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ayer, hoy

y mañana

E a su aspecto estrictamente, musical, la


marcha procesional no plantea al compo-
sitor grandes problemas formales. Casi
todas las que conozco siguen la estructu-
ra tradicional de marcha, con sus repeti-
ciones temáticas y secciones intermedias.
Desde el punto de vista estético o de es-
tilo, la marcha procesional ha participado
de la marcha fúnebre, de la operística,
del poema sinfónico y del folklore, en
forma más o menos directa. H a sufrido
influencias tan diversas como el drama

L A MÚSICA
italiano, el impresionismo francés o las
formas más populares.
No sé exactamente el número de mar-
chas que se han escrito para la Semana-
Santa de Sevilla, pero, entre tantas, las

Y EL C A N T E hay buenas y menos buenas. Prescindiendo


de las razones reales o puramente senti-
mentales que cada cofrade pudiera apor-
tar para defender «su» marcha, estimo
que sin profundizar mucho pueden seña-
Nadie ignora en Sevilla que la marcha La música tiene asignado un papel im- larse algunas características como índice
procesional en los desfiles de Semana portantísimo en la Semana Santa sevilla- de clasificación.
Santa se hace imprescindible. No cabe du- na, ya que difiere por completo de las de- Naturalmente, y ante todo, ha de ser
da que la música detrás de un. paso de más ciudades de España. música bien realizada, pero ha de reunir
Semana Santa no sólo contribuye a un también algunas cualidades que llamaría-
He sido testigo, por haber tomado par- mos ^funcionales». Una marcha no se ha-
mayor esplendor en el conjunto estético te en los desfiles procesionales de Valla-
de la cofradía, sino que aumenta, en nues- ce para el concierto n i para ser oida en
dolid, Burgos, Toledo, etc., antes de cono- una sala, es para la calle y para ser to-
tro corazón, ese noble sentimiento de ele- cer Sevilla, y no tengo por menos que ex-
vado amor hacia las bellísimas imágenes cada prácticamente sin director. Esto exi-
presar o intentar definir lo que siento, ge sencillez en su escritura, armonía, con-
representativas del más sublime hoto- aunque verdaderamente esa emoción no trapunto e instrumentación. H a de tener
se pueda explicar; pero lo que si puedo un tratamiento rítmico adecuado en todo
Yo diría, que un paso de Semana Santa decir es que hay un duende (o lo que
en Sevilla sale ya de la iglesia hecho mú- momento al «paso de procesión». Debe
sea) que se apodera rápidamente de uno. ser música directa en su indudable fun-
sica. No hay más que observarlo con los Aquí el poeta se siente más poeta, el pin-
ojos del alma para advertir que en él ción ambientadora. Y, por supuesto, de-
tor más pintor, el compositor más com- be ser religiosa en esa dimensión distin-
convergen los más esenciales aditamen- positor; pues basta con ver pasar a la
tos de una obra musical perfecta: equi- ta de la S e m a n a Santa sevillana.—
Macarena por la Campana para flotar de M A N U E L CASTILLO. Director del Con-
librio, melodía, fondo armónico, glosa, una manera prodigiosa la inspiración. E n
contrapunto, ritmo, ornamentación. Y si servatorio Superior de Música.
m i caso, brota una marcha en breves mi-
a este conjunto de armonía plástica le nutos, como me sucedió con la composi-
asociamos los sonidos físicamente autén- ción que dediqué a dicha imagen el año
ticos,, surgirá entonces una aleación pu- pasado con el título de «Esperanza Ma-
ra; perfecta. Razón sobrada para que mu- carena», y que ha tenido un impacto ex-
chos corazones sensibles se sientan con- traordinario en el público sevillano, y
movidos por una íntima emoción conte- muy particularmente en los costaleros,
nida, cuyo sensacional efecto no sabemos
nunca expresar con palabras. Por eso, la q u e s o n los que captan magistralmente y
música hecha marcha procesional, detrás •?e una forma precisa si una marcha es
de un paso de Semana Santa en Sevilla, verdaderamente sevillana.
3 nuestro juicio, debe proclamarse como Nuestra Semana Santa está cuajada de
atributo esencial e insustituible en esos emociones, pues podemos decir que to-
días Santos.—PEDRO BRASA. Director das las procesiones tienen un sabor par-
de £i Banda Municipal de Música. ticular; pero yo creo que el momento más
sublime (al menos para mi) es el paso
por la Campana. Es verdaderamente emo-
cionante; además, en ese crítico momen-
to se produce un fenómeno musical que
no sé a qué es debido; pero he observado
que la Banda ahí suena mucho mejor
que en cualquier sitio del itinerario. En-
tonces, es posible que la Campana reúna
unas magníficas condiciones acústicas,. o
bien, que a los profesores de la Banda
les ocurra lo que a mí, que la misma emo- La saeta desciende por línea directa de
ción les haga poner más alma y sensibi- los cantes grandes de Andalucía; soleá,
lidad en las interpretaciones. — P E D R O seguiriya, martinete... E l pueblo se ha
MORALES MUÑOZ. Capitán director de encargado de convertir la saeta en la for-
la Banda de Música de la División «Guz- rea teológica más hermosa de orar y ha-
mán el Bueno». cerse partícipe de la Pasión del Señor y

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