3.- Factores Relativos al Personal Sanitario den, cual «espadas de Damocles», numerosas
a) Desequilibrio en la formación académica. leyes, normativas, disposiciones jurídico-lega-
La formación centrada de forma casi exclu- les y regulaciones administrativas que crean un
siva en el desarrollo de habilidades técnicas, en clima de permanente amenaza ante la siempre
detrimento de los contenidos filosóficos y inminente posibilidad de penalizaciones y san-
antropológicos humanistas, casi inexistentes en ciones de diverso tipo. Por otro lado, existe una
los programas de pre y postgrado, unido a la opinión pública que, moldeada por los medios
enseñanza de una ética deontológica limitada a de comunicación social, tiende a depositar un
códigos administrativos y procedimentales logra, exagerado optimismo en la eficacia, seguridad
como resultado, profesionales con un elevado e inocuidad de la tecnología médico-farmacéu-
saber científico y gran pericia técnica, pero con tica. Tal y como ha señalado Manuel de San-
una pobre formación humana y la consecuente tiago «Ejecutando el arte médico con excelencia, de
incapacidad para interactuar con la persona en- manera competente y con los medios adecuados, el
ferma, comprendiendo el proceso salud-enferme- médico moderno sigue siendo incapaz de asegurar una
dad desde una perspectiva holística e integradora. evolución favorable o de garantizar que una compli-
No resulta raro constatar que incluso para mé- cación imprevista no pueda hacer su aparición»6; su-
dicos recién graduados con brillantes califica- cede entonces que, como este mismo autor in-
ciones, conceptos básicos como «dignidad hu- dica, «El paciente, al que disponían a ayudar, a
mana», resulten tan difusos o sumamente abs- servir, se convierte en sospechoso. Advierten que de-
tractos que les resulte difícil su aplicabilidad o trás de una cara amable o de una expresión de sufri-
vivencia en la práctica profesional. miento puede albergarse, meses más tarde, un senti-
5
Francesc Torralba. Lo ineludiblemente humano: hacia miento de indignación y revancha injustificada o la
una fundamentación ética del cuidar. Labor Hospitalaria codicia menos defendible»7. Esta sensación de vul-
1999; 253: p.180 nerabilidad impulsa al personal sanitario a tra-
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bajar bajo la continua presión del temor, tan Una excesiva presión asistencial dada por
nocivo desde el punto de vista psicológico y la duración, intensidad y el elevado volumen
espiritual pues el miedo repliega, entorpece y del trabajo (gran número de pacientes, escasez
violenta profundamente, tanto a quien lo ex- de tiempo, escaso margen de error) o el
perimenta como a quien lo detecta. Ello con- desbalance de estos respecto a la duración y
duce a la práctica de una medicina defensiva en calidad del descanso, unido a condiciones in-
la que el médico «cuidándose», no informa, sino adecuadas de trabajo, la carencia de medios y
que desinforma (e incluso miente); prescribe la escasa seguridad ocupacional, favorecen la
exceso de costosos y molestos exámenes; deter- despersonalización de la atención médica. En
mina innecesarios ingresos, interconsultas, o ambientes sanitarios sobrecargados no habrá
sobrestadías hospitalarias y deriva los casos más tiempo ni oportunidad de establecer una ver-
molestos para «quitárselos de encima». dadera relación humana. El médico, a la vez
d) Dificultades en la realización profesional que interroga al paciente, empleará más tiem-
La realización profesional constituye par- po en leer su historia clínica y escribir, que en
te esencial del continuo proceso de crecimiento mirarle directamente al rostro.
y maduración del individuo en la búsqueda de Las dificultades en la realización profesio-
plenitud y de su realización integral como per- nal así como la sobrecarga de trabajo, entre
sona. Esta es pues, una categoría dinámica que otros factores de tipo personal, profesional y
depende del justo equilibrio entre múltiples social, pueden dar lugar a un estado que ha
factores. Un horizonte de realización profesio- sido descrito como «Síndrome de desgaste
nal en el cual existan metas claras y alcanzables profesional» o de «Burnt out», (se traduciría al
hacia las que se avance progresivamente, con- español como «estar quemado»). Tal y como
tribuirá de manera notable en la configuración reflejan algunos autores, este «Es un cuadro de
del sentido existencial de la persona, generan- agotamiento emocional, despersonalización en el tra-
do fuertes incentivos así como una intensa mo- to con los destinatarios de la actividad profesional y
tivación a la apertura, la entrega y el servicio personal, que se desarrolla progresivamente como res-
altruista. De lo contrario, el individuo caerá puesta a una situación de estrés mantenido en el de-
irremisiblemente en el foso del desánimo y la sarrollo de algunas profesiones, sobre todo de ayuda a
desmotivación, pudiéndole incluso sobrevenir otras personas (sanitarias, educativas, ect.)»8. Los
severos trastornos de su autoestima y en suma, miembros del personal sanitario que sufran tal
la frustración, el vacío o la corrupción más condición podrán incurrir, aun de manera
deshumanizadores. involuntaria e inconsciente, en un actuar
En el ejercicio de la medicina, tanto el deshumanizado9.
desconocimiento de la importancia de la reali- f) Inadecuada relación de poder
zación profesional, como su visión simplista Clásicamente, la relación entre el médico
centrada en el «éxito profesional» -entendido y sus pacientes estaba basada en el ejercicio de
como fama, beneficio material o ejercicio de cierta autoridad por parte del primero, del cual
poder-, tienen nefastas repercusiones en la rela- se supone que cuenta con los conocimientos,
ción entre el personal sanitario y los pacientes. habilidades y experiencia necesarios para orien-
e) Sobrecarga de trabajo y desgaste profesional tar al paciente hacia bienes que éste no puede
alcanzar por sí mismo: la salud y la vida.
Sin embargo, actualmente, en la relación
médico-paciente se suele constatar, o bien una
6
Manuel de Santiago. La crisis de la conciencia médica negación de casi toda forma de encuentro ba-
en nuestro tiempo. Cuadernos de Bioética 1998 36(9): p. sado en la autoridad profesional, en la que es
673
7
Ibidem magnificada y absolutizada la autonomía del
8
Miguel A. García. «Burn-out»: llamada de atención paciente, al tiempo que el facultativo se desen-
para recuperar y desarrollar la riqueza ética de la medicina. tiende de sus responsabilidades para con éste,
Diario Médico, 5 de julio de 2002 dejándolo a merced de su propia incapacidad
9
“En una ética del cuidar no solo es fundamental el reconocimiento o, en el otro extremo, una relación excesiva-
moral del sujeto cuidado, esto es, del enfermo, del anciano, del
discapacitado, del recién nacido, sino también el reconocimiento moral y mente vertical, en donde la postura profesional
jurídico del cuidador, del que ejerce la noble función social de cuidar a pasa a ser eminentemente coercitiva en lugar
otros seres humanos. Raramente se considera su figura y su labor en el de dialogante y persuasiva, lo cual no consigue
discurso moral sobre el cuidar y, sin embargo, el respeto a su persona y generar en las personas un compromiso con el
a su profesión es básico para que pueda ejercer su tarea dignamente cambio de actitudes y la promoción de su sa-
[...] cuando el cuidador padece un entorno hostil, un ambiente masificado
y una situación laboral precaria o indigna, entonces no puede desarrollar lud, obteniendo en el mejor de los casos solo
su función como le correspondería”. Francesc Torralba. Lo pasividad y sometimiento. Con frecuencia, una
ineludiblemente humano, hacia una fundamentación ética inadecuada relación de poder genera el no me-
del cuidar. Labor Hospitalaria 1999; 253: pp. 172 y 180 nos nocivo paternalismo, en el cual, quien ejerce
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rarecido clima, lesivo de la relación médico
paciente, la que según se ha dicho debe ser ante
todo «un encuentro entre una conciencia y una con-
fianza»12.
b) Falsas Expectativas
La percepción errónea de las potenciali-
dades y avances de la tecnología, del saber
médico así como de la organización y funcio-
namiento de los sistemas sanitarios, hacen que
no pocas personas depositen una fe desmesura-
da en los «prodigios» de la ciencia médica, lo
que desembocará tarde o temprano en frustra-
ción y amargura. Esto predispone al paciente y
a su familia, enturbiando las relaciones con el
personal de la salud, pues a menudo las limita-
ciones no son asumidas como propias de la
imperfección de la ciencia o las estructuras, sino
que serán injustamente atribuidas a la incapa-
cidad o el desinterés de los responsables de su
aplicación y funcionamiento.
la autoridad, partiendo de la presunta igno- c) Ejercicio Inadecuado de la Autonomía
rancia, incapacidad o desinterés de los pacien- González Blasco ha descrito, a nuestro jui-
tes, no les concede la posibilidad participar de cio muy atinadamente, el itinerario que puede
manera activa en el proceso de prevención, cu- conducir a un paciente, mediante el ejercicio in-
ración o rehabilitación. Estos fenómenos pro- adecuado de su autonomía hacia la
pician, de manera evidente, una severa atrofia despersonalización. Sucede con relativa frecuen-
de la capacidad del paciente para tomar deci- cia que la persona, al sentirse enferma, confiada
siones responsables en el ámbito del cuidado en los conocimientos adquiridos a través de los
de su salud, coartando de esta manera su creci- medios de difusión y de los materiales de divulga-
miento personal y perpetuando por ende su es- ción científica popular, realiza una tentativa de
tado de dependencia e indefensión10. autodiagnóstico, para luego buscar mediante la
En suma, las relaciones de poder inade- autogestión el médico que cree más adecuado. Pero
cuadas causan desajustes y rupturas, situacio- como el paciente tiene sólo conocimientos gene-
nes de conflictividad, incomunicación y a la rales enmarcados en lo que se ha denominado
postre de deshumanización11. «cultura médica», acaba buscando un especialis-
4.- Factores Relativos al Paciente y su Medio ta para cada síntoma o signo que padece.
a) Desconfianza. Insatisfecho y cada vez más irritado, irá
Con frecuencia el paciente, basándose en de consulta en consulta, incluso a veces omi-
experiencias negativas - suyas o de quienes le tiendo valiosa información a quién él estima
rodean - acudirá ante el personal sanitario con no le corresponde pues «no son síntomas de esa
serias reservas que le impedirán abrirse al en- especialidad», convirtiéndose de esa forma en
cuentro. Numerosas dudas le asaltan: ¿Se en- un sujeto «desmenuzado», en una relación de
contrará este médico adecuadamente capaci- síntomas donde cada especialista va arreglan-
tado?, ¿Me dirán la verdad? ¿Realmente le pre- do su parte y ninguno el todo. «El paciente frag-
ocupará mi problema o solo busca su propio mentado –en la mente y en el cuerpo- busca al médico
provecho?, ¿Respetarán mi privacidad?. Esta como un técnico, como alguien que resolverá un tema
situación le sitúa «a la defensiva», el paciente particular, y no como un profesional a quién confiar
omite aspectos relevantes o llega a mentir e in- el cuidado de la salud [...] en ese contexto no se pue-
cluso en algunos casos, alberga una agresivi- de pedir que el paciente conserve el sentido profesional
dad latente que fácilmente puede degenerar en del médico»13. Cuando el problema de salud su-
franca hostilidad. La desconfianza crea un en- fre una descompensación o agravamiento, el
enfermo acude entonces al servicio de urgen-
cias donde, debido a las características y la di-
10
námica propia de estos departamentos desti-
Alejandrina Arratia. Presencia de conductas autoritarias nados al tratamiento de las situaciones de emer-
y de poder en la educación para la salud. Cuadernos de
Bioética 2000; 42(11): pp. 237 gencia, no se dispone del tiempo ni la posibili-
11
Ibidem. dad de poner el orden y concierto imprescindi-
12
Domenico di Virgilio. El médico, un hombre para bles para hallar las soluciones que el paciente
todos. Dolentium Hominum 1996; 31(9): p. 94 tanto necesita.
BIOÉTICA 17
d) Tecnociencia Médica y Deshumanización a mera pericia técnica que valiéndose de
En los últimos decenios, al igual que en el sofisticados procedimientos y artefactos, termi-
resto de las ramas del saber y del quehacer hu- na ocupándose del cuerpo como si se tratase de
mano, las ciencias biomédicas han experimen- «una cosa» y no de la expresión de una persona
tado enormes progresos en todos los campos concreta.
(prevención, diagnóstico, terapéutica y rehabi-
litación). Sin embargo, el ser humano ha ter- En el próximo número, serán revisados los re-
minado con frecuencia siendo también rebaja- tos y perspectivas para una atención sanitaria
do al plano de un objeto más, bajo el dominio humanizada y se ofrecerá una relación adicio-
de la ciencia y la tecnología; su dignidad ha nal de la bibliografía consultada, para los inte-
quedado rota y olvidada. No pocos alertan que resados en profundizar en este tema.
la sociedad globalizada postmoderna ha entra-
do en el tránsito cuesta abajo de una cultura
humanista a una cultura tecnicista. El presti-
gioso filósofo germano-judío Hans Jonas indi-
ca que «es preciso someter el potencial apocalíptico de
la técnica al dominio de los valores, de la reflexión i
Especialista de 1er grado en Medicina General Integral.
moral», al tiempo que alerta sobre la urgencia Policlínica Docente Pedro Díaz Coello, Holguín.
de «poner el galope tecnológico bajo control ii
Estomatóloga, Clínica Estomatológica Docente Manuel
extratecnológico»14. Angulo, Holguín.
Diplomados en Bioética por la Facultad de Ciencias
Constituye un verdadero reto para la asis- Médicas Mariana Grajales Coello, Holguín.
tencia sanitaria actual, lograr la sabiduría y la
mesura necesarias para no sucumbir a la «exal-
tación técnica», seducción de la que muchos 13
Pablo González. Medicina y persona humana.
profesionales, pacientes e incluso familiares no Cuadernos de bioética 1998; 34(9): p. 278
logran sustraerse y bajo la cual las acciones 14
Hans Jonás. Técnica, medicina y ética. Paidós 1997,
médicas, lejos de obedecer a su hondo sentido citado en Manuel de Santiago. La crisis de la conciencia
médica de nuestro tiempo. Cuadernos de Bioética 1998;
humano, enfrentan el riesgo de ser degradadas 36(9): p. 669

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