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Maestría en Musicoterapia – Universidad Nacional

Psicología 1
Resumen integrador – Personalidad.
Grupo 1: Christian Bautista - Luisa morales - Leonardo Ortegón.

Hablar y definir la personalidad es uno de los temas más polémicos al interior de la psicología
debido a que no existe una única definición que pueda englobar toda la complejidad del ser
humano, en este sentido la personalidad es analizada desde las distintas posturas teóricas que se
encuentran aceptadas y reconocidas como corrientes explicativas en la psicología.

Entonces, si analizamos el término personalidad, tiene un origen latino persona, que aludia y


significaba “máscara”. La máscara no estaba al servicio del argumento teatral para disfrazar la
identidad de un personaje, sino más bien era una convención empleada para representar o
encarnar a dicho personaje. En la Edad Media, la palabra personalidad pasó a tener un significado
más profundo, pues pasó a ser una pieza clave de la teología cristiana que distingue los conceptos
de naturaleza y persona, para que posteriormente al introducirse en la psicología asumiera como
definición de constructo general, como:

“...el conjunto dinámico de características intrínsecas de una persona y su organización al interior


del individuo, lo cual condiciona, la manera de responder ante las situaciones y su medio, además
corresponde a una formación única, que corresponde a la organización de patrones, actitudes,
pensamientos, sentimientos y repertorio conductual que caracteriza a una persona, con una cierta
persistencia y estabilidad a lo largo de su vida de modo tal que las manifestaciones de ese patrón
en las diferentes situaciones poseen algún grado de predictibilidad…”. (Allport, 1970a).

En este sentido, al definir la personalidad se desprendieron otros constructos claves que la


acompañan los cuales son, el temperamento y el carácter el temperamento es un fenómeno
naturalmente emocional, es decir, que se puede presentar a causa de factores genéticos o
hereditarios, pues los individuos reaccionan de manera rápida e intensa ante la estimulación
ambiental y por tanto su estado puede fluctuar de acuerdo a las exigencias del medio. Desde la
primera etapa de la evolución humana, las necesidades de adaptación del hombre primitivo y de
los animales superiores impulsaron el desarrollo de los instintos básicos –huida, defensa y
reproducción–. De acuerdo con estos tres instintos se constituyen los tres tipos de temperamento,
y que hoy es posible representar a través de tres dimensiones –ansiedad, hostilidad y
extraversión–. Cada una de estas dimensiones o temperamentos están relacionados con el
desarrollo de estrategias cognitivas propias (Lluís, 2002). En otras palabras el temperamento
corresponde a la emocionalidad de las respuestas que presentamos los seres humanos ante un
evento.

Por otra parte el carácter, es entendido como el grado de organización moral que posee un
individuo y que se fundamenta a través de los juicios de valor y de una evaluación ética que se
hace de la personalidad, depende en gran medida de la propia experiencia de cada individuo,
debido a que cada persona se ve influenciada por diferentes factores que ocurren a su alrededor;
por tanto como lo plantea Lluís (2002) el carácter controla, modifica, corrige y autorregula la
actividad de los individuos, a fin de poder dar respuestas satisfactorias a las exigencias del medio.
El carácter es una combinación de sentimientos, valores y sentimientos que un individuo va
adquiriendo a lo largo de su desarrollo a través de la interacción, condiciones y circunstancias
externas, además difiere en cada individuo de acuerdo con su forma o punto de vista de
interpretar la realidad humana. Es decir que el carácter alude a los juicios morales que se plantea
el ser humano frente a las situaciones externas, lo cual determina el modo de respuesta y
adaptación a las mismas.

Siguiendo con la lógica anterior, surge la pregunta de cómo se forma la personalidad y por ellos
existen distintas teorías que describen su propia postura.

Teorías psicodinámicas: Según estas teorías, la conducta es el resultado fuerzas psicológicas que
operan dentro del individuo. A menudo, son procesos de los cuales no somos conscientes. Para
explicar la personalidad, Freud, se centra en las experiencias inconscientes, siendo así la
personalidad el resultado de nuestros pensamientos, reacciones y decisiones están determinados
por dos tipos pulsiones inconscientes: Eros o pulsiones de vida: las pulsiones de autoconservación.
Son impulsos que inducen a los humanos a buscar la compañía, el reconocimiento y la
comprensión de los demás y Thanatos o pulsiones de muerte: que designan tendencias
destructoras que se muestran bajo la conducta agresiva que enfrenta a los humanos contra sí
mismos (autodestrucción) y contra los demás.

Teorías conductistas: de la personalidad Según este modelo, la personalidad se expresa por la


conducta y la conducta depende del ambiente. La conducta se entiende en sentido restrictivo de
conducta observable y está sujeta en su adquisición y modificación a las leyes del aprendizaje. Es
un error buscar las explicaciones de la conducta en el interior del organismo (estados internos,
rasgos), las variables relevantes para estudiar la conducta están en su medio ambiente. Para los
autores conductistas la personalidad es producto de la historia, exclusiva, de reforzamiento de
cada individuo, está formada por un conjunto de hábitos que se muestran más o menos estables y
permanentes y que provocan respuestas similares ante una agrupación de estímulos
determinados.

Finalmente, existen otras teorías, como la teoría, estructuralista y en las cuales se explican desde
la personalidad desde las experiencias individuales y la particularidad del individuo, pero todas
concuerdan en que la personalidad es un aspecto dinámico, pero estable, el cual define al
individuo, creando diferencias individuales y particularidades, ya que aunque existan
personalidades parecidas e incluso definidas según criterios específicos, nunca existe una igual a la
otra.
Referencias.

Allport, G. (1970 a). La personalidad. Barcelona: Herder.

Lluís, J. (2002). Personalidad: esbozo de una teoría integradora. Psicothema: 14, 4, 693-701.

Freud, S. (1967). Obras completas. España: Biblioteca Nueva.

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