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MATERIAL PARA SER UTILIZADO CON FINES

EXCLUSIVAMENTE DIDÁCTICOS
Pinto, María; Gálvez, Carmen. Análisis documental de contenido: procesamiento de
información. -- Madrid : Síntesis, 1996. ESTRATEGIAS DE ANÁLISIS DOCUMENTAL
DE CONTENIDO

ESTRATEGIAS DE ANÁLISIS DOCUMENTAL DE CONTENIDO

1. La noción de estrategia

Al servicio de los procesos están las estrategias, que ocupan un lugar intermedio
entre éstos (a los que sirven), y las técnicas (de las que se sirven) para desarrollar
esos procesos. as estrategias, como plan de acción al servicio de los procesos,
desencadenan una serie de actividades u operaciones mentales (selección,
organización, elaboración, producción) que favorecen la comprensión, interpretación y
producción de los contenidos informativos. Muchas son las aportaciones que los
modelos cognitivos hacen a ADC, pues nos ayudan a conocer qué mecanismos
ponemos en práctica para comprender, interpretar y producir la información textual.
Hasta ahora hemos pasado revista a la naturaleza de estos mecanismos: procesos de
lectura y memoria, organización de la información en los esquemas, interpretación y
producción. Asimilar estos conocimientos sobre los procesos cognitivos es
fundamental para dotar de un marco conceptual a ADC, viciado por actuaciones
intuitivas, lo que no significa que se hayan resuelto todos los problemas; una de las
razones de peso que nos conducen al planteamiento de estrategias es la toma de
conciencia sobre el papel activo del sujeto en el procesamiento de información. La
complejidad de este obliga al analista a basar tal procesamiento no ya en la utopía de
las reglas sino en la realidad de las estrategias.
Entendemos por estrategia el plan de acción o la búsqueda de medios que emplea
el analista para conseguir un determinado objetivo. Su concurso es conveniente
porque, como señala Beltrán, "una determinada estrategia, la que sea, para comprobar
datos o hipótesis es un método más seguro que proceder al azar, pues la elección de
una estrategia: a) incrementa la probabilidad de que las instancias encontradas
contengan la información apropiada y suficiente; b) disminuye el esfuerzo implicado en
la asimilación de información; c) controla y reduce el grado de riesgo". No se trata de
aportar al analista una serie de recursos predeterminados para salir airoso en su
trabajo. Las estrategias analíticas hacen referencia más bien a operaciones o
actividades mentales que facilitan y desarrollan los procesos analíticos. A través de
ellas podemos procesar, organizar, retener y recuperar el material informativo de
partida, a la vez que planificamos, regulamos y evaluamos esos mismos procesos en
función del objetivo previamente trazado. La estrategia es por sí misma propositiva, y
encierra dentro de ella un plan de acción o una secuencia de actividades
perfectamente organizadas, favoreciendo de este modo un análisis significativo,
motivado e independiente. Saber lo que hay que hacer, saber hacerlo y controlarlo
mientras se hace es lo que pretenden las estrategias. Se trata pues de una serie de
competencias necesarias o útiles, un conjunto de procesos o pasos que pueden
facilitar la adquisición, almacenamiento y/o utilización de la información. También
tienen las estrategias un carácter heurístico y flexible, y su elección/adopción está
influenciada no sólo por las variaciones en los objetivos del analista sino también por
las características textuales.
Las estrategias están vinculadas a lo que se ha denominado conocimiento
procedimental frente al conocimiento declarativo, esto es a la dualidad saber qué se
conoce y saber cómo debemos aplicar ese conocimiento para conseguir un objetivo o
realizar una tarea -propia del conocimiento procedimental-. Este problema ha sido
objeto de análisis para muchos investigadores. Vega, confrontando esta distinción
aportada por Anderson, apunta que "el conocimiento declarativo es descriptivo y
factual (se refiere a objetos y eventos, es cuestión de todo o nada (conocemos un

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contenido o no lo conocemos en absoluto). El conocimiento procedimental tienen que
ver con las destrezas ejecutivas dirigidas a la acción, se puede poseer parcialmente,
se adquiere de forma gradual por la práctica y es difícil de verbalizar". Así pues,
deducimos que el conocimiento procedimental -o estratégico- depende mucho de las
cualidades e intereses del analista, aunque esto no significa que no tenga la propiedad
de poderse enseñar e instruir.

3.2. La inferencia como estrategia

La relación múltiple emisor-documento-receptor que caracteriza el análisis


pragmático de los textos se basa, principalmente, en los conocimientos implícitos que
arrancan del hablante y del oyente. Y es que el texto es un signo entimemático: lo
omitido en él, es un pensamiento/signo que no se constituye como carencia sino como
llamada significadora, prevista en las propias condiciones de existencia semiótica del
texto. La comunicación humana se establece, fundamentalmente, en lo que está fuera
del discurso, porque es un hecho contrastado que comprendemos bastante más de lo
que se nos dice. La información que transmitimos y se nos transmite es implícita más
que expresada, y lo mucho que queda fuera del ámbito expresivo se tiene que inferir,
jugando las ingerencias un papel crucial en la comprensión. Para Schank "la
inferencia es el núcleo del proceso de comprensión, y por esta razón, constituyen el
centro de la comunicación humana. Sirven para unir estrechamente las entradas en
un todo relacionado. Con frecuencia las ingerencias mismas son el punto principal del
mensaje". En realidad, los procesos que conectan los contenidos textuales y el
conocimiento previo del analista son ingerencias de diversos tipos. Ya en el primer
estadio analítico de la lectura, se asume que la memoria del analista activa sus
esquemas para derivar conclusiones que van más allá del propio texto.
Así pues, el analista en documentación deberá inferir constantemente, debiendo
poseer, según Bernier, "una amplia formación cultural y conocimientos específicos en
el área temática de los documentos a resumir". Esta formación le ayudará a completar
esos "vacíos" temáticos tan imprescindibles para una correcta interpretación del
discurso.
No obstante, uno de los mayores problemas que plantean las ingerencias
discursivas es el de determinar en qué momento se llevan a cabo. Van Dijk-Kintschl
proponen que las inferencias no son parte del texto base como tal sino que pertenecen
a un nivel de análisis diferente, no textual, el modelo de situación. Esto traslada las
ingerencias que llevamos a cabo durante el procesamiento del discurso del nivel
lingüístico al conceptual. Funciones inferenciales son:

1) Unir el tema o tópico con los temas parciales o subtópicos completando las
informaciones que no son explícitas. Son por lo tanto mecanismos de
cohesión.
2) Eliminar la ambigüedad contribuyendo a que las oraciones o proposiciones -así
como las secuencias de proposiciones- no tengan distintas interpretaciones, es
decir, sean semánticamente ambiguas.
3) Ayudar al establecimiento del contexto lingüístico cuando las circunstancias
materiales, el entorno situacional o las coordenadas espacio-temporales del
discurso permanezcan ausentes.

Las ingerencias representan pues esos "eslabones perdidos" del texto que
necesariamente han de intervenir para la integración global de las distintas partes del
discurso. Y es que la comunicación se produce cuando los interlocutores parten de
un conjunto de conocimientos comunes, esto es, "se establece en función de un alto
coeficiente de conceptos implícitos que se presuponen". La presuposición puede ser
considerada un tipo de inferencia, como el "negativo" de ésta. La presuposición que

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nos interesa es la que se produce en función de la dinámica del texto, esto es, de las
relaciones anafóricas y catafóricas. Estas relaciones establecen "puentes" (bridging)
que permiten conectar el discurso, así las ha denominado Clark, distinguiendo
presuposiciones -o inferencias- "hacia atrás" en el discurso y presuposiciones "hacia
delante" que permiten predecir los hechos o acontecimientos posteriores.
La literatura existente sobre procesos inferenciales es muy extensa, abundando
los criterios y contrastando las opiniones. El tema se ha investigado desde distintos
puntos de vista:

- Concepción modularista, en la que los procesos se ejecutan en módulos


específicos
en un dominio concreto ya sea léxico, sintáctico o semántica.
- Concepción interactivo-contextual, pues los procesos son abiertos a los diversos
tipos de información.

En los procesos de ADC intervienen dos variables fundamentales: un receptor


analista contextualizado (contexto receptor) y una información textual también
contextualizada (contexto emisor). El proceso inferencial se lleva a cabo cuando el
analista integra la información primaria en un todo coherente y elabora una
representación global del contenido discursivo. Dependiendo de cómo ejecute esta
actividad así será el grado de concreción y pertinencia en la elaboración del
documento secundario resultante. Abordaremos dos tipos fundamentales de
ingerencias comúnmente aceptadas por los especialistas:

a) Inferencias organizativas, que se llevan a cabo durante el proceso de


comprensión.
b) Inferencias elaborativas, que se realizan en el momento de la interpretación
documental.

Esta clasificación es la más adecuada a nuestra perspectiva documental.


Podríamos recoger muchas otras que tan sólo oscurecerían nuestro objetivo, como la
distinción propuesta por Swinney y Osterhout entre ingerencias perceptivas, que son
de naturaleza sintáctica principalmente y se llevan a cabo en la percepción del
discurso; e ingerencias cognitivas, llevadas a cabo en un proceso posterior de
interpretación semántica y pragmática. O la aportada por Clark entre ingerencias
retrospectivas (hacia atrás o puente), que establecen la coherencia y la conexión
entre las diferentes partes del texto; e ingerencias proyectivas (hacia adelante), que
activan conocimientos sobre el mundo y anticipan información.

a) Las ingerencias organizativas se practican en el momento de la comprensión,


permitiendo integrar las diferentes proposiciones del discurso. El analista debe recurrir
a ellas para establecer la coherencia y la cohesión entre la información anterior y la
actualmente procesada. Si alguna proposición (o cualquier otro elemento) no guarda
relación con el resto, el analista deberá "rellenar" esos huecos mediante esta clase de
ingerencias para llegar a establecer los lazos correspondientes hasta formar una red
semántica coherente.
Señalemos que al ser de realización inmediata -durante el primer estadio de
percepción textual- los procesos inferenciales de organización son secuenciales, es
decir de "abajo-arriba", operando sólo con aquella información que está presente en el
texto (tanto explícita como implícita). Por esta razón, también se dice que se procesan
de forma modular o "encapsulada". Para este tipo de ingerencias podemos distinguir
dos funciones fundamentales:

1) Establecimiento de las relaciones semánticas (necesarias tanto para la


coherencia como para la construcción de las relaciones temáticas y lógicas

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de las distintas proposiciones del discurso) con el objetivo de crear una red
semántica integrada.
2) Establecimiento de las relaciones causases entre las diferentes proposiciones
del texto (muchas veces la conexión causal entre las distintas proposiciones
no aparece de forma explícita y es necesario inferirla) con el objetivo de
constituir una red causal integrada.

b) Las ingerencias elaborativas se realizan a partir de la representación del texto,


y están basadas en el conocimiento del analista, que se ayuda de ellas para
alcanzar la comprensión del contenido global. Aunque son optativas, se han de
tener en cuenta en ADC si se pretende obtener una representación no sólo de lo
que es "dado" en el discurso, sino también de aquello que permanece "ausente":
intención comunicativo del autor del documento primario, ámbito científico,
objetivos que persigue, etc. El analista debe ir más allá de lo que meramente
percibe y para ello debe activar, reconstruir, elaborar todo tipo de conocimientos
extralingüísticos (generales, referenciales, sobre modelos de mundo, de
situaciones comunicativas e incluso llegar a deducir las intenciones y las metas
del autor del documento original) hasta alcanzar una representación completa del
texto. En este momento inferencial adquiere especial importancia el
conocimiento, por parte del analista, de las estructuras estereotipadas de los
textos -es decir el reconocimiento de la estructura esquemática de los distintos
tipos de documentos- pues ello favorece considerablemente la realización de
estas ingerencias que, de alguna forma, "predicen" y "anticipan" la organización
de la información y su objetivo. Estas ingerencias se procesan de forma
interactiva-contextual, esto es, intervienen desde "arriba", implicando
conocimientos generales controlados "cognitivamente" y "elaborados" en relación
con el texto.

Además, las ingerencias deben establecer las relaciones extralingüísticas del


discurso: interacción pragmática entre el autor del documento original y el analista,
intención comunicativa, interpretación de convenciones culturales, interacción social,
etc.

3.3. Estrategias mas relevantes

Muchos son los modelos de procesamiento de la información que depositan en las


estrategias grandes esperanzas. De entre ellos destacaremos el modelo estratégico
elaborado por Van Dijk-Kintsch con énfasis especial en los esquemas y en las
estrategias del analista. Sus componentes fundamentales sonl4:

a) Estrategias proposicionales.
b) Estrategias de coherencia.
c) Macroestrategias.
d) Estrategias de esquematización (formación de superestructuras).

a) Estrategias proposicionales

Consisten en construir proposiciones no sólo a través de una representación de las


palabras y las oraciones del discurso sino a través de su integración con los
conocimientos del analista. La estrategia se efectúa al "olvidar" la segmentación de
las unidades de significado e ir "más allá" para conectarlas con información contextual,
intereses, metas y conocimientos previos almacenados en la memoria del sujeto. Son,
por lo tanto, estrategias de interacción pues no sólo activan un conocimiento "botton

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up" (de abajo-arriba) emanado del propio texto, sino que actúan "top-down" (de arriba-
abajo) o de modo descendente al integrar los conocimientos del analista.
El lenguaje formal de las proposiciones, de carácter abstracto y universal,
pretende reflejar el pensamiento puro sin las aberraciones producidas por las
funciones psíquicas. Las proposiciones son unidades de significado sujetas a valores
de verdad, son abstractas y semánticas (la proposición es a la frase lo que la
estructura profunda a la superficial), suelen representarse como redes o árboles, y
deben asumir ciertas restricciones. Se acomodan a algunas reglas explícitas de
formación, a ciertas propiedades de la memoria y el lenguaje humanos (invarianza del
significado, carácter inferencia) posibilidad de organizar complejas redes jerárquicas),
y además son computables. Por consiguiente, el formalismo proposicional es
extraordinariamente poderoso, y casi cualquier tipo de información se puede reducir a
proposiciones.

b) Estrategias de coherencia

Para una interpretación coherente del texto se han de enlazar semánticamente


todas las proposiciones que lo constituyen, tanto si la relación aparece explícita
(mediante conectivos o repetición de los mismos argumentos, lugares, asuntos, etc.)
como si esta relación permanece implícita y han de generarse ingerencias para
conferir significado al discurso. También estas estrategias operan tanto con
información como con conocimientos previos (para inferir conexiones).
Frente a estas estrategias de coherencia local se encuentran las estrategias de
coherencia global cuya función es hacer que el discurso se procese como un todo.
Son estrategias de procesamiento macroestructural porque su meta es dotar de un
significado unitario al texto. En la activación de estas estrategias es muy importante el
papel del "tema del discurso".

C) Macroestrategias

Son las encargadas de relacionar el significado local de cada oración con el


significado global del discurso. Su función es establecer la macroestructura del texto y
para llevar a cabo este objetivo se sirven de estrategias de supresión, selección,
generalización y construcción -las dos primeras son de anulación y las dos últimas de
sustitución de información-. Son heurísticas -por permitir intuir el tema, o lo esencial
del texto, a partir de la información reducida-, recursivas -por poder aplicarse de nuevo
en un nivel superior ya que en el texto existen diversos niveles de macroestructuras- y
flexibles -porque su aplicación varia en función de los fines del sujeto que las ejecuta-.
Respecto a las variables que influyen en estas macroestrategias están:

1) Los objetivos y los propósitos de quien las lleve a cabo (en ADC la meta
es clara. mente macroestructural).
2) Los conocimientos Previos de¡ analista sobre el asunto O los asuntos de]
texto para
cancelar o sustituir la información de forma adecuada.
3) La habilidad, según las características personales del analista, en trazar
n plan de
aplicación de macroestrategias que se autorregule cuando no se estén
consiguiendo los objetivos previstos.

d) Estrategias esquemáticas

Su función es organizar las macroestructuras esto es, organizar el contenido


global del discurso según ciertas estructuras esquemáticas ("superestructuras") que

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asignan distintas funciones globales a las macroproposiciones. El reconocimiento de
estas estructuras por parte del analista es también un proceso estratégico: le permitirá
anticipar información y agrupar esa información dentro de una determinada categoría.
Algunos estudiosos corno Sánchez, Orrantia y Rosales, tras desarrollar diversos
programas de instrucción en la mejora de la comprensión de textos, han destacado la
utilidad que supone la aplicación de estas estrategias, pues permiten:

"1) detectar la organización interna de los textos, 2) utilizar ese patrón como
instrumento para asimilar la información del texto, 3) ordenar en ese patrón o
armazón la información que se va derivando del texto, 4) y, si llega el caso,
usar ese esquema organizador para planificar el recuerdo".

En síntesis, un modelo estratégico de ADC debe conjugar un proceso de construcción


del mensaje comunicativo a partir del texto -información ascendente o de "abajo-
arriba", un proceso de integración de esa información con los conocimientos previos
almacenados en la memoria del sujeto -información descendente o de "arriba-abajo" y
un proceso de interacción de los dos procesos anteriores con los intereses, las metas,
el contexto pragmático y los objetivos del analista.

3.4. Estrategias de comprensión

3.4.1. Selección

La probabilidad de que determinadas proposiciones sean seleccionadas para su


posterior reproducción tiene que ver también con los ciclos de procesamiento del
modelo situacional Van Dijk/Kintsch, según el cual el procesamiento del texto se lleva
a cabo en una serie de ciclos o etapas, y la recuperación de información se relaciona
con la organización de su representación en la memoria. En otras palabras, si una
proposición establece muchas relaciones estructurales con otras proposiciones, tiene
mayor probabilidad de ser reproducida en el resumen.
Veamos, a grandes rasgos, cómo funciona este modelo cíclico de la información:

a) 1° ciclo: Representación de las características perceptuales del texto: rasgos


visuales, palabras -(P)-, etc.
b) 2° ciclo: Representación de una lista de proposiciones desorganizadas -(Pr)-
que se integran en un "diagrama arbóreo" según una relación de coherencia.
Cada nudo del gráfico organiza, posteriormente, estas proposiciones según su
contenido temático.
c) 3° ciclo: Los grupos de proposiciones -(Prk)- se repiten en los distintos ciclos de
procesamiento, es decir se seleccionan atendiendo a la importancia de su
carga informativa y por lo tanto tendrán más probabilidad de ser reproducidos
para la elaboración del resumen. Por otra parte, un grupo de proposiciones -
[Prk 1 ]- se mantiene en un compartimento (buffer) de la memoria de trabajo
(working memory) para garantizar la coherencia y conexión entre los ciclos. Si
estas proposiciones retenidas en la memoria de trabajo no fueran suficientes
para establecer la relación temática del texto y garantizar su coherencia, el
analista deberá recurrir a la memoria a largo plazo (MLP) y extraer de su
conocimiento del mundo y de la materia en cuestión la información necesaria
para asegurar la comprensión. Si el sujeto carece, en último extremo, de
conocimientos suficientes para procesar y enlazar proposiciones, deberá
"inferir" información para lograr una reconstrucción coherente del texto.

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Así pues, según el modelo cíclico, la recuperación y posterior reproducción de
información estará en función de la frecuencia de aparición de determinados
contenidos entre un ciclo y otro.

3.4.2. Organización

La comprensión del contenido textual pasa previamente por un proceso de


organización, en el cual el significado textual se une en una única representación, y
por otro de elaboración, en el cual ese significado se reconstruye con la ayuda de la
información tanto implícita como explícita. En ambos casos se llevan a cabo lo que
conocemos como inferencias. Aunque en el primer capítulo mencionamos su
importante papel en la coherencia textual y en la comunicación humana, hemos de
volver a ellas ahora que nos preocupa la comprensión.
Para cualquier comportamiento organizado linealmente, Beaugrande distingue siete
principios:

1) Centro-periferia, que trata de las relaciones entre elementos centrales y


periféricos, a todos los niveles, frase, concepto, objetivos, etc.
2) Pausa, que permite la suspensión del proceso en la secuencia lineal y se
practica también a todos los niveles y escalas.
3) Hacia atrás, manejando el acceso del texto actual a la información previa.
4) Hacia adelante, que relaciona el texto actual con la futura información.
5) Pesadez, relacionada con la capacidad informativa, importancia, énfasis, etc.
6) Desambiguación, aplicado a los casos en que aparecen dos o más
organizaciones posibles.
7) Listado, responsable de todos los casos donde se enumera un grupo de
elementos.

El siguiente paso a la hora de diseñar modelos de procesamiento sería determinar


qué gradientes afectan al despliegue de recursos cognitivos: control de movimientos,
retroalimentación, atención, ruido, umbrales de iniciación y terminación, inmediatez
perceptual, complejidad, familiaridad, capacidad informativa, adecuación a
especificaciones, motivaciones, asignación de tiempo.

3.5. Estrategias de interpretación

La interpretación es el momento en que el análisis se hace documental. Y para ello


es necesaria la consideración de los contextos receptores, tanto del analista como de
la unidad documental en que se opera.
Distinguiremos entre estrategias de interpretación individual, en las que se
enfrentan la información textual y los esquemas del analista; estrategias de
interpretación documental, que compatibilizan el contenido textual y los objetivos
documentales; y estrategias de elaboración que, basadas en las dos anteriores, nos
permiten generalizar e integrar la información previamente seleccionada y organizada.

3.5. 1. Elaboración del contenido

Puesto que el contenido seleccionado y organizado no constituye una unidad


textual, debemos actuar sobre él para transformarlo.

3.6. Estrategias de producción

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3.6.1. Producción de documentos secundarios

De los muchos modelos surgidos para explicar la operación de la escritura nos


interesan los que plantean una perspectiva global y cognitiva. En esta línea, Gil
Escudero presenta el esquema de un marco para el estudio de la escritura que integra
las distintas investigaciones cognitivas en este campo, incluyendo cuatro componentes
fundamentales:

a) Los procesos cognitivos del escritor/emisor.


b) El producto escrito.
c) Las variables internas.
d) Las variables externas.

a) Los procesos cognitivos del escritor

Se identifican tres procesos fundamentales: planificación, traducción y relectura.


Estos procesos están fuertemente relacionados, pueden ser activados en cualquier
momento de la escritura (es decir, son recursivos) y se organizan de forma jerárquica.
En el proceso de planificación el escritor (emisor/analista) establece la meta que
pretende alcanzar según sus objetivos y para ello debe planificar el contenido de su
acción. De forma concisa Schank y Abelson definen lo que es un plan "conjunto de
opciones que tiene una persona cuando inicia la consecución de un objetivo". Según
esto, un plan está dirigido claramente hacia un objetivo y, por tanto, la planificación
consistirá en: primero, la generación de ideas relevantes para iniciar el proceso,
segundo, la organización del contenido que se pretenda transmitir y, por último, el
desarrollo efectivo de los objetivos a partir de lo generado y organizado.
La importancia del proceso de planificación es apuntada de forma sencilla por Drop
con el siguiente planteamiento: "quien ya cuando está escribiendo su texto busca
establecer su objetivo final se entretendrá demasiado en un proceso de prueba o error
como para llegar a un texto satisfactorio, o bien se entretendrá satisfaciendo las
precondiciones para poder dedicarse luego a planificar; la auténtica escritura
planificada no empezará hasta después". Sin embargo, disponer de un plan no
significa que no se pueda alterar el planteamiento inicial, muchos pueden ser los
motivos para su modificación, entre otros: cambios de opinión, no poder realizar los
objetivos con los medios disponibles, etc. Por consiguiente, estos cambios reflejan la
flexibilidad y creatividad de esta actividad, permitiendo el establecimiento de nuevas
metas a medida que va transcurriendo el proceso.
El proceso de traducción es el encargado de transformar el contenido -controlado
por los planes- a lenguaje escrito o más exactamente a representaciones
proposicionales y redes complejas de cohesión.

Incluiría desde las tareas léxicas, sintácticas y discursivas hasta las tareas motoras
de su "transcripción" a lenguaje escrito.
El proceso de revisión o relectura se inicia cuando el sujeto emisor comprueba el
resultado de lo escrito y evalúa el producto final: corrección de errores, adecuación de
los objetivos que se pretendía alcanzar, detección de incoherencias y revisión de
ideas.

b) El producto escrito

El resultado final de todo proceso resumidor es un texto escrito, que


indudablemente se verá afectado por otras estrategias de producción: borradores,
gráficos, anotaciones, confrontaciones, etc. Digamos que, en términos generales,
refleja la competencia táctica, retórica y funcional, en el proceso de re-elaboración de
información documental. El producto escrito refleja la capacidad de realización

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secuencias y lógica del texto por parte del analista y, en mayor o menor grado, la
efectividad en la expresión del contenido.

c) Las variables internas

Este componente se divide en variables fisiológicas y variables cognitivas. A


nosotros nos interesa las variables cognitivas ya que las fisiológicas entrarían dentro
de aspectos del sistema nervioso y de las fases de articulación motoras fuera de
nuestro interés. Por lo que respecta a las variables cognitivas, Gil considera dos
categorías:

1 ) Características del sistema cognitivo "tales como la capacidad de


procesamiento, la atención, el papel de la memoria y el automatismo de los
procesos, que limitan las posibilidades de procesamiento y determinan la
estructura de los planes de escritura".
2) Conocimiento previo del sujeto. Este conocimiento es de dos tipos:
lingüístico, por un lado, y conceptual, por otro. El conocimiento lingüístico
hace referencia a las "formas, principios y estructuras del lenguaje y su uso, y
las convenciones ortográficas, morfológicas, léxicas, sintácticas y del
discurso; y el conocimiento conceptual, tanto sobre el tema de escritura como
sobre las diferencias de naturaleza entre los sistemas de comunicación
hablado y escrito, como sobre las estrategias de comunicación y de
planificación, traducción y revisión propias del lenguaje escrito".

d) Las variables externas

Este mismo autor las divide en dos categorías: contextuales-comunicativas, y


variables relacionadas con el propio texto. Las variables contextuales-comunicativas
integran el proceso y el producto de la escritura en diferentes niveles "universo de
discurso", "contexto social", "contexto comunicativo", "propósitos", etc. El
sujeto/emisor debe tener en cuenta estas variables contextuales y proveer- los
referentes necesarios para que el destinatario del mensaje pueda identificar ese
contexto comunicativo, así como la intención comunicativo.
La segunda variable externa es el propio texto generado hasta el momento: según
el texto generado se activarán determinadas estructuras discursivas, se ordenará de
forma eficaz el resto del mensaje, se señalizarán los apartados más importantes, en
definitiva la propia formación del texto es una variable que influye en todo el proceso.
En consecuencia, un marco de estudio cognitivo de la escritura de este tipo
presenta una serie de componentes flexibles e interactivos que pueden pasar de una
fase de acción del proceso a otra dependiendo de los propósitos y de la eficacia de su
ejecución. Por otra parte, estos componentes tienen un carácter integrador al
englobar conocimientos previos, restricciones lingüísticas y de planificación,
conocimientos sobre el tema y modelos de discurso, así como conocimientos del
contexto comunicativo.
Una vez situado el marco de estudio de este proceso escritor, analizaremos un
modelo de escritura para el resumen documental tal y como ha sido adoptado por
Endres-Niggemeyer a partir de uno de los modelos cognitivos más difundidos por su
poder explicativo y amplias posibilidades de aplicación práctica, como es el modelo de
Flower y Hayes.
Este modelo consta de tres componentes principales:

a) Entorno de la tarea, o contexto en el que se produce todo el proceso.


b) Memoria a largo plazo del escritor/analista: de ella se extrae todo el
conocimiento declarativo y procedimental necesario para realizar el resumen.

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c) Procesos de escritura: engloba las actividades y el funcionamiento de este
modelo para realizar el resumen documental.

a) Entorno de la tarea. Este entorno hace referencia al contexto operativo en el


que se lleva a cabo el proceso resumidor, y en él se distinguen tres factores de
influencia:

1) El documento original: la activación de determinados procesos será distinta


según el tipo de documento original (informe, artículo, monografía, etc.). Por
ejemplo, en un informe de investigación es importante constatar el propósito, el
método, los resultados y las conclusiones; sin embargo, el proceso resumidor
aplicado a un manual tendrá un resultado distinto siendo suficiente constatar su
propósito y su alcance. En definitiva, el tipo de documento original condiciona
la descripción de su contenido.
2) La tarea actual: influirá en la extracción de contenidos del documento original
según el tipo de resumen que se pretenda realizar o según los destinatarios a
los que vaya dirigido (p. ej., usuarios de una base de datos o de un servicio de
resúmenes). Estos factores guiarán al analista en la realización de aquellas
operaciones más apropiadas para cubrir las necesidades tanto de información
como de transmisión a los posibles receptores.
Por otro lado, son importantes las condiciones de trabajo, que tienen que ver
con los medios disponibles para llevar a cabo el producto del resumen
(condiciones profesionales de trabajo con ayudas técnicas como tesauros,
editores de textos). También se incluirían aquí las restricciones de tiempo
disponible para realizar el resumen.
3) El texto producido hasta el momento: el analista conforme va "escribiendo" el
resumen va a la vez limitando su composición según lo formulado
anteriormente. La producción del resumen aparece, pues, en un contexto
retroactivo, en el que lo ya escrito o formulado condiciona y restringe lo que el
analista va a escribir a continuación.

b) Memoria a largo plazo del analista. Interesa aquí la estructura esquemática de


la memoria del analista. Sus esquemas, que ya condicionaron los procesos de
comprensión, vuelven a estar presentes en este momento sintetizador. En especial,
nos interesa el nivel de conocimientos del analista sobre el tema o el asunto del
documento original, así como su grado de concienciación sobre las necesidades de los
posibles destinatarios del resumen: científicos, profesionales de la información, etc.
Además, el analista extrae de su memoria modelos de discurso, es decir estructuras
esquemáticas y convencionales, y conocimientos generales sobre técnicas y
estrategias documentales.

c) Proceso de escritura. El analista utiliza la información retenida en su memoria


para la producción de un nuevo documento, en este proceso es fundamental la
planificación, y la reconstrucción de la información y la ejecución del resumen.

NOTAS AL CAPÍTULO 3

• Anderson, J. R.: "A spreading activation theory of memory". Joumal of Verbal


Learning and Verbal Behavior, 1983, 22, pp. 261-295.
• Ballstaedt, S. y Mandl, H.: "Elaborations: assessment and analysis". En: Mandl, H.;
Stein, N. y Trabasso, T. (cds.): Learning and comprehension of text. London:
Lawrence Erlbaum associates, 1984,p.331.

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• Beaugrande, R. de: "Learning to read versus reading to learn: a discourse-
processing approach". En: Mandl, H.; Stein, N. y Trabasso, T. (eds.): Learning and
comprehension of text. London: Lawrence Erlbaum associates, 1984, p. 174.
• Beltrán, J.: Estilos cognitivos. Psicología educacional Madrid: UNED, 1984, tomo
1, p. 461.
• Bemier, C. L: "Abstract and abstracting". En: Encyclopaedia of Libraty of
Information Science. New York: Marcel Dekker, 1969, p. 18.
• Clark, H. H.: "Bridging". En: Johnson-Laird, P. N.; Wason, P. C. (eds.): Thinking.
Reading in cognitive Science. Cainbridge: University Press, 1977, p. 144.
• Clerk, H. H.: Op. cit., pp. 145 y ss.
• Drop, W.: "Planificación de textos con ayuda de modelos textuales". En:
Bernárdez, E. (comp.): Lingiiística del texto. Madrid: Arco/Libros, 1987, p. 302.
• Endres-Niggenleyer, B.: "Content analysis: a special case of text comprehension".
En Proceedings:
• Flower, L., Hayes, J. R.: "A cognitive process theory of writing". College
Composition and Communication, 1981, 32, pp. 365-387.
• García Berrio, A. y Vera Luján, A.: Fundamentos de teoría lingüística. Madrid:
Comunicación, 1977, p. 178.
• Gil Escudero, G.: "La psicología de la escritura: una visión generar'. Estudios de
Psicología , 1985, n? 19-20, pp. 75-85.
• Herrero, A. L.: Signo/Texto (De gramática a retórica). Alicante: Universidad, 1986,
p. 65. (Tesis Doctoral).
• Infonnation, Knowledge, Evolution. 44 FID Congress. Amsterdam: Elsevier, pp.
103-112.
• Sánchez, E.; Orratia, J. y Rosales, J.: "Cómo mejorar la comprensión de textos en
el aula". Comunicación, Lenguaje y Educación, 1992, n' 14, p. 95.
• Schank, R. C. y Abelson, R. P.: Guiones, planes, metas y entendimiento.
Barcelona: Paidós, 1987, p. 86.
• Schank, R. C.: "El papel de la memoria en el procesamiento del lenguaje". En:
COFFR, Ch, (dir.): Estructura de /a memoria humana. Barcelona: Omega, 1979, p.
187.
• Swinney, D. A. y Osterhout, L.: "Inference generation during auditory language
comprehension". En: Graesser, A.; Bower, G. H. (eds): The psychology of learning
and motivation: inference and text comprehension, v. 25. Nueva York: Academic
Press, 1990, p. 20.
• Van Dijk, T. A. y Kintsch, W.: Strategies of discourse comprehension. Nueva York:
Academic Press, 1983.
• Van Dijk, T. A. y Kintsch, W.: Strategies of discourse comprehension. Nueva York:
Academic Press,1983,p.337.
• Van Díjk, T. A. y Kintsch, W.: Strategiey of discourse comprehension. New York:
Academic Press, 1983, p. 51.
• Vega, M. de: Introducción a la psicología cognitiva. Madrid: Alianza, 1984, p. 291.

TÉCNICAS DE ANÁLISIS DOCUMENTAL DE CONTENIDO

Las estrategias no se pueden identificar con las técnicas, que están en un nivel
inferior y sólo tienen sentido cuando se integran dentro de un plan de acción. La
técnica puesta en marcha puede desembocar en una habilidad que, con el ejercicio, se
automatiza incrementando los recursos del analista. La tendencia a utilizar unas u
otras técnicas desemboca y cristaliza en un cierto estilo de análisis.

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4.1. Selección

4.1. 1. Señalizaciones

La identificación y asimilación del contenido del documento original puede ser


facilitada mediante diversos recursos, entre los que se encuentran las denominadas
señalizaciones, o ayudas en el texto. Pueden identificarse con la intromisión de
palabras u oraciones en el texto que, aunque no añaden nueva información, resaltan
las relaciones lógicas dominantes y/o las ideas que determinan la macroestructura del
pasaje. Las señalizaciones facilitan en el lector la activación de un esquema
apropiado, permiten la elaboración mental de un marco jerárquico donde se almacena
la información textual, orientan a decidir qué información es la más importante y
ayudan a supervisar la corrección en el almacenamiento o integración de dicha
información en la memoria. Ni que decir tiene que la utilidad de este recurso aumenta
con la dificultad del texto y también con la pericia del analista como lector.

4.1.2. Macrorreglas selectivas

Los procesos de comprensión exigen separar lo accesorio de lo esencial en el


discurso. Esta facultad de reducción de la información semántica la desarrolla
cualquier hablante de forma inconsciente, al olvidar los detalles y entresacar los
aspectos más generales o globales del mensaje. Pero el proceso ha de realizarse de
modo consciente y controlado cuando se trata de analizar el contenido de los
documentos. Para poder explicarlo hemos de retomar la noción de estructura del texto
(de superficie, de contenido y esquemática) tratada en el primer capítulo.
El modelo proposicional de Kintsch-Van Dijk reconoce dos niveles de
representación textual, correspondientes a las estructuras de superficie y de contenido
(macroestructura). El proceso que nos traslada del plano superficial al plano profundo
se guía por la aplicación de las denominadas macrorreglas, que son operaciones
encargadas de transformar, proyectar y reducir la información semántica de los niveles
inferiores -estructura de superficie- hasta derivar la información esencial de los niveles
superiores -estructura de contenido, o cognitiva-. La aplicación de estas reglas nos
guiará en la obtención de la estructura de contenido y nos permitirá organizar la
información al introducir relaciones entre las distintas proposiciones. Por lo tanto, nos
ayudarán a "reconstruir" el tema del discurso (o al menos el marco del tema) y a
"construir" una representación de su contenido en el resumen documental. Estas
macrorreglas podemos agruparlas en dos tipos de estrategias: de selección y de
elaboración. Las reglas de omisión y selección formarían parte del primer grupo, de la
siguiente forma: (prop. 1, prop. 2, prop. 3) = prop. 2.

- Regla 1: Omisión. Mediante su aplicación se eliminan las proposiciones o


secuencias de proposiciones que no son relevantes para la interpretación de
otras proposiciones o para la interpretación posterior del texto.
Regla 2: Selección. Opera también eliminando información, pero las
-
proposiciones o serie de proposiciones omitidas pueden ser recuperadas
porque establecen una relación de presuposición, condición o consecuencia
con las proposiciones no canceladas. La aplicación de esta regla hace que se
reduzca la complejidad de la estructura de superficie, pero que no se pierda
información ya que podemos deducirla a partir de la información seleccionada.

4.2. Organización

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4.2.1. Formalismo proposicional

Las proposiciones se constituyen por dos o más conceptos ligados en una unidad
semántica. Si consideramos los conceptos como "átomos", las proposiciones son las
"moléculas" del significado.
Transformado el lenguaje natural en lenguaje proposicional, este puede ser
sometido con toda fiabilidad a las reglas de la lógica formal. El proceso de cálculo que
experimentan las proposiciones nos permite obtener transformaciones que mantienen
intacta la función discursiva inicial.

4.2.2. Redes y mapas cognitivos

El mapa semántico es un organizador previo que posibilita una mejor comprensión


textual, siendo un sustituto eficaz del procedimiento tradicional de tomar apuntes y
escribir las ideas principales. Hay tres etapas a la hora de diseñar el mapa de
contenido de un texto3: identificación de la idea principal, establecimiento de
categorías secundarias (organizadas gráficamente en torno a la idea principal,
configuran la estructura del mapa) y determinación de detalles complementarios. Esta
técnica obliga al analista a comprobar la relación entre el tema principal, las
subcategorías y la información secundaria.
El mapa conceptual es una versión sofisticado de lo que hemos definido como
mapa semántica, y supone una manera de representar gráficamente los conceptos y
relaciones entre conceptos que intervienen en la unidad textual, siendo un organizador
insustituible a la hora de determinar con cierto grado de exhaustividad el contenido de
los documentos. Se trata de una estrategia, método y recurso esquemático para
presentar un conjunto de significados conceptuales incluidos en una estructura de
proposiciones. En realidad es un caso concreto de esquema que facilita no sólo la
codificación de la información, con sus cuatro procesos básicos (selección,
abstracción, interpretación e integración), sino también su recuperación. Sus
elementos fundamentales son tres: conceptos, o imágenes mentales; proposiciones
(dos o más conceptos unidos por palabras-enlace para formar una unidad semántica);
y palabras-enlace, que unen conceptos y señalan su tipo de relación. Se caracterizan
por su jerarquización, pues los conceptos se disponen en orden de importancia;
selección, ya que no todos pueden ser contemplados en el mapa; e impacto visual, ya
que un buen mapa conceptual es conciso y muestra las relaciones entre las ideas
principales de un modo simple y vistoso, aprovechando la notable capacidad humana
para la representación visual.
La construcción de estos mapas conceptuales no es tarea difícil pero necesita un
cierto entrenamiento, transformándose en imprescindible una vez superado este
período. Los pasos para su elaboración son los siguientes:

1) Identificar y seleccionar conceptos del texto.


2) Seleccionar el concepto más importante.
3) Ordenar jerárquicamente la lista precedida por el concepto seleccionado.
4) Construir el mapa conceptual utilizando la lista como guía.
5) Elegir las palabras-enlace adecuadas para formar las proposiciones que
muestran las líneas del mapa.
6) Recuadrar los conceptos.
7) Descubrir relaciones cruzadas.
8) Reconstruir el mapa.
9) Evaluarlo.

4.2.3. Estructuración de textos

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En realidad, el texto científico bien escrito tiene una estructura desconocida para los
lectores que tan sólo reconocen en él una lista de hechos. El conocimiento de las
estructuras del texto puede ayudar al analista a construir una representación mental de
la información percibida. Cuando se reconoce la estructura, el analista está mejor
preparado para seleccionar la información relevante y construir conexiones internas
entre los elementos de contenido.
Para textos narrativas, que contienen sucesos secuenciales en el tiempo, se ha
desarrollado la gramática de la narración (Thomdike-1977, sobre el modelo primitivo
de Rumelhart-1975), basada en una serie de reglas de reescritura: toda narración
consta de cuatro partes claramente distintas: (escenario-trama-tema-resolución), y
cada una de estas partes se subdivide en otras. El tiempo es el eje organizador
básico, y la reescritura permite una disposición jerárquica de la información.
Pero el mayor grado de dificultad se encuentra en los textos expositivos, que
presentan una información mas compleja. El modelo de Meyer (1975) plantea una
estructura arbórea para este tipo de textos, con módulos conectados por una serie de
líneas etiquetadas en función de jerarquías conceptuales: covarianza, comparación,
colección, descripción, respuesta. Cada idea se categoriza como conceptual alta o
baja dependiendo de la información que soporte.
4.2.4. Técnicas espaciales

Las técnicas espaciales posibilitan la representación visual de la información. Las


ventajas de utilizar una tabla o marco espacial (árboles, gráficos, etc.) son muchas:
puede suministrar una estructura coherente sobre la que organizar los detalles;
permite explicitar consecuencias significativas; puede suministrar criterios sobre lo que
es importante.

4.3. Interpretación

4.3.1. Macrorreglas elaborativas

- Regla 3: Generalización. Consiste en sustituir una secuencia de proposiciones por


otra proposición general que incluye su sentido esencial y ordena todo el
conjunto. A diferencia de las reglas anteriores, la proposición resultante no
tiene por qué estar explícita o manifiesta en el texto. De esta manera se
reemplaza una serie de conceptos por el sobreconcepto compartido que
define el conjunto de proposiciones.
- Regla 4: Construcción o integración. Para aplicar esta regla se requiere un uso
activo del conocimiento del mundo por parte del analista. Es necesario hacer
ingerencias temáticas que globalicen la información de las secuencias de
proposiciones. La información integrada puede estar ausente en el texto
base o estructura de superficie pero se infiere de los hechos manifiestos
como circunstancias, consecuencias o componentes de la información
explícita.

La importancia de la aplicación de macrorreglas en el proceso de comprensión


radica, de una parte, en la reducción de información para aliviar la complejidad de los
textos y, de otra, en ofrecer la información relevante o ideas principales. En esta línea
Van Dijk señala que "si consideramos las proposiciones como una representación
abstracta de aquello que normalmente llamamos información (semántica), las
macrorreglas organizan en cierta manera la información extremadamente complicada
de un texto. En cierto modo, esta consideración implica una reducción de la
información, de manera que -en el plano cognitivo- también podemos considerar las
macrorreglas como operaciones para reducciones de información semántica".

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Pese a la utilidad de estas reglas, hemos de mencionar algunas limitaciones
cuando las aplicamos al análisis de contenido con fines documentales:

1 ) La aplicación de las macrorreglas puede ser diferente según los distintos


objetivos de ADC: en unos casos bastará con hallar una macroproposición
que represente el "tema del texto", y en otros caso se precisará más
profundidad a la hora de representar el contenido del discurso original.
2) Las reglas se han de aplicar bajo el control de las estructuras esquemáticas
del texto. En opinión de Van Dijk "este tipo de estructura esquemática es
importante porque la formación de la macroestructura depende también de la
superestructura. Esto quiere decir que cada categoría esquemática necesita
alguna forma de contenido global, en especial las categorías de los niveles
superiores, de modo que aquella información deviene importante por
definición, y debe ser, por ende, representada como una macroproposición
del texto". Además las estructuras esquemáticas guían la lectura, y la
comprensión al establecer expectativas sobre el contenido de los distintos
tipos de documento. Por ejemplo, la estructura esquemática de un informe
experimental puede estar constituida por estas categorías: planteo del
problema, explicación, hipótesis, predicciones, método, resultado, etc. Estas
categorías están "llenas" por el contenido de las macroproposiciones
semánticas y, por lo tanto, este esquema determinará qué información es
esencial y debe incorporarse a la estructura cognitiva (de contenido), o por el
contrario, a qué información se le debe aplicar las reglas de omisión y
selección.
3) El uso de las macrorreglas en un modelo cognitivo de comprensión puede
tener variables subjetivas a la hora de representar el tema y los asuntos
principales en lag estructuras de contenido. Por consiguiente, la activación de
estas reglas no sólo depende de los objetivos documentales del analista sino
también de su conocimiento previo de la materia en cuestión, y de los
distintos contextos.

4.4. Producción

En general, podemos considerar la elaboración del resumen documental como la


producción de un nuevo documento con dos características fundamentales:

1) Guardar estrechas relaciones temáticas con el documento original.


2) Estar sujeto a leyes generales de composición similares a las de los
documentos primarios, aunque con variantes particulares tal y como
mostraremos.

Las premisas para llevar a cabo la producción de resúmenes de un modo riguroso y


eficaz pueden sintetizarse en lo siguiente:

a) El analista debe ofrecer una identificación del documento original en la


cabecera del resumen, proporcionando así el contexto preciso para su
posterior recuperación. Esta identificación se lleva a cabo mediante la
descripción de los datos formales, y tendrá como resultado la confección de
una referencia.
b) La producción del resumen debe estar sujeta a las reglas generales de toda
producción
textual: cumplimiento de reglas gramaticales, formación de textos completos,
con sentido global y posesión de coherencia, claridad así como de concisión.

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c) Se deben evitar interpretaciones erróneas en virtud de simples conjeturas que
puedan dar lugar a apreciaciones personales.
d) Se debe tener en cuenta la envergadura funcional del resumen (informativo,
indicativo, informativo-indicativo, analítico). El proceso de composición en sí
mismo afectará a las expectativas y a las estrategias comunicativas
implicadas en los distintos objetivos y tareas: profundidad de procesamiento,
eficacia en la re-elaboración de información del documento primario,
restricciones de salida -output de información-, tiempo disponible para la
composición as¡ como posesión de recursos técnicos para realizar los
distintos objetivos.
e) Otro aspecto importante a considerar está relacionado con el contexto de su
uso, o modo de difusión (revistas de resúmenes, bases de datos, difusión
simultánea con el documento original, etc.), y con los propósitos externos
(orientados a áreas específicas de conocimiento, a tareas de apoyo, a
destacar sólo una parte del contenido del documento primario, etc.). Estos
hechos hacen que no podamos aislar los procesos analíticos de un marco
mucho más amplio como el constituido por la actividad comunicativa, la
industria y gestión de la información e, incluso, la inteligencia artificial.

4.4. 1. Traducción

La traducción es la fase en la que el analista transforma la representación de


ese contenido esencial (con un elevado valor estructural y semántica a "lenguaje
escrito". Este proceso a dirigido a plasmar sobre los distintos soportes (papel,
soportes magnéticos, ópticos, óptico-digitales, etc.) el resultado del proceso analítico.
El analista traduce a representaciones proposicionales y discursivas el producto de su
actividad. Para este fin, debe someterse a as gramaticales, de composición, de
coherencia, etc. Además, debe organizar ese contenido según las distintas
estructuras internas y densidad informativa del resumen. También, ha e tener en
cuenta restricciones de salida: brevedad y concisión, fundamentalmente (con respecto
a esto, las normas internacionales recomiendan limitaciones en el número de
caracteres). Por último, como ya mencionamos el resumen estará encabezado por la
referencia bibliográfica del documento original en cuestión.
Determinado el contenido documental, estamos en condiciones de iniciar el
proceso de su reproducción en un contexto documental y con unos objetivos asimismo
documentales. Este planteamiento obliga a tener en cuenta tanto la información de
partida como las necesidades documentales especificas. Y puesto que no
disponemos de una teoría global del proceso de producción, recepción y re-producción
de textos en el ámbito del tratamiento documental, la complejidad de estos procesos
nos obliga a realizar aproximaciones parciales. En cualquier aso el analista debe
representar la estructura de contenido textual desde una perspectiva funcional. Pero
no es éste el único factor que influye en la reproducción de la información: hay otros, si
cabe, tan importantes, como el efecto de los niveles de información, la función
asignada a la información.

El efecto de los niveles

Las ideas principales de un texto se representan en la memoria en un nivel


superior frente a las ideas secundarias que ocupan una posición inferior en una
estructura jerárquica de almacenamiento. Esto quiere decir que la información
principal se recuerda mejor que otras informaciones secundarias. Este fenómeno ha
sido denominado por Mckoon como hipótesis de la accesibilidad representacional.
Según ésta, la información relevante es más accesible por estar localizada en los
niveles más altos de las estructuras semánticas de los textos. El efecto de nivel es

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una consecuencia del uso de estrategias estructurales por parte del analista, y la
prominencia la organización de la información influye en el proceso de recuerdo y
posterior reproducción de unos contenidos frente a otros.
La repercusión de esta técnica estructural en la re-producción de información ha
sido analizado principalmente por Meyer, Brandt y Bluth, quienes opinan que una
pobre reproducción del documento original supone que el sujeto sólo recuerda "listas"
de proposiciones pero no la organización de estas proposiciones en una estructura
lógico-semántica, aspecto fundamental para su posterior transmisión.
Van Dijk propone una serie de transformaciones que sí pueden ser consideradas
pertinentes a la hora de elaborar el resumen. Estas transformaciones son las
denominadas "macrorreglas inversas" por ser opuestas a las llevadas a cabo en el
comprensión textual:

a) Adjuntar o añadir contenidos que presentan detalles importantes sobre objetos,


situaciones, problemas, etc.
b) Particularizar o re-construir contenidos especiales o particulares cuando se
disponga de contenidos excesivamente generales.
c) Especificar o deducir contenidos a partir de un determinado marco conceptual:
especificación de componentes, características, condiciones o consecuencias
de una acción.

4.4.2. Relectura

La técnica de relectura evalúa el producto final. Es una operación consciente en la


cual el analista corrige los posibles errores de puntuación, omisiones, imprevisiones o
cualquier desviación de las normas convencionales de escritura. Es también el
momento de reorganizar el mensaje.

NOTAS AL CAPÍTULO 4

• León, J. A.: "Las señalizaciones como ayuda en la prosa expositiva: efectos sobre
la comprensión lectora". Aprendizaje, Cognitiva, 1992, 4, 2, pp. 133-148.
• Kinsteh, W. y Van Dijk, T. A.: "Toward a model of text comprehension and
production". Psychological Review, 1978, 85, pp. 363-394.
• Beltrán, J.: Procesos, estrategias y técnicas de aprendizaje. Madrid: Síntesis,
1990, p. 152.
• Novak, J. D. y Gowin, D. B.: Aprendiendo a aprender. Barcelona: Martinez Roca,
1988, p. 33.
• Van Dijk, T. A.: La ciencia del texto. Barcelona: Paidós, 1983, p. 58.
• Mckoon, G.: "Organisation of information in text memory". Journal of Verbal
Learníng and Verbal Behavior, 1977, 17, pp. 247-260.
• Meyer, B. J. F.; Brandt, D. M. y Bluth, G. J.: "Use of top-level structure in text: key
for reanding comprehension in ninth-grade studens". Reading Research
Quarterl@, 1980, 16, pp. 72-103.

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