Coca-Cola: nuevos despidos y violación de derechos
La multinacional persigue a trabajadores con despidos, suspensiones y descuentos. Ensañamiento
con quienes sufren las consecuencias del trabajo repetitivo y quienes luchan por sus derechos laborales.
La multinacional Coca-Cola de Argentina viene llevando adelante un plan de ataque al conjunto de
los trabajadores de la planta Alcorta, ubicada en el barrio porteño de Pompeya, que comenzó con despidos y profundiza con persecuciones ilegales violatorias de los derechos humanos y laborales. Primero inició un proceso que llamó de “retiros voluntarios”, pero en la planta todos saben que no había mucho margen de elección. Los mensajes vienen siendo claros para los obreros: o te bancás lo que nosotros queremos o te vas. Conseguir otra cosa será difícil para trabajadores a los que durante años la empresa “rompió”, sometiéndolos a jornadas extenuantes de 12 horas de trabajo, turnos rotativos y tareas repetitivas que generan cervicalgia, lumbalgia, rotura de rodilla y otras enfermedades laborales; pese a esto, algunos aceptaron el arreglo ofrecido por la patronal porque ya no aguantan más las condiciones de trabajo o porque sabían que sino los iban a despedir igual. Empezaron “invitando a irse” a los de más antigüedad y a los llamados “rotos”, aquellos que utilizan como material descartable. Son las víctimas del te uso y te deshecho, la fórmula antiobrera de la amarga realidad que hay en esta firma. Como fueron pocos los que aceptaron el “convite”, comenzaron a completar el cupo que se habían propuesto de desvinculaciones mediante despidos sin disimulo, priorizando a quienes levantaron la voz alguna vez reclamando que se cumpla alguno de los tantos derechos humanos y laborales que se violan en la empresa; entre ellos se encuentran varios integrantes de la agrupación Marrón