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NARCOTRÁFICO COMO AGENTE DEPREDADOR DEL AMBIENTE

ÍNDICE

ÍNDICE...................................................................................................................................................................2
PRESENTACIÓN.....................................................................................................................................................3
INTRODUCCIÓN....................................................................................................................................................4
OBJETIVO..............................................................................................................................................................5
ANTECEDENTES....................................................................................................................................................5
MARCO LEGAL..................................................................................................................................................5
ROL DE LAS INSTITUCIONES DEL ESTADO EN EL CONTROL DE LOS INSUMOS QUÍMICOS PARA LA
PRODUCCIÓN DE DROGAS...............................................................................................................................6
HOJA DE COCA, NARCOTRÁFICO E INSUMOS QUÍMICOS................................................................................7
ESTIMADO DE INSUMOS QUÍMICOS DESVIADOS ANUALMENTE AL NARCOTRÁFICO....................................8
PRINCIPALES LUGARES DE CULTIVOS:...........................................................................................................10
ANÁLISIS.............................................................................................................................................................11
ENTORNO BIOFÍSICO:.....................................................................................................................................11
MEDIO BIÓTICO (Flora y Fauna)....................................................................................................................12
ENTORNO SOCIAL:.........................................................................................................................................13
CONCLUSIONES..................................................................................................................................................26
RECOMENDACIONES Y PROPUESTAS.................................................................................................................26
BIBLIOGRAFÍA.....................................................................................................................................................28
PRESENTACIÓN
La producción, tráfico y consumo de drogas sigue siendo uno de los principales problemas del
mundo actual. La ofensiva contra las drogas constituye una política de Estado, de largo aliento y es
una lucha económica y de carácter transnacional.
En el Perú, la lucha contra el Tráfico Ilícito de Drogas, se viene implementando con la Estrategia
Nacional de lucha contra las drogas 2007 -2011, en sus tres ejes fundamentales, la prevención del
consumo, la interdicción y el desarrollo sustentable.
Para el Tráfico Ilícito de Drogas se requieren dos elementos básicos, los cultivos ilícitos en las
cuencas cocaleras y los insumos químicos que hasta esas zonas llegan para el procesamiento de las
drogas.
El uso de los insumos químicos se produce en diversas fases de la producción de drogas, desde la
extracción del alcaloide y la maceración hasta la cristalización por la vía de ácidos y solventes.
Los insumos químicos y productos fiscalizados (IQPF), son sustancias químicas de producción
legítima, que en su mayor número ingresan al país vía importación, con las autorizaciones
pertinentes, para su destino legal en la industria, tanto en los procesos productivos de
manufactura como en los industriales de producción de bienes, los cuales se encuentran sujetos a
control y fiscalización mediante la Ley de Control de Insumos Químicos y Productos Fiscalizados
(Ley N° 28305 y su modificatoria). Por otro lado, es importante reconocer que muchos de ellos se
desvían para el uso ilícito en la elaboración de drogas.
En tal sentido, y por la trascendencia que ello significa, existe la necesidad de contar con un
diagnóstico que refleje la problemática de estos insumos químicos, que directa o indirectamente
son utilizados en la elaboración de drogas ilícitas derivadas de la hoja de coca, adormidera
(amapola) y las que se obtienen a través de los procesos de síntesis.
INTRODUCCIÓN
Los insumos químicos, conjuntamente con la hoja de coca, son esenciales para la producción de
drogas. En teoría un control eficaz de los insumos químicos que evite o limite su desvío hacia las
zonas de producción de drogas tendría un efecto muy positivo en la lucha contra el narcotráfico. La
falta de insumos químicos reduciría la demanda de hoja de coca, reduciría su precio y
desincentivaría su producción. Sin embargo, en la práctica es muy poco lo que se ha podido
avanzar esta dirección y más bien los insumos químicos discurren sin mayores inconvenientes por
todo el territorio nacional.
En el Perú, de acuerdo al informe de junio del 2008 de la Oficina contra la Droga y el Delito de las
Naciones Unidas – ONUDD1, se producen 116,800 TM de hoja de coca, tomando en cuenta que el
consumo legal es de alrededor de 9,000 TM de hoja de coca, se puede establecer que alrededor de
107,800 mil TM son empleadas por el narcotráfico para producir drogas. Los principales efectos
negativos son el consumo interno que afecta a alrededor de 61,344 adictos a las drogas
cocaínicas2 (este mismo estudio indica que para la prevalencia de vida 333,297 personas probaron
PBC y 260,921 personas probaron CC), en especial jóvenes y niños; los impactos ambientales por la
deforestación y el vertimiento de insumos químicos en suelos y ríos; la corrupción de autoridades
públicas; el incremento de la delincuencia y la inseguridad ciudadana; y en general la debilitación
de las instituciones del Estado y el Estado de Derecho.
En cuanto a las principales zonas de cultivo, se encuentran los valles Aguaytía, Alto Huallaga,
Huallaga Central, La Convención, Pichis-Palcazo, Río Apurímac, Tambopata-Inambari; ubicados en
los departamentos de Ucayali, Huánuco, San Martín, Cuzco, Pasco, Ayacucho, Puno y otros como
La Libertad y Loreto. El cultivo mencionado ha venido creciendo en los últimos años debido a la
demanda del narcotráfico. Se estima que las áreas de cultivo asciende 53,700 Has en el 2007
(ONUDD) versus las 38,700 Has de 1999 (CNC).
OBJETIVO
Conocer el impacto de la producción de cocaína y pasta básica de cocaína y la lucha contra el
tráfico ilícito de drogas sobre el patrimonio natural de la nación.

ANTECEDENTES

MARCO LEGAL
Durante los últimos 30 años, el país elaboró diversas normativas respecto al problema del tráfico
ilícito de drogas. Normativa dirigida a la producción, transformación, tráfico y consumo de drogas
legales e ilegales en especial aquellas elaboradas con la hoja de coca.
El primer referente que tenemos al respecto es el Decreto Ley N° 22095, aprobado el 21 de febrero
de 1978, “Ley de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas” (base de la actual legislación sobre la coca
en el Perú) en donde se consideraron por primera vez en el Perú, los productos susceptibles de ser
utilizados en la elaboración de drogas (artículos 42 y 43).
Este Decreto Ley se norma mediante Decreto Supremo N° 059-82- EFC del 17 de febrero de 1982,
(derogada por el Decreto Ley N° 25623 del 21 de julio de 1992), considerando únicamente cinco
insumos químicos para controlar la fabricación y comercialización en la elaboración de drogas:
⎯ Ácido sulfúrico
⎯ Ácido clorhídrico
⎯ Carbonato de sodio
⎯ Acetona
⎯ Éter etílico
Con la promulgación del Decreto Ley Nº 22095 se estableció una política antidroga a cargo de un
Comité Interministerial y de una Oficina Ejecutiva de Control de Drogas. Esta política afrontaba el
problema de las drogas desde una perspectiva de salud pública y no sólo desde el punto de vista
del control fiscal y policial.
Más adelante, para hacer frente al problema de la producción, se plantea la creación de la
Autoridad Autónoma para el Desarrollo Alternativo y se establece la Ley de Bases de la Estrategia
Integral para erradicar el tráfico ilícito de drogas (DL Nº 753), estableciendo las bases para el
desarrollo alternativo en las zonas cocaleras de nuestro país.
A diferencia del anterior Código Penal, el Código de 1991 incorporó por primera vez los delitos del
tráfico ilícito de drogas (TID), y el delito de lavado de dinero o legitimación de capitales
provenientes del narcotráfico. Así mismo, despenalizó el cultivo de la hoja de coca al eliminar como
conducta típica del tráfico ilícito de drogas los actos de sembrío de esas plantaciones, ratificando la
criminalización de la elaboración de pasta básica de cocaína y clorhidrato cocaína.
Por su lado, la Constitución Política de 1993, al igual que la Constitución anterior de 1979,
mantiene la norma que establece que el Estado peruano combate y sanciona el Tráfico Ilícito de
Drogas (Art. 8°).
Con posterioridad, a todas las demás leyes penales se promulgó la Ley Nº 26320, del 2 de junio de
1994, que estableció los parámetros para determinar cuando se trata de un delito de micro-
comercialización.
Con la aprobación del Decreto Legislativo Nº 824 de abril de 1996 se incorporó a la legislación
nacional los procedimientos de agente encubierto y remesa controlada como instrumentos de
combate contra el Trafico Ilícito de Drogas. A todo ello, hay que agregar la creación de una
Estrategia Nacional de Lucha contra las Drogas 2002 - 2007, que diseña las medidas integrales
para combatir el problema de las drogas, para lo cual cubre áreas estratégicas de interdicción,
desarrollo alternativo y rehabilitación y tratamiento de los fármaco dependientes. Esta estrategia
ha sido actualizada y hoy en día se cuenta con la Estrategia Nacional de Lucha contra las Drogas
2007-2011.
En la primera década del siglo XXI, se promulgan nuevas normas que ayudarán al combate de las
drogas como la Ley N° 28305, Ley de Control de Insumos Químicos y Productos Fiscalizados, del 27
de julio de 2004, que tiene por objeto establecer las medidas de control y fiscalización de los
insumos químicos y productos que, directa o indirectamente, puedan ser utilizados en la
elaboración ilícita de drogas derivadas de la hoja de coca, de la amapola y otras que se obtienen a
través de procesos de síntesis.
Aprobándose con posterioridad el Reglamento de esta Ley a través del Decreto Supremo N° 053-
2005-PCM, del 7 de agosto del 2005. El 12 de Junio del 2007 se público en el diario El Peruano la
aprobación de la Ley 29037 que modifica la Ley No. 28305, Ley de Control de Insumos Químicos y
Productos Fiscalizados.
Entre otros, esta Ley modifica el Código Penal, específicamente, el tercer párrafo del artículo 296°,
el numeral 6 del artículo 297° e incorpora el artículo 296°-B al mencionado Código sobre el Delito
de Tráfico Ilícito de Insumos Químicos. Las normas reglamentarias de esta ley se aprobaron a
través del Decreto Supremo N° 092-2007 PRODUCE, el 19 de noviembre del 2007.

ROL DE LAS INSTITUCIONES DEL ESTADO EN EL CONTROL DE LOS INSUMOS QUÍMICOS PARA LA
PRODUCCIÓN DE DROGAS
La propia Ley Nº 28305, establece las competencias de las instituciones públicas que tienen a su
cargo el control del desvío de los insumos químicos. Sin embargo, existen otras dependencias del
Estado que como se va a analizar también deben asumir mayor responsabilidad:
⎯ Ministerio del Interior, es el órgano técnico-operativo encargado de realizar las acciones de
control y fiscalización de los insumos químicos para verificar su uso lícito.
⎯ Ministerio Público, debe conducir la labor del Ministerio del Interior.
⎯ Ministerio de la Producción, es el órgano técnico-administrativo encargado del control y
fiscalización de la documentación administrativa que contienen información sobre el empleo de los
insumos químicos. Además es responsable de la implementación y mantenimiento del Registro
Único para el Control de los Insumos Químicos y Productos Fiscalizados.
⎯ Superintendencia Nacional Adjunta de Aduanas de la SUNAT, controla y fiscaliza el ingreso,
permanencia, traslado y salida de los insumos químicos y de las personas y medios de transporte,
hacia y desde el territorio aduanero.
Pero también participan indirectamente en el control otras instituciones públicas como:
⎯ Organismo Supervisor de Inversiones en Energía y Minas – ONIERGMIN, que tiene a su cargo la
fiscalización de la comercialización de hidrocarburos, entre otros del kerosén (insumo que se desvía
para la producción de drogas).
⎯ Gobiernos Regionales, que han venido asumiendo mayores responsabilidades en el marco del
proceso de descentralización donde se les ha venido transfiriendo mayores competencias, entre
ellas las de las Direcciones de Control de Insumos Químicos.

HOJA DE COCA, NARCOTRÁFICO E INSUMOS QUÍMICOS


El narcotráfico requiere de dos insumos para la elaboración de pasta básica de cocaína (PBC),
pasta lavada de cocaína (PLC) y clorhidrato de cocaína (CC):
hojas de coca y grandes cantidades de productos químicos. Perú cuenta con una de estas materias
primas: la hoja de coca. Por ende, el desvío de insumos químicos y productos fiscalizados hacia el
narcotráfico es abundante y aunque para la producción de CC no existe una fórmula única, se
estima que para la producción de cada kilogramo de esta droga, se emplean más de 100 Kg. De
sustancias químicas. Es por ello que en nuestro país más de 34 millones de Kg. de sustancias
químicas son desviados anualmente del mercado formal al narcotráfico para ser empleados en la
elaboración de drogas ilícitas. En el Perú, de acuerdo al informe de junio del 2008 de la Oficina
contra la Droga y el Delito de las Naciones Unidas – ONUDD1, se producen 116,800 TM de hoja de
coca, tomando en cuenta que el consumo legal es de alrededor de 9,000 TM de hoja de coca, se
puede establecer que alrededor de 107,800 mil TM son empleadas por el narcotráfico para
producir drogas. Los principales efectos negativos son el consumo interno que afecta a alrededor
de 61,344 adictos a las drogas cocaínicas2 (este mismo estudio indica que para la prevalencia de
vida 333,297 personas probaron PBC y 260,921 personas probaron CC), en especial jóvenes y
niños; los impactos ambientales por la deforestación y el vertimiento de insumos químicos en
suelos y ríos; la corrupción de autoridades públicas; el incremento de la delincuencia y la
inseguridad ciudadana; y en general la debilitación de las instituciones del Estado y el Estado de
Derecho.
En cuanto a las principales zonas de cultivo, se encuentran los valles Aguaytía, Alto Huallaga,
Huallaga Central, La Convención, Pichis-Palcazo, Río Apurimac, Tambopata-Inambari; ubicados en
los departamentos de Ucayali, Huanuco, San Martín, Cuzco, Pasco, Ayacucho, Puno y otros como
La Libertad y Loreto. El cultivo mencionado ha venido creciendo en los últimos años debido a la
demanda del narcotráfico. Se estima que las áreas de cultivo asciende 53,700 Has en el 2007
(ONUDD) versus las 38,700 Has de 1999 (CNC).
A continuación se presenta la evolución de los cultivos de hoja de coca de 1992 al 2007 por valles
cocaleros y la elaboración de una estimación propia por departamentos.
ESTIMADO DE INSUMOS QUÍMICOS DESVIADOS ANUALMENTE AL NARCOTRÁFICO
Investigaciones realizadas por el Instituto de Estudios Internacionales – IDEI de la Pontificia
Universidad Católica del Perú basados en informes de campo permitió estimar los requerimientos
de insumos químicos para la producción de clorhidrato de cocaína que se presenta en el siguiente
Cuadro N° 3.

Según el cuadro expuesto, un kilogramo de clorhidrato de cocaína insume 313 kilos de hoja de
coca, por tanto, si se calcula que en el 2007 alrededor de 107,800 TM de hoja de coca3 se destinan
al narcotráfico, tomando en cuenta una merma de 5%, se puede estimar que el Perú puede
elaborar potencialmente más de 323 mil kilos de esta droga empleando más de 34 mil TM de
insumos químicos, los cuales son desviados del mercado legal.
Población cocalera: dimensión y situación actual
Se estima que a nivel de las cuencas cocaleras del país existen alrededor de unos 73 mil
productores de hoja de coca. De estos – según el registro actualizado de ENACO -, 8,453 (de los
casi 32 mil empadronados entre 1978 sus ampliaciones hasta el 2003) son legales, es decir que
vendieron regularmente una parte de su producción a esta empresa encargada de la
comercialización legal del cultivo. Entonces, a nivel nacional habría unos 65,024 productores de
hoja de coca ilegales que no le venden regularmente su producción de coca a ENACO. Estos
representan el 88.5%, quienes abastecen mayoritariamente de hoja de coca a las firmas del
narcotráfico.

Estos 65,024 productores ilegales - según el estudio del Instituto de Estudios Internacionales IDEI –
están distribuidos de la siguiente manera:
Del cuadro podemos estimar que en el Alto Huallaga, que incluye las cuencas y subcuencas de las
regiones de Huánuco y San Martín, habría unos 21,422 productores ilegales. De éstos, 19,831
pertenecen a Huánuco y 1,591 a San Martín y son – de acuerdo a ENACO - productores legales solo
174 y 6 respectivamente representando menos del 2% del total. Es decir casi la totalidad de
productores de hoja de coca del Alto Huallaga son ilegales.

PRINCIPALES LUGARES DE CULTIVOS:


Teniendo en cuenta los datos de los últimos siete años, se observa que la extensión ocupada por
cultivos de coca en el Perú tiende a registrar variaciones anuales moderadas teniendo como
promedio las 47,000 hectáreas. Donde son probables variaciones para los próximos años, es en lo
referente a rendimientos de hoja por hectárea y a la oferta potencial de clorhidrato de cocaína.
Hasta finales de los años 90', los rendimientos eran del orden de 1 tm de hoja seca por ha. En esta
primera década del 2000, esta situación ha cambiado significativamente como consecuencia del
mejoramiento tecnológico del cultivo que se sustenta primordialmente en el incremento sustancial
de la densidad de plantas por hectárea y en el difundido uso de agroquímicos.

Valles del Río Apurímac y Ene – VRAE

El Valle del Río Apurímac y Ene (VRAE) se encuentra ubicado entre las regiones de Ayacucho, Cuzco
y Junín y abarca los distritos de Llochegua, Sivia, Ayahuanco (provincia de Huanta), Santa Rosa,
Ayna-San Francisco, Anco y Chungui (provincia de La Mar), Pichari, Quimbiri y Vilcabamba
(provincia de La Convención) y el distrito de San Martín de Pangoa (provincia de Satipo de la
Región Junín). Las dos cuencas de este valle abarcan una extensión de 120,000 Km 2 entre los 400
y 2,500 m.s.n.m.
NARCOTRÁFICO.

Según el censo de 2005, se estima que el VRAE tiene una población aproximada de 140,300
habitantes, distribuidas entre las márgenes izquierda y derecha del río Apurimac y Ene. El distrito
de Ayna-San Francisco es el centro poblado más importante del Valle, concentra la mayoría de las
instituciones públicas y privadas que operan en la zona.

ANÁLISIS

ENTORNO BIOFÍSICO:

La mayoría de los insumos químicos empleados para la producción de drogas son tóxicos. Por
tanto, requieren de un equipo de protección para su manipulación y de un tratamiento especial
para los desechos. Sin embargo, estas condiciones no son implementadas en las pozas de
maceración de hoja de coca y producción de PBC, PLC y CC por los narcotraficantes. Esto se debe a
un tema de costos, pero sobre todo, para escapar del control policial. Si se instala la debida
maquinaria para manipular y desechar adecuadamente estos insumos, sería demasiado evidente
el uso ilícito de los insumos químicos.

La elaboración de PBC se hace en forma artesanal en pozas de maceración que dependiendo de su


dimensión pueden ser desde simples depósitos o pozas construidos con plásticos hasta
construcciones de concreto. Aunque no se tiene un cálculo del número de pozas de maceración,
tomando en cuenta la información de las actividades de interdicción y destrucción de pozas de
maceración, se puede estimar que son miles de unidades de elaboración de drogas dispersas en
todos los valles productores de coca narcotráfico.

Además la elaboración de drogas requiere de mucha agua y los narcotraficantes vierten los
desechos de los insumos químicos en los suelos directamente y/o en riachuelos que conectan con
ríos y lagunas. Por tanto, los daños ocasionados en la selva peruana por el empleo de estos
insumos químicos son devastadores y ampliamente conocidos.

MEDIO BIÓTICO (Flora y Fauna)


Incluso las plantaciones de hoja de coca son perjudiciales para el ambiente, debido a que miles de
hectáreas de bosques son deforestados para poder cultivar la planta, lo que conlleva a
deslazamientos de lodo y piedras sobre las carreteras. Asimismo, para proteger los cultivos, se
emplean pesticidas que son nocivos para los suelos e impidiendo que cultivos lícitos como el café,
el cacao u otro tipo de cultivos tengan éxito. La hoja de coca consume además abundantes
nutrientes de los suelos, lo que contribuye al desgaste de las tierras de cultivo dejándolas poco
fértiles. Las estimaciones de DEVIDA indican que a la fecha son 2.5 millones de Has a nivel nacional
las que han sido deforestadas debido a las plantaciones de hoja de coca y producción de PBC.
Sumado a esto, tenemos que los relaves tóxicos, contaminados con insumos químicos, son vertidos
a los ríos y suelos de nuestra selva peruana, afectando así, no solo las tierras y plantaciones
aledañas, sino también los peces y fauna de ríos y lagos y terrenos en general.
Por otro lado, en algunos casos, la hoja de coca es secada en hornos que utilizan leña, la cual es
obtenida de árboles de las zonas aledañas, contribuyendo más aún a la deforestación. Al mismo
tiempo, este secado produce humos y cenizas.

El cuadro siguiente resume los daños mencionados:


ENTORNO SOCIAL:

En los últimos 40 años, la sociedad peruana ha sido protagonista de un conjunto de sucesos


históricos que han marcado su ingreso al siglo XXI. Podemos detenernos en tres grandes hechos –
proceso: el Gobierno Militar de la Junta Revolucionaria de 1968, que se enmarca, en lo
fundamental, sobre la Reforma Agraria; el inicio del conflicto interno entre el Estado Peruano y
Grupos Subversivos y, en tercer lugar, el desarrollo de una economía del narcotráfico, que tiene su
rostro más visible a la corrupción de las instituciones sociales y culturales.

En el curso de una prolongada y generalizada crisis que se arrastra de 1975, a los fenómenos
mencionados se les sumaron la irrupción de fuerzas subversivas y el narcotráfico, que amenazan
con destruir las débiles bases institucionales del Estado y de la sociedad peruana. Frente a ésas
circunstancias, la redefinición total del orden mediante la liberalización y la pacificación por vías
tecnocráticas y autoritarias agregan nuevos motivos para a gravar la desorganización existente 1.

En 1983, a la recesiva política macroeconómica se sumaron los desastres naturales causados por la
Corriente “El Niño” y la crisis internacional de la deuda, cayendo el PBI en 14%. La subversión y la
violación de DDHH, así como el narcotráfico se agregaron para diseñar un cuadro de catástrofe
nacional que motivó decir al historiador Pablo Maccera, que el país “vivía su peor momento en los
últimos cien años”.

La desorganización de la economía y de la sociedad, de los aparatos estatales y el derrumbe literal


de los servicios públicos, la percepción generalizada de que la corrupción campea en todos los
niveles de la administración pública y la incapacidad del gobierno de Belaunde para enfrentar la
creciente subversión y el narcotráfico acabaron por desprestigiar al gobierno y los partidos
políticos. Paradójicamente, como en otras situaciones parecidas, las medidas populistas
destinadas a integrar la sociedad alrededor de un fortalecido Estado acarrearon su desarticulación
hasta niveles insospechados2.

Pero asimismo, se aprecian tendencias que buscan desarrollar una respuesta a los procesos
señalados anteriormente. Para el caso de la reforma agraria, ésta dio paso a la competitividad de
la actividad minera (cuyo impacto es motivo de muchos conflictos sociales en la actualidad); en el

1
COTLER, Julio. Descomposición política y autoritarismo en el Perú. Documento de trabajo, 51. Serie Sociología y Política,
7. IEP; Lima 1993.
2
COTLER, Julio. Op. Cit.
caso del conflicto armado interno, se vienen implementando planes de reparación a los deudos de
la guerra interna, según un Informe elaborado por una “Comisión de la Verdad y Reconciliación”, y
que busca superar la brecha entre el estado y la población; por último, la lucha contra el tráfico
ilícito de drogas, no solo se desarrolla sobre productores y consumidores, sino sobre instituciones y
estructuras de poder económico y político.

Estas tendencias, junto a otras, vienen atravesando de manera transversal a la sociedad peruana,
y tal parece que pueden estar presentes en los próximos años sino décadas.

Cabe anotar sin embargo, que el Perú, país en vías de desarrollo, presenta ciudades, distritos,
centros poblados fundamentalmente en las zonas rurales, excluyendo a Lima metropolitana y a las
importantes capitales de departamentos, que carecen de servicios básicos como luz agua y
desagüe, ni hablar de teléfonos y/o medios tecnológicos e informáticos y, ni que decir de la
precariedad total en la prestación de servicios de salud, educación y vías de comunicación. Por otro
lado, casi no existe presencia de instituciones financieras cercanas, guarnición policial, autoridades
judiciales, entre otros; una diversidad muy grande de climas, altitudes, razas e idiomas y con
diferencias de niveles educacionales muy marcadas 3.

Es decir, las condiciones de pobreza, ilegitimidad y corrupción, muy asociado a una estructura de
poder comprendida por un poder económico (oligarquía), poder político (partido de masas) y poder
bélico (FFAA y FFPP)4, se han mantenido, dando así a entender que problemas como el narcotráfico
son funcionales a las condiciones necesarias para el mantenimiento de la estructura de
dominación en mención. Un esfuerzo de síntesis de lo señalado, podría ubicar la actividad del
tráfico ilícito de drogas, como un actor que se posiciona, como un facilitador de la estructura de la
dominación en el Perú.

El presente informe busca establecer un conjunto de hipótesis de trabajo, sobre la relación entre la
producción de clorhidrato de cocaína, la pasta básica de cocaína y su impacto sobre la sociedad y
el ambiente. Estos aspectos del problema del tráfico ilícito de drogas, encuentra en la crisis social e
institucional un amplio espacio de acción y funcionamiento.

A nivel mundial, inicios del siglo XX, se observa un proceso que ha ido creciendo de manera
sostenida pero soterrada: el crecimiento de una conciencia ecológica, el cual algunos analistas
llegaron a denominar como de una “ecológica ciudadana” 5 que también se viene desarrollando en
la sociedad y Estado peruano, sumándose a una corriente denominada de “ambientalista”. Un hito
importante en este sentido, es la creación del Consejo Nacional del Ambiente (CONAM), que luego
en el año 2008 devino en el Ministerio del Ambiente (MINAM). Esto significa, que el Estado
peruano se suma a los procesos mundiales por el cuidado del ambiente, de acuerdo a la
especificidad histórica de su cultura y sociedad.

El narcotráfico no solo se encuentra dentro de la sociedad peruana, ya sea a través de corrupción o


por los niveles de consumo de drogas por parte su población; el Perú es solo parte de una cadena
mundial por el tráfico ilícito de drogas (TID). Preguntarnos acerca de que rol juega el Perú entre los

3
ALVAREZ, Cecilia. Gobiernos Locales y Drogas Ilícitas en el Perú. Prepared for delivery at the 2004 Meeting of the Latin
American Studies Association,Las Vegas, Nevada October 7-9, 2004.
4
COTLER, Julio. Mecánica de la dominación en el Perú. IEP. Lima 1978.
5
OFFE, Claus. ¿Es el trabajo una categoría clave para el análisis social?. Taurus. Madrid, 1994.
países productores de clorhidrato de cocaína, se debe dar de acuerdo al papel que viene
cumpliendo o pretende cumplir en la estructura global - mundial del TID.

De tal manera que, denotar el tránsito de ser el mayor productor de hoja de coca a ser el país que
más exporta clorhidrato de cocaína y pasta básica de cocaína, solo señala la existencia de
condiciones mínimas y específicas para esta actividad.

El desarrollo del narcotráfico en el territorio peruano.

Las condiciones sociales y culturales del narcotráfico en el Perú son en lo fundamental, condiciones
concretas: en el tiempo (históricas) y en el espacio (geográficas), sin embargo debe distinguirse del
cultivo de hoja de coca. La coca se cultiva en el Perú desde hace más de 2000 años, principalmente
en la región andina, especialmente en la zona sur (en el Cuzco y zona de ceja de selva de Puno).

Los cultivos aún mantienen su uso ritual y estuvo circunscrito a los sacerdotes y la nobleza inca. Se
creía además que las hojas estaban dotadas de poderes mágicos. Sobre su uso por el conjunto de
la sociedad se sostiene que durante el periodo incaico la hoja de coca era considerada sagrada y su
uso estaba vedado al pueblo, otros relatos buscan evidenciar el uso de la coca como ofrenda en las
encrucijadas y en las fiestas, siendo de uso importante en los sacrificios, hechicerías y prácticas de
idolatría; por último, otros autores señalan que la coca estuvo muy asociada a los alimentos
energéticos para las faenas laborales.

A fines del siglo XV, con la llegada de la iglesia católica al Perú junto a los españoles, se freno la
masticación o chaccheo de la coca, por considerar que su uso religioso iba contra la iglesia. Sin
embargo su uso se expandió, más aun durante el periodo en que los indios trabajaron para los
españoles en las minas de oro y plata de Potosí. Así mismo, con la dominación indígena por los
españoles, se dieron muchos cambios con respecto al cultivo de coca.

Se puede decir entonces que el cultivo de hoja de coca en el Perú, viene desarrollando un impacto
milenario en el ambiente y no solo en su territorio, sino a nivel mundial, desde mucho antes que
existiera el mismo capitalismo. Es innegable, no reconocer el aporte que puede haber tenido de la
hoja de coca, por ejemplo, al desarrollo de uno de los cinco centros mundiales de la agro-
biodiversidad, pero es a finales del siglo XIX que el desarrollo de derivados químicos de la hoja de
coca, específicamente como cocaína, la situación de la hoja de coca y su cultivo ingresa a la
modernidad capitalista del siglo XX, como cocaína, uno de los “estupefacientes más peligrosos del
mundo”.

Hoy en pleno siglo XXI, el cultivo de la hoja de coca, su transformación y comercialización en pasta
básica de cocaína y en clorhidrato de cocaína, son algunas de las prácticas consideradas como los
delitos más graves, en varios países del mundo.

En América Latina, a los casos de PBC (Perú, Bolivia y Colombia), se le debe sumar los casos de
México y Brasil, donde la violencia desatada en muchas ciudades de ésos países, viene
desarrollando uno o varios modelos de guerra. Por ello quizá puede resultar sugerente, analizar
éste fenómeno a partir de la relación del narcotráfico con los grupos de extrema izquierda alzados
en armas frente y en relación a los cárteles, es decir observar cómo el tráfico ilícito de drogas se
adapta a los procesos internos que desarrolla cada sociedad en cada país.
Esto hace aún más complicado la conservación de medio ambiente y la biodiversidad y la
multiculturalidad; por ello creemos que el presente estudio también puede mirarse desde la
relación entre el narcotráfico y la subversión, la lucha que se desarrolla por enfrentarlas desde el
Estado y la sociedad civil y, por último, desde los impactos al ambiente que produce ésa
biodiversidad y multiculturalidad que puede nuevamente hacer posible el futuro de la nación
peruana.

El Perú es uno de los países que ha paso de ser el mayor productor a nivel mundial de hojas de coca
y, principal abastecedor de pasta básica de cocaína de los carteles colombianos y otras
organizaciones internacionales de narcotráfico a ser el mayor productor y exportador de dichas
sustancias. Sus inicios se pueden registrar desde mediados de la década del 1970, asociada a la
presión laboral ejercida a los ejecutivos estadounidenses y europeos de post crisis del petróleo, los
denominados “yuppies”.

Para la década de 1980 las más grandes cosechas de hoja de coca de calidad se hacen en Perú,
específicamente en la cuenca del Huallaga que atraviesa los departamentos de Huanuco y San
Martín, y comprende los departamentos de Tingo Maria, Uchiza, Tocache, Juanjui y Tarapoto,
lugares donde existen laboratorios ilícitos y pistas de aterrizaje clandestinas.

Durante la década de 1990, la lucha contra la subversión constituyó y hasta significó el principal
interés del gobierno de ése entonces; en cambio, dicho gobierno mantiene serías acusaciones de
accionar conjunto con el narcotráfico y la lucha contra éste constituyó en una lucha por dominar u
obtener un beneficio del mercado del narcotráfico.

El narcotráfico en su necesidad de comprar seguridad, puede lograrlo de los mismos Estados o,


como una forma de chantaje, actúa con los enemigos de estos estados y a veces con ambos a la
vez.
En la primera década de este siglo, se siguen registrando la consolidación del narcotráfico en el
Perú, sobretodo en cuánto al incremento de hectáreas de cultivos de hojas de coca. En el
quinquenio 2001 y 2006 se registraron dos bajas en el número de hectáreas, sin embargo a partir
del 2006 aún no se ha registrado una baja en el número de hectáreas cultivadas de hoja de coca,
solo se ha registrado incrementos consecutivos. No cabe duda que la alianza con la subversión
armada viene dando mayores réditos al narcotráfico en el Perú.

A inicios de la presente década las hectáreas cultivadas con hoja de coca no pasaban de las 43 mil
Has, pero desde el 2006 no bajan de las 53 mil Has.

A continuación desarrollaremos los tipos de impacto ambiental producidos por efectos del
narcotráfico: el cultivo ilegal de hoja de coca, la producción de PBC y clorhidrato de cocaína y
paradójicamente, los efectos producidos por la lucha contra ése fenómeno social.

Los impactos al ambiente del Perú por parte del narcotráfico y la lucha contra el tráfico ilícito de
drogas.

En el Perú, el principal impacto ambiental del fenómeno del narcotráfico y de su lucha contra el
mismo, es sobre recursos naturales, principalmente el suelo, aire, agua, flora, fauna y sobre las
condiciones que permiten una cantidad y calidad de dichos recursos naturales, el clima.

Respecto al clima, el sobre cultivo de hoja de coca produce deforestación y desertificación así como
el incremento de la vulnerabilidad del suelo por efectos de erosión. Informes recientes señalan que
hacia el año 2006 se estimaba que existían 51,400 hectáreas de cultivos de coca en producción, lo
que representa un incremento de 7%con referencia a la situación existente en el 2005 (ONUDD,
2007)6.

Dentro de las principales amenazas al ambiente se encuentran:

 Tala ilegal de madera


 Extracción y caza de fauna
 Extracción de flora
 Contrabando de madera y de especies vivas
 Cultivo ilegal de la coca y elaboración de PBC y CC
 Sobrepastoreo
 Pesca inadecuada
 Avance de la frontera agrícola
 Turismo incontrolado
 Hidrocarburos y minería a gran escala.
 Construcción inadecuada de carreteras.

Hasta finales de los años 90', los rendimientos eran del orden de 1 Tm de hoja seca por ha. En esta
primera década del 2000, esta situación ha cambiado significativamente como consecuencia del
mejoramiento tecnológico del cultivo que se sustenta primordialmente en el incremento sustancial
de la densidad de plantas por hectárea y en el difundido uso de agroquímicos 7.
6
Monitoreo de cultivos de coca, Perú 2006.ONUDD DEVIDA. Lima. Junio 2007.
7
Naciones Unidas. Oficina contra la Droga y el Delito. “Drogas y delitos en el Perú. Situación actual y evolución”. Oficina
regional para Perú y Ecuador. Lima 2007
A esto debe de sumarse la tendencia hacia la especialización del productor y tecnificación del
cultivo de la hoja de coca; prueba de ello es el uso de laderas con alta pendiente y el mejoramiento
genético de la planta, que no dista de la posibilidad de la obtención de variedades transgénicas de
la planta de coca.

A pesar del enorme impacto sobre los recurso naturales, la reacción hacia la lucha contra ése
problema también genera pérdidas al ecosistema. Esto hace más difícil calcular cuánto ha sido, es
y/o sería la pérdida económica causada al país por el impacto del narcotráfico sobre los recursos
naturales, mientras no se impulse la valoración económica del patrimonio natural de la nación,
tanto a nivel del Gobierno Central como a los demás niveles de gobierno.

Dentro de las principales causas de contaminación por efecto de las actividades económicas
asociadas a la producción y comercialización de PBC y de clorhidrato de cocaína, es la producción
de insumos químicos.

Hipotéticamente una parte del problema empieza así: los agricultores deforestan bosques para el
cultivo de hoja de coca, acabando así con la flora y fauna respectiva; la disposición de áreas para
las pozas de maceración, donde se combinan el uso de ácidos y plástico, los productores de drogas
recurren también a la deforestación, la contaminación de suelos y fuentes de agua y/o ríos.

Por último, las actividades conjuntas de las FFAA y FFPP de erradicación de cultivos de hoja de coca
con el uso de insecticidas, la destrucción de pozas de maceración y quema de PBC y clorhidrato de
cocaína también afectan al ambiente.

Esto debido al desconocimiento del valor económico de los recursos naturales y la no


implementación de instrumentos de planificación del territorio, como la estrategia de zonificación
ecológica económica por parte de los gobiernos locales y regionales, no se puede tener una cifra
que diferencia el impacto al ambiente por parte del narcotráfico como por parte de la lucha contra
el mismo.
Esta doble situación crítica del ambiente frente al narcotráfico, no ha tenido aún un estudio que
revele la necesidad de informar a la ciudadanía sobre las consecuencias medidas en pérdidas
económicas, que en su conjunto viene provocando esta lógica de suma cero.

Sin

embargo, se hace evidente preguntar, hasta qué punto la lucha por medio ambiente es la lucha
contra el narcotráfico y a su vez una lucha por la pacificación del país. Una respuesta estaría en la
demostración del contraste de bienestar que produce el cuidado medio ambiental frente a los
efectos del narcotráfico, para la ciudadanía y la relación de ello con su futuro. Mientras ello no
suceda no se discutirá la rentabilidad del medio ambiente frente al monocultivo y la producción de
PBC y clorhidrato de cocaína.

Cultivos Ilegales de Hoja de Coca: Precios promedio en Soles x kg a agosto de 2009

HUALLAGA
PICHIS- CENTRAL-
PALCAZU- RIO ALTO TAMBOPATA- BAJO Promedio
VALLES AGUAYTIA
PACHITEA- APURIMAC HUALLAGA INAMBARI HUALLAGA- Perú
SATIPO ALTO Y
BAJO MAYO

ENE 14.15 4.62 6.95 14.82 15.07 12.76 11.4


FEB 14.33 5.5 5.21 15.1 12.46 13.5 11.02
MAR 12.8 6 6.95 13.49 10.58 8.9 9.79
ABR 12.72 6.25 7.39 10.36 13.53 9 9.88
MAY 10.96 6.75 6.3 9.72 11.88 9 9.1
JUN 10.43 6.62 7.61 11.02 12.75 9 9.57
JUL 10.4 5.25 6.65 11.98 12.46 11.38 9.69
AGO 8.34 5.75 7.72 14.35 12.17   9.67

Fuente: Oficinas Desconcentradas DEVIDA.


Reporte elaborado por: Área de Monitoreo – DEVIDA.
¿Que motiva que sean los países en vías de desarrollo y sus zonas más empobrecidas, donde se
efectúen los cultivos más importantes de insumos para las drogas ilícitas, en nuestro caso la
producción de coca y la elaboración de pasta básica y de cocaína?.

Es lugar común aceptar que una de las variables importantes que explican la expansión de la coca
es la debilidad estatal en cualquiera de sus niveles de gobierno con la consecuente falta de
propuestas presencia y acciones de desarrollo de un lado; y de otro, que hasta la fecha no se
encuentre un cultivo sustituto más rentable que la hoja de coca en zonas empobrecidas, donde la
facilidad de manejo y bajo costo de producción es insuperable. Sin embargo, los esfuerzos por
reducir esos niveles de pobreza no han estado por mucho tiempo a la altura del daño que vienen
ocasionando.

Esta debilidad estatal venía asociada a una falta de “voluntad política”, para combatir
adecuadamente el cultivo de coca, aparte de que los problemas mayores del Perú se veían más por
el lado de enfrentar al terrorismo y a la corrupción.

La rentabilidad de la producción de insumos para la elaboración de droga ilícita hace que una
cantidad considerable de familias se dediquen a este cultivo, por consiguiente la coca se convierte
en una muy importante fuente de trabajo dado que el acopio y el procesamiento se hace a partir
de las pequeñas cantidades que entregan los campesinos. Hay que considerar que las labores y
cultivo de una hectárea de coca en producción representan más de 120 jornales al año, y
procesamiento y comercialización también generan empleo en su mayoría a campesinos, lo cual
hace innegable a esta actividad como una gran generadora de empleo 8.

Otro aspecto a tomar en cuenta es que la economía de la cocaína y de la producción de PBC y


clorhidrato de cocaína, son los caminos y rutas que esta actividad ha desarrollado para su
desplazamiento. Se desarrollan de manera clandestina deforestando áreas de bosques y abren
caminos sin fines sociales y/o para el desarrollo sostenible del país.

8
COTLER, Julio Drogas y política en el Perú la conexión norteamericana. Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 1999.
El estudio denominado “El nuevo rostro del narcotráfico en el Perú”, y que se expusieron durante
una reunión de trabajo organizada por el Instituto Peruano de Economía y Política ( IPEP) y en la
que participaron representantes de los principales partidos políticos y asociaciones civiles, hay una
que resalta: en la actualidad son 13 las áreas donde el cultivo ilegal de la hoja de coca se ha
incrementado9.

9
ANTEZANA, Jaime. El nuevo rostro del narcotráfico en el Perú. IEP. Lima 2006.
A las zonas conocidas del VRAE y el Alto Huallaga, se suman territorios de Ucayali, Cusco, Puno,
Pasco, Áncash, Amazonas, Cajamarca, Loreto y La Libertad, que han empezado a incrementar su
producción. Solo en tres regiones se realizan tareas de erradicación (Huánuco, San Martín y
Ucayali). Desde 1999 hasta el 2007, explica el informe, el área de cultivo se ha incrementado en
15.000 nuevas hectáreas. Y la tendencia es a seguir creciendo.

Por ello, otro aspecto a abordar en la solución del impacto del narcotráfico y su alianza con la
subversión sobre el ambiente, es cómo deben ir articulados los procedimientos para erradicación
de la producción de PBC y cocaína, dentro de los parámetros desarrollados sobre contaminación
ambiental.

A continuación presentamos el impacto del narcotráfico en cifras, pero que aún no muestran el
impacto completo, es decir el originado por la destrucción de pozas de maceración y la quema de
PBC y de clorhidrato de cocaína.

116.800
Toneladas de hoja de coca se producen al año en el país.

9.000
Toneladas de coca van al consumo tradicional e industrial. El resto va al
narcotráfico.

53.700
Hectáreas ocupan los cocales en el país. 47.024 de ellas son utilizadas
para el narcotráfico.

260
Toneladas de cocaína es lo que se estima que exporta el Perú
anualmente. De ellas, 18 son para consumo interno.

US$18.200
Millones es el valor en los puntos finales de consumo de esas 260
toneladas de cocaína. Tal monto se acerca a los US$18.300 millones
obtenidos con toda la exportación minera del Perú en el 2008.
En el Libro Blanco de Defensa Nacional, se señala que las acciones contra a subversión se
desarrollan sobre el marcos de la acciones destinadas a neutralizar el accionar subversivo y
capturar a los remanentes de los grupos alzados en armas, en concordancia con la Ley N° 24150 de
1985, modificada con el Decreto Legislativo N° 749 de 1991 y con la sentencia del Tribunal
Constitucional recaída en el Expediente Nº 0017-2003-AI-TC, del 24 Agosto de2004.

En cuanto a la lucha contra el narcotráfico, se desarrolla en cumplimiento del Decreto Legislativo


N° 824 de 1996, modificado con las leyes Nº 27629 de 2002 y Nº 28003 de 2003; las Fuerzas
Armadas participan en la lucha contra el tráfico ilícito de drogas, mediante la interdicción aérea,
marítima y fluvial.
Asimismo, desarrolla acciones frente a la tala ilegal constituye un delito ecológico que afecta el
desarrollo nacional, igualmente el contrabando de madera que viene siendo perpetrado por
bandas criminales, algunas vinculadas con el narcotráfico y el terrorismo.

Las Fuerzas Armadas participan en el control de la tala ilegal y de la comercialización ilícita de


maderas provenientes de áreas críticas sujetas a veda, de conformidad con el Decreto Supremo N°
013-96-AG, de 1996.

En la Constitución Peruana de 1993, en el Título III, en su capítulo II Del Ambiente y los Recursos
Naturales, en sus artículos 66 al 69, se menciona que los recurso naturales, renovables y no
renovables, son patrimonio de la Nación. El Estado es soberano en su aprovechamiento. Por ley
orgánica se fijan las condiciones de su utilización y de su otorgamiento a particulares. La concesión
otorga a su titular un derecho real, sujeto a dicha norma legal.

El Estado determina la política nacional del ambiente; promueve el uso sostenible de sus recursos
naturales; promover la conservación de la diversidad biológica, de las áreas naturales protegidas y
en particular el desarrollo sostenible de la Amazonía con una legislación adecuada.
Los daños causados por estos insumos no se limitan al tema ambiental, afectan también de
manera directa a las personas que producen artesanalmente las drogas sin ninguna medida de
protección. Toda la familia participa de este proceso productivo, incluso niños desde los 5 o 6 años
de edad.
El pisado de la hoja de coca en pozas de maceración en donde se vierten los químicos para poder
extraer el alcaloide, se realiza con los pies descalzos.
Mientras este proceso se da, niños, mujeres y adultos, van probando la mezcla durante cada una
de las etapas para verificar el grado de acidez de la mezcla.
Esta manipulación inescrupulosa produce graves daños en la salud como por ejemplo:
⎯ Descascaramiento de la piel
⎯ Quemaduras
⎯ Problemas respiratorios
⎯ Afecciones gastrointestinales a las personas del entorno por beber el agua de los alrededores o
incluso por tener que probar las preparaciones para constatar si el grado de acidez de los
preparados es el adecuado. Los niños también participan de este “probado”.
⎯ Finalmente, intoxicación que puede llevar a la muerte
El consumo de drogas en las zonas de preparación se incrementa año a año por la accesibilidad de
las drogas. Incluso drogadictos de otras zonas se trasladan a las zonas de maceración debido a que
el precio del PBC es mucho menor.
Además, no se puede dejar de mencionar lo perjudicial que resulta la “economía de coca” en todos
los valles cocaleros. Las distorsiones económicas generadas por el narcotráfico perjudican las
actividades lícitas de la zona. La mano de obra se ve encarecida debido a que por obvios motivos,
el narcotráfico paga mayores jornales que cualquier otro cultivo.
En el caso del café, en donde la mano de obra representa alrededor del 75% del costo del quintal,
este efecto es devastador. Los pobladores prefieren trabajar para los narcotraficantes, lo que
resulta en falta de mano de obra para el cultivo lícito, y por tanto “ocasiona un problema de
calidad porque el café que se cosecha fuera de tiempo baja en calidad y tiene un menor
rendimiento” según palabras del Presidente de la Cámara Peruana del Café y Cacao, Luis Navarro.
(www.inforegion.com.pe 5/09/07)
Debido a los pesticidas y químicos que se emplean en la zona, el café y cacao orgánico del VRAE,
sumamente valorado justamente por ser “orgánico”, lo cual hace que su precio mejore en el
mercado internacional, corre el peligro de perder las certificaciones internacionales. Esto afectaría
directamente en la rentabilidad de los cafetaleros y cacaoteros.
Todos estos daños van menguando la situación socioeconómica de la Amazonía y del país en
general, resultando en pobreza, dependencia económica del narcotráfico, una economía
distorsionada y violencia.

El cuadro siguiente resume los daños mencionados:


CONCLUSIONES

• Los problemas de seguridad nacional y ciudadana derivados de la lucha contra el


narcotráfico, constituyen la prioridad en materia de seguridad interna.

• El Movimiento de Campesinos Cocalero no está dentro de un proceso mayor de


democratización y desarrollo social en el Perú.

• El tratamiento represivo por parte del Estado, es dominante en la problemática del


campesinado.

• La sociedad peruana no percibe como suyo el problema de los campesinos cocaleros y se


orienta hacia la industrialización de la hoja de coca, sin discutir su libre producción.

• La movilización y conflicto social, se desarrolla sobre el nuevo escenario de la


Descentralización Administrativa o de Regionalización.

• La radicalización del movimiento campesino cocalero, no se constituye en un solo frente,


por lo que se requiere un abordaje diferenciado y específico.

• No existe desde los campesinos cocaleros una iniciativa que articule el cultivo libre de hoja
de coca a procesos de desarrollo y democracia participativa.

• La estrategia de penalizar el cultivo libre de hoja de coca y el no respeto de acuerdos con el


estado, constituye el detonante principal de las recientes protestas de campesinos
cocaleros.

• Las vinculaciones internas del movimiento cocalero, tiene una explicación por el
debilitamiento y posterior la ruptura de la convivencia con el gobierno de Fujimori y
Montesinos.

• La lógica de los actores involucrados se desarrolla en un clima de irreconcibilidad, y


protagonismos políticos.

RECOMENDACIONES Y PROPUESTAS
Crear las condiciones necesarias para el funcionamiento de una economía lícita sostenible,
priorizando las áreas de mayor incidencia del cultivo. Esto implica también poner en marcha
actividades económicas sostenibles en el tiempo, priorizando el mejoramiento de la producción y
recuperando las áreas degradadas e intervenidas, un manejo adecuado de los recursos del bosque,
del suelo y de los ríos, promoción del ecoturismo, entre otros.

Con ello se mejorarán los niveles de ingresos de la población vía generación de empleos,
orientando los esfuerzos al desarrollo de infraestructura social, económica y productiva así como a
la capacitación de la población comprometida, se revertirá el proceso de socialización de la
población, fomentando el desarrollo de las organizaciones de base, fortaleciendo a los gobiernos
locales y desarrollando actividades educativas y de carácter cívico orientadas a la participación de
la juventud, y se proporcionará seguridad a la población para que se consolide y mantenga los
logros obtenidos.

El Tráfico Ilícito de Drogas y su impacto en el Ambiente.

• El TID cuenta con condiciones para su existencia y lograr un comportamiento global.

• El TID viene desarrollando capacidades de operatividad técnica y profesional.

• El TID busca afianzar su presencia en redes de favores y en las estructuras de poder a


través de una estrategia de suma de voluntades.

Capacidades

• Desarrolladas desde finales de la década de 1960.

• Cantidades históricas y proyectadas.

• Cantidad de insumos químicos utilizados por kilogramo. Proyectar histórico y futuro.

• Cantidad de dinero que moviliza el TID según momentos de su presencia.

• Cantidad de dinero que ha perdido el TID debido a las intervenciones de las FFPP y FFAA.

• Impacto ambiental de lo incinerado.

Condiciones

• Inexistencia de leyes ambientales específicas que se sumen al trabajo de la lucha contra el


TID.

• Poca especialización policial para la lucha contra el TID.


• Incremento del consumo a nivel internacional y a nivel nacional.

• Pobreza económica sumado a condiciones climatológicas y geológicas.

• Incremento de rutas entre los territorios de la producción cocalera y rutas de acceso


clandestinas.

• Incremento y especialización de personas involucradas en el TID.

• Corrupción.

Voluntades

• Débil voluntad política para considerar el TID: principal problema para el desarrollo
sostenible del Perú.

• Impunidad y débil eficiencia de la fiscalización.

• Compra de “seguridad”: sicariatos y remanentes de grupos subversivos.

• Transporte humano de alcaloides.

• Artistas de espectáculos y la TV, empresarios, políticos, miembros de las FFAA y FFPP.

• Buscar constituirse en la fuente de ingresos de la población en situación de pobreza y


pobreza extrema.

BIBLIOGRAFÍA
Narcotráfico: Situación Actual y Perspectivas para la Acción, Centro Peruano de Estudios
Internacionales (CEPEI)

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