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Resumen Desarrollo II
Resumen Desarrollo II
¿Es una edad cerrada, una edad marginal o una etapa original y capital de la
metamorfosis del niño en adulto?
Según Doltó es una fase de mutación. El nacimiento es una mutación que permite
dar el paso del feto al niño de pecho y si adaptación al aire y a la digestión. El adolescente,
por su parte, pasa por una muda respecto de la cual nada puede decir, y es, para los
adultos, objeto de un cuestionamiento que, según los padres, está cargado de angustia o
pleno de indulgencia. El estado de adolescencia se prolonga según las proyecciones que
los jóvenes reciben de los adultos y según lo que la sociedad les impone como límites de
exploración. Los adultos están ahí para ayudar a un joven a entrar en las
responsabilidades y a no ser lo que se llama un adolescente retrasado.
En las escuelas hay líderes de los grupos y siempre corretea un muchachito menos
afirmado, desarrollado que tiene problemas en hacerse aceptar. Se le rechaza. Esta
infantilización es peyorativa viniendo de un joven, afecta más al niño que si su madre le
dice no te hagas el pequeñín.
Las personas secundarias juegan un papel muy importante en la educación de los
jóvenes. Aunque no estén encargadas de dar dicha educación, todo lo que hacen puede
favorecer la expansión y la confianza en sí, al igual que el valor para superar sus
impotencias o al contrario, pueden estimular el desaliento y la depresión. Muchos jóvenes
de 11 años conocen estados depresivos y estados paranoicos. Y ejecutan actos de
agresión gratuitos. En estas crisis, el joven se opone a todas las leyes, porque la ha
parecido que a alguien que representa la ley no le permitía ser ni vivir.
En este momento de extrema fragilidad, se defienden contra los demás, bien
mediante la depresión o por medio de un estado de negativismo que agrava aún más su
debilidad.
En este momento es cuando tendría necesidad de ser fortalecido. Los educadores parecen
muy indicados aquí para tomar el relevo.
A los adultos les corresponde dale la voz al niño, pidiéndole su opinión, su juicio
sobre un combate, su parecer sobre una exposición. Se trata de animarles. El joven
interpelado reconoce entonces que, aunque no se ha mostrado entre los activos, cuenta
en el juicio de aquel profesor que conoce bien el paño, y eso puede salvar a un muchacho
que en casa es abrumado por sus padres.
Se trata de una edad frágil pero asimismo maravillosa, porque reacciona también a
todo lo positivo que se hace por él.
Los 11 a 13 años son realmente un punto de máxima fragilidad.
La época difícil es el momento de la preparación de la primera experiencia
amorosa. El joven siente que hay en ello un riesgo, lo desea y lo teme al mismo tiempo. El
riesgo del primer amor es experimentado como la muerte de la infancia. La muerte de una
época. Y este final que os arrastra y aniquila como cuando das en el amor, constituye el
verdadero peligro de dicha cresta, punto de paso obligado para inaugurar su dimensión de
ciudadano responsable y acto irreversible.
El hecho trascendental que marca la ruptura con el estado de la infancia es la
posibilidad de disociar la vida imaginaria de la realidad; el sueño, de las relaciones reales.
Tras la crisis llamada edipiana que opone al muchacho perdidamente enamorado
de su madre a su rival, el padre, en quien ve, en el mejor de los casos, un motivo de
admiración, los fuegos se apagan, y el niño llega a la edad que nosotros llamamos
“latencia”. El niño comprende que no podrá encontrar su objeto de amor en la familia. El
niño del final de Edipo, hacia los ocho-nueve años, conserva una gran ternura idealizada
por su madre. Ve en el padre al garante de la ley y al mismo tiempo al testigo ejemplar
dueño de sus pulsiones.
A los 11 años se manifiestan los primero indicios de una sexualidad; en el
muchacho a las primeras emisiones involuntarias de esperma y, en las muchachas a las
primeras reglas. Pero antes de que el cuerpo siga, se diría que el joven y la muchacha
preparan este acontecimiento fisiológico con una especie de fiebre psíquica de amor
imaginario por modelos que actualmente se conocen como ídolos de masa, y que han
sucedido a los héroes de ayer.
Tribus juveniles.
Tiempo libre en el que se exhiben estilos, estéticas y formas de relación
divergentes. Diferencia de grupos de jóvenes los cuales se denominan tribus.
Las diferentes tribus juveniles tienen sus propias actividades, sus rituales, sus
ceremonias. Para la inmensa mayoría de los grupos juveniles existen diversos elementos
de identificación, que las distinguen de otros grupos, y que por lo mismo, son indicadores
de exclusión.
Es bueno remarcar que no todos los jóvenes integran estos grupos llamados tribus.
En algunos casos comparten algunos de sus atributos, pero no todos. Entre los códigos
que comparten las tribus está su territorio. La música es hoy uno de los referentes más
claros de identificación de los grupos o tribus juveniles.
Drogas y juventud.
En el proceso de adaptación social surgen aspectos de confrontación que
estimulan, en ciertas ocasiones, la fuerza o el motor para el cambio social.
A través de la adicción a una sustancia química, el sujeto vive la fantasía de un
protagonismo inexistente. Muchos jóvenes, animados en su afán por sobresalir o
destacarse, optan por una propuesta que los conduce a la autodestrucción aunque,
imaginariamente, crean que asumen una posición de enfrentamiento frente a una
realidad cada vez más dura y difícil.
Junto al pensamiento de las drogas como forma de evasión de la realidad, ahora
hay quienes suponen que la búsqueda de sustancias químicas es para entrar al sistema,
antes que para huir de él. Es, en una sociedad que aumenta la exclusión, una forma fallida
de inclusión social.
Se distinguen tres tipos de vínculos que se pueden tener con la droga, seas éstas
de carácter legal y/o ilegal. Uso, abuso y dependencia.