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Resumen
Desde 1991 inició un periodo de cambios en el orden mundial y en Europa. La
Unión Europea intentó hegemonizar el espacio post-soviético, pero su capacidad
militar siguió subordinada a la alianza militar trasatlántica; Rusia adoptó una estrategia
revisionista. La crisis de 2007-2008 alteraró el equilibrio económico mundial debido al
ascenso de China y al declive relativo de Estados Unidos como líder mundial. Además,
propició un periodo de inestabilidad caracterizado por movimientos antiglobalización
y la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos con una agenda
que busca restablecer la economía estadounidense y con una estrategia revisionista
del orden mundial.
Palabras clave: orden mundial, orden regional, gran estrategia, revisionismo, separación.
Abstract
Since 1991 a period of changes began in the world order and in Europe. The European
Union tried to hegemonize the post-Soviet space, but its military capacity remained
subordinated to the transatlantic military alliance; Russia adopted a revisionist strategy.
The crisis of 2007-2008 altered the global economic balance due to the rise of China
and the relative decline of the United States as a world leader. Furthermoren, it led
to a period of instability characterized by antiglobalization movements and the arrival
of Donald Trump to the presidency of the United States with an agenda that seeks
to restore the US economy and a revisionist strategy in the world order.
Key words: world order, regional order, grand strategy, revisionism, disengagement.
E
introducción
1
Kenneth Waltz, Theory of International Politics, Long Grove, Illinois, Waveland Press,
2014, pp. 79-101 (publicado originalmente en 1979).
2
Daniel Flemes y Thorsten Wojczewski, “Contested Leadership in International Relation:
Power Politics in South America, South Asia and Sub-Saharan Africa”, Working Papers, German
Institute of Global and Area Studies, núm. 121, febrero de 2010, pp. 5-10; Daniel Flemes,
“Conceptualising Regional Power in International Relations: Lessons fron the South African
Case”, Working Papers, German Institute of Global and Area Studies, núm. 53, junio de 2007,
pp. 6-18.
3
John Ikenberry, After Victory. Institutions, Strategic Restraint and the Rebuilding of
Order After Major Wars, Princeton, Nueva Jersey, Princeton University Press, 2001, pp. 22-37.
4
Robert Keohane, After Hegemony: Cooperation and Discord in the World Political
Economy, Princeton, Nueva Jersey, Princeton University Press, 2005, pp. 49-64.
5
Barry Posen y Andrew Ross, “Competing Visions for US Grand Strategy”, International
Security, vol. 21, núm. 3, invierno 1996-1997, pp. 5-53; John Mearsheimer y Stephen Walt,
“The Case for Offshore Balancing. A Superior US Grand Strategy”, Foreign Affairs, julio-agosto,
2016, pp. 70-83.
6
Daniel Flemes y Thorsten Wojczewski, “Contested Leadership in International...”, op. cit.
7
Michael Mastanduno, “Incomplete Hegemony and Security Order in the Asia-Pacific”,
en John Ikenberry (ed.), America Unrivaled. The future of Balance of Power, Ithaca, Nueva
York, Cornell University Press, 2002, pp. 181-210.
8
Sandra Destradi, “Regional Powers and Their Strategies: Empire, Hegemony and
Leadership”, Review of International Studies, vol. 36, núm. 4, octubre, 2010, pp. 903-930.
9
Este modelo lo sistematizó Detlef Nolte, “How to compare regional powers: analytical
concepts and research topics”, Review of International Studies, vol. 36, núm. 4, octubre, 2010,
pp. 881-901.
10
Joseph Joffe, “Defying History and Theory: The United States as ‘The Last Remaining
Superpower’”, en John Ikenberry (ed.), America Unrivaled. The future of Balance of Power,
op. cit., pp. 155-180.
11
Detlef Nolte, “How to compare regional powers...”, op. cit.
12
Michael Mastanduno, “Preserving the Unipolar Moment. Realist theories and US Grand
Strategy after the Cold War”, International Security, vol. 21, núm. 4, primavera, 1997, pp. 49-88.
13
Charles Krauthammer, “The Unipolar Moment”, Foreign Affairs, vol. 70, núm. 1, 1990-
1991, pp. 23-33.
14
Charles Krauthammer, “The Unipolar Moment Revisited”, The National Interest, invierno,
2002-2003, pp. 5-17.
15
Samuel Huntington, “The Lonely Superpower”, Foreign Affairs, marzo-abril, 1999, pp.
35-49; y “America in the World”, The Hedgehog Review, primavera, 2003, pp. 6-18.
16
Kenneth Waltz, “The emerging structure of international politics”, International Security,
vol. 18, núm. 2, otoño, 1993, pp. 44-79; John Mearsheimer, “Back to the Future. Instability in
Europe After the Cold War”, International Security, vol. 15, núm. 1, verano, 1990, pp. 5-56.
17
Kenneth Waltz, “Structural Realism after the Cold War”, International Security, vol. 25,
núm. 1, verano, 2000, pp. 5-41. Hay autores que exploran esta alternativa respecto a China
para la próxima década, tales como John Mearsheimer, The Tragedy of Great Power Politics,
Nueva York/Londres, Norton Co., 2014, pp. 360-411; y Graham Allison, Destined for War.
Can America and China Escape Thucydides’s Trap?, Boston/Nueva York, Houghton-Miflin-
Harcourt, 2017, pp. 105-184.
18
William Wohlforth, “US Strategy in a Unipolar World”, en John Ikenberry (ed.), America
Unrivaled. The future of Balance of Power, Ithaca, Nueva York, Cornell University Press, 2002,
pp. 98-118; Stephen Brooks y William Wohlfort, The United States’ Global Role in the 21st
Century, Nueva York, Oxford University Press, 2016, pp. 14-47.
19
Joseph Joffe, “Defying History and Theory...”, op. cit.
20
Michael Mastanduno, “Preserving the Unipolar Moment...”, op. cit.
21
No consideramos adecuado el término corrientemente utilizado de Alemania “reunificada”,
para aludir a la entidad política ampliada que emergió oficialmente el 3 de octubre de 1990.
No se trató de una “unificación” en términos de igualdad, sino la absorción de la República
Democrática Alemana dentro de las instituciones de la entonces República Federal Alemana
(RFA, Bundesrepublik Deutschland), de acuerdo con el artículo 23 de la Ley Básica de la
RFA, donde se establecía el proceso de “declaración de acceso” (Beitrittserklärung). De ahí
que la Alemania actual haya conservado el mismo nombre oficial de la RFA, Bundesrepublik
Deutschland. No hubo paridad de facto entre la RFA y la RDA: desapareció la RDA, pero la RFA
continuó. Véase Guadalupe Pacheco, “La desaparición de la República Democrática Alemana.
Contexto internacional y crisis interna”, Foro Internacional, vol. LV (4), núm. 222, octubre-
diciembre, 2015, pp. 965-1017. Además, para que la absorción fuese posible primero fue
necesaria una negociación entre las cuatro potencias ocupantes de Alemania conjuntamente con
la RDA y la RFA para devolverles a ambas su plena soberanía; dicho acuerdo quedó plasmado
en el Treaty on the Final Settlement with Respect to Germany, conocido como el Acuerdo Dos
más Cuatro (las dos Alemanias y las cuatro potencias ocupantes de 1945, Estados Unidos,
Unión Soviética, Reino Unido y Francia). Se firmó en Moscú, el 12 de septiembre de 1990 y
entró en vigor el 15 de marzo de 1991. En su parte medular se estableció: Article 7 (1) The
French Republic, the Union of Soviet Socialist Republics, the United Kingdom of Great Britain
and Northern Ireland and the United States of America hereby terminate their rights and
responsibilities relating to Berlin and to Germany as a whole. As a result, the corresponding,
related quadripartite agreements, decisions and practices are terminated and all related Four
Power institutions are dissolved. (2) The United Germany shall have accordingly full sovereignty
over its internal and external affairs. En ese tratado, cuidadosamente se utilizaron los términos
de “united Germany” o de “unification of Germany” (el inglés fue uno de los idiomas oficiales
del tratado), justamente para evitar confusiones políticas que pudiesen dar lugar a pretensiones
revisionistas de Alemania, Polonia, Unión Soviética y de todos aquellos países de esa región
que se vieron afectados por la ocupación de la Alemania nazi, así como por los repartos del
Tratado de Versalles de 1919 y del Tratado de Yalta de 1945. Texto original en inglés [https://
usa.usembassy.de/etexts/2plusfour8994e.htm], fecha de consulta: 29 de julio de 2018. La
unificación fue acordada por las dos Alemanias ya soberanas en el Treaty between the Federal
Republic of Germany and the German Democratic Republic on the Establishment of German
Unity (traducción oficial alemana al inglés), firmado por ambas el 31 de agosto de 1990 y que
entró en vigor el 29 de septiembre de 1990. El acceso de la RDA a la estructura política de la
RFA tuvo lugar a las cero horas del 3 de octubre. El texto integral puede consultarse en inglés
(traducción oficial del gobierno alemán) [http://ghdi.ghi-dc.org/sub_document.cfm?document_
id=78], fecha de consulta: 29 de julio de 2018. El énfasis que hemos puesto en la recuperación
de la soberanía es relevante desde el punto de vista de los problemas que planteó para el
Official Journal of the European communities, C 191, vol. 35, 29 de julio de 1992, p. 5, donde
se encuentra el texto integral del Tratado de Maastricht firmado en febrero de 1992. Esta
estructura duró hasta la firma del Tratado de Lisboa en 2009, cuando fue abandonada y los
tres pilares fueron fusionados en una entidad legal única.
24
Ulteriormente, en enero de 1995, países como Austria, Finlandia y Suecia −que habían
tenido de facto un papel de buffers entre los dos órdenes regionales europeos encabezados
por las respectivas superpotencias mundiales− pasaron a formar parte de la Unión Europea.
25
Tony Judt, Posguerra. Una historia de Europa desde 1945, México, Taurus Historia,
2011, pp. 953-981.
26
La intervención de la ONU fue por medio de la Fuerza de Protección de las Naciones
Unidas, más conocida como Unprofor.
27
A ello contribuyó el cambio de presidente en Francia. Jacques Chirac, a diferencia de
su antecesor el socialdemócrata François Mitterrand, y ante las reticencias del gobierno de
William Clinton, amenazó a Estados Unidos con retirar sus tropas del Unprofor si la OTAN no
asumia una actitud más activa en el conflicto. Incluso Rusia, a pesar de sus dificultades internas,
también presionó en esa dirección y asumió algunas operaciones en el terreno.
28
El texto original se puede consultar en el sitio oficial de la Comisión Europea [http://
europa.eu/rapid/press-release_PRES-95-356_en.htm], fecha de consulta: 31 de julio de 2018.
29
Su antecedente organizativo era la Conferencia de Seguridad y Cooperación en
Europa (CSCE), creada en 1973, cuyos acuerdos se plasmaron en el Acta Final de Helsinki o
Acuerdo de Helsinki de 1975. En 1995, la CSCE cambio su nombre a OSCE. Durante 1989-1990,
especialmente cuando se debatía el problema de la unificación de las dos Alemanias, la Unión
Soviética y Francia manejaron la idea de convocar un Helsinki II para crear una estructura,
que no fuera la OTAN, que atendiera los problemas de seguridad europeos, en particular los
derivados del cambio en el balance de poder que significaba la soberanía y unificación de
Alemania. Estados Unidos se opuso a esa visión. Más tarde, cuando se debatía en torno a la
incorporación del Grupo Visegrád a la OTAN, el tema salió de nuevo a flote. Véanse Philip
Zelikow y Condoleezza Rice, Germany Unified and Europe Transformed. A study in Statecraft,
Cambridge, Massachusetts/Londres, Harvard University Press, 2002, pp. 138-197; Aarita Eriksson,
“The Building of a Military Capability in the European Union”, en Jan Hallenberg y Hakan
Karlsson (eds.), Changing Transatlantic Security Relations, Londres/Nueva York, Routledge,
2006, pp. 44-62; Dov Lynch, Russia Faces Europe, Chaillot Papers núm. 60, París, Europan
Union Institute for Security Studies, 2003, pp. 39-42. Al final de cuentas prevaleció la visión
estadounidense de que la OTAN fuese la principal estructura militar y de seguridad en Europa,
tal y como lo había expresado el presidente estadounidense George H.W. Bush ante la reunión
cumbre de la OTAN en diciembre de 1989: “The US will remain an European power” (citado
por Philip Zelikow y Condoleezza Rice, Germany Unified and Europe Transformed. A study
in Statecraft, op. cit., p. 133).
30
Estados Unidos los apoyó a través de la OTAN, con la formación del Consejo de
Cooperación Noratlántico en noviembre de 1991 y luego con la creación del Partenariado
sirvió a Estados Unidos para contar con nuevos miembros dentro de esas dos
instancias con posiciones favorables a la superpotencia. También aprovechó
ese proceso para mantener la presencia de sus tropas en Europa y coartar
la eventual autonomización militar de la naciente UE.31 Una razón adicional
estaba ligada al complejo industrial-militar estadounidense, ya que la reforma
de los ejércitos de los nuevos Estados miembros les abría un nuevo nicho
en el mercado de armas.32 En 1999 se firmó en Washington el Tratado que
oficializó el ingreso de esos tres países a la alianza transatlántica, lo que les
aseguró su futuro ingreso a la Unión Europea.
En 2004, luego de una segunda ampliación de la OTAN, diez países
europeos de la antigua esfera de influencia soviética fueron admitidos
oficialmente como miembros de la UE. Así, 2004 fue un corolario de 1999.
Fue una sobreextensión prematura de la Unión; no obedeció a un proceso
de intensificación de los intercambios económicos, humanos y culturales;
en cambio, sí reunió a economías y sociedades muy dispares. El fracaso
en 2005 de la aprobación de una Constitución de la UE puso en evidencia
que al proyecto le faltaba un arraigo social mayor. Durante este proceso de
reorganización del espacio unioneuropeo, se afianzó la subordinación de este
orden regional a los intereses estratégicos del orden mundial encabezado por
Estados Unidos, lo que pronto provocó divisiones internas.
Superada esta fase, a los ojos de Estados Unidos, la UE debía encargarse
de mantener la estabilidad interna e incluso la de su periferia externa,
especialmente en sus fronteras con Rusia y otros países post-soviéticos, sin
que la superpotencia tuviese que invertir grandes recursos en ello. Era como
delegarle las tareas regionales a la UE, incluida la seguridad de su periferia
externa (la denominada “vecindad”). Las autoridades de la UE pasaron a ser una
especie de hegemón regional colectivo encargado de mantener la seguridad
y la defensa del orden abarcado por la UE y su periferia, en particular hacia
el espacio post-soviético, pero también incluía el Magreb y parte de Medio
Oriente. Pronto fue evidente que la UE no contaba ni con las capacidades ni
con los recursos suficientes para responder a esas demandas e incluso tuvo
importantes divisiones internas para enfrentar esos problemas, en primer
lugar, los planteados en el espacio post-soviético situados en la “periferia” o
“vecindad” de la Unión Europea.
33
El nombre completo era Congreso de los Diputados del Pueblo de la Federación Rusa.
34
No por casualidad, en esta estrategia, en diversos momentos clave, las entregas a Rusia
de los recursos financieros otorgados ocurrieron especialmente durante las coyunturas políticas
críticas (golpe de 1993, elecciones de 1996 y anuncio oficial de ampliación de la OTAN en
1997). Del mismo modo, la invitación a participar en el G7 fue simultánea a la Cumbre de la
OTAN en Madrid. También fue útil para lograr el apoyo de Rusia en la desnuclearización del
espacio post-soviético, especialmente en Ucrania.
35
Las reservas del banco central se agotaban, el rublo se devaluó (en un mes pasó de
6.4 rublos el dolar a 21) y el gobierno declaró la moratoria al pago de la deuda (el servicio
de la deuda de marzo de 1999, ascendía a 17.5 billones de dólares, la mayor parte de los 20
billones del presupuesto total del gobierno).
36
[https://ec.europa.eu/neighbourhood-enlargement/ neighbourhood/overview_en], fecha
de consulta: 29 de julio de 2018.
37
[https://www.nato.int/cps/cn/natohq/official_texts_25468.htm], fecha de consulta: 29
de julio de 2018.
38
Jean-Robert Raviot, Qui dirige la Russie?, París, Lignes de Repères, 2007, pp. 90-105.
39
Andrei Tsygankov, Russia’s Foreign Policy. Change and Continuity in National Identity,
Lanham, Md., Rowman & Littlefield, 2013, pp. 133-170.
40
Charles Kupchan, “Hollow hegemony or Stable Multipolarity?”, en John Ikenberry
(ed.) (2002), America Unrivaled. The future of Balance of Power, Ithaca, Nueva York, Cornell
University Press, 2010, pp. 68-97.
41
Michael Mastanduno, “Preserving the Unipolar Moment...”, op. cit.
42
Charles Kupchan, “Hollow hegemony or Stable Multipolarity, op. cit.
43
Barry Posen y Andrew Ross, “Competing Visions for US Grand Strategy”, op. cit., pp. 15-21.
44
John Mearsheimer y Stephen Walt, “The Case for Offshore Balancing. A Superior US
Grand Strategy”, op. cit.; Joseph Joffe, “Defying History and Theory...”, op. cit.
45
Barry Posen y Andrew Ross, “Competing Visions for US Grand Strategy”, op. cit., pp. 3-14.
46
La crisis se disparó por cuestionables políticas financieras del gobierno estadounidense y
las prácticas excesivamente riesgosas de los denominados bancos de inversión (especialmente
la especulación en torno a las hipotecas inmobiliarias y la creacion de instrumentos financieros
altamente especulativos).
47
De acuerdo con los datos del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.
b) El revisionismo de Rusia
48
Hal Brands, “Breaking down Obama’s Grand Strategy”, The National Interest, 23 de
junio de 2014 [http://nationalinterest.org/feature/breaking-down-obamas-grand-strategy-10719],
fecha de consulta: 1 de diciembre de 2017; Peter Beinart, “Obama’s Disastrous Iraq Policy:
An Autopsy,” The Atlantic, 23 de junio de 2014 [http://www.theatlantic.com/international/
archive/2014/06/obamas-disastrous-iraq-policy-an-autopsy/373225/]; Daniel Drezner, “Does
Obama Have a Grand Strategy? Why We Need Doctrines in Uncertain Times”, Foreign Affairs,
vol. 90, Issue 4, julio/agosto, 2011, pp. 57-68.
49
Acrónimo transliterado del nombre original en árabe del Estado Islámico de Irak y el
Levante.
50
Esto significaría que una potencia regional mayor, que sea hegemónica en su área de
influencia y que abrigue ambiciones revisionistas en el orden mundial, puede oponer a la
estrategia de hubs & spokes una contra-estrategia multipolarista, de hubs pero sin spokes, a
partir de la cual se establezca un determinado tipo de interacciones entre diversos órdenes
regionales que le permitan contrarrestar o contener, aunque sea parcialmente, la gran estrategia
de la superpotencia solitaria.
51
Yann Breault, Pierre Jolicoeur y Jacques Lévesque, La Russie et son ex-empire.
Reconfiguration géopolitique de l’ancien espace sovietique, París, Presses de Sciences Po, 2003,
pp. 53-77; Bertil Nygren, The Rebuilding of Greater Russia, Nueva York, Routledge, 2010, pp.
24-46; Jan Hallenber y Hakan Karlsson, “A new strategic triangle: defining changing transatlantic
security relations”, en Hallenberg y Karlsson (eds.), Changing Transatlantic Security Relations.
Do the US, the EU and Russia form a new strategic triangle?, Londres/Nueva York, Routledge,
pp. 1-17; Roy Allison, “Russia security engagement with NATO”, en Roy Allison, Margot Light
y Stephen White, Putin’s Russia and the enlarged Europe, Londres, Chatham House, 2006,
pp. 95-129.
52
[http://en.kremlin.ru/events/president/transcripts/24034], fecha de consulta: 5 de
diciembre de 2017.
53
Yann Breault, Pierre Jolicoeur y Jacques Lévesque, La Russie et son ex-empire.
Reconfiguration géopolitique de l’ancien espace sovietique, op. cit.; Andrei Tsygankov, Russia’s
Foreign Policy. Change and Continuity in National Identity, op. cit.; Bertil Nygren, The
Rebuilding of Greater Russia, op. cit.
54
Es el acrónimo formado por las iniciales de los cuatro países que iniciallmente lo
integraron: Brazil, Rusia, India y China. Más tarde se les unió Sudáfrica.
55
Rubén Ruiz, “Ucrania regresa a la frontera: de la Revolución a la anexión de Crimea”,
en Rubén Ruiz, Ucrania. De la Revolución del Maidán a la Guerra del Donbass, Salamanca,
Comunicación Social, 2016, pp. 39-126; Francisco Ruiz, “Del Maidán a la guerra del Bajo Don”,
en Susana Ferreira, Globalización y cambios en la actual agenda de seguridad, Madrid, IUGM,
2017, pp. 29-55.
56
Los otros países con crisis de pago de la deuda y/o incapacidad de su gobierno para
financiar el rescate (bail out) de sus bancos fueron Portugal, España, Irlanda y Chipre.
Todo esto forma parte del proceso de reacomodo en curso del orden
internacional en sus distintos niveles, cuyo curso y desenlace no es claro aún.
De ahí que algunos autores se pregunten si la era americana ha llegado a su
57
Donald Trump, Inaugural Address, 20 de enero de 2017 [https://www.whitehouse.gov/
briefings-statements/the-inaugural-address/], fecha de consulta: 25 de enero de 2017.
58
En diciembre de 2017 se presentó el documento National Security Strategy. El texto
fue elaborado por dos colaboradores del gobierno estadounidense que disienten de la visión
clásica de Trump. Es posible que el presidente Trump haga caso omiso de ese documento
en la práctica [https://www.whitehouse.gov/articles/new-national-security-strategy-new-era/],
fecha de consulta: 19 de diciembre de 2017.
59
Henry Kissinger, World Order, Nueva York, Penguin Books, 2015; Joseph Nye, Is the
American Century Over?, Cambridge, Polity Press, 2015; Charles Kupchan, The End of the
American Era, Nueva York, Vintage Books, 2002; Richard Haass, A world in Disarray, Nueva
York, Penguin Press, 2017; Graham Allison, Destined for War. Can America and China Escape
Thucydides’s Trap?, op. cit.; y John Mearsheimer, The Tragedy of Great Power Politics, op. cit.
(nota al pie 11).
60
Stephen Brooks y William Wohlfort, The United States’ Global Role in..., op. cit.
61
Sobre este tema, véase el reciente libro de John Mearsheimer, The Great Delusion: Liberal
Dreams and International Realities, New Haven, Yale Universisty Press, 2018.