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Money y Los Reciclantes PDF
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#ElFuturoEsNuestro
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Cuéntanos un cuento, madre
Padre y mi hermano Ekow duermen. Uncle Ebo tose. Yawa y yo miramos las estrellas.
La noche es buena. Por la noche en el cielo de Agbogbloshie hay estrellas, como en el norte.
-Sí.
-Ahora que ha venido Yawa a nuestra familia me siento inspirada. ¿Queréis que os
cuente un cuento?
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Espejo de amor
-Es lo más sencillo y lo más difícil, pues han fracasado los pretendientes venidos desde
¡Kobe no se imagina qué prueba puede ser la más sencilla y a la vez la más difícil!
-La princesa Yawa no conoce la felicidad porque a pesar de ser la joven más bella del
reino padece un mal que le impide ver su propia imagen, así que ha prometido su mano a
-¡Pues claro! ¡Se ha pasado sus tiernos años de vida asomándose a toda clase de
superficies que tienen la propiedad de reflejar la imagen de lo creado: fuentes, lagos, espejos,
metales, en vano! Un pescador la llevó al mar en su barco, un alfarero hizo que se asomase al
agua contenida en sus cántaros, un herrero probó con planchas de metales y un cristalero
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>>En ningún caso pudo la princesa Yawa contemplar su propia belleza y aunque todo
el mundo no para de repetirle que es la joven más hermosa del reino, ella vive envuelta en la
tristeza porque sólo hay un espejo en el mundo que pueda servir a este propósito: en el amor
sólo hay un alma gemela que sirve para avivar el fuego del corazón de cada uno de nosotros.
Al oír estas palabras, Kobe acepta el desafío de conseguir el espejo que muestre a la
Se aleja de palacio y encuentra a un anciano a quien las gentes del reino rehúyen
porque tiene el cuerpo lleno de gusanos que lo devoran poco a poco, dejándolo cubierto de
llagas.
-Disculpa, joven. Vivo rodeado de fatigas y pesares y deseo cruzar el río para reunirme
con la muerte, que ya desde hace tiempo me espera, pero soy un hombre demasiado viejo y
enfermo para poder hacerlo solo y nadie quiere ayudarme. ¿Podrías llevarme en brazos hasta
la otra orilla?
Kobe observa el río que separa el reino de los vivos del mundo de las tinieblas y
descubre un vado de piedras que permite acceder de una orilla a otra, por el que él podría
Aunque el anciano es casi de su tamaño, Kobe se dice que vale la pena intentarlo.
Kobe toma en brazos al anciano, venciendo el rechazo que le provocan los gusanos y
las llagas de su cuerpo, y cruza el río por el vado de piedras, sintiéndose asombrado por lo
poco que pesa el anciano y por la seguridad que él siente al apoyarse en las piedras del vado,
aunque algunas son tan pequeñas que apenas puede posar el pie en ellas.
-¡Gracias! ¡Me has hecho la persona más feliz del mundo! –exclama, maravillado, el
anciano.
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Kobe se dice que su único esfuerzo ha consistido en superar el rechazo que le provoca
Dándose por satisfecho, Kobe se despide del anciano y empieza a alejarse. Entonces el
-¡Un momento! ¿Adónde vas con tanta prisa? ¿Acaso no esperas nada por tu buena
-Eres afortunado por compartir el bien ajeno, pero quiero compensarte concediéndote
un deseo. ¿Crees que un viejo cubierto de gusanos como yo podría ayudarte en algo?
Kobe mira al anciano y piensa que un hombre como él, que ha vivido tanto que hasta
los gusanos se le han echado encima, quizá le pueda decir cómo encontrar el espejo de la
princesa Yawa.
-¡Te mostraré gustoso el camino hacia el espejo de la princesa Yawa antes de que estos
gusanos me coman para siempre! –exclama-. Pero debo recobrar la apariencia que tuve en el
-¡Era un unicornio blanco de ojos azules! Poseía un hermoso cuerno, mi voz tenía el
sonido de las campanas y viví mil años antes de que mi cuerno se cayese a pedazos y mi
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>>Si consigo ser de nuevo un unicornio, podré ayudarte, pues otro unicornio impide
que los pretendientes a la mano de la princesa Yawa encuentren su espejo. ¡Un unicornio sólo
-Porque hasta ahora todos sus pretendientes eran cazadores de belleza y ella aspira al
Amor. Los unicornios, como guardianes del Amor, son implacables con los cazadores de
El anciano se adentra en las tinieblas con una agilidad sorprendente y Kobe lo sigue,
El unicornio les ha arrancado los ojos con el cuerno y los cazadores de belleza vagan
como espectros, perdidos en un bosque de tinieblas, ajenos al mundo, sin percibirse siquiera a
sí mismos.
Cuando dos de ellos se encuentran, extienden los brazos sobre los hombros del otro,
su corazón, que se encarga de cribar el grano de la paja, para que ella pueda encontrar en el
implacable porque conoce bien el tesoro que ella esconde en su corazón y lo débil que se ha
vuelto al ignorar su propia belleza, tanto que cualquier embaucador podría engañarla.
>>La princesa Yawa está ciega a su propia imagen porque no encuentra a nadie digno
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>>Las personas nacidas para el amor sólo son conscientes de su propio valor cuando
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La ceguera de la princesa Yawa
Los ojos de Yawa no pueden verme. Yawa es lo más bonito que he visto. Sus pies
negros descalzos caminan por Agbogbloshie sin tropezarse con la chatarra. Los pies negros
Ahora los pies negros descalzos de Yawa están quietos mientras los ojos de Yawa
Miro la caja que Yawa lleva encima de la cabeza. Está llena de pequeñas botellas de
agua. A veces Yawa lleva huevos encima de la cabeza en vez de agua. Entre la caja y la
cabeza de Yawa hay un trapo enrollado. Yawa nunca pierde el equilibrio. La caja nunca se le
cae mientras sus pies negros descalzos caminan entre la chatarra de Agbogbloshie.
-¿Pesa la caja?
-Me he acostumbrado.
Yawa sonríe. Su sonrisa tiene ojos. Yawa está llena de ojos aunque sea ciega.
-¿Cuántas botellas?
-Todas.
-¿De verdad?
Me río. Cojo la caja llena de botellas de agua y la pongo en el suelo. Yawa se quita el
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-Vamos a sentarnos aquí.
-Vale.
Yawa está contenta. Ahora que no tiene la caja y el trapo encima de la cabeza le veo el
pelo. Tiene un pelo bonito, como los ojos y la piel negra y los pies negros descalzos que
Le doy a Yawa todas las monedas que tengo. Yawa repasa las monedas con los dedos
para ver cuánto dinero le he dado. No me gusta ver las monedas viejas y oxidadas entre las
-Es demasiado.
-No.
Cierro la mano de Yawa para que se quede con las monedas. Es todo el dinero que he
-Gracias.
Cogemos una botella de agua y bebemos y luego bebemos otra y otra. Estamos
muertos de sed. Hace mucho calor. Estamos sudando. Nuestra piel negra está cubierta de
sudor.
Yawa se ríe.
Me gusta estar con Yawa sin decir nada, mirando la vida de Agbogbloshie, pensando.
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Nos quedamos callados otro rato largo. Miro el humo negro de Agbogbloshie. El cielo
es oscuro por encima del humo negro. No hay pájaros en el cielo de Agbogbloshie. Madre
dice que murieron hace años. Los mató el humo negro de Agbogbloshie. Las mujeres
-¿Naciste ciega?
-Sí.
-Él dice que nací ciega por culpa del humo negro de Agbogbloshie.
-¿Vives sola?
-Sí.
-Mi madre murió y mi padre regresó al norte. Mi madre trabajaba todo el día
vendiendo agua y comida a los Reciclantes, como yo. Estaba cansada. Le dolía el pecho.
Empezó a toser. No podía dormir. Empezó a escupir sangre. Y se murió. Mi padre regresó al
Norte. Me dijo que vendría a recogerme, pero no vino. Me dio un teléfono para que le
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Cojo el teléfono. Sólo tiene guardado un número con el nombre Padre. Lo marco. Un
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El unicornio de Kobe
que amas de verdad a la princesa Yawa, se transformará en paloma blanca y te guiará por las
-Gracias a tu unicornio.
El anciano y Kobe se ponen en camino. Bajo un sol ardiente, atraviesan una pradera
Bajo la luna llena cruzan un valle con la tierra poblada de frondosos árboles que en
-¡Ya siento en mi interior la fuerza del león y la dureza del unicornio! –exclama el
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>>El unicornio es un animal solitario, ¿sabes? ¡Tu fe ha despertado la llama que me
poseyó en mi juventud! ¡Es una bendición que el destino me haya elegido a mí, un anciano
Entran en el lago de leche, que les llega hasta la cintura. Mientras el anciano habla, le
crece una cola de león. Luego desaparecen los gusanos. Su cuerpo se hincha, temblando con
En un impulso salta a su lomo y aferra el cuerno con las dos manos, exclamando:
enojado, mientras el unicornio corcova, chapoteando en la leche, hasta que se vuelve azul y se
queda quieto, con las espesas crines plateadas ondeando al viento y los ojos rojos clavados en
Kobe.
cabeza de Kobe.
-Aunque ese unicornio sea una proyección tuya, posee una naturaleza indomable,
como todos los animales de su especie. Los unicornios sólo se dejan someter por las doncellas
vírgenes.
-Transformarte en doncella.
-¡Eso es imposible!
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-Nada es imposible en el mundo de los sueños. Todo doncel tiene en su interior a una
doncella, como toda doncella tiene en su interior a un doncel, para comprenderse y formar una
unidad al juntarse.
Del pecho de Kobe brota una figura plateada que cobra forma lentamente, absorbiendo
cuerpo de Kobe se esfuma hasta que se materializa una doncella de bucles cobrizos, mirada
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Un micrófono pintalabios
nosotros.
Ayudo a Yawa, que lo hace todo aunque sea ciega. Sus bonitas manos negras vuelan,
Padre John Carpenter viene con una mujer blanca y un hombre blanco. La mujer
blanca tiene pelo rubio, ojos azules, un vestido rojo, zapatillas deportivas y un micrófono. El
hombre blanco tiene una barba más corta que la de padre John Carpenter, pelo largo y una
La mujer blanca sonríe con cara de asco. El hombre blanco no tiene cara, tiene una
Hay fruta del mercado. Madre y yo la compramos. El mercado de fruta está junto a
Padre John Carpenter ha traído carne. Un mal día comemos pan. Un día normal
comemos pan, arroz, un huevo cocido y fruta. Un buen día comemos pan, arroz con fufu o
con dokono y fruta. Un día especial comemos la carne de padre John Carpenter.
En Agbogbloshie siempre hay comida. En el norte había días sin comer. Una vez, tres
Ekow le gusta Yawa. Ekow es tímido. Tiene edad para casarse pero no quiere casarse. No se
fija en las chicas de Agbogbloshie. Ekow piensa en ahorrar dinero con la chatarra de
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Agbogbloshie para volver al norte y comprar una granja. A Ekow le gustaba el norte. Le
Padre John Carpenter habla, como siempre. Padre John Carpenter es el único blanco
que viene todos los días a Agbogbloshie. A veces vienen otros blancos a Agbogbloshie.
Hacen preguntas, nos ponen un micrófono en la boca, hacen fotos, graban con cámaras y se
van.
Unos Reciclantes dicen que padre John Carpenter es bueno y los demás blancos son
malos por tirar chatarra en Agbogbloshie. Otros Reciclantes dicen que padre John Carpenter
es tonto por venir a Agbogbloshie a preocuparse y los demás blancos nos dan trabajo tirando
chatarra en Agbogbloshie.
-Desde mi iglesia veo cómo llega la basura electrónica en barco al puerto de Accra –
dice padre John Carpenter-. Luego la basura electrónica viene aquí en camiones y el director
Padre John Carpenter trae medicinas, consejos, se preocupa, enseña a rezar, se queda
Los Reciclantes no salimos de Agbogbloshie. Trabajamos todos los días. Desde que el
sol se levanta hasta que el sol se acuesta. Rebuscar la chatarra, separar metales, quemarlos
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La mujer blanca pone el micrófono en la boca de padre John Carpenter.
-Es una cuestión de supervivencia humana acabar con esta bíblica Sodoma y Gomorra
Miro a Yawa. Yawa no entiende inglés. Madre me enseñó inglés en el norte. Madre
era profesora en el norte, en una bonita casa blanca llena de niños negros con los pies
La mujer blanca tiene los labios rojos. La mujer blanca se pinta los labios con el
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El viaje de la doncella
-¡Lo conseguiste! –exclama el Águila de la Imaginación batiendo las alas-. ¡Te has
magnetismo.
-Tu identidad masculina ha raptado la voz a la doncella que hay en ti. No te conoces
ahora que has perdido tu parte masculina y la memoria de su historia. Si no estuviese yo aquí
para guiarte podrías quedar reducido para siempre a tu esencia femenina y cualquier espíritu
entusiasmo y la admiración que provoca al unicornio, que frota su cuerno reluciente contra
-¿A qué esperas? ¡Sube a tu unicornio! ¡Te llevará hasta el unicornio de la princesa
Yawa!
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La doncella, guiada por un impulso de su naturaleza, sube a lomos del unicornio,
sonriendo por la felicidad que siente en contacto con ese fabuloso animal dispuesto a
furiosa a una velocidad que ninguna otra criatura mágica terrestre puede igualar. La doncella
empuña las crines para no caerse, con naturalidad, como si hubiese vivido mucho tiempo a
lomos del unicornio, y rompe a reír al ver pasar el mundo a sus pies.
Todas las regiones se funden en un río de aguas azules y caudalosas. Y en cada cruce
Luego a la doncella le parece que la tierra es una espiral ocupada por menhires y
dólmenes milenarios de piedra blanca, y que ellos se dirigen hacia su centro, donde hay una
Partieron al alba para recorrer el mundo de Este a Oeste. Al llegar el ocaso inician, de
Oeste a Este, el viaje nocturno por un mar poblado por seres indefinidos encerrados en un
cofre y serpientes marinas que intentan meterse en el cofre por el ojo de la cerradura.
Cuando están a punto de tocar fondo, aparece una ballena y los traga de un rápido
bocado. La doncella, sintiendo frío en el vientre de la ballena, se apea del unicornio y golpea
dos piedras negras de las muchas que hay allí, para encender fuego.
Al sentir hambre corta un trozo al corazón de la ballena con una de las muchas piedras
negras que allí hay, se sienta a comer junto al unicornio y se duerme acunada por su cuerno.
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Chatarra de barras de pan
-¡Se supone que deben sentirse orgullosos por trabajar en el mayor vertedero de basura
tecnológica del mundo! –dice padre John Carpenter-. ¡Ofende a Dios que vivan familias en
-De esa Europa que fabrica y consume sin control teléfonos móviles, ordenadores,
televisores, neveras, lavadoras, microondas, cada vez más aparatos y más y más y más.
Pasa delante una cabra flaca. Se le notan todos los huesos. Un esqueleto de cabra vieja
con piel. Casi no tiene fuerza para moverse. Mira la chatarra fijamente.
-¡Aparatos con una vida cada vez más corta por la abusiva pero legal obsolescencia
Yawa no escucha a padre John Carpenter. Sus ojos ciegos miran el humo negro. Los
chicos del fuego han encendido una hoguera grande. Los chicos del fuego hacen un buen
trabajo en Agbogbloshie. Hay que saber hacer la hoguera. Ellos son especialistas.
Los chicos del fuego son importantes en Agbogbloshie, como padre John Carpenter.
Son grandes y fuertes, son duros, tienen quemaduras por todo el cuerpo. El viento les lanza
Los Reciclantes a veces tenemos un mal día, o dos o tres. Los chicos del fuego
el peor grado es los chicos del fuego, dice padre John Carpenter. Los chicos del fuego ganan
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más pero mueren antes y sólo pueden mandar el dinero a sus familias, dice padre John
Carpenter.
Uncle Ebo dice que ha muerto Lamisi. Lamisi vivía junto a nosotros en el norte. En
Agbogbloshie Lamisi era el jefe de los chicos del fuego. Había ahorrado dinero para
Uncle Ebo dice que los pulmones de Lamisi se acostumbraron al humo negro de las
-¡Esa maldita moda de comprar aparatos tecnológicos como barras de pan! –dice con
Padre John Carpenter señala la chatarra y golpea la cámara del hombre blanco. Nunca
había visto a padre John Carpenter tan enfadado. Da miedo mirar los ojos de padre John
Madre y padre están callados cuando padre John Carpenter viene a nuestra tienda.
La mujer blanca quiere decir algo. En las gafas de padre John Carpenter hay un búho
mirando a la mujer blanca. La piel de la mujer blanca está un poco asustada y se parece al
Uncle Ebo tose. Uncle Ebo es el hermano mayor de padre. Cuando vivíamos en el
norte padre era campesino y uncle Ebo era pastor. Uncle Ebo tose cuando hace su trabajo de
Reciclante. Uncle Ebo tose a la hora de comer. Uncle Ebo tose por la noche.
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-Los metales se impregnan en la tierra de Agbogbloshie y se liberan en la atmósfera
cuando los Reciclantes queman la chatarra para quitar el plástico que la recubre.
-¿Por qué no cortan los cables para quitar el plástico? –pregunta la mujer blanca.
A veces parece que el único que habla en Agbogbloshie es padre John Carpenter.
Mi hermano Ekow mira sus pensamientos con las manos entre las piernas.
Vienen dos niños pequeños con un imán y una bolsa. Meten el imán en la tierra negra
Los ojos de Uncle Ebo no miran la chatarra ni el humo negro de Agbogbloshie ni a los
niños. Uncle Ebo no escucha a padre John Carpenter. Uncle Ebo mira el norte, su rebaño, el
pasado. Uncle Ebo no se ha casado. Madre dice que uncle Ebo se casó con las cabras de su
rebaño. Uncle Ebo se pasaba el tiempo cuidando las cabras. En casa siempre tenía una cabra
-Hay animales que vienen a comer entre la chatarra y luego los Reciclantes se comen
esos animales o se los comen los habitantes de Accra –dice padre John Carpenter mirando el
-¡Claro, los habitantes de Accra compran fruta bajo nubes tóxicas! ¡Todos comemos
cabra vieja con piel mira a los niños que meten el imán en la tierra negra de Agbogbloshie.
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-¿Por qué los gobiernos de Alemania, Inglaterra, Francia, Italia, España o Estados
Padre John Carpenter apunta a la cámara del hombre blanco con el dedo. La barba de
padre John Carpenter está enfadada. Los búhos en las gafas de padre John Carpenter están
enfadados.
-¡Que se ocupen de su basura que destruye el planeta y envenena a esta pobre gente!
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Choque de unicornios
Al alba, cuando la ballena sale de las aguas y se queda tendida en una playa de fina
arena blanca, la doncella se despierta y descubre que al haberse dormido cerca del fuego se
han quemado las ropas de doncella y la melena cobriza, se han secado los pechos y las formas
lado.
-Regresemos –dice Kobe cortando la piel de la ballena con una de las muchas piedras
Kobe aferra las crines del unicornio para encarar la playa. En el otro extremo hay otro
unicornio, más pequeño, con el pelaje plateado como la luna. Sus pezuñas son de cabra y su
cola de perlas. Tiene plumas de cisne en lugar de crines y una serpiente enrollada en el
cuerno.
-Toma carrerilla y lánzate contra él como si te fuera en ello la vida –dice el Águila de
la Imaginación.
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Un sol rojo se levanta en el horizonte, tiñendo las nubes del cielo. Las gaviotas
que sucede.
Cuando suena un gong en las alturas, la señal de salida, Kobe se inclina para empuñar
el cuerno, clava los talones en el vientre del unicornio e inicia una furiosa galopada, igual que
el unicornio de la princesa.
Uno desde naciente y el otro desde poniente, los unicornios atraviesan la playa
con una red de rayos, y las gaviotas huyen hacia el centro de la playa, donde brota del suelo
Por último cae una lluvia de plumas y la playa queda envuelta en un tapiz blanco
en el otro unicornio.
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Un pájaro muerto
-¿Qué es eso?
-Nada.
-Estaba en la chatarra.
Miro al cielo. El cielo se mueve rápido más arriba de las nubes de humo negro. El
cielo está furioso como padre John Carpenter. Yo soy el pájaro. Los otros pájaros vuelan en
fila. Yo vuelo junto a ellos hasta que el humo negro de Agbogbloshie me separa de la fila. Los
otros pájaros vuelan hacia el mar, hacia los árboles, hacia las montañas. Yo me hundo. Mis
-Sí.
Miro las manos sucias de Yawa. Miro los brazos sucios de Yawa. Miro las piernas
sucias de Yawa.
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-Cuando vendías comida y agua no estabas sucia.
-Las mujeres pueden ser Reciclantes. Es más pesado pasarse el día cargando comida y
pagan su parte. Padre dice que está mal visto que las mujeres hagan el trabajo de los hombres.
-¡Kobe!
Mi hermano Ekow viene corriendo. Miro su cuerpo nervioso, largo y flaco corriendo
entre la chatarra. Ekow es tan negro que el humo de Agbogbloshie no se nota en su piel negra
Los ojos tímidos de Ekow se sorprenden al ver el pájaro muerto en los brazos de
Yawa.
-¿Qué pasa?
-Se muere.
Vamos a casa. Junto a nuestra tienda hay Reciclantes hablando en voz baja. Entramos.
Uncle Ebo está tumbado. Veo a padre John Carpenter con los ojos cerrados y las manos
juntas.
Yawa y yo nos sentamos. Padre está serio mirando el suelo de tierra negra. Madre está
llorando. Yo cierro los ojos y me invento una oración para rezar, como me ha enseñado padre
John Carpenter:
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Y apagabas las tormentas de padre.
Madre dice que los abuelos murieron de hambre por daros de comer a ti y a padre.
Madre dice que no te casaste para no ver morir a tu mujer como le pasó al abuelo.
Madre dice que fuiste pastor y no campesino porque la tierra mató de hambre a los
abuelos.
No tengo más palabras para rezar. Abro los ojos. Mi hermano Ekow está llorando. Es
la primera vez que veo llorar a mi hermano Ekow. Uncle Ebo y mi hermano Ekow se parecen.
Son altos, flacos, tienen la piel muy negra. Son tímidos, tristes, pensativos.
Uncle Ebo y mi hermano Ekow pasean por la chatarra de Agbogbloshie todos los días
Uncle Ebo ya no tose. En su pecho flaco hay sangre. Uncle Ebo hace un silbido con la
garganta. Suena como la flauta que tenía uncle Ebo en el norte. Uncle Ebo tocaba su flauta
Los Reciclantes que hay fuera de la tienda cada vez hablan más alto. Padre se pone de
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Las cabras rodean la tienda. Es extraño que haya tantas. Se ha juntado un rebaño. Me
impresionan. Ahora los esqueletos de cabra vieja con piel tienen ojos inteligentes.
Yawa me aprieta la mano, asustada. Todas las cabras están balando a la vez, como si
estuviesen enfadadas.
Entramos en la tienda. Padre John Carpenter está de pie. Uncle Ebo ya no hace el
sonido de flauta. Uncle Ebo está quieto. Nunca me había parecido tan delgado. Es un
Padre y madre tienen las manos sobre la cara. Yawa se agacha junto a uncle Ebo,
cantando. Fuera de la tienda las cabras han dejado de balar. Ahora sólo suena la voz de Yawa
Las manos de Yawa ponen el pájaro muerto sobre el pecho de uncle Ebo. La boca de
-Kobe.
-Ekow.
Yawa nos da valor para acercarnos al cuerpo muerto de uncle Ebo. Para Yawa la
muerte es natural. Yawa siente a las personas detrás del cuerpo. Ahora sé que hay algo más
Padre y madre se acercan. Junto a padre John Carpenter hacemos un círculo agarrados
de la mano. Rezamos.
Ahora sólo veo el pájaro muerto que Yawa ha puesto sobre tu pecho.
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El ave Naturaleza
Imaginación.
Kobe forma un cuenco con las manos, lo llena con agua de rocío y se lo ofrece a la
paloma, que desciende aleteando con rapidez y bebe hasta saciar su sed. La paloma se
encarama en un olivo, arranca una ramita con el pico y se eleva hacia el cielo trazando un
elegante vuelo.
paloma blanca, que muerde la ramita de olivo, aleteando impaciente en las alturas.
-¡Vamos! –exclama.
La paloma emprende la marcha volando con elegantes aleteos y Kobe la sigue trotando
en el laberinto de espejos.
su cuerpo se cubre de gusanos hasta que aparece el anciano de aspecto desagradable a quien
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las gentes rehúyen en el reino de la princesa Yawa. Luego el anciano se transforma en paloma
-Lo importante es que tu corazón se merezca lo que anhela –dice-. Te recomiendo que
sienta a la entrada del laberinto a tocar la flauta hasta que aparece una simpática oca y le
pregunta:
-En ese caso el ser vivo podría acudir a la cita llevando el espejo encima. ¿Conoces
-Hace mucho tiempo oí hablar de un ser vivo de esa clase, un animal llamado Money
que tenía espejos en los ojos y arrasaba los cultivos de los campesinos y mataba los rebaños
de los pastores.
-¡Seguro que los ojos de ese animal son el espejo de la princesa Yawa! –exclama.
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La oca agacha la cabeza, pensando cómo ayudar a ese joven que toca la flauta tan
bien.
-Sólo el ave Naturaleza puede ver todo lo que ocurre en este mundo –dice, tras mucho
-Tiene la cabeza de gallo, el lomo de golondrina, las alas de viento, la cola de flores y
las patas de tierra. Las ocas adoramos al ave Naturaleza. Aunque su cuerpo es grande y regio,
los animales. Antes de morirse mi madre me enseñó la fórmula para convocar al ave
Naturaleza si necesitaba su ayuda, pero en la vida de una modesta oca como yo no hay
grandes apuros. En cambio tú eres un joven especial y por alguna razón importante necesitas
La oca junta con el pico siete ramas secas y las coloca en el suelo como los radios de
una rueda, poniendo como eje cuatro plumas de su cola clavadas en la tierra, apuntando hacia
soplidos!
La oca se ausenta y regresa con doce pétalos de rosa roja que deposita en el suelo.
Al cabo de un largo rato, cuando Kobe empieza a temer que le haya pasado algo, la
oca regresa llevando en el pico un puñado de musgo empapado de rocío que deja caer junto a
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-Fui a un bosque umbrío para encontrar este musgo que absorbe el rocío como una
esponja –explica, disculpándose por su tardanza-. Aunque aquí hay mucho más rocío del que
Kobe sonríe, divertido, por la solemnidad de la oca, que parece realizar la ceremonia
-¡No pares de soplar el fuego! ¡Si no hay viento, no vendrá el ave Naturaleza! –dice la
oca ajetreándose de un lado a otro para reunir maderas y resinas aromáticas con las que
-¿Adónde vas ahora? –pregunta Kobe, cansado de lanzar fuertes soplidos al fuego.
-¡No pares de soplar! ¡Demuestra a los cuatro vientos lo fuerte que es el fuelle de tu
pecho! –replica la oca batiendo el pico alegremente, y añade antes de desaparecer detrás del
Kobe se encoge de hombros y sigue soplando el fuego con todas sus fuerzas.
Al cabo de un largo rato, cuando empieza a temer que le haya pasado algo a la oca, la
ve saltar por encima del seto y detrás de ella aparecen otras once ocas, de diferentes tamaños,
unas más viejas y otras más jóvenes, todas en alegre compañía, canturreando y batiendo a
ritmo el pico.
-¡Ya estamos aquí! ¡Veo que te has ocupado de avivar el fuego en mi ausencia!
La oca le pide a Kobe que se siente en el nido fabricado con maderas y resinas
aromáticas y los miembros de su familia se colocan alrededor del fuego mientras ella arroja a
las llamas los doce pétalos de rosa roja y escurre con cuidado el musgo sobre el fuego para
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Luego la hacendosa oca se une al corro que forman los miembros de su familia y las
doce ocas bailan alrededor del fuego mientras agitan las alas, baten el pico y canturrean
Permanecen así toda la noche: las ocas dando vueltas en círculo y Kobe durmiendo
Con el primer canto del gallo se extingue el fuego, una ola de viento barre a las doce
ocas llevándolas de regreso a sus hogares transformadas en ocas de oro y brota de las cenizas
-No te asustes de mí –dice el ave Naturaleza con voz melodiosa-. Mírame, estoy
compuesta por los cinco colores, que representan las cinco virtudes.
El lugar se puebla con todas las ocas del mundo, que acuden presurosas para recibir a
su adorada ave Naturaleza, que despliega unas alas de viento para abrazarlas a todas y
devolverlas a sus hogares desatando un huracán cubierto de pétalos de rosa roja, su flor
preferida, al tiempo que les deja como prenda de su bendición tres plumas de oro en la cola.
Kobe se asoma al nido de maderas y resinas aromáticas y ve que hay un huevo grande,
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Kobe está asombrado. El diminuto animal ha salido del cascarón y salta entre sus
manos.
-Ahora que has encontrado la materia de su espejo, debes darle forma para que la
princesa Yawa pueda verse reflejada en él –dice-. Money es un animal destructivo que
malogrará las cosechas de los campesinos y matará los rebaños de los pastores. Tienes que
educar sus instintos tocando la flauta y llevarlo hasta la princesa Yawa. ¡Sus ojos serán el
El ave Naturaleza se eleva por el cielo con sus alas de viento y se aleja hacia Oriente.
Cuando Kobe se queda a solas con la extraña criatura que hay entre sus manos, por
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El sueño de Kobe
Yawa y yo caminamos agarrados de las manos. Delante hay una luz. Nos llama.
Uncle Ebo, sentado en una nube, toca la flauta, sonríe, le sale el humo negro de
Yawa y yo somos pájaros. Vuelan nuestras bonitas alas. Vuela el desierto de chatarra.
Vuela la piel negra. Vuelan los pies sucios y los ojos tristes. Vuelan los Reciclantes.
El dedo de Ekow es un arma apuntando a los niños blancos que se ríen tirando
Padre John Carpenter es un niño con barba que juega con niños negros tirando piedras
al río.
Los niños blancos que tiran teléfonos móviles al mar y los niños negros que tiran
-Os contaré una historia –dice madre-. Había una vez una princesa que se llamaba
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Una flauta de estrellas
-¿Cómo son?
-Brillan.
Yawa me da la flauta.
-¿Dónde estaba?
Toco la flauta. Las estrellas del cielo bajan a Agbogbloshie. Yawa baila. La chatarra es
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Siempre igual
Hay que caminar mucho, rebuscar mucha chatarra, separarla, llevar lo bueno a los
chicos del fuego para que quemen el plástico, pagarles, pagar a los jefes que se reparten
Agbogbloshie. Si tienes dinero puedes entrar en una parte con buena chatarra. A veces pagas
y encuentras poco. A veces pagas y encuentras mucho cobre, aluminio y hierro y cuando has
pagado también a los chicos del fuego viene alguien y te roba y pierdes un día de trabajo y el
dinero que pagaste al jefe por buscar chatarra en su trozo de Agbogbloshie. A veces el jefe
manda que te roben, si ve que has encontrado demasiado. Eso pasa y no pasa nada. Si te
roban, te vas a casa a dormir y mañana a empezar de nuevo. Es la vida del Reciclante.
Agbogbloshie es mejor que el norte, por eso estamos aquí, dice padre. En el norte hay
hambre y te mueres, dice padre. Aquí no hay hambre, pero también te mueres, digo yo. Uncle
-Siempre igual.
Me caigo al suelo. Tengo la cara contra la chatarra. No puedo evitar lo que está
pasando. Las palabras de Yawa resuenan en mi cabeza: siempre igual. Sí, siempre igual. Una
Hoy era el mejor día. Hoy era el mejor día en Agbogbloshie. Hoy era el mejor día en
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Ahora el mejor día en Agbogbloshie es el peor día en Agbogbloshie.
Cuando terminan de robarme me levanto. Todo ocurre muy rápido. Yawa está bien. A
-Sí.
-Siempre igual.
-Claro.
piernas no quieren llevarnos a casa. Viene padre John Carpenter, pregunta qué pasa, le digo
que nos han robado, la mano grande de padre John Carpenter me seca las lágrimas.
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La cartera de piel
-Ese hombre era el más grande y fuerte de Agbogbloshie –dice otro Reciclante.
-En el norte era campesino y trabajaba como trece. Una vez su jefe quería comprar una
máquina para arar la tierra y este hombre le dijo: no la compres, yo trabajo más. La máquina y
este hombre trabajaron de sol a sol. La máquina se estropeó y este hombre siguió trabajando,
pero su jefe compró la máquina y este hombre perdió el trabajo –dice otro Reciclante.
chatarra.
-Kobe…
-Desde que perdió a su hermano fue de mal en peor. Estaban muy unidos –dice otro
Reciclante.
-Estaba caminando con padre John Carpenter y se ha caído al suelo como una piedra –
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-¡Kobe! –dice Yawa.
Madre me abraza.
Padre John Carpenter está agachado junto al hombre tirado entre la chatarra, con los
Ekow viene corriendo. Su cuerpo está lleno de quemaduras desde que es chico del
fuego.
entre los jefes. Hay ordenadores, lavadoras, montañas de teléfonos, microondas, televisiones.
Los Reciclantes se van con la nueva chatarra. Madre, Yawa, Ekow, padre John
-Fifi fabricó esta cartera con sus propias manos cuando vivíamos en el norte –dice-.
Madre abre la cartera. Está llena de billetes. Ahora mi hermano Ekow y yo sabemos
-Ahora Fifi podrá reunirse en el norte con su hermano y encontrar la paz –dice padre
John Carpenter.
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-Yo iré con ellos –dice Ekow.
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Oro de luz y tinieblas
Kobe se lleva a Money al bosque, lo alimenta con bellotas de los robles, le da a beber
agua de los arroyos e intenta educarlo con el sonido de su flauta hasta que es lo bastante
¿Me habré equivocado contigo?, se pregunta Kobe mirando decepcionado a ese bruto
campando a sus anchas por el bosque, para someter a los otros animales, robar la comida
Kobe comprende que esa bestia insensible ha nacido del huevo que él empolló durante
la mágica noche en que las ocas convocaron al ave Naturaleza. Él tiene la culpa por no saber
Desolado, se adentra en la espesura del bosque y camina hasta que lo vence el sueño.
Entonces lo despiertan los llantos y lamentos de unos campesinos que pasan a su lado.
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-Nos ha sobrevenido una calamidad –responde el más anciano de los campesinos-.
Una bestia terrorífica ha arruinado nuestras cosechas y morirán de hambre muchas familias
Kobe acude al lugar donde Money ha provocado la ruina de los campesinos. Al ver las
cosechas de los campos malogradas por la furia destructiva del animal que él en vano intentó
educar con el sonido de su flauta, siente cólera y vergüenza, su flauta se transforma en espada
Al ver a Kobe, su creador, empuñando la espada, Money acude con el rabo entre las
piernas.
brota un manantial de oro líquido que al caer al suelo y enfriarse forma lingotes.
Comprendiendo que el oro de Money está destinado a sus víctimas, para compensarlas
por el fruto de un año de trabajo que Money destrozó en un arrebato de furia, Kobe entrega un
regresa al bosque intentando olvidarse de Money, que sigue haciendo de las suyas a pesar de
44
-Apareció una bestia desalmada en la dehesa donde pastaban nuestros rebaños y no ha
dejado una sola oveja con vida –contesta el pastor más anciano-. ¿Qué haremos sin leche ni
A Kobe le asombra que Money haya cometido esa barbaridad a pesar del escarmiento
que recibió.
Al llegar a la dehesa donde están los cuerpos mutilados de las ovejas, Kobe exclama:
Cuando Money surge de la espesura y se postra a sus pies, Kobe empuña su flauta
observan con incredulidad que en lugar de sangre sale oro líquido que se transforma en
Aliviado por tener algo que entregar a las víctimas de Money, Kobe reparte los
-Es necesario equivocarse para enmendar el error, dormir para despertar, morir para
volver a nacer. Pero debajo de cada error, de cada sueño, de cada muerte, se pierde algo por el
camino que no podemos reemplazar. Se pierde la alegría inocente de nuestros primeros paseos
por los campos, cuando aprendemos a tocar la flauta para alabar a las flores y al sol que nos
vieron nacer.
>>Hay luz en las tinieblas y hay tinieblas, haciendo sombra, en toda luz. Este oro que
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Pronto
Miro los sitios vacíos donde se tumbaban a dormir padre y uncle Ebo.
La lluvia y el viento sacuden la tienda. Yawa se tapa la cabeza con la manta. Los ojos
Quiero abrazar a mi hermano y decirle te quiero. Quiero cerrar sus ojos negros para
Los chicos del fuego no pueden estar muchas horas cerca del fuego, respirando humo
negro del fuego, y se turnan, menos mi hermano Ekow. Desde que murió padre, Ekow trabaja
Quiere sacrificarse. Quiere salvarnos a madre, Yawa y a mí. Quiere comprar una
Hoy tengo ganas de llorar mirando a mi flaco hermano. No es fuerte ni grande como
padre. No toca la flauta como uncle Ebo. No habla como padre John Carpenter. Sólo trabaja.
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-¿Qué dices, Ekow?
Los ojos de madre se mueven hacia el sitio de uncle Ebo, hacia el sitio de padre y
hacia Yawa.
Si mi hermano Ekow no habla y sólo trabaja para llenar de billetes la cartera de piel de
padre y comprar una granja en el norte para salvarnos a madre, Yawa y a mí, yo no digo nada.
Quiero ser chico del fuego y trabajar sin turnos como Ekow, pero sólo puedo ser un
niño Reciclante.
-Que Dios nos bendiga –dice madre tan bajo que casi no se oyen sus palabras.
Me tapo la cabeza con la manta, como Yawa. Pienso en el cuento de madre. Money
está metido en la cartera de piel de padre. Algún día educaré a Money para que sea los ojos de
Yawa. Pronto.
47
Por qué
mano. Me gusta caminar junto a Yawa agarrados de la mano sin tener la espalda cargada de
chatarra. Me siento bien, siento que voy a algún sitio. Antes de conocer a Yawa cuando
caminaba solo me sentía perdido. Iba de un sitio a otro sin saber. Iba de un sitio a otro sin
saber si quería ir. Iba de un sitio a otro sin saber por qué.
ganas de vivir. Quiero hacerme mayor. Quiero crecer junto a Yawa. Quiero compartir una
Cuando sueño despierto Yawa y yo somos padres. Es bello vivir en el norte con
nuestros hijos, en nuestra granja. Es bello tener cielo y estrellas sin humo negro, árboles,
hierba. Es bello el olor de los árboles y la hierba, son bellas sus caricias y sus palabras cuando
el viento sopla dentro de ellos. Es tan bella la tierra, tan limpia. Yawa y yo y nuestros hijos
corazones de amor, y miramos a lo lejos las montañas y respiramos el aire limpio y viajamos
-En el futuro.
-¿Tenemos futuro?
48
Hemos llegado. Suelto la mano de Yawa. Le doy la chatarra a mi hermano Ekow.
Miro el fuego. Ekow remueve bien la chatarra con el palo para que el fuego queme todo el
plástico.
Este sitio es el infierno, dice padre John Carpenter. Hace mucho calor. El humo negro
Yawa y yo esperamos. Hay dos palos largos, delgados, negros y sucios. Un palo
largo, delgado, negro y sucio remueve la chatarra dentro del fuego. El otro palo largo,
Cuando Ekow jugaba a la pelota con sus amigos en el norte, yo no tenía fuerza para
patear la pelota y correr, sólo podía sentarme a mirar y sentirme feliz y aplaudir cuando mi
Ahora veo a Ekow luchando con el fuego y siento ganas de aplaudir y siento ganas de
llorar. Ekow no volverá a jugar a la pelota. Ekow no volverá al norte. Ekow vino a
Viendo a mi hermano Ekow luchando con el fuego me pregunto por qué. Por qué
Yawa y yo. Por qué unos sí y otros no. Por qué no salvarnos todos. Por qué romper la familia.
Por qué morir. Por qué vivir. Por qué sólo soñando puedes ser feliz. Por qué.
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Rezando en el fuego
peleándose por la chatarra. Si miro al otro lado veo a un grupo de niños negros descalzos y
con la cara sucia jugando pelota y un esqueleto de cabra vieja con piel.
-África pone de cara a la pared la alegría y la miseria –dice padre John Carpenter,
caminando entre Yawa y yo, a mí agarrándome con su brazo izquierdo y a Yawa agarrándola
con el derecho.
-Su número nunca existió, pero era lo único que tenía de mi familia.
-Ya no hay que cargarlo para llamar a un número que no existe, padre John Carpenter.
Siento el suspiro de padre John Carpenter recorriendo todo su cuerpo grande. Suenan
gritos. Hay mucho humo negro. Los Reciclantes corren. Ha pasado algo. El cuerpo grande de
-Dios mío.
-¿Qué pasa?
-Vamos.
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Tiro de la mano de Yawa. Corremos, metiéndonos en el humo negro y los gritos,
detrás de padre John Carpenter y los Reciclantes. El fuego. Nunca vi el fuego tan grande.
Dentro del fuego está él, negro y quemado como la chatarra. Ya no grita. Su cuerpo
está quieto, encogido, con la cabeza inclinada y las manos juntas sobre el pecho.
51
El buey del ego
Como está ciego, Money busca la compañía de Kobe, no quiere separarse de él. Al no
ver las tentaciones del mundo, no desea hacer mal a nadie y sólo se siente seguro cerca de su
creador.
Kobe y Money se van a vivir juntos al bosque. Money empieza a sentir interés en la
-¡Qué extraña criatura eres! –exclama Kobe viendo a Money acurrucado a sus pies,
con las orejas vueltas hacia las notas musicales que salen de la flauta.
-Es una pena que hayas tenido que perder tus ojos para encontrar tu alma –dice Kobe.
Llega un momento en que Money se niega a comer y beber. Sólo desea escuchar el
sonido de la flauta.
Desde que está ciego, Money ha reducido tanto su tamaño que Kobe no puede
princesa Yawa, tal como él soñó, y busca en sus bolsillos algo que pueda serle útil.
<<Qué extraño, es igual que la joya del el anciano campesino, pero aquélla la enterré
Entonces comprende que también el anciano pastor le regaló una joya, con disimulo,
deslizándola en su bolsillo.
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-¡Ahora entiendo cómo utilizar las joyas que me entregaron tus víctimas, el anciano
campesino y el anciano pastor! –dice Kobe, maravillado, intentando animar a Money, que ni
siquiera tiene fuerzas para ponerse de pie-. ¡Buscaré la otra joya donde la enterré!
blancas.
-Ve por allí, amigo –le dice señalándole el camino con un ala.
-¡Gracias! –replica Kobe echando a andar por el sendero bordeado de azucenas que le
indica el cisne.
No tarda en llegar al lugar donde enterró la primera joya. Un anciano con un nudoso
-¡Claro que lo sé! –responde Kobe metiendo la mano en el platillo para tomar la joya y
-Antes de tomarla debes sacrificar un buey en mi honor, pues soy el guardián de los
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A Kobe le tienta transformar su flauta en espada para ahuyentar al bufón, pero ha
<<Todas las criaturas de este mundo tienen su razón de ser>>, se dice, recuperando la
calma.
Luego se pregunta cómo puede encontrar un buey para sacrificarlo al guardián de los
tesoros.
Kobe cierra los ojos y en su interior aparece un cíclope con un solo ojo en mitad de la
Al verse reflejado en el ojo del cíclope, Kobe se desmaya de la impresión. ¡El ojo
muestra a un estúpido buey que ha puesto su cabeza sobre un madero para que el cíclope se la
el hombro de Kobe.
-El de tu fe. Debes cederle la parte de tu alma que le pertenece a ella. Si no lo haces, el
bufón que guarda los tesoros seguirá burlándose de ti y nunca podrás abrir esta puerta del
-Tu amor no puede ser un reflejo de la doncella que hay en ti, sino el corazón de la
princesa Yawa. ¿Qué lugar ocupará ella si no renuncias a tu propia doncella, que tanto has
54
Entonces Kobe comprende. Se levanta y se pone a tocar la flauta. Cuando la flauta se
virgen de pelo rizado, mirada triste y piel negra y brillante como ébano.
La doncella no está de pie, como la vez anterior que surgió de Kobe, sino tumbada
boca arriba, como un bloque de piedra, y sus ojos inmóviles miran hacia las alturas.
doncella ha dejado: pronto lo ocupará el corazón de la princesa Yawa y serás el joven más
anciano que empuña un nudoso báculo, y ata una cuerda al cuello del buey de mármol y lo
55
Somos chatarra
donde entierran a los muertos. Estamos madre, Yawa y yo en el sitio de Agbogbloshie donde
entierran a los muertos y mi familia ya ha enterrado a tres muertos: uncle Ebo, padre y mi
hermano Ekow.
Entre uncle Ebo y padre hay enterrados dos Reciclantes. Entre padre y mi hermano
-Lo que más me duele es enterrarlos aquí, entre la chatarra de Agbogbloshie –dice
madre.
Intento rezar como nos ha enseñado padre John Carpenter. ¿Por qué dicen que
recemos por los muertos? No puedo. Yawa piensa con las manos sobre el pecho. Yawa parece
-No puedo abandonar a mi marido, a mi hijo mayor y al hombre que más ha hecho por
-Sí, madre.
-Marchaos tú y Yawa.
56
Madre asiente con la cabeza, piensa, mira las tumbas de uncle Ebo, padre y mi
hermano Ekow.
Madre hace la señal de la cruz sobre el pecho que nos enseñó padre John Carpenter,
mira al cielo con los ojos llenos de lágrimas, se arrodilla y apoya la cabeza en la tierra negra y
sucia de Agbogbloshie.
57
Te contaré un secreto
muriéndose y sus ojos tristes se apagan como el fuego de Agbogbloshie cuando le echan agua
gusta escuchar. Afuera los Reciclantes trabajan. Afuera los Reciclantes discuten. Afuera los
Recuerdo cuando madre era profesora en el norte. Recuerdo cuando madre era
profesora en una pequeña casa blanca llena de niños negros descalzos con la cara sucia y
pensando, muriéndose.
Madre suspira y levanta la manta. Debajo de la manta está la cartera de piel que hizo
Cojo la cartera.
-Ábrela.
Abro la cartera. Está llena de billetes. Parece imposible que haya tantos billetes juntos.
-Tu hermano Ekow ganó mucho dinero con el fuego antes de morirse.
-Sí.
-Sí.
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-Todo es para ti y para Yawa. Regresad al norte. Padre John Carpenter os protegerá
por el camino, comprará una granja en vuestro nombre y buscará gente que os ayude a
trabajarla.
-Sí, madre.
Madre espera. Escuchamos los ruidos de Agbogbloshie. Tengo los ojos llenos de
-Kobe…
-Sí, madre.
-¿Entiendes el cuento?
-Sí, madre.
-Este dinero será vuestro sustento para comer, vestir y tener un hogar digno trabajando
Madre espera. Sus ojos de mujer negra vieja, cansada y triste caminan por un bosque
invisible.
-Antes sólo los negros éramos esclavos. Ahora también los blancos son esclavos. La
-No, madre.
-El dinero es un medio para vivir. Si es el fin de la vida, se llama capitalismo y arrasa
-Sí.
-El capitalismo esclaviza a los blancos sin que ellos se den cuenta y destruye la madre
-No, madre.
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-El capitalismo enseña a los blancos a vivir comprando y tirando, a morir comprando y
tirando, y los blancos lo hacen creyéndose libres de decidir, perdiendo su dignidad de decidir
Madre espera, cierra los ojos, suspira. Un niño grita fuera de la tienda. Madre abre los
-Kobe, hijo mío, tienes el dinero que ninguno de nosotros tuvimos, ni tu familia ni
Madre calla. Los ojos preocupados de madre llaman a la puerta de mis ojos temerosos.
-Sí, madre.
Money para que no sea una bestia destructiva sino el medio de vida que dé ojos a vuestro
Madre calla y yo pienso en sus palabras. Dentro de la cartera de piel de padre el dinero
Me falta algo…
-Te contaré un secreto, hijo mío. Cuando era joven tenía un sueño: ser escritora,
inventarme historias y que hiciesen libros con ellas, pero al final sólo he podido ser una mujer
y madre de dos Reciclantes, así que hoy, antes de morirme, cumpliré mi sueño. Ve con Yawa
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y trabajad hasta que caiga el sol. A vuestro regreso habré escrito el último capítulo de vuestra
61
Tu papel, madre
-Nunca vi a tanta gente junta. El director y los siete jefes de Agbogbloshie están en
-¿Qué sabes?
-Muchas veces dejaba su trabajo para ayudar a otros. Atendía a enfermos, a recién
nacidos, a madres. Y enseñó a leer y a escribir a muchos niños. Había una pequeña casa
blanca en la parte de Agbogbloshie que está junto al mercado de fruta. Era su escuela.
-¿Cómo lo sabes?
Yawa se ríe.
-¿Por qué?
Yawa duda.
escuela. Quería que vendiese comida y agua como las otras mujeres. Ya sabes cómo era
padre.
62
-Sí.
Miro a toda esta gente. Los Reciclantes. No conozco a muchos. Pero ellos la conocen.
Detrás del director y los jefes de Agbogbloshie están los niños negros descalzos a los
que ella enseñó a leer y a escribir. Estos niños negros descalzos de Agbogbloshie no se
parecen a los niños negros descalzos del norte en la pequeña casa blanca que era su escuela.
Estos niños negros descalzos de Agbogbloshie se han lavado la cara y no sonríen porque
Ha llegado nuestro turno. Nos acercamos. Al verla tumbada en este agujero en la tierra
-Las mujeres le han puesto un vestido blanco, le han cortado el pelo, le han pintado las
uñas. Nunca la vi tan guapa y tranquila. Tiene las manos sobre el pecho y sonríe.
-¿Qué más?
-Han hecho el agujero grande para meter los regalos. Hay flores, fruta, vestidos, joyas.
-Toma mi regalo.
Yawa me da su teléfono.
-Sí.
-¿No se perdió?
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-Sí.
-La flauta.
-Lo sabía.
Pongo en la tumba mi flauta, la flauta de uncle Ebo, la flauta que toco en el cuento de
madre.
Yawa y yo nos arrodillamos. Intento rezar como nos enseñó padre John Carpenter. No
puedo.
-¿Estás bien?
-Lo sé. A mí tampoco me lo dices. Eres duro como padre. Tienes que aprender a no
Reciclante entre mi hermano y madre, así que seguirán juntos cuando Yawa y yo vivamos
-Kobe, madre te adoraba. Y Ekow. Y yo. Y eras el favorito de padre. Kobe ha nacido
con estrella, me dijo un día padre John Carpenter. No es justo que sientas celos.
64
Cuatro hojas de papel me regalaste.
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Money, espejo de humanidad
saludan con los brazos abiertos, arrojándole flores y besos volados. En el izquierdo la bella
Kobe se guarda la joya y echa a correr para regresar cuanto antes junto a Money.
rojo, Kobe cruza un campo de espigas lleno de cigarras dormidas y desemboca en el claro del
Kobe empuña en la mano derecha la joya del anciano pastor y en la izquierda la joya
Al no percibir los latidos de su corazón, Kobe se tumba, derrotado, y durante tres días
permanece al lado de Money empuñando con fuerza la joya del anciano campesino y la joya
Al amanecer del cuarto día la atmósfera se colma de una fragancia a romero y mirto y
aparece un pavo real llevando en el pico una pluma de pelícano que deposita a los pies de
Kobe.
-Levántate de tus cenizas y escribe la historia de amor que anida en tu corazón –dice el
pavo real.
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Besa la joya del anciano pastor y la joya del anciano campesino y las encaja en las
cuencas de los ojos de Money. ¡Las joyas tienen la medida justa de los ojos que Money perdió
Entonces cae un rayo de las alturas que envuelve a Money en un aura de luz verde y en
el horizonte brota el Arco Iris, a través del cual hace su entrada triunfal el ave Naturaleza,
deteniendo su regio vuelo para posarse sobre la cabeza de Money, que cobra vida, dejando
caer sus pesados párpados sobre las joyas que ocupan las cuencas de sus ojos.
levanta los párpados y Kobe ve la joya del anciano pastor y la joya del anciano campesino
princesa Yawa, Kobe tocando la flauta y Money cantando alegremente, mientras el sol los
bendice, las flores de los campos les saludan a su paso, las mariposas los siguen formando
Al llegar a la puerta del palacio, Kobe se mira en los espejos de los ojos de Money y
dice:
-Yo por un momento creí ser algo más que un simple animal –replica Money con los
Entonces acude a recibirlos el criado con la cabeza de perro y una cobra enroscada en
allegados acudan a la torre donde se ha recluido para aguardar el final de sus días.
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Al oír esas palabras, Money sale corriendo, atraviesa las estancias de palacio como si
conociese el camino y sube por la empinada escalera de caracol que conduce a lo alto de la
Al llegar a la cámara que la princesa Yawa ha cerrado con llave, Money echa la puerta
abajo. La princesa Yawa está tumbada en el suelo, con los brazos abiertos, mirando fijamente
-Ha llegado mi hora –dice la princesa Yawa con un hilo de voz, pensando que Money
-Sí, la hora de saber quién eres –dice Money inclinándose para que la princesa Yawa
Entonces la princesa Yawa se maravilla al ver por primera vez su propia imagen, que
-¡Alabado sea el cielo! -exclama el rey abrazando con ternura a la princesa Yawa.
-¡Jamás me lo imaginé con esta forma! –replica el rey, asombrado-. ¿Dónde está el
espejo?
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El rey examina los ojos de Money desde diferentes ángulos. Al no ver más que los
agujeros que tenía Money antes de que Kobe introdujese en ellos las joyas del anciano
-No os extrañe que así sea –dice el criado-, puesto que este espejo no está destinado a
vos, sino a vuestra hija. Preguntadle a ella y comprobaréis que estoy en lo cierto.
La princesa Yawa, sin esperar a que su padre se lo pida, se pone delante de los ojos de
-Ya veo que sí, este animal extraño ha conseguido lo que ninguno de los más ilustres
Al saber que Kobe es el artífice del prodigio, el rey no duda en cederle su reino.
Ahora la princesa Yawa y Kobe viven juntos y felices por siempre junto al Águila de
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Epílogo
Estamos en la playa de Accra, bajo un cielo azul, sin humo negro. Yawa y yo miramos
Padre John Carpenter pinta el cuadro de nuestro futuro: una mujer y un hombre en una
casa blanca rodeados de niños negros descalzos con la cara sonriente, como alumnos en la
escuela de madre.
A lo lejos hay espaldas negras caminando sobre el agua. Reciclantes. En el centro está
Money, un enorme perro blanco. Tiene un collar atado al cuello y camina sin molestar a
nadie.
#ElFuturoEsNuestro
Fin
70