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Una Torre
Una Torre
La capacidad evocadora de las torres las han hecho ser muy frecuentemente utilizadas en el
arte, tanto en las artes visuales como en la literatura (Las dos torres de la serie de novelas El
señor de los anillos de J. R. R. Tolkien), donde el arquetipo que simboliza una torre puede tener
distintas simbologías, pero siempre vinculadas al aislamiento: torre de marfil,4 cuando es
positivo, o bien opresión y cárcel, especialmente por la trascendencia histórica de la función
represora de muchas torres, identificadas con el poder (la Torre de Londres, las torres de La
Bastilla).
(...)
Allí Segismundo vive
Índice
1 Torres militares
1.1.1 Torres-vigía
2 Torres urbanas
3.2 Gopuram
3.3 Pagodas
3.4.2 Conjuratorios
4.1 Molinos
4.8.1 Faros
6 Torres de vivienda
6.1 Rascacielos
7 Notas
8 Enlaces externos
Torres militares
Las torres son un elemento esencial para la arquitectura militar, tanto como parte de un
circuito fortificado como aisladas.
Torres aisladas
Reconstrucción del aspecto del Burgus Ahegg,5 en el limes romano del Danubio.
Torres-vigía
Una torre-vigía, torre de vigilancia o atalaya es un tipo de fortificación cuyo uso primario es
militar. Se tratan, por lo general, de estructuras aisladas. Su objetivo principal es proporcionar
un lugar alto y seguro desde el cual poder realizar la vigilancia y hacer observaciones militares.
En algunos casos, otras torres de uso no militar, como las religiosas, han sido utilizadas como
atalayas. Los recintos carcelarios, los campos de concentración y otras instalaciones utilizan
también torres de vigilancia destinadas a la observación tanto del interior como del exterior.
Las torres de vigilancia costera fueron una serie de torres vigía construidas en el siglo XVI en
las costas mediterráneas de España para defenderlas de los ataques de los piratas berberiscos.
Se sitúan principalmente en la provincia de Alicante, en la Región de Murcia y en las provincias
de Almería, Granada y Málaga, así como en la vertiente atlántica andaluza, en las provincias de
Cádiz y Huelva. La mayoría de estas torres estuvo en uso hasta el siglo XIX.
Artículo principal: Torres de vigilancia costera
El castillo de Manzanares el Real mantiene una muralla de circuito exterior, con dos pequeñas
torres cilíndricas (cubos) flanqueando la entrada; los muros principales están reforzados en las
esquinas delanteras con dos cubos y el lienzo posterior con una torre del homenaje.
Las torres de castillos y murallas (en general, de todo tipo de fortificaciones) tienen distintas
formas y funciones. Cuando son circulares reciben el nombre de "cubos".6 Cuando son de gran
tamaño reciben el nombre de "torreones".7 Las pequeñas construcciones aptas para que se
guarezca un vigilante se denominan garitas.
La más antigua torre de muralla de la que hay testimonio arqueológico posiblemente sea la
denominada torre de Jericó,8 de unos 8 metros y medio de altura, una de las estructuras de las
murallas de Jericó,9 del VIII milenio a. C.
Torre albarrana
Torre albarrana es una torre que forma parte de un recinto fortificado con el que está
comunicado, aunque generalmente exenta de la muralla y conectada a esta mediante un
pequeño arco o puente, que pudiera ser destruido fácilmente en caso de que la torre cayese
en manos del enemigo. Puede ir también adosada como gran bastión o baluarte pero en este
caso es de mayor tamaño que los demás.
Sirve de atalaya o torre de vigilancia, pero también para hostigar al enemigo que intenta
acercarse o rebasar la muralla.
Ejemplos de torres albarranas pueden ser la Torre del Oro en Sevilla, la de la Malmuerta en
Córdoba o la Torre de Espantaperros en Badajoz (cuya alcazaba posee varios ejemplos de estas
torres), todas en España, aunque se cree que la torre Swillington en el castillo de Pontefract,
en Yorkshire, Reino Unido, es un ejemplo de este tipo de edificación.10
Torre del homenaje del alcázar de Estepa (Sevilla). En el dintel de su entrada se encuentra esta
curiosa inscripción: Esta torre mandó facer/ Lorenzo Suárez de Figueroa/ Maestre de
Santiago,/ Quien quisiere saber lo que/ costó faga otra ella/ y saberlo ha.11
La torre del homenaje es la estructura central del castillo medieval (donjon en los castillos
franceses, bergfried en los alemanes, maschio o mastio en los italianos, keep en los ingleses).
Es una torre destacada, más alta que la muralla, y por lo general se podía aislar del resto de la
fortaleza. Es la torre principal, la que sirve de residencia del señor y cumple con las funciones
más destacadas del castillo, albergando las estancias principales y, en ocasiones, los almacenes
de víveres. Se encuentra en la posición más abrigada en relación con un posible ataque
exterior, de forma que si sucumbiese el resto de las defensas, esta torre proporcionase un
último refugio.
Torre de asedio
Ídem.
Torre de la iglesia de la Trinidad (izq.) y torre del antiguo convento de Santo Domingo (hoy
edificio de los Juzgados, der.) de Alcaraz.
Torres de Bolonia.
Torres urbanas
Muy frecuentemente, la lucha de torres por el dominio del espacio urbano se libraba entre el
poder civil y el poder eclesiástico, como se deja entender con gran ironía en este famoso
pasaje de Don Quijote de la Mancha convertido en un tópico literario por su doble lectura
(denunciar la subordinación de la sociedad y el Estado a la iglesia):
—Hallemos (...) el alcázar —replicó don Quijote— (...) Y advierte, Sancho, o que yo veo poco
o que aquel bulto grande y sombra que desde aquí se descubre la debe de hacer el palacio de
Dulcinea.
(...)
Guió don Quijote, y habiendo andado como docientos pasos, dio con el bulto que hacía la
sombra, y vio una gran torre, y luego conoció que el tal edificio no era alcázar, sino la iglesia
principal del pueblo. Y dijo:
—Ya lo veo —respondió Sancho—, y plega a Dios que no demos con nuestra sepultura, que
no es buena señal andar por los cimenterios a tales horas, y más habiendo yo dicho a vuestra
merced, si mal no me acuerdo, que la casa desta señora ha de estar en una callejuela sin
salida.
—¡Maldito seas de Dios, mentecato! —dijo don Quijote—. ¿Adónde has tú hallado que los
alcázares y palacios reales estén edificados en callejuelas sin salida?
—Señor —respondió Sancho—, en cada tierra su uso: quizá se usa aquí en el Toboso edificar
en callejuelas los palacios y edificios grandes; y, así, suplico a vuestra merced me deje buscar
por estas calles o callejuelas que se me ofrecen: podría ser que en algún rincón topase con ese
alcázar, que le vea yo comido de perros, que así nos trae corridos y asendereados.
Segunda parte, capítulo IX Donde se cuenta lo que en él se verá.13