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CINE
Discursos sobre lo social
en la cinematografía
contemporánea
Julio Cuevas Romo
(Coordinadores)
ISBN: 978-607-8062-62-1
ISBN: 978-607-8062-62-1
ÍNDICE
Introducción 10
modelos de género
1. Introducción
El inicio de la ciencia ficción en el cine, tuvo un impulso crucial
gracias a la película ‘El planeta de los simios’, la cual surgió
como adaptación a la novela La Planète des Singes, de Pierre
Bouille, publicada en 19633. La película y sus posteriores
secuelas tocan distintos temas como las consecuencias de las
diferentes guerras pasadas y posibles guerras nucleares, así como
sus amenazas latentes presentes en la Guerra Fría, o bien,
enfatizan la lucha por el poder, la discriminación, la esclavitud, el
maltrato y experimentación en animales.
Aunque la película en sí no tiene como tema
fundamental la evolución de primates no humanos hacia seres
con pensamiento complejo, se centra en el surgimiento de la
civilización de los simios y el desplazamiento de la civilización
humana. Un aspecto fundamental del argumento, es mostrar al
lenguaje hablado como una especie de poder, que una vez que
es posible, lleva a los simios al desarrollo de una comunidad
organizada. Para los simios, adquirir la capacidad de hablar -
aunque no es un hecho del todo explicado en todas las películas
de esta saga-, es una panacea que promueve el desarrollo de
2) Escape from the Planet of the Apes, traducida como Escape del
Planeta de los Simios. Milo, Zira y Cornelius viajan al pasado
de la Tierra con la nave de Taylor, la cual arregló Milo
mientras se daba el enfrentamiento entre los simios y
humanos en la zona prohibida en la película anterior. Llegan
a los años setenta sin que se lo hubieran propuesto y nuestros
congéneres de aquel tiempo los reciben con gran asombro.
Esto los lleva a hacerles pruebas, y en su cautiverio, de
manera accidental, Milo muere en manos de un gorila. Zira y
Cornelius dejan al descubierto ante los humanos su capacidad
de hablar y su inteligencia. Esta pareja de chimpancés
parlantes se convierten en celebridades. Sin embargo el
desconfiado científico Otto Hasslain, embriaga a Zira y le
hace confesar como es el futuro del cual provienen, lo cual
aumenta su desconfianza, junto con la noticia de que la
chimpancé se encuentra encinta. Apoyado por el gobierno y
buscando evitar ese funesto futuro, buscan exterminar a los
simios, junto con su progenie. Zira y Cornelius deciden huir y
son acogidos por Armando, el dueño de un circo, quien en
reprimenda de las acciones humanas contra los simios,
declara que si el destino de la humanidad es ser gobernado
por seres como ellos, que así sea. Nace el hijo de los
chimpancés inteligentes, y a fin de protegerlo, lo
intercambian con el bebé chimpancé de otra simio no
inteligente. Finalmente Hasslain asesina a Zira y al bebé
mono. Al final, los humanos parecen convencidos de haber
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evitado el triste futuro de la humanidad, sin embargo, sólo
Armando sabe que la extirpe de monos inteligentes no murió
totalmente.
4) Battle for the Planet of the Apes, traducida como La Batalla por el
planeta de los simios. Han pasado ya doce años desde los
últimos acontecimientos de la rebelión del simio contra el
hombre. César, a diferencia de la película anterior, muestra
una actitud más pacífica y condescendiente para con el
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humano. Tal vez este hecho se explica por la última parte de
la película anterior, en donde César, ya es padre de un simio
joven que ha llamado Cornelio, en honor a su mismo padre.
Desde el principio destaca su creencia en la ideología de la
convivencia pacífica entre simios y humanos. También se
hace visible que no todos los simios son partidarios de esta
idea, sobretodo la del gorila, el general Aldo. Los humanos
aún existen, viviendo en las ruinas de una ciudad, decadente,
posterior a la guerra nuclear, la ciudad prohibida. César, en su
afán de querer saber más acerca de sus padres, sabe que
existen grabaciones acerca de ellos en la ciudad prohibida,
por lo que organiza una expedición para recuperar tales
cintas. Durante su ausencia, su opositor Aldo planea
desplazar a César del poder. Aldo y compañía son
descubiertos, sin intención de ello, por Cornelio, el hijo de
César quien huye hacia un árbol, y desde allí sufre una caída
con graves consecuencias. César, McDonald y compañía
logran infiltrarse en la ciudad prohibida y ven la proyección
de las cintas; sin embargo son descubiertos y perseguidos por
sus habitantes, quienes se encuentran visiblemente dañados
por la radiación. César y los suyos escapan de la ciudad
prohibida, pero el gobernador de la misma, Kolp, es
informado de los acontecimientos y de la existencia de una
localidad habitada por simios. A su regreso, César, se
encuentra con la oposición de Aldo y con un hijo a punto de
morir, quien le ha informado acerca de los planes de éste
último. Al mismo tiempo, el gobernador Kolp decide atacar a
los simios en su ciudad. Se lleva a cabo el enfrentamiento, en
el cual César se muestra compasivo, mientras que Aldo
demuestra todo su odio hacia el género humano, asesinando
a cuantos le sea posible. Finalmente prevalecen los simios y
se da el enfrentamiento entre César y Aldo, quien no ha
respetado la regla de “simio no mata simio” y es derrotado
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por César, muriendo por su caída desde un árbol. César
reconoce la igualdad entre hombre y simio, hasta en su
malicia. Declara que ha de buscarse siempre una nueva
sociedad donde prevalezca la coexistencia pacífica entre
ambas especies. Dicha sociedad parece haberse alcanzado al
final, con la convivencia entre ambas especies después de que
aparentemente han pasado muchos años desde la muerte de
César. Aunque queda la incógnita si el futuro ha de
moldearse de este nuevo modo o llegará finalmente a la
sociedad simio que vimos en la primer película de la saga.
3. Simios vs humanos
La saga del planeta de los simios, ya sea en su primera versión o
en la actual de 2014, sitúa a los grandes simios (chimpancés,
orangutanes y gorilas) como seres que han logrado una posición
similar a la que tiene el hombre actual en la naturaleza. La
mayoría de los humanos se considera como una especie ególatra,
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puesto que siente estar muy por encima de las leyes naturales y
de cualquier otro ser vivo; autodefinidos como seres de
pensamiento complejo, capaces de poder desarrollar, transmitir
e incrementar sus conocimientos entre generaciones.
Una autopercepción similar a la humana se presenta en
los simios, y se observa en la primera película Planet of the Apes
de 1968. Los grandes simios se consideran como amos y señores
del mundo y sus recursos. Esta postura se puede tomar como un
espejo y una crítica al humano, pero también como temor ante
una especie que pudiera ser igual o superior al humano, o
incluso, temor a otra raza distinta a la que domina
económicamente el planeta. La primera escena donde vemos en
acción a los primates no humanos, muestra a un grupo de
gorilas cazando a un grupo de humanos, seres por los cuales
tienen un particular sentimiento de desprecio. Esta misma
escena se repite de cierto modo en Planet of the Apes de Tim
Burton en el 2001. En Rise of the Planet of the Apes se justifica el
“derecho” humano sobre la vida de otros seres vivos, en pos de
la ciencia, cuando se muestra, en una de las primeras escenas, a
un grupo de cazadores humanos atrapando chimpancés en la
selva africana, mismos que se usarán para experimentación en
laboratorio. Ante esto, cabe el cuestionamiento acerca de que el
haber logrado un pensamiento complejo por medio de la
evolución y la cultura, nos da el derecho sobre la vida de las
demás criaturas. Estos actos, parecen ser resultado de nuestra
jactancia de considerarnos “racionales”, y de habernos
corrompido por creer tener el poder sobre la naturaleza y, un
pensamiento con mayor complejidad. De esta manera en las
películas se expone que al igual que nosotros, los simios se han
corrompido al experimentar este poder.
En alguna época histórica de las tradiciones religiosas de
origen judeo-cristianas, se proclamó que el único que poseía
alma era el hombre; y por otra parte con el cartesianismo al
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separar mente y cuerpo, así como lo racional (humano) y lo
irracional (naturaleza), se dio el pretexto idóneo para poder
hacer lo que nos venga en gana con los demás animales.
Pareciera que el colocar al ser humano como “hermano” de
otras especies, como perteneciente al mundo animal, puede
resultar escabroso, porque nos sitúa ya no en el papel de jueces,
sino de juzgados y nos hace replantear nuestra posición en la
creación y en la naturaleza. Si por muchas cosas de este tipo,
para muchos fue difícil colocarse a nivel de cualquier otro
“animal”, ahora, pensar que “otro animal” esté por encima de
nuestra especie, es sencillamente, impensable. Este
planteamiento se encuentra personalizado en cada una de las
películas.
En Planet of the Apes de 1968, es el Dr. Zaius quien
personifica al desprecio por los humanos. Él es, tal vez, uno de
los pocos que sabe muy bien la historia de nuestra especie. De
cierto modo, su desprecio hacia ellos está justificado por su
temor, porque sabe bien que es una especie que rivaliza y
potencialmente, puede competir con ellos, los simios. En
Breneath the Planet of the Apes, esta misma personificación está a
cargo de Zaius y el general Ursus. Por otro lado, en Escape of the
Planet of the Apes es el mismísimo Hasslain el que desprecia a los
simios pensantes del futuro, por temor a que se cumpla tan
funesta profecía para el ser humano. Un papel similar asume el
gobernador Breck en Conquest of the Planet of the Apes. En Battle for
the Planet of the Apes es el general Aldo el que odia
infundadamente a la humanidad. Esta situación tiene más tintes
raciales que los anteriores justificándose por el hecho de que el
ser humano siempre representará un peligro para los simios, lo
cual, traducido a términos biológicos, es una especie que
potencialmente siempre competirá con ellos por los recursos. Al
ser muy similares, podría decirse, ocuparían un nicho análogo.
Este odio que pudiera entenderse como racial también lo
68
muestra el general Thade de Planet of the Apes en 2001 y Koba de
Dawn of the Planet of the Apes en 2014.
El camino, en el mundo vivo, cuando existen dos
especies cuyo nicho ecológico es similar, presenta dos vías. Una
es la anquilación. La otra es la coexistencia, sin embargo, esta
requiere de que las dos especies o no coexistan en el mismo
espacio geográfico, o bien, no convivan en el mismo espacio
temporal, que consuman recursos diferentes. Existen diferentes
ejemplos de aves y murciélagos con nichos ecológicos similares,
coexistiendo en el mismo espacio geográfico. Pero también
existen ejemplos de competencia por los recursos y los espacios,
llevando a la diversificación (especiación) o bien a la
desaparición de la especie que no se logra adaptar. Ya en Planet
of the Apes, tanto la de 1968 como la del 2001, nos muestra a la
especie humana desplazada de su antiguo nicho ecológico (por
llamarle de algún modo y haciendo la analogía a tal concepto), ya
no es la especie “inteligente”. En la versión de 1968, el cambio
es más drástico, ya que los humanos, entre los que en un
principio se encuentra Taylor, son una especie reminiscente a lo
que antes fue, que ni siquiera tienen la capacidad de hablar (han
perdido su poder y hegemonía mundial). En la versión de
Burton, por otro lado, se muestra una especie humana sometida,
que si bien no ha perdido las capacidades que siempre ostentó,
ha dejado de ser osada en resolver el problema de enfrentarse a
una especie similarmente pensante, hasta la llegada de Leo.
La coexistencia entre especies pensantes similares ya
ocurrió alguna vez en la historia de la evolución del linaje
humano, cuando coexistían por un tiempo especies de
homínidos similares, constructores de herramientas. Al parecer
siempre prevalecía el que podía enfrentar de la mejor forma a
los factores ambientales, sea clima, recursos, o hambre. La
última de estas competencias interespecíficas ocurrió entre
nuestra especie, el Homo Sapiens y el hombre de Neanderthal,
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lucha de la cual, nosotros fuimos los únicos sobrevivientes y en
la que algunos autores atribuyen nuestro éxito al clima adverso
que enfrentaron los Neanderthales. Battle for the Planet of the Apes
es más optimista en cuanto a este planteamiento, cuando al final
nos muestra un rayo de esperanza, donde se ven conviviendo
humanos y simios, bajo un argumento de ser seres semejantes.
Tal vez esta es una alternativa no considerada antes, donde la
coexistencia en tiempo y espacio es posible sólo bajo el
planteamiento de reglas de convivencia de las especies
pensantes.
La primer saga de Planet of the Apes nos muestra con gran
sorpresa, que la caída de nuestra civilización y su destrucción
ocurrió. Los detalles de la misma se encuentran explicados en las
siguientes películas de la saga. Aparentemente, fue nuestra
misma imprudencia la que condujo a este desenlace final, pues la
amenaza de la Guerra Fría, parece haber culminado en la
inminente explosión nuclear. En la versión de Burton se nos
pronostica el final, como resultado de una catástrofe (la colisión
con la tormenta electromagnética) y el haber creado una raza de
simios modificada con genes humanos. Las películas de la nueva
saga iniciada e 2011, tampoco son optimistas al respecto, pues el
comienzo del final es también, el arma biológica en que se
convirtió un virus modificado y muy patógeno, que se extendió
en todo el globo terráqueo, a través de las aerolíneas, tal como
se muestra al final de la primera película de la nueva saga. En
todos los casos, hemos sido víctimas de nuestro propio
intelecto, de nuestra capacidad creadora, de nuestra tecnología y
de la misma ciencia. Si una nueva especie ha de asumir el puesto,
parece que debe ser más prudente al crear tecnología, ya que
podría terminar en el mismo camino. Es al final de Breneath of the
Planet of the Apes donde la imprudencia mezclada con la lucha de
poder, llevó al exterminio total de vida inteligente en la Tierra.
El mensaje probablemente es que la guerra siempre termina mal,
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siempre en tragedia. Sin embargo, es un hecho que lo que la
evolución creó, un cerebro capaz de hacerse hasta
autocuestionamientos y que cuenta con herramientas precisas,
en busca de protegerse, creó tecnología que la llevó a su propia
extinción, esta reflexión resulta paradójica. La tecnología y la
ciencia nos dotaron de la capacidad de evadir las presiones de la
selección natural. Sin embargo, nos encaminó en un juego,
donde las presiones de selección son las generadas por la
competencia entre nosotros como individuos, en una lucha por
el poder y el éxito (que actualmente es un éxito material y
económico), que ha traído la estratificación social y muchos de
los problemas sociales de los que actualmente padecemos, y de
lo cual se hablará más adelante. No podría decirse que es el
destino de toda especie inteligente (no tenemos punto de
comparación), pero estas sagas nos sirven como punto de
reflexión respecto a nuestra especie como el causal de la
decadencia de la civilización humana y aún más, de su
destrucción. Es la misma tecnología la que está alterando
nuestro planeta, contaminándolo. Hemos incursionado en la
genética, sin comprenderla del todo, lo cual representa un
peligro porque tenemos el potencial de crear enfermedades que
podrían llevarnos al borde del exterminio.
2014] http://www.portalciencia.net/museo/hominidos.html
26Evolución humana [Recuperado el 14 de octubre del 2014]
http://es.wikipedia.org/wiki/Evoluci%C3%B3n_humana
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características se implanten en la población, de un modo natural.
Entre las características que humanizaron a un linaje de
primates, se encuentra principalmente, el bipedismo22 27y la
posición erguida al andar22 23. La vida arbórea les había
proporcionado extremidades con capacidad prensil para poder
desplazarse, visión estereoscópica y a color para una búsqueda
eficiente de alimentos y hasta para avistamiento de
depredadores. Bajar de los árboles los obligó a desplazarse
eficientemente en el suelo, cambiando su andar a una postura
erecta. El cambio en los pies fue notable y las manos pudieron
“liberarse”. La liberación de las manos y el pulgar oponible22 25,
les posibilitó usarlas en otras actividades que no tuvieran que ver
con el desplazamiento. La mano funcionó como una
herramienta versátil de creación, que a la par del cerebro, se iban
desarrollando y evolucionando mutuamente.
Las manos fueron órganos importantes para el uso y
construcción de herramientas28 29, que eran mucho más definidas
y eficientes conforme nuestro linaje adquiría precisión al usar las
manos, sin embargo, era necesario tener capacidades cerebrales
que permitieran dicha creatividad. Las manos por sí mismas, son
un medio de expresión, pero el verdadero artista es el cerebro26
27
.
Si otro simio se “humanizara”, es decir, que adquiriera
tales cambios de modo natural, deberían de ocurrir situaciones
que promovieran las condiciones previas para que se generaran
2014] http://www.portalciencia.net/museo/hominidos.html
32 Aida Gómez-Robles, William D. Hopkins y Chet C. Sherwood. Modular
6. Reflexiones finales
¿Qué puede decir la ciencia sobre el posible surgimiento de
simios parlantes y capaces de generar una cultura comparable
con la humana? Las especializaciones cerebrales han aparecido
en diferentes momentos evolutivos. A pesar de que el cerebro es
un órgano complejo, tiene una gran plasticidad, de tal modo que
su variación depende de la interacción entre áreas adyacentes.
Esta plasticidad y versatilidad no es propia del género Homo,
sino de todo primate. Esto, en términos prácticos, amplía la
posibilidad de la adquisición de habilidades y destrezas por
cualquier primate, sea este simio o no. Nuestra especie se
encuentra en este preciado lugar dentro del gran árbol de la vida,
por una mera casualidad, una probabilidad consumada. Bien
pudo ser otra u otras especies de simio que hubieran llegado a
este grado de desarrollo y estar en el lugar que el hombre tiene
actualmente en la naturaleza. Claro que esto hubiera cambiado
totalmente los acontecimientos y no quiere decir que nuestra
especie estaría en el lugar de ellos, como un tipo de simio
desnudo que nunca bajó de los árboles, o ellos como el simio
inteligente, pero con características de sus ancestros.
Actualmente se ha ampliado la investigación en cuanto a
mecanismos evolutivos y mucho se ha hablado acerca de la
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transferencia horizontal de genes entre especies, como una
posibilidad de adquisición de nuevos caracteres. Llegará tal vez
el día en el que se pueda determinar alguna característica en
particular por medio de un grupo de genes, aislarlos,
transferirlos a otro organismo y activarlos en su cuerpo, así
como darle la posibilidad de poderlos transferir entre sus
descendientes por medio de su reproducción. No se sabe con
certeza si la naturaleza lleva a cabo la adquisición de
características en grandes grupos mediante este mecanismo. Sin
embargo, es posible que de modo artificial, si pueda llevarse a
cabo. Y cuando esto se logre, será posible crear quimeras que
solamente habitaban nuestra imaginación o que a la evolución, le
hubiera llevado muchos miles de millones de años.
La evolución no marca caminos, sino más bien muestra
posibilidades, ante lo cual técnica y teóricamente, cualquier cosa
es posible. Muchos órganos y estructuras han surgido múltiples
veces en diferentes tiempos y en diversas especies, a lo cual se le
conoce como convergencia. También es cierto que a medida que
la vida se hace más diversa, se crean más nichos en la naturaleza,
nichos que “deben” existir, aun si el organismo que
originalmente lo ocupaba, desaparece, por lo cual, si esto pasa,
ha de desarrollarse otro tipo de organismo que haga sus mismas
funciones y converja al original en muchas de sus características.
Pensemos en un momento, que nosotros como especie,
poseemos este tipo de nicho en la naturaleza. Si por alguna
razón desapareciéramos, entonces la regla es que, algún otro
organismo deberá suplirnos. Obviamente siempre se llevan a
cabo los procesos menos complicados, en la mayoría de casos.
Esto abre la posibilidad de que precisamente, algún organismo
similar a nosotros desarrolle características convergentes a la
nuestra y ocupe ese “nicho vacío”. Pero esto, ya entra en el
ramo de la especulación, y por supuesto, pertenece a la ciencia
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ficción, que ya en repetidas ocasiones, nos ha mostrado que no
por ello, es imposible.
Finalmente, un aporte de las diferentes películas alusivas
al planeta de los simios, nos llevan a importantes
cuestionamientos filosóficos a la sociedad actual como por
ejemplo ¿Cuáles son los límites de la ciencia y tecnología en
cuestión de experimentación y manejo de los seres vivos y sus
códigos genéticos? ¿Los temores relacionados con los cambios
de civilizaciones simia por humana en realidad tendrían también
que ver con las luchas de poder entre razas humanas? Ante ello,
es motivador iniciar con la reflexión de estas y otras preguntas
que surjan en el camino y que tienen que ver con el cine, la
ciencia y la sociedad.
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