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ORFEO FRAGMENTADO

Orfeo, hijo del rey Eagro y la musa Calíope fue el portador de la lira de nueves cuerdas, regalo de Apolo,
que las mismas musas le enseñaron a tocar. Ni las fieras o las rocas se podían resistir a su música, tanto
así que perseguían la melodía. Los argonautas en su búsqueda del Vellocino de Oro se valieron de sus
facultades para los obstáculos de la aventura. A su retorno, Orfeo se une en matrimonio con Eurídice que
yace en el Hades por una picadura de serpiente. Orfeo va por ella encantando al barquero Caronte, al
perro Cerbero y a los Tres Jueces de los Muertos. En el camino alivia por un momento las torturas de los
muertos. Hades conmovido deja ir a Eurídice con la condición de que Orfeo no vuelva la mirada hasta que
ella se encuentre bajo la luz del sol. Sin embargo, tan pronto Orfeo sale a la luz del día, impaciente da
vuelta sin esperarla haciendo que vuelva al inframundo. En su errante camino posterior se enfrenta a la
ira de Dionisio por el su culto a Apolo, por lo que envía a las Ménades quienes desmiembran y esparcen
los fragmentos en el río Hébro. Los Anemoí, dioses de los vientos, esparcieron sus restos por los cuatro
puntos de la tierra. Ninguno de sus fragmentos puede ya mover los árboles o las piedras, pero, de alguna
manera, cada uno de ellos logra en ocasiones apaciguar a las criaturas que los escuchan como una vez lo
hizo Orfeo en el Hades.

Serie Orfeo Fragmentado


Fotografía digital 30x40cm
2019

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