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También son numerosas las acusaciones por orientación sexual.
Expertos dicen que en realidad existen más casos, pero no llegan a la
justicia.
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En 2018, las denuncias que invocaron la ley antidiscriminación en Chile alcanzaron los 70
casos. En 2017, 72. Y el año que más hubo fue en 2015, con 79 casos.
Así lo reveló un estudio de la Fundación Iguales, organización que busca la inclusión de la
diversidad sexual en la sociedad chilena. La entidad analizó los datos del Sistema
Informático de Tramitación de los Tribunales de Justicia. “Es un número muy bajo,
considerando la cantidad de casos que reciben las organizaciones de la sociedad civil en
distintos ámbitos”, advierte Juan Enrique Pi, presidente de Iguales.
Juan Enrique Pi señala que esta información “demuestra que la ley antidiscriminación es
necesaria, ya que toda persona es susceptible de ser discriminada”.
María Ximena Rivas, directora del Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis), señaló
que “reconocemos la importancia de velar por los derechos de las personas con
discapacidad, especialmente cuando han sido víctimas de actos u omisiones arbitrarios de
discriminación y vulneración de sus derechos”.
La autoridad explicó que para ello cuentan con el Programa de Acceso a la Justicia, una
oficina jurídica con la que tramitan las denuncias en estos casos. Paulina Bravo es abogada
y lidera aquella instancia. En su doble rol, también acusa haber vivido este tipo de
situaciones.
Durante este segundo semestre el gobierno comenzará una nueva consulta ciudadana para
perfeccionar la ley. El instrumento ocupará las mismas preguntas de la consulta anterior, en
2013, a modo de análisis comparativo de la situación. Luego, se constituirá una mesa
técnica que presentará mejoras y una actualización a la legislación.
Añade que mientras esperaban, un garzón le dijo muy cerca de su cara: “Te podís ir de
aquí, porque aquí nadie te va a atender”.
Bravo cuenta que desde ese momento comenzaron a intervenir más personas. “Fue tan
violento todo. La gente empezó a tuitear lo que pasaba y me dieron sus teléfonos para
prestar testimonio”, rememora.
Bravo señala que este caso no es el primero ni el único. En 2014, revela que demandó a una
aerolínea, porque le bajaron su maleta del avión en un viaje hacia Punta Arenas. Horas más
tarde, tuvo que adquirir un pasaje en otra empresa. “Para mí la discriminación no tiene
ninguna justificación, ni siquiera por ignorancia”, afirma, por el desconocimiento que existe
sobre la normativa de perros de compañía.
Francisco Verdugo: “Me preguntó con
cuántas personas tuve relaciones”
Francisco Verdugo es homosexual y confiesa que nunca se sintió más discriminado como
en una ocasión en la que quiso donar sangre. Ocurrió en 2009, cuando se encontraba en el
patio de su universidad y vio que en el establecimiento había una carpa con letreros y
enfermeros que invitaban a donar. Entusiasmado, decidió junto a sus amigos sumarse a la
campaña.
Después de eso, las preguntas comenzaron a ser incómodas. “Me preguntó con cuántas
personas tuve relaciones, si eran de mi mismo sexo y si me había cuidado. También me
preguntó si tenía pareja. Todo en presencia de mis compañeros”, relata.
Después del interrogatorio le dijeron que debía esperar. La enfermera se ausentó durante
varios minutos, y cuando volvió, le dijo que no era apto para donar debido a que no
cumplía con el peso requerido.
Eso lo marcó de por vida. “Me sentí súper incomodo. No fue algo explícito, pero yo me
sentí discriminado”, asegura. Desde entonces, nunca más volvió a intentar donar sangre
para evitar pasar por una situación similar otra vez.