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CREATIVA-MENTE

CONCURSO INTERINSTITUCIONAL DE COMPRENSIÓN


PROBLEMA 9
2018-1

REDONDECES QUE APASIONAN


EL PROBLEMA: En la siguiente página, hay un texto escrito dentro de una cancha
de fútbol. Su título es “Redondeces que apasionan”. Las dos mitades de la cancha,
están separadas por un óvalo dentro del cual aparece un texto desarmado. Además,
en cada una de las cuatro zonas que bordean la cancha, en la banca, esperando
para entrar a ella, hay un fragmento textual completamente desordenado (los
fragmentos se encuentran enumerados de 1 a 4)

SE PIDE:

1. Completar el texto escrito en el óvalo central y colocar esa parte añadida en


lugar del título (cambiar por ¡Qué golazo!)
2. Armar organizadamente los fragmentos que aparecen en las cuatro zonas
que bordean la cancha. Utilice todas las palabras proporcionadas. No
agregue ni quite ninguna palabra. Dos de esos fragmentos pertenecen al
texto escrito en la cancha.
3. Inserte en el texto de la cancha, en el lugar que considere más coherente,
los dos fragmentos organizados. Incluya uno en la primera mitad de la
cancha y el otro en la segunda mitad.

FICHA TÉCNICA: Es un problema de comprensión de nivel medio. Contiene


operaciones cognitivas de armado, sentimiento lógico e inferencia básica.
Activa los procesos de análisis, síntesis, significación y contextualización
inferencial. No requiere saberes específicos. Enviar soluciones a
signumaulaabierta@hotmail.com y jmoreno@artesyletras.edu.co.
jairomoreno@ustadistancia.edu.co, antes del miércoles 2 de mayo de 2018
a las 11: 59 pm.
REDONDECES QUE
APASIONAN
¿?
Suena el pito. Otra vez la fiebre, los alaridos, la histeria colectiva de cada cuatro años
1 provocada por una pelota; motivada por una esfera esquiva, en exceso perseguida,
consentida y, a veces maltratada, por dos pelotones de once hombres ansiosos de
aficionadas
habitar la gloria para siempre. Ese es el fútbol: “La única religión que no tiene ateos”,
solo por, decía Galeano. Llega ya el mundial de futbol. Atrás quedarán los duelos y dolores del
sino fuerte presente; adelante, solo el templo, el estadio, la cancha minimizada en la pantalla,
por ese altar sagrado comprado en cómodas cuotas a los mercaderes de pasiones. Que
ruede entonces la pilotta, como la llamaban los romanos. Que gire, nos arrolle y nos
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aquellas
arrulle; que nos cure de tantos fracasos y pesares acumulados en cuatro años bien
porque con dineros mentes
larguitos; que nos alivie las tensiones; que nos venda el sueño de ser libres que nos
muchos no distraiga el hambre; que nos suavice las traiciones; que nos proteja de salarios de por
las mínimos y corrupciones máximas. Bien por Fun-Chi aquel chino nada pendejo del maleantes
minutos siglo iv antes de Cristo, aficionado como nadie a las redondeces. Fun Chi, perversas
tuvo desesperado por la falta de pelotas, endureció raíces, las cubrió con cuero virgen, comprados frío,
afición de moldeó las curvaturas y dejó listo ese juguete sublime, para aburrimiento de las
chinas y beneficio de los bueyes: sus vejigas redonditas, las de los bueyes por con retorcidas
siempre supuesto, ya no serían manoseadas ni pateadas por los “apelotardados” de la época. en calientes,
también Y es que la pelota se jugaba al comienzo con las manos. manos y
muy
vírgenes
juego

todos en la Que Terminaron a las y partido. cancha.


pesares salten Empezará penas

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un y nos Sabemos que los ingleses reclaman el honor de haber inventado el balón-pie, el juego moderno técnica con
olvidar nos que conocemos hoy. Esa es la historia. en 1930, se juega en Uruguay la primera copa mundial jugador su
y bien pronto, juego y jugadores empezaron a inmortalizarse. Después llegó Pelé, también los
para violentos Hooligans, los aficionados ofuscados, las barras bravas, los dineros sucios, los fue brillante
memoria el árbitros asesinados, los resultados canjeados por monedas fáciles las emociones trágicas, los poder y su
con el fanáticos cegados. De Pelé, todo se sabe, que antes de cumplir veinte años, ya era un Dios, un Pelé,
tesoro nacional inembargable, más de 1300 goles ilustran sus virtudes divinas. Dicen que de
dolor las vago pasó a mago; cuentan que, para verlo jugar, Nigeria y Biafra, pararon una guerra. Valía refinada
pelotazo la pena el refrigerio. Sepan que primero los hinchas de emociones ingenuas animaron los hizo y
masacres partidos; luego los fanáticos psicotizados que usan el juego como pretexto y escenario para historia
saldar sus frustraciones, partieron la emoción. Para esos fanáticos, el juego es lo de menos. El
acribille estadio es su manicomio; llevan siempre puesta la violencia; el vecino con otra camiseta, es el contundente
que haga enemigo que hay que vencer. El fanático siempre va al partido, pero sus gritos de guerra Ese que
siempre impiden que lo vea; lo suyo es batallar contra el mundo para desquitarse de él, de ella, de atlético
todos, de la vida. Con razón insiste en incluirse: “hoy jugamos”, anuncia, mucho antes de
partir para la guerra. Con todo, el fútbol sigue siendo una ciencia simple que no va más allá
de hacer goles y no dejar que el contrario nos los hagan. Extrañamente esa simpleza nos mueve
y nos conmueve. No hay tiempo. A prender rápido la Tele y que hoy tampoco nos esperen en
la casa.

¡GOL!

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