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25 Las Llamadas
25 Las Llamadas
LAS LLAMADAS
En varios de los últimos capítulos hemos analizado los sucesos de Leganés y hemos
visto que todo apunta a que ese "epílogo dramático" de la versión oficial no fue otra
cosa que un inmenso y chapucero teatro. Hemos visto que el sumario recoge versiones
contradictorias sobre el modo en que se llegó a ese piso. Hemos visto que ni uno sólo de
los vecinos ni de los geos vio con vida a ninguno de los siete suicidas aquel sábado 3 de
abril en Leganés. Hemos visto que existen intercambios de disparos que no dejan
ninguna vaina de cartucho. Hemos visto que se incumplieron los protocolos normales de
actuación en el asalto al piso. Hemos visto que, de nuevo, tampoco tenemos imágenes
de aquella operación, a pesar de que el GEO graba todas sus intervenciones. Hemos
visto que los cuerpos de dos de los presuntos suicidas tenían dinamita en torno a la
cintura, pero sin detonador. Hemos visto que otro de los cuerpos apareció con los
pantalones puestos del revés, como si alguien le hubiera mal vestido después de muerto.
Hemos visto que faltan todos los dedos de tres de los siete suicidas. Hemos visto que,
con toda probabilidad, se falsificó la firma de uno de esos suicidas en una supuesta carta
de despedida a su familia. Hemos visto que no tiene ningún sentido que aquellos
terroristas esperaran educadamente a que se desalojara a los vecinos del bloque antes de
inmolarse. Hemos visto que existen dudas sobre cuántos focos de explosión hubo.
Hemos visto cómo se mandaron faxes desde fuera del piso para convencernos de que
los islamistas allí encerrados eran fanáticos terroristas. Hemos visto, en fin, que estamos
probablemente ante una casa "marcada", que ya era conocida por las Fuerzas de
Seguridad.
Sin embargo, todavía nos queda por atar un cabo más. Porque todos hemos oído que
aquellos suicidas llamaron a sus familias para despedirse poco antes del estallido del
piso. ¿Acaso no bastaría ese sólo dato para demostrar que en aquella casa sí que había
terroristas, que en aquella casa sí que había personas vivas antes de esa explosión, que
en aquella casa sí que había fanáticos islamistas dispuestos a inmolarse, antes que
dejarse coger por la Policía? ¿Acaso no demostrarían esas llamadas que todas nuestras
prevenciones acerca de lo que ocurrió en aquel piso no son más que elucubraciones sin
ningún fundamento?
Sin embargo, como veremos a lo largo de este capítulo, todos los datos del sumario
apuntan a que tampoco esas llamadas son lo que aparecen, a que también ellas formaban
parte del teatro macabro.
En el caso de las presuntas llamadas de los suicidas, nos encontramos con un fenómeno
que se repite varias veces en las investigaciones del 11-M: primero se inventa la historia
oficial y después se trata de aportar informes policiales para documentarla.
En este caso concreto, la versión oficial sobre esas llamadas nace el mismo sábado 3 de
abril, a las propias puertas de aquel bloque de viviendas de Leganés donde
supuestamente estaban encerrados los terroristas. Recordemos la escena: numerosos
efectivos de diversos cuerpos policiales rodeaban aquella vivienda desde hacía horas.
Los vecinos y los miembros de las Fuerzas de Seguridad habían oído perfectamente los
disparos realizados por los terroristas, los cánticos que éstos entonaban, los gritos que
proferían,... La tensión entre los funcionarios policiales era evidente.
Es en esas circunstancias cuando llega a los allí congregados la noticia de que los
terroristas están llamando a sus familiares para despedirse y de que tienen explosivos en
el interior de la vivienda, lo que termina de convencer a todos de la peligrosidad de
aquellos individuos. Las noticias llegan por dos vías: por un lado, lo comunican los
servicios secretos marroquíes, que tenían interceptadas (según nos dicen) las líneas de
los familiares de los terroristas. Por otro lado, el hermano de Abdenabi Kounjaa y uno
de los hermanos de Jamal Ahmidan avisan a la Policía de que sus hermanos han
comunicado telefónicamente que están a punto de hacer volar el piso.
Un alto mando policial comunica esas noticias a Pedro Díaz-Pintado, que da la orden de
entrada al piso después de consultar con los mandos allí presentes y con Agustín Díaz
de Mera, que también se había desplazado al lugar.
Los inhibidores
Antes de sumergirnos en el análisis de las llamadas realizadas por los suicidas, dejemos
constancia de una extrañeza: esas llamadas no deberían haberse podido producir
nunca. Cuando la Policía rodeó el piso de Leganés, se cortó el agua, la luz y el gas. Y,
tal como declara el GEO 81.743 ante la juez Teresa Palacios, los GEOS habían llevado
un inhibidor de ondas para evitar las comunicaciones por móviles.
1. Evitar que avisaran a posibles compinches del exterior para que huyeran, o para
que efectuaran algún ataque de distracción.
2. Evitar que llamaran al exterior para recabar instrucciones de algún jefe operativo
que pudiera no estar en el piso.
3. Evitar, sobre todo, que alguien pudiera hacer una llamada desde el exterior y
activar alguna bomba que estuviera colocada en el piso y que empleara un móvil
como iniciador.
Entonces, si se disponía de los medios para inhibir las comunicaciones de los ocupantes
del piso, ¿por qué no se hizo uso de esos medios? En lugar de usar el inhibidor, nos
dicen que dejaron que se hicieran sucesivas llamadas de despedida a Marruecos, e
incluso dos famosas llamadas a Inglaterra en las que (según la versión oficial) los
suicidas pidieron su bendición a un imán antes de suicidarse. Como demostraremos a lo
largo del artículo, también esas famosas llamadas a Inglaterra eran "atrezzo".
El primer informe
Después del 3 de abril, la Policía hace llegar al juez sucesivos informes en los que
expone los hechos relativos a esas llamadas. Como veremos, los datos aportados por la
Policía van mutando a lo largo del tiempo, como sucede con casi todo lo referido al 11-
M.
El primer informe, elaborado por la Unidad Central de Inteligencia de la Policía, tiene
fecha 3 de mayo de 2004 (un mes después de los hechos) y está recogido en los folios
11918 y siguientes del sumario (tomo 42). En la página 29 de ese informe, la UCI
enumera para el juez los terminales telefónicos encontrados entre las ruinas del piso de
Leganés (ver Tabla 1). En la segunda columna se indica el modelo del terminal según la
Policía y, entre paréntesis, el verdadero modelo (que se deduce de los números que
componen el IMEI):
IMEI Modelo
449191729540514 Siemens C 35
351676005440708 MitubishiMT660 (Mitsubihi M21i/M 330)
350039871004960 PanasonicEB-GD52
332287675103586 Alcatel BF-31W (Alcatel OT310/311)
350647202947416 Motorola (Motorola C330)
332154357114952 Trium(Trium Aria)
490544204394872 Nokia 5110
490541204079206 Nokia 5110
490544200893869 Nokia 5110
350926350970531 Mitsubishi 560 (Mitsubishi MT560)
Además, el informe de la UCI indica que uno de esos teléfonos (el Mitsubishi 560 con
IMEI 350926350970531) fue utilizado por los terroristas para realizar las llamadas de
despedida a sus familiares. Según el informe, los suicidas utilizaron todos el mismo
teléfono para hacer sus llamadas, introduciendo sucesivamente tres tarjetas telefónicas
en ese único terminal. Esas tres tarjetas telefónicas correspondían a los números
618.840.587, 628.469.210 y 653.026.047.
Las tres tablas siguientes indican las llamadas que, según ese informe de la Policía, se
realizaron con esas tres tarjetas telefónicas mientras el piso estaba rodeado. Según el
informe policial, todas las llamadas son salientes; no hay ni una sola llamada entrante.
Tabla 2: Llamadas realizadas desde el piso con el teléfono Mitsubishi 560 y la tarjeta
618.840.587
Tabla 3: Llamadas realizadas desde el piso con el teléfono Mitsubishi 560 y la tarjeta
628.469.210 (según el primer informe policial)
Número Llamadas
Titular
llamado realizadas
21239967133 Hermana de Asrih Rifaat en Marruecos 2
21239969098 Familia Kounjaa en Marruecos 1
21260830627 Desconocido, en Marruecos 3
21264473161 Cuñado de los Oulad Akcha en Marruecos 6
Rachid Oubari (cuñado de los Ahmidan) en
21265956009 1
Marruecos
21671757173 Madre de El Tunecino en Marruecos 1
Abdelkader Kounjaa, hermano de Abdenabi (en
653115723 1
España)
Tabla 4: Llamadas realizadas desde el piso con el teléfono Mitsubishi 560 y la tarjeta
653.026.047
Hay varias cosas que llaman mucho la atención al analizar estos datos proporcionados
por la Policía en ese primer informe:
El segundo informe
Tabla 5: Llamadas realizadas desde el piso con el teléfono Mitsubishi 560 y la tarjeta
628.469.210 (según el segundo informe policial)
Número Llamadas
Titular
llamado realizadas
21239967133 Hermana de Asrih Rifaat en Marruecos 2
21239969098 Familia Kounjaa en Marruecos 1
21260830627 Desconocido, en Marruecos 7
21264473161 Cuñado de los Oulad Akcha en Marruecos 1
21265956009 Rachid Oubari en Marruecos 1
21671757173 Desconocido, en Túnez 1
Abdelkader Kounjaa, hermano de Abdenabi (en
653115723 1
España)
Comparemos esta tabla con la del primer informe (Tabla 3). Podemos observar que
existen dos diferencias significativas:
Como vemos, el segundo informe policial sobre conexiones telefónicas de los suicidas
no hace sino aumentar nuestra inquietud. No sólo se omite el análisis de dos de los tres
teléfonos usados en Leganés por los terroristas; no sólo no se despeja ninguna de las
dudas planteadas por el primer informe (por ejemplo, por qué todos los terroristas
usaron un mismo teléfono para despedirse o por qué todo son llamadas salientes y no
hay ninguna entrante); sino que, además, los datos de llamadas del segundo informe no
coinciden con los del primero.
Llegados a este punto, uno comienza a preguntarse qué es lo que pasa con esas llamadas
para que la Policía vaya modificando los datos a medida que pasa el tiempo.
El tercer informe
El tercer informe sobre las llamadas de Leganés ha sido incluido por Del Olmo en la
página 596 y siguientes y en la página 675 del auto de procesamiento de abril de 2006.
En ese informe, de nuevo los datos vuelven a no coincidir: mientras que el primer
informe mencionaba tres tarjetas telefónicas usadas por los suicidas (618.840.587,
628.469.210 y 653.026.047) y el segundo informe mencionaba sólo una (628.469.210),
en este tercer informe aparecen dos (618.840.587 y 628.469.210). Observe el lector que
el teléfono 653.026.047, que desaparece de escena después del primer informe, es
precisamente el que nos dijeron que se utilizó para realizar las llamadas a Inglaterra.
Los datos sobre las llamadas realizadas por el teléfono 628.469.210, según el tercer
informe polciial, son los siguientes (véase la Tabla 6):
Tabla 6: Llamadas realizadas desde el piso con la tarjeta 628.469.210 (según el tercer
informe policial)
Por primera vez se proporciona la hora y la duración de las llamadas, lo cual está muy
bien. Pero, al comparar las llamadas de esta tabla con las incluidas en los informes
anteriores, ya es imposible resistirse a la impresión de que llevan dos años riéndose del
juez Del Olmo. Y de todos nosotros. Comparemos esta tabla con las tablas 5 y 3,
analizando en primer lugar el número de llamadas realizadas a cada número (véase la
Tabla 7).
¿Pero se puede saber cuántas llamadas se realizaron a cada número? ¿Cómo es posible
que en cada informe sucesivo se le den al juez datos distintos? No es sólo que haya
diferencias entre los tres informes en cuanto al número de llamadas realizadas a varios
de los teléfonos; es que, además, en el tercer informe aparece un nuevo número
telefónico que en los dos informes anteriores no existía (el 21267906175, cuyo titular es
un tal Abdelaziz Ouchad).
Pero veamos ahora los titulares de cada uno de los teléfonos según los tres informes
policiales (véase la Tabla 8):
Tabla 8: Titular de cada uno de los números llamados desde el 628.469.210, según los
tres informes policiales
¿Cómo es posible que, de un informe a otro, vayan variando los números de teléfono
con titular conocido o desconocido y cambiándose las atribuciones de titularidad? ¿Se
utilizan muy a menudo en nuestro país este tipo de informes policiales para imputar a
alguien su participación en algún delito? Porque, si el que a uno le acusen de algo
depende de unos datos policiales prácticamente aleatorios, apañados estamos.
Tabla 9: Llamadas realizadas desde el piso con la tarjeta 618.840.587 (según el tercer
informe policial)
Si nos fijamos en las tablas 6 y 9 podemos ver observar un hecho curioso, relativo a las
horas: la primera llamada de despedida de los suicidas se produce a las 18:56 y la última
a las 20:01. Es decir, que la secuencia de acontecimientos en el piso de Leganés aquel
día fue (véase el Enigma 23, "Brigada de limpieza"):
No cabe ninguna duda de que eran unos terroristas muy disciplinados. A la hora de
disparar, todos disparan; a la hora de gritar, gritan; a la hora de llamar, se despiden de
sus familias, ... Eso se llama organización.
¿Le parece al lector suficientemente esperpéntico el resumen sobre las llamadas? Pues
la cosa es mucho peor todavía.
Tabla 10: Terminales telefónicos encontrados en las ruinas de Leganés (según el auto
de procesamiento)
IMEI Modelo
449191729540514 Siemens C 35
350039871004960 Panasonic EB-GD52
332154357114952 Trium
350926350970531 Mitsubishi M070
332287675103586 Alcatel 311
448835113464910 Motorola V3670
Comparemos esta tabla con la Tabla 1:
1. Para empezar, en lugar de los 10 teléfonos que el primer informe policial decía
que se habían encontrado, ahora sólo aparecen 6.
2. De esos 6 que incluye el auto de procesamiento, sólo 5 coinciden con el primer
informe policial. El sexto terminal mencionado en el auto (Motorola V3670 con
IMEI 448835113464910) no estaba entre los diez que la Policía dice que
encontró en Leganés. ¿De dónde sale este teléfono entonces?
3. Cinco de los diez teléfonos que la Policía decía que había encontrado en
Leganés no aparecen en el auto de procesamiento (IMEIS: 351676005440708,
350647202947416, 490544204394872, 490541204079206 y
490544200893869). ¿Dónde han ido a parar?
Pero el engaño no termina aquí. Recuerde el lector que en el primer informe policial se
decía que los suicidas habían empleado todos el mismo teléfono para hacer sus
llamadas, introduciendo sucesivamente tres tarjetas telefónicas (618.840.587,
628.469.210 y 653.026.047) en un mismo terminal (el Mitsubishi 560 con IMEI
350926350970531). Pues bien, el auto de procesamiento contradice también esa versión
incluida en el primer informe policial.
¿Qué es lo que debemos concluir de esto? ¿Que la Policía ocultó al juez, en su primer
informe, la identidad de uno de los terminales usados por los suicidas para despedirse?
¿Con qué motivo podría la Policía haber realizado esa maniobra de ocultación?
Como dato curioso, el terminal Motorola V3670 con IMEI 448835113464910 era un
terminal que inicialmente pertenecía a un ciudadano llamado Antonio V. I., ex-
empleado de Renfe, que en su declaración ante el juez afirma que ese terminal se lo
robaron a su mujer, F. R. S., en agosto de 2003.
"¡Un momento!", dirá algún escéptico. "Todo esto lo único que demuestra es que los
informes policiales son una auténtica chapuza, pero es un hecho indiscutible que existen
dos testimonios de familiares de los suicidas que avisaron aquella misma tarde de que
los terroristas tenían intención de suicidarse. Además, una de esas conversaciones está
grabada".
En realidad, luego veremos que los datos de tarjetas e IMEIs demuestran otra cosa muy
importante: que al menos parte de las llamadas que nos dicen que hicieron los suicidas
no pudieron hacerse desde el piso de Leganés. Pero, antes de demostrar esa afirmación,
vamos a detenernos en la cuestión de las llamadas grabadas.
¿Cómo es que disponemos de esa llamada grabada? Pues porque, a diferencia de lo que
sucede con los hermanos de algunos otros suicidas (por ejemplo, Naima Oulad, que fue
detenida), a Abdelkader Kounjaa la Policía le interrogó, pero sin llegar a detenerle.
Aunque, eso sí, ordenó que le fuera intervenido su teléfono 653115723 cinco días antes
del estallido del piso de Leganés.
Gracias a esa intervención telefónica, a las 19:17 del sábado 3 de abril se pudo registrar
la siguiente conversación (Abdallah era el sobrenombre de Abdenabi Kounjaa):
Sin embargo, lo que no cuadra es una conversación con otra: en su conversación con la
Policía, Abdelkader hace referencia a cosas que no ha hablado antes con su hermano.
¿Por qué dice Abdelkader que, si la Policía intenta entrar, los de dentro harán volar el
piso? Su hermano no había hecho referencia en ningún momento a que la Policía entrara
o dejara de entrar. Es como si Abdelkader estuviera haciendo suposiciones acerca de la
escena que no se corresponden con quien simplemente acaba de recibir la llamada
anterior.
Pero veamos ahora el aviso proporcionado por Yousef Ahmidan. Según el atestado
policial de los sucesos de Leganés, a las 21:55 (es decir, una hora después de la
explosión del piso) la Policía es avisada de que un tal Yousef Ahmidan ha llamado al
091 desde el teléfono 628222004. En su llamada al 091, Yousef dice que ha recibido
una llamada de su madre, desde Marruecos, en la que ésta le ha informado de que Jamal
Ahmidan la había llamado para decirla que iba a realizar un atentado inminentemente.
Entonces, el juez Del Olmo hace que Yousef Ahmidan llame en su presencia a la madre,
por lo cual Yousef marca el teléfono 21272927389 y el traductor del juzgado habló con
la supuesta madre de Jamal, que confirma que Jamal estuvo hablando el 3 de abril con
ella y con su hermana y que, tras colgar, volvieron a llamarle y les cogió el teléfono un
hombre que dijo que si quería hablar con Redouan. Ella contestó que quería hablar con
Jamal y éste se puso y les dijo que dejaran de molestarle, que estaba decidido a lo que
tenía que hacer.
Sorprendente el episodio: el juez Del Olmo toma declaración telefónica a alguien que
dice ser la madre de Jamal, pero que igualmente podría ser la comandante Zoraida de
los Servicios Secretos marroquíes, por poner un ejemplo. ¿Se ha molestado el juez en
tomar declaración en vivo a esa supuesta madre?
Para empezar, fijémonos en que Yousef marca el teléfono 21272927389 para hablar con
la madre de Jamal, pero ese teléfono no es ninguno de los que marcaron los
terroristas de Leganés. ¿Por qué Jamal no marcó ese mismo teléfono para hablar con
su madre? En segundo lugar, la supuesta madre declara que llamaron a Jamal para tratar
de convencerle de que no se suicidara, pero en los informes de la Policía no figura
ninguna llamada entrante a ninguno de los tres teléfonos usados en Leganés.
¿Existieron verdaderamente esas llamadas que nos cuenta el amigo Yousef? ¿O se
limitó a declarar lo que le dijeron que declarara?
La conexión inglesa
Para terminar, vamos a volver la vista atrás y a examinar qué pasa con un tema que
hemos dejado pendiente. Vamos a ver qué sucede con el último de los números
telefónicos supuestamente usados por los terroristas para despedirse de sus familias: el
653.026.047. Hemos visto que este número es identificado en el primer informe policial
como uno de los tres usados por los terroristas para despedirse de sus familiares. Sin
embargo, ese número desaparece en el segundo informe policial y tampoco lo identifica
Del Olmo en su auto de procesamiento como uno de los utilizados en Leganés.
Sin embargo, el auto de procesamiento de Del Olmo sí que incluye información acerca
del 653.026.047, aunque eso sí, algo escondida. En el folio 559 del auto podemos ver
que la tarjeta 653.026.047 fue utilizado a las 19:39 del sábado 3 de abril, con un
terminal de telefónico cuyo IMEI es el 350999101493269.
En esa misma página podemos ver que ese mismo terminal con IMEI
350999101493269 fue empleado el día 21/5/2004 (seis semanas después de la explosión
del piso) para efectuar una llamada con la tarjeta 615107447
Ese dato escondido en el auto de procesamiento del juez Del Olmo nos permite entender
por qué se produjo el escamoteo del número 653.026.047 después del primer informe
policial: puesto que el IMEI 350999101493269 no aparece entre la lista de 10
terminales del primer informe policial, ni tampoco entre los 6 que menciona el
auto de procesamiento, hay que concluir que ese terminal no estaba en Leganés.
No es posible que ese terminal resultara destruido en la explosión, porque se hizo una
llamada con él posteriormente, el 21 de mayo. Por tanto, esas llamadas a Inglaterra se
realizaron con un terminal que estaba situado fuera del piso.
Es decir: las famosas llamadas a Inglaterra donde nos dicen que los hermanos Oulad
pedían instrucciones a su hermano Hassan son un engaño; no fueron realizadas por
ningún suicida desde aquel piso rodeado. Por eso el segundo y tercer informes policiales
omiten ese número telefónico, por eso el auto del juez Del Olmo pasa de puntillas sobre
esa tarjeta y esas llamadas: porque son una nueva chapuza del mismo calibre que esos
fax que El Tunecino había enviado, supuestamente, al periódico ABC y a Telemadrid y
que en realidad ya hemos demostrado que se enviaron desde fuera del piso.
Preguntas finales
¿Dónde están las tarjetas telefónicas con las que supuestamente se hicieron las
llamadas? ¿No se encontró ninguna en Leganés?
¿Desde dónde se hicieron las llamadas del 653.026.047, puesto que no se hicieron desde
Leganés?
¿Dónde están los datos de posicionamiento del 3 de abril de 2004 para todos esos
terminales y tarjetas?
¿Tiene el juez los originales de los listados de llamadas entregados por las compañías
telefónicas para todos estos terminales y tarjetas?