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¿Qué es El sentido del Gusto?

El gusto puede definirse como la capacidad de detectar sustancias a través de los receptores gustativos,
o como el sentido corporal que permite la detección de sustancias químicas disueltas en la boca,
procedentes generalmente de los alimentos. El sentido del gusto depende de la estimulación de los
botones gustativos que se encuentran en las papilas gustativas situadas en la lengua, la lengua es un
órgano musculoso ubicado dentro de la boca o cavidad oral. 1 El sabor se define como la sensación que
causa un alimento u otra sustancia al introducirse en la boca, en el sabor influye el sentido del gusto,
pero también el olfato y la textura.

Los sabores primarios conocidos con los que se identifica a los alimentos son dulce, salado, ácido y
amargo, a los que desde principio de siglo se ha unido el umami (sabroso en japonés). El gusto se
percibe por el contacto de las sustancias químicas solubles sobre quimiorreceptores situados
principalmente en la lengua. El sentido del gusto puede considerarse como una fuente de placer, pero su
función fisiológica es permitir seleccionar aquellas sustancias más adecuadas para la nutrición y evitar en
gran medida las que pueden representar un peligro para la vida por ser tóxicas o encontrarse en estado
de descomposición.

Anatomía y Fisiología del gusto

El sentido del gusto es posible gracias a los botones gustativos, también llamados corpúsculos gustativos.
En un adulto humano existen alrededor de 10 000, la mayor parte de los cuales se encuentran en la
superficie de la lengua. Cada botón gustativo tiene forma ovalada y está constituido por un conjunto de
células, entre las cuales se encuentran las células gustativas que disponen de cilios que entran en
contacto con las sustancias disueltas en la boca por la saliva. Los botones gustativos se agrupan en
estructuras mayores llamadas papilas gustativas que son las que proporcionan a la lengua una superficie
rugosa. 2 Cuando una sustancia se disuelve en la saliva y entran en contacto con la membrana celular de
las células gustativas, se produce la liberación de moléculas neurotransmisoras que desencadenan
impulsos nerviosos que se transmiten al cerebro principalmente a través del nervio facial y
glosofaringeo.

Papilas Gustativas:

Papilas gustativas

Papila gustativa en la que pueden observarse 6 botones gustativos.

Las papilas gustativas se encuentran en la superficie de la lengua y le dan a este órgano un aspecto
rugoso. Cada papila contiene numerosos botones gustativos, que son receptores sensoriales que reciben
y transducen una señal química en un potencial de acción. Para que las papilas sean estimuladas, las
sustancias deben diluirse en la saliva y así entrar en contacto con la membrana de las células sensoriales.
Según su forma, se distinguen cuatro tipos de papilas:3

Papilas fungiformes: tienen forma de hongo y se encuentran distribuidas en la parte anterior del dorso y
bordes laterales de la lengua. Hay hasta 5 botones gustativos por papila fungiforme que suelen estar
ubicados en la parte superior de la papila.

Papilas circunvaladas o caliciformes: tienen bases de forma de cáliz o copa y se distribuyen cerca de la
base de la lengua formando una V. Las grande papilas circunvaladas contiene cada una hasta 100
botones gustativos.

Papilas filiformes o cónicas: tienen forma de filamento y se encuentran en la punta y bordes laterales de
la lengua. A diferencia de las papilas fungiformes y caliciformes no tienen función gustativa y carecen de
botones gustativos, solamente son receptores táctiles y captan la temperatura.

Papilas foliáceas: Su forma recuerda la hoja de un árbol. Se encuentran a ambos lados en la región
posterior de la lengua.

Botones Gustativos

Botones gustativos

Botón gustativo.

células receptoras gustativas conectadas a la dendrita de una neurona sensitiva.

Los botones gustativos son corpúsculos sensoriales para el gusto que se encuentran en las papilas
gustativas. Tienen forma ovoide, cada uno de ellos está constituido por 3 tipos de células, células
basales, células de sostén y células receptoras gustativas. Estas últimas hacen conexión sináptica con las
fibras nerviosas sensoriales y disponen de microvellosidades receptoras que se proyectan hacia el poro
gustativo, un orificio en el epitelio lingual. Los cuellos de estas células se encuentran conectados entre sí
de manera que la única parte del receptor gustativo que está expuesta a los líquidos de la cavidad oral es
la corona apical de microvellosidades. Cada botón gustativo está inervado por cerca de 50 fibras
nerviosas y a la inversa cada fibra nerviosa recibe información en promedio de 5 botones gustativos. Las
células basales tienen su origen en las células epiteliales que rodean los botones gustativos; estas células
se diferencian en nuevas células receptoras y los receptores antiguos son remplazados continuamente
con un periodo aproximadamente diez días. En el ser humano los botones gustativos se localizan
principalmente en las papilas fungiformes y circunvaladas de la lengua, existen algunos en el paladar
blando, cara interna de las mejillas, faringe y epiglotis.

Vías gustativas
Las fibras nerviosas sensoriales que provienen de los botones gustativos de los tercios anteriores de la
lengua viajan por la cuerda timpánica, que es una rama del nervio facial; mientras que las que provienen
del tercio posterior llegan al tallo cerebral por el nervio glosofaringeo y las fibras de otras áreas distintas
de la lengua llegan a través del nervio vago. En ambos lados, las fibras de estos tres nervios se unen en el
núcleo del fascículo solitario en el bulbo raquídeo; ahí estas fibras hacen sinapsis con neuronas de
segundo orden; luego termina en los núcleos de relevo sensoriales específicos del tálamo, junto con
fibras que llevan información de contacto, dolor y temperatura. Desde aquí, los impulsos son conducidos
al área de proyección cortical para el gusto, situada en la base de la circunvalación poscentral del
cerebro.

Modalidades gustativas básicas

En seres humanos hay cuatro sabores básicos establecidos: dulce, ácido, amargo y salado. Existe una
superposición considerable, pero las sustancias amargas se perciben principalmente en la parte
posterior de la lengua, el sabor ácido sobre los bordes, el dulce en la punta y el salado en la porción
anterior de los bordes . También existe ligera sensibilidad para las cuatro modalidades en faringe y
epiglotis y paladar.

La identificación de todos los sabores básicos no está totalmente establecida. Se ha comprobado la


existencia de más de 10 tipos de receptores diferentes en las células gustativas.4 Se ha descrito la
existencia de una modalidad gustativa adicional llamada umami que media el sabor del glutamato
monosódico utilizado ampliamente en la cocina asiática, se han propuesto otros posibles sabores básicos
que están en investigación, entre ellos el sabor metálico, el kokumi 5 y el sabor a grasa, este último ha
sido considerado como posible sexto sabor.6

Sabor ácido, por ejemplo el limón. Se percibe en las regiones laterales posteriores de la lengua. Las
sustancias ácidas tiene sabor agrio y es el catión de hidrógeno más que los aniones relacionados los que
estimulan a los receptores. Para cualquier sustancia ácida, el sabor agrio es proporcional a la
concentración de hidrógeno.

Sabor amargo, por ejemplo la quinina. El gusto amargo es en realidad una señal que previene contra la
ingestión de sustancias tóxicas. Se percibe más intensamente en la parte posterior de la lengua. La
sustancia utilizada generalmente para probar el sabor amargo es el sulfato de quinina, aunque el umbral
para el clorhidrato de estricnina es aun menor. El sabor es debido al catión; así, parece no existir una
característica común en la estructura molecular de las sustancias con sabor amargo.

Sabor dulce, por ejemplo el azúcar común o sacarosa. De forma natural este sabor se interpreta como
una fuente básica de energía para el metabolismo, por lo que provoca agrado y aceptación cuando se
ingiere. Se percibe preferentemente en la punta de la lengua. La mayoría de las sustancias dulces son de
origen orgánico. Los ejemplos más conocidos son sacarosa , maltosa, lactosa y glucosa; sin embargo, los
polisacáridos, el glicerol, algunos alcoholes y cetonas también tiene sabor dulce.

Sabor salado, por ejemplo la sal común. Se percibe sobre todo en las regiones laterales anteriores de la
lengua. El sabor salado se produce por el sodio. Algunos compuestos orgánicos también saben salados.

Sabroso o umami: como el glutamato de sodio. El umami es el último descrito, fue propuesto en 1908
por el fisiólogo japonés Kikunae Ikeda7 aunque no se consideró como un sabor básico por la comunidad
científica hasta principios del siglo actual.

Trastornos del gusto

Las personas con trastornos del gusto, pueden sentir sabores que no existen, no diferenciar los sabores o
no percibir ningún sabor. Los trastornos más comunes que pueden presentar el gusto son los
siguientes:8

Ageusia: pérdida casi total del gusto.9

Disgeusia. Es una distorsión en la percepción del gusto, puede manifestarse como la existencia de
sensación de gusto cuando no existe ningún estímulo que la provoque, o como la percepción de un gusto
desagradable provocado por un estímulo que en condiciones normales se considera agradable.1

Hipogeusia: escasa capacidad para diferenciar los sabores, como la que sufren las personas
fumadoras.En muchas ocasiones se debe en realidad a una deficiencia de olfato o a producción
insuficiente de saliva por las glándulas salivares.

Hipergeusia: sensibilidad exagerada del gusto.

La evaluación de la persona con alteraciones del gusto consta de cuatro pasos. El primer y segundo paso
consisten en una historia clínica (con atención en la medicación), y un examen físico detallado, que
incluya la boca, fosas nasales y los pares craneales. La sensación del gusto se evalúa dando al paciente
soluciones débiles de azúcar, sal y ácido acético. El tercer paso son las pruebas especializadas como la
electrogustometría. El cuarto paso son pruebas de imagen, entre ellas la resonancia magnética nuclear
para el examen de las vías gustativas centrales.

Los trastornos del gusto pueden estar provocados por numerosas causas: lesión neurológica, trastornos
hormonales, problemas odontológicos, ciertos medicamentos, exposición a radioterapia en cabeza y
cuello, envejecimiento. Existe numerosos medicamentos que pueden ocasionar trastornos del gusto,
según algunos informes alrededor del 20% de los casos de disgeusia están relacionados con fármacos.10
11No existe ningún tratamiento específico para resolver la pérdida del gusto. Si se debe a un mal
funcionamiento de las glándulas salivales, puede ser tratada con saliva artificial o pilocarpina .

Qué es el tacto?
El sentido del tacto es aquel que permite a los organismos percibir cualidades de los objetos y medios
como la presión, temperatura, textura y dureza. En la piel se encuentran diferentes clases de receptores
nerviosos que se encargan de transformar los diferentes tipos de estímulos del exterior en información
susceptible para ser interpretada por el cerebro. La piel se divide en tres capas: epidermis, que es la capa
superficial, la dermis y la hipodermis que es la capa más profunda. La epidermis está constituida por
tejido epitelial y en su estrato basal o germinativo encontramos la denominada melanina, que es el
pigmento que da color a la piel, y la dermis por tejido conjuntivo. En esta capa encontramos los anejos
cutáneos que son las glándulas sebáceas, las glándulas sudoríparas, el pelo y las uñas y la hipodermis
formada por tejido conjuntivo adiposo. Debemos tener en cuenta que aunque principalmente el sentido
del tacto se encuentra en la piel, también lo encontramos en las terminaciones nerviosas internas del
organismo, pudiendo percibir los altos cambios de temperatura o el dolor. Por lo que es el más
importante de los cinco sentidos permitiéndonos percibir los riesgos para nuestra salud tanto internos
como externos. La parte que gobierna el tacto en el cerebro es el lóbulo parietal.

El tacto pertenece al sistema sensorial cuya influencia es difícil de aislar o eliminar. Un ser humano
puede vivir a pesar de ser ciego, sordo y carecer de los sentidos del gusto y el olfato, pero le es imposible
sobrevivir sin las funciones que desempeña la piel. El tacto afecta a todo el organismo, así como a la
cultura en medio de la cual este vive y a los individuos con los que se pone en contacto.

Aspectos biológicos

La piel

La piel se encuentra en estado de renovación debido a la actividad celular de sus capas profundas, varía
de textura, flexibilidad, color, olor, temperatura, sabor y otros aspectos. Lleva consigo su propia memoria
de experiencia, define nuestra individualidad.6

La punta de los dedos y la lengua son más sensibles que otros puntos del cuerpo. Las partes más pilosas
son generalmente las más sensibles a la presión, también es más delgada la piel donde hay cabello o
vello. El sentido del tacto no está en la capa externa de la piel, sino en la segunda, en la dermis.

Receptores de la piel

Receptores

Mecanorreceptores Exteroceptores Corpúsculos de Meissner

Receptores de Merkel

Corpúsculos de Krause

Corpúsculos de Ruffini
Receptores de los folículos pilosos

Interoceptores Corpúsculos de Pacini

Corpúsculos de Ruffini

Termorreceptores (del calor y frío)

Nociceptores (del dolor)

Los receptores sensoriales de la piel detectan los cambios que se producen en el entorno; a través del
tacto, la presión y la temperatura. Cada tipo de receptor está inervado por un tipo específico de fibra
nerviosa.7Los distintos mecanorreceptores se distinguen por el tamaño de su campo receptivo, la
persistencia de su respuesta y el margen de frecuencias al que responden. Se necesita todo un ejército
de receptores para crear esa delicadeza sinfónica que llamamos caricia. Entre la epidermis y la dermis se
encuentran los diminutos corpúsculos de Meissner, parecen especializarse en las partes no pilosas del
cuerpo (las plantas de los pies, las puntas de los dedos, el clítoris, los pezones, las palmas y la lengua).
Las zonas erógenas y otros puntos hipersensibles responden muy rápidamente o ligeramente en todo.

Sensibilidad táctil

La sensibilidad táctil, se divide en dos tipos, los cuales, para llegar al encéfalo, siguen vías sensitivas
diferentes:

Sensibilidad protopática: es la sensibilidad más primitiva y difusa, poco o nada diferenciada, que
responde a todos los excitantes cutáneos dolorosos, al calor y al frío extremos y al tacto grosero; el
sujeto no puede localizar con exactitud el lugar en el que obra el estímulo, ni discriminarlo. Esta
sensibilidad es la primera que reaparece cuando un nervio sufre una lesión. La segunda neurona se cruza
a la altura de la médula. Sensibilidad propia del Sistema Antero Lateral (SAL) o Espinotalámico anterior.

Sensibilidad epicrítica: es la que asegura una discriminación más fina, localizada y exacta, permite
apreciar el estímulo de poca intensidad, normalmente ejerce influencia inhibitoria sobre el sistema
protopático, siendo esta más reciente. (Responsable de la capacidad de reconocer formas y tamaños). A
diferencia de la otra, su segunda neurona se cruza a la altura del bulbo raquídeo a nivel de C1 en la
"decusación sensitiva" formando las fibras arcuatas o arquedas. Propia del sistema de los cordones
dorsales.

La sensibilidad termoalgésica (temperatura y dolor) se transmite al encéfalo por una vía diferente.

El tacto nos enseña que vivimos en un mundo tridimensional, nos enseña que la vida tiene profundidad
y contorno.8
Un acercamiento a la piel humana caucásica.

Presión

Los corpúsculos de Pacini responden muy deprisa a cambios en la presión y tienden a reunirse cerca de
las articulaciones, en algunos tejidos profundos, así como en las glándulas genitales y mamarias. Son
sensores gruesos, en forma de cebolla, y le dicen al cerebro qué es lo que los presiona y también qué
movimientos hacen las articulaciones o de qué modo están cambiando de posición los órganos cuando
nos movemos. No se necesita mucha presión para hacerlos responder y enviar mensajes al cerebro; son
sensibles a las sensaciones de vibración o variación, especialmente las de alta frecuencia.9En ciertas
condiciones de estimulación, solo es necesario que se de un desplazamiento de 0.001 mm sobre la
superficie de la piel para sobrepasar el umbral de presión y percibirlo como presión, aunque los
umbrales de presión no son iguales para todas las regiones de la piel. Así, la región más sensible a la
presión es el rostro, le siguen en su orden, el tronco, los dedos y los brazos; las regiones inferiores son las
menos sensibles. En general, las mujeres tienen umbrales más bajos de sensibilidad a la presión, en otras
palabras son más sensibles a la presión que los hombres.10

Temperatura

Los Corpúsculos de Ruffini se hallan a cierta profundidad bajo la superficie de la piel y registran la
presión constante; son sensores de temperatura. No puede sorprender que la lengua sea más sensible al
calor que muchas otras áreas del cuerpo. A diferencia de otras informaciones táctiles, las de temperatura
le dan cuenta al cerebro de cambios tanto altos como bajos, con frecuentes actualizaciones. El cuerpo
responde inmediatamente a los cambios de temperatura, y sentimos el frío con un espectro corporal
más amplio que el que tenemos para sentir el calor. Muchas más mujeres que hombres dicen tener las
manos y los pies fríos, lo que no debería sorprender a nadie. Cuando el cuerpo se enfría, protege antes
que nada los órganos vitales(por eso es tan fácil que se congelen las extremidades); en los humanos,
protege los órganos reproductores. Cuando los labios se nos ponen azules o el frío nos insensibiliza los
dedos de los pies, es porque los vasos sanguíneos se comprimen y el cuerpo sacrifica las extremidades
para mandar más sangre a la esencial sección interna.

El dolor

Existen receptores especializados en la sensación de dolor. Esta sensación es muy útil para la
supervivencia del individuo pues actúa como un mecanismo de alarma que detecta situaciones
anormales posiblemente nocivas. La finalidad del dolor es prevenir al cuerpo de un posible daño. El
dolor, algunos dicen que es una respuesta de receptores específicos a peligros específicos, mientras
otros piensan que se trata de algo mucho más ambiguo, una estimulación sensorial extrema de cualquier
tipo, porque en el delicado ecosistema de nuestro cuerpo, un exceso de cualquier cosa podría perturbar
el equilibrio. Cuando sentimos dolor, suele doler el sitio localizado, pero responde el cuerpo entero.11

Enfermedades del tacto

Hiperestesia: se define como una sensación exagerada de los estímulos táctiles, como la sensación de
cosquilleo o embotamiento. Es un trastorno de la percepción que consiste en una distorsión sensorial
por un aumento de la intensidad de las sensaciones, en el que los estímulos, incluso los de baja
intensidad, se perciben de forma anormalmente intensa.

Hiperafia: Aumento de la capacidad para percibir estímulos táctiles.

Hipoestesia: se define como una disminución de la sensibilidad de los estímulos táctiles. Es un trastorno
de la percepción que consiste en una distorsión sensorial por una disminución de la intensidad de las
sensaciones, en el que los estímulos, incluso los de alta intensidad, se perciben muy mitigados.

Hipoafia: Disminución de la capacidad para percibir estímulos táctiles.

Anestesia: es la ausencia completa de todas las formas de sensibilidad en la zona afectada.

Anafia: Falta de capacidad para percibir los estímulos táctiles.

Alodinia: es la percepción anormal del dolor, nacido de un estímulo mecánico o térmico que de manera
normal es indoloro.

Hiperalgesia: Aumento de la sensibilidad al dolor. Estímulos normalmente dolorosos son aún más
dolorosos.

Hipoalgesia: Disminución de la sensibilidad dolorosa. Estímulos normalmente dolorosos son percibidos


como livianos o poco dolorosos.

Analgesia: es la ausencia completa de todas las formas de dolor en la zona afectada. Estímulos
normalmente dolorosos o muy dolorosos no son percibidos.

Agrafoestesia: La “grafoestesia” es el reconocimiento táctil de números y letras escritos sobre la piel, y la


“agrafoestesia”, la incapacidad de hacerlo.

Astereognosia: La "estereognosia" es la identificación de objetos por el tacto, y la "astereognosia", la


incapacidad de hacerlo.

Olfato

El olfato (del latín: olfactus) es el sentido encargado de detectar y procesar los olores. Se ha definido el
olfato como un sentido químico en el que actúan como estimulante las partículas aromáticas u
odoríferas desprendidas de los cuerpos volátiles, que a través del aire inspirado entran en contacto con
el epitelio olfatorio situado en la nariz. El olfato tiene importantes funciones en los seres vivos, entre
ellas evaluar el estado, tipo y calidad nutritiva de los alimentos, detectar peligros medioambientales
como el humo o el nivel de humedad, reconocer un territorio demarcado odoríficamente y relacionar el
olor con el recuerdo de lo que representa. Se ha calculado que un humano puede detectar más de 10
000 olores diferentes, aunque esta cifra está sujeta a discusión y para algunos científicos el valor real
sería muy superior.

Anatomía

Artículo principal: Fosas nasales

Illu nariz y cavidades nasales.jpg

Ubicación del seno frontal y maxilar en el cráneo

El esqueleto de soporte de la nariz se compone de hueso y cartílago hialino. La superficie inferior de la


nariz está atravesada por dos aberturas, las narinas u orificios nasales. La porción ósea consta de los
huesos nasales, las apófisis frontales de los maxilares, la porción nasal del hueso frontal y su espina
nasal, y las porciones óseas del tabique nasal. La parte cartilaginosa de la nariz está compuesta por cinco
cartílagos principales, entre ellos los cartílagos alares, en forma de U, son libres y móviles; dilatan o
contraen las narinas cuando se contraen los músculos que actúan sobre la nariz.

El tabique nasal divide la nariz en dos cavidades nasales. Posee una parte ósea y otra cartilaginosa,
blanda y móvil. Consta de la lámina perpendicular del hueso etmoides que forma la parte superior y el
hueso vómer que forma la porción posteroinferior. El término cavidad nasal se refiere a su totalidad,
sumando la mitad derecha e izquierda que están separadas por el tabique nasal. El área olfatoria o
pituitaria amarilla corresponde a la mucosa de la porción superior de la cavidad nasal y contiene el
órgano periférico del olfato; la acción de olfatear transporta el aire a esa zona. El área respiratoria,
también llamada pituitaria roja, corresponde a la mucosa situada en la porción inferior de la cavidad
nasal. No tiene función olfatoria, pues su finalidad es calentar, humedecer y filtrar el aire antes de que
pase al resto de la vía aérea superior y pulmones. Los dos nervios olfatorios se originan en las células del
epitelio olfatorio y se dirigen al bulbo olfatorio del cerebro en un corto trayecto.

Los senos paranasales son extensiones de la porción respiratoria de la cavidad nasal en los huesos
frontal, etmoides, esfenoides y maxilar. Están llenos de aire. Se distinguen los senos frontales, senos
maxilares, senos esfenoidales y seno etmoidal.
Receptores olfatorios

Esquema del sistema olfatorio.

Los receptores olfatorios se encuentran en las fosas nasales. La mucosa que recubre el interior de las
fosas nasales se llama pituitaria y se divide en dos regiones diferentes:

La inferior que recibe el nombre de pituitaria roja está muy vascularizada por lo que adopta un tono
rojizo característico. No tiene función olfatoria sino que cumple el cometido de calentar el aire que
penetra por la nariz y limpiarlo de las pequeñas impurezas y partículas extrañas.

La parte superior de la mucosa que recubre la nariz se llama pituitaria amarilla. Es la región responsable
del sentido del olfato y cuenta con células especializadas que contienen receptores olfatorios. Esta
región es por lo tanto la única responsable del sentido del olfato.

Para estimular los receptores olfatorios es necesario que las sustancias sean volátiles, es decir, han de
desprender vapores que puedan penetrar en las fosas nasales, y que sean solubles en agua para que se
disuelvan con la mucosidad y lleguen a las células olfatorias. Estas transmiten un impulso nervioso al
bulbo olfatorio y de este a los centros olfatorios de la corteza cerebral, que es donde se aprecia e
interpreta la sensación de olor.

El genoma de los animales mamíferos contiene una gran cantidad de genes relacionados con la olfacción.
Cada uno de ellos codifica una proteína que actúa como receptor específico de una sustancia odorífera.
Se cree que un mamífero puede expresar alrededor de 1000 receptores diferentes de este tipo, por lo
que la familia de proteínas que actúan como receptores odoríferos es una de las mayores en el genoma.
El reconocimiento de un olor determinado viene dado por la estimulación simultánea de varios
receptores, por lo que el número de posibles combinaciones es enorme.23 En 1991 se descubrieron los
primeros genes de las proteínas receptoras del olor. Estas moléculas receptoras residen en la membrana
de células sensoriales, que retienen un aroma y envían el mensaje correspondiente al cerebro a través
de una cadena de reacciones químicas. En 1996 fue caracterizado el primer receptor olfativo humano.

Se han realizado numerosos intentos para clasificar los diferentes olores que el ser humano es capaz de
detectar. En una de las más recientes se establecen 10 categorías básicas: fragante/floral,
leñoso/resinoso, frutal no cítrico, químico, mentolado/refrescante, dulce, quemado/ahumado, cítrico,
podrido y acre/rancio. No obstante probablemente ninguna de las clasificaciones realizadas sea
satisfactoria, dado que en realidad los aromas que percibimos son la suma de una mezcla de diferentes
olores primarios, cada uno de los cuales corresponde a una sustancia química diferente con una fórmula
concreta. El número de olores primarios es altísimo y está determinado por la existencia de receptores
celulares específicos para cada uno de ellos.4

Fisiología

Una vez que los odorantes presentes en el aire inspirado contactan con los receptores olfatorios de la
mucosa nasal, se desencadena una señal nerviosa que parte de las neuronas del epitelio nasal y se
transmite a través de axones que salen de dichas células neuronales. Estos axones forman grupos y
atraviesan la lámina cribosa del hueso etmoides situada en el techo de la nariz hasta alcanzar el bulbo
olfatorio. En esta región del cerebro se forma una estructura sináptica llamada glomérulo olfatorio que
permite tanto la integración como la concentración y amplificación de la señal olfatoria. Posteriormente
la señal nerviosa circulando a través del tracto olfatorio se dirige a la corteza cerebral, principalmente a
la corteza piriforme del lóbulo temporal, próxima al quiasma óptico, y desde allí llega al sistema límbico e
hipocampo donde se establece la memoria olfativa y los recuerdos agradables y desagradables que se
asocian a determinados olores. Otras áreas importantes del cerebro relacionadas con el sentido del
olfato se localizan en el tálamo y la corteza frontal.5

Enfermedades olfativas

Anosmia: Es la pérdida del olfato. En ocasiones es congénita (presente desde el momento del
nacimiento) y puede deberse a un trastorno de origen genético.5

Hiposmia: Es la reducción de la capacidad de detectar los olores. Puede deberse simplemente a la edad
avanzada que provoca pérdida fisiológica en la capacidad para detectar sustancias odoríferas, pero gran
parte de los casos se deben a infecciones repetitivas de las vías aéreas superiores tanto de la nariz como
de los senos paranasales que dañan a la mucosa. En ocasiones está causada por la existencia de pólipos
nasales o es debida a traumatismos craneales.5

Hiperosmia. Aumento en la capacidad de detectar olores.

Parosmia. Percepción distorsionada de un olor presente en el ambiente.

Fatiga olfativa. Es un proceso normal y no una enfermedad. Consiste en que en presencia de un fuerte
olor, la sensación se atenua si se prolonga la exposición en el tiempo. En realidad se trata de un proceso
fisiológico de adaptación sensorial en el que el sistema nervioso altera el umbral de sensibilidad a
determinados estímulos odoríferos.

Qué es el sentido del oido

El oído es un órgano sensorial que permite percibir los sonidos, formando el sentido de la audición,1 y
en mamíferos también se encarga del equilibrio. El oído se puede dividir para su estudio en tres
secciones: oído externo, oído medio y oído interno.2
La percepción del sonido es un fenómeno complejo que se desarrolla en varias etapas. En primer lugar
se realiza la captación de las ondas sonoras gracias a la membrana del tímpano. En segundo lugar la
señal mecánica recogida por el tímpano debe transformarse en impulsos nerviosos, proceso que ocurre
en el oído interno. En tercer lugar los impulsos nerviosos a través del nervio auditivo son enviados al
cerebro para ser procesados en la corteza cerebral.3

El espectro auditivo, es decir la gama de frecuencias que el oído puede percibir, es variable dependiendo
de la especie animal. El ser humano puede detectar sonidos de entre 0 y 140 decibelios con un rango de
frecuencias comprendido entre 40 y 20 000 hercios. Las ballenas pueden percibir infrasonidos con una
frecuencia inferior a 40 hercios. Algunos animales carnívoros como el perro son capaces de detectar
ultrasonidos con una frecuencia superior a 20 000 hercios que un humano es incapaz de oír.4

Oído externo

Artículo principal: Oído externo

Anatomía del pabellón auricular

El oído externo está formado por dos partes: El pabellón auricular y el conducto auditivo externo.5

El pabellón auricular está formado por cartílago recubierto de piel, sus porciones más importantes son el
hélix y el lóbulo de la oreja.

El conducto auditivo externo mide alrededor de 2.5 cm de longitud y se extiende desde el pabellón
auricular hasta el tímpano, en este trayecto atraviesa el hueso temporal del cráneo. Contiene pelos y
glándulas ceruminosas que producen el cerumen, ello dificulta el ingreso de cuerpos extraños o polvo a
través del conducto.

Oído medio

Artículo principal: Oído medio

Representación 3D del oído medio

Cadena de huesecillos del oído medio


Oido interno.

A: Ventana oval donde se ubica la base del estribo.

B: Ventana redonda

El oído medio es una cavidad llena de aire que está separada por el tímpano del conducto auditivo
externo y entra en comunicación con el oído interno a través de dos pequeños orificios: la ventana oval y
la ventana redonda. En el interior del oído medio se encuentra una cadena de huesecillos unidos entre sí
por articulaciones de tipo sinovial, son los huesos más pequeños del cuerpo y reciben el nombre de
martillo, yunque y estribo. El oído medio está conectado con la nasofaringe por un conducto de
reducidas dimensiones que se llama trompa faringotimpánica o trompa de Eustaquio.6

El tímpano o membrana timpánica es de aspecto transparente y separa a la cavidad timpánica del


conducto auditivo externo. Tiene forma oval y un diámetro de alrededor de 1 cm. En la membrana
timpánica se diferencian dos porciones; la Pars Tensis o porción estriada y la Pars Laxus o porción laxa. Se
compone de tres capas:

Capa intermedia: compuesta por un tejido fibroconectivo conformado en semitotalidad a la membrana


timpánica, compuesta por colágena además de fibras elásticas y fibroblastos.

Estrato córneo: es piel que recubre la superficie exterior de la membrana timpánica careciendo de pelos
y glándulas, compuesta por epidermis que se posa sobre una capa de tejido conectivo subepidermiana.

Mucosa: reviste a la superficie interior de la capa intermedia de tejido conectivo, con un epitelio de
características plano simple.

La cavidad timpánica es un pequeño espacio lleno de aire que está ubicado en el hueso temporal, en su
interior se encuentra una cadena de huesecillos que transmiten las vibraciones generadas en el tímpano
al oído interno. Está recubierta por mucosa y una lámina epitelial de tipo plano simple en su parte
posterior, pero en el anterior se aprecia un epitelio de tipo cilíndrico ciliado pseudoestratificado con
células caliciformes. La cavidad timpánica, también llamada caja timpánica, está formada por 6 paredes,
una externa que corresponde a la membrana timpánica, una pared interna que está en relación con el
promontorio, una pared posterior que comunica con la mastoides, una pared anterior que comunica a
través de la trompa de Eustaquio la nasofaringe, una pared superior o techo y una inferior relacionada
con la vena yugular, todos estos detalles son importantes en la cirugía de oído medio.

Los huesecillos del oído son tres diminutos huesos denominados martillo, yunque y estribo, en algunos
textos se citan cuatro huesos al considerar la apófisis lenticular del yunque como hueso independiente.
Las vibraciones generadas en el tímpano se transmiten mediante la cadena de huesecillos desde la
membrana timpánica hasta la ventana oval. En la ventana oval la cabeza del estribo presiona sobre el
fluido contenido en el oído interno; de esta forma el tímpano y la cadena de huesecillos actúan como un
mecanismo que transforma las vibraciones del aire en vibraciones del fluido.7
La trompa de Eustaquio pone en comunicación la cavidad timpánica con la nasofaringe, mide en el ser
humano adulto unos 4 cm de largo. Se compone de una porción ósea y otra cartilaginosa, posee una
lámina epitelial compuesta por epitelio nasofaríngeo o epitelio cilíndrico ciliado pseudoestratificado con
abundantes células caliciformes. Sirve para igualar la presión a ambos lados del tímpano.

Oído interno

Artículo principal: Oído interno

Anatomía del oído interno

Esquéma del oído interno

Sección de la coclea o caracol, puede observarse el conducto coclear o rampa media situado entre la
rampa vestibular y la rampa timpánica

El oído interno o laberinto está ubicado en el seno del hueso temporal del cráneo. Existe un laberinto
óseo y un laberinto membranoso. El laberinto óseo no es más que la cápsula ósea que rodea al laberinto
membranoso, y este último consiste en un sistema de conductos huecos que contiene en su interior un
líquido que se llama endolinfa. En el espacio que queda entre el laberinto óseo y el laberinto
membranoso se encuentra la perilinfa.

El oído interno se divide en dos porciones diferenciadas. La primera está destinada al mantenimiento del
equilibrio y se encuentra formada por el vestíbulo y los conductos semicirculares. La segunda tiene como
función la audición y está constituida por la coclea o caracol.8 El vestíbulo se divide en dos sectores que
se llaman utrículo y sáculo, mientras que la cóclea o caracol contiene el órgano de Corti responsable de
transformar la energía mecánica de las ondas sonoras en impulsos eléctricos que posteriormente se
transmiten al cerebro a través del nervio auditivo o nervio vestíbulococlear.6

Los conductos semicirculares, son tres pequeños conductos arqueados con forma de semicírculo
situados en planos espaciales diferentes. Los canales semicirculares parten del vestíbulo y tienen la
función de contribuir al mantenimiento del equilibrio de la cabeza y el cuerpo.

La coclea o caracol es un conducto con forma espiral que recibe su nombre por recordar la concha de un
caracol. Se divide en tres porciones:6

Conducto coclear, también llamado rampa media. Está lleno de un líquido que se llama endolinfa.
Rampa vestibular. Termina en la ventana oval y está llena de un líquido llamado perilinfa.

Rampa timpánica. Termina en la ventana redonda y también está llena de perilinfa.

Estas porciones están separadas unas de otras por dos membranas. La membrana vestibular o de
Reissner sirve de separación entre el conducto coclear y la rampa vestibular, mientras que la membrana
basilar sirve de separación entre el conducto coclear y la rampa timpánica. A lo largo de la membrana
basilar se encuentra el órgano de Corti que contiene alrededor de 16 000 células con cilios que
constituyen los receptores de la audición.

El conducto coclear esta lleno de un líquido que se llama endolinfa rico en K (161 mmol/l) y pobre en Na
(1 mmol/l) y en calcio (0.02 mmol/l). La rampa timpánica y vestibular contiene otro líquido diferente que
se llama perilinfa cuyas concentraciones iónicas son las inversas, es rico en Na y pobre en K.

La membrana vestibular es tan delgada, que no dificulta el paso de las vibraciones sonoras desde la
rampa vestibular a la rampa media. Por lo tanto en cuanto a transmisión del sonido, la rampa vestibular
y media se consideran como una única cámara. La importancia de la membrana vestibular depende de
que conserve la endolinfa en la rampa media necesaria para el normal funcionamiento de las células
ciliadas.9

Órgano de Corti

Artículo principal: Órgano de Corti

Órgano de Corti

Forma parte del oído interno y está ubicado en la coclea o caracol, a veces se designa con el nombre de
órgano espiral y tiene un papel fundamental en el proceso de audición.10 Está formado por un epitelio
engrosado de características complejas. Dispone de dos tipos de células: Células ciliadas y células de
sostén.

Células ciliadas cocleares: tienen la función de transformar señales acústicas físicas a señales acústicas
mecánicas cortilinfáticas, y de estas a señales electroquímicas dirigidas al área receptora auditiva de la
corteza cerebral (41 y 42 de Brodman). Mecanorreceptocitos sensoriales, con una hilera de células
ciliadas internas y cuatro hileras de células ciliadas externas.

Células de sostén: son células diferenciadas que descansan sobre una membrana basal, existen seis tipos
denominados por su microestructura como células limitantes internas, células falángicas internas,
células columnares internas, células columnares externas, células falángicas externas y células limitantes
externas.

Proceso de audición

Para que se produzca la audición las ondas sonoras deben penetrar por el conducto auditivo externo
hasta alcanzar el tímpano. La vibración de la membrana timpánica se transmite a través de los
huesecillos del oído medio, pasando del martillo al yunque y de este al estribo. El estribo transmite las
vibraciones a la perilinfa del oído interno a través de la ventana oval. En la coclea la energía mecánica de
las señales acústicas se transforma en impulsos eléctricos que a través de nervio acústico son
transportados a la región temporal de la corteza cerebral donde son procesados. Por tanto podría
decirse que el órgano con el que en realidad escuchamos es el cerebro.10 Se conoce con el nombre de
sordera central o agnosia auditiva a la dificultad que presentan algunas personas para reconocer sonidos
debido a una lesión cerebral que afecta a las áreas relacionadas con la audición. Estas personas tienen
sin embargo todas las partes del oído y el nervio auditivo en buena situación funcional por lo que la
deficiencia en la capacidad para discriminar sonidos se debe únicamente a la lesión del cerebro.11

Vascularización

Oído externo. Se realiza mediante la arteria auricular anterior y la arteria auricular posterior (ramas de
arteria carótida interna).

Oído medio. Se realiza a través de la arteria timpánica anterior (rama de la arteria maxilar interna),
arteria caroticotimpanica (rama de la carótida interna), arteria timpánica superior, petrosa superficial y
arteria de la trompa de Eustaquio (ramas de la arteria meníngea media), arteria timpánica inferior (rama
de la arteria faríngea ascendente), arteria estilomastoidea (rama de la auricular posterior) y arteria
mastoidea (rama de la arteria occipital).

Oído interno. La vascularización del laberinto membranoso proviene de la arteria laberíntica que puede
ser rama de la arteria cerebelosa media o surgir directamete de la arteria basilar. La arteria laberíntica se
divide en varias ramas, la arteria vestibular anterior, la arteria coclear y la vestibulococlear.10

Sentido de la vista

Se llama visión a la capacidad de interpretar el entorno gracias a los rayos de luz que alcanzan el ojo. La
visión o sentido de la vista es una de las principales capacidades sensoriales de los humanos y de
muchos otros animales.

Características generales

El sentido de la vista o visión es posible gracias a un órgano receptor, el ojo, que recibe las impresiones
luminosas y las transforma en señales eléctricas que transmite al cerebro por las vías ópticas. El ojo es un
órgano par situado en la cavidad orbitaria. Está protegido por los párpados y por la secreción de la
glándula lagrimal, tiene capacidad para moverse en todas direcciones gracias a los músculos extrínsecos
del globo ocular. La propiedad esencial que hace posible la visión es la fotosensibilidad, esta tiene lugar
en células receptoras especializadas que contienen sustancias químicas que son capaces de absorber la
luz para producir un cambio fotoquímico.

Cuando la luz penetra en el ojo, esta pasa a través de la córnea, la pupila y el cristalino, para llegar a la
retina, donde la energía electromagnética de la luz se convierte en impulsos nerviosos que por medio
del nervio óptico son enviados hacia el cerebro para su procesamiento por la corteza visual. En el
cerebro tiene lugar el complicado proceso de la percepción visual gracias al cual somos capaces de
percibir la forma de los objetos, identificar distancias, detectar los colores y el movimiento. La retina es
una de las regiones más importantes del ojo y contiene unas células especializadas llamadas conos y
bastones que son sensibles a la luz.1

La lesión de cualquiera de las estructuras del sistema visual puede causar ceguera aunque el resto no
presente ninguna alteración. En la ceguera cortical, por ejemplo, ocasionada por una lesión en la región
occipital del cerebro, se produce pérdida completa de visión aunque el ojo y el nervio óptico no
presentan ninguna anomalía.23

Historia

Las teorías acerca del funcionamiento de la visión comenzaron con los filósofos presocráticos, según los
cuales el ojo estaba constituido de agua y fuego. Según el modelo activo de la visión que se ha atribuido
de manera tradicional a Pitágoras y Euclides, el ojo emite un haz de rayos que viaja por el espacio y toca
los objetos provocando la sensación de visión. La explicación contraria es el modelo pasivo de la visión
que fue defendido entre otros por Demócrito y Lucrecio, según esta teoría, los objetos envían imágenes
de sí mismos hacia el espacio que los envuelve. El aire estaría por lo tanto lleno de imágenes
inmateriales que se desplazarían en todas direcciones, siendo el ojo un instrumento pasivo con la
función de captarlas.4

El estudio científico de la percepción visual comenzó con Alhacén, nacido en 965 d. C. en Basora, pero
sus ideas, que rechazaban la teoría de la emisión, tardaron en admitirse en Occidente. Isaac Newton fue
su principal seguidor y continuador en el siglo XVIII, y en el siglo XIX lo fue Hermann von Helmholtz,
médico alemán autor del Handbuch der Physiologischen Optik / Tratado de óptica fisiológica. En el siglo
XXI los modelos que explican el fenómeno de la visión son multidisciplinares, pues tienen en cuenta
tanto los aspectos fisiológicos como los neurológicos y psicológicos. Actualmente se considera que el ojo
actúa como receptor, mientras que el proceso perceptivo tiene lugar primordialmente en el cerebro.

Anatomía ocular

Artículo principal: Ojo humano

Capas de la pared del ojo


Principales estructuras del ojo humano.

El ojo es el órgano encargado de la recepción de los estímulos visuales, cuenta con una estructura
altamente especializada producto de millones de años de evolución. El ojo humano posee tres
envolturas, que de afuera hacia adentro son:

Túnica fibrosa externa. Se compone de dos regiones la esclerótica y la córnea.

Esclerótica: Es blanca y opaca, con fibras colágenas tipo I entremezcladas con fibras elásticas; avascular,
que brinda protección y estabilidad a las estructuras internas. Cubre la mayor parte del globo ocular,
excepto en una pequeña región anterior.

Córnea: Es una prolongación anterior transparente, avascular pero muy inervada de la esclerótica, que
abulta hacia delante del ojo. Es ligeramente más gruesa que la esclerótica.

Túnica vascular media (úvea). Está conformada por tres regiones: la coroides, el cuerpo ciliar y el iris.

Coroides: Es la porción posterior Pigmentada de la túnica vascular media, la cual se une a la esclerótica
laxamente y se separa del cristalino mediante la membrana de Bruch.

Cuerpo ciliar: Es una prolongación cuneiforme, que se proyecta hacia el cristalino y se ubica en la luz del
ojo entre el iris (anterior) y el humor vítreo (posterior).

Iris: Es la extensión anterior pigmentada de la coroides, cuya función es regular la entrada de luz al ojo
mediante la contracción o distensión de la pupila.

Retina o túnica neural. Es la porción del ojo sensible a la luz en la que se encuentran las células
especializadas llamadas conos y bastones. Se compone de 10 capas, que desde el exterior al interior se
denominan: Epitelio pigmentado, capa de conos y bastones (receptora), membrana limitante externa,
capa nuclear externa, capa plexiforme externa, capa nuclear interna, capa plexiforme interna, capa de
células ganglionares, capa de fibras del nervio óptico y membrana limitante interna.

Aspectos histológicos y fisiológicos

Acomodación

Artículos principales: Acomodación (ojo) y Acomodación.

La luz procedente de un objeto lejano y otro cercano inciden en el mismo punto de la retina gracias al
cambio en la curvatura del cristalino.

Los rayos paralelos de luz llegan al ojo ópticamente normal (emétrope) y son enfocados sobre la retina.
Dependiendo de la especie animal, el enfoque puede resolverse aumentando la distancia entre el
cristalino y la retina o aumentando la curvatura o poder refringente del cristalino como ocurre en los
mamíferos.5

Al mecanismo por el cual aumenta la curvatura del cristalino se llama acomodación. Cuando la mirada se
dirige a un objeto cercano, el músculo ciliar se contrae y se relaja el ligamento suspensorio del cristalino,
permitiendo que este tome una forma más convexa, lo cual aumenta su poder de convergencia.

Retina

Organización simplificada de la retina (modificación de un dibujo de Santiago Ramón y Cajal). La luz entra
por la izquierda y debe atravesar todas las capas celulares hasta llegar a los conos y bastones que se
encuentran a la derecha del esquema.

La retina posee 10 capas, la luz debe atravesar casi todas estas capas para llegar hasta donde se ubican
los conos y los bastones, que son las células especializadas en la recepción de los estímulos visuales, y la
transformación de estas señales en impulsos nerviosos que a través del nervio óptico llegaran al cerebro
para ser procesados y construir imágenes, formas, colores y movimientos.

La retina posee una compleja red de neuronas, los conos y bastones próximos a la coroides establecen
sinapsis con las células bipolares y estas con las ganglionares, cuyos axones convergen y salen del ojo
para conformar el nervio óptico. El nervio óptico sale del globo ocular en la zona más posterior del ojo
junto con los vasos retinianos, en un punto conocido como papila óptica, en donde no existen receptores
visuales, por lo que constituye un punto ciego.

Por el contrario también existe un punto con mayor agudeza visual localizado cerca del polo posterior del
ojo, denominada mácula lútea, de aspecto amarillento, y en la cual se encuentra la fóvea central, que es
una pequeña porción de la retina carente de bastones pero con mayor densidad de conos. Al fijar la
atención visual en un objeto determinado, la luz del objeto se hace incidir sobre la fóvea que es lugar de
la retina con máxima sensibilidad.

Células receptoras
Conos y bastones.

Las células receptoras son los conos y los bastones. Los conos se relacionan con la visión en colores, la
visión diurna, y los bastones con la visión nocturna. Existen más de 100 millones de bastones en el ojo
humano, y cerca de 4 millones de conos.

Cada bastón se divide en un segmento externo y uno interno, el que a su vez posee una región nuclear y
una región sináptica.

En el segmento externo se encuentran unos discos que contienen compuestos fotosensibles en sus
membranas, que responden a la luz provocando una serie de reacciones que inician potenciales de
acción.

Compuestos fotosensibles

Los compuestos fotosensibles en la mayoría de los animales así como en los humanos se componen de
una proteína llamada opsina, y retineno-1 que es un aldehído de la Vitamina A1.

La rodopsina es el pigmento fotosensible de los bastones, cuya opsina se llama escotopsina.

La rodopsina capta luz con una sensibilidad máxima en los 505 nm de longitud de onda, esta luz
incidente hace que la rodopsina cambie su conformación estructural, produciendo una cascada de
reacciones que amplifican la señal, y crean un potencial de acción que se desplazará a través de las fibras
nerviosas, y que el cerebro interpretará como luz.

En los humanos hay tres tipos de conos, que responden con mayor intensidad a la luz con longitudes de
onda de 440, 535 y 565 nm . Los tres tipos de conos poseen retineno-1, y una opsina que posee una
estructura característica en cada tipo de cono. Luego mediante un proceso similar al de los bastones los
impulsos nerviosos provenientes de la estimulación de estos receptores, llegan a la corteza visual, donde
son interpretados como una amplia gamma de colores y tonalidades, formas y movimiento.

Vía neural de la visión


Vista inferior del cerebro en la que se representan los campos visuales y las principales vías neurológicas
de la visión.

Tras atravesar la córnea, la luz pasa por un orificio que se encuentra en el centro del iris llamado pupila.
Posteriormente atraviesa el cristalino que es la lente ajustable del ojo humano, para enfocarse sobre la
retina que está cubierta por receptores visuales.

Ruta en el interior de la retina

Los mensajes de la retina van de los receptores, que se encuentran en el fondo del ojo, a las células
bipolares que están más cerca del centro. Las células bipolares envían su mensaje a las células
ganglionares. Los axones de estas se unen e ingresan en el cerebro. Otras células, llamadas amacrinas,
reciben la información proveniente de las bipolares y la envían a otras células bipolares, amacrinas y
ganglionares.6 Diversas clases de células amacrinas refinan los mensajes que van a las ganglionares, lo
cual les permite responder específicamente a las formas, movimientos y otras características visuales.6

Conexiones entre los ojos y el encéfalo

Las flechas señalan la corriente visual dorsal y ventral del cerebro. Ambas parten de la corteza visual
primaria situada en el lóbulo occipital.7

Los axones de las células ganglionares de la retina se reúnen formando el nervio óptico. Los nervios
ópticos surgen cerca del polo posterior del ojo y se dirigen hacia atrás y medialmente, ambos convergen
hacia la base del cerebro donde se unen en una estructura con forma de X, el quiasma óptico, de donde
parten las cintillas ópticas que se dirigen a los núcleos geniculados laterales localizados en la cara
posterior del tálamo. Las neuronas del núcleo geniculado lateral envían sus axones mediante las
llamadas radiaciones ópticas hasta la corteza visual primaria. Aproximadamente el 25 por ciento de la
superficie de la corteza visual se dedica al análisis de la información procedente de la fóvea, que
representa una parte pequeña del campo visual. Los circuitos neuronales de la corteza visual combinan
información de diferentes procedencias y de esta forma integran información más amplia que las que
correspondería al campo receptor de una única célula ganglionar. Desde la corteza visual primaria
situada en el lóbulo occipital del cerebro parte la corriente visual ventral que traslada la información
hacia la corteza del lóbulo temporal y la corriente visual dorsal que la dirige hacia el lóbulo parietal.7

Visión de colores

El color no es una propiedad de la luz o de los objetos reflejantes, sino que es una sensación cerebral.
Los humanos ven los colores como resultado de la interacción de la luz en el ojo, a través de la estructura
ocular de los conos, que detectan la energía de los fotones, trasmitiendo la sensación al cerebro. La
percepción de los colores es subjetiva y depende de los atributos que el cerebro asigna a ciertas
longitudes de onda, de esta manera una longitud de onda de 560 nm es definida como color rojo, pero
en realidad tanto el rojo como cualquier otro color no existen, solo es real una radiación
electromagnética con una longitud de onda determinada.8

Los vertebrados primitivos poseían 4 tipos de conos, frente a los humanos y primates que poseen 3 tipos
de conos (obteniendo una visión tricromática), la mayor parte de los mamíferos poseen únicamente 2
tipos conos, las aves, los reptiles, tortugas y muchos peces poseen 4 clases de conos y por tanto, mejor
visión del color que la nuestra. La explicación a este fenómeno se debe a que los primeros mamíferos
que evolucionaron a partir de los reptiles, eran criaturas principalmente nocturnas, por lo que la
evolución llevó al sistema visual a disminuir la capacidad de distinguir colores en favor de mejorar la
agudeza visual en condiciones de escasa luminosidad.9

Espectro visible.

Ilusiones ópticas

Las dos líneas amarillas son de igual longitud, pero el cerebro interpreta que la de arriba es más larga.

Las ilusiones ópticas son una distorsión de la percepción visual, de tal forma que la realidad aparece
diferente a como realmente es. Por lo tanto, las imágenes percibidas difieren de la realidad objetiva.
Todas las ilusiones nos engañan, transformado la realidad. Las ilusiones ópticas fisiológicas no se deben a
ninguna enfermedad visual o de otro tipo, pues están causadas por la complejidad del ojo, el cerebro, y
las vías nerviosas de transmisión y procesamiento de las imágenes.10

El círculo interior de la primera figura y el exterior de la segunda son del mismo diámetro, pero el
cerebro interpreta que el primero es mayor.

Alucinaciones visuales

Las alucinaciones visuales consisten en apreciar imágenes que en realidad no existen. Pueden ser
alucinaciones simples como ver puntos luminosos centelleantes o complejas en la que se aprecian
imágenes más elaboradas como caras o personas en movimiento que en realidad no están presentes.
Pueden producirse por diferentes causas, en muchas ocasiones se deben a algún tipo de lesión que
afecta a las vías cerebrales que transmiten la información desde el ojo al cerebro. Una forma particular
es la palinopsia, en la cual persiste la visión de una imagen después de retirarse el objeto del campo
visual. Las personas que presentan este síntoma ven de forma reiterada imágenes o escenas que
presenciaron horas o días antes.11

Visión en los animales

Euglénido en el que es visible la mancha ocular de color rojizo situada cerca de la base del flagelo.

Ojo compuesto de una libélula.

En los seres vivos, la captación de la luz es un elemento universal que les sirve para percibir el medio que
los rodea y detectar los contrastes que se producen entre el día y la noche. Por ello han desarrollado una
serie de proteínas conocidas como fotopigmentos que tienen la función específica de detectar la luz. Las
plantas poseen sensibilidad a la luz, sin embargo no existe visión, pues los vegetales son incapaces de
detectar estructuras y colores.12

En la mayor parte de los animales, la visión es el sentido más importante. Existen diferentes variedades
de órganos visuales, desde los más simples que están constituidos únicamente por algunas células
sensibles a la luz, a los órganos más complejos, como el ojo que presentan los cefalópodos y los
vertebrados. Otro diseño alternativo son los ojos compuestos de los insectos. Todos ellos están
condicionados por las cualidades físicas de la luz que son inalterables.

Organismos unicelulares. Algunos organismos unicelulares flagelados como los euglénidos, presentan en
la base del aparato flagelar un orgánulo llamado mancha ocular que es fotosensible. Tiene la función de
detectar la dirección e intensidad de la luz, lo que le permite a la célula responder dirigiéndose hacia ella
o alejándose. Puede considerarse uno de los sistemas biológicos de visión más simples.13

Planarias. En algunos invertebrados como los gusanos del género Planariidae, el órgano para detectar la
luz es muy primitivo y se llama ocelo. Está formado por una capa de células que contienen un pigmento
fotosensible. Como el animal dispone de dos, uno a cada lado, es capaz de inferir la dirección de la luz y
sincronizar su movimiento para dirigirse hacia zonas en las que existe sombra.14

Insectos. La mayor parte de los insectos han desarrollado órganos fotorreceptores que les permiten
captar luz e imágenes. Constituyen una excepción algunas especies que se han adaptado a cavernas y
otros habitas subterráneos perdiendo la capacidad de ver. Básicamente en los insectos se han
desarrollado 2 sistemas visuales, los ocelos u ojos simples y los ojos compuestos que están formados por
un conjunto de ojos simples u omnatidias. Estos pueden llegar a ser muy complejos, los ojos compuestos
de las libélulas, por ejemplo, contienen 30 000 omnatidias cada uno. Los ojos de los insectos son capaces
en muchas ocasiones de detectar la polarización de la luz diurna, este fenómeno facilita su orientación,
sobre todo en los himenópteros.15

Vertebrados.

Reptiles. La retina en los reptiles muestra una proporción entre conos y bastones muy variable
dependiendo de la especie. Las serpientes de hábito nocturno solamente poseen bastones, ya que
habitualmente cazan en condiciones de escasa luminosidad y la percepción del color no es importante.
Sin embargo las serpientes de hábito diurno si poseen conos en su retina por lo que pueden detectar los
colores. En la familia de los quelonios hay un predominio de conos, mientras que en los cocodrilos
abundan más los bastones.16

Mamíferos. El ojo en los mamíferos sigue las características generales anteriormente descritas para el ojo
humano. No obstante cada grupo de mamíferos tiene algunas adaptaciones específicas. La posición de
los ojos se ha adaptado con arreglo a los hábitos del animal y su forma de alimentación, por ello las
especies carnívoras como los felinos tienen los ojos situados en posición frontal para obtener una mejor
visión binocular que les ayuda en el cálculo de distancias para atrapar a sus presas. Sin embargo los
herbívoros y otras especies que sirven como presa han lateralizado la posición de los ojos para ampliar el
campo visual y detectar con más facilidad a los depredadores.18

Aves. La visión de las aves tiene varias adaptaciones especiales respecto a los mamíferos. El tamaño del
ojo es proporcionalmente más grande y la acomodación tiene lugar mediante un doble mecanismo que
permite cambiar la curvatura de la córnea y del cristalino. La retina de las aves es muy rica en células
fotorreceptoras, lo que hace suponer que la visión es excelente, y en algunas especies existen dos
fóveas, una central y otra más periférica, como ocurre en los halcones, en las águilas y en los vencejos.19
La mayor parte de las aves son tetracromáticas, poseen conos sensibles al ultravioleta, al rojo, al verde y
al azul.20 Las palomas son pentacromáticas, mientras que los seres humanos son tricromáticos, pues
solo poseen tres tipos de conos.

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