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-Beatriz dímelo otra vez ¿Por qué estamos aquí?

-¿TU RAZÓN O LA MIA?


-¡Diablos Betty! Modula la frecuencia del comunicador, otra más de esa y me
dejarás sin oídos.
-Lo siento, la magnetosfera baja de este planeta está haciendo estragos con los
sistemas de la Imperator. Sistemas reiniciados comandante, repita la pregunta.
-Te pregunté que por qué estamos aquí.
-¿Tu razón o la mía?
-La que sea más convincente.
-Nos van a pagar, nos van a pagar bien.
- Me leíste la mente Betty, realmente convincente. Ahora dime la tuya.
-Tenemos una nave rápida, nuestra tripulación es eficaz y estoy segura de que
allá abajo encontrarás algo que valga la pena vender, además: Nos van a pagar.
¿Ya has visto algo que valga la pena traer de vuelta?
- Nada fuera de lo común, aquí no hay nada más que polvo, una estación tan vieja
como nuestra nave y los dos inútiles hermanos calavera. Por cierto Bett, este tipo,
nuestro empleador, no me fio nada de él, tiene algo que me da mala espina. El
rifle que lleva acoplado en la espalda, solo recuerdo haberle visto ese tipo de rifle
a otra persona cuando trabajaba para el Protectorado; creo que era del programa
Espectro, unos tipos que podían hacer cosas con la mente o algo así. Si no me
dice su nombre en los próximos cinco minutos lo voy a llamar Dave.
-¿Tiene cara de Dave?
-No lo sé Beatriz, no se ha quitado el casco desde que bajamos de la nave; pero
todos los feos se llaman Dave, por algo no se quita el casco.
-Si me traes algo que valga la pena, yo te mostraré algo que valdrá la pena.
-Eso es tan frio como tu nave Beatriz, muy frio.
-Mantente en este canal, no les quitaré los ojos de encima en el radar.
-Cambio y fuera operadora.
Trabajar con mercenarios era una de esas prácticas que el Protectorado no
admitía abiertamente. Soldados sin identificación que abusan en el uso de la
fuerza en justificación del “bienestar y seguridad de los hijos de la tierra”. La
misma historia se repite de una colonia a otra. Homero de Tarsia no se
diferenciaba mucho de los otros sin-registro, pero podía enorgullecerse de no
haber maltratado a muchos civiles durante su carrera militar dentro del
Protectorado, a pesar de todo estaba consciente de que la vida en el ejército no
era mejor que la del mercenario, ni siquiera con un puesto de comandante. La
mayoría de los solados mueren con el traje de combate puesto, Homero no puede
quitarse el suyo, de hacerlo perdería el brazo derecho. Si no fuera que junto con el
brazo derecho también va el pulmón artificial, Homero se habría desecho del traje
hace mucho tiempo por el simple placer de poder echar una meada como dios
manda. En los pasillos de la estación lejana las luces se habían apagado hace
mucho tiempo. Iluminados ahora por los haz de luz proyectados desde los trajes
de batalla, descubrían el enramado de un complejo laberintico de desconocidos
propósitos.
-Calavera Uno, estoy recibiendo mediciones alarmantes de alquitrán y monóxido
de carbono provenientes de tu traje. ¿Estás fumando otra vez con el visor
cerrado?
-¡Jodete Betty! Mete tu nariz en el traje de alguien más.
-Mi trabajo es mantenerlos vivos.
-Y el mío es ganarme la vida decidiendo la mejor manera de matarme
-A este ritmo vas que vuelas.
-Al diablo, Betty.
Dentro de las filas del protectorado alterar de alguna manera el traje de batalla es
razón suficiente para enfrentar al pelotón de fusilamiento, la primera cosa que
hacen los mercenarios al conseguirse su traje de batalla es desconectar la
comunicación obligatoria con sus operadores. No los convierte en invisibles a los
instrumentos de medición, solo les da la facultad de poder cortar los canales de
comunicación. Calavera Uno es un estúpido que comparte la mitad del cerebro
con su hermano gemelo, pero es un estúpido eficaz.
Bajo el sol ardiente de un planeta abandonado la Imperator espera pacientemente
mientras decenas de metros bajo tierra el equipo de exploración se detiene
finalmente frente a una puerta de metal oxidada por el tiempo y el descuido.
-Mercenarios, necesitaré dos cargas de explosivos por favor.
-Calavera Dos, dale los explosivos a Dave.
-Sí comandante.
-Sabes que no me gusta que me digas comandante.
-Sí comandante, eh… Homero.
-Dave… estoy completamente consiente de que nos contrataste porque sabes a lo
que nos dedicamos, y también sabes que no solemos hacer preguntas, pero algo
me dice que no estamos aquí en una misión de contrabando. El protectorado no
enviaría a un Espectro a una misión de contrabando.
-Necesitaré una carga extra, dime ¿Qué te hace pensar que soy un Espectro? ¿El
rifle? ¿Los implantes psionicos en el traje? Tal vez maté a un Espectro y robe su
equipo ¿No te convence esa explicación?
-No, no me convence. Sé que escuchaste mi conversación con Beatriz en la
Imperator y no porque tengas un buen oído, sino porque estás leyendo mi maldita
mente. Sabes que dudé de ti desde el momento en que nos bajamos de la nave y
también sé que solo uno como ustedes animales de laboratorio se sentiría cómodo
siendo llamado DA-VE. Es como su diosa ¿No es así? ¿Dakota Verona? ¿La
primera Espectro? Miles de personas murieron cuando esa mocosa descubrió que
podía hacer explotar cabezas estando enojada.
-Tanto resentimiento no es bueno para un veterano como usted, vamos, apártese
unos metros de la puerta, no querrá estar en el radio de explosión. Por cierto
¿Cuántos años tenía cuando sucedió el incidente de Tarsis? ¿Esas cosas no se
olvidan verdad? Dicen que tenía los ojos azules, cuando me miro al espejo me
pongo a reflexionar que ese rasgo es de familia, así que ya podrá darse una idea
Comandante Homero, no soy para nada feo.
-Hijo de puta.
-No, no. De verdad le aconsejo encarecidamente que no dispare. Detrás de esa
puerta se encuentra la respuesta a una de las preguntas más custodiadas en este
momento. Si ya sabemos que no estamos solos en el universo ¿Dónde están los
que dejaron sus casas vacias? No tengo la energía suficiente para mantener la
ilusión a usted y a sus compañeros. Voy a quitarle la venda comandante, de usted
depende si quiere mantenerse con los ojos abiertos. Bien Homero de Tarsia…
admírelo, sí… échele otro vistazo a las paredes, así es, esto no es arquitectura
humana. El protectorado no pudo datar la edad de los materiales de las que están
hechas y las últimas expediciones no llegaron hasta aquí. No trate de comunicarse
con la Imperator, no sin mi consentimiento, sería inútil para usted y un insulto a mi
inteligencia. ¿Podemos fingir que no sucedió nada y seguir con la misión? Mire a
sus compañeros, para ellos hemos estado caminando en línea recta durante las
últimas dos horas y usted sabe que eso es imposible, bajamos de la nave hace
menos de 30 minutos. Detonaré las cargas y usted reportara a la Imperator que
todo va viento en popa.
-Imperator aquí Homero ¿Me recibes?
-Imperator fuerte y claro. El escáner de onda corta registró ligera actividad sísmica
en su posición ¿Todo en orden?
-Detonamos unas cargas explosivas para abrirnos camino, todo está en orden.
Beatriz, estaba pensando…-
-Comandante Homero, ni se le ocurra terminar esa frase.
-Repita el mensaje, estoy captando inferencia.-
-…Tal vez deberíamos de tomarnos unas vacaciones. Mantén el canal abierto
Imperator, no nos tardaremos mucho tiempo más.
-Bien hecho Comandante, habría detestado tener que perseguir a la Imperator
antes de tiempo. Unos minutos más y todo habrá terminado ¿Nunca se ha
preguntado por qué los mapas estelares evitan cartografiar ciertos planetas?
Oferta y demanda comandante. El protectorado encuentra restos de civilizaciones
alienígenas y nosotros nos encargamos de volarlas en pedazos si no hay nada
que valga la pena.
-Tú y todos los tuyos arderán en el mismo lugar que en el que lo hace la puta de tu
hermana. ¿Disfrutas haciendo esto?
-Poco más que lo que he estado disfrutando licuando el cerebro de sus
compañeros. Un parpadeo mío y sus cuerpos se desplomaran en el suelo. Aun
así… usted es un caso especial, todo superviviente de Tarsis merece una muerte
digna ¿No lo cree? Dese la vuelta contra la pared, comuníquese con la Imperator
y dígale que huya, le doy 5 minutos de ventaja. Acabo de remover el bloqueo.
-Betty, escucha…-
-¡Dios mío Homero sal corriendo de ahí! ¡Hay algo moviéndose hacia ustedes!
-¿De qué estás hablando?
-Estaba bloqueando mis instrumentos, es enorme, es psíquico. Dios, los signos
vitales de los calavera, ¡Dios mío! ¡Los de Dave! Homero… está justo tras de ti.
Anfitrión… amenaza… contrataque… espera.
-¡Homero, responde Homero! Mierda Homero responde.
-Dame un momento un momento mujer… Estoy cubierto de Dave de pies a
cabeza, el pobre diablo reventó frente a mí, algo se metió dentro de él, empezó a
revolcarse con las manos en el casco y explotó. Necesito direcciones, sácame de
aquí, estoy a ciegas.
-No dejes de moverte, usa el visor, estoy transfiriendo las direcciones de la
estación.
-Esto no es una estación Beatriz, nos engañaron, es un maldito emplazamiento
extraterrestre. No me equivocaba ¡Sabía que Dave era un Espectro! Lo que sea
que nos atacó seguro que atraído hacia él por su firma psionica . ¡¿Qué
demonios?!
-¡Actividad sísmica sin precedentes! ¡Sal de ahí ahora mismo! ¡El planeta, se está
despertando!
-PROPAGACIÓN… ALZAMIENTO… RECONQUISTA.
-En nombre de Dios ¿Escuchaste eso Homero?
-¡Abre la escotilla mujer! ¡Sácanos de esta maldita roca!
-Ajústate el cinturón. No creerás lo que acaba de nublar el cielo.
-¿Qué pasa?
-La flota entera del protectorado. Jamás en mi vida imaginé que vería tantas naves
de batalla juntas, deben de ser cientos.
-Ni mil serían suficientes… Beatriz, no mires hacia atrás, por lo que más quieras
no mires hacia a la llanura. Fija dirección a la tierra y sácanos de este lugar.
-¿De qué hablas?
-“Entonces apareció otra señal en el cielo: un gran dragón rojo que tenía siete
cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas había siete diademas.”
-¿Homero?
-Si Dios abandonó a la humanidad en algún momento, creo que acabamos de
encontrar de lo que estaba huyendo.

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