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http://sandradavcor.blogspot.mx/2010/11/teoria-del-edipo-en-freud-y-lacan.html?
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Viene después un tercer periodo en e que el Edipo no es igual para la mujer que
para el hombre. Establece una diferencia ya con respecto al periodo que se acaba
de diseñar en el que el Edipo era igual para ambos, además convierte la
castración en el centro del Edipo. No aparece claro cuál es la función o que es lo
que quiere la madre, que es lo que pasa en la estructura edípica, sigue centrado el
análisis en uno de los polos de la estructura edípica, el chico.
Es acá donde aparece el merito de la Can ampliando el concepto de complejo de
Edipo, ya no es lo que pasa al chico, sino lo que pasa en una situación dentro de
la cual el chico está incluido. Afirma que el chico es el falo de la madre, el chico es
para la madre. Muestra que esta se constituye en relación con el chico. Porque si
el chico es el falo para la madre, esta se constituye en función del chico.
EL EDIPO EN LACAN
Dos definiciones:
1. “El falo es el significante de una falta”
2. El falo es el significante del deseo. El significante en la Can no es una copia
de significante en lingüística. Porque el significante es una traza material, una
huella acústica, una imagen visual. En el significante y por medio del significante
algo queda inscripto que es de otro orden: el significante sirve para que en el se
inscriba algo que es de otro orden, es decir, una ausencia, aparece el lugar de la
cosa, en sustitución de una ausencia. Lo notable es que el significante, en el que
esa falta se inscribe aparece como una presencia. Se puede producir entonces la
ilusión de que si esta el significante, si hay algo no falta nada. Es porque la falta se
inscribe como presencia que puede producir la ilusión.
Lo relevante para lo que nos ocupa es que el significante:
a. Es una traza material, b. que en él y por medio de él algo queda inscripto, algo
que es de otro orden, que hay una transposición y c. es que el significante siempre
puede ser tachado o destituido de su función. Así se representa el concepto
significante de Lacán. Aplicado al falo, éste es el significante de la falta, aquello en
lo cual se inscribe en la falta esta en lugar de la falta. Al aparecer como una
presencia el falo produce la ilusión o posibilita la ilusión de que no falta nada,
entonces, el falo es la marca de la falta, pero debido a que esa falta parece
inscripta como una presencia, desde la subjetividad aparecen dos posibilidades: 1.
Si está presente la imagen hay ilusión de completud, no falta nada; 2. Cuando se
habla del falo simbólico es la posibilidad de que algo se puede perder. Hay un
aspecto esencialmente paradójico entre este doble punto de vista de falo: ser el
significante de una falta, pero desde la subjetividad puede ser vivido como la
plenitud.
Esa experiencia se ha descrito como la fase del espejo que abre nuevas
posibilidades, la de situar al falo en tanto objeto imaginario con el que el niño debe
identificarse para satisfacer un deseo de la madre. El chico siente su
incoordinación motriz, a determinada edad, ve su imagen en el espejo y le parece
completa, él se identifica con esa imagen y se cree completo, esa imagen es su
Yo. La imagen en el espejo lo que logra es tapar una sensación de incompletud
que está dada por su incoordinación motriz. Cuando el falo como significante de
una falta queda imaginarizado en términos de un objeto concreto (el cuerpo,
dominación de los miembros, el auto, el pene) todas esas versiones del falo
imaginario, lo que hacen es completar una falta.
Se había dicho antes que el significante tiene una traza material y ahora se dice
que la inteligencia, que la belleza, la rectitud son significantes. Estos términos son
abstractos desde el punto de vista de una teoría de lenguaje, lo que no impide que
en lo subjetivo la inteligencia aparezca en forma de entidad concreta. En cada
sujeto estas cualidades abstractas quedan inscriptas en términos singulares, en
términos de imágenes, palabras como trazas:
El Edipo de Freud está centrado alrededor de la satisfacción, el lacaneano
alrededor de la satisfacción del narcisismo. De acuerdo al falo que va circulando,
otorgando la mayor valoración, se puede entender cómo se van ubicando los
personajes frente a ese falo cuya posición otorga una determinada satisfacción
narcisista.
En el primer tiempo del Edipo: el niño es el falo, la madre tiene el falo, el
padre no aparece.
En el segundo tiempo: el niño deja de ser el falo, la madre deja de tener el
falo, el padre es el falo omnipotente que puede privar a la madre.
En el tercer tiempo del Edipo: el padre tiene el falo pero no es el falo,
porque el falo se encuentra por fuera del padre. El es alguien que lo posee. El falo
es reinstaurado en la cultura. No es la madre, ni el niño, ni el pene del padre, ni el
padre mismo. El Edipo consiste en superar el falo como aquello que se es, para
arribar al falo a aquello que se tiene, se parando el falo de sus representaciones
entre ellas el pene.