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JULIANA JEREZ NORIEGA

El hombre deportista:

El hecho de mostrar el esfuerzo muscular que representa esta categoría necesita una gran cantidad
de verdad, de compromiso y de inspiración. Me parece interesante el surgimiento de esta posición,
de la época en la que el esfuerzo físico era clave en los trabajadores, y que poco a poco se ha ido
perdiendo en la vida cotidiana. Recuperar esa lucha y exponerla. Además de la conexión con el
mundo y sus leyes, como la gravedad. Física y psicológicamente, como el peso moral.

El hombre de salón:

Contraria al hombre deportista, es el hombre que trata las relaciones armónicas, la tranquilidad, sin
intentar un esfuerzo físico, las situaciones en las que el cuerpo y la mente no sufre.

La estatua móvil:

Trasladar al cuerpo, el trayecto del pensamiento de un personaje. Desde el centro de energía que es
el tronco, desde donde surge la vida, y donde se evidencia la verdad con la que se hace cada
movimiento. Que la idea encuentre una realización material.

El hombre de sueño:

Ese estado, esa sensación de encontrarse en otra realidad creo que es fundamental no solo por y
para el trabajo de Decroux sino para la actuación en general. Es ese estado el que le da el sentido a
pararse al frente de un escenario e intentar hacer arte.

Lo real existe, solo para que le demos nuestra propia interpretación, desde los subjetivo, desde la
memoria, desde las experiencias, una reconstrucción de la realidad.

El pensamiento es el gran motor de las acciones que realice el cuerpo, todo esto solo en busca de la
verdad, no confundiéndola con “realismo” sino con la sinceridad y justificación del movimiento, que
puede ser articulado de maneras diferentes a la cotidianidad.,

La generalidad aparece en Decroux al no querer apegarse a anécdotas o historias demasiado


realistas o de su época, así sus obras perduran en el tiempo y no pasan de moda.

Las obras de Decroux se dejan a la libre interpretación pues el espectador al ver la pieza visual la
entiende según su propia experiencia interior y lo que le transmita el cuerpo del actor.

Las experiencias que enriquecieron y encaminaron el trabajo de Decroux al haber tenido tantos
trabajos y entendido la mecánica de ellos, me enseñan que la vida real no está desligada del arte, al
contrario, es la expresión más fiel de éste, creo que una no puede existir sin la otra.

Como todo alumno iniciando, su primera etapa de trabajo con Copeu estuvo marcada por ciertos
dramas personales y estructurales de la escuela, lo cual a mí me hace pensar en la inestabilidad que
le dio la entrada a Decroux a este arte dramático. Me quedó sonando una frase “Es difícil incluso
fracasar” En una etapa tan inicial en su vida artística, ver como su gran maestro Copeu “fracasaba”
con su escuela, como él lo menciona. Pero que, aun así, era necesario un compromiso y una pasión
por lo que hacía, para poder fracasar, cosa que muchos que lo imitaron no pudieron, me parece muy
interesante para los momentos en lo que yo también le temo a fracasar y pienso en que es por falta
de compromiso y no por un gran compromiso con el proceso que ineludiblemente en algún
momento me llevará a fracasar y volver a empezar.
En el mimo corporal, la máscara neutra y el cuerpo desnudo se evidencia el mayor exponente de la
imaginación en el teatro, sin artilugios, sin las luces que nos dan la atmosfera, sin los objetos que nos
ayudan a hacer la acción más dinámica, ¡Sin los vestuarios!, ¡sin el maquillaje! Que hoy en día nos
dan la noción de que hacen el 50% del trabajo del actor (cosa que no debería ser así) Imaginar la
verosimilitud que debieron alcanzar tales actores en la función de 1924 para desprenderse de todos
esos elementos y seguir dando esa magia encima del escenario con solo su cuerpo y su mente en
escena.

El hecho de retirar ciertos elementos de escena que están fuera del actor, como escenografía,
vestuario y texto, dejan al actor completamente desnudo, se trabaja con lo que queda de él y así
podemos entender cuál era el papel fundamental de esos elementos exteriores, y que tan necesario
es volverlos a integrar a la escena.

El cuerpo y el pensamiento son un complemento, de la misma manera en que el pensamiento


moviliza el gesto de manera real, el gesto modifica el pensamiento, la mecánica, el esfuerzo, las
sensaciones, también modifican nuestro ser. Una frase que se me viene a la cabeza al pensar en esto
“Cuando miras al abismo, el abismo también mira dentro de ti".

¿Cómo lograr que el cuerpo no niegue lo que dice la voz? ¿Qué esta combinación se complemente
sin subordinar uno al otro? ¿Qué cuando el actor se calle no haya desencanto? Creo que colocar el
enfoque en el cuerpo, hizo que se estudiaran todas las capacidades expresivas que éste tiene para
transformarse en la emoción y el impulso que el personaje necesita, por eso fue importante ver la
mima no solo como medio de producción de comedia sino investigar sus otras facetas, terror,
miedo, amor, piedad, sueños, etc.

El teatro es el arte del actor, el actor que hace, que crea la acción, independientemente de lo
externo, el actor constituye el teatro, así como la dramaturgia, que en conclusión es una secuencia
de acciones realizadas por alguien en tiempo y espacio determinado. Pero el teatro no es una
síntesis de todas las artes, puede vivir sin la danza, o sin la música, o sin la pintura, pero nunca sin el
actor, nunca.

“Un arte es tanto más rico, cuanto más pobre es”.

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