En el capítulo VI de Burdel de las Pedrarias, ahora conocido como “La
Barraca del Santo cachondeo”, vamos a encontrar al cacique Agateyte el cual, le han entregado como tributo las cosechas del mes de agosto. Pero la petición de la india Marina es reclamarle el aumento de el pago a las indias, ya que este es muy poco, no están del todo satisfecha y entonces reclaman lo suyo y piden más cacao, el reclamo por él para que se le aumente el pago de los días lo más pronto posible, además las castellanos la saltan siempre varias veces por el mismo precio y eso no es justo. Pero como única respuesta al problema es que obtiene mejoría en la comida y poco más con descendencia de aquellas que están muy cansados o un poco enferma. De Isabel espera la llegada de la del adelantado al puerto de la posesión lo espera con ansia y siempre con alguna India al lado de manera que anciosa o más bien escuchando la historia del altamar. Pero dentro de la nave según nos cuenta Don José Tabuyo hay un fraile el cual alquila sin que esté se de cuenta, si esto propiamente para conseguir oro y esto es permitido por el capitán navío y luego para hacer negocio a bordo con las mujeres prometiendo además irse con ellas hacia el Perú. y a la espera de él adelantado se preparan para servir y de paso para hablar sobre los asuntos del frayle. En este caso nos encontramos con María Fernanda la cual le dice a doña Isabel de que todo ha cambiado es decir se ha ido perdiendo ese sentido del humor ya no es como antes doña Isabel antes bromeaba ahora ya no. Y no hay peor enemigo que la animosidad en las personas que están cerca de una. Ahora la noble ocasión de los mercaderes seremos los castellanos de esta tierra del nuevo mundo, para que lo que era la fortuna de España no será la abundancia del oro o la plata ni de la cantidad de perlas o diamante sino que la provisión de artículos necesarios para la vida y la vestimenta.