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La

carta
by Alexandra Cullen Hale

Han pasado cinco años desde que el mejor amigo de Bella se fue a la
universidad. El hecho de estar tan alejada de el, hace que Bella se
vuelva una ermitaña. Que con el paso de los años ella se relaciona
más en la sociedad, pero eso no evita que lo extrañe o que deje su
extraño hábito de escribirle cartas que nunca envía. Más en este
otoño, puede que escriba su última carta.One-shot
Rated: Fiction K - Spanish - Romance/Drama - Bella, Edward -
Chapters: 2 - Words: 1,338 - Reviews: 30 - Favs: 54 - Follows: 49 -
Updated: 2/15 - Published: 1/10 - Status: Complete - id: 11726605
URL: https://www.fanfiction.net/s/11726605
Table of Contents

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1. La carta

2. Anonimo
La carta
Diclaimer: Los personajes de Twilight le pertenece única y
exclusivamente a Stephanie Meyer, yo solo juego con ellos para
crear estas historias.

Aviso: Este fic participa del Reto "Estaciones al azar" del foro "Sol
de Medianoche".

Otoño.

Una palabra. Cinco letras. Una estación y mi perdición.

2 años. 730 días. 17520 minutos. 63072000 segundos.

Es lo que llevo sin verte.

¿Por qué te fuiste? Me pregunto a diario.

¿Por qué no me llevaste? Paso horas en mi cuarto.

Todo para que siempre llegue la misma respuesta:

»Por que fuiste una idiota«

Para mi el otoño es la estación de la muerte. Las hojas dan su


último respiro antes del frío invierno. Tal vez todo se llene de
colores, pero no causa la misma sensación de la primavera. Antes
amaba otoño, me encantaba jugar en las hojas secas o pedir dulces
en Noche de Brujas. Mas ahora todo me parece al ridículo y sin
sentido.

¿Sabes por que?

Por que no estas aquí.

Todos los días mi padre me lleva al instituto. Siempre es la misma


tradición: él no me habla y yo no me molesto en hacerlo.

Ya no es un simple policía de Forks , ahora es Sheriff y aunque dice


que no es nada para estar orgulloso, siempre lo veo lustrar su
estrella dorada con fervor.

Si. La misma de que nos burlábamos de niños.

Alice me visita todos los días, siempre trayendo noticia tuyas. Pero
nunca son buenas, o al menos para mi no son.

»El tiene una nueva novia« »Creo que van enserio« » ¡Amiga! ¡Se
nos casa!« »Nos acaba de anunciar que va a ser padre«

Pero nunca es: »Sabes, hoy pregunto por ti«

El último día que te vi, fue el día de tu boda. Estabas tan ocupado
que nisi quieras notaste mi presencia, aunque, yo era la tonta que
esperaba que al verme corrieras a mis brazos, como cuando
éramos niños.

Bueno, si corriste a los brazos de tu esposa. Estaba tan celosa ese


día, aunque era más envidia.

Envidia de que la besaras, abrazaras y lo que más envidiaba era


que la hicieras tuya.

Pero estoy feliz por ti, porque ella es una gran mujer y si tú la
escogiste entre muchas que querían estar contigo fue por algo. Mas
no perdonare que hayas celebrado tu boda en vísperas de otoño.

Nuestra estación. Bueno, ahora tuya y de tu esposa.

Lo más seguro es que estés ahora con ella, feliz por cargar a tu
primer hijo. Ya terminando una gran carrera, sin la menor idea de lo
que sufro por ti.

Escribo esta carta, una cual nunca recibirás, pero es un medio por
donde me puedo desquitar. Más no puedo borrar los recuerdos:
El funeral de mi madre.

Mudarme a Forks.

Cuando nos conocimos.

Mi primer beso.

Nuestra promesa.

Cuando te fuiste.

Tu boda.

Y el nacimiento de tu hijo.

Todo pasó en otoño.

Termine de escribir con lagrimas en los ojos, pero eso si más aliviada
y confiada que nunca.

Aun con la hoja en mis manos, visualice mi habitación y todo lo que


había cambiado los últimos cinco años. Las paredes rosas llenos de
peluches y Barbie, ahora estaba blanca y con libros. La habitación no
fue la única que sufrió un drástico cambio, yo también había
cambiado.

Cero vestidos y faldas, más jeans y converse. Sobretodo mis no tan


apreciados frenillos se fueron volando lejos de mí.

Mientras hacia eso mi celular empezó a sonar. Alice. Ella era única
que tenia mi número.

—Hola.

—Hey! Cuida ese tono— resoplo ella al otro lado—. Bells hoy quiero
que vengas a mi casa.

—Alie— pronuncie temblando— no puedo, tenemos examen de


química mañana.

—Química…— la escuche murmurar.

Pero yo estaba más pendiente de la hoja que aun descansaba en mi


mano —algo arrugada— pensando si podía quemarla. Mas en eso
llego una fuerte brisa —lo suficiente para que tuviera que cerrar los
ojos— que hizo que soltara la hoja, esta floto lejos de mi cuarto
atravesando mi ventana.

Como pude corrí a atraparla, pero la brisa se la había llevado algo


lejos de mi alcance. Por suerte la brisa se detuvo tan rápido como
vino, haciendo que la hoja cayera en el suelo.

Revise que nadie circulara por la calle, y aun con el teléfono en la


oreja, corrí como loca afuera de la casa.

«Que nadie la vea» pensé bueno suplique para mis adentros.

Pero como la mala suerte siempre estaba en mi contra y aliada con


mi torpeza, tropecé con algunas hojas haciendo que mi trasero
besara el suelo.

Por lo increíble que suena mi teléfono seguía en mi mano y aun podía


escuchar a Alice peleando conmigo. Me levante aun sin olvidar mi
misión, recuperar esa carta.

—Bells ¡ME ESTAS ESCUCHANDO!— Alice gritó en mi oído.

—Si… solo que me caí y no escuche la ultima parte— medio mentí


mientras seguía caminando.

Mas la calle no estaba sola.

Un hombre se encontraba despaldas de mi casa —por lo tanto solo


veía su espalda— algo encorvado y cubierto por un gran suéter gris
pálido, traía también una gorra que cubría la mayor parte de su
cabello.
Era un extraño, mas solo quería encontrar mi carta y regresar a la
comodidad de mi casa.

Fije la vista al suelo, pero solo había hojas secas nada de mi carta.
Estaba segura que había caído justamente en ese lugar, al menos
que…

Volví a mirar a aquel hombre, parecía entretenido.

«— ¿Esta leyendo mi carta?—pensé— estoy muerta si es así.»

¿Cómo me podría acercar a aquel extraño? Y si en verdad esta


leyendo lo que escribí ¿Qué le diré?

"Oh señor, me puede devolver eso. Es un trabajo de Literatura"

« ¡Dios! Que vergüenza»

Así que tragando todos mis temores, me acerque y dije en voz alta:

— ¿Señor?

Este se tenso y girando con lentitud, unos ojos Esmeralda que tanto
recordaba me sorprendieron.

—Bella…— susurro con una sonrisa torcida.

Estaba paralizada. Todos mis músculos estaban agarrotados y mi


pulso estaba acelerado. Mi mente y mi cuerpo me gritaban que
corriera, mas solo podía quedarme parada mirándolo como una
estupida. Fue la voz de Alice que me saco de mi estado catatónico:

—Bells, Edward regreso. Según lo que he averiguado la zorra de


Tanya lo engaño, se va a divorciar, me temo que el pequeño Jonny no
es hijo de mi hermano. ¿Bella?

—Hablamos luego Alie— colgué aun con la mirada fija en el cobrizo


—. Hola Edward.
—Hola Edward ni que nada— dijo acercándose más— Tu me vas a
explicar esto Bells— me enseño una arrugada hoja blanca… mi carta.

«Ahora si estoy muerta » pensé mientras temblaba de miedo.

Espero que les haya gustado.

Alexandra Cullen Hale


Anonimo
Diclaimer: Los personajes de Twilight le pertenece única y
exclusivamente a Stephanie Meyer, yo solo juego con ellos para
crear estas historias.

Y sin pensar que esa carta fue la causante de todos nuestros males.

Sin embargo, aun así estoy aquí.

Esperando que reacciones, y que comprendas mi comportamiento,


que seamos felices, que nada nos sorprenda.

O al menos eso esperaba. Pero algo entre nosotros se rompió y


justamente fue por esa carta.

La carta que cambio por completo... nuestras vidas.

Hola! bueno he estado leyendo sus comentarios y he decidido


continuar la historia. De hecho si aun no se han enterado ya
esta publicado la segunda parte, la cual se llama Postales y esta
contada desde el punto de vista de Edward, la cual pueden
encontrar en mi perfil. Aclaro que después que termine con
Postales les tendré una sorpresa. Y sin más que decir espero
que nos leamos pronto :D

Postales:

Edward se fue a la universidad, y dejo a una depresiva Bella en el


camino. Pero no todo es de color rosa para el joven cobrizo: su novia,
su carrera, todo lo hace enloquecer un poco. Pero su única manera
de no realmente enloquecer son los recuerdos de su amistad con la
castaña, y tratando de meterla en su nueva etapa de su vida le
manda postales. Pero nunca recibe respuestas...

Alexandra Chullen Hale

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