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A partir de los textos abordados en la Unidad 1 y del Informe Social que

adjuntamos, desarrollen las siguientes consignas:

1. Identifiquen la matriz teórica que subyace a esta intervención.


Relacionen los textos de la Unidad 1 con aspectos específicos del
Informe social para fundamentar su respuesta.

2. Expliquen las rupturas y continuidades entre positivismo y


estructural funcionalismo y las características innovadoras propias
de la matriz dialéctica.

1) Antes de contestar la respuesta correspondiente, es necesario aclarar


que se utiliza las palabras “asistente social” y “caso”, ya que son propias
de la época de la intervención y son utilizadas durante el informe.
Durante la intervención, la asistente social trabaja desde la matriz
funcionalista/estructural. Una de las primeras características que llevan a
esta conclusión, es que la asistente social entra en juego en el caso, a
partir de que este se le es asignado por una disciplina superior, en este
caso la medicina, para identificar las perturbaciones en la conducta del
sujeto a través de la visita domiciliaria y las entrevistas. Al designarlo
como un caso, se toma al sujeto en cuestión como un problema a
resolver, en este caso son las perturbaciones en la conducta del niño las
que deben ser identificadas y trabajadas para poder adaptarlo al orden
social existente, y así permitirle su progreso (orden y progreso); esta
forma de trabajar, es correspondiente a lo que expone Gisela Konopka,
una de las premisas del método es el mejoramiento del funcionamiento
social de las personas a través de la ayuda profesional. Esta forma de
intervención, representa a la asistente social como un agente de cambio,
otra característica propia de la matriz funcionalista.
Otra característica del informe que marca el trabajo a partir de la
corriente funcionalista, es el carácter moralizador presente en la asistente
social. Durante la vista y la entrevista al domicilio, la asistente hace
hincapié en las diferentes parejas amorosas de la madre, y como parece
no preocuparle ser una familia disfuncional para la sociedad en la que
viven. Y también, durante la observación de la vivienda, remarca la
preocupación de la madre por mantener las apariencias, “(…) el interés
de la señora por mantener las apariencias: “lo que se ve”, en perfectas
condiciones, pero descuidando totalmente lo que esta fuera del alcance
de la vista”, haciendo referencia a la situación de las habitaciones, que
siendo las 16 horas, continuaban desprolijas y con las camas sin hacer.

2) Los orígenes de la matriz funcionalista se pueden encontrar en la matriz


positivista. El trabajo social funcionalista mantenía una noción positivista
respecto al objeto y al método de intervención. El sujeto continuaba siendo
visto como una desviación de lo normal que debe ser corregida, trabajando
a través del método científico, la observación/investigación, el diagnóstico y
el tratamiento.
En ambos casos, se encuentra el carácter moralizador de la intervención.
Se construye la noción de observación, haciendo foco en las conductas
esperadas y marcando la diferencia entre lo normal y lo anormal, lo
desviado. Como expone Carballeda, la intervención en lo social está
asociada al poder disciplinario, y se orientará a la sanción normalizadora, la
vigilancia y el control a través de las políticas desarrolladas desde el Estado
y el examen, con el objetivo de “enderezar” conductas para el progreso y
adaptación social del sujeto con el fin de mantener el orden de la estructura
social. Otra característica que comparten, es el rol de las instituciones. Las
instituciones estatales vinculadas a la salud, la educación, la acción social y
lo jurídico son las que tiene como objetivo “construir y dale forma al
ciudadano” a través de mecanismos de integración y acciones
disciplinadoras, ya que trabajan sobre sujetos amenazantes para el
progreso, y entonces, es a partir de ellas que se busca el manteniendo del
sistema social. También prevalece el espacio elegido para la intervención,
el espacio de cotidianidad, que es el espacio articulador de los discursos
médicos y la cultura, sino la trabadora social la que vigila la higiene, su
cumplimento , la situación familiar, etc.
En cuanto a las rupturas entre ambas matrices, se puede resaltar el
destinatario de la intervención. En el caso del positivismo la sociedad es
vista como un cuerpo social, el cual es regido por leyes invariables, que
pueden ser estudiados a través de las ciencias naturales, y en la que las
acciones de los hombres no afectan al otro, es decir al orden social. En
cambio la matriz funcionalista, comienza a ejercer la intervención social en
un ámbito comunitario, que le imprime a la profesión un crecimiento del
carácter técnico y operativo práctico para llevar adelante el cambio que
buscan lograr en la vida de los sujetos. Esta matriz esta caracterizada por
entender a la sociedad como una estructura compuesta por partes
independientes, y que toda acción o inacción por parte del hombre afecta a
los otros. Esto resalta otra ruptura con el positivismo, que es el trabajo por el
desarrollo de las comunidades de base, que propone una lectura societaria
y menos individualista, ya que la intervención a través del positivismo poseía
un carácter individual y familiar. A través de esta forma de trabajo se amplió
el espacio socio-ocupacional de la profesión, promoviendo la participación
comunitaria para la formación de líderes produciendo un cambio de
mentalidad individual, para que, en conjunto con acciones planificadores por
parte de los trabajadores sociales, se motive a esa comunidad a adaptarse
al a la nueva sociedad. Es decir, no se trabaja desde los individual como
planta el positivismo, sino desde lo comunitario para lograr la adaptación y
mantener el orden social.
En cuanto a la matriz dialítica, la misma surge atravesada por una
generación de nuevas prácticas y metodologías de intervención con el
objetivo de lograr concientizar a los grupos y comunidades que son
intervenidas. A diferencia del funcionalismo/estructuralismo, la matriz
dialéctica plantea una relación dialéctica en la que el sujeto y objeto de
conocimiento son el resultado de un proceso, entendiendo, de esta manera,
al conocimiento como algo que no está dado sino que es activo y
cambiante.
En cuanto a la práctica, al contrario del positivismo, es considerada el
fundamento de la teoría que se desarrolla a partir de la “práctica histórica”.
De esta manera, se propone pensar a la intervención profesional como un
conjunto de relaciones entre sujetos, instituciones y saberes profesionales
(conjunto denominado campo problemático) cuyas miradas deben
incorporarse a la lectura política y teórica de la cuestión social. Entonces,
entendiendo a la cuestión social como producto del sistema capitalista que
afecta de manera directa la vida de los sujetos, la misma es problematizada
y medida por las condiciones socio-históricas de cada sociedad.

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