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Pinto, María; Gálvez, Carmen. Análisis documental de contenido: procesamiento de
información. -- Madrid : Síntesis, 1996. ESTRATEGIAS DE ANÁLISIS DOCUMENTAL
DE CONTENIDO
1. La noción de estrategia
Al servicio de los procesos están las estrategias, que ocupan un lugar intermedio
entre éstos (a los que sirven), y las técnicas (de las que se sirven) para desarrollar
esos procesos. as estrategias, como plan de acción al servicio de los procesos,
desencadenan una serie de actividades u operaciones mentales (selección,
organización, elaboración, producción) que favorecen la comprensión, interpretación y
producción de los contenidos informativos. Muchas son las aportaciones que los
modelos cognitivos hacen a ADC, pues nos ayudan a conocer qué mecanismos
ponemos en práctica para comprender, interpretar y producir la información textual.
Hasta ahora hemos pasado revista a la naturaleza de estos mecanismos: procesos de
lectura y memoria, organización de la información en los esquemas, interpretación y
producción. Asimilar estos conocimientos sobre los procesos cognitivos es
fundamental para dotar de un marco conceptual a ADC, viciado por actuaciones
intuitivas, lo que no significa que se hayan resuelto todos los problemas; una de las
razones de peso que nos conducen al planteamiento de estrategias es la toma de
conciencia sobre el papel activo del sujeto en el procesamiento de información. La
complejidad de este obliga al analista a basar tal procesamiento no ya en la utopía de
las reglas sino en la realidad de las estrategias.
Entendemos por estrategia el plan de acción o la búsqueda de medios que emplea
el analista para conseguir un determinado objetivo. Su concurso es conveniente
porque, como señala Beltrán, "una determinada estrategia, la que sea, para comprobar
datos o hipótesis es un método más seguro que proceder al azar, pues la elección de
una estrategia: a) incrementa la probabilidad de que las instancias encontradas
contengan la información apropiada y suficiente; b) disminuye el esfuerzo implicado en
la asimilación de información; c) controla y reduce el grado de riesgo". No se trata de
aportar al analista una serie de recursos predeterminados para salir airoso en su
trabajo. Las estrategias analíticas hacen referencia más bien a operaciones o
actividades mentales que facilitan y desarrollan los procesos analíticos. A través de
ellas podemos procesar, organizar, retener y recuperar el material informativo de
partida, a la vez que planificamos, regulamos y evaluamos esos mismos procesos en
función del objetivo previamente trazado. La estrategia es por sí misma propositiva, y
encierra dentro de ella un plan de acción o una secuencia de actividades
perfectamente organizadas, favoreciendo de este modo un análisis significativo,
motivado e independiente. Saber lo que hay que hacer, saber hacerlo y controlarlo
mientras se hace es lo que pretenden las estrategias. Se trata pues de una serie de
competencias necesarias o útiles, un conjunto de procesos o pasos que pueden
facilitar la adquisición, almacenamiento y/o utilización de la información. También
tienen las estrategias un carácter heurístico y flexible, y su elección/adopción está
influenciada no sólo por las variaciones en los objetivos del analista sino también por
las características textuales.
Las estrategias están vinculadas a lo que se ha denominado conocimiento
procedimental frente al conocimiento declarativo, esto es a la dualidad saber qué se
conoce y saber cómo debemos aplicar ese conocimiento para conseguir un objetivo o
realizar una tarea -propia del conocimiento procedimental-. Este problema ha sido
objeto de análisis para muchos investigadores. Vega, confrontando esta distinción
aportada por Anderson, apunta que "el conocimiento declarativo es descriptivo y
factual (se refiere a objetos y eventos, es cuestión de todo o nada (conocemos un
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contenido o no lo conocemos en absoluto). El conocimiento procedimental tienen que
ver con las destrezas ejecutivas dirigidas a la acción, se puede poseer parcialmente,
se adquiere de forma gradual por la práctica y es difícil de verbalizar". Así pues,
deducimos que el conocimiento procedimental -o estratégico- depende mucho de las
cualidades e intereses del analista, aunque esto no significa que no tenga la propiedad
de poderse enseñar e instruir.
1) Unir el tema o tópico con los temas parciales o subtópicos completando las
informaciones que no son explícitas. Son por lo tanto mecanismos de
cohesión.
2) Eliminar la ambigüedad contribuyendo a que las oraciones o proposiciones -así
como las secuencias de proposiciones- no tengan distintas interpretaciones, es
decir, sean semánticamente ambiguas.
3) Ayudar al establecimiento del contexto lingüístico cuando las circunstancias
materiales, el entorno situacional o las coordenadas espacio-temporales del
discurso permanezcan ausentes.
Las ingerencias representan pues esos "eslabones perdidos" del texto que
necesariamente han de intervenir para la integración global de las distintas partes del
discurso. Y es que la comunicación se produce cuando los interlocutores parten de
un conjunto de conocimientos comunes, esto es, "se establece en función de un alto
coeficiente de conceptos implícitos que se presuponen". La presuposición puede ser
considerada un tipo de inferencia, como el "negativo" de ésta. La presuposición que
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nos interesa es la que se produce en función de la dinámica del texto, esto es, de las
relaciones anafóricas y catafóricas. Estas relaciones establecen "puentes" (bridging)
que permiten conectar el discurso, así las ha denominado Clark, distinguiendo
presuposiciones -o inferencias- "hacia atrás" en el discurso y presuposiciones "hacia
delante" que permiten predecir los hechos o acontecimientos posteriores.
La literatura existente sobre procesos inferenciales es muy extensa, abundando
los criterios y contrastando las opiniones. El tema se ha investigado desde distintos
puntos de vista:
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de las distintas proposiciones del discurso) con el objetivo de crear una red
semántica integrada.
2) Establecimiento de las relaciones causases entre las diferentes proposiciones
del texto (muchas veces la conexión causal entre las distintas proposiciones
no aparece de forma explícita y es necesario inferirla) con el objetivo de
constituir una red causal integrada.
a) Estrategias proposicionales.
b) Estrategias de coherencia.
c) Macroestrategias.
d) Estrategias de esquematización (formación de superestructuras).
a) Estrategias proposicionales
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up" (de abajo-arriba) emanado del propio texto, sino que actúan "top-down" (de arriba-
abajo) o de modo descendente al integrar los conocimientos del analista.
El lenguaje formal de las proposiciones, de carácter abstracto y universal,
pretende reflejar el pensamiento puro sin las aberraciones producidas por las
funciones psíquicas. Las proposiciones son unidades de significado sujetas a valores
de verdad, son abstractas y semánticas (la proposición es a la frase lo que la
estructura profunda a la superficial), suelen representarse como redes o árboles, y
deben asumir ciertas restricciones. Se acomodan a algunas reglas explícitas de
formación, a ciertas propiedades de la memoria y el lenguaje humanos (invarianza del
significado, carácter inferencia) posibilidad de organizar complejas redes jerárquicas),
y además son computables. Por consiguiente, el formalismo proposicional es
extraordinariamente poderoso, y casi cualquier tipo de información se puede reducir a
proposiciones.
b) Estrategias de coherencia
C) Macroestrategias
1) Los objetivos y los propósitos de quien las lleve a cabo (en ADC la meta
es clara. mente macroestructural).
2) Los conocimientos Previos de¡ analista sobre el asunto O los asuntos de]
texto para
cancelar o sustituir la información de forma adecuada.
3) La habilidad, según las características personales del analista, en trazar
n plan de
aplicación de macroestrategias que se autorregule cuando no se estén
consiguiendo los objetivos previstos.
d) Estrategias esquemáticas
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asignan distintas funciones globales a las macroproposiciones. El reconocimiento de
estas estructuras por parte del analista es también un proceso estratégico: le permitirá
anticipar información y agrupar esa información dentro de una determinada categoría.
Algunos estudiosos corno Sánchez, Orrantia y Rosales, tras desarrollar diversos
programas de instrucción en la mejora de la comprensión de textos, han destacado la
utilidad que supone la aplicación de estas estrategias, pues permiten:
"1) detectar la organización interna de los textos, 2) utilizar ese patrón como
instrumento para asimilar la información del texto, 3) ordenar en ese patrón o
armazón la información que se va derivando del texto, 4) y, si llega el caso,
usar ese esquema organizador para planificar el recuerdo".
3.4.1. Selección
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Así pues, según el modelo cíclico, la recuperación y posterior reproducción de
información estará en función de la frecuencia de aparición de determinados
contenidos entre un ciclo y otro.
3.4.2. Organización
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3.6.1. Producción de documentos secundarios
Incluiría desde las tareas léxicas, sintácticas y discursivas hasta las tareas motoras
de su "transcripción" a lenguaje escrito.
El proceso de revisión o relectura se inicia cuando el sujeto emisor comprueba el
resultado de lo escrito y evalúa el producto final: corrección de errores, adecuación de
los objetivos que se pretendía alcanzar, detección de incoherencias y revisión de
ideas.
b) El producto escrito
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secuencias y lógica del texto por parte del analista y, en mayor o menor grado, la
efectividad en la expresión del contenido.
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c) Procesos de escritura: engloba las actividades y el funcionamiento de este
modelo para realizar el resumen documental.
NOTAS AL CAPÍTULO 3
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• Beaugrande, R. de: "Learning to read versus reading to learn: a discourse-
processing approach". En: Mandl, H.; Stein, N. y Trabasso, T. (eds.): Learning and
comprehension of text. London: Lawrence Erlbaum associates, 1984, p. 174.
• Beltrán, J.: Estilos cognitivos. Psicología educacional Madrid: UNED, 1984, tomo
1, p. 461.
• Bemier, C. L: "Abstract and abstracting". En: Encyclopaedia of Libraty of
Information Science. New York: Marcel Dekker, 1969, p. 18.
• Clark, H. H.: "Bridging". En: Johnson-Laird, P. N.; Wason, P. C. (eds.): Thinking.
Reading in cognitive Science. Cainbridge: University Press, 1977, p. 144.
• Clerk, H. H.: Op. cit., pp. 145 y ss.
• Drop, W.: "Planificación de textos con ayuda de modelos textuales". En:
Bernárdez, E. (comp.): Lingiiística del texto. Madrid: Arco/Libros, 1987, p. 302.
• Endres-Niggenleyer, B.: "Content analysis: a special case of text comprehension".
En Proceedings:
• Flower, L., Hayes, J. R.: "A cognitive process theory of writing". College
Composition and Communication, 1981, 32, pp. 365-387.
• García Berrio, A. y Vera Luján, A.: Fundamentos de teoría lingüística. Madrid:
Comunicación, 1977, p. 178.
• Gil Escudero, G.: "La psicología de la escritura: una visión generar'. Estudios de
Psicología , 1985, n? 19-20, pp. 75-85.
• Herrero, A. L.: Signo/Texto (De gramática a retórica). Alicante: Universidad, 1986,
p. 65. (Tesis Doctoral).
• Infonnation, Knowledge, Evolution. 44 FID Congress. Amsterdam: Elsevier, pp.
103-112.
• Sánchez, E.; Orratia, J. y Rosales, J.: "Cómo mejorar la comprensión de textos en
el aula". Comunicación, Lenguaje y Educación, 1992, n' 14, p. 95.
• Schank, R. C. y Abelson, R. P.: Guiones, planes, metas y entendimiento.
Barcelona: Paidós, 1987, p. 86.
• Schank, R. C.: "El papel de la memoria en el procesamiento del lenguaje". En:
COFFR, Ch, (dir.): Estructura de /a memoria humana. Barcelona: Omega, 1979, p.
187.
• Swinney, D. A. y Osterhout, L.: "Inference generation during auditory language
comprehension". En: Graesser, A.; Bower, G. H. (eds): The psychology of learning
and motivation: inference and text comprehension, v. 25. Nueva York: Academic
Press, 1990, p. 20.
• Van Dijk, T. A. y Kintsch, W.: Strategies of discourse comprehension. Nueva York:
Academic Press, 1983.
• Van Dijk, T. A. y Kintsch, W.: Strategies of discourse comprehension. Nueva York:
Academic Press,1983,p.337.
• Van Díjk, T. A. y Kintsch, W.: Strategiey of discourse comprehension. New York:
Academic Press, 1983, p. 51.
• Vega, M. de: Introducción a la psicología cognitiva. Madrid: Alianza, 1984, p. 291.
Las estrategias no se pueden identificar con las técnicas, que están en un nivel
inferior y sólo tienen sentido cuando se integran dentro de un plan de acción. La
técnica puesta en marcha puede desembocar en una habilidad que, con el ejercicio, se
automatiza incrementando los recursos del analista. La tendencia a utilizar unas u
otras técnicas desemboca y cristaliza en un cierto estilo de análisis.
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4.1. Selección
4.1. 1. Señalizaciones
4.2. Organización
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4.2.1. Formalismo proposicional
Las proposiciones se constituyen por dos o más conceptos ligados en una unidad
semántica. Si consideramos los conceptos como "átomos", las proposiciones son las
"moléculas" del significado.
Transformado el lenguaje natural en lenguaje proposicional, este puede ser
sometido con toda fiabilidad a las reglas de la lógica formal. El proceso de cálculo que
experimentan las proposiciones nos permite obtener transformaciones que mantienen
intacta la función discursiva inicial.
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En realidad, el texto científico bien escrito tiene una estructura desconocida para los
lectores que tan sólo reconocen en él una lista de hechos. El conocimiento de las
estructuras del texto puede ayudar al analista a construir una representación mental de
la información percibida. Cuando se reconoce la estructura, el analista está mejor
preparado para seleccionar la información relevante y construir conexiones internas
entre los elementos de contenido.
Para textos narrativas, que contienen sucesos secuenciales en el tiempo, se ha
desarrollado la gramática de la narración (Thomdike-1977, sobre el modelo primitivo
de Rumelhart-1975), basada en una serie de reglas de reescritura: toda narración
consta de cuatro partes claramente distintas: (escenario-trama-tema-resolución), y
cada una de estas partes se subdivide en otras. El tiempo es el eje organizador
básico, y la reescritura permite una disposición jerárquica de la información.
Pero el mayor grado de dificultad se encuentra en los textos expositivos, que
presentan una información mas compleja. El modelo de Meyer (1975) plantea una
estructura arbórea para este tipo de textos, con módulos conectados por una serie de
líneas etiquetadas en función de jerarquías conceptuales: covarianza, comparación,
colección, descripción, respuesta. Cada idea se categoriza como conceptual alta o
baja dependiendo de la información que soporte.
4.2.4. Técnicas espaciales
4.3. Interpretación
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Pese a la utilidad de estas reglas, hemos de mencionar algunas limitaciones
cuando las aplicamos al análisis de contenido con fines documentales:
4.4. Producción
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c) Se deben evitar interpretaciones erróneas en virtud de simples conjeturas que
puedan dar lugar a apreciaciones personales.
d) Se debe tener en cuenta la envergadura funcional del resumen (informativo,
indicativo, informativo-indicativo, analítico). El proceso de composición en sí
mismo afectará a las expectativas y a las estrategias comunicativas
implicadas en los distintos objetivos y tareas: profundidad de procesamiento,
eficacia en la re-elaboración de información del documento primario,
restricciones de salida -output de información-, tiempo disponible para la
composición as¡ como posesión de recursos técnicos para realizar los
distintos objetivos.
e) Otro aspecto importante a considerar está relacionado con el contexto de su
uso, o modo de difusión (revistas de resúmenes, bases de datos, difusión
simultánea con el documento original, etc.), y con los propósitos externos
(orientados a áreas específicas de conocimiento, a tareas de apoyo, a
destacar sólo una parte del contenido del documento primario, etc.). Estos
hechos hacen que no podamos aislar los procesos analíticos de un marco
mucho más amplio como el constituido por la actividad comunicativa, la
industria y gestión de la información e, incluso, la inteligencia artificial.
4.4. 1. Traducción
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una consecuencia del uso de estrategias estructurales por parte del analista, y la
prominencia la organización de la información influye en el proceso de recuerdo y
posterior reproducción de unos contenidos frente a otros.
La repercusión de esta técnica estructural en la re-producción de información ha
sido analizado principalmente por Meyer, Brandt y Bluth, quienes opinan que una
pobre reproducción del documento original supone que el sujeto sólo recuerda "listas"
de proposiciones pero no la organización de estas proposiciones en una estructura
lógico-semántica, aspecto fundamental para su posterior transmisión.
Van Dijk propone una serie de transformaciones que sí pueden ser consideradas
pertinentes a la hora de elaborar el resumen. Estas transformaciones son las
denominadas "macrorreglas inversas" por ser opuestas a las llevadas a cabo en el
comprensión textual:
4.4.2. Relectura
NOTAS AL CAPÍTULO 4
• León, J. A.: "Las señalizaciones como ayuda en la prosa expositiva: efectos sobre
la comprensión lectora". Aprendizaje, Cognitiva, 1992, 4, 2, pp. 133-148.
• Kinsteh, W. y Van Dijk, T. A.: "Toward a model of text comprehension and
production". Psychological Review, 1978, 85, pp. 363-394.
• Beltrán, J.: Procesos, estrategias y técnicas de aprendizaje. Madrid: Síntesis,
1990, p. 152.
• Novak, J. D. y Gowin, D. B.: Aprendiendo a aprender. Barcelona: Martinez Roca,
1988, p. 33.
• Van Dijk, T. A.: La ciencia del texto. Barcelona: Paidós, 1983, p. 58.
• Mckoon, G.: "Organisation of information in text memory". Journal of Verbal
Learníng and Verbal Behavior, 1977, 17, pp. 247-260.
• Meyer, B. J. F.; Brandt, D. M. y Bluth, G. J.: "Use of top-level structure in text: key
for reanding comprehension in ninth-grade studens". Reading Research
Quarterl@, 1980, 16, pp. 72-103.
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