SIÄ
CANTOS RODADOS SAGRADOS BRIBRI
CUENTO BASADO EN TRADICIONES ORIGINARIAS
SARAH GORDON
SIÄ
CANTOS RODADOS SAGRADOS BRIBRI
CUENTO BASADO EN TRADICIONES ORIGINARIAS
EDICIÓN
SARAH GORDON Y SU
NARRATIVA CONSCIENTE
Sarah Gordon es escritora de
observación profunda de las
percepciones individuales y sociales
de los humanos y también,
desarrolla narrativa ancestral
basada en visiones de los pueblos
originarios, como este cuento, “SIÄ,
cantos rodados sagrados Bribri.
Su narración es reconocida como proyección folklórica que ella
deseaba con el fin de que la gran mayoría de los jóvenes
conociera las historias de los pueblos originarios de Costa Rica,
reconociendo el sentido Bribri de las piedras de río coloridas,
cantos rodados que eligen para sanar y predecir. Sin embargo,
esta narración ha sido recomendada para todas las edades por
la Psicopedagoga Leticia Castro Chamberlain y la historiadora
especializada en tradiciones ancestrales originarias, Ofelia
Columba Déleon y yo estoy totalmente de acuerdo.
Este cuento que presenta a la fauna ligada a los cantos rodados
sagrados también nos presenta a un Awá, que es un chaman
Bribri, utilizando las Siä que siempre son leídas por las Awá
femeninas para sanar y él hace lo contrario en este cuento que
también presenta metafóricamente las relaciones familiares
entre hermanos, muchas veces. Es un excelente cuento en el
que los diálogos son en "vos" y no en "tú", dado el tipo de
conversación popular en Costa Rica. E invitan al Siä masculino
a una fiesta VIP, tomando en cuenta que actualmente, el
turismo norteamericano se pesenta en Talamanca
permanentemente.
Marcela Valdeavellano-Valle
editora
SIÄ
CANTOS RODADOS SAGRADOS BRIBRI
Por las calles polvorientas de una aldea indígena, bajaba
rodando una piedra pequeña, llamada canto rodado. Era de
forma ovalada, iridiscente, y tenía la blancura del nácar dentro
de una concha de Nautilos, era una Siä, la piedra sagrada.
Abajo, a la orilla de la calle, había un gran sembradío de
maíz y una mazorca quien miraba sorprendida a la piedrita, la
que venía a tal velocidad, que la mazorca pensó para sus
adentros: “se estrellará y se destruirá”. Pero para su sorpresa la
piedra se detuvo justo frente a ella.
— ¡Hola, Toc, toc !–dijo la Siä.
— ¡Hola! –respondió la mazorca, ¡ay ay ay!, casi te matas.—
dijo observándola.
— ¡Qué rara eres! – Respondió la Siä – te faltan dientes.
Cuando faltan dientes eres un niño o un eres viejo. ¿Cuál es tu
edad? —
—Ni niño, ni viejo –replicó la mazorca.—Soy una bella y joven
mazorca de Maíz; lo que pasa es que vino un perico y se llevó
varios de mis maicitos.
— ¡Ja, ja, ja, ja! Esos sí que está divertido –acotó la Siä.
— ¿Y vos quién sos? No tenés nada encima que te distinga o
identifique – observó la mazorca.
—Soy una Siä, una piedra mágica y ando en busca de mis tres
hermanos perdidos.—
— ¿Mágica? ¡Pero si no llegas ni a piedra!, más pareces una
laja, y eso de mágica ¡no te lo creo! — dijo burlonamente la
mazorca.
— Es que salí del centro de una esfera, de una esfera mágica
y sagrada, — replicó en tono dulce la Siä, deseándole lo mejor
a la mazorca: —Si querés te puedo curar, tengo el don de la
curación dado por Sibö, mi Dios y protector. Puedo hacer que
te nazcan nuevamente esos maicitos que te faltan. La verdad
así no te ves bien, te ves enferma —.
Incrédula, la mazorca replicó: —Nadie tiene el don de curar,
solo el Awá, que es el sacerdote sanador Bribri, y ese nunca
viene por aquí, además no estoy enferma, sólo con unos
maicitos menos y eso no es enfermedad —.
—Bueno, entonces me marcho — dijo la Siä, tengo que
encontrar a mis tres hermanos.—
— ¡Las piedras no tienen hermanos! — arguyó la mazorca,
definitivamente la extraña sos vos.
--¡Sí los tengo! solo que salí de la casa del Awá un momento y
cuando regresé se habían escapado del rancho donde él nos
guardaba. Seguiré caminando en busca de ellos. Adiós.--