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TAN POCA VIDA

Encontrar un libro que represente la creación cultural en su integridad es más que


complicado; es imposible. Sin embargo, son muchas las novelas que han explorado a
través de sus personajes el alumbramiento de una obra de arte. Ese momento casi
erótico en el que llega inspiración o la debacle de una crisis creativas. La
literatura, como resulta obvio, le ha dedicado más espacio al propio oficio del
escritor. Las biografías también nos han metido entre bambalinas de grandes bandas
de rock o estrellas de cine en decadencia.

Pero resulta especialmente interesante cuando el creador en cuestión es un


personaje ficticio, porque la novela no tiene que ser fiel a la memoria de nadie.
Puede decorar el proceso como le venga en gana. Una de las que mejor lo ha hecho
últimamente es la líder de ventas Hanya Yanagihara.

Tan poca vida habla de muchas cosas, pero le dedica una gran parte a la élite
artística de Nueva York. A través de su personaje JD, la escritora explica la
compleja mente de un creador, su vanidad cuando está en lo más alto y la
desesperación cuando no sale nada de sus manos ni de su cabeza. Una novela que nos
introduce dentro de lo peor de la mente, y eso muchas veces ocurre cuando un
artista pierde su vena creativa".

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