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David Ernesto López

El ēthos tradicional. Estudio sobre ética antigua

ISSN: 1995-4743

Año 11 Vol. 2, n.º 29 Julio-Diciembre 2017


El ēthos tradicional.
Estudio sobre ética antigua
Artículo que fue ampliado en el conversatorio con
el Mtr. Jaime Escalante*

David Ernesto López


AKADEMOS es una revista semestral. De
Investigador del Centro de Investigaciones en Ciencias y Humanidades, CICH
amplio espacio editorial, para la publicación
de trabajos inéditos de investigación, de la Universidad Dr. José Matías Delgado
artículos de análisis, reseñas y opinión, en los davidelopez@hotmail.com
distintos tópicos de las ciencias, la tecnología,
las artes y la cultura.
Fecha de recepción 00/00/2013
Fecha de aceptación
San Salvador, 00/00/2013
El Salvador, Centroamérica Fecha de recepción 06/12/2017 • Fecha de aceptación 18/12/2017

Abstract
like Guthrie (1984), have named ethical in-
tellectualism; that is to say, it was retained
The concept of ancient Ethics is related
that moral goodness was linked to wisdom,
to Socrates and the Sophists. From them it
therefore with education as well. On the
passed through Plato, and reached its climax
contrary, moral evil is the result of illiteracy,
in Aristotle. No one of these theories un-
bad or deficient education. The Stagirite,
derstands ethics as a sum of advices or as
on the other hand, asks himself what is the
group of commandments of what the oth-
good for the individual and for the pólis.
ers ought to do. In this sense, ancient Ethics
On this respect, his conclusion is that this
carries out one of the requirements stated
good is the eudaimonía or the happiness,
by Moore (1907), when he says: “It is not
which is the human action´s end.
the business of the ethical philosopher to
give personal advice or exhortation”.

Apart from Aristotle, Plato and Socrates, * Coordinador en Maestría en Métodos y Técnicas de Investigación
Ethics is plenty of what some scholars, Social de la Facultad en CCHH Universidad de El Salvador.

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Julio-Diciembre 2017, n.º 29, ISSN: 1995-4743

Resumen Al respecto, ha sido ampliamente notado que


Aristóteles no se pregunta por qué acciones
debe realizar el individuo, tampoco da un
El concepto de ética antigua está ligado a conjunto de normas o consejos sobre lo que
una vertiente que viene de Sócrates (y los debemos hacer, sino que sencillamente se
Sofistas), pasando por Platón, y que tiene pregunta cuál es el bien que el individuo y la
su clímax en Aristóteles. En general, nin- pólis deben buscar. Su repuesta es categórica:
guna de estas teorías concibe la ética como este supremo bien es la eudaimonía.
un conjunto de consejos o normas sobre lo
que los demás deben hacer. En este sentido, Aristóteles, no obstante, no es el primer pen-
la ética antigua cumple una de las exigencias sador que aborda el problema ético. Antes
de Moore (1907), cuando afirma: “It is not de él lo hicieron Sócrates y los sofistas, y des-
the business of the ethical philosopher to de luego Platón. Pero a diferencia de ellos,
give personal advice or exhortation”. Aristóteles lo hizo de manera sistemática.

A excepción de la ética de Aristóteles, la de Debido a lo anterior, en nuestro estudio de


Sócrates y de Platón están plagadas de lo que la ética antigua abordaremos algunos aspec-
algunos estudiosos, como Guthrie (1984) han tos del pensamiento ético de Sócrates, bajo
llamado intelectualismo ético, esto es, la idea de el supuesto de que sus ideas al respecto las
que la bondad moral está ligada a la sabiduría y, encontramos en los así llamados diálogos juve-
por ende, a la educación y que, por el contrario, niles o socráticos de Platón. Luego de ello, pa-
la maldad moral es el producto de la ignoran- saremos directamente al pensamiento ético
cia, de la ineducación o de la mala educación. de Aristóteles.1
El Estagirita, en cambio, se pregunta por cuál
es el bien para el individuo y para la pólis, con- 2. El punto de partida: ¿una era
cluyendo que se trata de la eudaimonía o felici- posdeóntica?
dad, la cual es el fin de la acción humana.
Bloch (2000), el gran teórico francés de la
1. La ética antigua: la ética de la historia, afirma que la separación entre pasa-
virtud o aretē do y presente en la historia es poco relevante;
es más, la frontera entre ambos momentos
Cuando nos referimos a la ética antigua, el no es tan claramente perceptible, como algu-
nombre de Aristóteles salta inmediatamen- no de manera ingenua y ligera podría pensar:
te a la vista, y con razón; puesto que él es
quien ofreció por primera vez un estudio
sistemático de la misma, intentando definir
el bien del individuo y de la pólis, y estable- 1 Este escrito forma parte de un texto más amplio, en el que se
ciendo que este bien es la eudaimonía, tradu- abordará el ēthos antiguo, donde incluiremos a Platón y a las
filosofías helenísticas, así como el ēthos moderno y posmoderno,
cida usualmente por felicidad. y que será publicado en el año 2018.

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Asimismo, esta solidaridad de las edades ¿Cómo se llegó a este fracaso de la razón
tiene tal fuerza que los lazos de inteligi- ilustrada?, ¿se puede hablar de fracaso de la
bilidad entre ellas tienen verdaderamen- razón? Estas preguntas no se pueden res-
te doble sentido. La incomprensión del ponder desde el presente. Por eso, he pensa-
presente nace fatalmente de la ignoran- do que para entender el ēthos posmoderno, es
cia del pasado. Pero no es, quizás, menos mejor remontarnos al estudio de ēthos tradi-
vano esforzarse por comprender el pasa- cional, esto es, al estudio de las construccio-
do si no se sabe nada del presente. (…) nes teóricas que encontramos en los inicios
(p. 47) de la especulación moral, dentro de la cual
los griegos ocupan el primer lugar.
Así como en la distinción histórica entre pa-
sado y presente no es muy diáfana la línea No se trata de remontarnos a Tales de Mile-
divisoria, no se pueden separar tajantemen- to, a Parménides o Antístenes por un puro
te los problemas morales del presente con placer erudito, sino que vamos al pasado
los del pasado, si bien cada época tiene su para releerlo y buscar en él alguna inspira-
peculiaridad. Lo que ha cambiado, eso sí, es ción, si fuera posible, que nos ayude a cons-
la forma de abordarlos teóricamente. truir comprensión del presente.
¿Cuál es una manera posible y adecuada de 3. El lugar de la pregunta ética en la
abordar los problemas morales de la posmo- metaética de G. Moore
dernidad, caracterizada, por muchos, como
una era posdeóntica? ¿Puede ser esta manera En opinión de Moore (1907, p. 1), la mayo-
de abordarla mirar solo al presente moral y ría de filósofos morales estarían dispuestos
a las explicaciones teóricas de las conductas a aceptar lo siguiente: “La ética trata de la
tipificadas como de liberación de todas las cuestión acerca de lo que es ‘bueno y ‘mal
ataduras, de las cadenas de la tradición y de en la conducta/acción humana”.
cualquier compulsión moral, sin ir más allá
de nuestro momento? La afirmación anterior remite al problema
de la definición del bien y del mal: ¿qué es
Parece cierto que una de las característi- el bien?, ¿qué es el mal? Y de esta manera,
cas de la moral actual, posmoderna, es su Moore nos proporciona su primera aproxi-
carácter posdeóntico (Bauman, 2003), enten- mación a la ética: “What is good, what is
diendo por ello la pérdida, la superación bad? To the discussion of this question (o
e incluso el rechazo del sentido del deber, these questions), I give the name Ethics,
que de algún modo caracterizó la moral since that science must, at all events, include
ilustrada, particularmente la de Kant, pero it.”(Moore, 1907, p. 2)
no únicamente la de él, sino también de
toda aquella que conocemos bajo el mote Para definir la ética es conveniente conocer
de la modernidad. aquello que ella se pregunta. Y según Moore

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(1907), la ética se hace la siguiente pregunta: tafísica, según Moore, se entiende un “‘In-
'¿qué es el bien?' Investigar eso es la tarea de tento de obtener conocimiento, mediante la
la ética. La moral, en cambio, se pregunta lo razón, de lo que existe pero que no forma
siguiente: ‘¿qué debemos hacer? parte de la naturaleza , esto es, la referencia
a una realidad suprasensible.” (p. 112)
La moral, a diferencia de la ética, sí tiene leyes.
Al respecto, Moore (1907) afirma que hay De la misma manera, una proposición me-
tres tipos de leyes que tienen su propio ám- tafísica puede definirse así: “Proposiciones
bito. Así, el contenido de una ley natural nos acerca de la existencia de un algo suprasen-
dice: ‘Esto sucede en todos los caso ; mien- sible, que no es objeto de percepción.” (Mo-
tras que una ley legal indica que ‘el Estado or- ore, 1907, p. 111)
dena que se haga esto, o que esto se prohíba,
en todos los casos . En cambio, cuando nos ¿Es posible una ética metafísica? La respues-
referimos a una ley moral, el precursor de la ta de Moore (1907) es afirmativa, y tal ética
filosofía analítica refiere: “A moral law asserts metafísica habla de un bien supremo o sum-
‘this is good in all case ”. (p. 126) mum bonum y se caracteriza por describir el
supremo bien en términos metafísicos: en
4. Ética y metafísica, según G. Moore términos de una realidad suprasensible. Lo
que Moore no acepta es que esa realidad su-
¿Es el bien un concepto derivado de la ex- prasensible sea real; según él, se trata de una
periencia o una creación del entendimiento? ficción, una utopía. Con estas precisiones,
En otras palabras, ¿es el bien un concep- es válida una ética metafísica, en el sentido
to empírico o un concepto metafísico? Si de que la ética no debe tener un fundamen-
respondiéramos que se trata de lo primero, to empírico.
esto implicaría afirmar que la idea del bien
no puede ser algo a priori y, por otro lado, El bien supremo del que habla una ética me-
que se trata de algo fáctico, derivado de lo tafísica es real, en palabras de Moore (1907),
existente, de lo verificable. ¿Existe alguna pero no es natural. Este tipo de ética fue
otra manera de fundamentar esa idea? planteado ya por los estoicos, con su idea de
phýsis o naturaleza; igualmente lo plantearon
Con respecto a lo anterior, Moore (1907) Spinoza y Kant, entre otros. Pero este su-
parece inclinarse por una fundamentación premo bien que refiere una ética metafísica
metafísica de la idea del bien, cuando expo- no es algo dado en el mundo empírico o na-
ne que todas las éticas metafísicas compar- tural, y en este sentido no es real. En otras
ten un elemento en común: usan proposi- palabras, no existe; si pensáramos en una
ciones metafísicas como fundamento y de existencia parecida a la de una piedra o a
estas infieren proposiciones éticas. Pero, la de un sistema legal, por ejemplo. Es algo
¿qué se suele entender por metafísica?, ¿qué que está en un trasmundo, algo así como en
entiende específicamente Moore? Por me- el mundo inteligible que postulaba Platón, si

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bien para este gran pensador ese mundo era do?’, ¿qué debemos hacer? En este sentido, la
la verdadera realidad, más real que el mundo ética práctica se pregunta por qué acciones
empírico que vemos y tocamos. son deberes, cuáles son justas y cuáles inco-
rrectas. Esto solo puede ser respondido por
Y en este punto difiere Moore. Según él, la la relación de las acciones mencionadas con
construcción metafísica es una construc- la cuestión de qué es el bien en sí mismo, y
ción ficticia del entendimiento, una especie solo puede ser respondida por el método de
de ideal o utopía creado por la razón. En la investigación empírica. De esta manera,
este sentido, es una verdad del entendimien- enfatiza, las cuestiones de la ética práctica
to; pero que no tiene existencia real; pero no caen dentro de la pregunta qué es el bien
por ello deja de ser necesaria en una ética en cuanto medio, ‘What is good as means
metafísica: la construcción metafísica de la (p. 180)
realidad es muy útil para los propósitos de la
ética, afirma, si bien se trata de una ficción o Moore, al igual que otros pensadores ante-
de una realidad imaginaria, cuyo valor ético riores a él, piensa que la ética es una acti-
es igual al de la verdad, y lo refiere con estas vidad teórica, que no pretende decir a los
palabras: ‘Fiction is as useful as truth, for demás lo que tienen que hacer: “It is not
giving us matter, upon which to excercise the business of the ethical philosopher
the judgement of value (p. 121). Debido a to give personal advice or exhortation.”
este valor fundamental de la ficción, el autor (1907, p. 2)
sostiene que una ética está bien fundamen-
tada si tiene a la base una metafísica: ‘Ethics 5. La falacia naturalista, de G. Moore
should be based on Metaphysics . (p. 114)
Para Moore (1907), en consecuencia, definir
Moore (1907) concluye su exposición sobre la el bien “is the most fundamental question
fundamentación metafísica de la ética con la of all Ethics” (p. 4). Para nuestra sorpresa,
afirmación que la construcción metafísica de el autor afirma que el bien no puede ser
la realidad es muy útil para los propósitos de definido, porque es una noción simple, y lo
la ética, si bien esta construcción es una uto- simple no puede ser definido: ‘How is good
pía, imaginaria. Esto es muy coherente con to be defined? My answer is that it cannot
su afirmación del carácter teórico de la ética: be defined.” (p. 4)
“The direct object of Ethics is knowledge and
not practice.” (Moore, 1907, p. 14) ¿Por qué no puede ser definido el bien? De
acuerdo con Moore, definir una cosa es ana-
Moore (1907) utiliza el concepto de ética lizarla, descomponerla en sus partes; esto
práctica para referirse a lo que se suele llamar quiere decir que únicamente son definibles
moral. El autor piensa que la pregunta de la aquellas cosas complejas. El bien, en cam-
ética práctica no es ‘What ougth to be done’, bio, al ser una noción simple, sintética, esca-
¿qué se debe hacer?, sino esta: ‘What ougth we pa a una definición:

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“Let us, then, consider this position. My que cuando se nombran esas otras propie-
point is that good is a simple notion, just as dades se está definiendo el bien, esto es,
yellow is a simple notion; that, just as you que esas otras propiedades de las cosas son
cannot, by any manner of means, explain lo mismo que el bien y la bondad. Hacer
to anyone who does not already know it, esta identificación es lo que el autor llama
that yellow is, so you cannot explain what cometer la falacia naturalista: “This view I
good is. (…)” (Moore, 1907, p. 5) propose to call the ‘naturalistic fallacy and
of it I shall now endeavour to dispose.”
MacIntyre (1991), al criticar esta idea de de- (Moore, 1907, p. 10)
finición de Moore, piensa que definir algo
no es fragmentarlo en sus partes constitu- Copleston (1994), al tratar de explicar el
yentes (análisis). Este sentido de definición, concepto de falacia naturalista de Moore,
asegura el historiador de la ética, es propio sostiene que una manera de entender la
de Moore, es idiosincrásico, afirma, y lue- bondad es que no se trata de una cualidad
go hace este comentario agrio: “Quizás se no-natural de las cosas; por eso, quienes
efectúen más aseveraciones injustificadas e identifican la bondad con alguna cualidad
injustificables en Principia Ethica que en cual- natural cometen esa falacia. El ejemplo que
quier otro libro de filosofía moral.” (p. 240) da este historiador de la filosofía es mucho
más claro: imaginemos que lo placentero
El error de la mayoría de filósofos morales, también posee la cualidad de la bondad. De
si no de todos, es querer definir el bien y, ello no se sigue, no obstante, que lo placen-
de manera especial, considerarlo como una tero es la misma cosa que lo bueno. Y aclara
cualidad natural de las cosas, esto es, el bien aún más: no se puede afirmar “on ������������
the sup-
como una cualidad o propiedad natural que position that all primroses are yellow, that
poseen las cosas, hasta identificar esa esa to primrose and yellow are the same thing”
propiedad con determinada cosa concreta. (p. 410). Entonces, dice el gran historiador,
Moore piensa que la bondad es una cualidad
Un ejemplo de lo anterior, y que el mismo o propiedad no natural.
Moore refiere, es el del hedonismo. Si se
afirma que el placer es el bien, puede decir- Para el estudio de lo que sigue, las ideas de
se que el placer tiene la cualidad del bien; Moore serán de mucha ayuda, especialmen-
pero con ello no se define lo que es el bien te su idea del carácter no natural de la pro-
(no es definible). Si alguien hace la identifi- piedad del bien e igualmente aquella de la
cación entre bien y placer, está afirmando fundamentación metafísica de la ética. Las
con ello que el bien es una cualidad natu- ideas del autor, sin embargo, son de mayor
ral de las cosas placenteras. Es obvio, dice apoyo a la hora del estudio de lo que hemos
el autor, que las cosas que son buenas son dado en llamar ēthos tradicional que, sin duda,
también algo más; pero no se puede decir está más vinculado a ideas metafísicas.

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6. La pregunta ética en Sócrates: ética formaciones de que disponemos sobre él,


y paideia no sólo están algo distorsionadas, como
no podía ser menos, al verse filtradas a
Es muy probable que Sócrates no haya dejada través de las mentes de sus discípulos o
nada por escrito, pero sí hay acuerdo en tor- de sus adversarios, sino que sus propios
no a sus enseñanzas fundamentales, las que autores nunca pretendieron transmitir-
encontramos particularmente en los así lla- nos otra cosa que una ficción. (…)
mados escritos del periodo socrático o juveniles
de Platón (Copleston, 1994, pp. 139-40, Gu- Dos enseñanzas morales de Sócrates son es-
thrie, 1962, III, 313), e igualmente en algunos pecialmente importantes en la historia de las
otros de sus discípulos, como Jenofonte, en teorías morales. La primera de ellas es la que
sus Recuerdos de Sócrates y en su Apología. encontramos especialmente en el diálogo ju-
venil platónico titulado el Protágoras o de los so-
Con respecto a las fuentes para estudiar el fistas, donde se dan dos identificaciones sor-
pensamiento de Sócrates, conviene tener prendentes para su época y para la nuestra,
siempre en cuenta estas advertencias de Gu- y que fueron retomadas por Platón: el bien
thrie, 1962, p. 314: moral es el resultado de la sabiduría, mien-
tras que la maldad proviene de la ignorancia.
La distinción entre ambos [Sócrates y Lo mismo se plantea en Hipias Menor. En
Platón] se puede sostener únicamente en la República y en las Leyes, obras de madurez
el supuesto de que nuestras fuentes de y de vejez de Platón, respectivamente, estas
información sobre Sócrates son suficien- ideas suenan también, particularmente cuan-
tes para ofrecernos un retrato fiable de do el gran filósofo ateniense nos diga que
él como hombre y como filósofo. Toda es la paideia, como él la concibe, la que hace
exposición debe comenzar admitiendo bueno al hombre; asimismo cuando en las
que existe, y existirá siempre, un «proble- Leyes nos dice que un hombre sin educación
ma socrático». Esto es inevitable desde o con una mala paideia es la peor bestia que
el momento en que Sócrates no escribió ha parido la tierra. ¿Es la educación la que
nada, y que todo lo que sabemos sobre deviene moralmente bueno al ser humano?,
él y sus pensamientos procede de escri- ¿qué tipo de educación es la que hacer del ser
tos de hombres de las más variadas ca- humano un ser moralmente bueno? Abor-
racterísticas, desde filósofos hasta poetas demos, primero, la pregunta que ha dado pie
cómicos, algunos de los cuales lo admi- a toneladas de papel: ¿es la maldad moral
raban apasionadamente, mientras que
resultado de la ignorancia o de la no edu-
otros pensaban que su influencia había
cación? Dejemos que sea el mismo Platón
sido perniciosa. Se ha dicho, por una par-
quien refiera esta perspectiva socrática:
te, que su enseñanza estaba indisoluble-
mente vinculada a su persona, y por otra,
Si es cierto que lo agradable es bueno,
que no podemos saber nada sobre la per-
no es posible que un hombre, sabiendo
sona histórica de Sócrates porque las in-

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que puede hacer cosas mejores que las o es bueno, virtuoso o piadoso y por eso
que hace, y conociendo que puede hacer- los dioses lo aman?2 Estamos ante dos pos-
las, haga sin embargo las malas y deje las tulados completamente distintos. En el se-
buenas, estando en su voluntad el poder gundo tenemos un primer atisbo de lo que
escoger. Ser inferior a sí mismo no es otra posteriormente se llamará ética autónoma.
cosa que estar en la ignorancia; y ser supe- Escuchemos estas palabras centrales que
rior a sí mismo no es otra cosa que poseer Sócrates dirige a Eutifrón: “¿Lo santo es
la ciencia. (Platón, Protágoras, p. 140) amado por los dioses porque es santo o es
santo porque los dioses lo aman?” (Platón,
Esta primera idea de Sócrates, expresada Eutifrón, p. 37)
en el Protágoras, indica que la bondad o la
maldad están vinculadas íntimamente con Eutifrón, cuando intenta definir lo piadoso
la paideia. Es la educación la que puede ha- (tó hósion), confunde la definición universal
cer bueno al hombre. Esto se ratifica con la con ejemplos concretos de lo que quiere
afirmación que sostiene que la areté puede definir. Guthrie (1962, p. 115) ve en este de-
ser enseñada, y con la unidad de la misma, bate una de las grandes contribuciones de
esto es, se posee la virtud en su totalidad o Platón a la lógica: “las proposiciones univer-
no se posee. En breve, una persona, en la sales afirmativas no son convertibles” –por
perspectiva socrática, no puede ser un gran ejemplo: todos los hombres son animales,
canalla y a la vez un hombre valiente. pero no todos los animales son hombres–.
La segunda idea importante de Sócrates en Lo piadoso, en el caso de Eutifrón, aparece
el plano de la ética teórica es el así llamado como algo independiente de la voluntad de
dilema de Eutifrón, que encontramos en el diá- los dioses (Guthrie, 1964, p. 113)
logo platónico juvenil del mismo nombre.
En breve, el diálogo que sostienen Sócrates García-Marzá y González Esteban (2014)
y Eutifrón llega a un punto en que el maes- afirman que el término agathós, que usual-
tro de Platón pregunta a su interlocutor qué mente traducimos por bueno, originalmen-
es lo virtuoso/piadoso (tó hósion), buscando te “representa el conjunto de cualidades que
una respuesta que no se detenga en lo con- definen al noble homérico: valiente, hábil
creto y en los ejemplos de lo piadoso, sino y majestuoso. (…) No cuenta la actitud in-
en el concepto de ello.

Al responder Eutifrón con la definición


de que lo bueno, virtuoso o piadoso es lo 2 Sócrates interroga a Eutifrón sobre la conducta de los dioses: en-
que los dioses aman, Sócrates le hace una tre ellos hay disputas, envidias y guerras; unos están en contra
especie de retruécano que convierte tal afir- de otros; debido a eso, lo que a un dios agrada, puede no agradar
mación en un dilema: lo bueno, virtuoso o a otro. Por eso, no es sostenible la afirmación de que lo bueno o
lo piadoso es lo que los dioses aman. El gran maestro ateniense
piadoso ¿lo es porque los dioses lo aman, parece insinuar que el bien es algo bueno, a pesar de los dioses…

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terior, sino el reconocimiento exterior, pú- Liddell, H. & Scott, R., 1966 expresan que
blico” (p. 42). El término aretē es práctica- eudaimonía puede traducirse por “prosperi-
mente un sinónimo del anterior, aunque es dad, buena fortuna, opulencia”; mientras que
un concepto más amplio: se refiere a una el verbo eudaimoneō equivale a “ser próspero,
combinación de cualidades internas y exter- prosperar, ser verdaderamente feliz”. (p. 708)
nas. Solo con la Ilustración ateniense, con
Sócrates y los sofistas, afirman los autores, Sabemos que Aristóteles escribió tres obras
estos significados se desplazan “hacia la ac- de ética: la Ética a Eudemo, la Ética a Nicóma-
titud interna.” (p. 42) co y la Magna Moralia (considerada una sínte-
sis de las dos primeras) (Moreau, 1972, p. 7).
7. La eudaimonía: La pregunta ética Según el criterio filológico de Jaeger (1992),
en Aristóteles aunque la Ética a Nicómaco es posterior a la
Ética a Eudemo, aquella es la expresión del
¿Qué es la eudaimonía? pensamiento ético aristotélico. Esta misma
opinión sostienen la mayoría de críticos,
En la clasificación que él mismo hace de su entre ellos MacIntyre (1991, 64) y Moreau
filosofía, la ética y la política forman parte (1972, p. 6).
de lo que Aristóteles llama filosofía práctica,
esto es, se ocupa de la actividad humana, y Aristóteles inicia así su investigación en la
no de los productos de ella, cosa esta que Ética a Nicómaco:
corresponde a la poética. (Abbagnano y Vi-
salberghi, 1996) Todo arte y toda investigación e, igual-
mente, toda acción y libre elección pare-
MacIntyre (1991) tiene razón cuando afirma cen tender a algún bien, por esto se ha
que no es correcto traducir eudaimonía por manifestado, con razón, que el bien es
felicidad. El sustantivo está formado por un aquello hacia lo que todas las cosas tien-
adverbio, eu, y un sustantivo neutro, daimōn. den. (Aristóteles, 2001,I,9,1094a)
El significado básico del primero es bien,
opuesto a mal; mientras que el segundo es El filósofo advierte que hay diversos fines.
el sustantivo utilizado para nombrar a la di- Unos, plantea, son actividades; mientras que
vinidad o lo espiritual (Liddell, H. & Scott, otros son resultados aparte de esas activida-
R., 1966). Una traducción posible sería la de des. Los fines de este segundo tipo, señala,
prosperidad o buena felicidad. Pero pienso son preferibles a los primeros. Luego, acla-
que es preferible utilizar la palabra griega ra: hay fines que se desean en función de
y no sus traducciones; especialmente debe otros –por ejemplo, se desea la riqueza y la
evitarse su traducción por felicidad, debido a salud por los placeres que pueden propor-
las connotaciones que tiene en la actualidad, cionar–, sostiene, y enseguida se pregunta:
y que no expresan lo que los griegos y parti- ¿hay algún fin que queramos por sí mismo
cularmente Aristóteles querían decir. y no en vista de otros, de tal manera que

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las cosas se desearan a causa de él y que lo Con respecto a lo anterior, se hace otra pre-
que elijamos no esté determinado por otras gunta: ¿cuál es la meta a la que aspira la po-
cosas? Este fin sería el fin último o supremo, lítica y cuál es el bien supremo entre todos
pues se desea y se busca por sí mismo y no los que pueden realizarse? A lo cual respon-
para alcanzar otro fin. Las actividades cuyo de: “Tanto el vulgo como los sabios dicen
fin son ellas mismas son superiores porque qué es la eudaimonía (felicidad)” (Aristóteles,
son más suficientes, afirma. Las actividades 2001), pero ninguno de los dos la entiende
que tienen una obra como fin se realizan por de la misma manera. Y especifica: algunos
la obra que producen, y la obra es superior creen que la felicidad es alguna de las cosas
a la actividad. tangibles y manifiestas como el placer, o la
riqueza. Y hay hasta quienes creen, sostiene,
Contra cualquier reduccionismo de la eudai- criticando a Platón, que “existe otro bien en
monía a la felicidad individual o a un mero sí y que es la causa de que todos aquellos
vivir bien o vivir feliz, Aristóteles sostiene sean bienes”. En efecto, la ética de Aristó-
que el bien del individuo y el de la pólis es el teles es práctica, no especulativa, con claras
mismo, pero aclara: “Es más grande y más inclinaciones empiristas:
perfecto alcanzar y salvaguardar el de la ciu-
dad; porque procurar el bien de una perso- El bien del hombre. Esa preocupación por
na es algo deseable, pero es más hermoso lo concreto que caracteriza la moral de
y divino conseguirlo para un pueblo y para Aristóteles, lo induce a precisar que el ob-
ciudades”. (Aristóteles, 2001,I,8, 1094a.) jeto de la ética es definir el bien del hom-
bre, esto es, un bien práctico realizable, y
Al precisar el concepto aristotélico de eudai- realizable por el hombre. (…) (Moreau,
monía, MacIntyre (1991) advierte que esta 1972, p. 196)
incluye la idea de comportarse bien (una
vida según la areté) y vivir bien: Establecido lo anterior, Aristóteles se
aproxima a la idea de eudaimonía: “El bien es
El próximo paso de Aristóteles consis- el fin último, que se busca por sí mismo, es
te en dar un nombre a su posible bien decir, consiste en la eudaimonía”. Lo que se
supremo: eudaimonía, denominación busca por sí mismo, continúa, en más per-
que se traduce inevitablemente, aun- fecto que lo que se busca por otra cosa. Y
que mal, por felicidad. Se traduce mal nos dice lo que entiende por perfecto: “Lla-
porque incluye tanto la noción de com- mamos perfecto lo que siempre se elige por
portarse bien como la de vivir bien. El sí mismo y nunca por otra cosa”. Y esto es
uso aristotélico de esta palabra refleja lo que sucede con la eudaimonía: la elegimos
el firme sentimiento griego de que la por ella misma y nunca por otra cosa.
virtud y la felicidad, en el sentido de
prosperidad, no pueden divorciarse por Aristóteles sostiene que lo que hace de-
entero. (…) (p. 64) seable la vida es la eudaimonía, que es

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“algo perfecto y suficiente, ya que es el fin importantes. Los otros bienes, parece indi-
de los actos”. En este sentido, afirma que al car, son necesarios, pero relativos; y en al-
ser humano no lo diferencia de otros seres gunos casos su exceso puede dañar el alma,
vivos el simple vivir, tampoco la pura sen- como lo dirá en la Política.
sibilidad. Lo propio suyo, continúa, es que
“obedece a la razón”: En este sentido, el hombre feliz, para Aristóteles,
no es el que posee muchos bienes exteriores o
Si, entonces, la función propia del hom- del cuerpo, sino el que “vive bien y obra bien,
bre es una actividad del alma según la ra- pues a esto es, poco más o menos, a lo
zón, o que implica la razón, y si, por otra que se llama buena vida y buena con-
parte, decimos que esta función es espe- ducta” (Aristóteles, 2001, I,11,1094a). Pero
cíficamente propia del hombre y del ese vivir bien o feliz no puede ser asocia-
hombre bueno, como el tocar la cítara do con el placer, al menos con el sentido
es propio de un citarista y de un buen hedonista del mismo, pues el autor expresa
citarista, y así en todo añadiéndose a la
su concepto del mismo, afirmando que el
obra la excelencia queda la virtud (pues
verdadero placer “es algo que pertenece al
es propio, de un citarista tocar la cítara
alma”. Y aclara todavía más: para una per-
y del buen citarista tocarla bien), sien-
sona a quien gustan los caballos, el caballo
do esto así, decimos que la función del
hombre es una cierta vida, y ésta es una es placentero”; en cambio, “las cosas vir-
actividad del alma y unas acciones razo- tuosas gustan al que ama la virtud”. Luego
nables, y la del hombre bueno estas mis- agrega que “la vida de estos hombres no
mas cosas bien y hermosamente, y cada necesita del placer como de una especie
uno se realiza bien según su propia virtud. de añadidura, sino que tiene el placer en
(Aristóteles, 2001,I,9,1094a) sí misma”. Para concluir su definición
de la eudaimonía, el gran filósofo establece
El bien del ser humano, la eudaimonía, tiene que que “La eudaimonía, por consiguiente, es lo
ver, para Aristóteles, con la areté: “el bien del mejor, lo más hermoso y lo más agradable,
hombre es una actividad del alma de acuer- y estas cosas no están separadas como en
do con la virtud, y si las virtudes son varias, la inscripción de Delos: ‘Lo más hermoso
de acuerdo con la mejor y más perfecta, y es lo más justo, lo mejor, la salud. Pero lo
además en una vida entera”. Esta eudaimonía, más agradable es lograr lo que uno ama’”.
añade, no puede ser algo pasajero o instantáneo, (Aristóteles, 2001,I,12,1094ª)
afirma, criticando con ello las éticas hedonistas,
muy en boga en su tiempo. Aunque el gran pensador haya definido el
bien del hombre como una actividad del
Al diferenciar entre los varios tipos de bie- alma de acuerdo con la virtud, lo cual po-
nes –exteriores, del alma y del cuerpo–, dría pensarse como una especie de espiri-
Aristóteles concede supremacía a los bienes tualización; con gran realismo afirma la ne-
del alma, de los que afirma que son los más cesidad de la satisfacción de las necesidades

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fundamentales para ser feliz: “Es evidente duo no puede ser feliz hoy y desgraciado ma-
que la felicidad necesita recursos externos, ñana, puesto que las actividades que lo hacen
como dijimos; pues es imposible o no es fá- bueno y feliz son aquellas de acuerdo con la
cil hacer el bien cuando no se cuenta con aretē, lo cual es estable y no depende de la
recursos” (Aristóteles, 2001, I,13,1094a). fortuna, como lo afirma explícitamente:
Adicionalmente, el filósofo advierte que la
eudaimonía deviene “mediante la virtud y En efecto, en ninguna obra humana hay
cierto aprendizaje o ejercicio”. En este sen- tanta estabilidad como en las actividades
tido, el gran pensador refiere que la virtud virtuosas, que parecen más firmes, incluso,
se adquiere mediante la práctica de activida- que las ciencias; y las más valiosas de ellas
des virtuosas: son firmes, porque los hombres virtuosos
viven sobre todo y más continuamente de
“(…) En cambio, adquirimos las virtu- acuerdo con ellas. Y ésta parece ser la razón
des como resultado de actividades an- por la cual no las olvidamos. Lo que busca-
teriores. Y este es el caso de las demás mos, entonces, pertenecerá al hombre feliz,
artes, pues lo que hay que hacer después y será feliz toda su vida; pues siempre o
de haber aprendido, lo aprendemos ha- preferentemente hará y contemplará lo que
ciéndolo. Así nos hacemos constructo- es conforme a la virtud, y soportará las
res construyendo casas, y citaristas to- vicisitudes de la vida lo más noblemente
cando la cítara. De un modo semejante, y con moderación en toda circunstancia el
practicando la justicia nos hacemos jus- que es verdaderamente bueno y «cuadriláte-
tos; practicando la moderación, mode-
ro, sin tacha». (Aristóteles, 2001,I,14,1094a)
rados, y practicando la virilidad, viriles.
(…)” (Aristóteles, 2001, 158-59)
Aristóteles recuerda que el hombre virtuoso
y feliz soporta todas “las vicisitudes de la for-
Aristóteles piensa que la eudaimonía solo se
tuna y actúa siempre de la mejor manera posi-
puede predicar de los seres humanos, y la
ble, en cualquier circunstancia”. Pero no sólo
razón es que la misma necesita del marco
porque actúa de acuerdo a una vida perfecta,
de la pólis, espacio donde el individuo parti-
sino porque también “está suficientemente
cipa y alcanza su felicidad, y los animales no
provisto de bienes externos no por algún
pueden participar de estas actividades: no
periodo fortuito, sino durante toda la vida”
puede llamarse “feliz al buey, ni al caballo,
(Aristóteles, 2001,I,14,1094a.). Los bienes,
ni a ningún otro animal, pues ninguno de
por otro lado, son, en primer lugar, aquellos
ellos es capaz de participar de tal actividad”.
que son fines en sí mismos, y ejemplifica que
(Aristóteles, 2001,I,13,1094a)
se parecen a los dioses, que los honramos y
son fin en sí mismos; en tanto que hay otros
Aristóteles rechaza la idea de una eudaimonía
bienes que se suelen llamar instrumentales, y
coyuntural o emotiva. En este sentido piensa
son aquellos que se buscan a causa de otra
que se trata de algo estable y que un indivi-
cosa. A este tipo de bienes Moore (1907) les

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llama el bien como medio (the good as means), mien- ocuparse sobre todo de la aretē, pues quiere
tras que a los anteriores les llama el bien como fin hacer a los ciudadanos buenos y sumisos a
(the good as end). ¿Qué tipo de bien es la eudaimo- las leyes (Aristóteles, 2001,I,17,1094a). El
nía? La respuesta es categórica: es un bien en político mismo debe ser representante de
sí mismo, como los dioses, que son fin en sí la aretē, como en Platón, cuando en su Re-
mismos. Al igual que los dioses, la eudaimonía pública afirma que el político tiene que ser
es la causa de todos los bienes: “todos hace- bueno y bello.
mos todas las demás cosas, y el principio y
la causa de los bienes lo consideramos algo La eudaimonía es en Aristóteles el bien su-
digno de honor y divino”. (Aristóteles, 2001, premo o el sumo bien, aquello que la Esco-
I,17,1094ª) lástica llamó el Summum bonum, en lenguaje
metafísico. En el gran filósofo, sin embargo,
Eudaimonía y aretē la eudaimonía no es un concepto metafísico,
en el sentido en que venimos usando este
Este es el momento adecuado para pregun- término, siguiendo a Moore (1907). Ella es,
tarnos ¿cuál es la relación entre eudaimonía y como hemos dicho, un concepto ligado al
aretē? Aristóteles responde: “La eudaimonía de aretē. Y por eso para completar la idea
es una actividad del alma de acuerdo con la central de la ética aristotélica es necesario
aretē perfecta” (Aristóteles, 2001,I,17,1094a). abordar cómo entiende la aretē o virtud.
Con razón Moreau (1972) insiste en que la
eudaimonía puede definirse como “la acti- Moreau (1972, 209) se pregunta con respec-
vidad del alma ejerciéndose conforme a la to a la virtud:
virtud” (p. 196). Así, para él, la felicidad está
vinculada intrínsecamente con la virtud: no (…) ¿Es ella verdaderamente para él [el
hay eudaimonía sin aretē; dicho de otra mane- hombre] el bien supremo? ¿Es por ella
ra, el hombre que es virtuoso es feliz y, al que se pone feliz? Aristóteles concede
revés, el hombre feliz es virtuoso. No hay que la virtud no es todavía el bien supre-
eudaimonía sin aretē. Esta idea, como sabemos, mo: la felicidad no puede consistir en una
viene de Platón, y luego de Aristóteles pasa héxis, en simple aptitud o disposición, por
a las filosofías helenistas, especialmente al excelente que ella sea; supone la enérgeia,
estoicismo, y también la encontramos en el el ejercicio de esa función excelente. (…)
judaísmo helenista, particularmente en Filón
de Alejandría, en su Quod omnis probus liber sit. En este sentido, Moreau aclara que no
puede haber identidad entre eudaimonía y
Aristóteles parece muy obstinado en vin- areté: la felicidad, afirma, “no consiste pro-
cular la eudaimonía con la pólis, y ahora lo piamente en la virtud, sino en el ejercicio
hace de nuevo, cuando afirma que el ver- de ella, en la vida razonable, a la cual nos
dadero político está vinculado con la aretē dispone la virtud; el alma humana encuentra
y, por ende, con la eudaimonía, y que debe en la práctica de las virtudes, en el ejercicio

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de sus facultades razonables, su satisfacción morales (la libertad, la moderación), dentro


más elevada”. (1972, p. 210). Bien podría de las que la justicia es la fundamental. En
decirse que la eudaimonía es actividad vir- palabras de Abbagnano y Visalberghi (1996,
tuosa, y no la virtud en sí. p. 100), se trata del “dominio del alma inte-
lectiva sobre los apetitos sensibles”, y con-
El gran pensador afirma que la virtud o siste en la capacidad de escoger el “justo
aretē es algo del alma; de la misma manera, medio” entre dos extremos viciosos, de los
la felicidad o eudaimonía es una actividad del cuales uno peca por exceso y el otro por de-
alma. En breve, la eudaimonía y la aretē son fecto; por ejemplo, la cobardía es un extremo,
actividades del alma. El alma, para el autor, y la temeridad, el otro. Aristóteles dirá que el
tiene dos partes, una racional y otra irracio- justo medio es la valentía.
nal. Al respecto, Mayer (1967) recuerda que
Aristóteles piensa que el hombre tiene tres Las virtudes dianoéticas o intelectuales –del
almas: una vegetativa, otra animal y, por úl- pensamiento, las llama Moreau (1972)- se
timo, la racional. adquieren, según el autor, mediante pro-
cesos de enseñanza-aprendizaje, esto es,
Según Moreau (1972, p. 198), en Aristóteles mediante la educación; en tanto que las
“La virtud del hombre consiste en evitar en virtudes éticas, mediante la práctica. Así lo
las afecciones y en la conducta (…) el exce- expresa Moreau (1972) en su comentario:
so y el defecto; aspira a un justo medio; pero “se ve que el saber no es el factor principal
éste es a la vez una cumbre, un fastigio que en su formación, sino que es a fuerza de rea-
separa las vertientes opuestas de los vicios”. lizar acciones conformes a la virtud como
Este justo medio, añade el comentador, no se llega ser virtuosos”. En el modo como
equivale “a un elogio de la mediocridad; se adquieren las virtudes dianoéticas se ex-
proviene del idealismo matemático de Pla- presa una intelectualización de la moral en
tón y de los pitagóricos, que consideraban Aristóteles, en la que hay eco de Sócrates y
el universo como un kósmos, unido por la de Platón.
proporción, y que ofrecía un modelo a la
actividad moral del hombre”. (pp. 198-99) Aristóteles ha dicho que la vida humana
más alta es aquella que desarrolla todas sus
Al igual que el alma, la aretē puede dividirse potencialidades racionales y políticas; por
en dos partes. A las primeras de ellas el autor eso definía al ser humano como animal
llama virtudes dianoéticas, las que podríamos lógico (zoon logikón) y animal político (zoon
definir como virtudes intelectuales (sabi- politikón), esta es su naturaleza, su esencia.
duría, inteligencia y prudencia) o “ejercicio Esta forma del ser humano debe desarro-
de las facultades intelectivas” (Abbagnano llar toda su potencia a su máxima expresión,
y Visalberghi, 1996, p. 101); mientras que a nos dice en su Política. A pesar de ello, en
las segundas la nombra virtudes éticas, por las Ética a Nicómaco no insiste en la dimen-
que entiende lo que otros llaman virtudes sión política para caracterizar al hombre sa-

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bio: el hombre sabio para el autor es aquel ciudadano, la virtud política por excelen-
dedicado a la vida teorética, actividad propia cia, es la prudencia (phrónesis); es la virtud
y única de los dioses, de su motor inmóvil; del intelecto práctico, que se ejerce en la
en otras palabras, aquella vida dedicada a la deliberación y que es distinta de la sophía,
epistémē, a la filosofía –sophía, la forma su- de la sabiduría teórica. (…)
prema del conocimiento, comenta Moreau
(1972)– y a la contemplación, que el autor El realismo de la eudaimonía
considera que son fin en sí mismas. Recor-
demos que, para Aristóteles, el ser humano Como Moreau (1972, p. 195) señala muy
se asemeja a lo divino mediante la actividad bien, en el plano moral Aristóteles es más
intelectual; la actividad del Motor Inmóvil es, bien un empirista: “En este ámbito, en que
no lo olvidemos, pensar. Moreau (1972) re- la complejidad es máxima, no se puede par-
conoce que esta vida contemplativa aristo- tir de principios a priori; hay que apoyarse
télica va más allá de la moral. Aunque esto en las más constantes enseñanzas de la ex-
no refiere explícitamente lo político, no ol- periencia: es en los hechos donde reside el
videmos que lo que el ser humano es lo re- principio”. El mismo autor define el méto-
cibe de la pólis, y en este sentido el hombre do de Aristóteles en su teoría ética de la si-
dedicado a la vida contemplativa también guiente manera:
es un hijo de la pólis.
Síguese de ello que el método en moral
¿Es la vida contemplativa, el ejercicio de la no puede ser rigurosamente científico;
sophía o sabiduría teórica, el grado más ele- sería más bien dialéctico, consistente en
inferir la verdad del cotejo de las opinio-
vado de la práctica de la virtud, esto es, de
nes de los hombres más experimentados
la felicidad? La respuesta de Aristóteles es
y sabios. El empirismo de Aristóteles pa-
un sí rotundo. Entonces, ¿cómo quedan las
rece pues rechazar las exigencias a priori
actividades como la política? Moreau (1972, de la razón práctica, el ideal formal de
pp. 214-15) nos da la respuesta: Platón; lo que hay que retener, por lo
menos, de su método, es la necesidad de
La vida contemplativa y su felicitad su- tomar en cuenta la experiencia, es decir,
prema son, pues, para el hombre un ideal las posibilidades de la naturaleza huma-
pocas veces alcanzado; es una condición na, las condiciones de la vida social, para
casi sobrehumana. Por debajo dela vida llenar el ideal con quehaceres precisos.
contemplativa se clasifica la vida práctica, (Moreau, 1972, p. 196)
la del hombre de acción; entre las distin-
tas formas de acción, la del ciudadano
A la pregunta qué es el bien, la pregunta fun-
dedicado al bien público, o del soldado
damental de la ética, Aristóteles responde
que combate por la defensa de la ciudad,
que es la eudaimonía, tal como Moreau (1972,
supera a la del negociante que trabaja
para enriquecerse. La más alta virtud del
p. 209) lo refiere:

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El objeto de la ética es definir el bien su- 8. La ética antigua: ¿una ética


premo, el fin último de la actividad del deóntica?
hombre: hay necesariamente un objeto
absoluto de la voluntad que perseguimos Es muy desacertado tipificar la ética antigua
por él mismo y por encima de todo, res- afirmando que es de carácter deóntico. Al
pecto del cual todos los demás fines no menos no se nos revela así en los textos re-
son más que medios; ese bien supremo es feridos a Sócrates, que encontramos en los
además un bien perfecto, es decir, acaba- diálogos juveniles de Platón, y mucho me-
do (téleion), que se basta a sí mismo, que es nos en Aristóteles.
capaz de satisfacernos por sí solo.
Lo que sí revelan los textos mencionados es,
En síntesis, las grandes virtudes para Aris-
por una parte, el carácter metafísico de la
tóteles son la sophía o sabiduría, virtud dia-
ética socrática y la identificación de la bon-
noética que nos lleva a la práctica contem-
dad moral con el conocimiento, adquirido
plativa, máxima expresión de la eudaimonía;
mediante la educación. Por otra, en Aris-
y la phrónesis o sabiduría práctica, virtud éti-
tóteles encontramos la identificación entre
ca que nos lleva a actuar moralmente. No
la práctica de la virtud con eudaimonía, y la
se pregunta el gran sabio acerca de que lo
aspiración a esta última como el fin del indi-
que tenemos o debemos que hacer, sino
viduo y de la pólis.
sobre cual el bien supremo que debemos
perseguir y cuál es la vida feliz del indivi- Debemos esperar a las filosofías helenísti-
duo, y su respuesta es la ética de la virtud, cas, específicamente al estoicismo, para que
que nos lleva a la eudaimonía, sin identificar- la ética adquiera un marcado carácter deón-
se con ella. tico y, en definitiva, su coronación en Kant
y su imperativo categórico.

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Referencias

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Editorial su desarrollo intelectual. México: Fondo de Cultura
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ético contemporáneo. Anuario Filosófico, 33, 797-832. 15. Platón. (1991). Diálogos. México: Porrúa.

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