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La trata de blancas es un negocio como cualquier otro, en

el que existe demanda de mujeres y las comerciantes que


las ofrecen los que cuentan con la ventaja de sus
ganancias. Han hecho de esta actividad un alternativo
negocio, lo que los motiva aún más a dedicarse a él.

“La trata de blancas es un negocio, vil,


infame, criminal…, pero es un negocio, y lo es porque hay
compradores, porque hay compradores, porque hay
consumidores de la mercancía en venta, ya que sin estos
no podrían hacer negocio los traficantes que se dedican a
envilecer y a prostituir a la mujer.” Von Sohel, H. 1975, p.7

Las mujeres más codiciadas por los traficantes están entre


los 12 y 17 años ya que son mejor pagadas. Pero presentan
el problema que necesitan el permiso firmado de los padres
para ser sacadas del país, por ello los traficantes recurren
as engaños para lograr que los padres firmen.

En cuanto a las mujeres mayores de edad el tráfico es más


sencillo y se da en dos situaciones distintas:

1. Las que van engañadas.


2. Las que saben que se dedicaran a la prostitución.

Las mujeres que saben que se dedicaran a la prostitución


se les denominan de dos formas diferentes:

1. La mujer podrida del alma la cual solamente piensa en


obtener lujo de toda clase, sin importarle el medio
que para ello utilice. Este tipo de mujeres es buscada
por el tratante porque sabe que a cambio de buena
ganancia no le importa ir al exterior y dedicarse a la
prostitución.
2. La mujer podrida del cuerpo, la cual es la que se
dedica a la prostitución por necesidad, es el único
medio para subsistir ella o su familia, sea esta su
madre y hermanos, o sus propios hijos si es soltera o
fue abandonada por su marido.
Estas organizaciones de trata de mujeres están organizadas
por galanteadores, falsarios, dueños de burdeles, chulos y
los jefes de organizaciones.

“La trata de blancas es la organización corporativa de


los traficantes en mujeres de los que cada cual tiene un
papel determinado, con miras a acreditar las casas de
corrupción y renovar su personal.

La corporación comprende los cazadores de mujeres


(galanteadores), los que las colocan (matronas),
falsificadores, cuidos o patronos en grande (jefes) que se
mantienen entre bastidores y hacen actuar a sus
lugartenientes.

Los chulos “trabajan” por su propia cuenta, pero a veces


alquilan a sus mujeres a las amas de casa (matrona) o se
las venden.

Los traficantes privan a la mujer del derecho de disponer de


su persona, y usan de ella como una cosa de la que gozan a
título de propiedad, para comprarla, utilizarla, venderla,
disponer del dinero que gane, golpearla, torturarla, darle
muerte…” Ibid., p. 21-22

Monserrat Brinch, M. (1980) “La trata de blancas” Tesis


Licenciatura, Universidad de Costa Rica, San José, Costa
Rica.

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