Está en la página 1de 2

Cómo citaban los antiguos, características literarias y gramaticales

La primera dificultad que presenta el estudio de los filósofos presocráticos es la


dificultad de precisar cuán fidedigno ha sido el autor que lo cita o comenta.
Sucede que algunas obras con intenciones más o menos literarias (como en el caso de
la Historia de Heródoto, o los diálogos platónicos) incorporan a su relato
alusiones muchas veces vagas sobre doctrinas anteriores, la mayoría de las veces
citas de memoria (siempre falible) o meras paráfrasis, puesto que subordinan la
citación precisa a la composición de sus obras.

En cambio, con Aristóteles comienza una tradición de tratadistas en prosa que hace
desaparecer parte de las dificultades mencionadas, aunque aparecen otras nuevas.
Hay que tener en cuenta que, cuando un expositor griego o latino ha escrito sobre
un pensador anterior, no ha contado con los signos que en los idiomas modernos nos
ayudan a distinguir lo que se expone con lo que se cita, esto es, sobre todo, las
comillas dobles (""). Se han valido, en cambio, de construcciones gramaticales
diversas, que dependen siempre de 'verba dicendi':

verbo de decir + conjunción + oración de cita con verbo en indicativo u optativo.38


Esta construcción equivale a nuestro discurso directo: "dijo: viví en Éfeso", donde
la conjunción vale por nuestros dos puntos (:). Esta construcción es,
lamentablemente para la recolección de citas, poco frecuente en latín y griego.
verbo de decir + oración de cita con sujeto en acusativo y verbo en infinitivo.39
Sin equivalentes en la mayoría de los idiomas modernos, similar a una poco usada
forma española de discurso indirecto, ej: "dijo residir en Éfeso". Esta
construcción es la preferida para citar, por ejemplo por Aristóteles.
verbo de decir + adverbio, o punto alto (equivalente a nuestros dos puntos), +
texto de cita. Esta forma de citar es la más parecida a la de los idiomas modernos
y quizás la más precisa. Pero es frecuente solo en autores tardíos como Diógenes
Laercio.
En cualquier caso, no se puede tener total seguridad de la exactitud de la cita a
partir solo de la consideración de la forma elegida para citar.40 En cambio, citas
que tienen por objeto reproducir opiniones de autores que escribieron en verso
-Jenófanes, Parménides, Empédocles-son mucho más fiables: la forma métrica nos
permite discernir el texto auténtico de una glosa.41

Aspectos históricos de la transmisión de citas y anécdotas


Las primeras noticias sobre pensadores presocráticos nos llegan por Aristófanes,
Heródoto y por escritos hipocráticos, pero estos escritores del siglo V a. C. nos
trasmiten esporádicamente datos muy escasos.42 Recién en el siglo IV a. C. tenemos
noticias y referencias amplias y detalladas sobre algunas figuras. Las citas y
testimonios siguen apareciendo en diversos escritos de la antigüedad tardía, en
recopilaciones e historias que a veces también se han perdido, aunque contaron con
ellas algunos autores de nuestra era, tanto paganos como cristianos. Incluso se han
encontrado citas, perdidas hasta entonces, en autores del siglo XII y XIII. Lo
importante a tener en cuenta es que no es la antigüedad de una cita lo que la hace
más o menos fidedigna,43 sino la naturaleza de la obra donde aparece, su estilo, la
intención del autor, su acceso a otras fuentes, y otros detalles.

Además de haber tenido en cuenta las vicisitudes histórico-literarias de cada


citador, la filología moderna ha hecho estudios pormenorizados sobre el valor que
cada autor tiene como trasmisor, a partir de inspecciones realizadas sobre sus
citas de obras que sí nos han llegado –las obras de Homero, por ejemplo–.

Valoración de fuentes por autores


Platón – S. IV a.C.
Según Kirk y Raven, Platón es extremadamente descuidado en citas de todo tipo,44 su
actitud no es objetiva, sino humorística o irónica. En cuanto a sus comentarios,
son parciales o exagerados y no juicios históricos moderados.45
Eggers Lan y Juliá consideran que Platón cita de memoria –una memoria falible,
hecho constatable a partir de sus distorsionadas citas de Homero– incluso por una
cuestión de principio. Siguiendo a Cherniss,46 indican que en Fedro 274c hay una
justificación del uso de la memoria por sobre el de las fuentes escritas. Lo
importante no sería saber quién dijo tal cosa, o de dónde era, o cuándo lo dijo,
sino si era verdad o no.47 Por lo demás, al relatar anécdotas de pensadores
anteriores no tiene la pretensión de transmitir hechos históricos precisos, sino
más bien de componer una situación propicia para sus diálogos, aun incurriendo en
anacronismos.48

También podría gustarte