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A) De los derechos y obligaciones que nacen del Matrimonio

Los conyugues están obligados a guardarse fidelidad, solidaridad, respetarse en su


integridad física y psicológica, dignidad, bienes, creencias, nacionalidad, orígenes
étnicos o de raza y en su condición de género, a contribuir a los fines del matrimonio
y a socorrerse. Derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el
número de hijos a tener, empleo de métodos de reproducción asistida. Por común
acuerdo y conforme a las restricciones que establezca la ley.
El domicilio conyugal que es el lugar establecido de común acuerdo en el cual
ambos tienen autoridad y consideraciones iguales, independientes de terceros, que
vivan en el mismo domicilio.
Los cónyuges contribuirán económicamente al hogar, alimentos y a los de sus hijos,
en la proporción que acuerden. Pero no esta obligado el que carezca de bienes
propios y esté imposibilitado para trabajar; ni el que haga las labores del hogar
(como tareas de administración, dirección y atención del hogar, cuidado de la
familia, los alimentos y la adquisición de los bienes) o de la atención de los hijos. En
estos casos, el otro cónyuge solventará los gastos. Los derechos y obligaciones que
nacen del matrimonio serán siempre iguales para los cónyuges,
independientemente de su aportación económica al sostenimiento del hogar.
La educación de los hijos y administración de bienes sera por mutuo acuerdo
relativo a la formación de los hijos y a la administración de los bienes que sean
comunes a los cónyuges o que pertenezcan a los hijos sujetos a su patria potestad.
Si existe un desacuerdo el Juez de Primera Instancia lo resolverá sin necesidad de
juicio.
Asi como los cónyuges podrán desempeñar la actividad, ocupación, profesión u
oficio que elijan, siendo lícito
Es imortante mencionar que el contrato de compraventa, sólo puede celebrarse
entre los cónyuges cuando el matrimonio esté sujeto al régimen de separación de
bienes y cabe descatar que entre cónyuges no corre el plazo para la prescripción.

B) De los efectos del Matrimonio en relación


El matrimonio debe celebrarse bajo el régimen de sociedad conyugal o el de
separación de bienes. En el caso de omisión o imprecisión, se entenderá celebrado
bajo el régimen de sociedad conyugal y el régimen patrimonial podrá cambiarse
mediante resolución judicial.
El concepto de capitulaciones matrimoniales son los convenios que los contrayentes
o cónyuges celebran para constituir la sociedad conyugal o la separación de bienes
y reglamentar su administración. Estas pueden otorgarse antes de la celebración del
matrimonio o durante él, y pueden comprender no solamente los bienes de que
sean dueños los esposos en el momento de hacer el pacto, sino también los que
adquieran después.
La sociedad conyugal comprende todos los bienes que adquieran los cónyuges,
individual o conjuntamente durante la vigencia de la misma, a excepción de los
siguientes:
1. Los bienes y derechos que pertenezcan a cada cónyuge al tiempo de
celebrarse el matrimonio, y los que posea antes de éste, aun sin ser dueño
de ellos, si los adquiere por prescripción o adjudicación durante el matrimonio
2. Los bienes adquiridos después de contraído el matrimonio, por herencia,
legado, donación o premios derivados de juegos o sorteos
3. Los bienes que se adquieran durante el matrimonio, con el producto de la
venta o permuta de bienes y derechos a que se refieren las dos fracciones
anteriores
4. Objetos de uso personal.

C) De la Sociedad Conyugal
Hay que mencionar que la sociedad conyugal se regirá por las capitulaciones
matrimoniales y por las disposiciones de este capítulo. El dominio de los bienes
comunes reside en ambos en proporción establecida en las capitulaciones; a falta
de ellas, los bienes adquiridos durante el matrimonio son propiedad de ambos
cónyuges en partes iguales. Las capitulaciones matrimoniales y sus modificaciones,
constarán en escritura pública cuando los cónyuges se hagan copartícipes o
transmitan la propiedad de bienes cuando la ley lo exija, para su transmisión;
pudiéndose inscribir en el Registro Público de la Propiedad.
La sociedad conyugal termina por:
● La conclusión del matrimonio;
● La voluntad de los cónyuges.
● Resolución judicial que declare que el cónyuge administrador ha actuado con
dolo, negligencia, torpe administración que amenace arruinar a su cónyuge o
disminuir considerablemente los bienes comunes; cuando uno de los
cónyuges haga cesión de los bienes pertenecientes a la sociedad a sus
acreedores personales o, sea declarado en concurso o quiebra.

Las capitulaciones matrimoniales en que se establezca la sociedad conyugal, deben


contener:
I. El inventario de los bienes muebles e inmuebles que cada cónyuge aporte, con su
valor y de los gravámenes que reporten
II. La relación de deudas que tenga cada cónyuge y si el patrimonio común
responde de ellas
III. La declaración expresa de si la sociedad conyugal ha de comprender todos los
bienes presentes o futuros de cada cónyuge o sólo parte de ellos
IV. La declaración de si el producto del trabajo de cada cónyuge formará o no parte
del patrimonio común
V. La designación del administrador del patrimonio común, expresándose las
facultades que se le conceden, que en ningún caso podrán ser de dominio;
VI. Las bases para liquidar la sociedad.
Será nula la capitulación en que se convenga que uno de los cónyuges perciba
todas las utilidades; así como la que establezca que responda de las pérdidas y
deudas comunes en una parte que exceda a la que proporcionalmente corresponda
a su aportación o utilidades. Y todo convenio que importe cesión de una parte de los
bienes propios de cada cónyuge, será considerado como donación.
Hay que mencionar que no pueden renunciarse anticipadamente las ganancias que
resulten de la sociedad conyugal.Y que la declaración judicial de abandono
injustificado por más de seis meses del domicilio conyugal por uno de los cónyuges,
hace cesar para él, desde el día del abandono los efectos de la sociedad conyugal
en cuanto le favorezcan; éstos no podrán comenzar de nuevo sino por convenio
expreso.
Y si en los casos de nulidad de matrimonio, la sociedad subsiste hasta que se
pronuncie sentencia ejecutoriada, si los dos cónyuges procedieron de buena fe. Que
cuando uno solo de los cónyuges tuvo buena fe, la sociedad subsistirá también
hasta que cause ejecutoria la sentencia, si la continuación es favorable al cónyuge
inocente; en caso contrario, se considerará nula desde un principio.Que si los dos
cónyuges procedieron de mala fe, la sociedad se considera nula desde su creación;
quedando a salvo los derechos de terceros.
Y si la disolución de la sociedad procede de la nulidad del matrimonio, el cónyuge
que hubiere actuado de mala fe no tendrá parte en las utilidades. Estas se aplicarán
a los hijos, y si no los hubiere, al cónyuge inocente.
En caso de que si los dos procedieron de mala fe, las utilidades se aplicarán a los
hijos, y si no los hubiere, se repartirán en proporción de lo que cada cónyuge llevó al
matrimonio. Y una vez terminada la sociedad se procederá a su liquidación,
formándose el inventario, excluyéndose los objetos de uso personal de los
cónyuges. Cuando una vez sea aprobado el inventario, se pagarán los créditos que
hubiere contra el patrimonio común y el sobrante, si lo hubiere, se dividirá entre los
dos cónyuges en partes iguales o de acuerdo a la forma convenida en las
capitulaciones matrimoniales.
Si se llegase a dar la muerte de uno de los cónyuges, continuará el que sobreviva
en la posesión y administración del patrimonio común, con intervención del
representante de la sucesión, mientras no se verifique la partición. Y todo lo relativo
a la terminación y liquidación de la sociedad conyugal, se regirá por lo que disponga
el Código de Procedimientos Civiles.

D) De la Separación de Bienes
La separación de bienes se rige por las capitulaciones matrimoniales o por
sentencia judicial. La separación puede comprender no sólo los bienes de que sean
propietarios los cónyuges al celebrar el matrimonio, sino también los que adquieran
después. Para efectos de divorcio, cuando alguno de los cónyuges haya realizado
trabajo del hogar consistente en tareas de administración, dirección, atención del
mismo o cuidado de la familia, de manera cotidiana o tenga desproporcionadamente
menos bienes que el otro cónyuge, tendrá derecho a la repartición de los bienes
adquiridos durante el matrimonio hasta por el cincuenta por ciento, con base en los
principios de equidad y proporcionalidad. Y la separación de bienes puede ser
absoluta o parcial. En el segundo caso, los bienes que no estén comprendidos en
las capitulaciones, serán objeto de la sociedad conyugal.
Pero durante el matrimonio la separación de bienes puede terminar para ser
substituida por la sociedad conyugal, observándose las formalidades sobre
transmisión de los bienes de que se trate. Y las capitulaciones que establezcan
separación de bienes contendrán un inventario de los que sea propietario cada
contrayente o cónyuge y la relación de sus deudas.
Los ingresos que cada cónyuge obtenga serán propios, salvo pacto contrario. Pero
cada uno de los cónyuges debe contribuir la educación y alimentación de los hijos y
a las demás cargas del matrimonio.

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